Muerte Fetal MUERTE FETAL Hugo Ciaravino, Teresita Borges, Gabriela Castro, Verónica Dingevan, Céar Saleme. INTRODUCCIÓN Se define como muerte fetal in útero la que ocurre durante la gestación, a partir de las 20 semanas y hasta el momento del parto. En algunos países existe además, la exigencia de que el feto pese mas de 500 gr. Sin embargo otros países aún utilizan el criterio de 28 semanas o 1000 gr. de peso fetal. Las causas son múltiples y en partes desconocidas. Las podemos agrupar según la etiología en: ambientales, maternas, ovulares o fetales. Es común encontrar en los antecedentes de la madre otras muertes fetales, que generalmente acontecen cercanas al término. Se ha denominado a este cuadro muerte habitual del feto, por este motivo la forma de enfrentar este problema debe, sin dudas, pasar por aproximarse a la causa para así poder realizar un consejo apropiado y oportuno en la gestación siguiente. La madre percibirá, la muerte fetal, como ausencia de movimientos fetales, puede haber secreción de calostro y también puede presentar pequeñas pérdidas sanguíneas. La auscultación fetal es siempre negativa y el diagnóstico se confirma con la ecografía, otras veces el diagnóstico es casual. Infección, hipofibrinogenemia, o trastornos emocionales de la madre son las complicaciones más frecuentes de este cuadro. Especial énfasis debe ser otorgado a estos últimos, esta condición es bien caracterizada desde el punto de vista psicológico, como un duelo. Lo importante ante este cuadro es, una vez concluido el estudio tanto materno como fetal, establecer el riesgo de recurrencia para poder así orientar el manejo de una gestación futura. En el Instituto de Maternidad Nuestra Señora de las Mercedes se producen la tercera parte de los nacimientos de la provincia, la muerte fetal intrauterina se presenta con bastante frecuencia, la necesidad de conocer las causas como así también la posibilidad de realizar protocolos de seguimiento en embarazos sucesiInst. de Maternidad Ntra. Sra. de las Mercedes. San Miguel de Tucumán. Email: [email protected] vos, para evitar la repetición de este cuadro, motivan el interés de esta investigación. El conseguir avanzar en este terreno, beneficiará la atención perinatal en la provincia. OBJETIVOS Establecer la prevalencia de muerte fetal y analizar los factores intervinientes. Rescatar la singularidad de la posición de cada madre frente a la pérdida fetal. Propósito: Según los resultados obtenidos, proponer un protocolo para el manejo de gestaciones futuras. MATERIAL Y MÉTODO El presente estudio fue realizado en el Instituto de Maternidad Nuestra Señora de las Mercedes de San Miguel de Tucumán durante el período de un año. La población seleccionada fueron las embarazadas que cursaron una gestación de 20 semanas o más y/o presentaron un feto de mayor de 500gr. con diagnóstico de muerte fetal. Se excluyeron las muertes fetales intraparto. El tipo de diseño fue prospectivo, descriptivo y como serie de casos. Los datos se obtuvieron a partir del interrogatorio y examen de las pacientes, confeccionando una historia obstétrica completa. Se realizó un examen neonatológico de todos los fetos para pesquisa de malformaciones, peso y edad gestacional. También se realizó una entrevista psicológica semidirigida a una muestra de 50 pacientes, abordadas por derivación médica al equipo de salud mental. El marco teórico utilizado fue el psicoanálisis, con un objetivo terapéutico y de investigación diagnóstica. Se introdujeron en el campo ciertas constantes, pero dejando un margen libre para la emergencia de variables en cada caso. Es importante destacar que se propuso realizar estudios de anatomía patológica de la placenta, autopsia del feto, y controles de laboratorio de alta complejidad, lo que se logró en pocos casos debido a la infraestructura de nuestra institución. En las áreas de exploración de la entrevista psicológica se consideraron: I) Datos personales, II) Antecedentes familiares y III) Antecedentes personales. Dentro de estos selecciona- VOL. 5 - Nº 1 - REVISTA DE LA FACULTAD DE MEDICINA 21 Muerte Fetal mos los siguientes: vida, y que se relacionan con factores socioculturales. * Deseo del embarazo: nos resultó relevante primero conceptualizar desde dónde abordamos esta variable. Así distinguimos: Deseo. El deseo de la madre. El deseo del embarazo * Planificación del embarazo: Hace referencia al registro consciente de la mujer de querer concebir un hijo, conforme a su proyecto de * Educación sexual: La sexualidad humana es un sistema de múltiples niveles que van desde lo físico hasta lo cultural y cuya función diversa está primordialmente dirigida a dos fines: la reproducción y el placer. Se entiende por educación sexual al proceso de información y esclarecimiento acerca del erotismo humano y la procreación en las distintas etapas evolutivas de la vida. RESULTADOS Sobre un total de 11.697 nacimientos se produjeron 246 muertes fetales. La tasa de mortalidad fetal fue de 20.5 x 1000. Hubo 20 muertes institucionales. Momento de la muerte fetal Muerte Fetal 17% Parto 83% Embarazo Las muertes fetales ocurridas durante el embarazo fueron 203. Frecuencia de la edad materna en embarazadas con muerte fetal Edad Materna EDAD Hasta 19 años 20 a 34 años 35 o más TOTAL CASOS 30 15% 23% 126 47 Hasta19 203 20-34 62% 35 o más El mayor porcentaje observado en mujeres de 20 a 34 años coincide con la mayor proporción de embarazadas de esa edad. 22 VOL. 5 - Nº 1 - REVISTA DE LA FACULTAD DE MEDICINA Muerte Fetal Frecuencia de antecedentes obstétricos en embarazadas con muerte fetal Paridad PARIDAD CASOS Nuliparas 45 1 a 3 partos 76 Multíparas 1 a 3 partos 38% 4 o más partos 82 Total Nuliparas 42% 203 20% El mayor porcentaje de muerte fetal se observó en multíparas de cuatro o más partos Frecuencia de Control Prenatal CONTROL PRENATAL Frecuencia de Control Prenatal CASOS Ausente 74 Deficiente 86 Más de 5 controles 43 Total 21% 36% Ausente Deficiente Más de 5 controles 203 43% Se observa con claridad el escaso control prenatal en la población estudiada. Edad Gestacional Edad Gestacional 3% EDAD GESTACIONAL CASOS Menos de 27 semanas 28 – 36 semanas 37 – 40 semanas 41 – 42 semanas 22% 27% 44 98 55 6 48% Menos de 27 semanas 28 – 36 semanas 37 – 40 semanas 41 – 42 semanas Es importante destacar la frecuencia elevada de muertes fetales en embarazos de termino. Patología Materna PATOLOGÍA MATERNA Patología Materna CASOS 3% 10% 4% Diabetes Hemorragias 6 7 Hipertensión 43 RH Sens. RPM 4 5 Traumatismos 7 Sin patología 87 Diabetes Hemorragias Hipertensión Otras 17 RH Sens. RPM Traumatismos Sin patología Otras 24% 50% 4% 2% 3% La patología más frecuente fue la hipertensión arterial, es importante destacar que en un porcentaje elevado de casos no se pudo demostrar la causa. VOL. 5 - Nº 1 - REVISTA DE LA FACULTAD DE MEDICINA 23 Muerte Fetal Frecuencia de antecedentes familiares y personales ANTECEDENTES Familiares. de FM Personales de FM Abortos espontáneos Tabaquismo Uso de medicamentos CASOS 8 15 32 11 36 % 4 7 16 5 18 Los antecedentes de muerte fetal, hábitos tóxicos y uso de drogas fueron poco relevantes. Motivo de consulta Traumatismo RPM Ginecorragia Dinámica uterina Ausencia o disminución de movimientos fetales HTA CPN 2 6 19 49 7% 10% 1% 4% 27% 36 9 13 14% 37% Traumatismo Ginecorragia Aus./dism. Mov. Fetales CPN RPM Dinámica uterina HTA Solo en 36 pacientes en motivo de consulta hizo sospechar el diagnostico de muerte fetal. ESTUDIO DEL RECIÉN NACIDO MUERTO Se analizó edad gestacional (EG), peso con relación a la EG y anomalías congénitas externas o evidenciadas por ecografía prenatal. Para EG y peso con relación a la EG se examinaron 142 casos. Para el análisis de las anomalías congénitas se examinaron 249 casos incluyendo los fetos muertos intraparto. Nacidos Muertos – Edad Gestacional 2% 39% RN Post RN PT RNT 2% 59% 39% RN Post 59% RN PT RNT Nacidos Muertos – Peso en relación con la Edad Gestacional 5% APEG BPEG PAEG 5% 32% 63% 32% 63% APEG BPEG PAEG 24 VOL. 5 - Nº 1 - REVISTA DE LA FACULTAD DE MEDICINA Muerte Fetal Defectos Congénitos en Nacidos Muertos 20% 27% DCTN Onfalocele 20% 20% Hidrops no inmonulógico 20% Otras anomalías del SNC 13% Otras anomalías 27% 13% 20% DCTN Hidrops no inmonulógico 20% Onfalocele Otras anomalías del SNC Otras anomalías Hubo 15 RN con anomalías detectadas al nacer: 5 anomalías del SNC (2 anencefalias, 1 espina bífida, 1 hidrocefalia, 1 holoprosencefalia), 3 onfaloceles, 3 hidrops no inmunológicos, 1 displasia esquelética, 1 gemelar acardioacéfalo, 1 anomalía de piel (tumoraciones múltiples) y 1 polimalformado; en total representaron aproximadamente el 6% de los NM. En 10 casos las anomalías fueron detectadas prenatalmente, mientras que en los 4 restantes el diagnóstico recién se hizo al nacer (1 de ellos no tenían ningún CPN, 3 con un solo control y 1 con 6 controles pero sin ecografía). Defectos Congénitos en NM Anomalías DCTN Hidrocefalia Holoprosencefalia Onfalocele Hidrops no inmunológico Displasia Esquelética Acardioacéfalo Tumoraciones en piel Polimalformado Total N 3 1 1 3 3 1 1 1 1 15 En los RNM se observa una incidencia elevada de prematurez (aunque inferior a la calculada sobre la base de los datos obstétricos), y de BPEG. Las malformaciones congénitas observadas en los NM (6% de los casos) fueron casi el triple de las observadas en RN vivo en el mismo período (2,2%) (1). Los casos en los que no se realizó diagnóstico prenatal de la malformación (33 % de los casos) correspondieron a madres que no tuvieron ningún CPN o el mismo fue deficiente. Se pone en evidencia también la importancia del examen neonatal de los NM. La incidencia de defectos congénitos observada en los NM de la Maternidad fue inferior a la registrada en el ECLAMC para toda Sudamérica (año 1999), la que asciende a 10,6% (2). Esto probablemente se deba a un subregistro, como consecuencia de la no-realización de autopsias en la casi totalidad de los NM y del deficiente control prenatal de las pacientes. Las anomalías que comprometen el SNC fueron las mas frecuentes de observar (33% de los casos). La mayoría de ellas correspondió a defectos de cierre del tubo neural (anencefalia y espina bífida), anomalías prevenibles mediante la administración adecuada y oportuna de ácido fólico. El predominio del sexo masculino en NM (56%) concuerda con trabajos que refieren un mayor riesgo de mortalidad en fetos masculinos, en los que se observa restricción del crecimiento fetal, placenta de menor tamaño y bajos niveles de gonadotrofina coriónica humana. (3) (1) Registros del ECLAMC (Estudio Colaborativo Latinoamericano de Malformaciones Congénitas) en la Maternidad de Tucumán. Datos inéditos. (2) Documento Final de la XXXII Reunión Anual del ECLAMC, año 1999. (3) The Lancet, Volumen 355. Pag 203. VOL. 5 - Nº 1 - REVISTA DE LA FACULTAD DE MEDICINA 25 Muerte Fetal ESTUDIO SICOLÓGICO Más allá de las variables cuantificables y cualitativas está la conducta médica, que no siempre tiene una escucha atenta a las presunciones de la madre. Puesto que ésta tiene un doble registro de la vitalidad fetal, uno consciente y otro inconsciente. Esto es, no hay un punto de certeza contrastable con la realidad: “...soñé que...”, “...tengo el presentimiento de ...”, “...tengo la sensación de que...”. En la casuística abordada aparece desjerarquizado tal registro materno. Especialmente cuando se trata de madres primerizas. ¿Cuál es el soporte en el que se monta esta desjerarquización?. Entre otros, los resultados del monitoreo fetal, estudio que brinda datos que operan como señales de alarma y/o que favorecen el cuidado de la embarazada. Ante la confiabilidad de este estudio, se tiende a descartar las sensaciones de la madre, donde la más relevante es la de inminente parto. La actitud de las profesionales mujeres médicas tocoginecólogas, parteras y enfermeras es diferente a la de los hombres. En las mujeres el trato agresivo denota la ancestral rivalidad inconsciente que subyace en las relaciones entre mujeres. Entonces, ¿por qué no habría de manifestarse también en este momento vital?. La conducta médica de permanente omnipotencia y de aparente indiferencia ante la muerte del feto es en realidad la negación del sufrimiento propio. Porque no siempre se está preparado para este momento y las conductas defensivas inconscientes aparecen como autoritarias: negación, rechazo, exclusión, etc.. Tanta disponibilidad de conocimientos, tanto avance tecnológico de la medicina. Siglo XXI, año 2001. Pero no alcanzó. Algo ha fracasado. En el ámbito de trabajo, en la sala, en el piso, se genera un clima inquietante, lindante con el fracaso y la impotencia, enlazados al sentimiento de culpa. Denodados son los esfuerzos para negar el sufrimiento materno y el propio, ante la muerte de un niño por nacer. Hay una gran dificultad para romper con el silencio y poner en palabras la significación del peso de la muerte. Nosotros estamos ante el dolor de la madre y del equipo que siguió el devenir del embarazo. Son dos registros diferentes. Aparece entonces la demanda por parte de los médicos obstetras a los psicólogos en cuanto demanda de aceptación de la muerte del feto por parte de la mamá. -“...Ya le di la información y sigue llorando. Ayer le dije...”. El imaginario popular inviste al médico de todo poder. Ellos son quienes certifican el advenimiento 26 a la vida, y el fin de la misma. En los distintos estadíos evolutivos tratan el estado de salud del cuerpo solamente. Entonces, ¿qué valor tiene lo que piensa y siente la paciente?. Recién se la deriva al psicólogo, cuando no reacciona rápidamente a sus indicaciones, ¿o mandatos?. Es notable cómo a lo largo de todas las interconsultas emerge siempre la omnipotencia del discurso del médico, quien explicita a la mujer la seguridad de su abordaje poniéndose en posición de garante en cada control y durante el parto. “Yo te aseguro que...” “Te doy la garantía que...” No hay lugar para el fracaso. Pero cuando surgen los imponderables, no hay capacidad de reacción subjetivante en la inmediatez, volviéndose entonces contradictorias sus aseveraciones de garantía. No nació y ya murió. El equipo interdisciplinario queda anonadado. Surgen los interrogantes, ¿qué pasó?. Lo perturbador del momento da paso a la ansiedad persecutoria. ¿Hay algo para hacer?. Es no la respuesta desde la tradicional concepción del acto médico. Ya se ha producido la muerte del feto. Sólo queda programar el parto para que sea expulsado. Simultáneamente aparece el temor a la reacción hostil de la mujer y su familia hacia el equipo. Los médicos tienen un bajo umbral de tolerancia a la frustración ante estas situaciones, pues están muy habituados a ser queridos, reconocidos y hasta idealizados por sus pacientes. Consecuentemente rechazan todo cuestionamiento y sentimientos negativos provenientes de ellas, puesto que resulta incomprensible que bronca, reclamo y rencor sean parte de un proceso de duelo que está recién comenzando. Así, la muerte fetal configura un episodio traumático agudo e imprevisto. El cuerpo de la gestante se ha transformado en caja mortuoria del hijo por llegar, el que pudo ser y definitivamente ya no será. Hay urgencia por expulsarlo de su interior, de “desembarazarse”: -... “Con esto ahí adentro me pongo peor, no veo las horas de que lo saquen, que me operen si es necesario...”. Era una esperanza, una vida y es de pronto, un resto. -... “Tenía miedo de lo que no me sacaban el bebé, miedo por si me infectaba...”. La desintegración de la vida ha comenzado con la muerte. Las vivencias en la mujer son del orden de lo siniestro. Así es que se cosifica para sobrellevar tanto dolor y horror. Es necesario soportar lo insoportable. También está la sombra amenazante de los juicios por mala praxis. Cuando a éstos se les da curso es como consecuencia de la necesidad de VOL. 5 - Nº 1 - REVISTA DE LA FACULTAD DE MEDICINA Muerte Fetal esclarecimiento ante lo acontecido y ante las respuestas vagas, inconsistentes, que no logran tapar o cubrir el gran vacío. Ante la pérdida, ¿acaso no le asiste a la madre el derecho a preguntar, a obtener una información clara?. Y, ¿no es acaso un deber el dar la información correspondiente?. Al mismo tiempo, ¿no es acaso del orden de la Ética el responsabilizarse por cada acto profesional?. Los estudios de anatomía patológica son muy movilizantes. Son generadores de fantasías paranoides, el cuerpo fragmentado del hijo, para estudio, despierta ideas terroríficas, ampliando lo fantasmático, estimulando las huidas fóbicas para distanciarse de la realidad. -“...No quise que le hicieran la autopsia. Que la dejen tranquila ya a la bebé...”. El intenso dolor por la muerte de un niño por nacer tiene registro en el aparato psíquico de la madre. La muerte no simbolizada ni hablada se vuelve contra el sujeto. Son los duelos impedidos. Nuestro objetivo es crear el espacio para que circule la palabra que propicie la resignificación y así, ingresar al orden de lo simbólico. Es en este momento donde se hace más notoria la soledad profesional del psicólogo. Habla un lenguaje diferente, el de la clínica psicológica. Tiene que afrontar por un lado el dolor de la mujer y por otro, al equipo médico. Éste insiste en su demanda de que cesen los pedidos de ampliar información médica acerca de lo que pasó que advino la muerte fetal. Al mismo tiempo que deje ya de llorar y de mostrar la angustia y el dolor. Pues genera malestar. No se sabe qué hacer con él. Porque la concepción médica es: “de eso no se habla” . Y, ¿qué es eso?: la muerte. Es que el encuentro con ella es difícil de aceptar. Siempre se está ante la muerte del otro. Provoca angustia pensar que conlleva algo de la propia muerte, la muerte de otro próximo o lejano. La tarea que se desarrolla cotidianamente se torna de alto riesgo y con gran probabilidad de aparición de patologías profesionales. Estamos a merced de un sistema con muchos obstáculos para sostener un servicio integral de la salud a una población cada vez más desvalida. En este diseño de trabajo consideramos fundamentalmente la singularidad del caso por caso en cada mujer embarazada. Que la madre y el feto no están solamente al servicio de la clínica y sus mediciones, sometidos al poder direccional de los profesionales. Si no que son mujeres con los avatares de su sexualidad, su femineidad y sus identificaciones. En definitiva, mujeres con su historia. Mujeres deseantes, sujetos de la ley, demandantes de una adecuada atención integral que llegue a término, esto es, a la vida. De los datos obtenidos de la casuística se desprende que las mujeres que no planificaron el embarazo tampoco lo desearon conscientemente. Incluso en el primer trimestre surgieron fantasías de interrupción del mismo. Finalmente lo fantaseado advino en muerte fetal. Así, la mujer no es únicamente un cuerpo gestante como aún es considerada por una concepción conservadora de género. De lo que se trata es del deseo de la Madre. Éste no se reduce sólo al deseo del hijo, sino que además es un atravesamiento de la cultura. Contener la vida no es un mero reduccionismo reproductivo que hace al destino de la mujer, sino, la posibilidad de elegir cada vez. CONCLUSIONES El diagnóstico de muerte fetal fue casual en la mayoría de los casos. En casi la mitad no se evidenció patología y de la encontrada la principal fue hipertensión, fue mas frecuente en pacientes con control prenatal ausente o deficiente, multíparas, y mayores de 28 semanas de edad gestacional. Los antecedentes de muerte fetal previa y de tabaquismo así como la presencia de circular de cordón y el embarazo postérmino fueron poco relevantes. Las malformaciones congénitas observadas en los NM fueron casi el triple de las observadas en RN vivo en el mismo período, siendo las anomalías que comprometen el SNC las mas frecuentes. Desde lo sicológico se infiere que las mujeres que no planificaron el embarazo tampoco lo desearon conscientemente. Que la madre y el feto no están solamente al servicio de la clínica y sus mediciones, sometidos al poder direccional de los profesionales, si no que son mujeres con los avatares de su sexualidad, su femineidad y sus identificaciones. En definitiva, mujeres con su historia. Mujeres deseantes, sujetos de la ley, demandantes de una adecuada atención integral que llegue a término, esto es, a la vida. PROPUESTAS En virtud de esta experiencia piloto se considera de relevancia el abordar la muerte fetal siguiendo los lineamientos que a continuación planteamos: Realizar un protocolo de trabajo que incluya estudios de laboratorio, y de anatomía patológica de la placenta y del feto. Normatizar la atención de la embarazada con antecedente de muerte fetal para evitar la repetición, teniendo en cuenta los criterios de evitabilidad. VOL. 5 - Nº 1 - REVISTA DE LA FACULTAD DE MEDICINA 27 Muerte Fetal Mejorar la relación médico paciente dando lugar a la escucha del discurso de la mujer en cada consulta. BIBLIOGRAFÍA 1. ACOG Tecnical Bulletin Nro. 176. Diagnosis and management of fetal death. Int J Gynecol Obstet 1993; 42: 291-299. January 1993. 2. Cynthia J.R. Curry, Louis H. Honoré. A Protocol for the Investigation of Pregnancy Loss. Clinics in Perinatology-Vol. 17, Nº 3, 723-739.September 1990. 3. Langer, Marie. Maternidad y Sexo. Paidós. 15. Larsen-LG; Graem-N. Morphological findings and value of placental examination at fetal and perinatal autopsy. APMIS. 107(3): 337-45. March 1999. 16. Olausson-PO; Cnattingius-S; Haglund-B. Teenage pregnancies and risk of late fetal death and infant mortality. Br-J-Obstet-Gynaecol. 106(2): 116-21. February 1999. 17. Onderoglu-L; Tuncer-ZS. The clinical predictors of intrauterine fetal death. Turk-J-Pediatr. 40(4): 543-7. October – December 1998. Copp AJ y col. 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