II CATEDRA DE PATOLOGIA Y CLINICA QUIRURGICA Prof. Titular: Dr. Antonio Brahin U.N.T. PREOPERATORIO PRACTICO Nº 2 Dr. ENRIQUE MUÑIZ Preoperatorio INDICE EVALUACION DEL PACIENTE QUIRURGICO 1.- OBJETIVO 2.- DEFINIR EVALUACION 3.- DEFINIR RIESGO DESDE EL PUNTO DE VISTA: DEL ENFERMO DEL CIRUJANO DE OTROS 4.- EVALUACION Y PREOPERATORIO 5.- EVALUACION: CLINICA DEL PACIENTE INERENTES AL ACTO QUIRURGICO LIMITACION DE FUNCION CONDICIONES HEMODINAMICAS ADMINISTRACION DE DROGAS 6.- DISTINTOS TIPOS DE PACIENTES AGUDOS CRONICOS 7.- ALGORRITMO A) ENTREVISTA B) EVALUACION FUNCIONAL BUENA H. CL. C) BARATO, SIN TECNOLOGIA DOS POSIBILIDADES: METABOLISMO NORMAL SOSPECHA O EVIDENCIA DE ALT. FUNC. U ORGANICAS 8.- CATEGORIZACION DE PACIENTES COMPROMISO ORGANICO MULTIPLE Y SEVERO INESTABILIDAD FUNCIONAL PTE. CRITICO PRONOSTICO INCIERTO RIESGO VITAL ELEVADO ANALISIS ESTADISTICO CON VARIABLES MULTIPLES 9.- CONCLUSION Página - 2 - Preoperatorio El objetivo del desarrollo de este tema coincidente con los objetivos de la Cátedra y de la facultad de medicina de formar médicos generalistas, es brindar los conceptos generales de la patología quirúrgica necesarios para la práctica cotidiana y un esquema metodológico que se puede seguir en la evaluación del paciente quirúrgico CONCEPTO: ¿Qué significa evaluación? Podemos definir la evaluación como la búsqueda de información, que a través de un juicio de valor sobre la misma nos permite tomar decisiones. O sea que tiene dos elementos básicos: Búsqueda de información y Toma de decisión. Por lo tanto evaluar un paciente quirúrgico será buscar toda la información necesaria en ese paciente para tomar la decisión mas adecuada, con el objetivo de lograr su máximo beneficio con el menor riesgo posible. ¿Qué entendemos por riesgo? Se define el riesgo como la contingencia y proximidad de un daño; en cirugía este concepto se refiere a la posibilidad de responder a la agresión quirúrgica en forma anormal y peligrosa. Esto puede estar en relación con una serie de factores inherentes al paciente (edad, estado físico, estado mental), como algunas deficiencias orgánicas o funcionales Debo señalar que también presenta riesgo aunque se lo considere mínimo, aquel paciente que aparentemente goza de buena salud, porque la cirugía toda es riesgo, ya que es una agresión. Paradójicamente por descuido son muchas veces los pacientes con riesgos mínimos los que presentan la mayor morbimortalidad Pero el riesgo quirúrgico no surge solo del estado del paciente, sino también de otros factores que son: la inadecuada evaluación y la cirugía propiamente dicha, en la que habrá de considerarse desde la técnica y la táctica, cuanto el ambiente quirúrgico, la indicación precisa, la idoneidad del cirujano, etc. En este momento quiero que nos ubiquemos frente a un paciente: se diagnosticó una afección que tiene una solución quirúrgica. Se tomó la decisión de llevar a cabo la cirugía: en ese instante comienza entonces lo que se llama PREOPERATORIO, que es todo lo concerniente al paciente hasta el momento en que realizamos la operación. Tiene entonces el preoperatorio dos etapas: 1ro. una de evaluación del paciente que es a la que nos estamos refiriendo centralmente ahora y una 2da. etapa en la que tenemos una serie de medidas y actitudes para llevar al paciente lo mas próximamente posible a la situación de normalidad y las medidas de preparación específica para cada tipo de cirugía. Veamos en detalle esta evaluación. El estudio del paciente quirúrgico significa EVALUAR LAS CONDICIONES CLINICAS DEL MISMO, lo que conlleva no solamente a considerar estáticamente la situación de c/u de las funciones del organismo en un momento determinado, sino además poder inferir, del modo mas aproximado posible CUAL SERA EL COMPORTAMIENTO DE LAS DISTINTAS FUNCIONES VITALES frente al traumatismo o stress que significa una anestesia, las maniobras quirúrgicas y el postoperatorio inmediato (inmovilidad, restricción alimentaria, etc.). Así mismo en muchas ocasiones la cirugía de por si (1) LIMITARA ALGUNA FUNCION VITAL (neumonectomía), colocará al organismo en (2) CONDICIONES HEMODINAMICAMENTE DISTINTA transitoria o definitivamente (Cirugía C.V.) y también durante el acto operatorio y en el postoperatorio inmediato se le (3) ADMINISTRARA DROGAS, circunstancias todas ellas, que por ser conocidas previamente, deben tenerse en cuenta al evaluar preoperatoriamente un paciente. Página - 3 - Preoperatorio Es importante diferenciar ahora los distintos tipos de pacientes que se pueden presentar, fundamentalmente con relación a su patología principal: * paciente agudo o de urgencia * paciente crónico o no urgentes En los pacientes urgentes habrá toda una gama de posibilidades que van desde la urgencia dramática de una herida vascular que no admite mas consideración previa que el propio tratamiento quirúrgico, hasta la urgencia diferida de una colecistitis aguda que nos permite realizar una evaluación preoperatoria completa. El caso intermedio, será una apendicitis aguda que nos dará unas horas para actuar. En los pacientes crónicos o no urgentes, plantearemos siempre la cirugía electiva en el momento más oportuno y con una exhaustiva evaluación previa del paciente en todos los casos. La evaluación de un paciente que necesita una cirugía comienza en el momento mismo de la primera entrevista. Este momento tiene gran trascendencia por la enorme importancia de los efectos psicológicos en la evolución postoperatoria. A partir del primer contacto, comienza a generarse la confianza del paciente en su médico o cirujano que será luego un elemento fundamental especialmente cuanto más compleja y grave sea la situación del paciente. Hay que tener en cuenta cuales son los elementos de estudio mínimos compatibles con una buena evaluación, que no son otra cosa que los estudios rutinarios de nuestra práctica diaria. Hay que insistir en el concepto de EVALUACION FUNCIONAL GLOBAL ya que cualquiera que sea la patología que presente el enfermo, nuestro estudio no puede quedar limitado solo a ella sino que debe abarcar al individuo todo, especialmente en sus funciones más trascendentes. El análisis discriminante, tanto para la cirugía de urgencia como par la electiva complicada, muestra que los sistemas que tienen mayor peso sobre la mortalidad, son el cardiovascular, el respiratorio y el renal, siguiendo en importancia el de defensa de la infección y el nutricional. Hay que tener también el concepto de que para esta evaluación funcional NO HACEN FALTA EN LA GRAN MAYORIA DE LOS CASOS, NI GRANDES RECURSOS TECNOLOGICOS O ECONOMICOS porque lo más importante lo logra un adecuado interrogatorio y un examen clínico completo. Recalcando la importancia de que éste sea global, incluso un examen rectal y ginecológico, teniendo la posibilidad de diagnosticar afecciones más importantes que el propio motivo de consulta o enfermedad que lleva a la cirugía. Cumplido el primer paso, nos encontramos frente a dos grupos o categorías de pacientes: El 1ro. metabólicamente normales, sin alteraciones orgánicas o funcionales que podemos considerar como de RIESGO MINIMO o individuos sanos y que felizmente constituye la mayoría de los pacientes internados para cirugía electiva. En ellos pedimos de forma rutinaria: E.C.G. Y LABORATORIO: HEMOGRAMA, GLUCEMIA UREMIA T. PROTROMBINA KPTT COLINESTERASA ORINA COMPLETA y si no encontramos alteraciones podrán ir al cirugía sin variar su calificación. El 2do. grupo, menos numeroso, reúne a los pacientes con evidencias o sospechas de alteraciones funcionales u orgánicas, cuya categorización surge de la H.CL. o de los pocos exámenes complementarios antes mencionados. En estos pacientes de RIESGO AUMENTADO el estudio debe continuar y orientados por su clínica profundizaremos en la investigación de uno, varios o todos sus sistemas vitales. Hay que recordar que la edad es un factor muy importante que hace que se deba tener una consideración muy Página - 4 - Preoperatorio especial con el niño y el paciente añoso. La continuación del estudio de este paciente estará a cargo del cirujano, el clínico o el especialista, dependiendo de la organización y posibilidades del sitio en que se trabaje. Es aconsejable dividir el preoperatorio en dos etapas: preoperatorio alejado y preoperatorio inmediato. PREOPERATORIO ALEJADO Comienza con la correcta historia clínica completa a fin de valorar a través del examen personal el estado real del organismo. Se completa con la investigación de una serie de pruebas de laboratorio y radiografías que variarán de acuerdo a las distintas patologías. Existen entonces algunas investigaciones que son básicas para toda la operación de tipo estándar. LABORATORIO Hemograma: la determinación de la fórmula leucositaria y el contaje de glóbulos rojos y concentración de hemoglobina, debe ser rutinaria. Así se descartarán las posibles hemopatías y los estados infecciosos agudos (leucositosis con neutrofilia) o crónicos (linfositosis) por ejemplo. Cuando la operación se realiza por algún padecimiento hematológico especial, el recuento de plaquetas es indudablemente de valor en el despiste de los síndromes plaquetarios. Eritrosedimentación: en cuanto orienta hacia los posibles focos infecciosos en evolución, será útil su determinación a fin de juzgar la evolución de ellos y de acuerdo a esto la necesidad de postergar un acto quirúrgico hasta su normalización o no Tiempo de sangría y coagulación: para evaluar las posibilidades de hemorragia intra o postoperatoria, vinculados a alguna alteración de la crasis sanguínea. En caso de estar en presencia de una patología por trastorno de la coagulabilidad esta investigación deberá ser completada con otras determinaciones a fin de determinar cuales son los factores (protrombina, retracción del coágulo). Glucemia: El descubrimiento de una diabetes ignorada o la corrección a cifras normales de un diabético conocido, hacen imperativo esta determinación. El diabético debe operarse libre de glucosuria y estados de acidosis. Urea: Principal importancia adquiere su determinación en las personas de edad o con antecedentes de padecimientos renales previos. Igualmente en la cirugía urológica. Las cifras elevadas pueden ser indicadoras de una insuficiencia renal inaparente y deberán ser corregidas hasta cifras próximas a lo normal. Pruebas de suficiencia hepática: De toda la gama de determinaciones para estudiar las distintas funciones de la glándula hepática, actualmente se seleccionan algunas, que en conjunto pueden orientar hacia una posible alteración. Deben solicitarse en aquellos casos en que se va a efectuar intervenciones prolongadas o con agentes anestésicos hepatotóxicos o en los enfermos que sufren ya una alteración definida de su sistema hepatobiliar (ictericia cirrosis etc.). La determinación de bilirrubina (directa indirecta y total), fosfatasa alcalina, transaminasas G.O.T., G.P.T y Ù.G.T., tiempo y/o concentración de protrombina y colesterol sérico, son las más habituales. Proteinograma: El importante poder bioplástico de las proteínas y sobretodo de la fracción albúmina, en el proceso de cicatrización de heridas, hace necesario la determinación del proteinograma en operaciones de envergadura. Ello es aún mas imperativo cuando se van a efectuar grandes resecciones y anastomosis viscerales y fundamentalmente en pacientes en mal estado de nutrición, hipoalimentados, como por ejemplo, cancerosos, fistulizados de tubo digestivo etc.. Orina: Es ésta una determinación rutinaria previo a toda intervención. Aparte de Página - 5 - Preoperatorio despistar infecciones urológicas que pueden complicar el curso postoperatorio, nos pone en aviso de posibles daños renales a través del estudio de su densidad y del sedimento urinario. Este conjunto de determinaciones someramente enumeradas, es la llamada “standard” para todo tipo de intervención quirúrgica de cirugía intermedia y mayor en pacientes que clínicamente se nos presentan como compensados. En otras circunstancias, por imperio de la misma afección que motiva la operación, por ejemplo: oclusión intestinal, tirotoxicosis, hemopatías, neumopatías, etc., habrá que hacer otras determinaciones especiales que cada caso dictará y que en general se las estudia en conjunto con el especialista que en esta circunstancia colaborará en el manejo del enfermo. Renglón aparte merece la determinación del ionograma que por la relevancia que a tomado últimamente en el manejo del medio interno del enfermo con grandes desequilibrios humorales, es casi un análisis de rutina. Es inexcusable su realización en los enfermos con problemas de deshidratación o desequilibrios electrolíticos. VALORES NORMALES HEMOGRAMA hematíes: 4.500.000/5.000.000 mm3 leucositos: 5.000/8.000 mm3 plaquetas: 250.000/300.000 mm3 hematocrito: 40% ERITROSEDIMENTACION: Indice de katz: 10/15 TPO. DE SANGRIA Y COAGULACION: Sangría: 1 - 3 mint. Coagul.ación: 5 - 15 “ GLUCEMIA: 0,80 - 1,20 gr. %. UREMIA: 0,30 - 0,50 gr. %. PRUEBAS HEPATICAS BILIRRUBINEMIA: TOTAL: DIRECTA: INDIRECTA 1,0 mg.% 0,4 mg.% 0,6 mg.% FOSFATASA ALCALINA: 1,5 - 4 U.B. TRANSAMINASAS: COLESTEROL: G.O.T. 8 - 40 U.I. G.P.T. 5 - 35 U.I. 150 - 250 mg.% T de PROTROMBINA: 12 SEG.(Quick) 80% PROTEINOGRAMA: ALBUMINA: GLOBULINAS TOTAL 4,5 - 5,5 grs./100 ml. 1,5 - 2,5 “ 6-8 “ ORINA: DENSIDAD: P.h. SEDIMENTOS 1.015 a 1.025 4.70 a 7.20 - IONOGRAMA POTASIO: 3.3 a 4.6 m.Eq./l Página - 6 - Preoperatorio SODIO: CALCIO: CLORO: 132 a 144 “ 4.5 a 5.5 “ 77 a 90 “ Cumplimentadas las investigaciones que podemos llamar standard puede surgir aún y como consecuencia de los resultados encontrados en las mismas, la necesidad de la colaboración de un especialista. De ellos, al que se recurre con mayor frecuencia y deberá ser de rutina, es el CARDIOLOGO. Sabido es la importancia de las afecciones cardiovasculares como interferencia en el desenvolvimiento del acto anestésico y quirúrgico. La realización de un electrocardiograma y eventualmente una prueba funcional de esfuerzo quedarán a juicio del especialista. En general la mayor contraindicación quirúrgica es la existencia de una insuficiencia cardíaca en curso o de la presencia de ciertos tipos de arritmia. Los defectos vasculares compensados, no contraindican en general la intervención. Al NEUMONOLOGO se recurrirá en caso de tratarse de un enfermo pulmonar crónico o de una cirugía torácica, para que evalúe la capacidad respiratoria y en casos de insuficiencia, mediante los ejercicios se llega a la compensación. En los pacientes con daño renal, el NEFROLOGO será necesario a fin de equilibrar una hiperazoemia y una correcta diuresis. Los diabéticos severos, descompensados y los obesos tendrán que concurrir al ENDOCRINOLOGO y/o DIETOLOGO a fin de equilibrar su estado nutricional. De todo lo antedicho en el preoperatorio alejado surgen dos posibilidades: 1) El organismo está compensado libre de impedimentos. El enfermo no necesitará ningún tratamiento previo, salvo los específicos de la patología a tratar. 2) existe alguna o varias descompensaciones. Se harán los tratamientos correspondientes, a fin de obtener el equilibrio buscado. PREOPERATORIO INMEDIATO Corresponde a la víspera de la intervención quirúrgica y las horas previas. A parte de la buena preparación orgánica, la preparación psíquica juega un rol preponderante. La psicoterapia a cargo del cirujano consistirá en la explicación del acto operatorio en forma sencilla y accesible, adelantando las posibilidades de éxito esperadas. Es de buena práctica relacionar a los enfermos con otros que ya han pasado por trance similar con resultados favorables. Como quiera que sea, la administración de sedantes es conveniente la víspera. La premedicación anestésica, debe correr por cuenta del médico anestesista y se administrará una hora antes; tiene por objeto mantener al enfermo en cierto modo desconectado del medio ambiente y disminuir las secreciones del árbol traqueobronquial. Generalmente se usa la combinación de petidina y atropina. Puede emplearse la antibióticoterapia profiláctica según normas establecidas. Es importante dentro de lo posible efectuar al paciente un baño con agua tibia y jabón de iodopovidona, especialmente en los pacientes obesos que tienen un abdomen en delantal, que les produce una zona húmeda y generalmente con micosis. En los momentos previos al traslado del enfermo al quirófano se procede a desinfectar la zona donde se hará la incisión con iodopovidona y se cubre con una compresa estéril. No es necesario rasurar al paciente. Solamente si en la zona de la incisión posee mucho vello se procede por la mañana de la operación a efectuar el rebaje del mismo con tijera. En los enfermos que van a ser operados de patología de la cavidad abdominal, la limpieza del colon mediante enema de agua jabonosa y/o salina la noche anterior es Página - 7 - Preoperatorio prudente. Igualmente la dieta desde 6 - 8 horas antes de la operación. La sonda nasogástrica no es de uso rutinario, es útil en algunos casos, imprescindible en otros. Ella nos asegurará una evacuación gástrica correcta y en el postoperatorio evitará los vómitos y la posible dilatación aguda gástrica. El cateterismo vesical preoperatorio se ha prestado a abusos, sus consecuencias (infecciones urinarias) han determinado una retracción en el uso rutinario de al misma. Es imprescindible en la cirugía ginecológica, tanto por vía alta o baja y en las operaciones sobre la vía urinaria. La elaboración de algoritmos más complejos basados en el monitoreo y la optimización de las variables fisiológicas, ha demostrado estadísticamente su valor en disminuir el riesgo quirúrgico especialmente en los pacientes críticos. Se puede categorizar a los pacientes con riesgo aumentado en: 1.- leve 2.- moderado 3.- grave 4.- paciente critico Sobre este concepto cabe aclarar que la designación de paciente critico se usa cada vez mas y no hay una definición muy precisa para caracterizarlo, pero resume el concepto de un paciente con COMPROMISO ORGANICO MULTIPLE, GRAN INESTABILIDAD FUNCIONAL, PRONOSTICO MUY INCIERTO Y RIESGO VITAL MUY ELEVADO. Con este tipo de pacientes tendremos que enfrentarnos cada vez con mayor frecuencia. CONCLUSION En la actualidad, el paciente que va a ser sometido a una intervención quirúrgica posee mucho mas probabilidades de tener adecuada evolución postoperatoria y una mínima morbimortalidad. Ello es debido tanto a la evolución de la técnica, como a un enfoque multidiciplinario que comienza en la evaluación del riesgo que la operación significa para ese paciente particular y en la adopción de medidas para prevenir posibles complicaciones, sin dejar de tener en cuenta el riesgo/beneficio como ecuación final en la valoración de la indicación quirúrgica. Página - 8 -