Ahora sì, tal vez. Un comentario sobre “El psicoanálisis y los debates culturales”, de Germàn Garcìa. Paidos. Espacios del saber.2005 Si una de las funciones del comentario de textos es avisar al lector que puede dispensarse de su lectura por serles entregadas ràpidamente sus tesis fundamentales, este texto vuelve eso imposible. Es uno de esos libros donde la ganancia mayor se cumple en su lectura, lo que no ahorra el saber què dice. Es una cuestión económica, esto es, libidinal. Ahora sì, tal vez, este nuevo libro de Germàn Garcìa pueda encontrar sus lectores. Eso serìa un acontecimiento, en el campo del psicoanàlisis...y de la cultura. Habrà lectores que puedan tal vez interesarse en reconocer la trama en la que se inscriben, a comienzos del siglo XX, en Argentina, los efectos discursivos del psicoanàlisis freudiano, dejando su marca en los discursos sobre la salud mental y las políticas sanitarias, cuestiones que hoy resuenan en la esfera pùblica, y no sòlo en la Argentina. Hallaràn en la primera parte, “Campos Magnèticos”, un análisis que, de Echeverria y Alberdi hasta Ramos Mejìa y Alejandro Korn, muestra el debate de mèdicos, sociólogos y filòsofos intentando pensar la nación en clave psicosociologica. Habra lectores a quienes importe hoy el nudo entre el delito, el crimen y la locura; entre el deseo, la ley y la culpa, sea por su pràctica en el àmbito forense o por su implicación subjetiva en esta Repùblica de Cromagnon. Entonces podrán asistir, de Ramos Mejìa a Ingenieros, a una original lectura de los inicios de la Criminología y la eugenesia en sus relaciones con el psicoanálisis en Argentina. Como en ningùn otro texto sobre el tema, esto se ilumina en el segundo capitulo del libro con las posiciones y articulaciones de Freud y Lacan respecto de estas cuestiones. Encontraràn entonces allì una inestimable orientaciòn de trabajo y reflexión sobre estos problemas. Habrà algunos que, interesados en las relaciones del psicoanàlisis y el marxismo, puedan seguir la trama de la recepción parcial del psicoanàlisis en Argentina por un grupo de mèdicos y psiquiatras entusiasmados al principio con las novedades freudianas, y luego mentores, entre los `30 y `50, de una verdadera cruzada contra el psicoanàlisis (Torres Norry, Berman, Thenon) en nombre de un cierto materialismo de corte pavloviano, y hallando una paradójica equivalencia entre su discurso y el del pensamiento católico en su comùn tarea de “disolver el psicoanàlisis”. Soportes diferentes y una misma dirección que hoy hallamos en los anhelos “interdisciplinarios”del psicoanálisis y las neurociencias. Sin embargo, otra cara de las relaciones efectivas de un psicoanalista y el marxismo se apreciarà en el capitulo 11, cuando el “ejemplo argentino” sea Bela Szèkely. Lectores que se interesen en las relaciones efectivas de la literatura y el psicoanàlisis sin por ello esperar una interpretación psicoanalìtica de la creación literaria o de la “personalidad” de los autores (lo que alguna vez se llamò psicoanàlisis aplicado). Una segunda parte, “Divinas palabras”, se unifica por la recurrencia a la literatura en sus entrecruzamientos con el psicoanálisis, sean sus temas, sus autores, etc. Desde Victoria Ocampo a Roberto Arlt, pasando por Manuel Puig y Bernardo Verbitsky hasta el hallazgo de “una artista adolescente”, Leonor Pichetti, en la que resuena un encuentro ¡futuro! de Joyce con Lacan. Trabajos que interpretan sì, una epoca de la literatura, pero tambien del psicoanálisis y de la vida social en la Argentina, con especial hincapié en los años 60 y 70. Habrà lectores que se interesen a partir de su experiencia como psicoanalistas. Podràn entonces leer la tercera parte del libro, “Algunos inconcientes”, que integra diversos paradigmas de psicoanalistas argentinos, desde Angel Garma y Rascovsky hasta Arminda Aberasturi y Bela Szèkely, que muestran retroactivamente en què suelo debiò inscribirse el retorno a la lectura de Freud por la via de la lectura lacaniana de Oscar Masotta a partir de los ’60. Algunas de sus consecuencias actuales pueden extraerse de los ùltimos dos capìtulos del libro. Otros podràn asistir a un ejercicio inigualable de lectura de Melanie Klein, para ir màs allà de los mitos de una analista “clìnica” como pocas pero con dificultades al plantear sus conceptos teóricos. Se trata de una lectura que explicita los lìmites de una traducción del tipo “lo que Freud llama, Klein llama” o del recurso a lo inefable de una experiencia que deberìa ser la misma para todos. Leer, entonces, su diferencia con Freud y sus implicancias “practicas”. Quien se interese por los problemas de la infancia, sea por su pràctica asistencial o educativa, por su intento de reflexión o la inserción social particular que tenga, hallarà en esa lectura incluida en un capìtulo de la tercera parte sobre Arminda Aberasturi, las bases para mùltiples articulaciones. Habrà tambien, seguramente, lectores que, interesados por cuestiones metodològicas o epistèmicas en el campo de la historia de las ciencias humanas y del psicoanàlisis, podrán apreciar tal vez la libertad que se gana, no sin rigor, cuando se logran superar los prejuicios de la academia o de la fidelidad a los estándares de grupo. Habrà, por fin, algunos de aquellos que parecerían ser sus lectores naturales: los historiadores de las disciplinas llamadas a veces simplemente “psi”, pero sobre todo los practicantes de la psicología, de la psiquiatrìa y del psicoanálisis. Y en efecto, Germàn Garcìa escribìa hace casi 30 años, en un texto llamado “ La entrada del psicoanálisis en la Argentina”: “ Para hablar del psicoanálisis en la Argentina es necesario evocar el discurso de la psiquiatrìa –en el interior de un discurso mèdico sobre la salud-, y hacer una lectura del discurso de la psicología –en relaciòn con una economìa del rendimiento òptimoporque la pràctica psicoanalìtica no es un capìtulo màs en el desarrollo de la ciencia; sino la interpelación de esas otras pràcticas...”. En efecto, lo olvidaba: este nuevo libro de Germàn Garcìa puede clasificarse entre los textos sobre Historia del psicoanálisis, y particularmente del psicoanálisis en Argentina. Claro que para el autor en ningùn caso se trata de un recordatorio, ni nostálgico ni apologètico, del pasado. Y por ello la critica que realiza (elucidación de las condiciones de producción de ciertos textos del psicoanálisis en su articulación con cuestiones de la cultura) y las operaciones que la vehiculizan resultan de una actualidad sorprendente. Resulta difícil, sin embargo, trasmitir el recorrido por un texto que muestra hasta un exceso de producción, articulaciones originales, un modo particular del tratamiento de los datos, una investigación que rinde frutos porque lo que encuentra no es siempre lo que busca y lo que busca no le sirve para desconocer lo que encuentra. Se me ocurre un tèrmino, pero ya no esta de moda, si alguna vez lo estuvo: generosidad intelectual, lo cual tal vez sea un oxìmoron en un paìs, como señala el autor, “donde el mimetismo es la regla y la desautorización reciproca un deporte..” Germàn Garcìa se da cuenta, y lo dice en alguna parte, que hay en este libro varios otros libros posibles. Es una verdadera provocación al trabajo, siempre y cuando uno consienta en su sentido. Porque lo original del texto no son los datos novedosos que aporta (que los hay), las articulaciones inèditas que propone (que las hay), . sino la posición del autor, su estilo y lo que llamarìa su Método (conviene leer varias veces la “Presentación”), del que hay mucho por aprender. Ahora si, tal vez, este nuevo libro de German Garcìa hasta pueda ser leìdo por psicólogos, psiquiatras y psicoanalistas. Pero deberàn enfrentarse, en cada caso, con los prejuicios doctos que los esperan allí y que impidieron la lectura, en su momento (1978), de un libro del autor diferente a este pero articulado: “La entrada del psicoanálisis en la Argentina”, primero de una serie de libros y artìculos sobre el tema. Recuerdo ahora que accedì a ese otro texto diez anos después de su publicaciòn, siendo profesor de historia de la psicología en la Universidad de Buenos Aires, en ocasión de proponer a los alumnos un seminario sobre historia de la psicología en la Argentina, y luego unos talleres que dejarìan la iniciativa a los propios alumnos. Ese libro, sorprendente por el riesgo de intentar una lectura en conjunto de la historia del campo “psi” en Argentina cuando no habìa otro texto de referencia, salvo algunos de compilaciòn de datos; y por su estilo, que tampoco recordaba a otros textos norteamericanos o europeos sobre el tema, no me fue menos sorprendente por su silenciamiento. Esto es, el hecho de que ninguno de mis colegas historiadores académicos me lo habìa recomendado, pero tampoco mis colegas psicoanalistas. Es que muchos no lo habìan leido. Y los que habìan leìdo algo de èl tomaban sus hallazgos sin citarlo. Podìa entender que un libro no trazado según los cànones académicos para avisar que se ha investigado, en un momento en que cada uno se planteaba decir muy poco sobre muchos documentos y no arriesgando interpretaciones, repeliera a los “profesores”. Pero, ¿y los psicoanalistas? ¿Tal vez no encontraban las señas por las que acostumbraban a reconocer un libro de psicoanàlisis?. O tal vez, amparados en un supuesto rebajamiento de Lacan por la historia (he escuchado eso alguna vez), creyeron que estaban dispensados de pensarla. En todo caso, se trataba de sus prejuicios doctos, no de su ignorancia docta. Probè entonces incluir ese texto en unos talleres de investigación para alumnos, cuyos prejuicios aùn no eran doctos, y su efecto fue notable: los llevaba a preguntarse y trabajar con una pasión en la que se evidenciaba que estaban interesados, podìan hacer suyas algunas preguntas allí donde otras que se hacìan sobre el psicoanálisis no les quitaban el sueño. Escribì entonces en un articulo de circulación acadèmica que ese texto, el de Germàn Garcìa esperaba aun sus lectores. ¿Serà diferente ahora y con este texto?. Ahora sì, tal vez sea diferente. Roberto Bortnik, ex profesor de Historia de la Psicología (UBA). Analista practicante. Miembro de la Escuela de la Orientación Lacaniana. Docente del Instituto Oscar Masotta. Interlocutor de la Delegación Bahìa Blanca del Instituto Oscar Masotta.