REVISTA FACULTAD DE MEDICINA, 2015, VOL. 15, Nº 1 ISSN online 1669-8606 PERSPECTIVA LA MUERTE EN EL HOSPITAL COMO PARTE DE LA VIDA: DOS MIRADAS, UN DIÁLOGO Ortiz Mayor, Sonia Marcela1,* y Ortiz Mayor, María del Milagro2 1,* Autor de Correspondencia: Servicio de Patología del Hospital Ángel C. Padilla y Cátedra de Anatomía Patológica de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Tucumán (UNT). Correo electrónico: [email protected] 2 Gabinete Psicopedagógico de la Facultad de Ciencias Exactas y Tecnología de la UNT (FACET). “La realidad tiene labios que besan a la muerte/ es destino de todos” Juan Gelman Experimentar el estudio de un cuerpo humano muerto en la “mesa de Morgagni”, que se presenta cercano al descubrir y construir su “biografía” mediante una autopsia anatomoclínica, ha sido una constante desde el 2006 para los patólogos del Hospital Padilla. Hoy, un hospital al que concurren alumnos de las ciencias de la salud y muchos residentes. Para ellos, para los médicos que acompañaron a ese ser humano y para los que aun no habiéndolo conocido, debaten su historia clínica en el “ateneo”, viene siendo una experiencia que genera aprendizaje e integración desde todo punto de vista. Esa vivencia de la muerte lejana/cercana a través de la realización de autopsias anatomoclínicas ha facilitado así una reflexión interna primero y luego institucional sobre las percepciones y la realidad de la muerte en nuestro hospital desde distintas miradas: asistencial, ética, legal, organizacional pero principalmente desde lo humano. Hoy además, el Padilla es un hospital donante. Esas tareas y reflexiones nos han ayudado a participar activamente en los procesos de procuración y trasplante. En este siglo de la inmediatez, del auge tecnológico, de la comunicación incomunicada, de la apología de la imagen y la belleza, de la vida misma, pensar en la muerte, hacer una autopsia, es todo un desafío que enfrentamos y pensamos, debemos compartir. Así como el significado etimológico de la palabra autopsia lo dice: “ver por uno mismo”, “ver con los propios ojos”, intentamos comentar nuestras miradas (la de las autoras): una, desde lo vivencial cotidiano como patóloga del hospital y la otra apoyándonos desde lo psicológico, ya que a pesar de no formar parte del plantel del hospital, ha colaborado desde el 2006 en muchas actividades de extensión, capacitación e integración del servicio cátedra. Penetrar la mirada hacia la muerte en el hospital, el lugar que ocupan los muertos, el espacio de los deudos, el espacio y el tiempo que los médicos, técnicos y enfermeros se toman ante sus muertos, lo que aprendemos de esas muertes para defender la vida y una buena muerte. Van nuestras miradas y diálogos…. Comunicar la muerte, cómo? .Preparar el cuerpo, por qué? “Te suplico que me avises si me vienes a buscar, no es porque te tenga miedo, sólo me quiero arreglar”. Charly García- Sui Generis 31 REVISTA FACULTAD DE MEDICINA, 2015, VOL. 15, Nº 1 La muerte en el hospital a veces nos sorprende y muchas otras tiene el esbozo previo de la enfermedad. Y el médico debe comunicar esa mala noticia e incluso como lo estamos haciendo hace un tiempo en el Padilla, pedir el consentimiento para otros gestos que servirán para concluir esa muerte y/o para salvar otras vidas. Hablamos de la posibilidad de realizar una autopsia anatomoclínica, cuando no se conoce la causa de muerte o se desea confirmarla o investigar las acciones de una determinada terapéutica entre otros fines. También de facilitar ciertos órganos o tejidos para donarlos a un paciente en espera, que siempre son demasiados. En definitiva, comunicar que la muerte ha llegado ya sea como muerte cerebral o con parada cardíaca. Este momento generalmente es de responsabilidad del médico tratante. El proceso de la muerte de un paciente se instala así en el hospital y debemos encargarnos ahora del cuerpo, acomodarlo, prepararlo, trasladarlo a diferentes destinos. Al final siempre a la “Morgue”. Ese lugar del fondo de los hospitales, poco conocido y por lo tanto poco querido. Hoy en el Padilla un espacio cuidado, controlado. Debemos encargarnos de la familia que conmocionada no entiende, no reacciona, llora, grita o se silencia y en esa condición debe realizar los trámites de la muerte y también quiere ver el cuerpo. Que está ahí inmóvil, preparado para ser visto y reconocido. Que sigue siendo aunque ya no es… Hacer una autopsia hoy? “¿Ya no tenemos muerte propia? el subsuelo de la noche que viene guarda lo que sintió el no ser” Juan Gelman El equipo de patólogos, residentes y evisceradores es el encargado de realizar las autopsias anatomoclínicas del Padilla. Esa autopsia tiene el momento principal de la apertura del cadáver en la mesa de Morgagni, del estudio parcial o completo de los órganos, de pocas palabras, de muchas miradas, de técnicas, de descubrimientos…de anotar los hallazgos, ISSN online 1669-8606 las texturas, los pesos. Todo con protocolos establecidos y con solemnidad. Luego la preparación del cuerpo para la entrega. Las suturas, la limpieza, la vestimenta, que no queden rastros de este estudio, que no se note nada. Los técnicos evisceradores capacitados para tal fin ponen lo aprendido y lo sentido…y lo hacen bien. Y la autopsia continúa con la conferencia macroscópica donde se reúne el equipo médico para profundizar desde la observación, el tacto, los datos clínicos, la lupa y los saberes, más saberes, pero ya dirigidos a construir un relato patológico de un cuerpo que fue el de un paciente y al que lo seguimos llamando así. Y luego el estudio histológico. En algunos casos preguntas a los médicos y a los familiares para intentar construir el mejor relato, con los diagnósticos más certeros. Y armar el protocolo de autopsia N° tanto, con un nombre, sí, “el nombre que fue”. Después el ateneo anatomoclínico con todo el hospital. Para intentar a través del debate y de la correlación anatomoclínica la mejor conclusión de esa muerte. Los encargados de la preparación del ateneo, generalmente médicos residentes de patología y del servicio solicitante intentan defender su tarea y sus diagnósticos y sus gestos. El auditorio participa con datos que aparecen, con posturas iguales o distintas y el que coordina, intenta manejar la profundidad de los tiempos…rescatar las mejores palabras. Por último la entrega de esas conclusiones por escrito y en forma verbal a la familia. Uno de los momentos para destacar, por la complejidad para trasmitir lo científico sin horadar lo humano, lo sensible. Lo que viene después de la entrevista….tal vez nada, otras en cambio, estudios clínicos, de laboratorio o genéticos de los que están. Y que agradecen…casi siempre, aún la nada. Dice Michel Foucault “el cadáver abierto y exteriorizado, es la verdad interior de la enfermedad, es la profundidad de la relación médico paciente.” Desde el siglo XVIII hasta nuestros días la Medicina ha cambiado, es verdad, en sus conocimientos, en su tecnología, pero esa relación médicopaciente, más allá de los tiempos y las culturas sigue intacta y a la vez distinta con todos sus matices. Siempre hay un médico, siempre un paciente. Entre ellos la 32 REVISTA FACULTAD DE MEDICINA, 2015, VOL. 15, Nº 1 enfermedad, la salud, la muerte. Una trilogía. Y de nuevo Foucault “La vida, la enfermedad y la muerte constituyen ahora una trinidad técnica y conceptual. La vieja continuidad de las obsesiones milenarias, que colocaban en la vida la amenaza de la enfermedad, y en la enfermedad la presencia aproximada de la muerte, está rota: en su lugar, se articula una figura triangular, cuya cumbre superior está definida por la muerte. Desde lo alto de la muerte se pueden ver y analizar las dependencias orgánicas y las secuencias patológicas”… Esto ha sido desde el 2006 parte de nuestra tarea. Lo que queda, queda?... “La muerte no quiere que el miedo te ocupe todo el peso de sentir no quiere que te creas final” Juan Gelman En el servicio, un momento: Tocan la puerta del servicio, muy despacio…no es lo habitual. Generalmente entran sin llamar. Es una médica clínica, con años en el hospital, buscando el resultado de una biopsia de un paciente con un cuadro clínico complejo. Nos pide que descartemos la posibilidad de un linfoma, recordando uno de los ateneos anatomoclínicos compartidos. Lo hacemos…Agregamos técnicas especiales. No podemos dar un diagnóstico definitivo. Lo enviamos a un centro de referencia. Un caso difícil…llegamos a un diagnóstico. Es una lesión que acompaña o precede a un linfoma. Lo seguimos…ya van dos años. Muchos lo conocemos ya a JC. Y él a nosotros. Estamos aprendiendo de nuestros pacientes. La fusión de la teoría y la práctica nos apasiona. La muerte como parte de la vida también. En el servicio, otro momento: Llegan los familiares de la paciente BL. Tenemos que entregarles el informe final de la autopsia. Están sólo los padres, pequeños los dos, tristes, de pocas palabras. Su hija falleció de una endocarditis bacteriana asociada a una patología cardiovascular congénita poco frecuente. En el ateneo debatimos no sólo lo científico, sino también lo socio sanitario. La paciente tenía dos hijos ya. Se conocía portadora de una cardiopatía ISSN online 1669-8606 pero nunca concluyó los estudios. Y los padres lo tomaban como parte de su cotidianeidad el que no pudiera hacer esfuerzos. Conversamos como una hora. Estaba presente el residente que hizo la autopsia. Silencios, pensamientos y sentires disímiles. Nos unía BL. Los acompañamos, simplemente. Decidimos publicar el caso en una revista de cardiología. Debemos escuchar los latidos y los soplos de la vida. Debemos estudiar mucho. Debemos captar los pacientes y seguirlos. Y el estado debe acompañarnos. En un encuentro de capacitación: Nos juntamos frente a la Unidad de procuración, somos unos doce en una habitación pequeña. Un grupo heterogéneo, médicos, psicólogos, enfermeros, técnicos evisceradores y camilleros. El médico encargado de la Unidad nos habla de la importancia de la donación y de la falta de tejidos y órganos en relación a la cantidad de pacientes que esperan una córnea, un riñón… Uno de los camilleros propone una estrategia para favorecer la donación. Una médica del grupo le agradece pero le recuerda la importancia de ese encuentro entre el que pide y el familiar en el sentido de lo que se dice y cómo en un momento de dolor. El camillero forma parte de la Unidad de cuidados postmortem (UCPM), recientemente generada desde Patología, es joven, quiere ser útil con su tarea .Debe trasladar y cuidar los cuerpos. Les llama pacientes. Así se acostumbró. Después de esa capacitación y de otras donde se estimuló la asertividad como estrategia, el grupo en forma coordinada favoreció varias procuraciones de córnea de pacientes fallecidos en el Padilla, hospital donante. En otro encuentro de capacitación: Son las diez de la mañana de un miércoles común, para muchos. Para el grupo que en el aula Dalma, veíamos “La Partida”, una película japonesa para debatir, no era un día común. Hacía poco había fallecido nuestro técnico eviscerador, muy querido. El cine debate era parte de un curso para formarlos en la tarea de eviscerar cuerpos humanos como parte imprescindible de una autopsia anatomoclínica. 33 REVISTA FACULTAD DE MEDICINA, 2015, VOL. 15, Nº 1 La película nos emocionó, cosa buena….El protagonista había decidido trabajar preparando el cuerpo del fallecido para la despedida, la partida…Uno de los alumnos advirtió el protocolo, el método ,la forma ordenada y a la vez apasionada con la que movía el cuerpo lo lavaba y lo vestía. Similar a parte de su tarea. Ellos también deben seguir un protocolo, que lo habían estudiado y algunos ya practicado. Esa palabra “Protocolo” empezó a sonarles diferente…Cada tanto recordamos ese miércoles… En el aula: Debo preparar la clase inaugural de Anatomía Patológica. En ella hacemos una introducción de los conceptos de salud y enfermedad. Hemos conversado en las reuniones de cátedra que debemos incluir en algunas clases el concepto de muerte y los tipos de muerte. Comienza una búsqueda bibliográfica en internet y libros de todo tipo. Y al final me queda una imagen circular de la vida y la enfermedad y la muerte como proceso, como colectivo. Y lo dibujo, contraponiendo la linealidad aprendida. Y la muerte queda escrita en el borde, formando parte de la vida. Y lo dejo así y les comento a los alumnos como una idea para la reflexión… y a veces ellos también hacen comentarios. Y hoy después de cuatro años de ese dibujo que sigue apareciendo en la clase, leo en un librito pequeño que encontré casualmente y que se llama ayudar a morir unas palabras de Jhon Berger: “considerar que los muertos son los individuos que una vez fueron tiende a oscurecer su naturaleza. Tratemos de considerar a los vivos como podríamos pensar que lo hacen los muertos: de manera colectiva. El colectivo se extendería no solo a través del espacio, sino también a lo largo del tiempo. Comprendería a todos aquellos que una vez vivieron. Así, también pensaríamos en los muertos. Los vivos reducen a los muertos a aquéllos que vivieron, pero los muertos comprenden ya a los vivos en su propio gran colectivo” Otra idea para pensar la muerte como parte de la vida. Al terminar la última clase un alumno ayudante de antropología me dice que podríamos seguir con lo lineal considerando todos los cambios en relación a una nueva visión epidemiológica, que así lo trabajan en ISSN online 1669-8606 su cátedra. Y yo recibo su opinión pero le digo que lo único que no me permite dejar mi círculo es esta idea de la muerte intrincada en la vida. Se ríe. En el café del hospital, la otra mirada Llego tarde al bar, ella estaba esperándome. Los psicólogos y los médicos, parecen tener una relación distinta con el tiempo -pienso-. Ese café de media mañana nos convocaba a hablar de diferentes temas. Yo le contaría sobre la UCPM, sobre el equipo que trabaja conmigo, sobre las autopsias que hacemos, sobre los obstáculos institucionales -y culturales- con los que nos topamos...Y ella me contaría sobre...no sabía bien de que me hablaría ella. Hoy creo que necesitaba de ella más bien su escucha. -Perdón por la demora, le digo - es difícil cortar. Cuando me estoy por ir ocurren cosas o todos empiezan a pedirme algo. - Y si, me dice, es difícil cortar...pensando en el corte de la vida y del tiempo, en el corte de un cuerpo muerto... -La muerte es un tema incómodo, agrega. Siempre van a "ocurrir cosas" en torno a ella. Las personas no quieren saber nada sobre eso. Y sigo escuchando la otra mirada…. La escuela por ejemplo, quiere niños que aprendan y pasen de curso. El hospital, quiere pacientes que respondan a los tratamientos y se vayan curados. Sin embargo...hay niños que no aprenden y pacientes que nunca salen del hospital. Las instituciones deben aceptar -como parte de ellas mismas- ese malestar. Aprender a trabajar desde ahí es el gran desafío, con los obstáculos que incomodan y que agobian, y que sin embargo "hablan" de que algo está sucediendo ahí con eso, algo estamos haciendo, algo pasa, y cuando pasan cosas, es posible que aparezcan síntomas, en este caso, institucionales. Los obstáculos o conflictos que pueden aparecer en el Hospital hoy, en torno al tema de la muerte, de las autopsias, de la donación, serán el telón de fondo inevitable, con el que habrá que actuar, y al que habrá que aceptar si se pretende trabajar con estos temas con compromiso y profesionalidad. Se trata de construir un relato sobre eso. La palabra del médico es necesaria. La que comparte con colegas a la hora de comprender "el caso", y también, la que le ofrece al paciente en su momento, o a los 34 REVISTA FACULTAD DE MEDICINA, 2015, VOL. 15, Nº 1 familiares que quedan en silencio cuando ese paciente...se quedó sin tiempo. También este relato. El que se construye desde el hacer y la reflexión. Ese momento donde teoría y práctica hacen la alquimia, promovida desde la experiencia y el trabajo cotidiano. No tenemos manera de significar la muerte porque no hay significante que la represente, nos enseña Freud desde el Psicoanálisis. Se sabe de la muerte pero al mismo tiempo se la desconoce. La muerte propia no se puede concebir. No hay simbolización. No se sabe qué es. Negar la muerte -la propia-, es el modo que encontramos para lidiar con ella. Sin embargo es también Freud el que se cuestiona, si no sería mejor "dar a la muerte en la realidad y en nuestros pensamientos, el lugar que le corresponde". Me pregunto si no sería oportuno -desde la creación de este espacio, de la UCPM, promover la posibilidad de sacar a la superficie lo que "hasta ahora hemos reprimido tan cuidadosamente". Comenzar a tomar una actitud ante la muerte que nos permita trabajar con ella y para ella. Computarla en el cálculo de la vida. Hacer consciente lo inconsciente de todo eso... que nos resulta tan incómodo. Tomarse el tiempo para pensar, para estudiar, para volver a encontrar el sentido del valor de la muerte como un proceso, como un vínculo indisoluble con la vida. Es necesaria la palabra de quienes trabajan con la enfermedad y la muerte. Y es necesaria la muerte, el límite, el corte, para poder hablar y ser hablados más allá de las propias palabras. “Qué es nuestro cuerpo sino la metáfora de otros cuerpos que nos hablaron, que nos tocaron y que nos hicieron ser y hacer……dándonos la palabra.” Milagro Ortiz Mayor ISSN online 1669-8606 AGRADECIMIENTOS Al Servicio Cátedra de Patología, especialmente aquellos médicos, residentes, técnicos y evisceradores que favorecieron el desarrollo de la Unidad de Cuidados Postmortem del Padilla. REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS 1- 2- 3- 4- 5- 6- 7- 8- Alves de Lima Alberto ¿Cómo comunicar malas noticias a nuestros pacientes y no morir en el intento? *Revista argentina de cardiología / vol. 71 nº 3 / mayo-junio 2003. De la Herrán Agustín. “Fundamentos para una Pedagogía de la Muerte” Revista Iberoamericana de Educación (ISSN: 1681-5653) Foucault Michel “El Nacimiento de la clínica: una arqueología de la mirada médica”. Siglo XXI Editores. 1995 Freud Sigmund. “Consideraciones de la actualidad sobre la guerra y la muerte”. Ob. Completas Heath Iona. “Ayudar a morir. Con un prefacio y doce tesis de John Berger”. Ed Katz 2008 Jiménez Aboitiz Ricardo Tesis doctoral: ¿de la muerte (de) negada a la muerte reivindicada? Análisis de la muerte en la Sociedad española actual: muerte sufrida, muerte vivida y discursos sobre la muerte. Universidad de Valladolid. Maza Maritza C, Zavala Mercedes G, Merino José “Actitud del profesional de enfermería ante la muerte de pacientes”. 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