Folklore dominicano

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La palabra folklore en Santo Domingo
La palabra folklore que todavia arrostra el incesante vendaval de las definicones inventada por el britano
William John Thoms en 1846, ha pasado por un proceso de introduccion y arraigo, fuera de Inglaterra, bien
interesante, sin que la celebre locucion se librase, en su propia patria, de la discusion acerca de su origen: en
1881, Eliezer Edwars, en words, facts and phrases, realizó una encuesta sobre quién usó por primera vez la
formula folklore, comprbandose que su primera aparición fué en la revista inglesa Athenaeum el 22 de Agosto
de 1846, obra de Thoms.
Folklore en Santo Domingo
Ciertamente que el folklore en nuestra america deriva del folklore de España, primordialmente, pero tambien
es cierto que en cada uno de nuestros paises tiene matices inconfundibles. ¿Cuáles son esos matices?
Señalarlos sería objeto de largo y sugestivo estudio ajeno a la levedad y apresuramiento de este apunte.
Entre nosotros , esos matices habría que buscarlos en los usos y aficiones predominantes; En el baile, el
merengue; en la bebida, el ron; en la comida, el sancocho; en las armas, el machete; en el vestido campesino,
la pollera; entre los intrumentos músicos, el cuatro y luego el acordeón; entre las fiestas populares, las fiestas
de cruz; en la versificación popular, la copla y la decima, contrariamene al predominio del romance, en
España; entre las supersticiones , los aparecidos y los fucusesy la ciguapa, de la que todos hablan , pero que
nadie ha visto con sus propios ojos.
Cabría aún señalar entre nosotros, o desviaciones del folklore. Por ejemplo el folklore de las permanentes
revoluciones que año tras año infestaron el país, ha desaparecido. Qué abigarrada fiesta folklórica era la de un
campamento revolucionario Era una orgía de sangre y de vicio. Por un lado el jolgorio más escandaloso, la
bachata, maravillosamente definida en tres palabras: romo, tambora y cuero. Más allá la cocina improvisada,
el amplio fogón, hacia cuyo olores suculentos se acercaban todos los vecinos de la comarca, también en busca
del pedazo de la res ajena descuartizada en cada tregua. Mientras el alma estaba ociosa, desde el general hsta
el recluta se ejercitaba en la baraja y en el dado muchas veces cargado, o bailado con mujeres de la peor ralea,
ebrios de ron y exitados por los sensuales vahos del grajo femenino.
La palabra folklore empezó ha usarse entre nosotros en el año 1884, en un periodico dominicano publicó un
extenso artículo explicando el significado del nuevo termino, como decian entonces de la expresion inventada
por Thoms en 1846. Pero es claro que desde antes hubo folkloristas en Sto. Dgo, sin que se atribuyeran esa
calidad, como Nicolás Ureña de Mendoza, el inimitable autor de el guajiro predilecto y de escritos de
costumbres dignos de memorias. En nuestro folklore hay tres nombres sobresalientes. César Nicolás Pénson,
indiscutible iniciador de los estudios folklórico y principal difundidor de la célebre palabra de Thoms; Juan
Antonio Alix, el genial decimero santiagués, cuya obra es la más preciosa cantera para el estudio del folklore
y del lenguaje criollo; y Ramón Emilio Jiménez, celebrado autor de Al amor del bohío, la más bella obra
literaria de contenido folklorico de nuestra bibliografia.
La tendencia hacia el folklore ha sido en los ultimos 20 años el rasgo más visible de nuestra literatura. Al
folklore pertenecen propiamente, casi todas las novelas dominicanas publicadas en ese lapso, desde Moscoso
Puello hasta Marrero Arisiti; casi toda la obra pictórica de Yoryi Morel; y alguna de las más bellas y
aplaudidas creaciones musicales de Julio Alberto Hernádez, Rafael Ignacio, José Francisco García, José
Dolores Cerón, Luis Rivera, Luis Alberti, sin olvidar al esforzado Julio Arzeno a quién se le debe un
homenaje por sus meritorios trabajos acerca del folklore dominicano.
Al más genuino folklore criollo corresponde finalmente, el Compadre Mon, del gran poeta Manuel Cabral, tan
dominicano por la esencia y tan universal por el genio poético, cuya poesía es la más rica, entre nosotros,
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aparte otras calidades en contenido folklórico.
Quizás esté dicho todo en alabanza del movimiento folklórico en Sto. Dgo, al decir que el folklorismo es el
rasgo más saliente de nuestra literatura en las dos últimas décadas. Es un remoto a la propia alma, al alma de
nuestra con todos sus dulces atavios del pasado y con todas las galas de nuestro ambiente .
Los principales informantes
Esta es una lista de los informantes que han colaborado en los cuentos folklóricos.
• Francisco Acebedo
• Gerardo Adams
• Graciela Alvarez
• Bienvenido Fabián
• Ramón Muñoz
• Emilio Ramos
• Gumersindo Sánchez
• Victor Sánchez
• Angel Vázquez
10−Félix Antón
11−Antonio Campo
12−Juan Candelario
13−Luis Emilio Geronimo
14−Félix Martín
15−Maria Medina
Bibliografia
Libro: Lengua y Folclore/ Folclore de Republica Dominicana.
Autor: Emilio Rodriguez Demorizi/ Manuél José Ambrade.
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