5.1. Informe sobre las condiciones de salud de los AM

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ÍNDICE
PÁG.
RESUMEN EJECUTIVO
1
INTRODUCCIÓN
6
RESULTADOS
ƒ
PERCEPCIÓN DEL ESTADO DE SALUD Y USO DE LOS
9
SERVICIOS DE SALUD
ƒ
CONDICIONES DE SALUD
17
ƒ
NUTRICIÓN
30
ƒ
ANÁLISIS DE LA TOMA DE BIOLÓGICOS
40
CONCLUSIONES
47
GLOSARIO
51
REFERENCIAS
56
RESUMEN EJECUTIVO
Este informe de resultados presenta la información relevante sobre las condiciones de salud del adulto
mayor beneficiados por el Programa 70 y más en las zonas rurales y sintetiza los resultados de la
encuesta de evaluación en términos de la utilización de los servicios de salud preventivos, la percepción
del estado de salud y los principales datos referentes a sus condiciones de salud desde los factores de
riesgo, el estado de nutrición, y el reporte de los principales problemas de morbilidad de los AM.
La estructura del reporte está diseñada para presentar información que describa las
condiciones de salud de la población adulta mayor en las áreas rurales del grupo de intervención del
programa 70 y más conformado por AM de 70 a 74 años que viven en localidades rurales (a lo más de
2500 habitantes) y los grupos control fueron los AM de 65 a 69 años residentes en las mismas
localidades (control interno), y los AM de 70 a 74 años residentes en áreas de mayor tamaño (control
externo I). En esencia, las características de los grupos seleccionados fueron bastante similares en lo
social, económico y con respecto a sus necesidades, riesgos y daños a la salud. Las diferencias
encontradas pueden explicarse por el efecto de la edad cuando se comparan el grupo intervención con
el control interno o por aspectos de acceso a bienes y servicios cuando se compara con el control
externo I. No obstante, las poblaciones se comportan de manera homogénea en sus principales
atributos lo cual permite hacer las comparaciones correspondientes y evaluar el impacto del programa.
El impacto potencial que puede tener un apoyo económico sobre la salud de una población
adulta mayor, crónicamente expuesta a situaciones de desventaja social y a un diverso espectro de
factores de riesgo no es fácilmente medible ni interpretable. Esto se debe a que la pensión monetaria
otorgada no está condicionada a la utilización específica de servicios de salud, como si lo está en otras
subpoblaciones pobres; y el adulto mayor puede disponer de dicha contribución económica de manera
discrecional. Sin embargo, el apoyo económico puede incidir sobre las condiciones de salud de los AM
de maneras diversas aunque no necesariamente inmediatas. Dada su vulnerabilidad biológica, el AM
tiene necesidades básicas que busca satisfacer de manera prioritaria y una de ellas es, precisamente, la
salud. Una de las principales barreras de acceso a los servicios de salud está ligada a la disponibilidad de
recursos económicos para transportarse, pagar por los servicios demandados, adquirir medicinas y/o la
hospitalización. Otra forma en que el AM puede incidir sobre su salud es utilizando la pensión recibida
para mejorar la ingesta de alimentos y ese poder adquisitivo le brinda una posición más relevante
dentro del núcleo familiar. Esta posición como proveedor mejora sus redes de apoyo y su percepción
como individuo no dependiente que son atributos que inciden sobre la percepción de su estado
emocional, físico y mental. Aún así, impactar sobre una condición de vida crónicamente vivida en
desventaja y expuesta a riesgos desfavorables para su salud limita el impacto del programa a sólo 14
meses de estar funcionando.
1
Sin embargo, debe enfatizarse que el objetivo de este informe es descriptivo ya que sus
resultados servirán para tener un diagnóstico del estado de salud de los adultos mayores beneficiarios
por el programa 70 y más así como identificar las principales problemáticas en materia de salud de esta
población.
Los resultados más sobresalientes pueden ser descritos como sigue. En cuanto a la percepción
de su estado de salud, poco más de la mitad del grupo en intervención (59% de las mujeres y 62% de
los hombres) percibió estar en buena o muy buena condición de salud inclusive con respecto al año
previo aunque esta proporción disminuyó a 25% y 19% respectivamente. Esto se acompaña de
evidencias en el uso de servicios de salud de manera más o menos importante aún cuando estamos
hablando de grupos con restricciones en el acceso a los servicios de salud. Las coberturas de los
esquemas de vacunación específicos para el AM son buenas en lo referente a la vacuna contra el
tétanos y difteria, 82% en mujeres y 79% en hombres, aunque descienden contra la neumonía (70% y
66%) y la influenza (77% y 70%). Las coberturas en los hombres en el grupo control interno son
relativamente más bajas.
En lo referente a la detección oportuna de padecimientos más mujeres que hombres acuden a
detección de hipertensión (77% vs 67%), diabetes (54% vs 44%), hipercolesterolemia (24% vs 22%) y
detección de tuberculosis (17% vs 7%) y en los grupos control son un poco más elevadas. La mitad de
las mujeres (53%) se realizó la detección del cáncer de cérvix pero sólo una tercera parte de ellas se
realizó la exploración profesional de sus senos para la detección de cáncer mamario. El uso de la
mamografía se ubicó en el 9% en el grupo intervención y es similar en los grupos control. En el caso
de los hombres, muy pocos (17%) se han realizado la detección de cáncer de próstata. La utilización de
servicios ambulatorios para la atención de problemas de la vista, la audición y problemas dentales es
baja dada las altas prevalencias de estos problemas en este grupo poblacional. La consulta para
problemas visuales fue de 14% en mujeres y 12% en hombres del grupo intervención, para los
problemas auditivos (6% para ambos) y para los problemas dentales de 18% y 17% respectivamente.
No hay diferencias entre los grupos control.
En cuanto los factores de riesgo, los hombres reportan un mayor consumo de tabaco (11% vs
0.8%) y alcohol (20% vs 3%) que las mujeres en el grupo de intervención y el patrón es similar en los
grupos control. Aunque las prevalencias son distintas, el consumo de cigarrillos y alcohol es muy
similar entre los sexos en todos los grupos.
En lo relativo a la morbilidad reportada, las mujeres tienden a reportar con mayor frecuencia
que los hombres los padecimientos explorados: enfermedad cerebrovascular (2.5% vs 2.6%),
enfermedades del corazón (3.8% vs 4.5%), la artritis (13% vs 11%), la enfermedad pulmonar (3.8% vs
2.6%), la osteoporosis (11% vs 5%), los tumores malignos (0.8% vs 0.5%), la incontinencia urinaria
2
(22% vs 19%), el edentulismo total (20% vs 11%) y el uso de prótesis (25% vs 17%). Este patrón se
observa muy similar entre el grupo de intervención y los de control.
La prevalencia de diabetes reportada en el grupo de intervención fue mayor en las mujeres que
en los hombres (16% vs 9%) y lo mismo sucedió con los grupos control. En el grupo de intervención
el uso de medicamentos fue de 82% y 89% de ellos lo toma siguiendo las indicaciones del médico. La
aplicación de insulina (2.4%), la asistencia a la consulta (83%) y la visita al médico en los últimos 3
meses (89%) nos indica una alta utilización de los servicios de salud aunque las medidas
complementarias para un control adecuado de la diabetes no son tan adecuadas. Por ejemplo, el 79%
de los diabéticos en el grupo de intervención no hacen dieta ni ejercicio, sólo el 46% usa tiras reactivas
para su control, el 3% se ha realizado una prueba de hemoglobina glucosilada, el 4% ha sido sometido
a un examen ocular y sólo al 10% le han revisado los pies. Este patrón se presenta de igual forma en
los grupos control.
En lo referente a la hipertensión arterial, las mujeres reportaronn una mayor prevalencia que
los hombres (38% vs 22%) muy similar al control externo (39% vs 21%) aunque menor en el control
interno (31% vs 16%) seguramente determinada por la edad. La toma de medicamentos para el control
de la hipertensión es del 76%, el 81% lo toma de manera regular, el 86% acudió al médico en los
últimos 3 meses y el 72% se toma la presión. Este perfil de tratamiento es muy similar entre los grupos.
En el caso de la hipercolesterolemia, la prevalencia es mayor en las mujeres (10% vs 4%)
aunque el acceso al tratamiento es menor (32%).
La dieta de la población de AM es característica de la población rural, con una gran proporción
de alimentos ricos en energía (carbohidratos simples, como el refresco y el azúcar) y mayor consumo
de tortillas.. Es posible, que la dieta de los AM sea carente en algunos micronutrimentos esenciales
siendo un factor de riesgo para deficiencia de múltiples micronutrimentos, aunado a los problemas
gastrointestinales que se presentan en estas edades, así como problemas de salud concomitantes.
En lo referente a seguridad alimentaria se puede decir que el 23% de los hogares donde habita
un AM del grupo de intervención padece inseguridad alimentaria moderada y en el 23% es severa.
El consumo de energía promedio al parecer rebasó sus requerimientos diarios lo que
representa un factor de riesgo para el sobrepeso y la obesidad. El análisis reveló que el 5.6% de las
mujeres y el 5% de los hombres de la población de AM del grupo de intervención tiene un problema
de desnutrición. El problema de sobrepeso se encontró en el 38.1% de las mujeres y en el 32% de los
hombres del grupo intervención. La prevalencia de sobrepeso no varió entre los grupos de
comparación, pero se observó una mayor prevalencia entre las mujeres en comparación con los
hombres. La obesidad se encontró en el 13.9% de las mujeres y en el 7.6% de los hombres del grupo
intervención, observándose una mayor prevalencia entre las mujeres que en los hombres en los grupos
de comparación. De acuerdo con la circunferencia de cintura el 54% de las mujeres en el grupo de
3
intervención presentó un riesgo alto de complicaciones metabólicas, mucho mayor al riesgo presentado
por los hombres (17%).
En lo referente a padecimientos prioritarios, la encuesta exploró a través de mediciones
biológicas específicas algunos aspectos de la atención de la anemia (hemoglobina), la diabetes
(hemoglobina glucosilada, HbAc1), la hipertensión arterial (tensión arterial) y dislipidemias (colesterol)
en una submuestra de adultos mayores.
La prevalencia de anemia en la submuestra de AM, no varió entre las dos mediciones, siendo
de 16.9% en el 2007 y de 17.2% en el 2009. Al estratificar por sexo, la prevalencia de anemia fue
discretamente mayor en los hombres (18%) que en las mujeres (16%).
Resalta que a pesar de las condiciones de ruralidad y marginación en la que se encuentran
dichas poblaciones los resultados de la atención de diabetes e hipertensión dan cuenta de una cobertura
adecuada del tratamiento farmacológico y de asistencia al médico para el control de la enfermedad. Los
AM con diagnóstico de diabetes mellitus en el 2007 fue de 11.7% y la proporción de pacientes con un
control inadecuado fue del 73% (59.58% con mal control y 10.85% con muy mal control de acuerdo a
los niveles de HbAc1). En el 2009 aumentó la proporción de pacientes diabéticos (15%) aunque
también aumentaron los pacientes bien controlados (32.09%). Existe un mayor reporte de DM por
parte de las mujeres, un mayor número de mujeres no diagnosticadas que son casos potenciales de
tener DM en comparación con los hombres. A pesar de un mal control de la enfermedad, las
prevalencias de tratamiento son altas, al igual que la asistencia a la consulta.
En el caso de la hipertensión la prevalencia aumentó de 24.8% en el 2007 a 36.2% en el 2009 y
aunque hubo un descenso en la media de la presión arterial, las diferencias no fueron significativas. De
acuerdo con las mediciones de la presión arterial el 50% de los adultos mayores están clasificados
como casos potenciales. Existió un mayor reporte de HA por parte de las mujeres, un mayor número
de mujeres no diagnosticadas son casos potenciales de tener HA en comparación con los hombres y en
promedio la presión arterial sistólica y diastólica de los adultos mayores con diagnóstico de HA estuvo
por arriba de los niveles de control (140/90 mmHg) de su enfermedad.
En el caso de las dislipidemias (colesterol >=200 mg/dl) se estimó que el 21% de los AM son
candidatos a padecer hipercolesterolemia.
Estos resultados nos presentan a un grupo de poblaciones con amplias necesidades de salud
que son complejas de atender de manera integral y, más aun, resolverlas de manera inmediata. Por un
lado, hay que ampliar las coberturas de los servicios preventivos como las inmunizaciones y la
detección oportuna de padecimientos crónicos mientras que por el otro observamos una demanda
importante de servicios de atención que atienden la demanda pero no resuelven de manera eficaz los
problemas, tal es el caso de la diabetes mellitus y la hipertensión arterial. Además hay evidencias de que
4
la comorbilidad asociada al proceso de envejecimiento requiere de esquemas de atención mejor
diseñados para cubrir este espectro de necesidades.
Esperar que la entrega de una pensión monetaria modifique dichas condiciones de salud sin
que los servicios de atención estén preparados para resolverlos resulta casi imposible a pesar de que
hay evidencias de que los AM acuden a los servicios con cierta regularidad y probablemente asociado a
la posibilidad que les brinda el beneficio económico recibido por el programa 70 y más.
5
INTRODUCCIÓN
En 2007 la SEDESOL implementó el Programa de Atención a los Adultos Mayores de 70 años y mas
en zonas rurales (70 y más), con el propósito de mejorar el nivel de ingreso y sus condiciones de vida
de los AM de 70 años y más que habiten en localidades de no más de 2500 habitantes.1 En el 2008 el
programa extendió sus beneficios y cobertura a más de 1.7 millones de AM residentes de localidades de
hasta 20 mil habitantes que a partir de entonces reciben un apoyo mensual de $500.00, no
condicionado, que se entrega de manera bimestral.
El apoyo económico puede incidir sobre las condiciones de salud de los AM de maneras
diversas aunque no necesariamente inmediatas. En vista de que una de sus principales barreras de
acceso a los servicios de salud está ligada a la disponibilidad de recursos económicos, la transferencia
bimestarl puede utilizarse para transportarse, pagar por los servicios médico ambulatorios y/o
hospitalarios, o adquirir medicinas. Otra forma en que el AM puede incidir sobre su salud es utilizando
la pensión recibida para mejorar la ingesta de alimentos y diversidad de su dieta. Esta posición como
proveedor mejora sus redes de apoyo y su percepción como individuo no dependiente que son
atributos que inciden sobre la percepción de su estado emocional, físico y mental. Aún así, impactar
sobre una condición de vida crónicamente vivida en desventaja y expuesta a riesgos desfavorables para
su salud limita el impacto del programa a sólo 14 meses de estar funcionando.
El presente reporte corresponde al análisis de la información generada del Primer estudio de
seguimiento a la evaluación de impacto del Programa 70 y más, que se llevó a cabo entre febrero y
marzo de 2009. Esta encuesta se realizó en en 533 localidades, distribuidos en los estados de Guerrero,
Querétaro, Michoacán, San Luis Potosí, Puebla, Veracruz e Hidalgo y en los mismos adultos mayores
que integraron el estudio basal de la evaluación realizado en el 2007. El tamaño de muestra esperado
fue de 5,805 AM, de los cuales se contó con información de 5,425 entrevistas a los adultos mayores, lo
que equivale a una tasa de respuesta de 93.5%. Adicionalmente, en una sub-muestra de 643 AM se
realizaron mediciones en sangre (capilar) de hemoglobina glucosilada, hemoglobina y colesterol. El
análisis describe lo relacionado con las condiciones de salud de los adultos mayores y se incorporan los
resultados de la submuestra de AM a los que se les tomaron muestras de sangre y análisis biológicos
con respecto a condiciones de salud particulares como anemia, diabetes mellitus, hipertensión arterial y
dislipidemias.
El concepto de salud en los AM incorpora, más que en cualquier otro grupo de edad, la
apreciación subjetiva del estado de salud que depende de la conjunción de las condiciones fisiológicas,
habilidades funcionales, bienestar psicológico y el soporte social. 2 El primer apartado, describe el auto
reporte del estado de salud del Adulto Mayor (AM) en relación a cómo perciben su estado de salud, se
6
compara su estado de salud en relación con la de otro AM de su misma edad, y su estado de salud
actual en comparación al de hace 12 meses.
El envejecimiento de la población representa un desafío mayúsculo para el uso de servicios
preventivos de salud y su atención médica. La aplicación de inmunizaciones en el AM, los exámenes de
detección oportuna como la toma regular de la presión arterial, la detección de tuberculosis en
personas sospechosas de la enfermedad, la detección oportuna de cáncer cérvico-uterino y cáncer de
mama en mujeres, y de cáncer de próstata en los varones, la detección de agudeza visual, sordera y el
uso servicios dentales en los AM se utilizan como indicadores de cobertura y utilización de los
servicios de salud.
Actualmente en México existe una transición demográfica que obedece a los cambios en la
estructura por edad de la población y que determina cambios en el perfil epidemiológico. La mayoría
de las enfermedades diagnosticadas en los adultos mayores son de larga duración, no son curables y, si
no se tratan de manera adecuada y oportunamente, tienden a provocar complicaciones y secuelas que
dificultan su independencia y autonomía. En algunos padecimientos existe la posibilidad de prevenirlos
a través de la promoción de estilos de vida saludables, sobre todo en los vinculados al consumo de
tabaco y alcohol, de una buena nutrición, y la práctica de ejercicio físico.
En este reporte también se describen y analizan las condiciones de salud de los AM
comenzando por factores de riesgo modificables, como son el consumo de alcohol y tabaco. Además
se describen los padecimientos crónico-degenerativos propios del AM, su tratamiento farmacológico y
medidas como el cuidado en una dieta saludable, el ejercicio regular y el chequeo médico regular y su
control por medio del laboratorio. En la sección de condiciones de salud se describen las prevalencias
de problemas crónicos como la diabetes, la enfermedad cerebrovascular, la hipertensión arterial, el
cáncer, la osteoporosis, la artritis, la incontinencia urinaria y el edentulismo que ilustra el complejo
escenario de la comorbilidad asociada al envejecimiento pues se requiere de programas de atención
integrada que identifiquen y traten patologías diversas, discapacitantes y que afectan de manera
cotidiana la calidad de vida de los adultos mayores.
También se abordan aspectos nutricionales que son consecuencias de otros padecimientos o
parte del proceso natural del envejecimiento, el sobrepeso y la obesidad como factores de riesgo para
otras enfermedades y entidades clínicas que afectan la salud de los AM. Su estrecho vínculo con el
síndrome metabólico impone que exista un apartado específico para la diabetes mellitus, la
hipertensión arterial y las dislipidemias, abordado a través de los resultados que ofrecieron las
mediciones de hemoglobina glucosilada, la toma de la presión arterial y la medición del colesterol en
sangre.
7
La población adulta tiene la esperanza de vida más larga que nunca antes y se debe prolongar y
mejorar la calidad de vida de las personas de la tercera edad para que mantengan una vida digna y
socialmente independiente.3 Es nuestra intención estimular una discusión seria, sustentada, crítica e
innovadora que merece el campo de la salud de la población adulta mayor. El trabajo que aquí se
presenta seguramente motivará a nuestros lectores a continuar el análisis de las diferentes facetas que
tiene el tema del envejecimiento y a participar activamente en la respuesta que nuestros sistemas de
salud deben dar ante esta necesidad emergente.
8
1. PERCEPCIÓN DEL ESTADO DE SALUD
Y USO DE SERVICIOS DE SALUD
Percepción del estado de salud
La percepción del estado de salud es un indicador confiable para conocer el estado de salud de los
ancianos. Medir la percepción del estado de salud que cada AM tiene sobre sí mismo, permite ampliar
las perspectivas para la identificación de necesidades de salud y evaluación de programas e
intervenciones dirigidas al AM más allá de lo estrictamente médico, pues resulta relevante para los
tomadores de decisiones y los investigadores que trabajan con este grupo de población. 4, 5,6
El uso generalizado del auto informe de salud se debe, principalmente, a que es un indicador
asociado significativamente con la mortalidad y con la salud de la población, y puede usarse para medir
la demanda de atención en salud. A nivel individual, predice la mortalidad en personas de edad
avanzada, por lo que puede emplearse en modelos de comportamiento actual o futuro de la utilización
de servicios o planes de retiro. Es un indicador relativamente fácil de aplicar mediante encuestas
poblacionales.7
En esta sección sólo se tomó en cuenta la información reportada únicamente por los AM
sobre la percepción de su propio estado de salud, conformado por un total de 3586, los cuales 1219
pertenecen al grupo de intervención, 1251 al control interno y 1116 al control externo I. El cuadro 1
resume los resultados de la percepción del estado de salud de los AM en los grupos de intervención y
control. El 58.9% de las mujeres en el grupo intervención reportó su estado de salud actual como muy
bueno-bueno, mientras que en los hombres, el porcentaje fue del 62.5%. La comparación también se
realizó en cuanto a cómo percibían su estado de salud en relación con la de otro adulto mayor de su
misma edad, y el 61.69% de las mujeres en el grupo intervención se percibió en un muy bueno-bueno
estado de salud en comparación con otra mujer de su misma edad. En el caso de los hombres, el
62.64%, se clasificó en este mismo nivel de salud.
En el caso de la percepción de su estado de salud actual en comparación a la de hace 12 meses
existe una diferencia importante, ya que sólo el 25.2% de las mujeres y 19.4 % de los hombres
consideró estar mejor de salud que hace 12 meses comparado con el 20.1% en las mujeres y 16.6% en
los hombres del grupo control interno. Para el control externo, los porcentajes fueron de 32.6% y
22.03% respectivamente (Cuadro 1).
9
Cuadro 1. Percepción del estado de salud del Adulto Mayor estratificado por sexo
Intervención
Salud actual (% Muy buena - Buena)
Mujer
Hombre
Estado de salud en relación con la de
adultos mayores de la misma edad (%
Muy buena - Buena)
Mujer
Hombre
Salud actual a la de hace 12 meses
(3,481) (% Mejor)
Mujer
Hombre
(n=1219)
%
IC
Control interno
(AM 65-69)
(n=1251)
%
IC
Control externo I
(AM 70-74)
(n=1116)
%
IC
58.98
62.48
55.00-62.95
58.69-66.26
59.05
54.83
54.92-63.17
51.14-58.51
64.67
62.32
61.13-68.21
57.64-66.99
61.69
62.64
57.76-65.62
58.85-66.42
59.60
62.64
55.47-63.71
59.06-66.21
65.53
68.36
62.00-69.04
63.86-72.84
25.25
19.40
21.74-28.76
16.30-22.48
20.11
16.62
16.74-23.47
13.86-19.37
32.62
22.03
29.14-36.09
18.02-26.03
Uso de servicios de salud preventivos y ambulatorios
En México, el sistema de salud ha realizado esfuerzos por aumentar la cobertura y la calidad de los
servicios preventivos de salud.8,9,10,11. Estas acciones resultan de particular interés e impacto para los
AM pues asegura la aplicación de inmunizaciones, la detección de hipertensión arterial y diabetes
mellitus, deficiencias visuales y auditivas, la detección oportuna de cáncer cérvico-uterino, cáncer de
mama y de la enfermedad prostática, entre otros. Para que la población utilice los servicios preventivos
de salud, es necesario que se reduzcan las barreras financieras, se mejore el acceso geográfico y se haga
conciencia de la importancia de obtener servicios preventivos de salud.12 La cobertura de estas
estrategias se consideró como posible indicador de impacto del programa pues el apoyo económico
puede facilitar el acceso e incorporarlos a una nueva dinámica de información con respecto a las
acciones disponibles en la comunidad o los servicios de salud más cercanos.
Inmunizaciones
En general, la aplicación de inmunizaciones específicas para adultos mayores, tiene como objetivo
proteger la salud, prevenir o retardar la aparición de enfermedades o discapacidades y elevar la calidad
de vida de la población AM. Es por ello que todas las vacunas que actualmente se aplican en el país,
ocupan un lugar importantísimo en materia de salud pública.
El incremento en los años de vida de una población, implica que esta se encuentre con mayor
exposición a factores de riesgo. Para mejorar los niveles de salud de la población mexicana mediante la
prevención de las enfermedades prevenibles por vacunación, el Gobierno Federal, por conducto de la
Secretaría de Salud y del Consejo Nacional de Vacunación, normaron la aplicación de vacunas, con
base en lo recomendado por la Organización Mundial de la Salud. En nuestro país, desde el año 2003,
10
se implantó la utilización de Cartillas Nacionales de Salud, y este sistema se encuentra vigente aun en
las comunidades más remotas. La Cartilla Nacional de Salud del Adulto Mayor, está accesible para
hombres y mujeres de 60 años en adelante, y tiene como objetivo otorgar protección específica al
adulto mayor mediante un esquema específico de vacunación gratuito contra la neumonía por
neumococo; el tétanos y la difteria, e influenza. En esta encuesta de evaluación se consideraron las
coberturas de la vacuna contra el tétanos y la difteria, la neumonía y el H. Influenza incluidas dentro
del esquema nacional de vacunación universal para los adultos mayores. 13
El tétanos es una causa importante de morbimortalidad en el mundo, provocada por una
exotoxina tetanospasmina, producida por una bacteria del género Clostridium tetani, que afecta al
sistema nervioso central y que puede provocar la muerte. Su puerta de entrada principal es la piel a
través de las heridas, las intervenciones quirúrgicas sépticas, los pinchazos y la mala aplicación de
drogas parenterales. En particular, la rigidez muscular, o los espasmos musculares dolorosos, advierten
al médico de su posible diagnóstico.
La Difteria es una enfermedad infecciosa, producida por la exotoxina del Corynebacterium
Diphtheriae. El único reservorio conocido para dicho microorganismo es el hombre, el cual se
contagia por medio de las gotitas de saliva eliminadas por las personas enfermas o por las secreciones
de las vías respiratorias o de la piel de dichas personas. Es una enfermedad de distribución universal,
relacionada con las condiciones de hacinamiento, apareciendo más frecuentemente en épocas
invernales. Se caracteriza clínicamente por faringitis y una pseudomembrana (falsa membrana) que
puede cubrir amígdalas, faringe y laringe. Ocasionalmente tiene secuelas como miocarditis y neuritis.
La vacuna Td, es una vacuna que consiste en la combinación de toxoide tetánico y toxoide
diftérico; indicada para la inmunización activa contra estos dos microorganismos. La dosis en el adulto
se compone de un mínimo de 40UI de toxoide tetánico y un mínimo de 4UI de toxoide diftérico. El
esquema propone dos dosis para AM, la primera a partir de los 60 años sin antecedente vacunal y la
segunda con intervalo de cuatro a seis semanas posterior a la primera dosis; el refuerzo es una sola
dosis aplicada cada diez años, salvo en situaciones especiales como los trabajadores rurales, en donde
está recomendada cada 5 años.
Alrededor de cuatro de cada cinco mujeres del grupo intervención (82%) se aplicó la vacuna
contra el tétanos en los últimos 5 años previos a la evaluación; en los hombres la cobertura fue del
79.75%. Esto mismo se puede observar en el control interno, mientras que en el control externo I, los
porcentajes en ambos sexos son mayores sin que existan diferencias significativas. (Cuadro 2)
11
Cuadro 2. Uso de servicios médicos-preventivos en los Adultos Mayores estratificado por sexo
Intervención
%
Inmunizaciones (4,103)
Vacuna contra el tétanos*
Mujer
Hombre
Vacuna para la neumonía*
Mujer
Hombre
Vacuna para H. Influenza**
Mujer
Hombre
(n=1,408)
IC
Control interno
(AM 65-69)
(n=1,394)
%
IC
Control externo I
(AM 70-74)
(n=1301)
%
IC
82.19
79.75
79.36-85.02
76.77-82.71
83.50
78.13
80.55-86.44
75.23-81.03
85.89
83.05
83.51-88.25
79.66-86.44
70.23
66.29
66.84-73.61
62.79-69.78
70.75
57.93
67.14-74.36
54.46-61.39
73.22
65.04
70.20-76.23
60.73-69.35
77.49
70.25
74.39-80.58
66.87-73.63
76.47
64.32
73.10-79.83
60.96-67.68
82.75
71.40
80.17-85.32
67.31-75.48
Exámenes detección
Toma de presión arterial en el último año
(2,812)***
Mujer
Hombre
Tuberculosis**** (236)
Mujer
Hombre
53.75
45.44
48.93-58.57
41.12-49.74
51.75
39.52
46.84-56.65
35.68-43.35
56.68
53.15
52.30-61.05
48.02-58.27
17.14
7.69
4.37-29.90
-0.84-16.23
8.82
15.69
-0.92-18.57
5.52-25.84
23.53
23.08
11.68-35.37
6.43-39.72
Cervico-uterino*****(2,135)
53.01
49.30-56.71
53.52
49.55-57.47
46.73
43.32-50.13
Mama***** (exploración por profesional)
(2,135)
Mamografía***** (2,135)
30.23
26.81-33.64
29.79
26.15-33.41
26.51
23.49-29.52
9.31
7.15-11.47
11.46
8.92-13.98
7.99
6.13-9.84
17.4
14.59-20.21
15.4
12.86-17.94
19.01
15.42-22.58
Próstata***** (1,943)
*Adultos mayores con la vacuna aplicada en los últimos 5 años
**Adultos mayores con la vacuna aplicada en el último año
***Adultos mayores sin diagnóstico de hipertensión arterial y mínimo dos tomas de presión arterial en el último año
****Se realizó el estudio de tuberculosis en el último año en aquellas personas que presentaron tos con flema (sangre) de
manera persistente durante tres meses continuos.
*****Se realizó en los últimos 3 años.
El neumococo, S. pneumoniae, pertenece al género Streptococcus, y al grupo de bacterias Gram
positivas y es un microorganismo capaz de causar diversas infecciones como neumonía, sinusitis,
peritonitis, meningitis y septicemia, entre otros. A pesar de que la vacuna contra neumococo fue
autorizada para uso humano en 1977, y que diversos estudios prueban que reduce la morbimortalidad
en AM, aun se duda de su utilidad en programas masivos de vacunación14. México y Estados Unidos,
incorporaron la vacunación contra neumococo en sus esquemas de vacunación para AM en 2006. Esta
vacuna se aplica en una sola dosis con refuerzos cada cinco años y está indicada a todo adulto mayor
de 65 años, especialmente si tienen alguna enfermedad asociada. A pesar de su reciente periodo de
aplicación a nivel nacional, en nuestro estudio se observa que la cobertura en el grupo de intervención
fue del 70.23% en las mujeres y del 66.29% en los hombres (Cuadro 2).
12
El virus de la influenza es una de las principales causas de enfermedad respiratoria aguda en
que afecta de forma más severa a los grupos en los extremos de la vida. Se transmite a través de las
gotas de saliva, las secreciones bronquiales y nasales, emitidas al toser, estornudar o al hablar, y en
mucho menor grado a través de la sangre y los fomites. Las grandes epidemias estacionales ocasionadas
por la influenza provocan de cientos a miles de defunciones por lo que la vacunación contra el virus de
la influenza se ha propuesto como una estrategia para reducir las consecuencias en muertes y
hospitalizaciones.
En México, infecciones respiratorias agudas bajas son la séptima causa de mortalidad, y las
enfermedades del sistema respiratorio son la cuarta causa de egresos hospitalarios en los adultos
mayores de 65 años y más de edad. Para los AM de 65 años y más, es la séptima causa de muerte en los
hombres y la quinta causa de muerte en las mujeres.15 En la temporada invernal 2006-2007, destacó la
aplicación de 4,578,463 dosis de vacuna antiinfluenza y 1,345,840 dosis de vacuna antineumocóccica en
adultos mayores16. Además se obtuvo un impacto intermedio de cobertura anual del 85% en
vacunación antiinfluenza en la población de ≥60 años. La vacuna humana habitual, es la trivalente, que
contiene proteínas purificadas e inactivadas de las tres cepas que se consideran las más comunes: dos
subtipo del virus A y uno del virus B. Debido a las características de la mutación del virus, la vacuna es
efectiva para las cepas presentes en el año de vacunación y debe ser reformulada cada año. Esto
implica que es una vacuna que se debe aplicar cada año y que previene potencialmente sólo los casos
de la temporada en la que se emplea.17, 18
El 77.49% de las mujeres en el grupo intervención reportó haberse vacunado en el último año
contra la influenza, y el 70.25% de los hombres en este mismo grupo (Cuadro 2).
Exámenes de detección
Hipertensión
La hipertensión arterial (HAS) es una condición caracterizada por un incremento continuo de las cifras
de presión arterial, es uno de los principales factores de riesgo cardiovascular, y se considera un
problema global de salud pública. El incremento en la prevalencia de esta patología se relaciona al
incremento en la población en riesgo, de la esperanza de vida, y de los factores asociados como la
obesidad, el tabaquismo, la diabetes y algunos factores genéticos.19 Dentro de los exámenes
preventivos está la toma de presión arterial (PA) en el último año y la Norma Oficial Mexicana NOM030-SSA2-1999, para la prevención, tratamiento y control de la Hipertensión Arterial (HAS) estipula
que la PA se medirá dos veces al año a los individuos de 65 años de edad en adelante.
Uno de cada dos mexicanos después de los 50 años es padece HAS; el 61% de la población ignora ser
hipertensa; sólo el 50% de las personas con diagnóstico previo están bajo tratamiento médico y de
13
ellos, sólo el 14.6% se encuentran en control. En este estudio, el 53.75% de las mujeres y el 45.44% de
los hombres en el grupo intervención, se han tomado la presión arterial al menos en dos ocasiones en
el último año. En los otros dos grupos de control, también se observó que es más frecuente que las
mujeres se tomen la presión arterial durante el último año que los hombres aunque no hubo diferencias
entre los grupos de intervención y control (Cuadro 2).
Tuberculosis
La OMS informa que a nivel mundial un tercio de la población se encuentra infectada por el
Mycobacterium tuberculosis o bacilo de Koch. La TB es la enfermedad infecciosa más prevalente en el
mundo, cada año ocurren más de 10 millones de casos nuevos y 3.5 millones de defunciones por esta
enfermedad. En 2003, el informe de la OMS estimó 8 millones (140/100,000) de nuevos casos, de los
cuales 3,9 millones (62/100,000) tienen infección activa y 674,000 (11/100,000) están coinfectados con
VIH.
En nuestro país, la tasa de incidencia varía de acuerdo a los diferentes estados, entre 4.2 y 37
casos por cada 100,000 habitantes en 1999.20 Al igual que en otros países, el problema de VIH/SIDA,
la diabetes, desnutrición, las adicciones y la resistencia a fármacos antituberculosos han venido a
agravar el perfil de la tuberculosis en México, particularmente por la falta de seguimiento y control de
los programas y la falta de adhesión al tratamiento de los pacientes, lo cual ha favorecido la emergencia
de cepas resistentes a los tratamientos convencionales.
El síntoma más frecuente es la tos con expectoración consistente, la cual puede estar
acompañada de sangre (hemoptisis), además de fiebre intermitente, diaforesis nocturna, pérdida de
peso y disnea. Aunque el cuadro clínico del padecimiento oriente al diagnóstico, siempre debe
confirmarse por medio de pruebas de laboratorio. Según la norma mexicana, el examen para el
diagnóstico de la tuberculosis (TB), se debe realizar en aquellas personas con una tos crónica con
flema. La tuberculosis se transmite por el aire, cuando un infectado estornuda, tose o escupe. Un
enfermo de tuberculosis activa sin tratamiento, puede llegar a infectar en promedio de 10 a 15 personas
por año.
En nuestro estudio, un total 236 adultos mayores reportaron sintomatología de tos crónica con
flema. En el grupo de intervención sólo el 17.14% de las mujeres y 7.69% de los hombres del total de
AM reportaron presentar síntomas de tos crónica con flema y haberse realizado el estudio para
detección oportuna de TB en el último año. La cobertura de detección es menor en los hombres en el
grupo de intervención aunque las diferencias con el grupo control externo no son significativas
(Cuadro 2).
14
Detección de cáncer cérvico uterino y mamario
El desarrollo de cáncer uterino es un proceso lento aunque las células malignas pre-cancerosas pueden
ser detectadas mediante una citología anual o semianual conocida como prueba de Papanicolaou, la
cual resulta ser una estrategia efectiva de detección oportuna para reducir el riesgo de cáncer. En 2007,
la causa de mortalidad por cáncer cérvico-uterino fue de 14.3 muertes por cada 100 mil mujeres de 25
años y más21.
El riesgo de cáncer mamario se incrementa con la edad. El interrogatorio y la exploración de
las mamas son el primer paso para identificar la enfermedad. Según lo encontrado por el Instituto
Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), el cáncer mamario es la primera causa de muerte por
cáncer en las mujeres (13.8%), un poco por encima del cáncer cervico-uterino (12.1%). La tasa de
mortalidad por cáncer mamario es de 16.4 por cada 100 mil mujeres de 25 años y más.
En este estudio, el 53.01% de las mujeres del grupo intervención reportó haberse realizado el
Papanicolaou para la detección de cáncer cérvico-uterino en los últimos tres años. El 30.23% de las
mujeres del grupo intervención se realizó una exploración clínica de mamas por un profesional de
salud y sólo el 9.31% se realizó una mamografía en los últimos tres años (Cuadro 2).
Cáncer prostático
En México la principal causa de muerte por cáncer en la población masculina corresponde al cáncer de
la próstata (15.7%). La tasa de mortalidad es de 19.2 defunciones por cada 100 mil varones de 25 años
y más.21 En este estudio, de los 701 hombres AM que se encontraban en el grupo intervención, el
17.4% reportó haberse realizado el examen prostático en los últimos tres años (Cuadro 2).
Uso de servicios ambulatorios: vista, oído, dental
La OPS reporta que la deficiencia visual aumenta exponencialmente con la edad, de tal manera
que 20% a 30% de la población adulta mayor puede estar afectada por este padecimiento. Se conoce
que más de la mitad de todos los casos de impedimento visual ocurren en los mayores de 60 años. Los
mayores de 60 años con disminución de la agudeza visual tienen 2.5 veces más posibilidades de tener
deterioro funcional22, mayor riesgo de sufrir trastornos psicológicos (depresión, aislamiento social,
disminución de la autoestima, confusión y deterioro cognitivo, entre otros), fracturas de cadera y
muerte,23,24,25 y dos veces mayor dificultad para realizar sus actividades de la vida diaria, en
comparación con aquellas personas con adecuada agudeza visual.26
El deterioro de la audición es otra deficiencia sensorial que ocurre de manera generalizada al
avanzar la edad. Junto con la artrosis y el deterioro de la vista, ocupa uno de los tres primeros lugares
entre las discapacidades más frecuentes. Su deterioro limita la funcionalidad y conduce al aislamiento y
es además un factor de riesgo de otras discapacidades. 27 Según datos de la OPS, el 30% de los mayores
15
de 60 años sufren de una baja significativa de la audición, esta proporción aumenta hasta 60% en los
mayores de 85 años.28
La calidad de vida del adulto mayor se ve afectada también por su estado de salud oral, ya que
su condición dental tiene gran impacto en la selección de los alimentos, y por ende en su condición
nutricional, por lo que lo convierte en un factor de riesgo de malnutrición. 29 En este estudio, otro de
los servicios ambulatorios estudiados, fue la asistencia al odontólogo por lo menos una vez al año.
Aunque no fue posible diferenciar la razón de la consulta, en el cuestionario se preguntó sobre
la última vez que acudió a evaluarse la vista. El 14.10% de las mujeres y el 12.75% de los hombres del
grupo intervención reportaron un examen de la vista en el último año sin mostrar diferencias con los
grupos control. Dentro del grupo intervención, el 5.7% de las mujeres refirió haberse hecho un
examen del oído en el último año, muy similar a lo reportado por los hombres (6.09%). En general, se
reportó una baja asistencia al dentista, las mujeres del grupo intervención reportaron una prevalencia
de 18.38% y los hombres de 17.14%, prevalencias similares en los grupos control (Cuadro 3).
Cuadro 3 Uso de servicios ambulatorios en los Adultos Mayores estratificado por sexo
Intervención
(n=1408)
%
IC
Control interno
Control externo I
(AM 65-69)
(AM 70-74)
(n=1394)
(n=1301)
%
IC
%
IC
Servicios ambulatorios* (4,103)
Vista
Mujer
14.10
11.52-16.68
14.05
11.29-16.80
15.68
13.20-18.15
Hombre
12.75
10.28-15.21
11.89
9.62-14.16
14.41
11.23-17.57
Oído
Mujer
5.70
3.98-7.41
4.58
2.91-6.23
6.27
4.62-7.92
Hombre
6.09
4.32-7.85
4.09
2.70-5.48
4.45
2.58-6.31
Mujer
18.38
15.50-21.24
16.83
13.86-19.79
19.66
16.95-22.37
Hombre
17.14
14.35-19.92
15.86
13.29-18.41
16.31
12.97-19.65
Dental
*Servicios ambulatorios realizados en el último año.
16
2. CONDICIONES DE SALUD
El aumento de la población adulta mayor es un componente esencial de la dinámica de la población
mexicana. De representar aproximadamente el 5% de la población en los años cuarenta, se estima que
para el año 2010 llegará al 8.8% del total de la población, alcanzando los 9.8 millones de adultos
mayores de 60 años.30,31 El crecimiento paulatino de la población adulta mayor es conocido como parte
del complejo proceso de transición demográfica. Los rasgos más notorios son la disminución de las
enfermedades infecto contagiosas y el aumento de las defunciones consecutivas a padecimientos
crónico-degenerativos.32,33 Esto acarrea importantes consecuencias en materia de salud pues implica
mayor vulnerabilidad para presentar enfermedades, ya sea por desgaste acumulado a lo largo de la vida,
o por la manifestación de enfermedades crónicas, lo que la trasforma en una población altamente
consumidora de los servicios de salud.34 El impacto en el estado funcional son mayores en los AM que
en los grupos más jóvenes; ya que en ellos destacan padecimientos que llegan a ser discapacitantes,
tales como cáncer, diabetes, enfermedades cerebrovasculares, artritis, hipertensión arterial, demencias y
osteoporosis. En esta sección describimos la influencia de los principales factores de riesgo asociados a
estas patologías.
Factores de riesgo
Tabaco y alcohol
El consumo y el abuso de sustancias y su influencia en el deterioro cognoscitivo, es un tema
pobremente reconocido en la población adulta mayor. Diversos estudios y sistemas de información y
vigilancia dan cuenta de la magnitud y de las tendencias del uso y abuso de tales sustancias en nuestro
país, lo que ha permitido establecer que el abuso de bebidas alcohólicas constituye la problemática más
importante, seguida por el tabaquismo y el consumo de otras sustancias psicoactivas.35 Se ha
encontrado como factor importante, la relación entre el consumo y abuso de sustancias y la depresión,
problemática frecuente en el adulto mayor, ya que se asocia a un mayor consumo de alcohol y
tabaco.36 Estos factores, así como las importantes consecuencias negativas que acarrean, se convierten
en un problema de salud pública que repercute en su entorno familiar, laboral y social.
En el grupo intervención, el 11.61% de los hombres reportó consumo de tabaco mientras que
en las mujeres no llegó al 1%; esto mismo se observó en los grupos controles. En cuanto al consumo
promedio de cigarrillos por día, se observó que en el grupo de intervención, las mujeres consumen en
promedio 4.35 cigarrillos, y los hombres 6.27. Sin embargo, a pesar de que una minoría de las mujeres
17
se auto-reporta consumidora actual de tabaco, en promedio consume más cigarrillos al día que el
hombre en el grupo de control interno, no siendo así en el grupo control externo (Cuadro 4).
El consumo de alcohol fue más frecuente en los hombres que en las mujeres (20.11% y 3.42%
respectivamente), comportamiento similar se observó en los dos grupos control. El promedio de copas
al día que reportaron los hombres fue de 1, similar al caso de las mujeres en todos los casos, excepto
en el grupo de control externo I, en cual el consumo de alcohol fue bajo y las mujeres no llegaron a
consumir una copa a la semana (Cuadro 4).
Cuadro 4. Factores de riesgo de los Adultos Mayores estratificado por sexo
Intervención
Tabaco (4,103)
Actual
Mujer
Hombre
Promedio de cigarrillos al
día (284)
Mujer
Hombre
Alcohol (4,103)
Actual
Mujer
Hombre
Promedio de copas al día
(435)
Mujer
Hombre
(n=1408)
%
IC
Control interno
(AM 65-69)
(n=1394)
%
IC
Control externo I
(AM 70-74)
(n=1301)
%
IC
0.85
11.61
0.17-1.53
9.24-13.98
0.82
9.46
0.10-1.53
7.40-11.51
0.84
10.81
0.22-1.46
8.00-13.60
4.35
6.27
0.58-8.12
4.98-7.56
8.2
5.29
1.59-14.80
3.87-6.71
2.32
5.57
0.96-3.68
3.61-7.53
3.42
20.11
2.07-4.76
17.15-23.07
2.61
25.83
1.34-3.88
22.76-28.90
2.77
14.19
1.65-3.89
11.04-17.34
1.59
1.48
-0.26-3.45
1.06-1.91
1.12
1.18
0.09-2.14
0.89-1.48
0.21
1.19
0.05-0.36
0.64-1.73
Padecimientos generales
Las principales causas de enfermedad y muerte en México durante los últimos 70 años reflejan las
consecuencias de una ambivalencia en nuestro país; por un lado el adelanto socioeconómico y por el
otro, la cuota de patología de la pobreza, propio de una nación que no ha alcanzado su desarrollo
pleno. El aumento en los malos hábitos tanto de consumo de alimentos ricos en carbohidratos y grasas
saturadas, como de tabaco y alcohol, la falta de ejercicio y otros cambios en el estilo de vida
relacionados con la urbanización e industrialización aceleradas, junto con la mayor esperanza de vida
de nuestra población, han dado lugar al aumento progresivo y acelerado de las enfermedades crónico
degenerativas, que las convierte en una de las principales causas de daño a la salud pública, tanto en
México como en otros países del mundo.
18
Por ejemplo, las enfermedades vasculares cerebrales (EVC)1 y enfermedades del corazón (EC) ocupan
el tercero y segundo lugar de mortalidad en adultos mayores respectivamente.37 En este estudio el
2.69% de los hombres y 2.56% de las mujeres del grupo intervención reportaron EVC y 4.53% de los
hombres y 3.85% de las mujeres reportaron tener el diagnóstico de EC. En el caso de las mujeres con
EC del grupo de intervención, mostraron una prevalencia menor que las mujeres en los grupos control
interno y externo I, 4.08 y 5.07 respectivamente. En el caso de los hombres con diagnóstico de EC, el
grupo de intervención reportó una prevalencia de 4.53%, y los controles interno de 3.32%, y externo I
de 6.60% (Cuadro 5).
Cuadro 5. Auto-reporte de diagnóstico médico de enfermedades en los Adultos Mayores.
Intervención
(n=1408)
%
Control interno
(AM 65-69)
(n=1394)
%
IC
IC
Enfermedad vascular
cerebral
Mujer
2.56
1.39-3.73
1.63
0.62-2.63
Hombre
2.69
1.49-3.88
2.30
1.24-3.35
Enfermedad del corazón
Mujer
3.85
2.42-5.27
4.08
2.51-5.65
Hombre
4.53
2.99-6.06
3.32
2.06-4.58
Artritis
Mujer
12.96
10.47-15.45
13.89
11.14-16.63
Hombre
10.91
8.60-13.20
9.21
7.17-11.23
Enfermedad pulmonar
Mujer
3.85
2.42-5.27
4.74
3.05-6.42
Hombre
2.69
1.49-3.88
2.56
1.44-3.66
Osteoporosis
Mujer
11.11
8.78-13.43
10.95
8.47-13.42
Hombre
5.52
3.83-7.21
5.24
3.67-6.80
Cáncer
Mujer
0.85
0.17-1.53
1.47
0.51-2.42
Hombre
0.57
0.01-1.12
0.51
0.01-1.01
Incontinencia urinaria
Mujer
22.03
19.27-25.45
19.44
16.30-22.58
Hombre
19.69
16.75-22.62
14.58
12.10-17.05
Edentulismo parcial*
Mujer
57.55
53.88-61.21
58.33
54.42-62.24
Hombre
57.65
53.99-61.29
52.17
48.66-55.67
Edentulismo total**
20.44
17.39-23.49
16.97
13.65-19.68
Mujer
11.24
8.84-13.64
6.08
4.33-7-81
Hombre
Uso de puentes, dientes o
dentadura
postiza(3,896)***
Mujer
25.19
21.90-28.46
23.98
20.52-27.43
Hombre
17.69
14.79-20.59
14.92
12.31-17.51
* Pérdida de más de 4 dientes, excepto todos los dientes
**Pérdida de la totalidad de dientes
***Solamente contestaron esta pregunta aquellos que mencionaron que les faltaba algún diente
Control externo I
(AM 70-74)
(n=1301)
%
IC
3.38
2.75
2.14-4.60
1.27-4.23
5.07
6.60
3.57-6.56
1.91-5.28
12.79
8.69
10.51-15.06
6.14-11.23
5.07
3.60
3.57-6.56
1.91-5.28
14.11
5.08
11.74-16.48
3.09-7.06
0.60
0.42
0.07-1.13
-0.16-1.01
21.71
17.80
18.90-24.52
14.34-21.25
59.23
56.14
55.87-62.57
51.66-60.62
17.83
8.41
15.17-20.48
5.81-11.00
24.19
15.91
21.22-27.15
12.48-19.33
1
EVC: es producido por una gran cantidad de patologías diversas, que terminan en la oclusión y/o ruptura de un vaso arterial o venoso. Los
grandes grupos de EVC conocidos se dividen en: isquemia cerebral, hemorragia cerebral, y trombosis venosa cerebral
19
La fuente de sintomatología y de limitación funcional más común en el adulto mayor es el sistema
músculo-esquelético ya que el 40% de las personas mayores de 60 años padecen de artralgias. Las
enfermedades que causan el dolor articular son generalmente crónicas, discapacitantes y difíciles de
tratar.38 En el estudio, la prevalencia de artritis en las mujeres en el grupo de intervención fue de
12.96% y los controles interno y externo tuvieron porcentajes de 13.89% y 12.79%, respectivamente.
En los hombres se reportó una prevalencia menor en todos los grupos, siendo la prevalencia en el
grupo de intervención de 10.91% (Cuadro 5).
La enfermedad pulmonar tuvo una mayor prevalencia en las mujeres (3.85%) que en los
hombres (2.69%) del grupo intervención y este patrón se repitió en los grupos control sin que
existieran diferencias significativas (Cuadro 5).
La osteoporosis es una enfermedad crónica que afecta entre el 20% y 30% de la población
mayor de 50 años,39 lo que la convierte en un problema de salud pública. En México se reporta una
prevalencia de osteoporosis de 16% y 57% en lo referente a baja densidad ósea.40 En nuestro estudio,
las mujeres presentaron prevalencias mayores en relación a los hombres. El 11.11% de las mujeres del
grupo intervención reportó osteoporosis en relación al 5.52% de los hombres. Las mujeres en el grupo
control externo tuvo la mayor prevalencia de osteoporosis (14.11%) (Cuadro 5).
De los 10 millones de nuevos casos de cáncer por año, 5.5 millones se encuentran en los
países en vías de desarrollo. Se estima que el número de casos nuevos pasará a 15 millones antes del
2020 y el 60% de los casos se presentará en los países en desarrollo. El cáncer causa 12% del total de
las defunciones a escala mundial y hay más de 20 millones de personas que lo padecen. Casi la mitad de
todas las neoplasias malignas reportadas en el mundo se presentan en adultos mayores. En el 2005 el
cáncer provocó la muerte de aproximadamente 64,000 personas en México y 37,000 fueron menores
de 70 años.41 En nuestro estudio, el 0.85% de las mujeres del grupo intervención reportó tener un
diagnóstico de cáncer y en los hombres el 0.57%. Las mujeres del grupo control interno, presentaron la
mayor prevalencia en relación a los grupos estudiados (1.47%) (Cuadro 5).
El edentulismo se define como la ausencia total o parcial de piezas dentarias, las cuales no se
reemplazarán posteriormente de manera natural. Entre sus principales causas están la caries y la
enfermedad periodontal. En México se reporta un 30% de edentulismo en adultos mayores de 65 años
de edad.42 En nuestro estudio, el 57.55% de las mujeres y el 57.65% de los hombres en el grupo
intervención reportaron edentulismo parcial (pérdida de más de 4 dientes); mientras que el edentulismo
total se presentó en el 20.44% de las mujeres y en el 11.24% de los hombres. El 25.19% de las mujeres
del grupo intervención mencionaron utilizar puentes, dientes o dentadura postiza y esta prevalencia fue
menor en los hombres (17.69%). Este patrón fue muy similar en los grupos control (Cuadro 5).
20
La incontinencia urinaria se reportó más en las mujeres que en los hombres en todos los
grupos sin que existieran diferencias al interior de los mismos.
Enfermedades específicas: diabetes, hipertensión e hipercolesterolemia
En esta sección se presentan los resultados de los adultos mayores que se identificaron con el
diagnóstico específico de estos padecimientos y a los individuos identificados por la encuesta. En el
resto de las secciones sólo se presentan datos de aquellos adultos mayores que se identificaron con el
diagnóstico específico de estos padecimientos.
Diabetes mellitus
La diabetes mellitus es una enfermedad sistémica, crónico-degenerativa, con grados variables de
predisposición hereditaria, con participación de diversos factores ambientales y se caracteriza por la
incapacidad del cuerpo para aprovechar la glucosa, generando hiperglucemia crónica debido a la
deficiencia en la producción o acción de la insulina, lo que afecta al metabolismo intermedio de los
hidratos de carbono, proteínas y grasas. Dentro de las complicaciones crónicas de la diabetes mellitus,
se encuentra la lesión vascular de órganos como el corazón, riñón, ojos y el sistema nervioso periférico
que pueden desencadenar padecimientos como infartos cerebral o cardíaco, insuficiencia renal y
ceguera, entre otros.
La Organización Mundial de Salud estima que el número de personas con diabetes en el
mundo es de 171 millones y pronostica que aumentará a 366 millones en el año 2030.43 En 2007, según
reportes del INEGI, la diabetes mellitus fue la principal causa de muerte en mujeres (16.2%) y en
hombres (11.7%).
En el grupo intervención, la prevalencia de diabetes mellitus en las mujeres fue de 16.10% y en
los hombres de 8.95%. Las prevalencias en los grupos control interno y control externo I bajaron tanto
para hombres como para las mujeres (Cuadro 6).
Cuadro 6. Diagnóstico de enfermedades en los Adultos Mayores
Intervención
Diabetes mellitus
(n= 391, 9.82%)
Mujer
(n= 2051)
Hombre
(n= 1930)
(n=1406)
%
IC
Control interno
(AM 65-69)
(n=1393)
%
IC
Control externo I
(AM 70-74)
(n=1301)
%
IC
16.10
13.37-18.81
11.60
9.06-14.14
15.92
13.42-18.41
8.95
6.83-11.05
6.53
4.79-8.26
8.90
6.32-11.47
21
El tratamiento de la diabetes tiene como propósito aliviar los síntomas, mantener el control
metabólico, prevenir las complicaciones agudas y crónicas, mejorar la calidad de vida y reducir la
mortalidad prematura o por sus complicaciones. El plan de manejo debe incluir el establecimiento de
las metas de tratamiento farmacológico, y no farmacológico, la educación del paciente, el auto
monitoreo y la vigilancia de complicaciones. 44
El 82.29% de los adultos mayores con diagnóstico médico de diabetes mellitus en el grupo
intervención, reportó estar tomando algún medicamento, mientras que en ambos grupos control, las
prevalencias fueron del 86%. Del total de diabéticos del grupo de intervención, sólo el 2.44% se aplica
insulina. Del total de diabéticos, de este mismo grupo, que refirieron tomar medicamento y que su
médico lo recetó en los últimos 12 meses, el 89.26% se toma o aplica el medicamento como se lo
indicó el médico, es decir, los siete días a la semana (cuadro 7).
Dentro del manejo del paciente diabético se considera la periodicidad de las visitas al médico,
que dependerán del objetivo a alcanzar en la glucemia y en qué grado se está logrando, y si existen
cambios en el régimen de tratamiento y/o la presencia de complicaciones de la diabetes u otros
trastornos médicos. Un paciente con diabetes debe acudir un mínimo de cuatro consultas durante el
año.45 De los adultos mayores diagnosticados con diabetes y que toman medicamento, el 83.63% en el
grupo intervención acudieron a un mínimo de cuatro consultas; estas prevalencias fueron del 80% en el
grupo control interno y de 85.38% para el control externo I. De los diabéticos que toman
medicamento, el 88.89% acudió al médico en los últimos tres meses, mientras que para ambos
controles el resultado fue de 91.5% (Cuadro 7).
El plan de manejo integral contempla el mantenimiento del peso corporal adecuado, la
disminución del consumo de grasas saturadas y el aumento de la actividad física pues estas actividades
influyen de manera importante para su buen control, independientemente de la toma de
medicamentos. Los alimentos adecuados ofrecen beneficios adicionales como: 1) mantener los niveles
de glucosa en un rango normal para prevenir o reducir el riesgo presentar las complicaciones de la
enfermedad y 2) mantener el perfil de lípidos y lipoproteínas en cifras óptimas para reducir el riesgo de
enfermedad vascular.45 Una recomendación general es la moderación en el consumo de alimentos de
origen animal (por su alto contenido de grasas saturadas y colesterol) y de alimentos con exceso de
azúcares, sal y grasa. Por el contrario, debe estimularse el consumo de verduras, frutas y leguminosas,
fuentes de nutrimentos antioxidantes y fibra.
Llevar a cabo todas estas acciones combinadas para lograr un control adecuado en el contexto
de pobreza y marginación en el que se encuentra la población en estudio, resulta un tanto complicado
dado el problema de acceso a los servicios de salud, el abasto apropiado de medicamentos, la
disponibilidad de alimentos adecuados, etc. Sin embargo, el 19.89% de los adultos mayores diabéticos
en el grupo de intervención reportó llevar alguna dieta o alimentación especial, y para ambos controles
22
se reportó 27.05% y 32.76% respectivamente. En el caso del ejercicio físico, las prevalencias fueron
más bajas ya que sólo el 2.84% de los adultos mayores realizaron alguna actividad física para el control
de su diabetes tanto para el grupo intervención como ambos controles. El 79.55% de los adultos
mayores del grupo intervención no llevan una dieta y tampoco realizan ejercicio para el control de su
diabetes mellitus (Cuadro 7).
Cuadro 7. Tratamiento del Adulto Mayor con diagnóstico de Diabetes mellitus
Intervención
(n=175)
%
IC
Control interno
(AM 65-69)
(n=122)
%
IC
Control externo I
(AM 70-74)
(n=174)
%
IC
Toma medicamento (471)
82.29
76.60-87.96
86.07
79.88-92.24
86.21
81.05-91.35
Se aplica insulina (445)*
2.44
0.66-4.81
2.56
-0.31-5.44
7.93
3.77-12.08
Toma medicamento de manera
adecuada (408)**
89.26
84.26-94.26
85.05
78.24-91.85
90.13
85.36-94.89
Asistencia a consulta médica
(462)***
83.63
78.05-89.19
80.00
72.79-87.20
85.38
80.05-90.70
Acudió al médico en los últimos
tres meses para su tratamiento
(414)****
88.89
83.88-93.89
91.59
86.29-96.88
91.56
87.14-95.97
19.89
2.84
79.55
13.96-25.81
0.37-5.30
73.55-85.53
27.05
3.28
72.13
19.11-34.97
0.09-6.45
64.12-80.13
32.76
3.45
66.67
25.75-39.76
0.72-6.17
59.62-73.70
46.02
5.11
8.52
38.62-53.42
1.84-8.38
4.37-12.66
35.25
4.92
8.84
26.71-43.77
1.05-8.77
4.51-15.15
51.15
3.45
16.67
43.68-58.61
0.72-6.17
11.10-22.23
3.41
0.71-6.10
3.28
0.09-6.45
5.75
2.27-9.22
13.07
47.16
8.06-18.07
39.74-54.56
11.48
54.92
5.78-17.16
46.03-63.80
9.77
34.48
5.33-14.20
27.38-41.57
4.55
10.23
1.45-7.63
5.72-14.72
13.93
13.11
7.75-20.11
7.08-19.14
10.92
17.24
6.26-15.57
11.60-22.88
8.52
6.25
79.55
4.37-12.66
2.65-9.84
73.55-85.53
5.74
9.84
71.31
1.58-9.88
4.51-15.15
63.23-79.38
7.47
3.45
70.69
3.54-11.39
0.72-6.17
63.89-77.48
Lleva otro tratamiento (472):
a)Dieta
b)Ejercicio
c)Ninguna
Exámenes para el tratamiento
(472):
Tiras reactivas en sangre
Tiras reactivas en orina
Determinación de glucosa en
sangre venosa *****
Determinación de Hemoglobina
glucosilada
Examen General de Orina
Ninguno
Medidas preventivas para el
tratamiento (472):
Revisión de los ojos
Revisión de los pies por parte de
su médico
Toma de Aspirina
Estudios de Riñón
Ninguna
*Estos valores corresponden a aquellos adultos mayores que respondieron que toman medicamento
**En la última semana se tomó su medicamento todos los días. Esta pregunta es considerando: adultos mayores que respondieron que sí toman medicamento y
que su médico se lo recetó hace menos de 30 días hasta más de un año (excluyendo automedicación, no sabe y no responde).
***Adultos mayores diagnosticados con DM que mencionaron tomar medicamento y que acuden por lo menos a 4 consultas al año (excluyendo no sabe y no
responde).
****Esta sección la contestaron los adultos mayores con diagnóstico de diabetes y que toman medicamento, (excluyendo automedicación, no sabe y no responde).
*****Estos valores corresponden a aquellos adultos mayores que se realizan la prueba de glucosa en sangre venosa por lo menos 3 veces al año.
23
La utilización de métodos de monitoreo de los niveles de glucosa en los pacientes diabéticos es
importante como parte de su tratamiento y ajuste de esquemas para promover el buen control de estos
pacientes. Por este motivo se exploró si el médico le había realizado algún examen para su control en el
último año. El 46.02% de los adultos mayores diabéticos del grupo de intervención utilizó las tiras
reactivas en sangre durante el último año. En los grupos controles, se reportaron prevalencias del
35.25% para el control interno y 51.15% para el externo.
En cuanto a los pacientes que han utilizado la determinación de glucosa en orina (destrostix)
en el último año, el 5.11% del grupo de intervención refirió haberla utilizado. También se exploró la
determinación de glucosa en sangre venosa (mínimo tres veces al año). La prevalencia en el grupo de
intervención fue del 8.52% y los grupos control interno y externo I reportaron porcentajes de 8.84% y
16.67% respectivamente. El 3.41% de los adultos mayores diabéticos del grupo intervención se realizó
el examen de hemoglobina glucosilada; mientras que en los controles se reportaron prevalencias del
3.28% en el control interno y 5.75% en el control externo I. En cuanto a los adultos mayores que
realizaron examen general de orina para su control de diabetes, el 13.07% se encuentra en el grupo de
intervención, el 11.48% en el control interno, y el 9.77% en el control externo. Es importante señalar
que el 47.16% de los adultos mayores del grupo intervención no se realizó ningún examen para el
control y tratamiento de su diabetes mellitus; este reporte fue de 54.92% en el grupo control interno, y
34.48% en el control externo (Cuadro 7).
La prevalencia de retinopatía está fuertemente relacionada con la duración de la diabetes
mellitus; es la causa más frecuente de nuevos casos de ceguera entre los adultos de 20 a 74 años de
edad. El manejo intensivo de la diabetes mellitus, para lograr niveles de normoglucemia ha mostrado
tener un impacto positivo en prevenir o retrasar el inicio de la retinopatía diabética. Los pacientes con
diabetes mellitus deben ser sometidos, en el momento en que se realiza el diagnóstico, a un examen de
la agudeza visual y de la retina por un oftalmólogo y posteriormente éste deberá realizarse en forma
anual. En nuestro estudio, 4.55% de los adultos mayores diabéticos del grupo intervención fueron
revisados de los ojos por algún especialista, siendo el porcentaje de 13.93% para el control interno, y de
10.92 para el control externo. (Cuadro 7).
El pie diabético es una complicación que determina altas tasas de amputaciones de los
miembros inferiores, de invalidez, de aumento en la estadía hospitalaria, y de alto costo económico. Se
define como la infección, la ulceración y la destrucción de los tejidos profundos, asociados con
anormalidades neurológicas (pérdida de la sensibilidad al dolor) y vasculopatía periférica de diversa
gravedad en las extremidades inferiores. En Estados Unidos de América, el 90% de los diabéticos son
mayores de 50 años; 20% se hospitaliza por las complicaciones que produce la diabetes mellitus en el
pie, las cuales se manifiestan después de los 50 años de edad; una tercera parte presenta enfermedad
vascular periférica y 7% requiere cirugía vascular o amputación. Es por ello que se recomienda realizar
24
una evaluación simple y regular de la sensibilidad de la pierna baja en personas con diabetes mellitus y
proveer de equipo protector y asesoría a aquellas en riesgo de presentar úlceras en el pie.46 La
detección temprana de la neuropatía diabética es importante, ya que esta complicación es irreversible y
condiciona un alto grado de discapacidad. Debe realizarse una cuidadosa revisión clínica dirigida a la
búsqueda de alteraciones en los reflejos, la sensibilidad periférica, el dolor, el tacto, la temperatura,
vibración y posición.
Sólo el 10.23% de los adultos mayores en el grupo de intervención reportaron que un
especialista les había revisado los pies; para el control interno, fue del 13.11% y para el control externo
del 17.24% (cuadro 7).
Hipertensión arterial
El Estudio Nacional sobre Salud y Envejecimiento en México (ENASEM) reporta a la hipertensión
arterial como la enfermedad crónica más frecuente (43%).47 Alrededor de 17 millones de personas
mueren cada año por enfermedades cardiovasculares que ocupan el primer lugar en morbimortalidad
del paciente adulto. Existen más de 600 millones de hipertensos en el mundo de los cuales el 70%
corresponde a países en vías de desarrollo. La hipertensión arterial es uno de los principales factores de
riesgo cardiovascular. En 1993 la Encuesta Nacional de Enfermedades Crónicas de México (ENEC)
informó una prevalencia del 26.6% de hipertensión arterial mientras que la Encuesta Nacional de Salud
(ENSA) 2000 informó una prevalencia del 30.05%.48 La prevalencia de HAS encontrada en la ENSA
2000, fue superior para los hombres, sin embargo, en el género femenino se incrementó rápidamente
hacia los 50 años de edad, llegando a ser de 63.7% en las mujeres entre 65-69 años vs 54.9% en
hombres de la misma edad.49
El tratamiento para la hipertensión arterial tiene como propósito evitar el avance de la
enfermedad, prevenir las complicaciones agudas y crónicas, mantener una adecuada calidad de vida y
reducir la mortalidad prematura por esta causa. El plan de manejo debe incluir el establecimiento de las
metas de tratamiento farmacológico, el manejo no farmacológico, la educación del paciente, y la
vigilancia de complicaciones. El manejo farmacológico es un factor de protección para infartos,
eventos coronarios, falla cardíaca, progresión a enfermedad renal y la hipertensión severa.50 Los costos
económicos asociados al tratamiento de la hipertensión arterial y sus complicaciones representan una
carga para los pacientes y los servicios de salud. Para contender con este problema, es importante
realizar acciones preventivas así como procedimientos para la detección, diagnóstico, tratamiento y
control de esta enfermedad a ser realizados por los sectores público, social y privado.51
En nuestro estudio, el 38.46% de las mujeres y el 22.52% en los hombres del grupo
intervención reportaron HAS (Cuadro 8). Del total de adultos mayores que reportaron ser hipertensos,
sólo el 76.17% del grupo intervención reportó llevar un manejo farmacológico. De estos pacientes, el
25
81.31% toman el medicamento como se lo indicó el médico, es decir, los siete días de la semana. El
71.77% de los adultos mayores hipertensos reportaron que se les había tomado la presión arterial seis
veces en el último año (Cuadro 9).
El manejo no farmacológico de esta enfermedad crónica, consiste en mantener el control de
peso, realizar actividad física de manera suficiente, restringir el consumo de sal y de alcohol, llevar a
cabo una ingestión suficiente de potasio, así como una alimentación adecuada en nutrientes. La
modificación de los estilos de vida es efectiva para la reducción de las cifras de presión arterial, así
como para la disminución de los factores de riesgo para enfermedad cardiovascular con un costo bajo y
con un riesgo mínimo para el paciente. Los pacientes deberán ser orientados para realizar la
modificación de los estilos de vida, particularmente aquellos con factores de riesgo para enfermedad
cardiovascular, como las dislipidemias o la diabetes mellitus. En algunos casos la modificación de los
estilos de vida no es suficiente para controlar las cifras de presión arterial; sin embargo, puede tener un
impacto al reducir las dosis necesarias de los medicamentos para el control de la hipertensión arterial.
El 13.75% de los adultos mayores del grupo intervención mencionaron llevar alguna dieta para el
control de su presión arterial; el 1.86% mencionó realizar ejercicio, y el 85.55% de los adultos mayores
no llevan a cabo alguna dieta ni tampoco realizan ejercicio (Cuadro 9).
Cuadro 8. Diagnóstico de enfermedades en los Adultos Mayores
Intervención
(n=1408)
%
IC
Control interno
Control externo
(AM 65-69)
(AM 70-74)
(n=1394)
(n=1300)
%
IC
%
IC
Hipertensión arterial
(n= 1,507, 27.77%)
Mujer
38.46
34.85-42.06
30.88
27.21-34.54
39.32
35.99-42.65
22.52
19.43-25.60
16.50
13.89-19.10
21.23
17.53-24.93
(n=2750)
Hombre
(n=2675)
26
Cuadro 9. Tratamiento del Adulto Mayor con diagnóstico de Hipertensión arterial
Intervención
Toma medicamento (1,507)
Toma medicamento de manera adecuada
(899)*
Acudió al médico en los últimos tres
meses para su tratamiento (909)**
Toma de presión arterial (1,150)***
Lleva otro tratamiento (1,173):
a)Dieta
b)Ejercicio
c)Ninguna
(n=428)
%
76.17
81.31
IC
72.12-80.21
77.03-85.58
Control interno
(AM 65-69)
(n=318)
%
IC
75.90
69.06-78.73
78.97
73.72-84.21
Control externo I
(AM 70-74)
(n=426)
%
IC
81.69
78.01-85.36
84.93
81.14-88.71
85.89
82.10-89.67
87.66
83.44-91.87
90.52
87.43-93.60
71.77
67.44-76.09
67.94
62.77-73.10
80.34
76.51-84.15
13.75
1.86
85.55
10.48-17.01
0.58-3.14
82.21-88.88
13.84
3.14
85.22
10.03-17.64
1.22-5.06
81.31-89.13
16.67
2.35
81.92
13.12-20.21
0.90-3.78
78.26-85.58
*En la última semana se tomó su medicamento todos los días. Esta pregunta es considerando: adultos mayores que respondieron que si
toman medicamento y que la última consulta fuera hace menos de 30 días hasta más de un año (excluyendo automedicación, no sabe y no
responde).
**Sólo contestaron esta sección aquellos adultos mayores con diagnóstico de Hipertensión arterial y que toman medicamento.
***Mínimo 6 tomas de presión arterial en el último año.
Hipercolesterolemia
La elevación del colesterol total continúa siendo un marcador importante del riesgo
cardiovascular52,53,54, y es un componente del síndrome metabólico al encontrarse asociada con la
hipertensión y la diabetes. La edad es un factor de riesgo independiente a los estilos de vida, es por ello
que resulta importante estudiar esta patología en adultos mayores, ya que se ha visto que la tasa más
alta de colesterol total se alcanza hacia los 50 años, y se ha visto que la prevalencia de
hipercolesterolemia en la población adulta de zonas urbanas es de las más elevadas del mundo55. En
México a partir de la Encuesta Nacional de Salud (2000) se reporta una prevalencia de
hipercolesterolemia en mujeres de 40.5% y en hombres de 44.6%. Se reportó también que el 6.4% de
la población refirió haber tenido un diagnóstico médico previo de hipercolesterolemia; esta
distribución es mayor conforme aumenta la edad, pero disminuyó lentamente en los grupos de mayor
edad, encontrándose las prevalencias más altas entre los 50 y 69 años.56
El colesterol y otras grasas de la sangre como los triglicéridos, no se disuelven en el plasma,
por lo que su transporte se realiza por medio de lipoproteínas, entre las que se encuentran las de baja
densidad (LDL por sus siglas en inglés), cuando éstas aumentan en exceso, se depositan en las paredes
de las arterias formando placas de ateroma y condicionando arterioesclerosis, lo que puede producir
angina de pecho, infarto al miocardio evento vascular cerebral e incluso muerte súbita.
El objetivo de un plan farmacológico y no farmacológico es establecer las medidas necesarias
para la prevención, tratamiento y control de las dislipidemias, a fin de proteger a la población de este
importante factor de riesgo de enfermedad cardiaca y/o cerebrovascular, además de brindar a los
pacientes una adecuada atención médica. La prevención primaria debe evitar que aparezcan factores de
27
riesgo como la hipertensión arterial y promover programas de vida saludable que alientan un mejor
estilo de vida, una dieta adecuada, aumenten la actividad física y eviten el consumo de tabaco. El
objetivo general de la terapia nutricional es reducir la ingestión de grasas saturadas y colesterol,
manteniendo una alimentación balanceada. El tratamiento farmacológico no es sustituto del nutricional
ni del plan de actividad física sino sólo una medida complementaria.
En nuestro estudio, el 10.11% de las mujeres y el 4.53% de los hombres del grupo
intervención reportaron padecer hipercolesterolemia (Cuadro 10). El 32.35% de los adultos mayores
con diagnóstico de hipercolesterolemia se encontraba bajo tratamiento médico; y el 81.82% reportó
haber acudido al médico en los últimos tres meses para su tratamiento. Los adultos mayores en el
grupo de intervención que reportaron seguir una dieta adecuada apenas alcanzaron el 18.45%. En este
mismo grupo, casi el 1% de adultos mayores refirió realizar algún tipo de ejercicio, y el 81.85% no
realizan dieta ni ejercicio (Cuadro 11).
Cuadro 10. Diagnóstico de enfermedades en los Adultos Mayores
Intervención
(n=1408)
%
Hipercolesterolemia
(n= 410, 7.56%)
Mujer
(n=2750)
Hombre
(n=2676)
IC
Control interno
(AM 65-69)
(n=1394)
%
IC
Control externo I
(AM 70-74)
(n=1301)
%
IC
10.11
7.88-12.34
8.66
6.42-10.89
9.65
7.63-11.66
4.53
2.99-6.06
6.14
4.45-7.82
6.14
3.97-8.31
Cuadro 11. Tratamiento del Adulto Mayor con diagnóstico de Hipercolesterolemia
Intervención
Toma medicamento (406)
Acudió al médico en los
últimos tres meses para su
tratamiento (139)*
Lleva otro tratamiento
(409):
a)Dieta
b)Ejercicio
c)Ninguna
(n=102)
%
32.35
IC
23.20-41.50
Control interno
(AM 65-69)
(n=99)
%
IC
41.41
31.63-51.19
Control externo I
(AM 70-74)
(n=108)
%
IC
37.04
27.85-46.21
81.82
68.33-95.29
82.93
71.16-94.69
75.00
61.28-88.71
18.45
0.97
81.85
10.89-25.99
-0.93-2.87
74.00-89.10
23.00
1.00
77.00
14.68-31.31
-0.96-2.96
68.68-85.31
27.52
0.92
72.48
19.07-35.97
-0.88-2.72
64.02-80.92
*Sólo contestaron esta sección aquellos adultos mayores con diagnóstico de hipercolesterolemia y que toman medicamento.
28
Pruebas de detección oportuna para enfermedades crónico-degenerativas
En México, como en otros países desarrollados y en vías de desarrollo, los padecimientos crónicodegenerativos son la primera causa de morbimortalidad en adultos, lo que hace evidente que la
población expuesta al riesgo realice medidas de detección oportuna. Por ello, el sector salud mexicano
ha implementado acciones de prevención y estrategias encaminadas a mejorar el bienestar de los
mexicanos57, entre los que se encuentran la detección de hipertensión arterial, diabetes mellitus y de
hipercolesterolemia.
En este apartado, se le preguntó a los AM si en el último año y al menos una vez al año se
habían realizado la prueba de detección de hipertensión arterial mediante la toma de presión arterial,;
de diabetes en sangre, y la prueba para detección de colesterol o triglicéridos en sangre.
De un total de 1,232 AM mujeres, el 77.49% de las mujeres del grupo de intervención reportó
haberse tomado la presión arterial al menos una vez al año; el 54.16% reportó haberse realizado la
prueba de detección de diabetes mellitus en sangre mientras que en los hombres estas prevalencias
fueron del 67.4% y 43.86% respectivamente. En cuanto a la prueba de detección de colesterol y
triglicéridos en sangre, la prevalencia en las mujeres fue de 24.22% en el grupo de intervención, y de
22,52% en los hombres del mismo grupo (Cuadro 12)
Cuadro 12. Detección oportuna para la prevención de hipertensión arterial, diabetes mellitus e
hipercolesterolemia al menos una vez por año
Intervención
(n=1408)
%
IC
Control interno
Control externo
(AM 65-69)
(AM 70-74)
(n=1394)
(n=1301)
%
IC
%
IC
Hipertensión arterial
Mujer
77.49
74.39-80.58
74.02
70.54-77.49
79.98
77.24-82.70
Hombre
67.42
63.96-70.88
63.43
60.04-66.80
73.31
69.30-77.30
Mujer
54.16
50.13-58.18
51.57
47.35-55.78
58.82
55.16-62.48
Hombre
43.86
40.01-47.69
43.23
39.63-46.82
53.02
48.29-57.74
Mujer
24.22
21.04-27.38
25.98
22.50-29.45
28.11
25.04-31.16
Hombre
22.52
19.43-25.60
18.80
16.05-21.53
30.30
26.14-34.44
Diabetes mellitus (1232)
Hipercolesterolemia
29
3. NUTRICIÓN
Uno de los principales objetivos de la nutrición geriátrica es la conservación de la salud y la prevención
de enfermedades degenerativas.58 La ingesta de alimentos y el aporte de energía disminuyen con el
proceso de envejecimiento59,60 y las razones de este decremento son debidas a diversos factores, entre
los que destacan la movilidad disminuida, la mala absorción de nutrimentos, la pérdida de la dentición,
de la sensibilidad y el olfato y la disminución del ingreso económico.61,62 Los requerimientos de
energía, en consecuencia, disminuyen en esta población63.
La población de adultos mayores tiende a consumir una dieta monótona por la falta de
recursos, inseguridad alimentaria, aislamiento social, etc.64 La dieta monótona -poca variedad en la
dieta-, podría contribuir a una inadecuada ingesta de energía y de otros nutrimentos.65,
66
y en
consecuencia, incrementa el riesgo de deficiencia por estos micronutrimentos67 y contribuye a un
mayor riesgo de infección, prolongar el período de convalescencia –ante una enfermedad68 -, favorece
la deshidratación, exacerba un amplio rango de problemas como el deterioro cognitivo, la fragilidad y
la osteoporosis69,70,71 así como acelera el proceso hacia la muerte.72 La baja ingesta de energía, con
subsecuente bajo peso corporal también afecta al sistema inmunológico lo cual incrementa el riesgo de
diversas enfermedades agudas o crónicas relacionadas con la nutrición. Es debido a estas razones que
la dieta del adulto mayor, debe ser cuidadosamente vigilada para prevenir posibles complicaciones.
Lista de alimentos frecuentemente consumidos
Los alimentos de mayor consumo para los grupos de intervención y control interno en el 2009 fueron
los frijoles y la tortilla de nixtamal hecha en casa. Para el grupo de intervención, se destaca el reporte
de tres productos de origen animal: el huevo, el pollo y la leche (dentro de los primeros 15 alimentos);
siendo el huevo el producto de origen animal de mayor consumo (58%). De los alimentos vegetales, el
consumo de naranja, plátano y nopales fueron los más destacados. El consumo de refresco, se reportó
en la mitad de esta población. Cabe mencionar, que la cebolla, jitomate y el chile son empleados
principalmente como condimentos, dado su bajo aporte energético a la dieta. (Cuadro 13).
Para el grupo control interno, sólo se destacaron dos alimentos de origen animal: el huevo y el
pollo. El consumo de huevo se ubicó dentro de los 10 primeros alimentos. No destacó el consumo de
leche dentro de los principales alimentos de mayor consumo. Sin embargo, el consumo de refresco se
reportó en el 54.8% de la población de AM. A diferencia del grupo de intervención, el consumo de pan
dulce destacó en esta lista. Los vegetales de mayor consumo fueron los mismos que los reportados por
el grupo de intervención.
30
Cuadro 13. Alimentos de mayor consumo por los AM por sitio de estudio
Medición 2009
Control Interno
Intervención
(AM 65-69)
(n= 1,379)
No.
%
1
91.12
2
Alimento
Frijoles
(n= 1,370)
%
Alimento
92.32 Frijoles
Tortilla de nixtamal hecha en
84.73
Tortilla de nixtamal hecha en casa
85.37 casa
3
82.17
Cebolla
81.99 Chile
4
79.83
Chile
80.34 Cebolla
5
78.13
Jitomate
77.12 Jitomate
6
69.25
Naranja o mandarina
70.16 Naranja o mandarina
7
67.12
Arroz
67.79 Arroz
8
63.42
Plátano
65.64 Café con azúcar
9
63.28
Café con azúcar
61.62 Huevo frito
10
58.59
Sopa de pasta
59.04 Plátano
11
58.1
Huevo frito
57.03 Sopa de pasta
12
52.77
Nopales
54.88 Refresco normal
13
52.41
Pollo
49.5
14
50.64
Refresco normal
46.77 Nopales
15
Pollo
Pan dulce (excepto donas y
44.03
Leche
42.4
churros)
La información de dieta se recolectó en 5, 426 adultos mayores para la medición del 2009. De
éstos, solo 4,611 tenían información de dieta plausible de acuerdo a los criterios percentilares
establecidos. Debido a que una menor proporción (5.7%) de los adultos mayores no se midieron
antropométricamente, sólo 4241 adultos mayores tuvieron información de dieta plausible con los
criterios del porcentaje de adecuación.
Consumo de energía
El consumo de energía en el grupo de intervención no fue diferente -por sexo- para ambos grupos de
comparación. El porcentaje de adecuación de energía en los hombres, indicó que el grupo de
intervención consumió 18% más de sus requerimientos, mientras que el grupo control interno
31
consumió 14% más de sus recomendaciones. En el caso de las mujeres, se reportó un consumo de
20% más de sus requerimientos diarios en el grupo de intervención; y de 14% para el grupo control
interno (Cuadro 14).
Cuadro 14. Consumo de energía y porcentaje de adecuación de energía en adultos mayores del programa 70 y
más. Información por sexo y grupo de intervención. Medición 2009.
Intervención
Control Interno
N
Mediana
Rango iqa
N
Mediana
Rango iqa
Valor p*
Hombres
548
1916.971
1602.844
630
1877.517
1962.245
0.317
Mujeres
544
1614.907
1311.677
501
1626.528
1502.040
0.393
548
118.139
104.264
630
114.134
115.265
0.346
544
120.316
100.002
501
114.792
109.103
0.242
Energía (kcal)
Porcentaje de adecuación (%)
Hombres
Mujeres
Datos sin ajustar
a Rango
intercuartílico
* Valor p de la diferencia del grupo de intervención vs control interno
Medias ajustadas de consumo de energía y macronutrimentos
Al obtener las medias ajustadas del consumo de energía en los AM, no se observaron diferencias en el
consumo de energía por sexo para el grupo de intervención (Cuadro 15). Los hombres consumieron
en promedio más kcals que las mujeres. La proporción del aporte (en porcentaje) de macronutrimentos
a la dieta, no fue diferente entre hombres y mujeres. El porcentaje de contribución de los
macronutrimentos a la dieta se encuentra dentro de los límites aceptables. En el grupo control interno,
las mujeres consumieron en promedio menos kcals en comparación con los hombres, siendo de éstos,
su consumo promedio de 2080 Kcal diarias.
De acuerdo a los porcentajes de adecuación de la medición 2009, el adulto mayor consume un
exceso energético acorde a sus necesidades diarias (ver cuadro 14). Aproximadamente el 10% del
grupo de intervención y el 9.4% del grupo control interno reportaron un consumo adecuado de
energía. Por el contrario, el 35% de los AM del grupo de intervención y 38% del grupo control interno,
no cubrieron en su totalidad sus necesidades energéticas diarias según su porcentaje de adecuación.
En la medición basal, los AM hombres en el grupo de intervención reportaron un consumo
promedio de energía de 1890kcals, y las mujeres de 1460 kcals aproximadamente (datos sin ajustar). El
porcentaje de adecuación de energía en la medición basal, indicó que los hombres reportaron un
32
consumo de 14% más de sus requerimientos energéticos mientras que las mujeres reportaron un
consumo de 7% más de sus requerimientos de energía diarios. Para el grupo control interno, en la
medición basal, los hombres reportaron un consumo promedio de 1860 kcals y las mujeres un
consumo promedio de 1650 kcals aproximadamente. Los porcentajes de adecuación de energía para
este grupo fueron de 111% y 117% respectivamente (datos sin ajustar).
Al obtener las medias ajustadas, el grupo de intervención reportó un consumo promedio de
1777 kcals diarias en la medición basal; mientras que el grupo de intervención reportó un consumo
promedio de 1870 kcals diarias (datos ajustados por sexo, tiempo al seguimiento, efecto del programa,
presencia de alguna enfermedad crónica asociada al síndrome metabólico, índice de masa corporal,
presencia de síntomas depresivos, actividades instrumentales de la vida diaria, si vive solo, gasto en el
hogar, índice de marginación y nivel de actividad física.)
En el estudio de Cervantes73 et al, el consumo de energía de AM que habitan en zonas rurales
fue mayor en comparación con los AM de zonas urbanas. El consumo promedio de energía en los AM
de zonas rurales fue de 1,800 kcals mientras que en las urbanas fue de 1,350 kcals (utilizando el método
de recordatorio de 24 hras). Los autores concluyen que la dieta del AM que habita en la zona rural es
cercana a las recomendaciones del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición, Salvador
Zubirán.
33
Cuadro 15. Medias ajustadas de energía y de macronutrimentos en los AM, estratificado
por sexo y grupo de intervención. Medición 2009.
Grupo de Intervención
Control Interno
n(1,092)
n(1,131)
Media ± ee
IC 95%
Media ± ee
IC 95%
2026.41
± 36.85
53.45 ± 1.37
386.01 ± 9.32
66.58 ± 1.41
(1954.13, 2098.68)
(50,77, 56.13)
(367.73, 404.29)
(63.83, 69.34)
2081.35 ± 35.12
52.72 ± 1.31
392.0 ± 8.92
66.39 ± 1.35
(2012.49, 2150.22)
(50.15, 55.29)
(374.47, 409.46)
(63.75, 69.03)
(1706.62, 1851.52)
(46.71, 52.12)
(303.68, 340.56)
(55.64, 61.20)
1830.23 ± 37.93
48.49 ± 1.41
324.58 ± 9.66
57.88 ± 1.46
(1755.85, 1904.62)
(45.71, 51.27)
(305.64, 343.52)
(55.07, 60.74)
EN GRAMOS
Hombres
Energía (kcal)
Lípidos (g)
Hidratos de c. (g)
Proteínas (g)
Mujeres
Energía (kcal) 1779.07 ± 36.94
Lípidos (g)
49.41 ± 1.38
Hidratos de c. (g) 322.12 ± 9.40
Proteínas (g)
58.42 ± 1.42
EN PORCENTAJE
Hombres
Lípidos (%)
Hidratos de c. (%)
Proteínas (%)
23.86 ± 0.38
64.38 ± 0.48
12.33 ± 0.11
(23.12, 24.60)
(63.43, 65.33)
(12.08, 12.49)
23.43 ± 0.36
64.39 ± 0.46
12.28 ± 0.10
(22.73, 24.13)
(63.49, 65.30)
(12.08, 12.49)
Lípidos (%)
Hidratos de c. (%)
Proteínas (%)
24.32 ± 0.38
65.48 ± 0.49
12.71 ± 0.11
(23.58, 25.06)
(64.53, 66.43)
(12.50, 12.92)
23.91 ± 0.39
65.45 ± 0.50
12.67 ± 0.11
(23.15, 24.67)
(64.47, 66.43)
(12.44, 12.89)
Mujeres
*Datos ajustados por sexo, edad, índice de masa corporal e índice de marginación.
Seguridad alimentaria
La seguridad alimentaria se define como una situación donde “toda la población tiene en todo
momento acceso físico y económico a suficientes alimentos para atender sus necesidades nutricionales
con el fin de llevar una vida productiva y sana”.74 Ésta puede coexistir con o sin hambre. La
inseguridad alimentaria es la forma menos severa del hambre y se asocia con un incremento en el
riesgo de malnutrición y de eventos en la salud (morbilidad).75,76,77 Las causas de la inseguridad
alimentaria son numerosas e incluyen el rápido crecimiento poblacional, el alto precio de los alimentos,
los cambios en los hábitos dietarios y de las prácticas agrícolas, la ineficiente distribución de los
alimentos y los inadecuados mecanismos para lidiar con situaciones de emergencia, entre otras.78
34
A 14 meses de la implementación del programa 70 y más, el análisis de seguridad alimentaria
reveló que el 23.6% de los hogares donde habita un AM del grupo de intervención sufre inseguridad
alimentaria severa. Asimismo, una proporción similar en este grupo (23.2%), reportó un estado de
inseguridad alimentaria moderada y el 15.9% un estado de inseguridad alimentaria leve. Por el
contrario, el 37.3% de los hogares no experimentó condiciones de inseguridad alimentaria (Cuadro 16).
Cuadro 16. Estado de seguridad alimentaria en los últimos 6 meses en los hogares donde habita el AM
Intervención
%
37.3
IC
(34.1, 40.4)
Control interno
(AM 65-69)
(n=925)
%
IC
37.5
(34.4, 40.6)
15.9
23.2
(13.5, 18.3)
(20.5, 25.9)
18.8
23.5
(16.3, 21.3)
(20.7, 26.2)
23.6
(20.9, 26.4)
20.2
(17.6, 22.8)
Categoría de Seguridad Alimentaria
No experimenta ninguna de las
condiciones de Seguridad alimentaria.
Estado de inseguridad alimentaria leve
Estado de inseguridad alimentaria
moderada
Estado de inseguridad alimentaria severa
(n=918)
Estado de nutrición
La valoración del estado nutricional en los adultos mayores tiene como objetivo el diagnóstico de
estados de malnutrición evidentes, así como determinar la existencia de riesgo de malnutrición
(desnutrición u obesidad) que permita una intervención nutricional precoz. La correcta valoración,
debe considerar los cambios fisiológicos que ocurren en el envejecimiento, siendo los más evidentes,
las variaciones en el peso y la talla debido a cambios en su composición corporal.79,80
El índice de masa corporal (IMC) se usa con frecuencia en estudios epidemiológicos como
indicador de composición corporal o para evaluar tendencias en el estado nutricional. Para fines de
este estudio, los criterios para definir el estado nutricional son los puntos de corte establecidos por la
OMS para población adulta.81,82 La utilización de los mismos puntos de corte de IMC para adultos y
ancianos podría conducir a una mala clasificación de riesgo nutricional en estos últimos, subestimando
el riesgo por déficit y sobreestimando el riesgo por exceso. Esto se debe principalmente a la reducción
de la estatura conforme avanza la edad; en los hombres el promedio de pérdida es de 3 cm y en
mujeres de 5 cm; al llegar a los 80 años, en el hombre puede ser hasta de 5 cm y en las mujeres de 8
cm. Esta pérdida de talla tiene implicaciones cuando se calcula el IMC.83
Para la estimación del estado de nutrición de los AM del Programa 70 y más, se realizaron 3
preguntas que antecedían a la medición antropométrica y que tenían como finalidad identificar la
factibilidad de realizar una correcta medición de talla. Para dicho propósito se verificaba que el adulto
mayor no presentara problemas para desplazarse de un lugar a otro, no tuviera una curvatura evidente
35
de la columna o no pudiera hacer la posición antropométrica correcta para la medición de la talla. Si
estas tres condiciones no se cumplían, no se medía el peso, la talla ni la circunferencia de cintura al
AM.
Desnutrición, Sobrepeso y Obesidad
Entre los adultos mayores, la causa principal de una reducción del peso corporal es la disminución de
la ingesta de alimentos, a menudo combinada con la presencia de enfermedades (crónicas y agudas).84
La desnutrición es el estado patológico que resulta del consumo inadecuado de uno o más nutrimentos
esenciales y c onstituye uno de los problemas nutricionales más importantes de la vejez.El aumento de
la grasa corporal y la obesidad correspondiente que se presenta con el proceso de envejecimiento, se
acompaña de una disminución en la ingesta de alimentos o a una ingesta inadecuada.85,86
Los datos más recientes del estado de nutrición en los adultos mayores en México
(ENSANUT-2006), revelan que existe una disminución en la prevalencia de sobrepeso y obesidad en
las décadas más tardías de la población mayor de 60 años. De manera concordante, la prevalencia de
IMC compatible con desnutrición alcanzó el 1.4% en los hombres y del 1.1% en mujeres entre 70 y 79
años, mientras que en adultos de 80 años o más, llegó hasta 4% en hombres y 5.2% en mujeres. En
cuanto a sobrepeso, la prevalencia más alta fue en hombres (44.2%) que en mujeres (39.4%). En el
caso de obesidad, se encontró una prevalencia de 19.9% en hombres y de 32.2% en mujeres, siendo
mayor en las mujeres mayores de 70-79 años.87,88
El análisis del estado de nutrición de los AM en la medición del 2009, reveló que el 5% de la
población de AM del grupo de intervención tenía un problema de desnutrición. Este problema se
observó entre el 3% y el 4% en los grupos control interno y externo 1 (Cuadro 17). El problema de
sobrepeso se encontró en el 38.1% de las mujeres y en el 32.6% de los hombres del grupo
intervención. La prevalencia de sobrepeso no varió entre los grupos, aunque se observó una mayor
prevalencia entre las mujeres en comparación con los hombres. La obesidad se encontró en el 13.9%
de las mujeres y en el 7.62% de los hombres del grupo intervención, observándose una mayor
prevalencia entre las mujeres que en los hombres en los tres grupos.
36
Cuadro 17. Estado de nutrición de los Adultos mayores según categoría de Índice de
Masa Corporal (IMC), estratificando por sexo
Intervención
Índice de masa
corporal
(n=1,294)
%
IC
%
Control interno
Control externo I
(AM 65-69)
(AM 70-74)
(n=1,331)
(n=1,191)
IC
%
IC
Desnutrición
Mujeres
5.6
3.8, 7.4
3.7
2.2, 5.3
3.9
2.5, 5.3
Hombres
5.0
3.4, 6.7
2.8
1.6, 4.0
3.4
1.7, 5.1
Mujeres
42.3
38.5, 46.2
44.1
40.1, 48.1
44.5
40.9, 48.0
Hombres
54.7
50.9, 58.5
53.9
50.3, 57.5
60.4
55.8, 65.0
Mujeres
38.1
34.3, 41.2
35.4
31.2, 39.3
35.0
31.6, 38.4
Hombres
32.6
29.0, 36.2
34.3
30.9, 37.7
28.0
23.9, 32.2
Mujeres
13.9
11.3, 16.6
16.7
13.7, 19.7
16.7
14.0, 19.4
Hombres
7.6
5.6, 9.7
9.0
6.9, 11.1
8.1
5.6, 10.7
Normal
Sobrepeso
Obesidad
En el cuadro 18 se presentan algunas variables que se asocian con el estado de nutrición del AM.
Aproximadamente, el 4% de la población de AM padece desnutrición. El problema de sobrepeso y de
obesidad es más prevalente en las mujeres que en los hombres. La presencia de sobrepeso y obesidad
es un factor de riesgo para múltiples enfermedades crónicas, y es muy probable que en estas edades, el
AM presente alguna comorbilidad asociada. De esta manera,
el 62% de los AM que tenían
diagnosticado alguna enfermedad crónica, ya sea diabetes mellitus, hipertensión arterial o
hipercolesterolemia tienen un problema de sobrepeso u obesidad. Entre el 10 y el 15% de los AM que
realizan alguna actividad física (leve, moderada y vigorosa) son obesos. Se ha documentado que la
depresión es frecuente en los pacientes con problemas de sobrepeso y obesidad. Así, aproximadamente
el 45% de los AM con síntomas depresivos tenían un problema de sobrepeso u obesidad.
37
Cuadro 18. Principales variables que se relacionan con el estado de nutrición en el adulto mayor
Variables
Desnutrición
Normal
Sobrepeso
Obesidad
n=(197)
n=(2,455)
n=(1,759)
n=(639)
%
IC
%
IC
%
IC
%
IC
Hombres
3.7
2.9, 4.4
54.9
53.0, 56.9
32.6
30.8, 34.5
8.7
7.6, 9.9
Mujeres
4.1
3.4, 4.9
42.3
40.4, 44.3
37.0
35.1, 38.9
16.5
15.1, 18.0
No trabaja
4.2
3.6, 4.8
48.2
46.7, 49.8
34.4
33.0, 35.9
13.1
12.1, 14.2
Trabaja
2.6
1.6, 3.6
50.2
47.1, 53.3
36.4
33.4, 39.4
10.8
8.8, 12.7
3.1
2.4, 3.9
46.7
44.4, 48.9
36.7,
34.5, 38.9
13.5
11.9, 15.0
4.4
3.6, 5.1
49.8
48.3, 51.5
33.7
32.0, 35.3
12.2
11.0, 13.3
4.9
4.1, 5.6
55.7
54.0, 57.4
31.2
29.6, 32.8
8.2
7.3, 9.1
2.2
1.5, 2.8
35.7
33.5, 38.0
41.3
39.1, 43.6
20.7
18.8, 22.6
3.4
2.9, 4.0
47.6
46.1, 49.0
35.5
34.1, 36.9
13.5
12.5. 14.5
7.2
4.6, 9.7
59.1
54.2, 64.0
28.6
24.2, 33.1
5.1
2.9, 7.3
Sexo
Condición laboral
Alfabetismo
Sabe leer y escribir
No sabe leer ni
escribir
Enfermedad
Sin enfermedades
crónicas
Alguna enfermedad
crónica
Deterioro cognitivo
Sin deterioro
cognitivo
Con deterioro
cognitivo
Dependencia funcional
No
3.5
3.9, 4.0
49.7
48.2, 51.2
35.2
33.8, 36.7
11.6
10.6, 12.5
Sí
5.9
4.3, 7.5
43.4
40.1, 46.6
32.9
29.8, 36.0
17.8
15.3, 20.3
Leve
5.6
4.3, 7.0
45.0
42.0, 47.9
34.5
31.7, 37.4
14.9
12.8, 17.0
Moderada
3.9
2.8, 5.1
47.1
44.2, 50.1
35.2
32.3, 38.0
13.8
11.7, 15.8
Vigorosa
3.4
2.6, 4.2
50.5
48.3, 52.7
34.7
32.6, 36.9
11.4
9.9, 12.8
No
3.9
3.3, 4.5
48.8
47.2, 50.3
35.0
33.5, 36.5
12.4
11.3, 13.4
Sí
4.0
2.8, 5.2
48.0
45.0, 51.1
34.1
31.2, 37.1
13.8
11.7, 15.9
Actividad física
Síntomas de
depresión
38
Las condiciones ambientales en las zonas rurales, son determinantes claros del estado de nutrición de
la población y donde coexisten ambas formas de malnutrición: desnutrición y obesidad. Las
prevalencias observadas de desnutrición pueden aumentar a medida que se incrementa la edad. Por el
contrario, la prevalencia de sobrepeso y obesidad se encuentra en 1 de cada 2 mujeres y en el 40% de
los hombres del grupo intervención. Estas prevalencias, a pesar de ser menores de lo reportado por la
ENSANUT-2006 para este grupo de edad, no dejan de ser preocupantes por ser factor de riesgo de
múltiples comorbilidades asociadas.
Circunferencia de la cintura
El exceso de circunferencia de cintura es un factor de riesgo para complicaciones metabólicas. Valores
de más de 88 cm en la mujer y 102 cm en el hombre están asociados con un riesgo sustancialmente
aumentado de estas complicaciones.89 En el cuadro 19, se reporta la frecuencia de los adultos mayores
que tienen un alto riesgo de padecer complicaciones metabólicas acorde a este indicador. Entre las
covariables que se relacionan a un mayor riesgo de padecer complicaciones metabólicas destacan el
IMC, el sexo, la presencia de enfermedad crónica, la ocupación y la actividad física.
El 54.3% de las mujeres del grupo intervención presentó un riesgo alto de complicaciones
metabólicas. Por el contrario, el 17% de los hombres de este grupo presentó este riesgo. Es posible que
las diferencias por sexo (mayor riesgo entre las mujeres que en los hombres) se deban a un problema
del punto de corte para definir la población en riesgo. Esta tendencia se observó también en el grupo
control interno. Datos de la ENSANUT 2006, muestran que la prevalencia de circunferencia de cintura
clasificada como de alto riesgo de complicaciones metabólicas fue de 71% en hombres y de 91.3% en
mujeres. Por grupos de edad, ésta prevalencia fue incrementándose a medida en que avanzó la edad en
las mujeres. En los hombres disminuyó a partir de los 60 años de edad.
Cuadro 19. Prevalencia de riesgo para síndrome metabólico según la circunferencia de cintura de los
adultos mayores, estratificado por sexo
Intervención
(n=644)
%
Riesgo bajo
Mujeres
Hombres
Riesgo alto
Mujeres
Hombres
IC
%
Control interno
(AM 65-69)
(n=587)
IC
45.7
82.4
(41.8, 49.5)
(79.5, 85.3)
46.8
85.8
(42.8, 50.9)
(83.2, 88.3)
54.3
17.6
(50.5, 58.2)
(14.7, 20.5)
53.2
14.2
(49.1, 57.2)
(11.7, 16.8)
39
4. Análisis de indicadores bioquímicos
En este apartado se presentan los resultados de la toma de muestra biológica en los AM: Hemoglobina
total, Hemoglobina glucosilada (HbAc1) muestra en sangre de las concentraciones de colesterol
además de la medición de la presión arterial. Para analizar el control de las enfermedades crónicas, se
contrasta la información biológica con el auto-reporte de diagnóstico médico de diabetes mellitus,
presión arterial e hipercolesterolemia respectivamente. Asimismo, en los AM sin diagnóstico médico
se analizan los casos potenciales de padecer estas enfermedades con base a la información biológica.
Cabe mencionar que los datos de esta sección se restringen a una sub-muestra de 643 adultos
mayores que fueron seleccionados de manera aleatoria, y cuyo fin es conocer la evolución de estas
mediciones así como analizar la consistencia de las mismas.
Se analizó la prevalencia de cada enfermedad en la submuestra de poblaciones en ambas
mediciones (2007 y 2009). Así, fue posible conocer la proporción de AM según su condición de
“control” acorde a su estatus de diagnóstico médico previo reportado en la medición basal (2007). Para
este análisis se excluyeron los casos nuevos2 de enfermedad (de la medición 2009), para poder estimar
con mayor precisión el control de la enfermedad en los casos existentes. Estos últimos, fueron
ajustados por edad, sexo y tiempo al seguimiento.
Enfermedades específicas: anemia, diabetes, hipertensión e hipercolesterolemia
A 14 meses de medición, se observaron incrementos significativos en las prevalencias de diabetes
mellitus, hipertensión arterial y dislipidemia (Cuadro 20). Para el análisis de las prevalencias, se
consideró el auto-reporte de diagnóstico médico en la medición basal
(casos prevalentes) y su
incidencia hasta la medición del 2009 (casos nuevos). Estos “incrementos” en la prevalencia de estas
co-morbilidades pueden deberse a dos razones: 1) el efecto del resultado de una concentración
“anormal” en la medición de colesterol, hemoglobina glucosilada y/o un aumento en la presión
arterial, lo cual, pudo motivar la consulta con el médico para un adecuado control o en su caso, el
diagnóstico de enfermedad que previamente no había sido considerada (caso prevalente -no
diagnosticado-); y 2) la aparición de nuevos casos por la historia natural de la enfermedad (casos
incidentes) (Cuadro 20).
2
Se define como aquel individuo portador de un daño, enfermedad o problema de salud o aquel que sufre el evento en una
población determinada y en un periodo determinado.
40
41
Cuadro 20. Prevalencias de diabetes mellitus, hipertensión arterial y
dislipidemia en la submuestra de AM
Frecuencia 2007
(%) n=665
Frecuencia 2009
(%) n=643
Valor p*
Variable
Prevalencia de hipertensión arterial
24.81
36.24
<0.001
Prevalencia de diabetes mellitus
12.03
15.4
<0.001
Prevalencia de dislipidemia
6.17
10.73
<0.001
Valor p de la diferencia de proporciones entre la medición 2007 y 2009
Anemia
La forma más grave de la deficiencia de hierro es la anemia y cuando es moderada o severa se asocia a
un aumento de la mortalidad y ser un factor de riesgo para múltiples condiciones de salud. La
incidencia de anemia está asociada a diversos síntomas que van de la debilidad y la fatiga hasta las
caídas y la depresión, y en casos severos puede asociarse a la falla congestiva del miocardio.90
La anemia es el padecimiento nutricional más frecuente en el mundo.91 Las estimaciones de la
prevalencia de anemia en la población geriátrica reportada en diversos artículos internacionales, van de
un 2.9% a 61% en los hombres ancianos y de 3.3 a 41% en las mujeres103. Esta gran variabilidad parece
involucrar varios factores como la población de estudio, el estatus de salud de la población y los
criterios de corte empleados para definir anemia. Gran parte de la literatura reporta que los hombres
ancianos presentan mayor prevalencia de anemia que las mujeres.92
La anemia es un factor pronóstico3 negativo en la población anciana por sus múltiples
asociaciones con eventos de morbilidad. Existe un debate acerca del punto de corte para definir
anemia en la población de adultos mayores, debido al efecto de la edad y
los cambios en la
composición corporal, pero aún no se cuenta con una alternativa para la definición de anemia en este
grupo de edad.93 De manera general, los niveles de hemoglobina son menores en la gente mayor en
comparación con los jóvenes. No es claro si la menor concentración de hemoglobina es debido a un
proceso fisiológico “normal” propio de la edad, o es siempre patológico. Tampoco es muy claro por
qué la tasa de producción de hemoglobina está más disminuida en los hombres que en las mujeres.94
En México, la anemia es el padecimiento nutricional más frecuente y es considerado un
problema de salud pública100, 101. De manera general, el 17% de la población de AM presentó anemia
en ambas mediciones (basal y seguimiento 2009) después de ajustar por sexo y edad del AM. Al
estratificar por sexo, no se observaron diferencias en las prevalencias de anemia; sin embargo, se
3
Factor pronóstico, es aquel que predice el curso de una enfermedad una vez que ya está presente.
42
observa una tendencia de mayor prevalencia en los hombres en comparación con las mujeres. (Cuadro
21). La incidencia acumulada4 de anemia fue del 13.2% en esta población.
Cuadro 21. Prevalencia de anemia en los Adultos Mayores, estratificado por sexo
n 2007
Frecuencia
n 2009
Frecuencia (%)
Valor p
(%)
Anemia
663
16.92
acumulada
637
[14.26, 19.96]
Hombres
334
17.76
329
16.1
[12.93, 19.85]
17.28
0.466
13.27
[14.52, 20.45]
319
[14.30, 21.84]
Mujeres
Incidencia
18.14
[14.5, 22.48]
318
16.45
[13.27, 20.21]
*Datos ajustados por edad y tiempo al seguimiento. Se presentan medias e intervalos de confianza al 95%.
Por el contrario, la prevalencia nacional de anemia en los adultos mayores mexicanos (mayores de 50
años) reportado por la ENSANUT-2006 es de 23.7%, en las zonas rurales, la prevalencia es de 28.7%
en mujeres y de 22.5% en hombres. En general, la prevalencia de anemia fue mayor en las mujeres que
en los hombres (27.3 vs. 9.2% a los 50-59 años) y aumentó a medida que incrementó la edad (48.5 vs.
54.4% en los mayores de 90 años).100 En ciertas comunidades se ha reportado la prevalencia de anemia
de un 12% a 25%, siendo mayor en hombres que en mujeres. Entre las variables que están asociadas
con la presencia de anemia se encuentran la enfermedad crónica, nivel socioeconómico, las
características demográficas, la actividad física, el sexo, el IMC, la derechohabiencia, el tabaquismo, la
depresión y la dependencia funcional.
Diabetes mellitus
La prevalencia de diabetes mellitus. por autorreporte del AM o su cuidador, en la submuestra fue de
12% en la medición basal y del 15% en la medición 2009. Este cambio en prevalencia fue
estadísticamente significativo (Cuadro 20 y 22). La incidencia acumulada de diabetes observada en esta
submuestra fue del 3.2% en un período de 14 meses de seguimiento.
4
Incidencia acumulada es la proporción de individuos que desarrollan una determinada enfermedad a lo largo de
un periodo de tiempo.
43
El control de la diabetes mellitus en los adultos mayores se estableció con base en las cifras de
hemoglobina glucosilada (HbAc1), definiéndose como buen control cuando el marcador biológico de
HbAc1 era menor o igual a 7%, mal control si 7<HbAc1 <12%, muy mal control si HbAc1 ≥ 12%.
De los adultos mayores con diagnóstico médico de DM (11.7%) en la medición basal, la
proporción de sujetos con inadecuado control de su diabetes fue del 77.68%; de éstos, el 59.58% se
clasificó como mal control y el 10.85% como muy mal control de la diabetes. Estas proporciones no
fueron diferentes en la medición del 2009; observándose una mayor proporción de sujetos con un
buen control (32.09%) en comparación con la medición basal; mientras que la proporción de mal
control y muy mal control fue de 58.15 y 9.76 respectivamente (Cuadro 23).
Con base en la medición de HbAc1, también es posible identificar el riesgo de padecer
diabetes en los adultos mayores sin un diagnóstico médico de diabetes mellitus (Cuadro 23). En el
2007, el 14.9% de los adultos mayores sin auto-reporte de diagnóstico médico clasificaron como casos
potenciales de DM; sin embargo, sólo el 3.2% clasificó como caso potencial en la medición del 2009.
La disminución observada en las proporciones de casos potenciales de diabetes y en consecuencia, el
control en los “no diagnosticados”, hace pensar que muy posiblemente en la medición basal, el
encuestador –por razones éticas y de protocolo- debió de informar al AM la condición “anormal” de
su HbAc1, lo cual, pudo motivar al AM a la consulta médica (independientemente del grupo de estudio
al que pertenecía) y ser considerado como “caso nuevo de diabetes”. En consecuencia, se observó una
mayor prevalencia de diabetes en la medición 2009 y una menor proporción de casos potenciales; así
como un mejor control de la diabetes en los AM “con control inadecuado” (Cuadro 23).
Cuadro 22. Prevalencias ajustadas* de diabetes mellitus, hipertensión arterial y dislipidemia
en la submuestra de AM
Variable
n
Frecuencia
n
Frecuencia
Coeficiente
2007
(%)
2009
(%)
β*tiempo
Prevalencia de hipertensión
arterial (por diagnóstico
665
médico)
Prevalencia de diabetes mellitus
(por diagnóstico médico)
Prevalencia de dislipidemia (por
diagnóstico médico)
665
665
23.87
[20.7,27.36]
11.7
[9.4,14.43]
6.08
[4.5, 8.1]
643
643
643
35.5
[31.8, 39.4]
15
[12.37, 18]
10.6
[8.4, 13.25]
Valor p
Incidencia
acumulada
0.452
<0.001
14.5
0.143
0.091
3.2
0.567
<0.001
4.8
*Datos ajustados por sexo, edad y tiempo al seguimiento. Se presentan medias e intervalos de confianza al 95%.
44
45
Cuadro 23. Control de diabetes entre la población de AM acorde a la concentración de hemoglobina glucosilada
con y sin diagnóstico médico de diabetes mellitus. Datos ajustados*
Proporción de sujetos CON
diagnóstico previo de diabetes y
HbAc1 >7
n
2007
Frecuencia
(%)
n
2009
Frecuencia
(%)
Coeficiente
β*tiempo
Valor p
79
77.68
[66.86, 85.72]
77
68.16
[55.9, 78.34]
-0.209
0.517
-0.118
0.643
-1.577
<0.001
-1.558
<0.001
Control de la diabetes en los previamente diagnosticados
Buen control
Mal Control
Muy mal control
79
Caso potencial de diabetes
544
29.57
59.58
10.85
14.9
[12.10, 18.18]
77
541
32.09
58.15
9.76
3.2
[2.07, 5.09]
Control de la diabetes en los NO diagnosticados
Buen control
544
85.65
541
Mal Control
13.05
Muy mal control
1.30
Este análisis no considera casos incidentes de diabetes mellitus.
96.59
3.13
0.28
*Datos ajustados por sexo, edad y tiempo al seguimiento. Se presentan medias e intervalos de confianza al 95%
Hipertensión arterial sistémica
La prevalencia de hipertensión arterial por diagnóstico médico autoreportado del AM y/o
cuidador en la submuestra fue de 24.8% en la medición basal y del 36.2% en la medición 2009. Este
cambio en prevalencia fue estadísticamente significativo (Cuadro 20). La incidencia acumulada de
hipertensión arterial observada en esta submuestra fue del 14.5% en un período de 14 meses de
seguimiento. Esta incidencia fue mayor al de las otras dos patologías consideradas en este estudio
(dislipidemia y diabetes) (Cuadro 22).
El control de la hipertensión arterial sistémica en los adultos mayores se estableció con base en
los criterios de la NOM-030 para la prevención, tratamiento y control de la hipertensión arterial.95 El
promedio de presión arterial sistólica en la medición basal en los AM con diagnóstico médico fue de
160.22 ± 27.23 mmHg y diastólica de 80.18 ± 11.88 mmHg; mientras que en la medición 2009 se
observaron las siguientes presiones: sistólica 155.97 ± 27.45 mmHg y diastólica 78.41 ± 12.04 mmHg.
La aparente disminución de las presiones sistólica y diastólica, después de ajustar por sexo y edad no
fueron estadísticamente significativas (Cuadro 24), a pesar de observarse una disminución de 6 puntos
porcentuales en la prevalencia de inadecuado control de la hipertensión en los sujetos con diagnóstico
previo. Asimismo, no sólo fue importante conocer el promedio de la presión arterial en los adultos
mayores con diagnóstico médico de HA, sino también de aquellos sin diagnóstico de este
46
padecimiento. El promedio de presión arterial sistólica en este grupo fue de 143.35 ±1.17 mmHg y
diastólica de 74.25 ± 0.51 mmHg, en la medición basal. Estos promedios no cambiaron en la medición
2009 (Cuadro 24).
Con base en la toma de presión arterial diastólica y sistólica (>=140/90mmHg) , fue posible
identificar el riesgo de padecer hipertensión arterial (sistémica o aislada) en los adultos mayores sin un
diagnóstico médico previo de hipertensión arterial . Así, aproximadamente el 50% de los AM se
consideraron como casos potenciales en ambas mediciones (Cuadro 24).
Cuadro 24. Control y valores promedios de la presión arterial sistólica y diastólica entre la población de AM con
y sin diagnóstico médico de hipertensión arterial sistémica. Datos ajustados*
Proporción de sujetos CON
diagnóstico previo de HTA con
cifras de HTA
Media de tensión arterial sistólica
y diastólica en los sujetos con
diagnóstico médico previo de
HTA (media ± de [min, max] )
n
2007
Frecuencia
(%)
n
2009
159
76.08
[68.75, 82.13]
157
Sistólica
159.61± 2.1
[155.45, 163.78]
159
Media de tensión arterial sistólica
y diastólica en los sujetos Sin
diagnóstico médico previo de
HTA (media ± de [min, max] )
405
69.47
[61.75,
76.23]
Coeficiente
Valor p
β*tiempo
-0.244
0.291
Sistólica
155.76 ± 2.14
[151.53, 160]
-2.501
0.31
Diastólica
78.68 ± 0.98
[76.72, 80.63]
-0.556
0.65
50
[45.11, 54.96]
-0.075
0.53
Sistólica
143.72 ± 1.28
[141.19, 146.24]
-0.718
0.569
Diastólica
73.66 ± 0.57
[72.52, 74.79]
-0.506
0.403
157
Diastólica
80.24 ± 0.91
[78.43,82.05]
Proporción de sujetos SIN
diagnóstico previo de HTA con
cifras de HTA
Frecuencia (%)
50.75
[45.83, 55.66]
405
Sistólica
143.35 ±1.17
[141.03, 145.6]
405
405
Diastólica
74.25 ± 0.51
[73.24, 75.26]
Este análisis no considera casos incidentes de hipertensión arterial.
*Datos ajustados por sexo, edad y tiempo al seguimiento. Se presentan medias e intervalos de confianza al 95%.
Dislipidemia
47
La prevalencia de hipercolesterolemia en la submuestra fue de 6.1% en la medición basal y del 10.73%
en la medición 2009. Este cambio en la prevalencia fue estadísticamente significativo. La incidencia
acumulada de hipercolesterolemia observada en esta submuestra fue del 4.8% en un período de 14
meses de seguimiento (Cuadro 20 y 22).
El control de la hipercolesterolemia en la población de los adultos mayores se estableció con
base en los criterios de la NOM-037 para la prevención, tratamiento y control de las dislipidemias 96.
El promedio de la concentración de colesterol en la medición basal en los AM con diagnóstico médico
fue de 191.39 ± 38.68 mg/dl. Esta cifra fue similar en la medición del 2009: 194.17 ± 33.62 mg/dl. A
pesar de observarse un cambio en la disminución de alrededor de 5 puntos porcentuales en la
proporción de inadecuado control de la dislipidemia en los sujetos con diagnóstico previo, esta
disminución no fue estadísticamente significativa después de ajustar por edad y sexo (Cuadro 25). Con
base en las concentraciones de colesterol (>=200mg/dl) es posible identificar el riesgo de padecer
hipercolesterolemia en los adultos mayores sin un diagnóstico médico previo de hiperlipidemia. De
esta manera, aproximadamente el 21% de los AM se consideraron casos potenciales de padecer
dislipidemia en ambas mediciones. (Cuadro 25).
Cuadro 25. Control y valores promedios de colesterol entre la población de AM con y sin diagnóstico médico de
dislipidemia. Datos ajustados*
n
2007
Frecuencia (%)
n
2009
Frecuencia (%)
Coeficiente Valor
β*tiempo
p
Proporción de sujetos CON
diagnóstico previo de
hipercolesterolemia con
hipercolesterolemia
39
40.82
[25.43, 58.25]
39
35.45
[21.34, 52.64]
-0.280
0.464
Media de concentración de
colesterol en los sujetos CON
diagnóstico médico previo de
hipercolesterolemia (mg/dl)
29
178.97 ± 15.67
[148.23, 209.7]
35
178.26 ± 17.63
[143.71, 212.82]
-2.937
0.826
Casos potenciales
573
21.13
[17.9, 24.7]
567
20.09
[16.92, 23.68]
0.071
0.559
Media de concentración de
colesterol en los sujetos SIN
diagnóstico médico previo de
hipercolesterolemia (mg/dl)
399
159.33 ± 6.9
[145.75, 172.91]
524
142.06 ± 8.74
[124.9, 159.2]
-12.332
0.005
Este análisis no considera casos incidentes de hipercolesterolemia.
*Datos ajustados por sexo, edad y tiempo al seguimiento. Se presentan medias e intervalos de confianza al 95%
48
CONCLUSIONES
El concepto de salud para los adultos mayores significa tener energía, ser capaces de realizar sus
actividades cotidianas, sentirse bien, no tener complicaciones de los problemas crónicos que padecen,
reunirse con sus amigos y familia, o ser independientes.97 La mayoría de estos conceptos no implica la
ausencia de enfermedades, sino que, aun con la presencia de ellas, poder cumplir con sus roles que
ellos mismos u otros les imponen, ya sea en forma de actividad física, mental y/o social.
El aumento demográfico y la transición epidemiológica, provocan que México experimente un
proceso de envejecimiento que incrementa los números absolutos y porcentuales de la población de
edad avanzada. Este fenómeno demográfico impone retos importantes a los servicios de salud pues
demanda una reorganización de los mismos para atender una compleja red de patologías (agudas y
crónicas), padecimientos discapacitantes que pueden prevenirse, resolverse con una atención médica
básica o demandar una atención médica especializada y de alto costo por ser tecnológicamente
dependiente para su diagnóstico y tratamiento.
En la población adulta mayor, se han realizado esfuerzos por tener una identificación precoz
del padecimiento y limitar el daño al máximo para así disminuir la discapacidad y mejorar la calidad de
vida de dicha población. Por otro lado, existen padecimientos que son prevenibles, sobre todo los
vinculados al consumo de alcohol y tabaco, así como factores dietéticos asociados a las enfermedades
que más afectan a la población adulta mayor: la diabetes, la hipertensión arterial, los tumores malignos
y las enfermedades cardiovasculares. La comorbilidad que generan estos padecimientos, aunados a una
discapacidad derivada de un largo proceso de deterioro físico y mental, repercute sobre su calidad de
vida.
En general, podemos decir que en el grupo de intervención, los hombres presentaron una
ligera mejor percepción de su estado de salud actual y una mejor percepción de su estado de salud en
relación con la de otro adulto mayor de la misma edad. En cuanto a la comparación de su estado de
salud actual en relación a la que tenían hace doce meces, las mujeres refirieron un mayor porcentaje, en
relación con los hombres.
La cobertura de servicios preventivos y ambulatorios de salud en el adulto mayor tienen
influencias que pueden explicarse por el efecto de la edad y el acceso a los servicios de salud. En
general, las mujeres adultas mayores muestran prevalencias ligeramente más altas en relación al uso de
servicios ambulatorios de salud. Salvo en el examen de oído, en todos los grupos estudiados, ha habido
un aumento en el uso de estos servicios en relación con lo reportado en 2007, sobretodo en la
asistencia al dentista, en la cual se reporta un uso del 13.25% en mujeres y 12.50% en hombres en el
grupo de intervención de 2007, mientras que el actual reporte es de 18.38% y 17.14% respectivamente.
49
Las mujeres reportaron como enfermedades de mayor prevalencia la artritis, la enfermedad
pulmonar, la osteoporosis, el cáncer y la incontinencia urinaria en relación a los hombres. Sin embargo,
estas diferencias no parecen ser significativas. También existe un mayor reporte de DM por parte de las
mujeres. Esto coincide con lo reportado en el análisis de 2007, en donde las mujeres presentaron una
prevalencia de 13.51%, mientras que los hombres 7.53% en el grupo de intervención. Actualmente se
observa que esas prevalencias han ido en aumento con 16.10% y 8.95% respectivamente. Se puede
observar además que, a pesar de un mal control de la enfermedad, las prevalencias de tratamiento son
altas, al igual que la asistencia a la consulta.
Existe un mayor reporte de HC por parte de las mujeres. El diagnóstico médico de esta
enfermedad ha aumentado en relación a lo reportado en 2007, en donde las mujeres tuvieron
prevalencias de 6.75% y los hombres de 4.03% en el grupo de intervención. En el estudio actual, estas
prevalencias son de 10.11% para las mujeres y 4.53% para los hombres, con lo que podemos concluir
que la prevalencia de diagnóstico de HC ha ido en aumento, especialmente en las mujeres.
El consumo promediode energía en el grupo control interno y externo, está siendo cubierto
según sus requerimientos energéticos diarios. El exceso reportado a través del porcentaje de
adecuación, puede representar un factor de riesgo para sobrepeso y/o obesidad y en consecuencia,
para las enfermedades metabólicas. Sin embargo, hace falta analizar esta información contemplando los
ajustes correspondientes de las potenciales variables confusoras. Hace falta analizar si este aporte
energético es acompañado de un adecuado suministro de micronutrimentos en la dieta que son
esenciales para una adecuada nutrición, para prevenir riesgos por deficiencia o detectar riesgos por
exceso (en el caso del consumo de energía).
A 14 meses de haberse implementado el programa, persiste en los hogares del grupo de
intervención, una situación de inseguridad alimentaria. Esta condición puede o no afectar el consumo
de energía de la población de AM, que en términos medianos, parece exceder sus recomendaciones
diarias. Dentro de la lista de los principales alimentos consumidos, se destacó el reporte de 3 fuentes de
tejido animal (fuente de proteína y de minerales). Es necesario realizar más análisis al respecto para
observar con precisión la contribución de los patrones dietarios de la población de adultos mayores al
consumo de energía.
En relación al estado de nutrición, solo el 5% de los AM padecían desnutrición, no
observándose diferencias por sexo. Esta prevalencia es más alta a la reportada por la ENSANUT-2006.
Por el contrario, el problema de sobrepeso y de obesidad fue más prevalente en las mujeres que en los
hombres, lo cual eleva el riesgo de síndrome metabólico en este subgrupo de población.
Se observaron cambios significativos en la prevalencia de las 3 enfermedades crónicas no
transmisibles estudiadas. Este incremento en la prevalencia a 14 meses de medición pudo deberse a la
aparición de casos nuevos de la enfermedad por la historia natural de la misma, así como la no
50
detección oportuna del diagnóstico de enfermedad (casos prevalentes). En cuanto al control de la
dislipidemia y de la hipertensión, no se observaron diferencias estadísticas en la proporción de los
adultos mayores; por el contrario, sí se observaron cambios significativos en la proporción
(disminuida) de sujetos considerados como casos potenciales de diabetes; muy posiblemente atribuidos
a la visita oportuna al médico para un adecuado tratamiento.
No se observaron cambios en la prevalencia global de anemia; muy posiblemente debido a un
tratamiento de la misma en los adultos mayores con diagnóstico de anemia –la cual puede revertirse- y
a la aparición de casos nuevos de anemia en la medición 2009.
Resalta que a pesar de las condiciones de ruralidad y marginación en la que se encuentran
dichas poblaciones los resultados de la atención de diabetes e hipertensión dan cuenta de una cobertura
adecuada del tratamiento farmacológico y de asistencia al médico para el control. Los AM con
diagnóstico de diabetes mellitus en el 2007 fue de 12% y la proporción de pacientes con un control
inadecuado fue del 73% (63% con mal control y 10% con muy mal control de acuerdo a los niveles de
HbAc1).
En el 2009 aumentó la proporción de pacientes diabéticos (15%) aunque también
aumentaron los pacientes bien controlados (40%). Existe un mayor reporte de DM por parte de las
mujeres, un mayor número de mujeres no diagnosticadas que son casos potenciales de tener DM en
comparación con los hombres. A pesar de un mal control de la enfermedad, las prevalencias de
tratamiento son altas, al igual que la asistencia a la consulta.
En el caso de la hipertensión, la prevalencia aumentó de 24.8% en el 2007 a 36.2% en el 2009
y aunque hubo un descenso en la media de la presión arterial, las diferencias no fueron significativas.
De acuerdo con las mediciones de la presión arterial el 50% de los adultos mayores están clasificados
como casos potenciales. Existe un mayor reporte de HA por parte de las mujeres, un mayor número de
mujeres no diagnosticadas son casos potenciales de tener HA en comparación con los hombres y en
promedio la presión arterial sistólica y diastólica de los adultos mayores con diagnóstico de HA está
por arriba de los niveles de control (140/90 mmHg) de su enfermedad.
En el caso de las dislipidemias (colesterol >=200 mg/dl) se estimó que el 21% de los AM son
candidatos a padecer hipercolesterolemia.
Estos resultados nos presentan a un grupo de poblaciones con amplias necesidades de salud
que son complejas de atender de manera integral y, más aun, resolverlas de manera inmediata. Por un
lado, hay que ampliar las coberturas de los servicios preventivos como las inmunizaciones y la
detección oportuna de padecimientos crónicos mientras que por el otro observamos una demanda
importante de servicios de atención que atienden la demanda pero no resuelven de manera eficaz los
problemas, tal es el caso de la diabetes mellitus y la hipertensión arterial. Además hay evidencias de que
la comorbilidad asociada al proceso de envejecimiento requiere de esquemas de atención mejor
diseñados para cubrir este espectro de necesidades.
51
El impacto potencial que puede tener un apoyo económico sobre la salud de una población
adulta mayor, crónicamente expuesta a situaciones de desventaja social y a un diverso espectro de
factores de riesgo no es fácilmente medible ni interpretable. Esto se debe a que la pensión monetaria
otorgada no está condicionada a la utilización específica de servicios de salud, como si lo está en otras
subpoblaciones pobres; y el adulto mayor puede disponer de dicha contribución económica de manera
discrecional. Sin embargo, el apoyo económico puede incidir sobre las condiciones de salud de los AM
de maneras diversas aunque no necesariamente inmediatas. Dada su vulnerabilidad biológica, el AM
tiene necesidades básicas que busca satisfacer de manera prioritaria y una de ellas es, precisamente, la
salud. Una de sus principales barreras de acceso a los servicios de salud está ligada a la disponibilidad
de recursos económicos para transportarse, pagar por los servicios demandados, adquirir medicinas
y/o la hospitalización. Otra forma en que el AM puede incidir sobre su salud es utilizando la pensión
recibida para mejorar la ingesta de alimentos y ese poder adquisitivo le brinda una posición más
relevante dentro del núcleo familiar. Esta posición como proveedor mejora sus redes de apoyo y su
percepción como individuo no dependiente que son atributos que inciden sobre la percepción de su
estado emocional, físico y mental. Aún así, impactar sobre una condición de vida crónicamente vivida
en desventaja y expuesta a riesgos desfavorables para su salud limita el impacto del programa a sólo 14
meses de estar funcionando.
52
Glosario de terminología médica
Agudeza visual: método de diagnóstico que estudia la visión, tanto de cerca como de lejos.
Anemia: Deficiencia en el tamaño o número de eritrocitos o la cantidad de hemoglobina que
contienen, lo cual limita el intercambio de oxígeno y dióxido de carbono entre la sangre y las células de
los tejidos.En la práctica se considera Anemia cuando las cifras de hemoglobina Hb son inferiores a 13
g/100 ml de sangre en el hombre y 12 g/100 ml en las mujeres
Angina de pecho: consiste en la obstrucción parcial de las arterias coronarias. Puede producirse
cuando el corazón se ve obligado a realizar un mayor esfuerzo y el organismo es incapaz de aumentar
el riego sanguíneo de dicho órgano.
Arterioesclerosis: es un trastorno en el que se produce un endurecimiento y estrechamiento de las
paredes de las arterias a causa de cúmulos de colesterol, disminuyendo o llegando a dificultar
completamente el riego sanguíneo del tejido al que llega la arteria. A nivel cardiaco produce problemas
cuando esto sucede en las arterias coronarias.
Artralgias: sensación de dolor en las articulaciones.
Artritis: enfermedad crónica (a largo plazo) que ocasiona inflamación de las articulaciones y tejidos
circundantes, pero también puede afectar otros órganos.
Artrosis: es un síndrome que se caracteriza por la degeneración y erosión progresivas del cartílago,
asociadas a una proliferación ósea.
Cáncer: nombre dado a las enfermedades en las que hay células anormales que se multiplican sin
control y pueden invadir los tejidos cercanos.
Cáncer cérvico uterino: es una tumoración maligna que se presenta en el cuello de la matriz. Este
tipo de cáncer es totalmente prevenible, ya que se conoce el agente causal y se dispone de los
procedimientos para detectarlo y acceder prácticamente a la curación
Carcinogénico: (adj), que provoca o produce cáncer.
Caries: son perforaciones o daño estructural en los dientes.
Colesterol: esteroide lipídico componente de las membranas plasmáticas y precursor de ácidos
biliares, hormonas sexuales. etc. Existen varios tipos de colesterol. El exceso de colesterol en la sangre
es un factor de riesgo para numerosas enfermedades circulatorias.
Colesterolemia: presencia de colesterol en la sangre. La tasa de colesterol en la sangre oscila entre
150 y 280 mg/dL.
Demencia: se refiere a un grupo de síntomas que implican un deterioro progresivo del
funcionamiento cerebral.
Densidad ósea: medida de la cantidad de minerales (por lo general, calcio y fósforo) que contiene
cierto volumen de hueso. Las mediciones de la densidad ósea se pueden usar para diagnosticar la
53
osteoporosis, determinar si los tratamientos contra la osteoporosis son eficaces y calcular la
probabilidad de que los huesos se quiebren.
Depresión: proviene del término latín depressus, que significa “abatido” o “derribado”. Se trata de un
trastorno emocional que aparece como un estado de abatimiento e infelicidad que puede ser transitorio
o permanente.
Desnutrición: estado patológico provocado por la falta de ingesta o absorción de alimentos o por
estados de exceso de gasto metabólico.
Destrostix: glucometría (medición de glucosa) por punción capilar o secreción urinaria, en la que se
obtiene el valor de la glucosa del organismo en un corto período de tiempo después de la medición
(entre 2 y 5 minutos).
Deterioro cognitivo (cognoscitivo): es la pérdida o alteración de las funciones mentales, tales como
memoria, orientación, lenguaje, reconocimiento visual, conducta, que interfiere con la actividad e
interacción social de la persona afectada.
Diabetes Mellitus: es un grupo de trastornos metabólicos, que afecta a diferentes órganos y tejidos,
dura toda la vida y se caracteriza por un aumento de los niveles de glucosa en la sangre: hiperglicemia
Diaforesis: transpiración abundante de sudor. Sudoración excesiva.
Difteria: enfermedad infecciosa caracterizada por la formación de falsas membranas en las mucosas,
comúnmente de la garganta, que impiden la respiración.
Dislipidemias: son un conjunto de patologías caracterizadas por alteraciones en la concentración de
lípidos sanguíneos en niveles que involucran un riesgo para la salud
Disnea: Dificultad para respirar que puede deberse a ciertas enfermedades cardíacas o respiratorias,
ejercicio extenuante o ansiedad.
Edentulismo: ausencia total o parcial de piezas dentarias, las cuales no se reemplazarán
posteriormente de manera natural.
Enfermedad periodontal: es una enfermedad que afecta a las encías y a la estructura de soporte de
los dientes. La bacteria presente en la placa causa la enfermedad periodontal.
Enfermedad vascular cerebral (EVC): se define como un síndrome clínico caracterizado por el
rápido desarrollo de síntomas y/o signos correspondientes usualmente a afección neurológica focal, y
que persiste más de 24 horas, sin otra causa aparente que el origen vascular.
Eritropoyesis: proceso de producción de glóbulos rojos por los órganos hematopoyéticos.
Expectoración: acción de arrojar por la boca las mucosidades que se depositan en la garganta o los
pulmones.
Exotoxina: sustancia tóxica fabricada por una bacteria y que es liberada fuera o independientemente
de la bacteria productora y que es posible aislar sin destrucción de ésta.
54
Fecundidad: resultado de la actividad reproductiva de una persona, de una pareja, de un grupo o de
una población.
Factores de riesgo: características que aumentan la posibilidad de que una persona desarrolle una
enfermedad.
Fómites: objetos de uso personal del enfermo o portador, que pueden estar contaminados y transmitir
agentes infecciosos.
Glucemia: cantidad de glucosa en la sangre.
Hemoglobina: principal constituyente de los eritrocitos (33%), está especializada en el transporte del
oxígeno y del anhídrido carbónico. Está constituida por una proteína, la globina a la que se unen
cuatro grupos Hemo A, grupos que contienen un anillo porfirínico y un átomo de hierro. Cada uno
de los átomos de hierro de la hemoglobina puede combinar una molécula de oxígeno
(oxihemoglobina) que es de color rojo brillante. La hemoglobina es capaz de intercambiar el oxígeno
en los capilares adquiriendo el color rojo púrpura de la sangre venosa. Algunos aminoácidos de las
cadenas de la globina pueden combinarse con el CO2 capilar que luego será eliminado en los pulmones
(carbaminohemoglobina).
Hemoglobina glicosilada: La hemoglobina es una proteína que se encuentra en los glóbulos rojos de
la sangre (hematíes) y sirve para aprovisionar de oxígeno al resto de las células y tejidos. Esta proteína
se une a la glucosa circulante por el torrente sanguíneo. El porcentaje de proteína unida a glucosa es lo
que se denomina hemoglobina glicosilada (HbA1).
Hemoptisis: es el término médico para la expectoración con sangre proveniente del tracto
respiratorio.
Hipercolesterolemia: es el aumento de los niveles de colesterol en sangre, por encima de los niveles
normales. Es un factor de riesgo para la enfermedad coronaria y la arteriosclerosis.
Hiperglicemia (Hiperglucemia): cantidad excesiva de glucosa en la sangre.
Hipertensión arterial: es el aumento desproporcionado de los valores de la presión arterial. La
presión arterial normal en un adulto alcanza un valor de máxima (presión sistólica) no mayor de 140
mmHg (milímetros de mercurio) y de mínima (presión diastólica) no mayor de 90 mmHg, por encima
de estos valores hay hipertensión (alta presión).
Hipertensión arterial sistémica: presión arterial por encima de los valores normales que son 140
para la presión sistólica y de 90 mmHg para la diastólica.
Hipertensión sistólica aislada: presión arterial sistólica mayor o igual a 140 mmHg y presión arterial
diastólica menor a 90 mmHg (más frecuente a partir de los 60 años). (JNC VII Seventh Report of the
Joint National Committee on prevention, evaluation and treatment of High Blood Pressure).
Incidencia acumulada: es la proporción de individuos que desarrollan una determinada enfermedad
a lo largo de un periodo de tiempo. La incidencia acumulada es una estimación del riesgo individual; es
decir, la probabilidad que tiene una persona determinada de desarrollar una determinada enfermedad.
Su fórmula es:
55
número de casos nuevos (incidencia) de una enfermedad en un periodo de tiempo / número de sujetos
susceptibles al inicio de dicho periodo.
Características:
Ø Es una proporción
Ø no tiene dimensiones.
Ø su valor oscila entre 0 y 1 (aunque también se suele expresar como porcentaje)
Ø Depende del tiempo de seguimiento
Ø Se calcula sobre una cohorte fija.
Incontinencia urinaria: es la imposibilidad de controlar la emisión de orina, caracterizada por
pequeñas emisiones involuntarias ante un esfuerzo (toser, reír, gimnasia).
Infarto: lesión producida en un órgano privado de su riego sanguíneo, por obstrucción de la arteria
correspondiente.
Infección respiratoria aguda baja: inflamación de origen generalmente infeccioso de uno o varios
segmentos de la vía aérea inferior.
Influenza: también es conocida como la gripe. Es una infección que ocasiona fiebre, escalofríos, tos,
dolores corporales, dolores de cabeza y algunas veces dolor de oídos o problemas de sinusitis. La gripe
es causada por el virus de la influenza.
Inmunización: proceso o procedimiento por el cual una persona es protegida contra los efectos
adversos de la infección por un microorganismo patogénico
Lipoproteínas: conjunto de sustancias formadas por la unión de una proteína y un lípido; se clasifican
en lipoproteínas de densidad alta, baja, intermedia y muy baja. En el cuerpo humano cumplen
funciones diferentes e importantes.
Meningitis: inflamación o daño de las meninges (membranas que recubren el cerebro), y líquido
cefalorraquídeo, al ser atacados por microorganismos, bacterias o virus.
Microorganismo: organismo que solo puede verse bajo un microscopio. Los microorganismos
incluyen las bacterias, los protozoos, las algas y los hongos. Aunque los virus no se consideran
organismos vivos, a veces se clasifican como microorganismos.
Miocarditis: enfermedad inflamatoria del miocardio (parte musculosa del corazón).
Morbilidad: Proporción de personas que enferman en un lugar durante un periodo de tiempo
determinado en relación con la población total de ese lugar
Mortalidad: condición de ser mortal (estar destinado a morir). La palabra mortalidad también se
refiere a la tasa de defunciones o el número de defunciones en un grupo determinado de personas en
un período determinado.
Neoplasia: tumor producido por la multiplicación incontrolada de células. Según el grado de
diferenciación de sus células y la capacidad invasiva y metatársica se dividen en benignas y malignas.
56
Neumonía: es una enfermedad inflamatoria que afecta a los pulmones (generalmente un segmento),
cuya causa es, con mayor frecuencia, infecciosa.
Neuritis: inflamación y/o deterioro de un nervio o grupo de nervios.
Neuropatía: es el daño a un solo nervio o a un grupo de nervios que produce pérdida del
movimiento, la sensibilidad u otra función de ese nervio.
Obesidad: acumulación excesiva de grasa en el cuerpo con notable incremento del peso corporal por
encima de lo ideal.
Osteoporosis: enfermedad esquelética sistémica con disminución de la masa o densidad ósea,
deterioro microarquitectónico del tejido óseo cortical y, sobre todo, trabecular, que aumenta la
fragilidad del hueso y, consecuentemente, el riesgo de fracturas.
Padecimientos crónico-degenerativos: conjunto de enfermedades asociadas con la edad y el
envejecimiento. Aquellas que no se resuelven en forma rápida con atención médica, sino que
permanecen bajo control o tratamiento muchos años o el resto de la vida, y que afectan prácticamente
a cualquier órgano o tejido del cuerpo humano. Sin embargo, algunos de ellos destacan por su alta
frecuencia y por los graves daños que producen a quienes lo padecen.
Peritonitis: es la inflamación aguda (repentina) del peritoneo. El peritoneo es la membrana que limita
la pared del abdomen y recubre los órganos abdominales. Los síntomas típicos de peritonitis son los de
un abdomen agudo, es decir, los de un cuadro de máximo dolor abdominal de comienzo brusco. Se
acompaña de náuseas, vómitos, fiebre alta e importante malestar general.
Pie diabético: trastorno de los pies de los diabéticos provocado por la enfermedad de las arterias
periféricas que irrigan el pie, complicado a menudo por daño de los nervios periféricos del pie e
infección. Debido a la oclusión de las arterias que llevan sangre a los pies se produce gangrena.
Presión arterial: presión de la sangre en las arterias provocada por el bombeo del corazón. Son
importantes la presión arterial sistólica (al final de la sístole, cuando el corazón ha terminado de
contraerse) la presión arterial diastólica (al final de la diástole cuando el corazón está finalizando el
período de descanso entre latidos) y la presión pulsátil (diferencia entre la sistólica y la diastólica).
Prevalencia: número total de casos de una enfermedad dada que existe en una población en un
momento específico.
Prevención: según la ONU es «la adopción de medidas encaminadas a impedir que se produzcan
deficiencias físicas, mentales y sensoriales (prevención primaria) o a impedir que las deficiencias,
cuando se han producido, tengan consecuencias físicas, psicológicas y sociales negativas (prevención
secundaria)».
Pseudomembranas: falsas membranas.
Reservorio: lugar donde se desarrollan los gérmenes patógenos. Ser animado o inanimado en el que el
agente causal de una enfermedad se reproduce y perpetúa.
57
Retina: membrana interior del ojo en la cual se forman las imágenes. Está constituida por una serie de
capas de células de forma y función muy variadas, entre las que destacamos las fotorreceptoras (conos
y bastones) y las componentes del nervio óptico.
Retinopatía: enfermedad de los capilares (vasos sanguíneos pequeños) de la retina del ojo.
Síndrome metabólico: es un conjunto de factores de riesgo para diabetes mellitus tipo 2 (DM2) y
enfermedad cardiovascular, caracterizado por la presencia de resistencia a la insulina e hiperinsulinismo
compensador asociados con trastornos del metabolismo de los carbohidratos y lípidos, cifras elevadas
de presión arterial, y obesidad.
Septicemia: infección generalizada del organismo por la diseminación en la sangre de cualquier agente
biológico: bacterias, virus, hongos o parásitos. También llamada sepsis.
Séptico: (adj) que produce putrefacción o es causado por ella. Que contiene gérmenes patógenos.
Sobrepeso: estado en el cual el peso sobrepasa a una norma basada en la estatura.
Sustancias psicoactivas: toda sustancia química de origen natural o sintético que afecta
específicamente las funciones del sistema nervioso central, compuesto por el cerebro y la médula
espinal, de los organismos vivos. Estas sustancias son capaces de inhibir el dolor, modificar el estado
anímico o alterar las percepciones.
Tétanos: es una enfermedad causada por la toxina de la bacteria Clostridium tetani que afecta al
sistema nervioso central y que algunas veces provoca la muerte. En particular, la rigidez muscular o los
espasmos advierten al médico de un posible diagnóstico de tétanos.
Tuberculosis: es una enfermedad infectocontagiosa producida por la bacteria micobacterium
tuberculosis. Esta bacteria puede afectar cualquier parte del organismo sin embargo, lo más frecuente
es la presentación como un cuadro bronconeumónico.
Ulcera: ruptura de la piel, el recubrimiento de un órgano o la superficie de un tejido. Una úlcera se
forma cuando las células superficiales se inflaman, mueren y se desechan.
Vacunas: (del latín vaccinus-a-um, 'vacuno'; de vacca-ae, 'vaca') es un preparado de antígenos que una
vez dentro del organismo provoca una respuesta de ataque, denominada anticuerpo. Esta respuesta
genera memoria inmunológica produciendo, en la mayoría de los casos, inmunidad permanente frente
a la enfermedad.
Valoración nutricional: la ciencia de determinar el estado nutricional mediante el análisis de los
antecedentes médicos, alimentarios y sociales de un individuo; los datos antropométricos, los datos
bioquímicos; y las interacciones de medicamentos y nutrimentos.
Vasculopatía periférica: enfermedad oclusiva o inflamatoria que se desarrolla en las arterias, venas o
linfáticos periféricos.
58
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