La Santa Misa Primera parte Ritos Iniciales Canto de Entrada Se reúne la comunidad cristiana. Nos preparamos para escuchar la Palabra de Dios y celebrar la Eucaristía. La Misa es una verdadera fiesta, banquete y sacrificio que Cristo ofrece se ofrece nuevamente por nosotros. Nos ponemos de pie. Cantamos todos juntos al Señor. Saludo Invocamos a Dios, que es uno y trino haciendo la señal de la cruz: S. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. T. Amén. S. El Señor esté con ustedes. T. Y con tu espíritu. Rito Penitencial Le pedimos al Señor perdón por haberle ofendido, por el mal que hicimos y por el bien que no hicimos. S. Hermanos: para celebrar dignamente estos sagrados misterios, reconozcamos nuestros pecados. (pausa de silencio) Se puede elegir una de las tres siguientes formas. I S. y T. Yo confieso ante Dios Todo poderoso y ante vosotros, hermanos, que he pecado mucho de pensamiento, palabra, obra y omisión: Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa. Por eso ruego a Santa María, siempre Virgen, a los ángeles, a los santos y a vosotros, hermanos, que intercedáis por mí ante Dios, nuestro Señor. S. Dios todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna. T. Amén. II S. Señor, ten misericordia de nosotros. T. Porque hemos pecado contra Ti. S. Muéstranos, Señor, tu misericordia. T. Y danos tu salvación. S. Dios todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna. T. Amén. III S. Tú que has sido enviado a sanar los corazones afligidos: ¡Señor ten piedad! T. ¡Señor, ten piedad! S. Tú que has venido a llamar a los pecadores: ¡Cristo, ten piedad! T. ¡Cristo, ten piedad! S. Tú que estás sentado a la derecha del Padre para interceder por nosotros: ¡Señor, ten piedad! T. ¡Señor, ten piedad! S. Dios todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna. T. Amén. Invocación a la Santísima Trinidad (se omite cuando se recita la tercera fórmula penitencial.) (se canta o recita) S. ¡Señor, ten piedad! T. ¡Señor, ten piedad! S. ¡Cristo, ten piedad! T. ¡Cristo, ten piedad! S. ¡Señor, ten piedad! T. ¡Señor, ten piedad! Gloria S. Gloria a Dios en el cielo. T. Y en la tierra paz a los hombres, que ama el Señor. Por tu inmensa gloria Te alabamos, Te bendecimos. Te adoramos, Te glorificamos, Te damos gracias. Señor, Dios, Rey celestial, Dios padre todopoderoso, Señor, Hijo único, Jesucristo, Señor, Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre. Tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros. Tu que quitas el pecado del mundo, atiende nuestra súplica. Tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros; Porque sólo Tú eres Santo, Solo Tú, Señor, Sólo Tú, Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo, En la gloria de Dios Padre. Amén. Oración Colecta El sacerdote reza a Dios en nombre de todos los fieles. S. Oremos... T. Amén. Segunda parte Liturgia de la Palabra Cuando en la Iglesia escuchamos las Sagradas Escrituras, los libros santos de la Biblia, es Dios mismo quien nos habla. Y cuando escuchamos el Evangelio es el mismo Jesús quien realmente vuelve a hablarnos. Escuchamos, pues, con mucha atención. Primera Lectura Se lee, generalmente, una lectura del Antiguo Testamento. Al terminar, el lector dice: ¡Palabra de Dios! Todos respondemos: ¡Te alabamos Señor! Salmo Los salmos son aclamaciones y oraciones hermosas inspiradas por Dios. Repetimos o cantamos todos la antífona que dice el salmista. Luego la repetimos después de cada estrofa. Segunda Lectura Se lee, generalmente, una Carta escrita a los primeros cristianos. Al terminar, el lector dice: ¡Palabra de Dios! Todos respondemos: ¡Te alabamos Señor! Evangelio La palabra “Evangelio” viene del griego y significa “Buena Nueva” o sea “buenas noticias”. Escuchemos con atención las buenas noticias y enseñanzas que nos quiere dar Jesús. Nos ponemos todos de pie. Cantamos todos: ¡Aleluya! S. El Señor esté con vosotros. T. Y con tu espíritu. Hacemos la señal de la cruz sobre nuestra frente, labios y corazón, juntos con el sacerdote. Esto quiere decir que queremos que nuestra mente, nuestros labios y nuestro corazón sean purificados para escuchar dignamente la Palabra de Dios. . S. Lectura del santo Evangelio según... T. ¡Gloria a Ti, Señor! Al final S. Palabra de Dios T. Gloria a ti, Señor Jesús. Homilía El sacerdote nos explica las Escrituras y nos interpreta lo que Dios nos quiere decir a través de su Palabra. Credo Con esta oración afirmamos nuestra fe S. y T. Creo en Dios Padre todopoderoso, Creador del cielo y de la Tierra. Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor; que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo; nació de Santa María Virgen; padeció bajo el poder de Poncio Pilato; fue crucificado, muerto y sepultado; descendió a los infiernos; al tercer día resucitó de entre los muertos; subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios Padre todopoderoso; desde allí ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos. Creo en el Espíritu Santo, la Santa Iglesia Católica, la comunión de los Santos, el perdón de los pecados, la resurrección de los muertos y la vida eterna. Amén. Intenciones o Oración de los Fieles Elevamos nuestra oración a Dios, pidiéndole su ayuda en nuestras vidas, la de nuestra familia y amigos, nuestra comunidad, país e Iglesia Universal. El lector dice la intención por la cual le queremos pedir a Dios y al terminar dice: L. Roguemos al Señor. T. Escúchanos, Señor, te rogamos. Tercera Parte Liturgia Eucarística Presentación de las Ofrendas El sacerdote recibe en el altar las ofrendas del pan y del vino. Pero no solo se reciben las ofrendas del pan y vino sino de todas las cosas que le podemos ofrecer a Dios (nuestras vidas, alegrías, penas, trabajo, sufrimiento, oraciones, etc.). Se canta o bien si no hay canto de ofrenda se dice lo siguiente. S. Bendito seas, Señor, Dios del universo, por este pan, fruto de la tierra y del trabajo del hombre, que recibimos de tu generosidad y ahora Te presentamos: él será para nosotros pan de vida. T. Bendito seas por siempre, Señor. S. Bendito seas, Señor, Dios del universo, por este vino, fruto de la vid y del trabajo del hombre, que recibimos de tu generosidad y ahora Te presentamos: él será para nosotros bebida de salvación. T. Bendito seas por siempre, Señor. El sacerdote dice algunas oraciones en secreto, se lava las manos como signo de purificación y luego al terminar y después del canto si es que hay, el sacerdote dice lo siguiente: S. Orad, hermanos, para que este sacrificio, mío y vuestro, sea agradable a Dios, Padre todopoderoso. T. El Señor reciba de tus manos este sacrificio, para alabanza y gloria de su Nombre, para nuestro bien y el de todo su santa Iglesia. Oración sobre las ofrendas Nos ponemos de pie. El sacerdote dirige una oración a Dios en nombre de toda la comunidad. Termina la oración diciendo: S. Por Jesucristo nuestro Señor. T. Amén. Prefacio S. El Señor esté con vosotros. T. Y con tu espíritu. S. Levantamos el corazón. T. Lo tenemos levantado hacia el Señor. S. Demos gracias al Señor, nuestro Dios. T. Es justo y necesario. El sacerdote dice una oración y al final cantamos todos juntos (con la Iglesia, los santos y los ángeles) el Santo. Hay diferentes versiones del “Santo”, esta es la más popular y la que se dice cuando no hay canto. Santo Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del universo. Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria, ¡Hosanna en el cielo! Bendito el que viene en el nombre del Señor, ¡Hosanna en el cielo! Plegaria u Oración Eucarística Hemos llegado a una de las partes más importante de la Misa. Pronto el pan y el vino se convertirán en el Cuerpo y Sangre de Jesús. El Sacerdote dice una oración en la cual recuerda la Muerte, Resurrección y Ascensión al Cielo de Jesús. Pide por los vivos y los muertos; por la Iglesia y el mundo entero. Rezamos junto con la Virgen María y todos los Santos. La Consagración Nosotros nos ponemos de rodillas cuando el sacerdote pone sus manos sobre el pan y el vino. Hacemos esto en señal de respeto a Jesús que se hace realmente presente en la Eucaristía. Generalmente se tocan las campanillas en este momento. El sacerdote dice una oración, recordando la Última Cena. El sacerdote, en lugar de Jesucristo, toma el pan y dice las mismas palabras que Él dijo. S. TOMAD Y COMED TODOS DE ÉL, PORQUE ESTE ES MI CUERPO QUE SERÁ ENTREGADO POR VOSOTROS. Luego el sacerdote hace lo mismo con el vino. S. TOMAD Y BEBED TODOS DE ÉL, PORQUE ESTE ES CALIZ DE MI SANGRE, SANGRE DE LAALIANZA NUEVA Y ETERNA, QUE SERA DERRAMADA POR VOSOTROS Y POR TODOS LOS HOMBRES PARA EL PERDÓN DE LOS PECADOS. HACED ESTO EN CONMEMORACIÓN MIA. Nos ponemos de pie después de que el sacerdote hace la última reverencia. S. Este es el Sacramento de nuestra fe. T. Anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurrección. ¡Ven Señor Jesús! O bien decimos o cantamos: S. Alcamad el misterio de la fe. T. Cada vez que comemos de este Pan y bebemos de este Cáliz, anunciamos tu muerte Señor hasta que vuelas. En esta oración, dirigida por el sacerdote, nos dirigimos al Padre, recordando la Pasión, Muerte, Resurrección y Ascensión de Cristo. Invocamos al Espíritu Santo. Pedimos por nuestra Iglesia, sus pastores, los difuntos y por nosotros mismos para que algún día lleguemos al cielo junto con María, los ángeles y todos los santos. Al terminar la Gran Oración Eucarística alabamos al Padre con el Espíritu Santo por medio de Jesucristo. S. Por Cristo, con Él y en Él, a Ti, Dios Padre omnipotente, en la unidad del Espíritu Santo, todo honor y gloria, por los siglos de los siglos. T. Amén. Rito de la Comunión A la invitación del sacerdote decimos todos juntos como hermanos el Padre Nuestro, la oración que el mismo Cristo nos enseñó. T. Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre, venga a nosotros tu Reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día. Perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden. No nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal. S. Líbranos, Señor, de todos los males y concédenos la paz en nuestros días, para que, ayudados por tu misericordia, vivamos siempre libres de pecado y protegidos de toda perturbación, mientras esperamos la gloriosa venida de nuestro Salvador Jesucristo. T. Tuyo es el Reino, tuyo el poder y la gloria por siempre, Señor. S. Señor Jesucristo, que dijiste a tus apóstoles “La paz os dejo, mi paz os doy” no tengas en cuenta nuestros pecados, sino la fe de tu Iglesia y, conforme a tu palabra, concédele la paz y la unidad. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. T. Amén. S. La paz del Señor esté siempre con vosotros. T. Y con tu espíritu. S. Hermanos, daos fraternalmente la paz. S. y T. Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros. Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros. Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, danos la paz. Después el sacerdote nos muestra a Cristo presente en la hostia consagrada. S. Este es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Dichosos los invitados a la Cena del Señor. T. Señor no soy digno de que entres a mi casa, pero una palabra tuya bastará para sanarme. Ha llegado un momento muy especial, ahora, los fieles que están debidamente preparados se acercan a recibir a Cristo sacramentado. Al comulgar el sacerdote o ministro de la Eucaristía dice a la persona: S. El Cuerpo de Cristo. T. Amén. Al decir Amén, hacemos un acto de fe. Después de la Comunión permanezcamos en silencio, orando, alabando a Cristo a quien hemos recibido. Los que no ha comulgado igual puede hablar con Jesús, pues el está en todas partes. El sacerdote reza la Oración final. Termina la oración diciendo: S. Por Cristo nuestro Señor. T. Amén. Ritos Finales S. El Señor esté con vosotros. T. Y con tu espíritu. Recibimos la bendición. S. La bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo, descienda sobre vosotros. T. Amén. S. Podéis ir en la paz del Señor. T. Demos gracias a Dios. Canto Final a nuestra Madre, la Santísima Virgen María Este es un momento para dar gracias a Dios por la buena Madre que nos ha dado, como modelo y protectora.