8.- Una existencia como la de Jesús

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HORA SANTA
UNA EXISTENCIA COMO
LA DE JESÚS SACERDOTE
1. CANTO.
2. Exposición del Santísimo Sacramento. El sacerdote que preside,
deja el Santísimo expuesto sobre el Altar o en el ostensorio. O bien, abre
sin más el Sagrario para la adoración.
3. ORACIÓN: Para arriesgar la vida
Señor, yo quisiera ser de los que arriesgan
y comprometen su vida,
de los que dan la vida
y la ponen al servicio de los demás.
¿Para qué sirve la vida, sino para darla?
Pero yo no soy más que un burgués,
en medio de un mundo burgués.
Soy un producto de la época del confort…
Señor, tú que naciste en el azar de un viaje,
y has muerto como un malhechor,
después de haber recorrido todos los caminos,
arráncame de mi egoísmo y de mi comodidad…
Quiero comprometer mi vida, Señor,
en la fidelidad de tu seguimiento.
Los demás bien pueden ser prudentes;
Tú dijiste que hay que ser locos por el Reino.
Los demás creen en el orden y en la estabilidad;
Tú nos has dicho que creamos en la revolución del amor.
Los demás piensan que hay que ahorrar y conservar;
Tú nos has dicho que hay más gozo en dar que en recibir.
Los demás se instalan;
Tú me has dicho que hay que caminar,
y estar preparado a la alegría y al sufrimiento,
al fracaso y al éxito,
a no confiar en mí, sino en Ti…
En una palabra, quiero desinstalarme, Señor,
y arriesgar mi vida por tu causa.
4. Lectura del santo Evangelio según san Marcos.
6, 7-13.
Y les dijo: “Cuando entren en una casa, quédense en ella hasta que se vayan de
ese lugar. Si en algunas parte no los reciben ni los escuchan, al abandonar ese
lugar, sacúdanse el polvo de los pies, como una advertencia para ellos”.
Los discípulos se fueron a predicar el arrepentimiento. Expulsaban a los
demonios, ungían con aceite a los enfermos y los curaban.
Palabra del Señor.
5. Canto: Tu causa es mi causa (Mercedes Casas, FSpS).
TU CAUSA ES MI CAUSA
JESÚS SACERDOTE,
TU SUERTE MI SUERTE SEÑOR:
SEGUIRTE EN LA VIDA,
TAMBIÉN EN LA MUERTE
Y SER UNA OFRENDA DE AMOR.
TU CAUSA ES MI CAUSA
JESÚS SACERDOTE
TU SUERTE MI SUERTE SEÑOR.
QUIERO SEGUIRTE
PUES TÚ ME HAS LLAMADO
Y AQUÍ ESTOY.
HORA SANTA: UNA EXISTENCIA COMO LA DE JESÚS SACERDOTE
En aquel tiempo, llamó Jesús a los Doce, los envió de dos en dos y les dio poder
sobre los espíritus inmundos. Les mandó que no llevaran nada para el camino: ni
pan, ni mochila, ni dinero en el cinto, sino únicamente un bastón, sandalias y una
sola túnica.
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1. Contigo quiero ser fiel al Padre,
buscar sólo tu gloria.
Que se haga verdad el deseo de su
amor,
que todos los hombres se salven.
Contigo quiero ser solidario
con el hermano que sufre
y con el pobre que no tiene pan
de dignidad y justicia.
2. Contigo quiero vivir movido
por el Espíritu Santo,
dejar que me envuelva en
su Fuego de amor
y que me transforme en Testigo.
Contigo quiero mirar el mundo
con corazón compasivo.
Sentir lo que sientes de frente
al dolor,
de frente al pecado del mundo.
6. SEGUIR A JESÚS ES HACER NUESTRO SU ESTILO DE VIDA
Guía:
Una existencia “agradecida”
GUIA
«Tibi gratias agens benedixit...». En
cada Santa Misa recordamos y
revivimos el primer sentimiento
expresado por Jesús en el momento de
partir el pan, el de dar gracias. Dios nos
ama, se anticipa con su Providencia,
nos acompaña con intervenciones
continuas de salvación.
En la Eucaristía Jesús da gracias al
Padre con nosotros y por nosotros.
Esta acción de gracias de Jesús ¿cómo
no ha de plasmar la vida del sacerdote?
Él sabe que debe fomentar
constantemente un espíritu de gratitud
por tantos dones recibidos a lo largo de
su existencia y, en particular, por el don
de la fe, que ahora tiene el ministerio de
COROS
EFESIOS 1, 3-14.
A. Bendito sea Dios, Padre de
Nuestro Señor Jesucristo.
B. Que nos has bendecido Padre,
con toda clase de bendiciones.
A. Nos has elegido Padre, antes de
la creación del mundo,
B. Para ser santos e inmaculados
en tu presencia por el amor.
A. Nos elegiste para ser tus hijos
por medio de Jesucristo.
B. Según el beneplácito de tu
voluntad para alabanza de tu
HORA SANTA: UNA EXISTENCIA COMO LA DE JESÚS SACERDOTE
Seguir al Señor Jesús, en nuestra existencia sacerdotal, pide que hagamos
nuestro el estilo de vida de Jesús. Las indicaciones de Jesús Sacerdote a los
Doce en el Discurso Misionero nos abre diversos niveles de interpretación. El nivel
que queremos orar y hacer nuestro en esta hora santa, es el del “Estilo de Vida”,
estilo que implica en nuestra vida de cada día, ir haciendo nuestras las actitudes
de Jesús Sacerdote.
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anunciar, y por el del sacerdocio, que lo
consagra completamente al servicio del
Reino de Dios.
Alabemos al Señor, juntamente con el
apóstol san Pablo, haciendo nuestro el
himno de la carta a los Efesios.
gloria.
A. Por medio de la sangre de tu Hijo
tenemos la redención
B. El perdón de los pecados, según
la riqueza de tu gracia.
A. Haces Padre que todo tenga por
cabeza a Jesús
B. Para ser nosotros alabanza de tu
gloria.
A. Hemos escuchado la Palabra de
la verdad, el evangelio de la
salvación
B. Y nos has sellado con el Espíritu
Santo de la promesa.
Una existencia «entregada»
Aprendamos a decir con verdad el
“Tomad y Comed” haciendo nuestro el
camino de Jesús expresado en el
himno cristológico de la carta a los
Filipenses.
COROS
FILIPENSES 2, 1-11.
A. Jesús, siendo de condición
divina, no codiciaste ser igual a
Dios;
B. Al contrario te despojaste de ti
mismo tomando condición de
esclavo.
A. Asumiste la condición humana,
apareciendo en todo como
hombre;
B. Te rebajaste, Señor, tomando la
forma de hombre.
A. Te hiciste Jesús, obediente hasta
la muerte y una muerte de cruz.
B. Por eso Dios Padre te exaltó y te
dio el nombre sobre todo
nombre.
A. Para que a tu nombre Jesús,
toda rodilla se doble
B. En el cielo, en la tierra y en los
abismos.
HORA SANTA: UNA EXISTENCIA COMO LA DE JESÚS SACERDOTE
GUIA
«Accipite et manducate... Accipite et
bibite...». La autodonación de Cristo,
que tiene sus orígenes en la vida
trinitaria del Dios-Amor, alcanza su
expresión más alta en el sacrificio de la
Cruz, anticipado sacramentalmente en
la Última Cena. No se pueden repetir
las palabras de la consagración sin
sentirse implicados en este movimiento
espiritual. En cierto sentido, el
sacerdote debe aprender a decir
también de sí mismo, con verdad y
generosidad, «tomad y comed». En
efecto, su vida tiene sentido si sabe
hacerse don, poniéndose a disposición
de la comunidad y al servicio de todos
los necesitados.
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T. Y todos proclamemos que tu Jesús
ERES EL SEÑOR para gloria de Dios.
Una existencia «salvada» para salvar
Guía:
«Hoc est enim corpus meum quod pro vobis tradetur». El cuerpo y la
sangre de Cristo se han entregado para la salvación del hombre, de todo
el hombre y de todos los hombres.
Todos: Señor, cuando repetimos en el recogimiento silencioso de la asamblea
litúrgica tus palabras, nosotros tus sacerdotes, nos convertimos en
anunciadores privilegiados de este misterio de salvación. Somos los
primeros en sentirnos salvados, somos los primeros a quienes llega en
los más íntimo la gracia que nos hace clamar «Abba, Padre» con la
confianza propia de los hijos.
Una existencia que «recuerda»
Todos: Padre celestial, cómo sacerdotes somos llamados a ser, en la comunidad
que se nos ha confiado, los hombres del recuerdo fiel de Cristo tu Hijo y
de su Misterio.
Una existencia «consagrada»
Guía:
«Mysterium fidei!». Con esta exclamación manifestamos, después de la
consagración del pan y el vino, el estupor siempre nuevo por el prodigio
extraordinario que ha tenido lugar en nuestras manos.
Todos: Sobre el altar estás presente «verdadera, real, sustancialmente». Cristo
muerto y resucitado en toda tu humanidad y divinidad.
Guía:
Nosotros, sacerdotes, somos los celebrantes, pero también los custodios
de este sacrosanto Misterio
HORA SANTA: UNA EXISTENCIA COMO LA DE JESÚS SACERDOTE
Guía: “Hagan esto en memoria mía”. Estas palabras ¡Nos hablan de Ti! Estas
Palabras las repetimos cada día, in persona Christi, bajo la guía del
Espíritu Santo, pues es Él quien nos enseña todo y Quien nos recuerda
todo cuanto nos dijiste y enseñaste.
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Todos: Con san Pablo hemos recibido del Señor lo que les hemos transmitido:
el Señor Jesús, la noche en que fue entregado, tomó pan, y después de
dar gracias, lo partió y dijo: “Este es mi cuerpo que da por vosotros;
haced esto en recuerdo mío”.
Guía:
Viviendo y celebrando este misterio de nuestra fe, muchos sacerdotes
beatificados y canonizados han dado un testimonio ejemplar, suscitando
fervor en los fieles que participaban en sus Misas. Muchos se han
distinguido por la prolongada adoración eucarística.
Todos: Estar ante Ti Jesús Eucaristía, da sentido a nuestras «soledades» para
llenarlas de tu Presencia; da significado a nuestra consagración el calor
de la intimidad Contigo: ¡Jesús Eucaristía llenas de gozo y sentido
nuestra vida!
Una existencia orientada a Cristo
«Mortem tuam annuntiamus, Domine, et tuam resurrectionem
confitemur, donec venias». Cada vez que celebramos la Eucaristía, la
memoria de Cristo en su misterio pascual se convierte en deseo del
encuentro pleno y definitivo con Él. Nosotros vivimos en espera de su
venida.
Todos: Señor, esto nos compromete a reavivar en nosotros la caridad pastoral,
a vivir en medio del Pueblo de Dios orientando su camino y alimentando
su esperanza. Esto nos exige a vivir como el apóstol san Pablo:
«Olvidándome de lo que queda atrás y lanzándome hacia lo que está por
delante, corro hacia la meta» (Flp 3, 13-14). También, nos mantiene
irradiando juventud y como «contagiándola » a las personas que
encontramos en el camino. Nuestro secreto reside en la «pasión» que
tenemos por Tí. Como decía san Pablo: « Para mí la vida es Cristo» (Flp
1, 21). Y, por ello, comprendemos que en la tarea de la Evangelización,
la gente tiene derecho de dirigirse a nosotros con la esperanza de «ver»
en nosotros a Cristo (cf. Jn 12, 21).
Una existencia «eucarística» aprendida de María
Guía:
La Santísima Virgen tiene una relación muy estrecha con la Eucaristía.
Lo subrayan, aun en la sobriedad del lenguaje litúrgico, todas las
plegarias eucarísticas. Así, en el Canon romano se dice: «Reunidos en
comunión con toda la Iglesia, veneramos la memoria, ante todo, de la
gloriosa siempre Virgen María, Madre de Jesucristo, nuestro Dios y
HORA SANTA: UNA EXISTENCIA COMO LA DE JESÚS SACERDOTE
Guía:
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Señor».
Todos: Santísima Virgen María, Madre de todos los sacerdotes, reconocemos
que al ser nuestra madre, eres quien mejor puede enseñarnos con qué
fervor se han de celebrar los santos Misterios y cómo hemos estar en
compañía de tu Hijo escondido bajo las especies eucarísticas. “Salve, oh
verdadero Cuerpo, nacido de la Virgen María”
7. Bendición con el Santísimo.
Después de haber dado la bendición con el Santísimo, y antes de hacer la
reserva, se oran las letanías de Cristo Sacerdote y Víctima.
8. LETANÍAS A NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO SACERDOTE
Señor, ten piedad
Cristo, ten piedad
Señor, ten piedad
Cristo, óyenos
Cristo, escúchanos
Padre Celestial, que eres Dios
Hijo, redentor del mundo que eres Dios
Espíritu Santo, que eres Dios
Santísima Trinidad, que eres un solo Dios
Jesús Sacerdote y Víctima
Jesús, sacerdote Eterno, según el orden de
Melquisedec.
Jesús Sacerdote que en la última cena
instituiste el sacrificio eterno.
Jesús, Sacerdote a quien el Padre envió a
evangelizar a los pobresJesús Sacerdote quien en la última cena instituyó
el sacrifico eterno .
Jesús sacerdote siempre vivo intercediendo por
nosotros.
Jesús Pontífice a quien el Padre ungió por la
virtud del Espíritu Santo.
Jesús Pontífice tomado de entre los hombres.
Jesús Pontífice constituido en favor de los
hombres.
Jesús Pontífice de nuestra confesión.
Jesús Pontífice más ampliamente que la gloria de
Señor, ten piedad.
Cristo, ten piedad.
Señor, ten piedad.
Cristo, óyenos.
Cristo, escúchanos.
Ten misericordia de nosotros.
Ten misericordia de nosotros.
Ten misericordia de nosotros.
Ten misericordia de nosotros.
Ten misericordia de nosotros.
Ten misericordia de nosotros.
Ten misericordia de nosotros.
Ten misericordia de nosotros.
Ten misericordia de nosotros.
Ten misericordia de nosotros.
Ten misericordia de nosotros.
Ten misericordia de nosotros.
Ten misericordia de nosotros.
Ten misericordia de nosotros.
Ten misericordia de nosotros.
HORA SANTA: UNA EXISTENCIA COMO LA DE JESÚS SACERDOTE
Y VÍCTIMA
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De una mala tentación.
De todo pecado de simonía.
De la dispensación indigna de obras de los
eclesiásticos.
Del amor del mundo y todas sus vanidades.
De la celebración indigna de tus misterios.
Por la santa unción con la cual Dios Padre te ha
constituido sacerdote.
Por tu espíritu sacerdotal.
Por el ministerio aquel por el cual sobre la tierra
clarificaste al Padre.
Por la cruenta inmolación de Ti mismo que hiciste
una vez sobre la cruz.
por aquel sacrificio cotidiano renovado sobre el
altar.
Por aquella divina potestad que en tu sacerdocio
Ten misericordia de nosotros.
Ten misericordia de nosotros.
Ten misericordia de nosotros.
Ten misericordia de nosotros.
Ten misericordia de nosotros.
Ten misericordia de nosotros.
Ten misericordia de nosotros.
Ten misericordia de nosotros.
Ten misericordia de nosotros.
Ten misericordia de nosotros.
Ten misericordia de nosotros.
Ten misericordia de nosotros.
Ten misericordia de nosotros.
Ten misericordia de nosotros.
Ten misericordia de nosotros.
Ten misericordia de nosotros.
Ten misericordia de nosotros.
Ten misericordia de nosotros.
Perdónanos, Jesús.
Óyenos, Jesús.
Líbranos, Jesús.
Líbranos, Jesús.
Líbranos, Jesús.
Líbranos, Jesús.
Líbranos, Jesús.
Líbranos, Jesús.
Líbranos, Jesús.
Líbranos, Jesús.
Líbranos, Jesús.
Líbranos, Jesús.
Líbranos, Jesús.
Líbranos, Jesús.
Líbranos, Jesús.
HORA SANTA: UNA EXISTENCIA COMO LA DE JESÚS SACERDOTE
Moisés.
Jesús Pontífice del verdadero tabernáculo.
Jesús Pontífice de los bienes futuros.
Jesús Pontífice Santo, inocente e inmaculado.
Jesús Pontífice fiel y misericordioso.
Jesús Pontífice de Dios y lleno de celo por las
almas.
Jesús Pontífice perfecto para la eternidad.
Jesús Pontífice, el cual por su propia sangre
penetró a los cielos.
Jesús Pontífice que ha iniciado para todos
nosotros el camino nuevo.
Jesús Pontífice que nos amaste y lavaste
nuestros pecados en tu sangre.
Jesús Pontífice que te entregaste a Ti mismo
como víctima y oblación.
Jesús Víctima de Dios y de los hombres.
Jesús Víctima Santa e inmaculada.
Jesús Víctima que aplacas a la humanidad.
Jesús Víctima pacífica.
Jesús Víctima de propiciación y de alabanza.
Jesús Víctima de paz y de reconciliación.
Jesús víctima en quien tenemos fe y acceso a
Dios.
Jesús Víctima viva por los siglos de los siglos.
Que nos seas propicio.
Que nos seas propicio.
De un temerario ingreso al sacerdocio.
Del Espíritu de incontinencia.
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Te rogamos, óyenos.
Te rogamos, óyenos.
Te rogamos, óyenos.
Te rogamos, óyenos.
Te rogamos, óyenos.
Te rogamos, óyenos.
Te rogamos, óyenos.
Te rogamos, óyenos.
Te rogamos, óyenos.
Perdónanos, Señor.
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo.
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo.
Óyenos, Señor.
Ten piedad de nosotros.
Jesús Sacerdote.
Jesús Sacerdote.
Óyenos.
Escúchanos.
Sacerdote celebrante:
Oremos:
Dios Santificador y Custodio, suscita en la Iglesia por tu Espíritu, idóneos y fieles
dispensadores de tus misterios, para que por medio de su ejemplo el pueblo santo
camine por la vía de la salvación, por Nuestro Señor Jesucristo…… Amén.
9. CANTO DE SALIDA.
HORA SANTA: UNA EXISTENCIA COMO LA DE JESÚS SACERDOTE
ejerces invisiblemente.
Para que te dignes conservar en tu santa religión
el orden universal de tu sacerdocio.
Para que te dignes proveer de pastores según tu
corazón al pueblo santo de Dios.
Para que te dignes llenar a tus sacerdotes de ese
espíritu tuyo sacerdotal.
Para que custodies con buena ciencia la palabra
de los sacerdotes.
Para que te dignes enviar a tu mies operarios
fieles.
Para que te dignes tributar perseverancia en tu
santa voluntad a todos tus sacerdotes.
Para que te dignes conceder constancia en la
acción y en la oración a tus sacerdotes.
Para que a través de ellos te dignes promover en
todas partes el culto al Smo. Sacramento.
Por aquellos que administraron bien tus bienes
recíbelos en tu gozo eterno.
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo.
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