De Fleur, Melvin (1970) Modelos del proceso de persuasión, Paidós, Buenos Aires.Págs. 207-222 Modelos del proceso de persuasión Las precedentes teorías acerca de la forma en que el contenido de la comunicación masiva influye sobre la conducta individual, han originado numerosos intentos de capitalizar la puesta en práctica de estos conceptos, con el propósito de alterar deliberadamente la conducta humana, utilizando mensajes comunicados masivamente. Los esfuerzos masivos del mundo de la publicidad son un ejemplo patente. Tal vez son igualmente obvias las campañas de "servicio público" que procuran persuadir a la ciudadanía que debe seguir determinados comportamientos socialmente aprobados. También es evidente -la persuasión en el campo de la política, donde el acto electoral provoca continuos esfuerzos por controlar el comportamiento a través del contenido de las comunicaciones masivas. La relación entre las teorías contemporáneas de comunicación masiva y la formación del concepto de cómo puede lograrse la persuasión, no es directa. La publicidad es más probablemente un arte que una actividad basada en teorías formuladas científicamente. Lo mismo es válido para otras formas de persuasión. Sin embargo, el análisis de las campañas contemporáneas de persuasión revela ciertas regularidades, ciertas significativas semejanzas, en sus aparentes supuestos subyacentes sobre la forma en que se produce el proceso de la persuasión. Estos supuestos pueden ser sistematizados en dos amplios "modelos" del proceso, que se describen a continuación. Al tratar de describir la naturaleza de estas formulaciones, hay que dejar claramente establecidos dos hechos. Primero, estos modelos del proceso de persuasión (que es otra forma de hablar de una "teoría" que explique su funcionamiento) son extensiones y aplicaciones de las teorías contemporáneas de la comunicación masiva que han sido reseñadas en el presente capítulo. Segundo, estos modelos son formulados en este momento en una forma general. Tal vez un tercer punto se esbozará por sí mismo: existen indudablemente muchos otros modelos del proceso de persuasión que podrían ser formulados como alternativas. El primero de estos dos conceptos puede ser llamado modelo psicodinámico del proceso de la persuasión. Se basa casi exclusivamente en lo que hemos llamado la "teoría de las diferencias individuales" del efecto de las comunicaciones masivas. Pese a que ésta es una de las teorías de las comunicaciones masivas que fue admitida más tempranamente, sigue siendo importante. Esto se demuestra por el impacto que ha tenido en el mundo de la publicidad y de las relaciones públicas. Ha proporcionado además la principal serie de hipótesis que sustentan gran parte de la investigación sociopsicológica sobre la persuasión realizada en años recientes. La esencia de la idea es que un mensaje efectivamente persuasivo es aquel que tiene propiedades capaces de alterar el funcionamiento psicológico del individuo, en forma tal que responda manifiestamente (hacia el ítem que es el objeto de la persuasión) con formas de comportamiento deseadas o sugeridas por el persuasor. En otras palabras, se ha dado por sentado que la clave para la persuasión eficaz estriba en modificar la estructura psicológica del individuo en forma tal que la relación psicodinámica entre los procesos internos latentes (motivaciones, actitudes, etcétera) y el comportamiento evidente conduzcan a realizar los actos deseados por el persuasor.40 Se han expuesto muchas formas específicas o variantes de este modelo de la persuasión, vinculadas con los fenómenos psicológicos particulares en estudio y con las relaciones psicodinámicas presuntas que se consideraba prevalecían entre el proceso psicológico y las pautas de conducta manifiesta supuestamente activadas por ellas. Se ha hecho amplio uso de mensajes persuasivos dirigidos a las actitudes u opiniones individuales en base a la presunción de que hay una estrecha relación entre la estructura de actitudes de una 40 Esta era la tesis central de Vance Packard en su discutido libro Las formas ocultas de la propaganda. Señaló que los publicistas modernos, utilizando mecanismos psicoanalíticos como variables intervinientes, lograban efectos poderosos para persuadir a las personas a comprar productos de consumo. Véase Vance Packard: The Hidden Persuaders. Nueva York, David McKay Company, Inc., 1957. [Hay versión castellana: Las formas ocultas de la propaganda. Buenos Aires, Sudamericana, 1961.] Este fue también el principio que guió básicamente el trabajo de Carl HovIand y sus estudiantes en el Programa de Comunicaciones y Cambio de Actitudes, de la Universidad de Yale, que dio como resultado una gran cantidad de publicaciones. 1 De Fleur, Melvin (1970) Modelos del proceso de persuasión, Paidós, Buenos Aires.Págs. 207-222 persona y su modo de comportarse en situaciones sociales manifiestas.41 Un ejemplo conocido lo constituyen las campañas llevadas a cabo con el concurso de los medios masivos en las que se intentaba disminuir la discriminación étnica (conducta manifiesta) actuando sobre el prejuicio étnico (proceso psicológico que se supone conduce a la discriminación). Otro ejemplo sería la tentativa de promover la adquisición de un producto medicinal (acción manifiesta) inspirando temor a la enfermedad o al sufrimiento (proceso psicológico). El concepto podría ser ilustrado con ejemplos que van desde las campañas para inducir al público a sacarse radiografías de tórax y los llamados a la solidaridad hasta las campañas para mantener el aseo de los lugares públicos y la oratoria política. Entre los conceptos psicológicos que han sido empleados como variables interpuestas podemos mencionar el impulso sexual, la ambición de mejorar el propio status, el deseo de aprobación social, ansiedades, temores, vanidad y muchos otros. Una representación gráfica; sencilla de este modelo psicodinamíco del proceso de persuasión sería la siguiente: Mensaje Persuasivo Modifica procesos psicológicos latentes Logra un cambio en la acción manifiesta Como ya señaláramos; este modelo de la persuasión se halla respaldado por pruebas experimentales de importancia. Existe una nutrida bibliografía sociopsicológica referente a muchas variables a las que se considera potencialmente útiles para modificar la acción manifiesta.42 Un importante grupo de investigadores llegó a la conclusión de que algunas personas están ya estructuradas como "tipos persuadibles" y ofrecen a causa de ello menor resistencia al manipuleo psicológico que los individuos corrientes, cualquiera que sea el objetivo de la persuasión o su base psicológica.43 La base teórica en que se apoya el modelo psicodinámico es muy amplia importantes teorías de la motivación, la percepción y el aprendizaje, así como también el psicoanálisis, han sugerido maneras en que las actitudes, las opiniones, los temores, la idea de sí mismo la percepción de la credibilidad de la fuente, el refuerzo y muchas otras variables están relacionadas con la persuasión. Muchos de esos estudios han sido citados y reproducidos tantas veces que existe el riesgo de que se olvide el carácter provisional de sus conclusiones. Pero la frecuente cita o reproducción no equivale a repetición o imitación. El modelo psicodinámico de la persuasión necesita pruebas adicionales que lo sustenten. Se requieren asertos válidos y sistemáticos en cuanto a que variables bajo que circunstancias pueden ser utilizadas para lograr que las personas adopten pautas de acción (y qué personas y cuáles pautas) cuando se hacen llegar a las mismas mensajes a los cuáles se han incorporado esas variables. No sólo no hay en la actualidad pruebas suficientes de la utilidad de 'este enfoque de la persuasión sino que quienes sé valen de esa estrategia hacen a veces suposiciones alejadas de la realidad. Algunos experimentadores, por ejemplo, han mostrado tendencia a, dar por sentado que cuando la comunicación es probadamente capaz de modificar actitudes u opiniones, las pautas de conducta manifiesta sufren un cambio acorde. Esa presunción es injustificada. Festinger ha analizado recientemente la bibliografía sobre esta cuestión.44 Pero el hecho de que la validez del modelo psicodinámico de la persuasión no haya sido, hasta ahora comprobada plenamente no significa que éste sea incorrecto. En algunos casos funciona bien. Durante un reciente eclipse de sol, por ejemplo los medios de una localidad del Medio Oeste aconsejaron repetidamente a la población, que no lo contemplara directamente ni tampoco con anteojos ahumados. Se recurrió a 41 Esta suposición ha sido cuestionada en recientes estudios sobre la relación entre las actitudes y la acción. Véase Melvín L. De Fleur y Frank R. Westie: "Verbal Attitudes and Overt Acts” American Sociological Review, vol. 23, n9 6, diciembre de 1958, págs. 667-673. 42 Carl HovIand, Irving Janis y Harold Kelley: Communication and Persuasion. New Haven, Yale University Press, 1961. 43 Irving Janis y otros: Personality and Persuasibility. New Haven, Yale University Press, 1954.. 44 Leon Festinger: "Behavioral Support For Opinion Change” Public Opinion Quarterly, vol. 28, n9 3, otoño. de 1964, págs. 404-417. 2 De Fleur, Melvin (1970) Modelos del proceso de persuasión, Paidós, Buenos Aires.Págs. 207-222 anuncios intimidatorios que mencionaban la posibilidad de sufrir un grave daño ocular para persuadir a la gente de que utilizara un aparato óptico recomendado o se contentara con presenciar el eclipse en la pantalla del televisor. Un estudio realizado inmediatamente después del eclipse demostró que existía una relación de signo positivo entre la intensidad del temor suscitado en las personas que recibieron los mensajes y el grado de acatamiento que prestaron a los mismos.45 Por el contrarío, un estudio experimental anterior de mensajes intimidatorios semejantes dirigidos a grupos de estudiantes secundarios arrojó resultados opuestos. Varios grupos asistieron a conferencias ilustradas en las que se ponían de relieve los daños causados a la dentadura por una higiene bucal deficiente. Se descubrió que el acatamiento al mensaje era inversamente proporcional al temor que el mismo había provocado. Los que quedaron más impresionados fueron quienes mostraron luego menor adhesión al programa de prevención recomendado por el comunicador. Los que experimentaron menos temor mostraron el mayor acatamiento. Los resultados de este experimento tan a menudo citado fueron opuestos a los obtenidos en el caso del eclipse.46 Estas comprobaciones aparentemente contradictorias logradas en dos casos en que medió el temor inducido a sufrir un perjuicio en la salud destacan la necesidad de distinguir las condiciones en las cuales una variable psicodinámica dada conducirá a un determinado tipo de acción, de aquellas en las cuales tendrá un efecto de bumerán y la suprimirá. Otro tanto puede decirse de la teoría de las diferencias individuales en general. Hay muchas clases de "efectos" aparte de la adopción manifiesta de determinada acción recomendada en los mensajes persuasivos. Los niños aprenden nuevas ideas y prácticas de los medios gracias a un proceso de aprendizaje incidental .47 Ello puede ser totalmente ajeno a las intenciones de educadores y persuasores. La gente puede adquirir nuevos hábitos, adoptar nuevas modas, cambiar sus gustos musicales o consagrar su lealtad a un partido político sin acatar en absoluto los mensajes persuasivos que les son deliberadamente dirigidos. Aunque la teoría de las diferencias individuales sostenga que las variaciones de la' estructura de personalidad de los individuos tienen parte importante en la determinación de la forma en que ello ocurre, sería inexacto afirmar que disponemos en la actualidad de una teoría plenamente articulada capaz de explicar el papel que desempeñan esos factores. Al mismo tiempo, un imponente conjunto de hallazgos experimentales demuestran que ciertas características individuales contribuyen en cierta medida a determinar la clase de efecto que determinado contenido del mensaje tendrá sobre un tipo particular de persona. Esos estudios, junto con muchos otros, han sido reseñados e imaginativamente analizados en fecha reciente por Klapper .48 Señala éste con energía la necesidad de tomar en consideración muchas otras variables además de las características de la personalidad individual para desarrollar teorías sobre los efectos de los medios, así como los peligros inherentes a la formulación de simples teorías del tipo causa-efecto. Es ésta una opinión a la que adherimos entusiastamente. El presente capítulo trata varias teorías en términos de causa-efecto porque en él estamos intentando mostrar el desarrollo histórico de la teoría de la comunicación masiva, como también sus propósitos más generales. En 1948 Bernard Berelson procuró describir sucintamente la situación en que se encontraba en ese momento el campo de la comunicación de masas. Hizo notar que la antigua teoría de los medios todopoderosos había sido abandonada desde hacía ya tiempo e identificó cinco factores principales en los que parecía concentrarse la investigación en. esa época: Hoy, en la década de 1940, contamos con un acervo de investigaciones empíricas que proporcionan un afinado conocimiento acerca del efecto de la comunicación, sobre la opinión pública y prometen rendir mayores frutos en los próximos años. Pero, ¿cuál ha sido la contribución aportada por esos estudios al problema?... La respuesta adecuada a esta pregunta, la respuesta que constituye una formulación útil a los fines de la investigación, es la siguiente: 45 Sidney Kraus, Elaine El-Assal y Melvin L. De Fleur: Speech Monographs, vol. 33, no 1, marzo de 1966, págs. 23-29. Irving Janis y Seyman Feshback: "The Effects of Fear-Arousing Cominunications” Journal of Abnormal and Social Psychology, vol. 48, 1953, págs. 78-92. 47 Schramni y otros: Television in the Lives of Our Children. Stanford, Calif., Stanford University Press, 1961, pág. 75. 49 Joseph T. Klapper: The Effects of Mass Communication. Glencoe, Illinois, The Free Press, 1960. 46 3 De Fleur, Melvin (1970) Modelos del proceso de persuasión, Paidós, Buenos Aires.Págs. 207-222 ciertas clases de comunicación referentes a ciertas clases de problemas, dirigidas a ciertas clases de personas que se encuentran en ciertas condiciones, producen cierta clase de efectos.49 Este conjunto de proposiciones puede no ser una teoría acabadamente formulada de la comunicación de masas, pero no hay duda de que descansa sobré el 'tipo de supuestos que hemos denominado teoría de las diferencias individuales. Responde a la necesidad de predecir la influencia probable de un tipo determinado de comunicación sobre un problema determinado, y allí donde las "condiciones" de la comunicación (radio, imprenta, etcétera) son conocidas o están bajo control, las variables importantes que no puede manipular el comunicador son las "clases de personas". En otras palabras, un comunicador que puede seleccionar su mensaje y su problema, y de manera general estructurar las condiciones de la comunicación a la medida de sus deseos, siempre se verá privado de la posibilidad de controlar en forma directa los prejuicios predisposiciones, cantidad de información previa, etcétera, de su público. Las variables independientes (mensajes, sobre un problema determinado presentados en condiciones conocidas) ven así modificada su influencia sobre las variables dependientes (efectos) por la acción de las variables interpuestas ("clases de personas” es decir, diferencias individuales en variables psicológicas pertinentes). La formulación de Berelson citada precedentemente superaba sin embargo a la teoría de las diferencias individuales al atraer la atención sobre el hecho de que cabía esperar que las variaciones en los estímulos y las variaciones en el marco social u otras condiciones relacionadas (así como también en las estructuras psicológicas de los, miembros del auditorio) ejercieran influencia sobre el tipo de efectos producidos. Pese a su sencillez, sirvió de guía para la investigación, ya que constituye un enunciado, general de los grupos sobresalientes de factores y variables que, juntamente con las diferencias individuales, deben ser tomados en cuenta si se desea comprender el proceso de la comunicación. Si bien la teoría de los efectos de los medios masivos sobre las diferencias individuales llevó a formular un "modelo psicodinámico" del proceso de la persuasión en un intento. de emplear, la teoría con fines prácticos, este modelo no ha sido el único ensayado. Una alternativa algo más compleja surge de la combinación de la teoría de las relaciones sociales y la teoría de las normas culturales. Como no disponemos de un término mejor, nos referiremos a éste denominándolo modelo, sociocultural del proceso de persuasión. Los estudios experimentales sobre la persuasión que se han ocupado del empleo de variables socioculturales como fundamento de las comunicaciones eficaces para persuadir, no han dado origen a una teoría sistemática. Los investigadores de la comunicación y otros científicos sociales han reconocido que las variables sociales y culturales desempeñan un papel importante en la determinación del, modo en que las personas adoptan, nuevas ideas y actitudes. No obstante, se ha prestado escasa atención al modo como tales variables pueden ser incorporadas deliberadamente a los mensajes para facilitar la persuasión. De hecho, las teorías de la persuasión y de la adopción de innovaciones consideran a las variables grupales, interaccionales y culturales en términos principalmente de obstáculos para lograr la persuasión o la adopción.50 La razón para ello puede haber sido la exclusiva atención prestada al modelo psicodinámico que hemos analizado .51 Un valioso acervo de teorías e investigaciones sobre la conducta indica que lo que venimos llamando variables socioculturales son fuentes muy importantes de las cuales los individuos extraen definiciones acerca de lo que es la conducta, adecuada en un contexto grupal. 52 A la formación de ese acervo de teorías e investigaciones han contribuido todas las ciencias sociales, desde la antropología hasta la sociología. No sólo estudios sobre la cultura como los de Benedict, sino también experimentos de laboratorio como los de Asch y Sherif prueban que incluso en el marco más simple y artificial las normas grupales ejercen enorme influencia sobre la orientación, definición y modificación de la conducta del individuo, independientemente, hasta cierto Bernard Berelson: “Communications and Public Opinions” en Wilbur Schramm (comp.): Mass Communications. Urbana, University of Illínois Press, 1949, pág. 500. 50 Un ejemplo de tales análisis se encuentra en Herbert H. Hyman y Paul B. Sheatsley: "Some Reasons Why Information Campaigns Fail” - Public Opinion Quarterly, vol. 11, otoño de 1947, págs. 412-423. 51 Como ejemplo mencionaremos un capítulo de la conocida obra de HovIand Communication and Persuasion, titulado "Gróup Membership and Resistance lo Influence". (La bastardilla es mía.) 52 Véase Kurt Lewin: "Group Decision and Social Change", en Maccoby y otros: Readings in Social Psychology. Nueva York, Henry Holt and Company, 1958. 49 4 De Fleur, Melvin (1970) Modelos del proceso de persuasión, Paidós, Buenos Aires.Págs. 207-222 punto, del estado de sus predisposiciones internas.53 Esta generalización encuentra apoyo en estudios sociológicos., Las obras de Lohman y Reitzes54, Minard55, Newcomb56, De Fleur y Westie57, Gorden58, Merton y Kitt59 y Mead60 señalan de qué manera variables como la pertenencia a organizaciones, los roles de' trabajo, los grupos de referencia, las normas culturales y las normas del grupo primario contribuyen a dar forma y a canalizar la acción manifiesta de un modo que hasta cierto punto no es afectado por las predisposiciones psicológicas internas. Debe reconocerse, como mínimo, que las pautas de conducta de un individuo dado raras veces pueden ser interpretadas con exactitud sobre la base, únicamente, de las variables psicológicas individuales, en especial cuando el mismo actúa dentro de un contexto social. Para explicar o predecir esa conducta, o para influir sobre ella, es imprescindible tomar en cuenta las normas sociales, los roles, los controles y los valores, expectativas y creencias culturalmente definidos o compartidos que acompañan a la acción, sin lo cual ésta no podría comprenderse bien. Los procesos socioculturales presentes en una situación de acción de un individuo dado determinan, pues, en gran medida, qué rumbo seguirá esa acción, y además si ella tendrá lugar o no. Las acciones pueden incluso ser contrarias a las predisposiciones individuales, aunque cabe presumir que ello ocurre sólo excepcionalmente. El caso más corriente sería aquel en que las variables socioculturales modifican el modo en que los procesos psicológicos se relacionan con la acción manifiesta. El modelo sociocultural del proceso de persuasión que deriva de las consideraciones precedentes se fundamenta en la premisa de que los mensajes comunicados masivamente pueden utilizarse para proporcionar a determinado individuo interpretaciones nuevas y aparentemente apoyadas por el grupo al cual aquél pertenece acerca de algún fenómeno respecto del cual el individuo está actuando. De tal modo, se podría condicionar la conducta del individuo en la medida en que éste forma sus definiciones y convicciones acerca de cuál debe ser la conducta adecuada, a partir de las mencionadas interpretaciones, pero en los casos en que las inclinaciones del individuo son contrarias a las acciones que se le proponen, puede lograrse que las acepte si se lo somete un conjunto de compulsiones sociales y culturales las que se siente obligado a ajustarse. Una situación más simple aún sería aquella en que el individuo no ha desarrollado aún una firme predisposición Psicológica, en un sentido o en otro, respecto del objeto de la persuasión. En tal caso, no ha interiorizado aún muchas definiciones propuestas por el grupo acerca de cuál sea la acción adecuada al respecto. En tales condiciones, las definiciones sugeridas le, suscitarán poco o ningún conflicto psicológico en cuanto a seguir los modos de conducta propuestos por quien emite la comunicación. Representado esquemáticamente, dicho modelo del proceso de persuasión se asemeja al siguiente diagrama: Mensaje persuasivo Define (o redefine) procesos socioculturales del grupo (o de los grupos) Formando o modificando definiciones de conducta socialmente aprobada de los miembros del grupo Logra cambiar la dirección de la conducta manifiesta Pero, ¿de qué modo provee el grupo al individuo de formas de conducta "aprobadas" o "autorizadas" relacionadas con objetos, acontecimientos o problemas que son propuestos a su atención? Aparentemente, los caminos seguidos son varios. Conceptos como los de roles, normas, valores compartidos, status y control Véase Solomon E. Asch: “Effects of Group Pressure Upon the Modification and Distortion of Judgements” en Eleanor Maccoby y otros: Readings in Social Psychology. Nueva York, Henry Holt and Company, 1958, págs. 174-183. 54 Joseph Lohinan y Dietrich Reitzes: “Deliberately Organized Groups, and Racial Behavior” Amerícan Sociological Review, vol. 19, junio de 1954. 55 R. D. Minard: "Race Relations in the Pocahontas Coal Fiels” Journal of Social Issues, vol. 8, n9 1, 1952, págs. 29-44. 56 Theodore M. Newcomb: "Attitude Development as a Function of Reference Groups: The Bennington Study" en Maccoby, Newcomb y Hartley (comps.) : Readíngs in Social Psychology. Nueva York, Henry Holt and Company, 1958, págs. 265-275. 57 Melvin L. De Fleur y Frank R. Westie, op. cit. 58 Raymond L. Gorden: "Interaction Between Attitude and the Definition of the Situation in the Expression of Opinions” American Sociological Review, vol. 17, 1952, págs. 50-58. 59 Robert Merton y A. Kitt: “Contributions to the Theory of Reference Group Behavior", en Merton y Lazarsfeld (comps.) : Continuities in Social Research: Studies in the Scope and Method of the American Soldier. Glencoe, Illinois,. The Free Press, 1950. 60 Margaret Mead: “Public Opinion Mechaniáms among Primitive People” Public Opinion Quarterly, vol. 1, no 3, julio de 1937, págs. 5-16. 53 5 De Fleur, Melvin (1970) Modelos del proceso de persuasión, Paidós, Buenos Aires.Págs. 207-222 social constituyen algunos de los elementos de las definiciones de situaciones" que son culturalmente provistas a los individuos que actúan, en un medio social. Esas "definiciones de situaciones" originadas en los grupos prescriben modos de orientación hacia una gran variedad de objetos y acontecimientos que habitualmente requieren respuesta. Esos modos de orientación constituyen una parte importante de las pautas subculturales institucionalizadas de los grupos. Con referencia a las innovaciones o a las nuevas ideas, creencias u objetos de cualquier clase, es muy variable el grado en que en los distintos grupos o sociedades existen reglas "prefabricadas" estables e institucionalizadas destinadas a orientar al individuo en materia de fenómenos nuevos. Margaret Mead describió sociedades de cultura rígida y profundamente institucionalizada que proporcionan al individuo una "realidad" prefabricada que le sirve de guía para Interpretar cualquier fenómeno nuevo. En otras sociedades la situación es diametralmente opuesta y el individuo, se ve precisado a elaborar por sí mismo modos de reacción ante acontecimientos novedosos basándose en sus propios procesos internos.61 La sociedad norteamericana ocupa aparentemente una posición intermedia entre ambos extremos. Todos los individuos pertenecen a grupos que revisten gran importancia para ellos, pero al mismo tiempo la cultura es lo suficientemente compleja, contradictoria y heterogénea como para eludir la prescripción de modos de reacción uniformes ante problemas nuevos. Los hallazgos de la antropología, la psiquiatría, la psicología social y la sociología demuestran claramente que una de las principales funciones, de los grupos es la de proporcionar a sus miembros orientaciones compartidas por medio de las cuales pueden, éstos interpretar las realidades a las cuales tienen como individuos un acceso que en el mejor de los casos es sólo limitado. Las realidades son definidas e interpretadas dentro de un marco social. Esta generalización es denominada con frecuencia principio de la realidad y los procesos interaccionales por medio de los cuales se logran esas definiciones son conocidos bajo el nombre de validación consensual. Esos dos conceptos tienen relación con la presente conceptualización en cuanto sugieren que los mensajes persuasivos presentados con el concurso de los medios masivos proporcionan la apariencia de consenso respecto de un objetivo o fin de la persuasión. Es decir, esos mensajes pueden presentar a los auditorios definiciones relacionadas con innovaciones, de modo tal que el oyente es inducido a creer que aquéllas son modos de orientación hacia dichos objetas socialmente aprobados en grupos que revisten para él gran importancia. El comunicador proporciona realidades sociales abreviando el proceso de validación consensual, especialmente con referencia a objetos o prácticas respecto de los cuales los grupos no poseen aún interpretaciones culturales plenamente institucionalizadas o poseen interpretaciones que no están en contradicción con los fines de la persuasión. De un modo más específico, el comunicador puede subrayar la manera en que es definido un rol determinado (con el fin de incluir el uso del objeto de la persuasión). Tales mensajes pueden mostrar cómo la adopción del fin del comunicador es normativa en el grupo en que se representa dicho rol. El comunicador puede señalar como disidente o no conformista (en sentido negativo) al que se rehusa a la adopción. También puede poner en claro las sanciones sociales negativas que se aplican a los disidentes, y no conformistas. Puede destacar la recompensa social y la aprobación social que recibe el que acepta el fin del comunicador. Por último, puede explicar cómo la adopción favorece la integración grupal y cómo tal conducta es conforme a los valores aprobados por el grupo. Para ilustrar en términos concretos el uso correcto del modelo sociocultural como una estrategia de persuasión, podemos examinar las tácticas utilizadas por ciertos tipos de campañas de beneficencia, comúnmente denominadas “Llamados a la solidaridad”, "Fondos de la comunidad” o algo por el estilo. Estas campañas de persuasión hacen uso tanto del modelo psicodinámico como del sociocultural. Como se verá, no emplean solamente comunicaciones masivas como parte de sus tácticas, sino también otro tipo de mensajes. Para aclarar el ejemplo, tomaremos a un hipotético personaje que no experimenta ninguna simpatía hacia este tipo de campaña, y que en cambio prefiere efectuar sus donaciones a su fondo de beneficencia favorito. Como veremos, a pesar de sus predisposiciones en contra, tiene pocas probabilidades de resistir. Por razones que estableceremos, es muy probable que sea persuadido a hacer una donación. 61 Margaret Mead, op. cit. 6 De Fleur, Melvin (1970) Modelos del proceso de persuasión, Paidós, Buenos Aires.Págs. 207-222 El primer paso en la campaña es el anuncio (vía medios masivos de comunicación) de que la comunidad tiene que cubrir una cuota específica durante campaña. De esta forma se determina un fin, con la sugestión de que tiene el apoyo total de la comunidad. Este fin ha sido arbitrariamente formulado por los organizadores de la campaña, y no tiene forzosamente que contar con sentimientos profundamente arraigados por parte de los integrantes de dicha comunidad. Sin embargo, lo más probable es que nadie cuestione su legitimidad. Los fines poseen una cualidad compulsiva en sí mismos, si se cree qué gozan del apoyo popular (consenso). Esta impresión puede ser creada logrando que las personas de importancia social de la comunidad participen en el anuncio de la cuota. Los medios masivos proporcionarán siempre amplia difusión a tal evento, otorgándole así una elevada posición relativa (status). Otro paso significativo es el anuncio que se hace a la comunidad de que la parte "razonable" que debe pagar cada ciudadano es un porcentaje determinado de sus ingresos semanales. Esto también será ampliamente difundido por los medios masivos. La idea de la "parte razonable" es sociológicamente significativa. Es compulsiva para el individuo porque parece ser una norma aprobada y compartida. ¿Quién quiere ser identificado como “injusto" y, por lo tanto, socialmente "descarriado"? Si nuestro, personaje imaginario es llevado a creer que otros aportan de acuerdo con dicha norma, experimentará por lo menos cierta tendencia hacia la conformidad. En el fondo de la campaña de persuasión se encuentra la tarea de crear sistemas de roles ligados a la colecta dentro de los grupos comunitarios de trabajo. En tiendas, fábricas, escuelas y todas las organizaciones públicas posibles, es elegido y ampliamente publicitado un "presidente" representativo de la campaña. Los dirigentes de esas entidades se sienten obligados a cooperar para conservar las apariencias de que la organización trabaja en bien del público. El presidente por lo general designa, vicepresidentes para las distintas partes de la estructura, si ésta es amplia. Los demás miembros del grupo son llevados forzosamente a una actitud negativa frente a estos recolectores dentro del ámbito de su trabajo. Empero, cuando un compañero de trabajo especialmente la secretaria del patrón pide una donación, resulta difícil negarla. Otra táctica en esta estrategia sociocultural es preparar y distribuir entre los miembros del grupo tarjetas IBM, cada una con el nombre del candidato correspondiente, y con un espacio donde señalar la cantidad que se compromete a donar (a cobrar más adelante). La persona que resuelva no dar nada debe certificar su disconformidad firmando la tarjeta o diciendo específicamente al encargado de su grupo que no hará ninguna donación. Si nuestro desventurado individuo, que realmente deseaba dar su dinero a otra causa benéfica, no ha sido persuadido por estas estrategias, al llegar a su hogar deberá enfrentar una situación más compulsiva aún. Los organizadores de la campaña de ' signan "recaudadores voluntarios" para visitar en cada barrio a sus vecinos solicitando sus donaciones. Aquí representan el rol de vecinos y el de buenos ciudadanos (que incluye la caridad) confluyendo en un sistema recíproco en miniatura. Es socialmente incómodo negarse a un pedido razonable de un vecino. Sanciones negativas potenciales están subyacentes en semejante rechazo. ¿Quién quiere ser considerado en su barrio un tacaño capaz de rehusarse a donar una modesta suma de dinero para una importante campaña de beneficencia? Por lo tanto, al llegar este momento, nuestro amigo busca en su bolsillo su dinero y probablemente hace rechinar los dientes mientras procura sonreír para demostrar su conformidad. Sin embargo su capitulación ante la presión social tendrá su parte positiva. Obtendrá un pequeño botón para llevar en el ojal, que indicará a los demás la naturaleza de las normas aprobadas. Con el uso hábil de los medios masivos, más la utilización de las normas sociales, los roles y los controles sociales en forma efectiva, estas campañas pueden ser realmente exitosas. Las variables usadas otorgan al dador potencial una inconfundible definición de la situación" y lo ubican dentro de una red de presiones socioculturales que son casi imposibles de ignorar. Si bien este complejo ejemplo de estrategia sociocultural no usa la comunicación masiva exclusivamente, los medios ocupan el punto central de las actividades de los persuasores. En otras variantes de esta estrategia, los medios solos, pueden controlar todo el esfuerzo de persuasión. Si existe alguna duda sobre la forma masiva en que se utiliza esta estrategia, el lector es invitado a pasar una tardé ante la pantalla de su televisor mirando avisos dentro de la perspectiva de las tácticas socioculturales. La gente sonriente y feliz que representa, sus pequeños dramas vinculados a cigarrillos, 7 De Fleur, Melvin (1970) Modelos del proceso de persuasión, Paidós, Buenos Aires.Págs. 207-222 cerveza, laxantes, desodorantes y pasta dentífrica ofrece la más fascinante variedad de "definiciones de la situación". Existen, indudablemente, muchas otras formas en las que los procesos de persuasión podrían ser concebidos. Sin embargo son las estrategias psicodinámica y sociocultural las que parecen tener vínculos más claros con las teorías de los efectos de la comunicación masiva que han sido discutidas en este capítulo. 8