El Medio Ambiente como Arma de Destrucción Masiva

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El Medio Ambiente como Arma de Destrucción Masiva:
Tecnología de Modificación Ambiental y Guerra Geofísica
Por: Jutta Schmitt
Ponencia realizada en Abril 2004 para la IV Jornada de Discusión de la Facultad de Ciencias
Jurídicas y Políticas de la Universidad de Los Andes en Mérida-Venezuela, oganizada por el
Movimiento Estudiantil Utopía 78. Luego publicada en: Franz Lee & Jutta Schmitt, Venezuela: La
Revolución Bolivariana pasando el Rubicón, IMMECA, Mérida 2006, págs. 271-286 (ISBN: 98012-2330-8)
1. Desviaciones en torno al tema „Cambio Climático y Deterioro del Medio Ambiente”
En febrero de este año se llegó a revelar parcialmente un memorándum clasificado sobre el cambio
climático a escala global, emanado del Pentágono, en donde éste advierte al gobierno de los
EE.UU., presidido por George W. Bush, que a corto y mediano plazo el cambio climático constituye
una amenaza aún mayor que la del “terrorismo internacional”.[1] Parece sorprendente que tal
asesoramiento venga desde una instancia tan “eminente” como lo es la encargada de la defensa y
seguridad de los EE.UU., dada la notoria inercia por parte del gobierno estadounidense en materia
de cambio climático, calentamiento global y conservación del medio ambiente en general. Sin
embargo, el hecho de que el Pentágono se pronuncie sobre el cambio climático en terminos de
“asunto de seguridad nacional” cabe perfectamente dentro de su doctrina de la “dominación del
espectro completo” o Full Spectrum Dominance, que se viene planeando, desarrollando, realizando
y perfeccionando desde hace varias décadas.
Conste, que la discusión pública con respecto a los factores de mayor incidencia en el deterioro del
medio ambiente planetario en general, y específicamente en la destrucción de la capa de ozono y el
calentamiento climático, se centra exclusivamente en las emisiones de gases invernadero, abarcando
con ésto tan sólo una parte de la inimaginable magnitud del problema ambiental planetario
existente, y dejando completamente a un lado a uno de los componentes coresponsables,
desconocido por la opinión pública mundial: el nefasto impacto que tienen sobre el clima global las
Tecnologías de Modificación Ambiental con fines estratégico-militares, “Environmental
Modification Techniques o ENMOD por sus siglas en inglés.
Investigaciones científicas sugieren, que los dramáticos cambios climáticos y las catástrofes
naturales experimentados sobre todo durante la última década del siglo recién pasado,[2] se deben
en parte a experimentos, actividades y programas militares, implementados en el marco de
ambiciosos programas de sistemas de defensa anti-misíl planteario en los planos terrestre, marítimo
y espacial, y empujados por la cada vez más acelerada inovación tecnológica, convergiendo así en
un nuevo tipo de armas poderosas e “invisibles”, ocultas del ojo del adversario: las armas
geofísicas. Se trata de una tecnología de modificación ambiental que opera en base de ondas
electromagnéticas y que es capaz de causar alteraciones atmosféricas, lo que la hace útil para la
manipulación de los esquemas meteorológicos y climáticos de la tierra, entre muchas otras
aplicaciones. La tecnología para la modificación meteorológico-climática ya está plenamente
operable, aunque se quiera sugerir que todavía estuviese en la fase de investigación y desarrollo.[3]
Hay varios géneros de tecnologías de modificación ambiental, y podemos distinguir básicamente
entre dos categorías o niveles, es decir el “nivel macro” y el “nivel micro”. El “nivel macro” tiene
que ver con la manipulación del “funcionamiento de la tierra” en general, es decir, con su geofísica,
que comprende diferentes subsistemas como la atmósfera, hidrosfera, litosfera[4] y el campo
electromagnético de la tierra. El “nivel micro” tiene que ver con la manipulación de las estructuras
moleculares, atómicas, bioquímicas y biogenéticas de la vida terrestre e involucra otro tipo de
tecnología de modificación ambiental.
En el “nivel macro”, las tecnologías de modificación ambiental manipulan por ejemplo los
esquemas meteorológicos en la troposfera mediante la modificación o el “calentamiento” de la
ionosfera, que es la esféra eléctricamente más activa de las cinco esferas que componen la
atmósfera planetaria.[5] Su aplicación militar o bélica consiste en una especie de guerra atmosférica
y meteorológica, ya que la tecnología permite manipular con precisión el clima sobre regiones
previamente seleccionadas. La modificación meteorológico-climática puede, de tal manera,
convertirse en un acto bélico dirigido en contra del medio ambiente de un determinado enemigo,
adversario, o competidor, debilitándolo en primer lugar social y económicamente al incidir en su
producción agrícola y por ende en sus recursos alimentícios. La manipulación meteorológica
también puede efectuarse como una operación militar puntual-estratégica, para dificultarle al
enemigo el movimiento de sus vehículos y equipos bélicos.[6]
En el “nivel micro” opera otro género de tecnologías de modificación ambiental, en función de
modificar los esquemas atómicos de estructuras moleculares “muertas” y los esquemas genéticos de
organismos vivos, como lo corresponde a la nanotecnología y la ingeniería genética
respectivamente. Las modificaciones en el nivel micro pueden tener consecuencias nefastas para la
capacidad de la reproducción natural, no-alterada de los organismos vivos y para su compleja y
minuciosa interacción e interdependencia (ecosistema) a nivel planetario, y las tecnologías ya se
aplican alegremente en muchos sectores del ámbito de la producción y consumpción civil. Su
aplicación militar o bélica consiste en una especie de guerra microcósmica, biológico-biogenética,
que igualmente puede ser dirigida en contra del medio ambiente de un enemigo, adversario o
competidor, atacando, modificando y contaminando los recursos del suelo, plantas y animales de los
sectores agrícola y cría, y el ecosistema de una región o un país determinado, debilitando y
devastándolo no sólo social y económico, sino también ecológicamente.[7]
Aún cuando existen las Convenciones de las Naciones Unidas (de todos modos a menudos
ignoradas) en contra del uso militar o hóstil de agentes químicos, tóxicos y biológicos, al igual
como en contra del uso militar o hóstil de las tecnologías de modificación ambiental, el avance
rápido y acumulativo de estas tecnologías, sea en el nivel macro o micro, las hace cada vez más
sofisticadas e imposibilitan la distinción entre la posible causa natural de un evento catastrófico, y
la posible causa social, es decir, de origen militar-hóstil.
La Convención ENMOD de las Naciones Unidas o “Convención sobre la Prohibición del Uso
Militar u otro Uso Hóstil de las Técnicas de Modificación Ambiental”, entrada en vigor el 5 de
Octubre de 1978, define en su artículo II el concepto de “técnicas de modificación ambiental” de la
manera siguiente:
“El término ‘técnicas de modificación ambiental’ se refiere a cualquier técnica que cambie, a través
de la manipulación deliberada de los procesos naturales, la dinámica, composición o estructura de la
tierra, inclusive su biosfera, litosfera, hidrosfera y atmósfera, o del espacio.” [8]
En esta Introducción a la IV Jornada de Discusión Jurídica y Política, titulada “En Defensa de
Nuestro Medio Ambiente”, trataremos exclusivamente con las técnicas o más bien tecnologías de
modificación ambiental geofísicas, y su incidencia en el medio ambiente planetario.
Como las tecnologías de producción y las tecnologías de destrucción son dos caras de la misma
moneda, estamos ante un nuevo arsenal bélico perverso, que constituye la máxima expresión de la
intensidad y el grado al que ha llegado lo que es, al mismo tiempo, la producción y destrucción de
la propia especie humana, es decir, el proceso de trabajo en este planeta.
2. Marco Histórico del Desarrollo de la Tecnología de Modificación Ambiental Geofísica
2.1. Antecedentes
El primer pionero en materia de tecnología de modificación ambiental geofísica, era el físico y
genio Nikola Tesla,[9] sobre cuyos inventos y patentes la edición de la New York Times del 8 de
Diciembre del año 1915, reporta lo siguiente:
“El inventor Nikola Tesla ha solicitado registro de las partes esenciales de una máquina,
cuyas posibilidades retan la imaginación del laico y que prometen ser el paralelo de los rayos que el
diós nórdico, Thor, lanzó desde los cielos para castigar aquellos que habían irritado a los dioses ...
Basta decir que el invento viajará a través del espacio con una velocidad de 300 millas por segundo;
una nave no tripulada, sin motor de propulsión o alas, enviado por la electricidad hacia cualquier
punto deseado en el globo terráqueo, en su misión destructiva – si destrucción es, lo que el operador
de la máquina quiere efectuar.” [10]
“ ‘Es perfectamente viable (dice el Dr. Tesla) transmitir energía eléctrica sin alambre y
producir efectos destructivos en espacios muy distantes. Ya he construido un transmisor inalámbrico
que lo hace posible, y lo he descrito en mis publicaciones técnicas, en las cuales me refiero a mi
número de patente, 1119732, que se me ha otorgado recientemente. Con transmisores de este tipo
estamos en capacidad de proyectar energía eléctrica en cualquier cantidad hacia cualquíer distancia,
y aplicarla con innumerables fines, tanto en la guerra como en tiempos de paz.’ ” [11]
Conste aquí, que Nikola Tesla mismo consideró como su descubrimiento más importante las ondas
estacionarias terrestres, descubrimiento con lo cual Tesla pudo probar, que la tierra podría ser
utilizada como un conductor eléctrico y respondería a vibraciones eléctricas de determinada
frequencia.[12] Tanto su tecnología de transmisión inalámbrica de energía eléctrica como su
descubrimiento de la resonancia terrestre resultan hoy cruciales en la tecnología de modificación
ambiental geofísica.
Otro de los pioneros en esta misma materia era el psicólogo y físico, Dr. Wilhelm Reich, quien, en
el marco de su descubrimiento de la presencia de energía cósmica en la atmósfera planetaria, llevó a
cabo, a partir de los años 40 del siglo pasado, una serie de investigaciones y experimentos
energéticos y de modificación meteorológica en su famoso Centro de Investigación “Orgonon”, en
Rangeley, Maine, Estados Unidos. Las actividades de Reich fueron vigiladas por instancias del
gobierno estadounidense y su trabajo científico, no obstante la campaña de difamación y posterior
destrucción de la cual fue víctima, sirvió sin duda alguna de base para el desarrollo de la moderna
tecnología de modificación ambiental geofísica. [13]
En este mismo ámbito, otro pionero era el Dr. Irving Langmuir, quien, junto a Vincent Schaefer and
Bernard Vonnegut, igualmente se desempeñó - entre muchos otros campos científicos - en el área de
física atmosférica, específicamente en la formación de nubes, y condujo una serie de experimentos
llamados “cloud seeding” (sembar nubes), entre 1947 y 1957.[14] Sobre estos experimentos,
décadas más tarde se llegó a constatar lo siguiente:
“ El primer esfuerzo científicamente controlado y monitoreado y que fue reconocido por la
comunidad metereológica en general como una verdadera modificación meteorológica, occurió en
el año 1948, cuando el Dr. Irving Langmuir experimentó por primera vez con la siembra artifical de
nubes, con el objeto de producir lluvia. Sus experimentos revelaron resultados positivos, que
despertaron un tremendo interés en este ámbito casí de la noche a la mañana.” [15]
Desde los años 50 del siglo pasado, los gobiernos estadounidenses de turno llegaron a considerar
explícitamente el potencial militar de las tecnologías de modificación meteorológico-climática,
estimando que el efecto de su implementación bélica llegara a ser aún mayor que él de la propia
bomba atómica; incluyendo la “ventaja” de que cualquier manipulación climática quedara oculta
detrás de los propios procesos naturales atmosféricos, que a menudos suelen exhibir ocurrencias
irregulares.[16]
Entre los años 1967 y 1972, los EE.UU. procedieron a hacer el primer uso sistemático y hóstil
conocido en la historia de las tecnicas de modificación ambiental-meteorológica, en el marco de la
Guerra de Vietnam, en una operación secreta que fue declasificada, bajo la presión del Congreso
Estadounidense, en el año 1974.[17] La operación se llevó a cabo bajo el código “Operation
Popeye” como una misión militar secreta, que se efectuó sobre los territorios de Cambodia, Laos y
Vietnam del Norte y Sur, abarcando un lapso de tiempo de nada menos que cinco años entre 1967 y
1972, y consistiendo en “sembrar nubes” e inducir lluvias, siendo el objetivo militar dificultarle el
movimiento de recursos y tropas a los Vietnamitas del Norte y al Viet Cong. El origen de los
extremadamente fuertes tifones y de las torrenciales lluvias occurridas en 1971 en Vietnam del
Norte, se relacionaron a dicha operación.[18]
2.2. Impactos ambientales de algunos de los experimentos y proyectos militares más
importantes relacionados al desarrollo de la tecnología de modificación ambiental
geofísica
Pasada la Segunda Guerra Mundial, después del invento de la fisión nuclear y la producción de la
nefasta bomba atómica, se inició una secuencia de experimentos científicos en el marco del
creciente interés militar centrado en la atmósfera de la tierra y en su espacio exterior, consistiendo
en la detonación de bombas nucleares en diferentes capas de la atmósfera planetaria con el
propósito de estudiar el impacto de las explosiones nucleares de altura elevada, específicamente del
Pulso Electromagnético causado por ellas, sobre las transmisiones de radio y los controles por radar.
Igualmente, se propuso estudiar la reacción y el comportamiento del campo geomagnético que
rodea la tierra después de las detonaciones. Los experimentos con detonaciones nucleares también
se llevaron a cabo debajo de la superficie terrestre. Cabe señalar, que tanto los EE.UU. como la
Unión Soviética realizaron este tipo de experimentos e investigaciones.
La científica Rosalie Bertell hace un resumen comprimido de los experimentos y proyectos más
“audaces” llevados a cabo por los EE.UU., algunos de larga duración y con vigencia hasta el
presente, y en el cual destacan los siguientes programas:[19]
Los experimentos “Argus”de 1958 y “Starfish” de 1962, consistían en la detonación de bombas
nucleares de monstruosa potencia en la ionosfera y la stratosfera - ésta última contenedora de la
capa de ozono -, y tenían como objetivo el estudio y posible uso militar-comunicacional de la
ionosfera. A causa de las detonaciones se formaron huecos en la capa de ozono, y entre las demás
consecuencias figuraban no sólo un efecto multiplicador del grado e intensidad de la radiación
ionizante, sino la formación de capas de radiación enteramente nuevas en la atmósfera, previamente
inexistentes. Conste, que los experimentos realizados al comienzo de los años 1960 por los EE.UU
y también por la Unión Soviética, causaron modificaciones graves en los campos magnéticos
denominados “Cinturas Van Allen”, en una altura de 7700 y 51.500 kilómetros respectivamente, que
según estimaciones científicas tardarán centenares de años en restablecerse a su estado anterior.[20]
El proyecto SPS o “Solar Power Satellite Project” de 1968, estudiaba la viabilidad de transmitir la
radiación solar desde satélites vía microonda a antenas receptoras en la tierra, en miras de sustituir
la energía fósil y reemplazarla un 100% con energía solar para el año 2025, pero el proyecto fue
descartado por su alto costo. La revisión del mismo proyecto en 1978 respecto a su posible uso
militar consideraba el desarrollo de un “arma rayo laser” anti-misíl, lanzado e dirigido desde
satélites colocados en órbita terrestre.[21] A partir de los años 80, la Red de Emergencia de Ondas
Terrestres, “Ground Wave Emergency Network” o GWEN por sus siglas en inglés, empezó a
operar, un sistema inovativo de radiocomunicación de emergencia, resistente a las interrupciones
que sufren los sistemas tradicionales de comunicación en un ambiente hóstil-nuclear. Los rayos de
luz o fotones invisibles, llamados “rayos oscuros” (“dark beams”) en base de los cuales opera este
sistema, contribuyen en un proceso complejo a la formación de huecos en la capa de ozono.[22] En
el marco de los proyectos Orbit Maneuvering System (1981) e Innovative Shuttle Experiments
(1985 hasta el presente) y durante las misiones de los Space Shuttle (transbordadores espaciales), se
inyectaron deliberadamente cantidades de gases a la ionosfera con fines de inducir huecos
ionosféricos y estudiar, entre otros efectos, la modificación que sufría el camino de propagación de
las ondas de radio, que se reflejan en la ionosfera. Respecto al expreso impacto ambiental de las
misiones “Shuttle”, Rosalie Bertell observa lo siguiente:
“A lo largo de los años 1980, a nivel global, se efectuaron entre 500 y 600 lanzamientos de cohetes
al espacio por año, y en 1989 alcanzaron un número máximo con 1500 lanzamientos. Había mucho
más durante la (primera) Guerra del Golfo. El Shuttle (Transbordador Espacial) es el más grande de
los cohetes de combustible sólido, con dos cohetes portadores de 45 metros de largo. Todos los
cohetes tipo combustible sólido expulsan grandes cantidades de ácido clorhídrico en sus gases de
escape, y cada viaje del Transbordador inyecta alrededor de 75 toneladas de cloro – destructor del
ozono - a la stratosfera. Los transbordadores lanzados desde 1992 inyectan aún más cloro, a saber
187 toneladas por viaje, a la stratosfera, que contiene la capa de ozono.” [23]
3. HAARP: Programa de Investigación de Aurora Activo de Alta Frequencia
Uno de los proyectos de tecnología de modificación ambiental geofísica más controversiales en la
actualidad es el Programa de Investigación de Aurora Activo de Alta Frequencia, o HAARP por sus
siglas en inglés (High Frequency Active Auroral Research Program). Este programa se inició en
1991 y constituye un experimento gigantésco, manejado por la Fuerza Aérea y la Marina
Estadounidense en conjunto con el Instituto Geofísico de Alaska y en asociación de intereses con
Raytheon Corporation, Lockheed Martin Corporation, Science Applications International
Corporation (SAIC), que son corporaciones que se desempeñan en el ámbito de tecnología de
defensa, inteligencia y tecnología espacial, y con la Defense Advanced Research Agency
(DARPA).[24] El programa HAARP se conduce desde Gakona, Alaska, a unos 300 kilómetros al
noroeste de Anchorage, con fines de “comprender, simular y controlar los procesos ionosfericos que
podrían alterar el funcionamiento de sistemas de comunicación y vigilancia.” [25]
Las bases científicas del proyecto HAARP tienen su fundamento, entre otros, en un invento de
Bernard Eastlund, un estudioso de los trabajos de Nikola Tesla, que fue patentado en 1985 bajo el
número 4,686,605, titulado “Method and Apparatus for Altering a Region in the Earth's
Atmosphere, Ionosphere, and/or Magnetosphere“ (Método y aparato para alterar una región en la
atmósfera de la tierra, la ionosfera, y/o magnetósfera).[26] La energía radioeléctrica del “calentador
ionosférico” de Eastlund se centra y apunta hacia un determinado punto en la ionosfera, así capaz
de proyectar un concentrado monto de energía sin precedentes a la ionosfera, el cual puede llegar a
“calentarla”, “levantarla” y modificarla. Según el patente, esta tecnología puede interferir con e
interrumpir los sistemas más sofisticados de guía de mísiles y aeronaves, inundar vastas regiones de
la tierra con ondas electromagneticas de diferentes frecuencias, y controlar y manipular estas ondas
de manera que se puedan interrumpir sistemas de comunicación en tierra, mar y aire; tambíen
menciona la manipulación meteorológica mediante modificaciones en la composición molecular de
la atmósfera.[27] Sobre la capacidad general del invento, el patente dice lo siguiente:
“… Este invento brinda la capacidad de colocar cantidades de energía sin precedentes en la
atmósfera planetaria, en ubicaciones estratégicas, y de mantener el nivel de inyección de energía,
particularmente si se emplean pulsaciones aleatorias, de una manera mucho más precisa y mejor
controlada que lo que hasta ahora se ha logrado por la técnica anterior, específicamente por las
detonaciones de bombas nucleares de diferentes magnitudes en diferentes alturas. ...” [28]
Las instalaciones de HAARP consisten en un campo gigantésco de transmisores y 180 antenas de
alto poder, que efectivamente envían, de manera invasiva y apuntada, energía radioeléctrica de alta
frequencia hacia partes previamente seleccionadas de la ionosfera, con el objetivo de modificar la
región seleccionada y obtener una serie de efectos determinados. Mediante la modulación de las
corrientes eléctricas que fluyen en ciertas capas de la ionosfera, por ejemplo, se inducen ondas de
frecuencia extremadamente baja, u ondas ELF por sus siglas en inglés (Extremely Low
Frequency).[29] Estas ondas ELF son capaces de penetrar cualquier cosa - viva o muerta. Por esta
misma característica, las ondas de frecuencia extremadamente baja son de sumo interés para el
ámbito militar, porque penetran la tierra y logran localizar tanto instalaciones militares escondidos
debajo de la superficie terrestre como también depósitos subterráneos de recursos naturales - es
decir, las ondas ELF realizan una especie de “tomografía penetradora de la tierra” - ; posibilitan
además la comunicación con submarinos, son capaces de detectar objetos volantes como aviones o
misíles hasta detrás de la curvatura terrestre, y pueden bloquear la comunicación por radio y
electrónica del enemigo.[30]
Dr. Nick Begich de Anchorage/Alaska, coautor con Jeanne Manning del libro „Angels don´t play
this HAARP: Advances in Tesla Technology“[31], conocedor íntimo del proyecto HAARP y uno de
los pioneros en llevar a la opinión pública estadounidense y mundial la existencia de este
experimento y las nefastas consecuencias que éste puede tener, formula el potencial de la tecnología
HAARP en términos de que ésta puede efectivamente formar una especie de escudo protector
contra el ataque e impacto por misíles intercontinentales, destruir satélites, diferenciar con precisión
misíles de otros objetos volantes, y reforzar e interrumpir comunicaciones en áreas seleccionadas capacidades combinadas, por las cuales se le llama también la “Tecnología de Guerra de Galáxias,
basada en Tierra” (Ground Based Star Wars).[32]
Breve excursión: La Tecnología HAARP – El Equivalente de un Arma Geofísica
La capacidad de HAARP de enviar energía radioeléctrica de alta frecuencia de manera concentrada
a la ionosfera, de modular corrientes eléctricas ahí existentes en determinadas capas y regiones e
inducir ondas de frecuencia extremadamente baja, es determinante no sólo para la modificación
meteorológico-climática sino también para la modificación del campo electromagnético del propio
cuerpo terrestre, el cual y como ya lo ha señalado Nikola Tesla en 1899/1900, posee una frecuencia
propia, la hoy llamada “Frecuencia Schuhmann”.
En los años 1950, el profesor de física alemán, Winfried Otto Schumann, constató, que la superficie
de la tierra y la ionosfera forman un condensador esférico natural, o sea un medio natural de
almacenamiento de carga eléctrica, con una frecuencia propia en el ámbito de las ondas de
frecuencia extremadamente baja, es decir, debajo de los 10 Hertz. Esta Frecuencia de Resonancia
Terrestre se llegó a determinar en un valor de exactamente 7,83 Hertz; desde entonces llamada
“Frecuencia Schuhmann”. Se ha determinado, que en cada tormenta eléctrica, cada relámpago emite
una onda radioeléctrica de esta misma frecuencia de 7.83 Hertz, la cual hace resonar la tierra y
provoca una extraordinaria estabilidad de estas ondas, las cuales pueden así llegar a formar un
verdadero frente de ondas inmensas, cuyas oscilaciones alcanzan la ionosfera. (Debido a su
frecuencia baja, la longitud de estas ondas es impresionante, de unos 38.000 kilómetros, que casí
equivale a la circunferencia de la tierra.) Los frentes de ondas de frecuencia extremadamente baja
inciden directamente en el tiempo/clima, ya que las áreas de alta y baja presión no logran pasarlos y
quedan atados durante mucho tiempo sobre la región en donde se han formado. Esto causa, que en
las regiones afectadas puede manifestarse o bien una prolongada sequía en caso de que se atasque
un área de alta presión, o bien un fenómeno de torrenciales lluvias e inundaciones en caso de que se
atasque un área de baja presión.[33]
Así que es científico-y tecnológicamente perfectamente viable utilizar las ondas de frecuencia
extremadamente baja para manipular el clima y causar vibraciones y movimientos dentro de la
tierra, que a su vez pueden ser originario de movimientos telúricos. Este género de manipulación
geofísica es posible gracias a la capacidad de resonancia que tiene el planeta tierra. Igualmente, se
puede modificar el campo electromagnético de la tierra, hasta invertir su polaridad.
Otro efecto de las ondas ELF es, que pueden afectar el funcionamiento del cerebro humano ya que
éste opera también en el ámbito de las ondas de frecuencia extremadamente baja.[34]
4. Conclusión
Por un lado, crece en la opinión pública mundial la conciencia sobre la problemática ambiental y
sobre la necesidad urgente de establecer medidas drásticas y efectivas, aún cuando es más que
dudoso que el medio ambiente (y con él el propio ser humano) tenga chance de supervivencia,
mientras persiste un modo de “producción” perverso e intrínsecamente destructivo como lo es el
modo de “producción” capitalista. Por otro lado se esta empujando la tecnología militar de
modificación ambiental en ambos niveles, micro y macro, a un grado, donde las modificaciones
realizadas pueden resultar, mediante saltos abruptos e irreversibles, en un catastrofe global.
En lo que se refiere, específicamente, a la tecnología de modificación ambiental geofísica, y a su
refinación y perfección en otros proyectos de índole militar, ocultos del ojo del público, es casí
imposible asesorar sus impactos y efectos. Los impactos ambientales causados hasta ahora por este
tipo de actividades y experimentos militares no han sido registrados oficialmente, ni han entrado a
la conciencia pública o al debate abierto. Basta, sin embargo, imaginarse el efecto fatal que puede
tener un bombardeo energético intensivo-constante de determinadas regiones de la ionosfera, sobre
la integridad de la misma y el peligro de que radiación cósmica entre sin obstáculos a la atmósfera
planetaria. El efecto que puede tener la manipulación de los esquemas meteorológicos y climáticos
sobre el ecosistema terrestre es inimaginable. El impacto que puede tener la artificial alteración y
modificación de los altamente sensibles campos electromagnéticos naturales sobre los sistemas
biológicos de la tierra y sobre el propio cuerpo terrestre, es inimaginable.
Ante este trasfondo, el problema del medio ambiente y del “cambio climático”, debería en efecto y
tal como lo propone el Pentágono, elevarse a rango de “asunto de seguridad nacional” para cada
uno de los países del globo terráqueo entero, no sólo en el sentido civil-ecológico, sino y
forzadamente en el sentido tecnológico- militar, para poder enfrentar una posible guerra geofísica.
¡En este sentido, luchemos por la Defensa de nuestro Medio Ambiente!
Notas
(1) Mark Townsend/Paul Harris: Ahora el Pentágono le dice a Bush: Es el Cambio Climático que
nos va a destruir ("Now the Pentagon tells Bush: Climate Change will destroy us”);
http://observer.guardian.co.uk/print/0,3858,4864237-102275,00.html ; revisado el 24.03.2004.
Véase también: Jutta Schmitt, Hacia el nuevo Escenario de Ensueño del Pentágono: Las Guerras
Climáticas; http://www.geocities.com/juschmi/climatespa.html ; revisado el 05.04.2004.
(2) En 1998, 11000 personas perecieron en el ‘Huracán Mitch’, el cual devastó a Honduras; en
1999, un ciclón que devastó a Orissa en India, mató a decenas de miles de personas; recordemos
también de nuestra propia historia reciente los decenas de miles de Venezolanos que murieron en la
tragedia de Vargas, cuando una constelación climática inédita llegó a descargar un verdadero diluvio
sobre este desafortunado Estado. Las devastaciones causadas por ciclones en el continente Africano,
en Mozambique y Madagascar, dejaron sin techo a centenares de miles de personas. Durante la
prolongada sequía en Portugal en el 2000 originaron fuegos violentos que devoraron miles de
hectáreas de vegetación; etc., etc., etc. Véase David Edwards, Climate Wars - Paying The Ultimate
Price For Corporate Control of Society
http://www.medialens.org/articles_2001/de_climate_wars.htm ; revisado el 24.03.2004.
(3) Existe un documento de la Fuerza Aérea Estadounidense accesible al público vía internet,
titulado “El clima como multiplicador de fuerza: poseer el clima en el 2025”, el cual insinúa que la
tecnología de modificación ambiental todavía esté en su fase de investigación y desarrollo. Véase
Col. T.J. House et al, El Clima como un Multiplicador de Fuerza: Poseer el Clima en el 2025;
documento de investigación presentada a la Fuerza Aérea 2025 (“Weather as a Force Multiplier:
Owning the Weather in 2025”) http://www.au.af.mil/au/2025/volume3/chap15/v3c15-1.htm ;
revisado el 24.03.2004)
(4) La litosfera es la capa de roca de la tierra, hasta una profundidad de 1200 kilómetros debajo de
la superficie.
(5) La atmósfera de la tierra consiste de una mezcla gasífera compuesta principalmente de nitrógeno
(en un 78%) y de oxígeno (en un 21%), y rodea el planeta tierra en diferentes capas superpuestas: la
troposfera (8-16km de altura), la stratosfera (11-50km), la mesosfera (50-80km), la termo- o
ionosfera (80-500km, con 5 sub-capas), y la exosfera (500-1000km).
(6) Como lo fue, por ejemplo, la operación secreta estadounidense que se efectuó durante la Guerra
de Vietnam sobre territorio Vietnamita con fines de causar lluvias, y sobre la cual nos referiremos
más adelante.
(7) Al atacar la producción y suministro de alimentos o un determinado producto agrícola de un
adversario, enemigo o competidor, el atacante puede causarle estragos al enemigo en lo social y en
lo económico respecto a toda una serie de factores concadenados, como debilitarlo en su comercio
exterior y en los mercados financieros, imponíendole restricciones comerciales o hasta cerrándole el
mercado para abrirlo a los sectores de la competencia, etc. Ejemplos recientes que vienen a la mente
en relación a una posible guerra biológica cubierta serían la enfermedad de las “vacas locas” o
síndrome BSE en Gran Bretaña, la reciente Peste Avícola en Asia, etc. La guerra biológica existe,
por cierto, considerablemente abierta, como lo es el notorio caso de la destrucción progresiva no
sólo de los “cultivos ilícitos” sino de la agricultura y del medio ambiente en general en Colombia,
en nombre del “control biológico de los cultivos ilícitos” o “lucha anti-droga”. En el caso
Colombiano, los beneficiarios de la guerra bioquímica son las grandes corporaciones
estadounidenses del agri-business, quienes junto al complejo militar estadounidense tienen a la
mano un “envidiable” y gigantésco campo de experimentación, para no sólo probar los últimos
agentes químicos y biológicos producidos en sus laboratorios, sino para luego poder imponer con
facilidad sus productos agrícolas artificiales y biogenéticamente modificados, en un medio ambiente
demasiado contaminado para cualquier producción agrícola medianamente natural-tradicional.
(8) Texto entero de la convención disponible en: http://www.sunshineproject.org/enmod/enmodtxt.html ; revisado el 25.03.2004; mi propia traducción del inglés.
(9) Físico e inventor Americano de origen Serbio, 1856-1943, descubrió el principio del campo
magnético rotante, inventó el sistema polifásico de corriente alterna, el motor de inducción, la
transmisión de corriente alterna, la comunicación inalámbrica, y registró más que 700 patentes.
(10) Citado en: Nick Begich, HAARP Updates, http://www.earthpulse.com/haarp/biohazards.html ;
revisado el 06.04.2004; mi propia traducción del inglés.
(11) Ibidem; mi propia traducción del inglés.
(12) Véase http://www.neuronet.pitt.edu/~bogdan/tesla/bio.htm ; revisado el 11.04.04
(13) En 1953, Reich realizó una serie de experimentos exitosos de modificación meteorológica, en
el sentido de interrumpir un período de prolongada sequía e inducir lluvia, y en 1954 realizó una
operación de desvío del hurracán “Edna”, que, según predicciones metereológicas, estaba en
camino seguro a Nueva York y Boston el día 10 de septiembre de 1954. (Véase David Boadella,
Wilhelm Reich; Fischer Taschenbuch Verlag, Frankfurt am Main 1985, páginas 277-283). Conste,
que ya en 1947 se había iniciado una campaña de difamación contra la persona y el trabajo
científico de Reich, que posteriormente llevó a su encarcelación, la destrucción de gran parte de sus
aparatos de experimentación y la quema de sus libros. Reich murió en la carcel en 1957, difamado y
ridiculizado por su trabajo verdaderamente pionero y futurístico en muchos ámbitos científicos.
(14) Véase la sinópsis de su vida y obra en
http://www.geocities.com/bioelectrochemistry/langmuir.htm ; revisado el 11.04.2004; para
información adicional consúltese la página web del Langmuir Laboratory for Atmospheric
Research, http://www.ee.nmt.edu/~langmuir/brochure.html ; revisado el 11.04.2004
(15) Barry B. Coble (Air Force Mayor), Benign Weather Modification, (Modificación Benigna del
Clima), Marzo 1997, citado en: Keith Harmon Snow, Weather Warfare: The Invisible U.S. Military
Offensives in Weather Weaponry (Guerra Climática: La Invisible Ofensa Militar Estadounidense en
Materia de Armamento Climático), http://www.allthingspass.com/docs/WeatherWarfare_4.htm ;
revisado el 25.03.2004.
(16)Véase Keith Harmon Snow, op.cit.
(17) Lo que también constituyó, por cierto, una modificación hóstil del medio ambiente en general
era el uso masivo e indiscriminado del notorio "Agent Orange", un agente químico con propiedades
desfoliantes contenedor del tóxico Dioxin, de lo cual se roció una cantidad de 72,4 millones de
litros desde el aire sobre la selva Vietnamita, que quedó contaminada en un 44% de su área total,
además del 43% del area de los suelos de uso agrícola, que también quedaron contaminados,
dejandolos unas diez veces más contaminados que los suelos peor contaminados de Europa; efectos
que persisten hasta hoy día. Véase el artículo “Arma Ambiente” en:
http://akin.mediaweb.at/2003/12/12enmod.htm ; revisado el 25.03.2004.
(18) Véase: http://www.sunshine-project.org/enmod/US_Congr.html ; revisado el 10.04.2004.
(19) Rosalie Bertell, “El trasfondo de HAARP,” http://www.earthpulse.com/haarp/background.html;
revisado el 06.04.2004.
(20) ibidem.
(21)Ibidem. El presidente Carter aprobó la revisión del proyecto en primera instancia, pero le fue
negado el apoyo del Congreso Estadounidense por exceder la capacidad financiera del fisco
nacional. Fue este mismo proyecto que se revivió bajo el gobierno de Ronald Reagan y se nombro
entonces “Star Wars” (Guerra de las Galáxias).
(22) Ibidem.
(23) Ibidem.
(24) Véase la información mucho más detallada que brinda Keith Harmon Snow en Weather
Warfare op.cit.
(25) Citado en: Rosalie Bertell, op.cit.
(26) Véase “HAARP: Vandalism in the Sky?” en http://www.nexusmagazine.com/HAARP.html ;
revisado el 12.04.2004; tambien disponible en: http://www.earthpulse.com/haarp/vandalism.html ;
revisado el 06.04.2004
(27) Ibidem.- Según Eastlund y con respecto a la capacidad de modificación meteorológica por el
proyecto HAARP, las interacciones directas y significantes con los esquemas meteorológicoclimáticos en la troposfera requieren niveles de energía de 100 MW y más. La capacidad
transmisora de HAARP prevista para 1999 era de 980 KW, para luego llegar a 3.6 MW en un plano
posterior. Eastlund considera sin embargo, que ya con 3.6 MW se pueden realizar experimentos
significantes. Véase http://www.borderlands.com/spacewea.htm; revisado el 12.04.2004. – No
hemos podido econtrar información acerca de la capacidad transmisora actual de HAARP, es decir
del año 2004.
(28) Ibidem, mi propia traducción del inglés.
(29) Véase el propio sitio web de HAARP, http://www.haarp.alaska.edu/ , especialmente las
secciones “Technical Details” y “ELF Generation”, en http://www.haarp.alaska.edu/haarp/tech.html
y http://www.haarp.alaska.edu/haarp/elfhrp.html respectivamente; revisado el 10.04.2004.
(30) Véase http://www.alaska-info.de/a-z/haarp/alaska_haarp5.html ; revisado el 05.04.2004
(31) http://www.earthpulse.com/products/haarp.html ; revisado el 05.04.04
(32) Véase Nick Begich, Ground-Based 'Star Wars' Disaster Or 'Pure' Research?,
http://www.earthpulse.com/haarp/ground.html ; revisado el 06.04.2004
(33) Información obtenida de: Discovery Channel 2001, en:
http://www.discovery.de/de/pub/specials/wetterextrem/lexikon/schumann_frequenz.htm ; revisado
el 05.04.2004.
(34) Las frequencias de ondas cerebrales están divididas en cinco categorías; la Delta (entre 1-3
Hz.), correspondiente al sueño profundo y al coma; la Theta (entre 4-7 Hz.), correspondiente a la
hipnósis, trance o sueño ligero, la Alpha (entre 8-13 Hz.), correspondiente a la meditación y al
relajamiento, y la Beta, (entre 14-40 Hz) que corresponde al estado despierto y conciente del
cerebro. Las ondas ELF causan que el cerebro opere en los ámbitos Delta y Theta, o sea perturban
su estado despierto-consciente. Véase la explicación en
http://www.graviflight.de/ELF_Abwehr/ELF_AbwehrS_W/body_elf_abwehrs_w.html ; revisado el
05.04.2004
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