XI CONGRESO NACIONAL DE SOCIOLOGÍA. CRISIS Y CAMBIO PROPUESTAS DESDE LA SOCIOLOGÍA Autoría: José Ignacio Garrigós Monerris Universidad de Alicante. Departamento de Sociología I [email protected] TITULO: INMIGRACIÓN Y DESCOLONIZACIÓN: EL CASO DE LOS PIEDSNOIRS. NARRACIONES EN PRIMERA PERSONA. 1. Introducción Con el término “pied-noir” se hace referencia a los franceses de origen europeo que vivían en Argelia antes de la descolonización, muchos de los cuales tenían antecedentes españoles y en su mayoría provenían de la provincia de Alicante. Francia tomó Argel en junio de 1830 y culminó la conquista del país en 1847. Por tanto, Argelia perteneció a Francia antes que Saboya, Niza y Alsacia. A lo largo de los 132 años que se prolongó la presencia francesa, Argelia fue una prolongación del país y estaba igualmente dividida en departamentos y prefecturas. Los orígenes europeos de la población argelina eran muy diversos pero destacaban los franceses, españoles, italianos y malteses. De todos modos, por el hecho de haber nacido allí, eran automáticamente considerados franceses. Es interesante destacar la fuerte presencia alicantina en el llamado Oranesado. En el año 1896 hay censados en Argelia 156.560 españoles de los cuales unos 56.000 son alicantinos, mientras que en 1900 sólo Alicante y Alcoy superaban los 30.000 habitantes (Sempere, 1997:51). En el año 1950, la ciudad de Orán es la única ciudad argelina en la que la población europea, con 256.661 habitantes, supera en número a los argelinos musulmanes. Orán se convierte, por población, en una de las ciudades alicantinas más importantes y los lazos entre ambas ciudades se hacen cada vez más firmes pues no se perdió el contacto entre los familiares de uno y otro lado del Mediterráneo (Sempere, 2001:178). De hecho, las dos ciudades se hermanaron en 1952 y celebraron el mismo tipo de fiestas, las hogueras de San Juan, de 1933 a 1936 y de 1955 a 1961. El mantenimiento de estas redes explica gran parte de la inmigración argelina a Alicante pues se trataba en buena medida de hijos de antiguos emigrantes alicantinos (Quiñonero, 1988:46). La independencia argelina estuvo acompañada de escenas muy violentas y la descolonización fue traumática. Aquellos que fueron previsores y vendieron sus propiedades llegaron a Alicante con dinero pero, conforme se acercaba el año 1962, la inseguridad y el miedo a una represión indiscriminada del pueblo musulmán hicieron que los pieds-noirs tuvieran que expatriarse casi en bloque, perdiendo todas sus posesiones. Además, se sintieron engañados por el gobierno de De Gaulle, que les había prometido que Argelia seguiría siendo Francia, lo que provocó que acabaran enfrentándose al ejército y a las autoridades francesas (Sempere, 1997:40-45). Las primeras señales de inestabilidad social ocasionaron las iniciales salidas de Argelia. A partir de 1954 fueron llegando a Alicante los primeros pieds-noirs hasta que, ya inminente la independencia argelina, el 3 de julio de 1962, los inmigrados fueron muy numerosos. La ciudad de Alicante y su provincia absorbieron un elevado número de inmigrantes procedentes de Argelia y de Marruecos (Quiñonero, 1988:67). La segunda quincena del mes de junio del año 1962 fue el momento en el que llegaron a las costas alicantinas la mayoría de inmigrados de Argelia. En concreto, el día 30 de junio de ese año arribó al puerto de Alicante el buque Victoria con 2.200 personas procedentes de Orán. No se sabe con exactitud el número de pieds-noirs que se instalaron en Alicante. La cifra más elevada, 30.000 pieds-noirs, la proporciona Antoni Seva (1968) aunque no aclara sus fuentes. Sempere (1997 y 2001) discute esa cifra y la rebaja, con las cifras del padrón municipal de 1965, a unos tres mil aunque sospecha que muy probablemente una buena parte de estos inmigrados no fueron registrados. En todo caso, lo que no se discute es la buena acogida que recibieron por parte de la población alicantina (Sempere, 2001:180). La conciencia pied-noir aflora precisamente con la evacuación y la consiguiente nostalgia de una tierra y de un tiempo pasado. 2. Metodología A través de relatos de vida obtenidos mediante entrevistas en profundidad, se pretende conocer unos proyectos migratorios originados con la independencia de Argelia y la salida forzosa de los llamados pieds-noirs. En unos años en los que España se caracterizaba por ser un país de emigrantes, resultó insólito que un grupo destacado de personas llegaran para instalarse y quedarse. El centro de interés se encuentra en los aspectos culturales y sociales pues marcan una vida y acaban conformando una personalidad, una manera de pensar, de sentir y de interpretar la realidad. El método cualitativo de investigación social es el que mejor se adapta a los objetivos de la investigación pues, en palabras de Alfonso Ortí (1989:185), es el “que entraña una forma de aproximación empírica a la realidad social específicamente adecuada a la comprensión significativa e interpretación motivacional profunda de la conducta de los actores sociales, en su orientación interna (creencias, valores, deseos…)”. La técnica cualitativa elegida ha sido la entrevista en profundidad, “instrumento privilegiado para las ciencias sociales” según Jesús Ibáñez (1979:112), semidirigida y con un cuestionario semiestructurado. Con la entrevista en profundidad no se busca un informante de los sucesos ocurridos; lo que interesa es la respuesta que dieron los entrevistados a esos sucesos. Puesto que las entrevistas giran en torno a un aspecto concreto de sus vidas se puede decir, siguiendo a Valles (1997:241), que las entrevistas en profundidad realizadas han producido un relato de vida que nos lleva a la historia de vida o al relato único, tal y como lo denomina Pujadas (1992). A través del relato de vida los entrevistados construyen la realidad social. Como nos dice Jesús M. de Miguel (1996: 11), no se trata de “meros datos referenciales de vidas, sino que articulan la realidad de una vida personal dentro de un contexto social determinado”. La entrevista ha sido dividida en tres grandes bloques: la vida en Argelia, la experiencia del éxodo y la experiencia como inmigrante. En el primer bloque se abordan los recuerdos que los entrevistados tienen respecto a su propia experiencia mientras vivieron en Argelia como de la sociedad argelina en general. Se les pide que describan los aspectos familiares, sociales y culturales y que hablen de la auto-percepción y de la percepción social que había del pied-noir. También interesa su grado de satisfacción con la vida en Argelia. En el segundo bloque se tratan los aspectos concretos de la salida de Argelia y los pensamientos y sentimientos relacionados con esa marcha. El tercer bloque es el dedicado a sus vidas después de Argelia, tanto en Francia como en Alicante. Algunas de estas personas se instalaron directamente en Alicante pero otras pasaron antes un tiempo en Francia. Se les pregunta por la acogida que recibieron, por sus pensamientos y sentimientos relacionados con la llegada a Francia primero, y a Alicante después, se les pide que describan los aspectos culturales y sociales así como su percepción como inmigrantes y finalmente, que valoren su experiencia como extranjeros en Alicante. De este modo y teniendo en cuenta todas estas variables se pretende comprender el proyecto migratorio de los entrevistados. Las entrevistas en profundidad se realizaron de acuerdo con el siguiente guion: GUION DE ENTREVISTA EN PROFUNDIDAD A PIEDS-NOIRS Características de encuadre biográfico: 1. Sexo: 2. Año de nacimiento: 3. Estado civil: 4. Número de hijos: 5. En Argelia vivió en: Argel, Orán… 6. Orígenes familiares: españoles, franceses / alicantinos, otros 7. Nivel estudios: 8. Actividad/situación económica (actual y anterior) 9. Lugar de residencia: provincia, ciudad, barrio… I. La vida en Argelia 1. Descripción familiar: composición, actividad económica, lugar de residencia, situación social, lugar de procedencia. 2. Descripción aspectos sociales: relaciones con otros europeos residentes en Argelia, relaciones con los autóctonos. 3. Descripción aspectos culturales: vivienda, trabajo, comida, religión, ocio, uso del tiempo, papel de la mujer…tanto para la propia familia como para la sociedad en general [la familia en la sociedad] [Descripción de un día laboral, festivo…]. 4. El pied-noir argelino: auto-percepción y percepción social (dominante, privilegiado, invitado, extranjero…). Grado de satisfacción con la vida en Argelia: se pide opinión de la propia experiencia del entrevistado (E) y cómo cree que su grupo social juzgaría ese grado de satisfacción. II. La experiencia del éxodo 1. Planes para salir de Argelia. Hacia dónde y por qué. [¿Cómo se organizó la salida?, ¿Cómo se decidió?, ¿Qué pasó con los bienes materiales?] 2. La marcha. [Datos concretos como fecha, modo…; travesía…] 3. Pensamientos y sentimientos en relación con la marcha de Argelia (propios, familiares y generales) incluyendo temores, preocupaciones, esperanzas, gratificaciones… [percibido como oportunidad de cambio o como algo muy negativo] III. La experiencia como inmigrante 1. Primeros pasos en Alicante. Acogida. 2. Pensamientos y sentimientos en relación con la llegada a Alicante (propios, familiares y generales) incluyendo temores, preocupaciones, esperanzas, gratificaciones… 3. Descripción aspectos culturales: vivienda, trabajo, comida, religión, ocio, uso del tiempo, papel de la mujer… Similitudes y diferencias con la vida en Argelia. [¿Choque?] [Descripción de un día laboral, festivo…] 4. Descripción aspectos sociales: relaciones con otros pieds-noirs, relaciones con los alicantinos, pertenencia a asociaciones. Cambios en el estilo de vida en relación a Argelia. 5. Percepción del E y de los otros pieds-noirs como grupo inmigrante. 6. Evolución de todos los aspectos anteriores, sentimientos y pensamientos a lo largo del tiempo. 7. Futuro del grupo de pieds-noirs en la provincia de Alicante. 8. Balance final de estos años pasados en Alicante. Echando la vista atrás, ¿le hubiera gustado seguir en Argelia en caso de haber sido posible? ¿Cómo cree que hubiera sido su vida? 3. Los entrevistados Para el presente trabajo se ha entrevistado a seis personas, tres hombres y tres mujeres a quienes se les ha cambiado el nombre para preservar su intimidad. Los llamaremos Sophie, Caroline, Helena, Luis, Vicente y Juan. Dos de ellos, un hombre y una mujer, nacieron en la década de los años 20 y el resto lo hizo en la década de los 40. Sophie, la primera entrevistada, nació en 1944, se divorció de un alicantino con el que tuvo tres hijos y se volvió a casar con un francés. Nació y vivió en Orán hasta los 16 años junto a sus dos hermanos mayores. Su padre era de origen francés y su madre de origen español, alicantino. Su padre fue inspector de hacienda y su madre se ocupaba de la casa. La familia vivía en el barrio francés, el más elegante de la ciudad, y tuvieron una vida muy acomodada. El trabajo del padre como funcionario del Estado francés les situaba en la elite de la sociedad oranesa. Sophie cursó estudios superiores en Francia y después se instaló en Alicante -ciudad en la que había pasado algunos veranos y en la que tenía familia- pues le surgió una oferta de trabajo muy interesante. Desde hace muchos años ha sido profesora de francés en uno de los primeros centros de idiomas de España, en Alicante, dependiente de los jesuitas. Se prejubiló para cuidar de su marido enfermo. En la actualidad vive en un chalet en una localidad próxima a la ciudad de Alicante. Se puede ubicar en la clase social media alta. A pesar de vivir en Alicante desde hace más de treinta años, Sophie tiene un fuerte acento francés así como una expresión muy afrancesada. La entrevista se prolongó por espacio de unos 80 minutos, repartidos en dos sesiones en casa de la entrevistada. Caroline nació fortuitamente en Marruecos en 1945 pero toda su familia vivía en Sidi-bel-Abbés, cerca de Orán. Su padre fue militar durante ocho años y su madre, que desde los diez años había trabajado limpiando casas de franceses, se dedicó a la familia desde que se casó. Caroline es la mayor de las cuatro hijas del matrimonio. Cuando el padre dejó el ejército se puso a trabajar en la Sociedad Nacional de Ferrocarriles Franceses (SNCF), primero como obrero y luego como representante sindical. El cambio de trabajo del padre supuso el traslado de la familia a Orán. Primero vivieron en una casa humilde pero más adelante compraron un piso en el centro de Orán. La situación económica era buena aunque sin excesos. Tanto los abuelos paternos como los maternos eran de origen español (Alicante, Murcia y Almería) y emigraron a Argelia en busca de trabajo y por disconformidad con la situación política en España. Caroline vivió en Orán hasta los 17 años. Empezó estudios universitarios en Francia pero no los finalizó. Creó su propia empresa de comunicación y relaciones públicas y trabajó para renombrados políticos franceses. Está casada con un francés y tiene dos hijas y un hijo. Después de pasar los veranos en Alicante durante veinte años se ha instalado de forma permanente en esta ciudad con su marido. Habla castellano con dificultad pero dice sentirse más alicantina que francesa. La entrevista se realizó en su domicilio, en pleno centro de la ciudad de Alicante y tuvo una duración de 165 minutos. Helena es la mayor de las entrevistadas pues nació en 1924. Nació en Sidi-belAbbés y vivió allí hasta los 38 años. Su padre, nacido en Argelia, era de origen español, de Hellín (Albacete), y su madre nació en Monforte del Cid (Alicante) y se trasladó a Argelia cuando contaba siete años de edad. El matrimonio tuvo tres hijos y tres hijas, siendo Helena la segunda de las tres. Él trabajó como mecánico de ferrocarriles y ella se dedicó a las labores de crianza y cuidado de su madre viuda. Vivían en una casa que les había cedido la compañía de ferrocarriles en un barrio de casas de ferroviarios. Helena dejó de estudiar cuando comenzó la segunda guerra mundial. Trabajó en el ayuntamiento de Sidi-bel-Abbés un tiempo, antes de casarse. Su marido también nació en Sidi-bel-Abbés y era originario de la provincia de Alicante. Después de casarse, la primera semana del año 1949, abrieron una tienda de alimentación. Tenían la vivienda en la misma tienda y seis o siete años más tarde compraron un terreno cercano y se construyeron una casa con varios apartamentos. La familia ocupaba el piso de arriba y en la parte de abajo hicieron pequeños apartamentos que alquilaban. La situación económica mejoró pero ellos siempre se consideraron trabajadores. La pareja tuvo tres hijas. Cuando tuvieron que salir de Argelia, fueron a Francia pero después de diez meses allí decidieron ir a Alicante, donde tenían un familiar, y compraron un bar. Tuvieron unos comienzos muy duros pues apenas hablaban castellano y no disponían de mucho dinero pero poco a poco y con mucho esfuerzo su situación fue mejorando en todos los sentidos. Helena es viuda y vive con su hija soltera en el centro de la ciudad de Alicante. Tiene un ligero acento francés. La entrevista se realizó en su domicilio a lo largo de 96 minutos. Después de sus dos hermanas, Luis nació en Orán en 1946. Sus padres son oriundos de La Nucía (Alicante). El padre fue a Argelia escapando de la guerra civil a casa de una tía que tenía una carnicería y que le enseñó el oficio. Regresó a La Nucía para casarse y la pareja se trasladó a Orán para abrir su propia carnicería. Aunque con mucho esfuerzo, el negocio les fue bastante bien y les permitía enviar dinero a sus padres en España. El padre de Luis compró un terreno en Altea y se lo cedió a su padre para que lo cultivara y pudiera así mantener a la familia. La vivienda y la carnicería ocupaban la planta baja de un edificio que acabaron comprando en su totalidad, y destinando el resto de pisos al alquiler. Se encontraba en un barrio a las afueras de Orán donde había muchas personas de origen español. El padre de Luis falleció cuando él tenía siete años. Pocos meses antes de la independencia de Argelia, la madre de Luis tuvo que ser operada y regresaron a La Nucía para que ella se repusiera de la operación. Estando en España se produjo la independencia y ya no regresaron. Luis pasó un año interno en Cannes pero volvió a Alicante para acabar el bachillerato en el recién inaugurado Liceo Francés. Posteriormente, estudió ingeniería técnica en Alcoy. Fue profesor de matemáticas en el Liceo Francés de Alicante durante tres años y luego trabajó para diferentes empresas como técnico o programador informático. Tiene un suave acento francés. Se casó con una mujer nacida en Orán que conoció en Alicante y tienen dos hijos. Viven en la ciudad de Alicante. Se ha jubilado recientemente. La entrevista se realizó en la cafetería de un hotel en el centro de Alicante por espacio de 100 minutos. Vicente es el menor de tres hermanos. Su familia vivía en Orán pero él, adelantándose a la fecha prevista, nació en Alicante durante las vacaciones de verano de 1947. Sus padres eran originarios de la provincia de Alicante. La familia del padre se había asentado en Argelia en el siglo XIX. Fue en un viaje a Alicante cuando el padre de Vicente conoció a la que sería su esposa. Se casaron en Alicante en 1936 y se instalaron en Orán. El padre provenía de una familia de destiladores con gran tradición y presencia en la sociedad argelina. El negocio de la destilería de anises y aperitivos proporcionaba a la familia una elevada posición económica. Vivían en dos pisos unidos de un edificio emblemático de ocho plantas frente a la bahía de Orán. La inseguridad reinante en la sociedad argelina provoca que, poco antes de cumplir los quince años, Vicente sea enviado por sus padres a casa de su hermana mayor en Marsella, de donde viajará hasta Alicante para reunirse con su abuela materna. Vicente y su familia pasaban las vacaciones de verano en Alicante. Estudió el bachillerato entre Francia y el Liceo Francés de Madrid e intentó iniciar estudios de Ciencias Políticas en Aix-en-Provence. Sin embargo, el gobierno francés le consideró súbdito español y le denegó cualquier tipo de beca. A su regreso a Alicante estudió y aprobó unas oposiciones para el Banco Exterior de España, lo que le llevó a trabajar a Madrid durante tres años. Después de ese tiempo fue destinado a Alicante, tal y como él solicitó. Vicente es soltero y vive en el centro de Alicante. Disfruta de una buena situación socioeconómica. Tiene un ligero acento francés. La entrevista tuvo lugar en su domicilio a lo largo de 120 minutos. Juan, el mayor de los entrevistados, nació en 1929 en Barcelona. Sus padres eran catalanes y se trasladaron a Orán a causa de la guerra civil. Juan es el tercero de cuatro hermanos y cuando llegó a Argelia tenía siete años. El padre tenía un negocio de exportación de frutas y verduras y huevos frescos a Francia. El negocio fue muy bien y acabaron viviendo en el centro de la ciudad, en un barrio de clase alta. Sin embargo, Juan se independizó de su padre, estudió en la Escuela de Comercio de Orán y trabajó como comercial para una empresa de colchones americana. Su situación económica era media. Se casó con una francesa de origen español (por parte de abuelo) y tuvo dos hijos en Argelia y dos hijas en España. Con treinta y tres años, salió de Argelia a bordo de uno de los barcos que el gobierno español había dispuesto para recoger españoles. Su destino fue Alicante. Después de pasar por París y Barcelona, se quedó definitivamente en Alicante. Entre otros motivos, se sintió cómodo en esta ciudad por el gran número de pieds-noirs que se instalaron allí. Trabajó como director general de ventas y director de exportación para grandes empresas españolas asentadas en la provincia de Alicante. Tiene un marcado acento francés. La entrevista tuvo lugar en una cafetería de la Playa de San Juan, Alicante, durante 135 minutos. 4. Análisis de la entrevista La entrevista se ha estructurado en torno a tres grandes bloques: la vida en Argelia, la experiencia del éxodo y, la experiencia como inmigrante. 4.1. La vida en Argelia Para empezar, se pide a los entrevistados una descripción familiar, es decir, su composición, su actividad económica, su lugar de residencia, su situación social y su lugar de procedencia. Como se ve en las presentaciones, todos los entrevistados tienen vínculos familiares con España. Además, salvo Juan que nació en Barcelona de padres catalanes, todos tienen alguna relación familiar con la provincia de Alicante. En realidad, todos destacan sus lazos culturales con España aunque se podría diferenciar la situación de Sophie pues ella siempre ha considerado su familia típicamente francesa. De hecho, ella incide mucho en su cultura francesa. El resto de entrevistados afirman haberse sentido españoles en Argelia, españoles de cultura y tradiciones a pesar de hablar en francés. La situación de la familia de Sophie en la sociedad argelina era privilegiada pues su padre era funcionario del Estado francés mientras que todos los demás trabajaban por su cuenta. Algunos de los entrevistados o sus familias consiguieron vivir en el centro de la ciudad de Orán o en barrios privilegiados pero siempre destacan el esfuerzo y los sacrificios de sus padres o de ellos mismos. Mientras que la madre de Sophie se encargaba de organizar reuniones de amigas, cenas y fiestas, las madres de los demás entrevistados, excepto la de Vicente, no tenían tiempo para ese tipo de actividades. De entre los que podríamos denominar españoles (todos menos Sophie), la familia más acomodada sería la de Vicente y después la de Juan. En cualquier caso, todos vivieron bien. Para abordar los aspectos sociales, se pregunta a los entrevistados por el tipo de relaciones sociales que ellos veían, bien en sus familias, bien en la sociedad de Argelia en general. Se pretende establecer el tipo de redes sociales que caracterizaba la sociedad argelina del momento. Las respuestas de los entrevistados hablan de una sociedad que se caracterizaba por las mezclas. Sobre todo destacan el colegio como el lugar donde se relacionaban con niños de todo tipo de procedencia y religión. Muchos destacan las amistades de la infancia con árabes que se mantuvieron durante muchos años. Por otro lado, los adultos se relacionaban más estrechamente con personas de la misma procedencia. Así, los padres de Sophie se relacionaban normalmente con franceses y los demás lo hacían con personas de origen español. Sophie dice que en su casa y en las casas de su barrio trabajaban mujeres árabes como chicas de servicio mientras que Vicente dice que su familia contrataba a mujeres españolas o de origen español. En general, los españoles dicen que el español trataba al árabe de igual a igual. Salvo Sophie, nadie recuerda en Orán una división de la ciudad en barrios según las nacionalidades de origen, en todo caso las divisiones se deberían, dicen, a las clases sociales y a las religiones. Los aspectos culturales son tratados a través de diferentes elementos como la vivienda, el trabajo, la comida, la religión, el ocio, el uso del tiempo o el papel de la mujer. Se pretende situar a la familia en la sociedad. Las viviendas solían ser pisos de apartamentos aunque también destacan las viviendas que comparten el negocio en la misma planta. Respecto al tipo de comida, Sophie dice sin dudar que la comida era típicamente francesa porque era Francia mientras que el resto de entrevistados hablan de comida española aunque con aportaciones francesas, árabes y judías. Todos los entrevistados se refieren al clima de respeto y armonía entre las distintas religiones. No recuerdan ningún roce o problema entre las distintas confesiones religiosas ni ningún impedimento para practicarlas. Sin embargo señalan que salvo la gente más mayor, no eran muy practicantes. El ocio se solía dedicar a practicar deporte o a actividades sociales. Excepto las familias más acomodadas, la mayoría de entrevistados no recuerdan muchos momentos de ocio. Los niños podían jugar en la calle a la pelota y los hombres podían tomar algo con los amigos a la salida del trabajo pero no era muy habitual. Los que podían, viajaban en las vacaciones de verano a Francia (Sophie) o a España (Vicente, Luis). Por otro lado, se nos habla de una sociedad donde hay una clarísima división sexual del trabajo: el hombre trabajaba fuera del hogar y proveía el sustento económico y la mujer se ocupaba de las cuestiones domésticas incluida la educación de los niños. Aunque si se tenía un negocio familiar trabajaban ambos (Helena, Luis). Los días laborales transcurrían sin sobresaltos: se trabajaba y se descansaba. Las familias se reunían a la hora del almuerzo y la cena. Las comidas se hacían según el horario francés. Los domingos o días festivos se solía ir a la playa (Sophie, Vicente), se practicaba deporte (Juan), se iba al cine (Vicente, Luis) o a misa (Luis), se quedaba con los amigos, se hacían bailes (Helena) o se visitaba a la familia (Caroline, Helena). Por último, se aborda la figura del pied-noir argelino, es decir, del francés de origen europeo que vivía en Argelia antes de la descolonización. Se pregunta a los entrevistados por su auto-percepción en aquella sociedad y por la percepción social de los pieds-noirs en general. Finalmente, se pide su grado de satisfacción con la vida en Argelia así como el juicio que, según ellos, tendría al respecto su grupo social. En general, los entrevistados no escucharon la palabra “pied-noir” hasta que salieron de Argelia. En un principio, se trataba de un concepto negativo que aludía a los colonos que explotaban la tierra y a los árabes, nada que ver con los entrevistados. Algunos de ellos (Sophie, Luis) se desmarcan de esa idea del “pied-noir”. Todos dicen haberse sentido plenamente integrados en la sociedad argelina, una sociedad de mezclas donde se hablaban diferentes lenguas (francés, castellano, valenciano, etc.) y que era la suya. Era su país; habían nacido allí y allí tenían familiares y amigos. Todos se sentían franceses aunque aquellos de origen español siempre mantendrán viva su cultura española. Consideran que su vida allí fue muy satisfactoria y que lo mismo pensaban sus familiares y amigos. Era una tierra donde trabajaron mucho pero que les dio la oportunidad de tener una buena calidad de vida y de prosperar. Por desgracia, llegaron los enfrentamientos entre árabes y franceses. 4.2. La experiencia del éxodo En primer lugar, se pide a los entrevistados que relaten los planes que hicieron, ellos o sus familias, para salir de Argelia así como los datos concretos de la marcha. Hacia dónde se dirigieron, cómo y por qué. Se busca que hablen de aspectos concretos como la organización de la salida de Argelia, cómo se decidió o qué pasó con los bienes materiales. A partir de 1954 las escenas violentas y los disturbios callejeros fueron en aumento. La inseguridad dominaba la sociedad argelina e hizo temer por las propias vidas. Las familias que podían enviaron a sus hijos con familiares fuera de Argelia: Sophie fue enviada a Niza y Vicente a Marsella para desde allí viajar a Alicante, a casa de sus abuelos maternos. La mayoría no pudo hacer planes sino que decidió salir de Argelia en cuanto tuvo la oportunidad. Muchas veces se quedaban los hombres para intentar vender alguna de sus posesiones con la intención de reunirse más adelante con sus familias. Es el caso de Caroline que viajó a Toulouse con su madre, hermanas y abuela y de Helena que salió hacia Marsella con sus hijas, su madre y una tía. Ambas mujeres viajaron a esas ciudades porque así se les asignó. Ni conocían esas ciudades ni les esperaba nadie. Los franceses de Argelia fueron repartidos por Francia aleatoriamente. Juan viajó con su familia en el barco Virgen de África que el gobierno español había enviado a Orán para repatriar españoles y que le llevó a Alicante y Luis estaba casualmente con su madre en La Nucía (Alicante) en casa de unos familiares y ya nunca regresó. Con la excepción de Sophie, que dejó Argelia en 1960, todos los demás salieron en 1962, un poco antes de la independencia. En el momento de abandonar Argelia Sophie tenía 16 años, Caroline 17, Helena 38, Luis 16, Vicente estaba a punto de cumplir los 15 y Juan tenía 33. Todos recuerdan la fecha exacta de su partida. Solo pudieron llevar una maleta por persona y, aunque algunos pudieron malvender sus negocios y viviendas, en general, perdieron todas sus posesiones. No será hasta mucho tiempo después, en los años ochenta, cuando el gobierno francés les otorgó una pequeña indemnización. Los sentimientos y pensamientos relacionados con la marcha de Argelia afloran de inmediato. La comunidad pied-noir, se sintió muy decepcionada y traicionada por el general De Gaulle cuando, después de prometer que Argelia seguiría siendo francesa, faltó a su palabra. De hecho, mucha gente esperó hasta el último momento porque no creían que realmente tuvieran que abandonar Argelia. Una de las consecuencias más dolorosas de esa marcha fue la separación familiar, algo que ocurrió en todas las familias. 4.3. La experiencia como inmigrante Como se ha indicado más arriba, algunos de los entrevistados pasaron un tiempo en Francia antes de instalarse en Alicante. En concreto, son las mujeres entrevistadas las que de Argelia fueron a Francia. Helena estuvo diez meses en Francia trabajando en la fábrica de aguas Perrier, Sophie realizó allí sus estudios universitarios y llegó a Alicante en 1970 y Caroline hizo toda su vida en Francia aunque pasó los veranos en Alicante durante veinte años para instalarse definitivamente en 2010, una vez jubilada. Por el contrario, los hombres entrevistados se instalaron en Alicante prácticamente desde el momento de dejar Argelia aunque, tanto Luis como Vicente realizaron estudios de bachillerato en Francia. Por tanto, resulta interesante la experiencia como inmigrante tanto en Francia como en Alicante y, en la medida de lo posible, compararlas. En general, las entrevistadas hablan de sus primeros pasos en Francia y en Alicante como experiencias bien distintas. La acogida que tuvieron en Francia fue muy decepcionante. Todos los entrevistados se quejan de la incomprensión hacia la situación de los pieds-noirs que mostraron los franceses de la metrópoli quienes, además, no les consideraban verdaderos franceses. Hablan de insultos, de menosprecios y de un recibimiento frio por parte de una población y de unas autoridades que no les facilitaron la integración en la Francia metropolitana. No menos importante fue la dificultad de pasar un invierno tan diferente al argelino. Sin embargo, la acogida en Alicante fue vivida de forma muy diferente. Todos los entrevistados destacan la gran acogida que recibieron en Alicante por parte de las autoridades y de la población en general. Además, Alicante les recordaba mucho la ciudad de Orán tanto físicamente como por el clima. Todos sienten un gran agradecimiento a esta ciudad y la mayoría se sintió como en casa desde el primer momento. En referencia a los aspectos sociales, el elemento más destacado por la mayoría de entrevistados es la ruptura de las familias que se produjo por el éxodo de Argelia. Son frecuentes las narraciones de desuniones familiares y de pérdidas de amigos. Se pierden las redes sociales y se encuentran aislados en una sociedad que no es la suya. En Alicante, sin embargo, no hubo problemas de relaciones sociales. Aquellos que mantenían vivos sus vínculos familiares con alicantinos y que pasaban temporadas en esta provincia (Luis, Vicente) rehicieron rápidamente sus redes sociales. Los entrevistados que mantuvieron en Argelia viva su ascendencia española se relacionaron, sobre todo al principio, con otros pieds-noirs. Para Juan, que Alicante fuera una ciudad elegida por tantos pieds-noirs, fue determinante en su elección de quedarse en ella. El bar de Helena y su marido fue muy frecuentado por pieds-noirs y Caroline siempre buscó en Alicante sus raíces y la relación con otras personas que habían vivido en la Argelia francesa. Luis, además, se casó con una oranesa que también vivía en Alicante. Sin embargo, a Sophie no le gustaron los pieds-noirs que conoció en Alicante y siempre prefirió relacionarse con alicantinos. Ella piensa que lo mejor es integrarse totalmente en el país y le gusta sentirse una alicantina más a pesar de su marcado acento francés. En cualquier caso, todos dicen que acabaron teniendo amigos alicantinos y relacionándose con todo el mundo. Las personas entrevistadas no han sido muy asociativas; únicamente los dos mayores, Helena y Juan, han pertenecido a algún tipo de asociación. Ambos se asociaron a la Cruz Roja. Juan también formó parte de asociaciones de ayuda a españoles y franceses venidos de Argelia. Por otro lado, fue el primer secretario de la Federación de petanca. Los aspectos culturales son tratados desde la perspectiva del inmigrante. Los entrevistados contrastan algunos de ellos, los más destacados a sus ojos, con Orán o con Francia. Ninguno de los entrevistados se encontró plenamente satisfecho y cómodo en Francia. Sentían que, a pesar de hablar el mismo idioma, no pertenecían a la misma cultura. Por otro lado, siempre se sintieron estigmatizados por los que suponían sus compatriotas. Las costumbres y las formas de vida que traían de Argelia chocaban con las practicadas en la Francia metropolitana. Respecto a Alicante, el choque cultural fue mucho más suave y llevadero. En general, las costumbres que tenían en Argelia eran muy parecidas a las que se encontraron en Alicante. En ese sentido subrayan que en realidad, y a pesar de hablar francés, vivían en Argelia inmersos en la cultura española con sus familias y amigos. Probablemente, esa es una de las razones por las cuales se han sentido tan cómodos en Alicante. El caso más destacado podría ser la sensación que experimentó Caroline de sentirse “en su sitio” cuando llegó a esta ciudad española después de una vida en una sociedad, la francesa, que no sentía suya. Todos los entrevistados dicen que no encontraron diferencias significativas entre la gastronomía española y aquella a la que estaban acostumbrados. Con la excepción de Sophie, cuyas comidas eran típicamente francesas y que le costó acostumbrarse al aceite de oliva. Los entrevistados están de acuerdo en que la sociedad argelina era más moderna que la sociedad alicantina. Esto lo constataron en diversos aspectos. Para empezar dicen que en Alicante la vivienda era de peor calidad, no había apenas televisores ni electrodomésticos, aún no existía la venta a plazos, había muy pocos coches, los tranvías estaban destartalados y las cafeterías eran viejas. Un entrevistado dice que se sentían con “una puntita de superioridad” porque venían de un país más moderno, más desarrollado y con un nivel de vida más elevado. Casi todos percibieron que la religión tenía mayor presencia en la sociedad española y que por ejemplo, para entrar en una iglesia había que ir vestido de forma apropiada. Respecto a las mujeres, opinan que tenían un papel muy sumiso en la sociedad española, que estaban más recluidas y que su nivel cultural era más sencillo que el de las mujeres francesas de Argelia que, además, vestían más modernas que las españolas. Algunos entrevistados señalan, por otro lado, que el nivel de estudios era más alto en Argelia que en España. En cuanto al tipo de ocio, dicen que era muy parecido en ambos lugares. Al igual que en Argelia, se iba a la playa, al cine, a pasear, se hacían guateques o se salía al campo con la familia a comer. Además, introdujeron el juego de la petanca con mucho éxito. Algunos de los entrevistados destacan el hecho de que la llegada de los pieds-noirs a Alicante supuso la modernización de la ciudad. Fueron muy emprendedores y abrieron las primeras panaderías y pastelerías francesas, cafeterías modernas con grandes cristaleras, restaurantes franceses, las primeras pizzerías, charcuterías al estilo francés, discotecas, supermercados y hasta tintorerías. También compraron terrenos en la costa y construyeron modernos edificios con amplios balcones. En cuanto a la auto-percepción de los entrevistados como inmigrantes, todos afirman no haberse sentido nunca inmigrantes en Alicante. Siempre recuerdan sus raíces españolas o alicantinas y dicen que “se encontraban en casa” o que “nunca se sintieron extranjeros”. Incluso Caroline, que se mudó a Alicante después de su jubilación dice sentirse más alicantina que francesa. El grupo de pieds-noirs de la provincia de Alicante desaparecerá con el tiempo según todos los entrevistados. Según ellos, la segunda generación se ha confundido con los alicantinos y no tienen esa conciencia común. Por tanto, los que aún viven se convertirán en una página de la historia, en los últimos de Argelia. Algunos se han encargado de contar sus historias a sus hijos pero a otros no les interesa recordar el pasado. A todos les hubiera gustado continuar sus vidas en Argelia de haber sido posible, pero siempre que se hubiera mantenido francesa o en condiciones muy parecidas. Sin embargo, piensan que tal vez no hubiesen tenido la vida que han tenido. Todos están muy satisfechos con sus vidas y muy contentos con la decisión de asentarse en Alicante. 5. Conclusiones Como señala Jesús M. de Miguel (1996:15) al referirse a las auto/biografías – serviría igualmente para los relatos de vida- “representan un sistema de legitimización de una vida, e incluso de una estructura social determinada. […] La interpretación de lo que ocurrió hace varias décadas no es sólo un problema de memoria sino de racionalización (a veces de irracionalización) de lo ocurrido”. La persona que narra su vida o una parte muy importante de ella lo hace siempre, de un modo u otro, bajo la apariencia de que todo tiene un significado, una lógica, una explicación. Presenta los acontecimientos ocurridos junto con las decisiones tomadas y los pensamientos y sentimientos derivados, de forma que se justifiquen y que tengan sentido. En realidad, se trata de un proceso de reconstrucción. Sin embargo, el sociólogo o el investigador debe poner en relación lo micro con lo macro, lo individual con lo social, una vida con la sociedad a la que pertenece. Así como evidenciar los aspectos más oscuros de la relación entre individuo y sociedad y las incoherencias del relato. Los entrevistados recuerdan una sociedad armoniosa antes de que comenzaran los disturbios que prologaron la independencia argelina. Cada grupo realizaba sus funciones y la convivencia pacífica era la norma. Era una sociedad de mezclas, en muchos aspectos, que supo mantener la armonía en la diversidad. Los franceses, sobre todo los venidos de la metrópoli y los descendientes de éstos, eran el grupo privilegiado que vivía en los mejores barrios y que dirigía la sociedad. Debido a su condición de funcionario del Estado, el padre de Sophie y su familia pertenecían a esa elite rectora. Sophie insiste en la normal cohabitación e interrelación de todos los grupos ya sea en la escuela o en las prácticas religiosas. El resto de entrevistados están de acuerdo con esa convivencia pacífica aunque reconocen diferencias muy marcadas en aquella sociedad. Mientras que Sophie dice que sus padres se relacionaban casi exclusivamente con franceses, los demás entrevistados hablan de la importancia de los lazos entre españoles. Se buscaban y se ayudaban entre ellos. Luis, por ejemplo, dice que su madre nunca aprendió a hablar francés pues se relacionaba siempre con españoles. Vicente recuerda que las chicas de servicio que hubo en su casa eran españolas. En general, se sienten franceses pero mantienen la cultura y las tradiciones españolas. También hablan de sus relaciones con los árabes y con los judíos. Se trataban e incluso trabajaban juntos. Todos los entrevistados se refieren a la escuela como el lugar donde mejor se evidenciaba el mosaico de culturas y religiones que conformaba la sociedad argelina. Aunque la escuela laica y gratuita francesa tuvo un papel decisivo en la cohesión social de todo el colectivo europeo. No obstante, al ser preguntados por aspectos que aparentemente no tienen relación con ese respeto mutuo o con esa sociedad de mezclas que nos presentan, se evidencian separaciones muy marcadas. Por ejemplo, Sophie afirma que sus padres salían a cenar con franceses, “lógicamente” y al preguntarle si también se relacionaron con árabes, ella contestó con un no muy convincente “en el principio, sí”. Los demás entrevistados dicen, en su mayoría, que “el español trataba al árabe de igual a igual”, lo que indica que se compartía, en muchos casos, un mismo escenario social. Los aspectos culturales nos dejan ver claramente esa diferenciación, sobre todo con la vivienda y la comida. Sophie dice que la vivienda era como en Francia y que la comida era francesa, a lo que añade que sus padres eran franceses “y se comía francés, lógicamente”. Los entrevistados “españoles” comían básicamente al estilo español aunque incorporaron algunos platos e ingredientes árabes, judíos y franceses. En cuanto a la vivienda hablan, respecto a Orán, del barrio rico –el barrio de los franceses, donde alguno de ellos vivió- y los otros barrios donde convivía el resto de la población aunque predominaban algunas nacionalidades sobre otras. Respecto a los árabes, algunos entrevistados recuerdan que en las ciudades “europeas” de Argelia, como Orán y Argel, había muy pocos árabes. Aquellos que iban a trabajar a estas ciudades como mano de obra barata vivían en las afueras. En realidad, más que una sociedad de mezclas o de grupos fusionados, es una sociedad donde los distintos grupos están claramente diferenciados social y culturalmente. La percepción que en la Francia metropolitana se tiene de los pieds-noirs es más bien negativa; se piensa en ellos como colonos explotadores de los árabes y se les culpa de la muerte de los franceses en la guerra de Argelia. A su llegada a Francia, los piedsnoirs son recibidos con frialdad e incluso rechazo. Cuentan que en el puerto de Marsella había desplegada una gran pancarta que les animaba a quedarse en Argelia y que en los puertos, al desembarcar los contenedores con los enseres de aquellos que habían podido traerse algo, los sumergían en el mar con el fin de estropearlos. Por otro lado, el piednoir se siente muy diferente al francés de la metrópoli. A lo largo de los años, la mezcla de culturas destila un pueblo europeo-argelino bastante diferente del metropolitano, como consecuencia de un complejo proceso transculturador en el que la impronta hispana (Vilar, 1989) tiene una importancia fundamental. Los pieds-noirs se sentían muy franceses, pero de Argelia. En el momento del éxodo y sobre todo cuando llegan a Francia es cuando se sienten “pieds-noirs”. Surge una identidad común, se sienten un grupo específico con vivencias comunes. Siguiendo a Maurice Halbwachs (2004:111): “De cada época de nuestra vida, guardamos algunos recuerdos, sin cesar reproducidos, y a través de los cuales se perpetúa, como por efecto de una filiación continua, el sentimiento de nuestra identidad”. Los pieds-noirs tienen una memoria colectiva que aflora en esos momentos de dificultad en los que comparten un mismo sufrimiento ante la gran adversidad que les toca vivir. La memoria colectiva, el pasado de estos franceses de Argelia, les hará más resistentes ante una Francia que rechaza escuchar sus testimonios y reconocer las pruebas de la legitimidad de su presencia en Francia. Esta memoria colectiva les permite luchar contra el paso del tiempo. La acogida que los entrevistados tuvieron en Alicante fue muy positiva. Ninguno de ellos se sintió inmigrante en esta ciudad. Probablemente porque comparten la diferenciación entre inmigrante y extranjero que, de forma inconsciente, se aplica en nuestra sociedad1. La figura del inmigrante tiene connotaciones de pobreza, de necesidad de trabajar para sobrevivir, mientras que el extranjero es el rico europeo que viene a España por motivos de ocio. Evidentemente, todos los entrevistados –salvo Caroline que se instaló en Alicante ya jubilada- vinieron a esta ciudad a trabajar pero nunca con esa connotación de pobreza. Juan Díez Nicolás (2005:110-113) pone de manifiesto esta percepción al comprobar que los españoles valoran muy positivamente a los europeos occidentales y en último lugar a los árabes musulmanes y gitanos. Por otro lado, los años en los que los entrevistados llegan a Alicante, se caracterizan por la salida de españoles al extranjero en busca de trabajo. Por ejemplo, el año en que Sophie llega a Alicante, 1970, se contabilizan 97.657 españoles que viven y trabajan en Europa. Esta cifra se incrementará hasta los 113.702 en el año 19712. Por tanto, la emigración es una realidad muy presente en la sociedad española y nuestros entrevistados no se identifican con ella. Las redes sociales que los entrevistados establecieron en Alicante como consecuencia de sus meses de veraneo en la ciudad o gracias al mantenimiento de los lazos familiares, les facilitaron enormemente su proyecto migratorio. Respecto al trabajo femenino, en esos años España es junto con Portugal, el país europeo donde menor proporción de mujeres trabajaba entre los 25 y 35 años. Según el informe FOESSA de 1970, el nivel de población activa femenina total era inferior no sólo al de Francia o Italia, sino también el de Grecia, Portugal y Yugoslavia, debido a la baja tasa de mujeres asalariadas entre los 25 y 50 años. Por tanto, la mujer en esos años necesitaba casarse para sobrevivir. En esa sociedad comienza a trabajar Sophie, en un instituto donde todos sus compañeros son hombres y a ella la tratan con total cordialidad y amabilidad. A pesar de los primeros choques culturales que experimentaron los entrevistados –más destacados en el caso de Sophie y superficiales en los demás- todos se consideran muy alicantinos. Se podría pensar en la socialización terciaria, es decir, la relativización de lo aprendido en un contexto social previo y la preferencia por la interiorización o asunción de las normas y valores de la nueva cultura o sociedad. Todos los que tienen hijos se sienten contentos de que éstos estén plenamente integrados en la sociedad alicantina. Los entrevistados se saben los últimos de Argelia y aunque alicantinos, 1 Véase en este sentido, Cristina Blanco (2000:15) Fuente: INE, Anuario 1971 y 1972. Tabla: “Emigrantes clasificados por grupos profesionales y países de destino”. 2 mantienen sus vínculos y su memoria de franceses argelinos. Estas ambivalencias sugieren la idea de transnacionalidad, de no sentirse de ningún país en concreto pero de mantener múltiples relaciones sociales que le unen a la sociedad de origen y a la de asentamiento (Basch et al., 1994). En definitiva, el proyecto migratorio de los entrevistados en Alicante ha sido todo un éxito y les ha servido para compensar los momentos tan amargos que pasaron como consecuencia de la salida de Argelia. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS BASCH, Linda; Glick Schiller, Nina; Blanc-Szanton, Cristina (1994). Nations Unbound. Transnational Projects, Postcolonial Predicaments and Deterritorialized Nation-States. Pensilvania: Gordon and Breach Science Publishers. BLANCO, Cristina (2000). Las migraciones contemporáneas. Madrid: Alianza Ed. DÍEZ NICOLÁS, Juan (2005). Las dos caras de la inmigración. Madrid: Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales. FOESSA, Varios autores (1970). Informe Sociológico sobre la Situación Social en España en 1970. Madrid: Euramérica. HALBWACHS, Maurice (2004). Los marcos sociales de la memoria. Barcelona: Anthropos. IBÁÑEZ, Jesús (1979). Más allá de la Sociología. Madrid. Siglo XXI. LÓPEZ DE LERA, Diego (1995). “La inmigración en España a fines del siglo XX: Los que vienen a trabajar y los que vienen a descansar”, Revista Española de Investigaciones Sociológicas, núm. 71-72: 225-245. MIGUEL, Jesús M. de (1996). Auto/biografías. Madrid: CIS. Colección “Cuadernos Metodológicos”, nº 17. ORTÍ, Alfonso (1989). “La apertura y el enfoque cualitativo o estructural: la entrevista abierta semidirectiva y la discusión de grupo”, en Manuel García Ferrando, Jesús Ibáñez y Francisco Alvira (comps.), El análisis de la realidad social. Métodos y técnicas de investigación. Madrid: Alianza Ed. PUJADAS, Juan José (1992). El método biográfico: el uso de las historias de vida en ciencias sociales. Madrid: CIS. Colección “Cuadernos Metodológicos”, nº 5. QUIÑONERO FERNÁNDEZ, Francisco (1988). Los inmigrados en la ciudad de Alicante. Alicante: Secretariado de Publicaciones de la Universidad de Alicante. SEMPERE SOUVANNAVONG, Juan David (1997). Los pieds-noirs en Alicante. Las migraciones inducidas por la descolonización. Alicante: Publicaciones de la Universidad de Alicante. ______________ (2001). “Les pieds-noirs à Alicante”, Revue Européenne des Migrations Internationales, Vol. 17, nº 3 : 173-198. SEVA LLINARES, Antoni (1968). Alacant, trenta mil pieds-noirs. Barcelona: Edicions 62. VALLES, Miguel (1997). Técnicas cualitativas de investigación social: Reflexión metodológica y práctica profesional. Madrid: Ed. Síntesis. VILAR, Juan Bautista (1989). Los españoles en la Argelia francesa (1830-1914). Madrid: CSIC.