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RENDIMIENTO ESCOLAR, USO DEL TIEMPO LIBRE Y PRESENCIA EN EL
ESPACIO PÚBLICO:
EJES CLAVE EN LA CONSTRUCCIÓN DE LOS TRAYECTOS JUVENILES
Ana Belén Cano Hila
Universitat de Barcelona
[email protected]
La presente comunicación se centra en analizar el papel que juegan diversos espacios de
socialización (contexto escolar, ocio y espacio público) en la construcción de los trayectos
vitales de la población joven.
Los principales objetivos que pretende este artículo son: por un lado, explorar cuáles son las
interacciones que los jóvenes (de entre 16 y 18 años) establecen y desarrollan en cada uno de
los contextos de socialización seleccionados (contexto escolar, ocio y espacio público). Y por
otro lado, analizar y comprender qué tipo de trayectos juveniles se construyen como resultado
de las interacciones identificadas precedentemente.
Palabras clave:
trayectos juveniles, rendimiento escolar, pautas de ocio, uso del espacio
público.
Introducción
La presente comunicación1 examina y analiza el papel que juegan diversos espacios de
socialización (contexto escolar, ocio y espacio público) en la construcción de los
trayectos vitales de la población joven. De hecho, estos espacios de socialización se
apuntan en la literatura mas reciente sobre jóvenes y trayectorias vitales como
mecanismos emergentes en la construcción de los trayectos juveniles en detrimento de
la influencia de mecanismos tradicionales como son la familia y la comunidad.
Los principales objetivos que pretende esta comunicación son: por un lado, explorar
cuáles son las interacciones que los jóvenes (de entre 16 y 18 años)2 establecen y
desarrollan en cada uno de los contextos de socialización seleccionados (contexto
escolar, ocio y espacio público). Y por otro lado, analizar y comprender qué tipo de
Esta comunicación tiene como punto de partida la tesis doctoral “Procesos de integración y exclusión
social juvenil en las periferias de Barcelona y Milán”, que analiza la influencia del barrio sobre la
configuración y desarrollo de los trayectos juveniles, al mismo tiempo que tiene en cuenta la ciudad y el
impacto de las instituciones sociales ubicadas en el barrio.
2 A pesar de que en la investigación en la cual se basa esta comunicación, la franja de edad de la muestra
analizada sea de entre 16 y 24 años, los datos y los análisis a los que hace referencia esta comunicación se
centran en jóvenes de entre 16 y 18 años. Se ha tomado esta decisión porque el trabajo de campo ha
proporcionado mayor cantidad de datos y de mayor significación para este subgrupo que para el colectivo
de jóvenes mas adultos, mayores de 18 años.
1
0
trayectos juveniles se construyen como resultado de las interacciones identificadas
precedentemente.
La comunicación se estructura en cuatro apartados: En el primero de ellos, se plantea la
convergencia conceptual entre conceptos claves para esta comunicación: transiciones,
trayectorias y trayectos juveniles. El segundo apartado, aborda el análisis de los
mecanismos tradicionales y emergentes de construcción de los trayectos juveniles. En el
tercer apartado, se describen la categorización de modalidades de trayectos juveniles. Y,
finalmente, se recoge las principales ideas y aportaciones expuestas a lo largo de la
comunicación a modo de conclusión.
Transiciones, trayectorias y trayectos juveniles
Al revisar estudios sobre juventud, nos encontramos con que se suelen utilizar
indistintamente términos como transiciones, trayectorias e itinerarios juveniles. A pesar
de ello, se evidencia un creciente debate entorno al uso de dichos términos; de hecho,
numerosos autores (Gil Calvo, 2009; Dávila y Ghiardo, 2011; Casal, Merino y García,
2011) sostienen que son conceptos que se interrelacionan estrechamente pero que
designan fenómenos diferentes.
Gil Calvo (2009) y Dávila y Ghiardo (2011) definen el concepto de transición como
cada uno de los episodios consecutivos en que se descompone la trayectoria, los cuales
se suceden como fases transitorias a lo largo del ciclo vital juvenil. Este término incluye
tanto cambios biológicos propios del crecimiento y los pasos de determinadas
situaciones de vida a otras; como por ejemplo, de la no maternidad a la maternidad; la
entrada en el mercado de trabajo, etc.
Por trayectoria, Gil Calvo (2009: 15) entiende un itinerario completo que traza un joven
desde que empieza a serlo, cuando abandona su infancia, hasta cuando entra en la edad
adulta. En esta misma línea, Casal et al. (2006) matizan que un rasgo característico de la
trayectoria de transición a la vida adulta es el hecho de que es un itinerario probable.
La relación entre ambos conceptos es explicada por Gil Calvo (2009) y Casal et al.
(2011) de la siguiente manera: la trayectoria es como una estrategia a medio-largo
plazo, mientras que las transiciones son tácticas más a corto plazo. Dicho de otro modo,
la trayectoria es la hoja de ruta que el joven define durante su juventud para planificar la
construcción de su futuro adulto, identificado con ciertos objetivos de status y
movilidad social. En cambio, las transiciones juveniles son las tácticas ejecutadas para
1
tratar de alcanzar los objetivos definidos en el marco de las trayectorias, y siempre
considerando el marco de oportunidades con el que el joven interacciona (desde la
familia y el lugar de residencia hasta las políticas sociales fruto del modelo de régimen
de bienestar nacional, regional o local).
Expuesto este debate, puntualizar que en esta comunicación, así como en la
investigación de la cual ésta deriva, no se utilizan estos términos definidos
anteriormente; sino que se usa el término de trayecto juvenil. Se entiende por trayecto
juvenil las situaciones presentes, influidas por las experiencias vividas3, y las cuales
influyen a su vez en las probables situaciones de futuro que configuran las transiciones
juveniles, y por tanto las trayectorias de transición a la vida adulta. En el siguiente
esquema (figura 1) se refleja de forma gráfica la relación entre el concepto de trayecto
juvenil con los de transición y trayectoria.
FIGURA 1: Relación conceptual entre transición, trayectoria y trayecto juvenil
TRANSICIONES
Experiencia
probable/
hipotética
TRAYECTORIA
TRAYECTO
Experiencia
recorrida/
vivida
Fuente: elaboración propia de la autora.
En definitiva, se aprecia como el término de trayecto juvenil hace referencia al itinerario
vital que desarrolla el joven en el presente, configurando así en cierta manera sus
transiciones (tácticas y toma de decisiones) y su trayectoria (hoja de ruta futura).
Los principales motivos por los que se utiliza el término trayectos juveniles en lugar de
otros (trayectorias, itinerarios, transiciones) comúnmente más utilizados en los trabajos
sobre jóvenes son los siguientes:
a). Los términos de transiciones y trayectorias suelen vincularse al proceso de
transición a la vida adulta (TVA); mientras que esta investigación centra su análisis
3
Denominadas itinerarios por Casal et al. (2011).
2
empírico en jóvenes adolescentes (de entre 16-18 años), los cuales se encuentran en
un momento vital considerablemente previo a la TVA.
b). En este trabajo nos centramos en describir, analizar y tratar de comprender los
itinerarios vitales que desarrollan los jóvenes en el momento presente, aunque
pueda vislumbrarse el pasado e intuirse el futuro.
c). Los conceptos de trayectoria y transición juvenil acostumbran a girar entorno a
los que se han considerado mecanismos tradicionales de configuración de los
trayectos juveniles (familia, escuela y trabajo) y no prestan atención a los
mecanismos que despuntan como emergentes; como por ejemplo, el uso del tiempo
libre, el espacio público y las pautas de conducta que se desarrollan en dichos
espacios, las cuales dan lugar a lo que Nilan y Feixa (2006) llaman identidades
culturales (ver apartado siguiente).
Mecanismos tradicionales y emergentes de construcción de los
trayectos juveniles
En los estudios más recientes sobre juventud y trayectorias juveniles se evidencia un
intenso debate entorno a cuáles son aquellos actores sociales y/o instituciones que
actúan como mecanismos configuradores de los trayectos juveniles en la actualidad.
Gran parte de los autores comparten que la familia, la escuela y el trabajo ha sido
tradicionalmente mecanismos que han influido enormemente en cómo un joven
planificaba su itinerario vital (qué estudiar, dónde, en qué trabajar, con quién
casarse…). Pero en cambio, en la sociedad actual en la que se están desarrollando
procesos de fragmentación
y polarización
social así
como tendencias de
desestructuración en las trayectorias vitales y un aumento considerable de la
incertidumbre respecto al futuro (Mingione, 1993; Castel, 1997; Beck 2000), se
evidencia una amplio abanico de opiniones sobre cuál es el papel que ahora tienen esos
mecanismos tradicionales, cuáles son los emergentes y qué rol desarrollan.
Gil Calvo (2009) sostiene que actualmente las trayectorias juveniles no pueden
autodeterminarse en la misma medida que antes, ya que no pueden predecirse a partir
del origen familiar de clase, debido al proceso de desesclasamiento que está teniendo
lugar, en comparación a la sociedad industrial. Pero afirma que tampoco puede
asegurarse mediante el capital escolar y cultural incorporado por el joven como venía
sucediendo hasta hace poco, en un contexto meritocrático. Para este autor, las
3
trayectorias juveniles ya no resultan funcionales porque no desempeñan la función de
programar la futura inserción adulta. Se pone en cuestión lo que Merton llamaba
socialización anticipada: las prácticas desarrolladas en la trayectoria juvenil
predisponían para la futura emancipación, la cual se preveía fuera igual o superior que
la de los progenitores. Afirma que las trayectorias ya no programan el futuro, sino el
presente. Añade que la falta de una cierta estabilidad presente y futura, provoca serias
dificultades a que los jóvenes definan unos objetivos a medio-largo plazo, y por lo
tanto, una estrategia, lo cual también debilita las transiciones y los trayectos.
Por otro lado, otros autores como Casal et al. (2006); Casal et al. (2011) y, Dávila y
Ghiardo (2011) cuestionan en cierta medida ese proceso de desenclasamiento que
apunta Gil Calvo, y señalan que aunque actualmente quizá sea más débil que en épocas
anteriores, los itinerarios y las trayectorias juveniles tiene un vínculo con la estructura
social, por lo que no son independientes de las clases sociales, ni del género y/o la etnia.
Estos autores, los cuales se basan esencialmente en aportaciones de Bourdieu (1988,
1997), afirman que las trayectorias de cada individuo se trazan en un espacio social
concreto, conformado por el volumen de capital económico y capital cultural relativo en
el marco de la estructura social. Añaden que las diferencias de posición entre individuos
así como la generación de diferencias entre grupos sociales radican especialmente en la
composición de estos dos tipos de capital. La configuración de un tipo concreto de estos
capitales produce relaciones de cercanía y/o lejanía con respecto a otros tipos, en
términos de acceso a recursos, bienes, prácticas, gustos….; en definitiva, a lo que
Bourdieu denomina habitus. De hecho, definen ese espacio social como un espacio de
relaciones así como una matriz de probabilidades, que a diferencia de la tesis que
defiende Gil Calvo (2009) no sólo tiene efectos en el presente, sino que también permite
prever en cierta medida procesos, tendencias e itinerarios futuros.
El trabajo de investigación que se presenta en esta comunicación sintetiza elementos de
ambas posturas, ya que por un lado, coincidimos en la premisa de partida de que los
trayectos no pueden autodeterminarse por motivos de clase; y por lado, compartimos el
hecho de que los trayectos juveniles se desarrollan en un espacio social concreto,
condicionado por su posición relativa en la estructura social. Así mismo, partimos de la
base de que los trayectos juveniles se circunscriben en un contexto social específico,
conformado tanto por el marco de los regímenes de bienestar social nacionales así como
locales (Esping-Andersen, 2000; Andreotti et al, 2011) que sustentan las políticas
sociales (empleo, educación, juventud, etc.).
4
Además, esta investigación también es permeable a las aportaciones de trabajos
recientes (Nilan y Feixa, 2006; Beck y Beck-Gernsheim, 2008) que señalan la influencia
emergente de los estilos de vida y pautas de conducta (identidades culturales según
Nilan y Feixa, 2006) sobre la construcción de los trayectos juveniles. Estos trabajos así
como el presente se hacen eco de esta tendencia actual, la cual argumenta que la
identidad personal de los jóvenes así como la configuración de sus trayectos juveniles, y
por tanto transiciones y trayectorias, ya no se realiza exclusivamente en función del
capital familiar, el capital escolar y la carrera laboral, sino que también lo hace y cada
vez más en función del consumo diferencial de ciertos estilos de vida.
Nilan y Feixa (2006) y Hamilton (2006) apuntan que esta transición del principal eje
configurador de los trayectos juveniles que suponía el trabajo a las identidades
culturales, puede explicarse por la sustitución del capitalismo productivo, centrado en el
trabajo y que da lugar a la estratificación por clases sociales, por el capitalismo
consumista, centrado en el ocio y el cual favorece la estratificación por estilos de vida.
Aún así coinciden en señalar las acreditaciones escolares no sólo como un mecanismo
tradicional de reproducción del capital dominante, sino también como un mecanismo
actual de fuerte peso en la distribución de los trayectos juveniles en la estructura social.
Por todos estos argumentos expuestos hasta el momento es por lo que en esta
comunicación se considera la escuela, a través de las acreditaciones basadas en el
rendimiento escolar, como eje tradicional vigente para la construcción de los trayectos
juveniles; y como mecanismos emergentes: el uso del tiempo libre y del espacio público
del barrio y de la ciudad.
Escuela
La escolaridad en general, y las acreditaciones escolares resultado del rendimiento
escolar, en particular son factores que tradicionalmente han tenido un importante peso
en la distribución de las posiciones sociales así mecanismos de reproducción social
(Bourdieu, 1993).
Aunque en la actualidad sea con menor fuerza que en el pasado, debido a la devaluación
de las acreditaciones académicas y la sobre cualificación, las títulos y certificados son
un criterio básico para la regulación de los puestos de trabajo4. Por ello, el binomio
4
De hecho, una tendencia sostenida incluso durante el vigente periodo de crisis económica, es la elevada
tasa de paro entre aquellos jóvenes sin estudios o con un bajo nivel de instrucción. Según la EPA, en el
5
educación-trabajo es constantes en los trabajos sobre juventud, y un eje “interpretador”
de transiciones y trayectorias juveniles a comprender. Pero ahora bien, las credenciales
académicas también son importantes si las analizamos en clave de trayectos juvenil, es
decir, desde una perspectiva presente, ya que éstas pueden ser interpretadas a través del
rendimiento escolar. Dicho de otro modo, el rendimiento escolar (aprobar, suspender,
abandonar, repetir curso…) es un elemento que configura trayectos juveniles que
pueden ser satisfactorios o no satisfactorios en términos de promoción académica, y al
mismo tiempo influye en el diseño de transiciones (transitar de la educación obligatoria
a la post-obligatoria, entrar en el mercado de trabajo, abandonar el sistema escolar…) y
trayectorias (académica y socialmente ascendentes, estancadas o descendentes).
Desde hace ya algunos años, un proceso que se viene desarrollando, y que en parte se
presenta como un custodiador excelente del rendimiento escolar de excelencia es la
segregación escolar. Ante la universalización de la educación, y por tanto la
masificación del sistema educativo, muchas familias de clase media pretenden preservar
“ese pasaporte” de movilidad social ascendente de sus hijos, huyendo de la escuela
pública hacia escuelas privadas y/o concertadas. Los motivos de esa decisión no son
confesionales sino por razones sociales y culturales. Se pretende preservar del contagio
cultural, lo cual incide (de forma negativa) tanto en el rendimiento escolar de los
alumnos como en su capital social.
Múltiples estudios sobre educación (Oberti y Préteceille, 2004; Benito y González,
2007; Dupriez, 2009) vienen evidenciando la preocupación de la comunidad educativa
ante procesos de este tipo, ya que suponen un significativo aumento de las
desigualdades sociales y también un debilitamiento de una de principales funciones que
hasta ahora se le atribuyen al sistema educativo: ser un mecanismo de integración social
así como promotor de cohesión social.
Uso del tiempo libre
Uno de los cambios sociales más importantes que se está produciendo en la sociedad
post-industrial tiene relación con las formas de construcción de la identidad de
adolescentes y jóvenes. Los espacios donde tradicionalmente tenía lugar esta
construcción – escuela y familia- se han visto transformados considerablemente, y ahora
el tiempo libre – tanto estructurado como no estructurado- ha adquirido un importante
primer trimestre de 2012 en España, la tasa de paro entre los jóvenes (16-24 años) con estudios básicos
era del 58,8%, frente al 49,5% para aquellos con estudios medios, y el 37% con estudios superiores.
6
rol en la construcción de esta identidad (Conde y Alonso, 1996; Albaigés, 2003). Tal y
como apuntan Nilan y Feixa (2006) el uso del tiempo libre así como el ocio contribuyen
principalmente, además de en la construcción de la identidad del joven, en su proceso de
socialización, capital social, estilos de vida y expectativas de futuro. Por ello, en el
apartado anterior ya hemos señalado el uso del tiempo libre como un mecanismo
emergente de construcción de los trayectos juveniles.
Por uso del tiempo libre y ocio entendemos tres tipos de actividades: a). Actividades
estructuradas, las cuales se vinculan a un equipamiento u organización (como por
ejemplo, actividades extra-escolares, deportivas, sociales, religiosas…); b). Actividades
no estructuradas, las cuales no tienen ningún tipo de vinculación con una entidad social
(estar en casa, reunirse con amigos….); y, c). Pautas de ocio durante el fin de semana (ir
al cine, de compras….).
Una de las aportaciones del trabajo empírico sobre el cual se fundamenta esta
comunicación (Cano, 2011) es la evidenciación de indicios de segregación en el marco
del tiempo libre, tanto en su uso como en su lugar de desarrollo. De hecho, se pone de
manifiesto como los jóvenes con pautas de comportamiento similar tienden a establecer
relaciones de proximidad entre ellos, al mismo tiempo que se alejan notablemente de
aquellos con pautas diferentes. Ese proceso de alejamiento, en muchos casos va
acompañado de una fuerte diferenciación (yo no soy como los que van al centro juvenil,
yo no soy como los que están siempre en la calle…) e incluso de rechazo de una
estigmatización percibida (yo no voy a ese centro social porque allí sólo van los chicos
problemáticos, y yo no lo soy; […] ni siquiera me acerco a ese grupito porque no
quiero que me relacionen con ellos).
Gran parte de los profesionales entrevistados, como es el caso de directores de centros
educativos de educación primaria y secundaria, docentes, educadores sociales, entre
otros, señalan los riesgos que tendencias segregadoras en el ocio y tiempo libre pueden
suponer para el colectivo joven, especialmente para aquellos que desarrollan trayectos
menos satisfactorios y, en muchos casos, más vulnerables a experimentar situaciones de
riesgo y/o exclusión social.
El análisis empírico pone de relieve que la segregación en el uso del tiempo libre,
sumada a la segregación escolar, impacta sobre un factor clave hoy en día para la
construcción de trayectos y trayectorias laboral y socialmente exitosas; y, éste es el
capital social construido por el propio joven (Urban 2009; Weller y Bruegel 2009).
Trabajos como el de Granovetter (1973); Putnam (1993) y Bridge (2004) subrayan la
7
importancia del capital en la sociedad actual, y argumentan dicha relevancia explicando
que hoy en día el capital social familiar o heredado continúa siendo efectivo - en
especial para obtener un puesto de trabajo-, aunque lo es en menor medida que en
épocas anteriores. Esto se explica porque muchos jóvenes han superado la posición
social heredada – al menos en términos de cualificación académica y profesional- por lo
que esa herencia no es potencialmente tan útil como antes, por lo que tiende a ser
sustituida por la creación de una red propia.
En definitiva, la red de contactos así como el capital social derivado de ella es un
importante elemento en la construcción de los trayectos juveniles, y el tiempo libre y el
ocio son mecanismos potencialmente facilitadores de dicha construcción. Por ello,
cualquier indicio de segregación que se de en ellos debilita su capacidad de generar
redes sociales potencialmente virtuosas.
Espacio público
Múltiples trabajos (Borja y Muxí, 2003; Feixa y Porzio, 2006: 72) señalan el espacio
público como un lugar concreto, simbólico e imaginario donde los jóvenes representan
públicamente elementos como: la identidad cultural, las prácticas culturales, los
estereotipos, los estilos de vida o las redes sociales. De manera que, la calle se considera
un lugar de socialización primaria donde se hacen tanto amigos como enemigos y donde
los jóvenes en parte van definiendo quienes son y quienes no son. Para estos autores,
todos los aspectos vinculados a la socialización son resultado de procesos de
identificación con determinadas prácticas culturales y la diferenciación con respecto a
otras.
En la investigación llevada a cabo, a la hora de utilizar el término espacio público se
realiza una distinción entre el espacio público del barrio y el espacio público de la
ciudad. Atendiendo a esta distinción, el análisis empírico por un lado, pone de
manifiesto una significativa diversidad de grados de presencia y usos de los espacios
públicos, así como por otro lado, constata la existencia de procesos de identificación y
diferenciación a los que hacen referencia los autores anteriormente citados.
Concretamente, se evidencia la tendencia a la marginalización del uso del espacio
público del barrio, la cual se hace extensible a aquellos jóvenes que muestran una
intensa presencia en este espacio público en concreto. Por el contrario, el uso del
espacio público de la ciudad es percibido por jóvenes y profesionales como un lugar de
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socialización potencialmente exitosa en término de acceso a recursos, equipamientos,
oportunidades y redes sociales virtuosas.
En el caso del espacio público, al igual que en los otros dos mecanismos de
construcción de los trayectos juveniles explicados previamente, se observa una
tendencia a la segregación en relación a la presencia y al uso. Se aprecia como los
jóvenes que tienen una alta presencia en el espacio público del barrio, son prácticamente
invisibles en el espacio público de la ciudad; y viceversa. Pero esta tendencia a la
segregación se ve agravada por dinámicas de marginalización del espacio público del
barrio y de aquellos jóvenes que lo usan intensamente, ya que son considerados por
otros grupos de jóvenes así como por muchos profesionales de la educación y la
atención social como jóvenes en riesgo de exclusión social.
En resumen, el espacio público tanto del barrio como de la ciudad se presenta como un
lugar importante en la socialización de los jóvenes así como también de sus identidades
culturales, las cuales, como venimos diciendo, son uno de los aspectos fundamentales
de los trayectos juveniles. De manera que el espacio público en un sentido amplio se
presenta como un lugar y un mecanismo relevante para la construcción de los trayectos
juveniles y por tanto un espacio privilegiado para la intervención socioeducativa, poco
explotado hasta el momento.
Modalidades de trayectos juveniles
Con el término de modalidades de trayectos juveniles nos referimos a la descripción de
los tipos básicos de trayectos juveniles. Es decir, a las situaciones presentes más
comunes entre los jóvenes en aspectos como la educación, las expectativas académicas
y laborales, el uso del tiempo libre y el uso del espacio público.
Tal y como se desprende del análisis de los mecanismos de construcción de trayectos
juveniles así como de integración social tradicionales y emergentes, como son la
escuela, el trabajo y el ocio, se evidencian múltiples perfiles de jóvenes que definen y
desarrollan distintos trayectos juveniles. Por ello, partimos de la base de que el colectivo
joven es heterogéneo y por tanto hay una amplia diversidad de trayectos juveniles.
Tipologizar5 las modalidades de trayectos juveniles es un ejercicio inductivo que
pretende identificar formas básicas en que los jóvenes describen sus itinerarios
5
Para llevar a cabo el proceso de categorización se ha optado por el estudio de caso comparativo como
estrategia metodológica. Se han combinado diversas técncias e instrumentos: entrevista semi-estructurada
oral, entrevista estructurada escrita y observación participante, sistematizada en un diario de campo.
9
presentes, y proyectan sus transiciones y trayectorias futuras en relación a la educación,
el empleo, el ocio y su presencia en el espacio público. Lo hacemos a partir de examinar
la interacción que tienen los jóvenes con las instituciones educativas, y las estrategias
que desarrollan en relación a la educación, a su futuro posicionamiento ante el mercado
de trabajo, sus planes de futuro, el uso del tiempo libre y del espacio público. Dichas
categorías a su vez, también son diversas y llenas de matices, a pesar de ello, en algunas
ocasiones son asumidas por los propios jóvenes como señas de identidad.
Para comprender mejor esa diversidad de perfiles y trayectos juveniles se utilizan seis
categorías: a). Bravi; b). Invisibles; c). Non bravi; d). Visibles; e). Lavoratori y, f).
Desapercibidos.
A continuación, pasamos a explicar más detenidamente cada uno de estos trayectos
juveniles.
A). Jóvenes bravi
Los jóvenes bravi responden al perfil de aquellos jóvenes que desarrollan trayectorias de
éxito, principalmente en el ámbito escolar, y posteriormente en su inserción en el
mercado de trabajo. Expresan altas expectativas de futuro académico y profesional. Se
decanta por profesiones liberales y estudios universitarios. En su tiempo libre extraescolar suelen asistir al oratorio6, y el fin de semana van al centro de la ciudad y utilizan
los servicios y las ofertas que la esta zona de la ciudad ofrece. Su presencia en el
espacio público del barrio es prácticamente nula, ya que lo consideran un lugar
inhóspito.
B). Jóvenes invisibles
Los jóvenes invisibles presentan un perfil similar al de los jóvenes bravi que hemos
apuntado anteriormente, pero con dos diferencias sustanciales, suelen estudiar en
centros privados o concertados fuera de sus barrios de residencia, y en su tiempo libre
extra-escolar no participan de ningún equipamiento ni actividad que tenga lugar en su
Concretamente, se han desarrollado: 39 entrevistas a profesionales de la educación (docentes, directores
de institutos, educadores sociales, etc) y a 14 a técnicos de la administración local. Así mismo, se han
llevado a cabo 178 entrevistas estructuradas escritas, dirigidas a jóvenes de entre 16 y 24 años residentes
en cuatro barrios periféricos; dos en Barcelona - Trinitat Nova (n=30) y Citutat Meridiana (n=88)- y dos
en Milán – Comasina (n=30) y Sant’Ambrogio (n=30)-.
6
Centro juvenil, vinculado a la iglesia católica, el cual juega un importante rol en la educación en el
tiempo libre en Italia, especialmente en regiones como la Lombardía, donde se ubica Milán. Estos centros
juveniles tienen una finalidad muy concreta y es la educación moral y cristiana a través del juego y el
ocio.
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barrio. De hecho, hemos decidido denominarles invisibles porque son jóvenes que
residen en estos barrios, pero en cambio no participan de la vida social de éste. No
utilizan ni las instituciones, ni los equipamientos, ni el espacio público local, porque lo
perciben como lugares inseguros, vacíos de oportunidades y estigmatizantes. Por ello,
en su tiempo libre extra-escolar suelen realizar actividades lúdicas en equipamientos
situados fuera de sus barrios de residencia. Y durante el fin de semana suelen utilizar al
centro de la ciudad así como otras partes de ésta.
C). Jóvenes non bravi
Los jóvenes non bravi son jóvenes que desarrollan trayectorias de fracaso o abandono
prematuro del sistema escolar. Esto les conduce a una situación de dificultad y
desventaja, con respecto a otros jóvenes que desarrollan otro tipo de trayectos, de cara a
incorporarse al mercado de trabajo. No muestran interés por la escuela, pero sí por
entrar en el mercado laboral inmediatamente. En su tiempo libre extra-escolar, suelen
pasar gran parte de él en el espacio público local del barrio sin llevar a cabo ninguna
actividad concreta ni participar de ninguna entidad social. Mantienen la misma pauta de
conducta durante el fin de semana. En este grupo se evidencian importantes barreras
mentales a la hora de salir del barrio y utilizar el resto de la ciudad así como los recursos
y oportunidades que ésta ofrece.
D). Jóvenes visibles
Los jóvenes visibles presentan rasgos similares a los descritos para los jóvenes non
bravi, pero la principal diferencia de que a diferencia de los anteriores, estos muestran
una alta presencia y uso tanto del espacio público del barrio como de los recursos y
equipamientos sociales ubicados en él.
E). Jóvenes lavoratori
Los jóvenes lavoratori son los jóvenes que se decantan por estudiar cursos de formación
profesional porque pretenden incorporarse en un breve espacio de tiempo en el mercado
de trabajo. Se decantan por estudios técnicos y más bien relacionados con los oficios.
En su tiempo libre extra-escolar practican deporte, tanto dentro como fuera de sus
barrios, y en menor medida participan del oratorio. Durante el fin de semana, pasan su
tiempo libre en centros comerciales, situados en barrios vecinos al suyo. Utilizan el
espacio público del barrio de forma puntual.
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F).Jóvenes desapercibidos
Los jóvenes desapercibidos se decantan por estudios de formación profesional, pero
también lo hacen por estudios universitarios. En su mayoría expresan altas expectativas
de futuro académicas y laborales, y estudian en
centros de educación secundaria
(públicos o concertados) ubicados en sus barrios de residencia. En su tiempo libre extraescolar y durante el fin de semana suelen permanecer en casa o en casa de amigos,
realizan actividades deportivas fuera del barrio. Por otra parte, su presencia y uso tanto
del espacio público del barrio como de los equipamientos de este (casal de joves, centre
obert, centre cívic, asociación de vecinos…) son más altos que los observados para los
jóvenes invisibles y bravi, pero considerablemente más baja que la observada para los
jóvenes visibles y non bravi.
El nominativo de desapercibidos pretende reflejar la idea de que estos jóvenes utilizan
las instituciones presentes en los barrios, principalmente las escolares, y en menor
medida las lúdico-deportivas, pero son escasamente percibidos por los profesionales que
trabajan en ellas. De hecho, a pesar de ser el trayecto que mas jóvenes aglutina, éstos
son casi imperceptibles en discursos de los profesionales entrevistados a la hora de
describir y caracterizar el colectivo joven con el cual trabajan diariamente.
FIGURA 2. Cuadro resumen de las modalidades de trayectos juveniles
PERFIL
TRAYECTO
JUVENIL
ESCUELA
USO DEL TIEMPO
LIBRE
USO DEL
ESPACIO
P’UBLICO
Bravi
Titularidad pública
Trayectoria escolar exitosa
Estudios postobligatorios
Oratorio
Consumo centro ciudad
Muy intenso
Ciudad
Invisibles
Titularidad concertada/privada
Trayectoria escolar exitosa
Estudios postobligatorios
Actividades
extraescolares fuera de
sus barrios de
residencia
Consumo centro ciudad
Muy intenso
Ciudad
Titularidad publica
Muy intenso
Trayectoria escolar de abandono
Divagar por el barrio
Barrio
y fracaso
Titularidad publica
Divagar por el barrio
Muy intenso
Visibles
Trayectoria escolar de abandono Equipamientos sociales
Barrio
y fracaso
del barrio
Titularidad publica
Oratori
Trayectoria escolar exitosa
Intenso barrio
Lavoratori
Centros comerciales
Estudios postobligatorios de
Presencia ciudad
Casa
corte profesional
Titularidad pública
Equipamientos sociales
Trayectoria escolar exitosa
del barrio
Intenso barrio
Desapercibidos
Estudios postobligatorios de
Centros comerciales
Presencia ciudad
corte profesional y bachillerato
Casa
Fuente: elaboración propia de la autora, a partir del trabajo de investigación realizado.
Non bravi
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Reflexiones finales
El punto de partida de esta comunicación era examinar y analizar el papel que juegan
diversos espacios de socialización (contexto escolar, ocio y espacio público) en la
construcción de los trayectos vitales de la población joven. Para ello, por un lado, se han
explorado cuáles son las interacciones que los jóvenes establecen y desarrollan en cada
uno de los contextos de socialización seleccionados (contexto escolar, ocio y espacio
público) y por otro lado, analizar y comprender qué tipo de trayectos juveniles se
construyen como resultado de las interacciones identificadas precedentemente. Sin
perder de vista este objetivo inicial, y considerando todo lo expuesto hasta el momento,
las principales conclusiones a las que llega el análisis y la reflexión desarrollada a lo
largo del texto son las siguientes:
En primer lugar, la heterogeneidad del colectivo joven y la diversidad de trayectos
juveniles.
En segundo lugar, la evidencia de que la interacción que se establece entre jóvenes e
instituciones sociales ubicadas en los barrios, en especial aquellas pertenecientes al
ámbito de la educación formal y no formal, juegan un rol fundamental y creciente en la
configuración de los trayectos juveniles.
En tercer lugar, se pone de manifiesto que los aspectos en los que dichas interacciones
impactan de forma más significativa son los estilos de vida y el capital social de los
jóvenes, los cuales son señalados por trabajos precedentes así como el análisis empírico
como factores clave para el diseño de los trayectos presentes y las trayectorias futuras
de la población joven en la sociedad actual.
Y en cuarto lugar, se constata que además de la escuela, el tiempo libre y el espacio
público se revelan como importantes mecanismos emergentes para la construcción de
los trayectos juveniles. Por ello, esta comunicación quiere destacar el potencial
educativo que tienen estos espacios de socialización, de cara no sólo a cómo los jóvenes
desarrollan su presente y planifican su futuro, sino también como mecanismos claves
para la integración y la cohesión social en la sociedad actual.
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