Villagra, C.; Hamdan, V.; Cittadini

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XIV JORNADAS NACIONALES DE EXTENSION RURAL Y VI DEL
MERCOSUR.
Asociación Argentina de Extensión Rural (AAER)
Título: Economía Social y Agricultura Urbana: el caso de la Feria Verde de la
ciudad de Mar del Plata.
Autores: Lic. Constanza Marcela Villagra1, Ing. Agr (Mg) Virginia Hamdan2, Dr.
Roberto Cittadini3
Resumen
El trabajo que se presenta, rescata los avances obtenidos en una tesis de
postgrado, que tuvo como finalidad profundizar el conocimiento de la experiencia de la
Feria Verde de Mar del Plata promovida desde el Programa de Auto producción de
Alimentos (Facultad de Ciencias Agrarias – UNMdP – INTA Balcarce) conjuntamente
con Prohuerta.
Para ello, se propuso la utilización de diversos aportes conceptuales generados
desde el campo teórico de la Economía Social y Solidaria que posibilitó ordenar
comprensivamente la experiencia, enmarcándola en el concepto de emprendimiento
productivo social.
El estudio de caso como propuesta metodológica facilitó la comprensión del
proceso de reconversión hacia la agricultura urbana de tipo agro ecológica de un grupo
de desocupados y subocupados urbanos en tanto estrategia, no sólo de abastecimiento
de alimentos y obtención de ingresos derivados de sus emprendimientos, sino también
de organización social de nuevos actores – agricultores de tipo familiar – en el marco de
un sistema urbano de provisión de alimentos; identificando los alcances y las limitantes
de dicho proceso.
Asimismo, posibilitó indagar en las características de un programa de extensión
acción participativo – en tanto organización de apoyo - surgido espontáneamente que
orientó su práctica hacia la cogestión de la experiencia con los productores.
Los resultados obtenidos muestran como tendencia dos movimientos dentro de
la dinámica organizativa: uno, hacia la consolidación de los emprendimientos como
alternativa económica; otro, de superación de la desarticulación propia de la Economía
Popular y de acumulación de capitales orientada a la sostenibildad socioeconómica del
conjunto de los emprendimientos que participan en la Feria
Palabras claves: Economía Social y Solidaria- Emprendimiento Productivo
Social - Agricultura Urbana.
1
Becaria INTA en Desarrollo Local/Rural [email protected]
Docente e investigador Facultad de Ciencias Agrarias. UNMdP – Unidad Integrada Balcarce (INTA –
FCA/UNMdP) – [email protected]
3
Investigador y Docente de la Unidad Integrada Balcarce (INTA–FCA/UNMdP). Coordinador Nacional
del ProHuerta INTA - [email protected]
2
I. INTRODUCCIÓN
La reestructuración de la economía y el Estado durante la década de los noventa,
significaron la profundización en nuestro territorio de la implantación a nivel mundial
de un nuevo modelo de acumulación del capital asentado en la lógica de valorización
financiera (Basualdo, 2000) impuesto en el país a partir del 1975/6 – vía dictadura
militar y disciplinamiento de la sociedad civil-, continuado durante el período
democrático y justificado por el discurso hegemónico neoliberal, dentro del cual
debemos enmarcar los postulados del Consenso de Washington que condujeron la
profundización del proceso.
Puede afirmarse que este estado de situación condicionó a que la política pública
pasara a estar mayormente definida por la institución del mercado – y los agentes que en
él predominan – resignando objetivos sociales de orden superior.
Es así que fue significándose una cuestión social4 en torno a la exclusión5 y
condición de pobreza a la que es destinada una gran cantidad de personas que el
mercado capitalista caracteriza como no empleables o empleables en condiciones
precarias, que son expropiadas de los medios que otrora garantizaban su subsistencia,
reproducción e integración del sistema social.
Como resultado del proceso fueron generándose y reproduciendo las condiciones
de una estructura social desigual y la fragmentación del entramado social.
En nuestro país las consecuencias de los cambios descriptos deben ser
comprendidos a la luz del desarrollo que la sociedad salarial6 había alcanzado en la
Argentina, casi único país latinoamericano que “durante décadas fue una sociedad
relativamente bien integrada desde el punto de vista social (…) integración que se
realizó en un contexto de pleno empleo, a través de un conjunto de instituciones que fue
posibilitando la incorporación de un amplio sector de los trabajadores urbanos en
términos de derechos sociales , protección social y estabilidad laboral” (Svampa,
Pereyra, 2003: 14)
Hacia el año 2001, el proceso derivó en una crisis económica, social y política
sin precedentes cuyo hito puede indicarse en los acontecimientos del mes de diciembre
del mismo año que demostraron la imposibilidad de seguir legitimando un modelo
Este concepto fue desarrollado por Castel, R. en la obra “La Metamorfosis de la cuestión social. Una
crónica del asalariado”. Siguiendo a Coraggio y Arancibia la cuestión social debe ser entendida como “el
entramado de problemas interdependientes, con significado social, jerarquizados y articulados, que
amenazan la cohesión social de la sociedad como tal. Ese entramado desafía imperiosamente a los
actores políticos- para su sostenimiento legítimo como tales- a actuar, producir discursos y tomar
posiciones respecto a la jerarquización de tales problemas en un todo, así como a las vías y a las
responsabilidades para su gestión pública y resolución” (Coraggio-Arancibia, 2005: 193).
4
5
Hintze citando a Subirats (2005) define a la exclusión como una situación que engloba al de pobreza
pero que va más allá. Así, esta situación también es definida por “la imposibilidad o dificultad intensa de
acceder a los mecanismos de desarrollo personal e inserción socio comunitaria y a los sistemas
preestablecidos de protección” (Hintze, 2006: 1).
6
En lo económico este modelo social coincidía con el modelo de sustitución de importaciones
2
económico incapaz de generar cohesión social, moralmente injustificable pero que sobre
todo minaba las bases para la gobernabilidad (Coraggio-Arancibia, 2005) (Coraggio,
2007)
Tras la salida del modelo de convertibilidad a inicios del año 2002 - que
garantizó la continuidad del poder hegemónico de un grupo concentrado de agentes del
mercado previa reestructuración de sus posiciones y licuación de sus deudas - y pese a
cinco años de crecimiento económico sostenido a una tasa anual superior al 8%, puede
decirse que el modelo económico post devaluacionista pareciera no revertir la cuestión
social, revelando su naturaleza estructural7.
Frente a la vigencia de la cuestión social, al interior del sector social de los
trabajadores es posible reconocer la emergencia de diversas actividades económicas
para garantizar la satisfacción de las necesidades materiales de sus hogares, las cuales
pueden formar parte de una estrategia individual, familiar o asociativa de reproducción
de sus unidades domésticas.
Este agregado de iniciativas heterogéneas y desarticuladas, al interior del sector
capitalista de la economía, denominado sector de la economía popular8 (Razeto, 1991)
(Coraggio, 1998) puede ser definido como el conjunto de actividades económicas y
prácticas sociales desarrolladas por los sectores populares con miras a garantizar a
través de la utilización de su propia fuerza de trabajo y de los recursos disponibles, la
satisfacción de las necesidades básicas tanto materiales como inmateriales. (Sarria
Icaza-Tiriba, 2004: 173).
La ciudad de Mar del Plata, lugar donde se ubica el estudio de caso presentado
en este trabajo, no escapó al estado de situación descrito siendo uno de los
conglomerados urbanos que durante la pasada década registró los más altos índices de
desocupación y pobreza, vinculados fundamentalmente al proceso de apertura comercial
y de desindustrialización iniciado en la década del 70 - profundizado durante la década
pasada - que repercutió negativamente en la estructura productiva tradicional del
Partido de General Pueyrredón particularmente en las industrias textil y de la pesca 9, así
como también en el sector de la construcción vinculado al estancamiento del sector
turístico (Gennero de Rearte y Ferraro, 2002)
7
La observación de unos cuantos indicadores económicos y sociales demuestran que la dinámica de
recuperación de la actividad económica, si bien logra crear empleo no resuelve ni la pobreza ni la
concentración de riqueza. Sin embargo debe reconocerse el surgimiento de un discurso sostenido por
distintos actores sociales que vuelve a poner la figura del Estado como soberano en cuestiones que hacen
al bienestar del conjunto de la población.
8
El sector de la economía popular está compuesto por aquellos que solo tienen su fuerza de trabajo como
factor a ser intercambiado en el mercado abarcando niveles de ingresos amplios, con lo que se incluye
tanto los sectores de ingresos bajos como los medios. Este sector aunque con una lógica propia, “es parte
de la economía capitalista y cumple entre otras funciones la de reproducir la fuerza de trabajo que
requiere el capital” (Hintze, 2006).
9
El sector pesquero también fue afectado por el agotamiento del recurso natural a raíz de una explotación
indiscriminada.
3
Para la realización de la tesis, se propuso el estudio de la implantación del
Programa de Autoproducción de Alimentos (PAA) que surge en el año 2002 a partir de
la inquietud de estudiantes y profesores de la Unidad Integrada Balcarce (Facultad de
Ciencias Agrarias UNMdP e INTA-EEA Balcarce), que promueve la Agricultura
Urbana y Periurbana (AUP) como alternativa a la situaciones de desocupación y
subocupación y herramienta para el desarrollo local.
Santos y Rodríguez (2002) indican la importancia del estudio de la diversidad de las
experiencias cuyo sentido es la búsqueda de soluciones colectivas a las problemática
planteadas por la “cuestión social”, pues son indicadoras de la ampliación de lo posible
y por tanto refutan el supuesto neoliberal de falta de alternativas.
Es así que el trabajo que se presenta a continuación, intenta dar cuenta de un
caso en que colectivamente – desde la comunidad universitaria y la población
beneficiaria - se buscan soluciones a la cuestión social.
Más específicamente se abordó el estudio del proceso de organización de los
productores familiares y asociados que en él participan, comercializando sus productos
semanalmente desde el año 2006 en la Feria Verde ubicada en la zona céntrica de la
ciudad de Mar del Plata.
Si bien debe sostenerse que la práctica de huertas para el autoconsumo no es un
fenómeno nuevo, sí lo es la importancia que tomó durante la crisis económica 20012002 en tanto estrategia de subsistencia individual, familiar y asociativa en los sectores
populares urbanos, actividades que son comprendidas en el sector de la economía
popular.
Esta situación fue la condición de posibilidad para la multiplicación en algunos
aglomerados urbanos de experiencias de venta de excedentes en tanto estrategia
generadora de ingresos.
En la experiencia estudiada puede reconocerse un proceso de reconversión hacia
la agricultura urbana de tipo agro ecológica de grupos de desocupados y subocupados,
pobres y nuevos pobres urbanos, en tanto estrategia no sólo de abastecimiento de
alimento y obtención de ingresos para sus unidades domésticas, sino también como
medio de organización social de nuevos actores dentro sistema urbano de provisión de
alimentos, bienes diferenciados por su proceso de producción - bajo una concepción
agroecológica - y por el proceso de comercialización que privilegia el contacto directo
con el consumidor.
Para el análisis de los diferentes aspectos de la experiencia se recurrió a los
aportes teóricos de la Economía Popular y de la Economía Social y Solidaria.
Los interrogantes que guiaron el trabajo fueron los siguientes:
 ¿Cómo fue el proceso de organización de los productores agrícolas
familiares y comunitarios urbanos y peri urbanos, vinculados al
Programa de Auto producción de Alimentos que comercializan
semanalmente sus productos en la Feria Verde de la Ciudad de Mar del
Plata?
4
 Luego de cinco años y considerando la experiencia de la Feria Verde un
emprendimiento productivo social (EPS), ¿Qué grado de organización
han alcanzado?
 ¿Qué rol ha jugado en el proceso el Programa de Auto producción de
Alimentos en tanto organización de apoyo?
Finalmente, la hipótesis que intentó comprobarse fue la siguiente:
La modalidad de acompañamiento implementada por el PAA, basada en la
horizontalidad de las relaciones a su interior y el apoyo a la autogestión, permite que
los productores familiares y comunitarios, urbanos y peri urbanos vinculados a la
Feria Verde alcancen niveles organizativos necesarios para la sostenibilidad socio
económica de sus emprendimientos.
II. MARCO CONCEPTUAL
El estudio del nivel de organización alcanzado por los emprendimientos
mercantiles familiares y comunitarios que participan semanalmente en la Feria Verde
enmarcando la experiencia en el concepto de Emprendimiento Productivo Social
(EPS), lleva a intentar comprender teóricamente su acontecer desde la lógica de la
Economía Popular (EP) en la que se inscriben originalmente sus prácticas.
Para empezar diremos que partimos de una definición plural de la realidad
económica en su conjunto (Razeto, 1988a) que recupera la definición sustantiva de ésta,
la cual se diferencia de la definición formal (tradición utilitariasta neoclásica) que basa
la comprensión de lo económico en el estudio del sentido de la actividad económica
reducida a una consideración individual orientada instrumentalmente a la satisfacción de
las necesidades materiales e intereses propios (racionalidad subjetiva), y a la indagación
en la estructuración y organización de los mercados10.
La definición sustantiva, en cambio, intenta “arraigar” lo económico a lo social
(Polanyi,1975). Considera a la actividad económica del ser humano un medio para
garantizar su subsistencia en sentido amplio, siendo para ello dependiente del tipo de
vínculo social en que está arraigada y de la relación que se establece con el medio
natural11.
La definición formal de lo económico y de su racionalidad se condice con la totalización del mercado –
históricamente situado en la consolidación del modo de producción capitalista - que implica su
ponderación como determinante y regulador externo de las relaciones sociales partiendo de la aceptación
del argumento de la mano invisible: solo el mercado y su sistema de precios es capaz de coordinar
eficazmente las acciones económicas individuales (definidas según los deseos) hacia el bien común. En él
se valoran los principios de la competencia, la eficiencia, y el orden dado a la acción a partir del respeto
absoluto de la propiedad privada y de los contratos entre los individuos.(Polanyi, 1975) (Hinkelamert,
2005).
10
La definición sustantiva de economía que propone José Luís Coraggio es considerarla “el sistema de
instituciones y prácticas que se da una comunidad o una sociedad de comunidades e individuos para
definir, movilizar, generar, distribuir y organizar combinaciones de recursos (relativamente escasos o
no), con el fin de producir, intercambiar y utilizar de bienes y servicios útiles para satisfacer de la
mejor manera posible y a través de las generaciones las necesidades que establecen como legítimas de
todos sus miembro” (Coraggio, 2007. Pág. 71)
11
5
Esta definición admite la pluralidad de la economía real en su conjunto,
reconoce en ella prácticas sociales heterogéneas, que agregadas institucionalizan
diversos sectores estructurados según principios específicos (como se verá el mercado
sólo es uno de ellos). Sin embargo también reconoce que en la economía real hoy
predomina uno de los subsistemas - el empresarial capitalista - otorgándole su carácter
al conjunto.
Las prácticas económicas son instrumentales en cada uno de los sectores, pues
en ellas se hace una elección acerca de los usos alternativos que pueden tener los
recursos considerados para satisfacer las necesidades. Pero éstas difieren una de otras
porque se fundan en distintos principios para la acción que permiten distinguir distintos
sectores económicos. (Razeto, 1988a)
Es así que teóricamente podamos diferenciar tres tipos de sectores, los cuales se
interrelacionan entre sí (Polanyi, 1975) (Razeto, 1988a):
1. un sector regulado bajo el principio de cambio, el cual define una
economía mercantil. En ella, la organización de la producción,
distribución y consumo de bienes y servicios (prácticas sociales) se
confía prioritariamente a la institución del mercado en función del
sistema de precios (los que pueden remitirse a una moneda o no)12.
2. otro sector regulado bajo el principio de redistribución que define una
economía no mercantil, en el que la definición de la actividad
económica se confía prioritariamente a un poder central. En las
sociedades modernas ese poder es el Estado, quien asigna en función de
la política económica que implementa. La racionalidad de la acción en
este sector está orientada a la acumulación y legitimación de poder
(Coraggio, 1999).
3. finalmente, un tercer sector regulado bajo el principio de reciprocidad,
que define una economía en el que la producción, distribución y
consumo de bienes y servicios se orientan a la resolución de las
necesidades de todos los miembros que componen sus
organizaciones, incluida la unidad doméstica La racionalidad de la
acción en este sector está orientada a la reproducción ampliada de la vida
de los miembros de las unidades económicas que lo componen (en ellas,
la asignación de recursos se basa en el don, donde el recibir crea la
obligación moral de dar).
El último sector es el denominado de Economía Popular (EP) que puede ser
definido como “el resultado de las distintas actividades, iniciativas y experiencias que
los sectores populares (…) han tenido que desplegar con el objeto de asegurar su
subsistencia y perseguir la satisfacción de sus necesidades económicas” (Razeto,
1988b: pág 129)
Las unidades económicas de este sector se encuentran fundamentalmente
desagregadas. Sin embargo las experiencias de organización a su interior ha permitido
12
En las sociedades capitalistas este sector económico está sustentado en los criterios de competencia y
eficiencia y la racionalidad de la acción está orientada a la reproducción ampliada del capital.
6
emerger el denominado sector social de la economía aunque éste no agote la extensión
de la EP13.
En el sector de la EP, algunas experiencias tienen un carácter mercantil y serán
caracterizados por el sector hegemónico de las ciencias sociales como de “economía
informal” o “economía subterránea” en referencia al sistema normativo que excluye sus
actividades productivas y sin reconocer en ella posibilidades de aportes al desarrollo de
la economía en su conjunto. (Coraggio 2004, 2007).
Sin embargo, estos cobran sentido a la luz de las estrategias de reproducción asumidas
por las unidades domésticas (UD) del sector trabajador, más específicamente como una de las
formas de realización de su fondo de trabajo (Coraggio, 1996, 2004a) en la que se pone en valor
el trabajo propio (Razeto, 1993)
Abramovich, Vázquez (2005b: 32), definen a los emprendimientos mercantiles
(ME) de la economía popular como “(…) actividades económicas informales de
autoempleo, que en su mayor parte surgen como estrategias de los hogares de
trabajadores excluidos del empleo asalariado, en las que se pone en actividad el
principal recurso de sus miembros (el trabajo) para la producción de bienes y
servicios, destinados en general para la venta en el mercado”.
Operativamente, pueden reconocerse diferentes tipos de MEs:
 Emprendimiento individual: se trata de un trabajador por su cuenta que ocupa
únicamente su propia capacidad de trabajo (trabaja solo);
 Emprendimiento Familiar: es la unidad conformada por un cuenta propia más
trabajadores familiares sin remuneración que forman parte del mismo hogar.
 Emprendimiento Grupal: es aquel constituido por socios no familiares y
familiares que no forman parte del mismo hogar.
13
El sector social de la economía históricamente ha sido asimilado al agregado constituido por las
cooperativas, mutuales y asociaciones sin fines de lucro, denominado de Economía Social (ES) y cuyo
origen debe contextualizarse en la búsqueda de alternativas de solución a los efectos indeseados de la
consolidación de la economía de mercado durante el período de la Revolución Industrial y al desarrollo
del movimiento obrero europeo que desembocó tanto en la formación de sindicatos como en el
movimiento asociacionista de ayuda mutua (Vuotto, 2003). En las postrimerías del Siglo XX con la crisis
del Estado Social y la Sociedad Salarial, el concepto de ES re- emerge dando cuenta de la configuración
de una nueva cuestión social que incorpora viejos y nuevos problemas. Si bien, será la crisis del trabajo
asalariado quien concentrará la atención y los esfuerzos sociales, otras problemáticas también serán
abarcadas por formas alternativas de resolución de las necesidades –alternativas, a las instituciones de
mercado y el Estado, y con diversos grados de formalidad - como ser el agravamiento de las
desigualdades sociales y los riesgos ligados a la sobrevivencia física del planeta y de su población
(Cattani, 2004).De manera simplificada podemos decir que la unión entre el viejo y el nuevo sector
conforma el sector de la Economía Social y Solidaria (Hintze, 2006) Siguiendo a Abramovich y Vázquez
(2005a) la ESyS debe ser tomada como una propuesta de construcción de una economía alternativa
basada en “la reorganización de las relaciones sociales en al producción distribución y consumo de
bienes y servicio, que implique priorizar la reproducción de la vida de todos por sobre cualquier otra
racionalidad” (Abramovich y Vázquez, 2005a: 3)
7
Siguiendo a estos autores, los ME familiares deben entenderse como una forma
ad-hoc (unidad productiva) que se dan las UDs para obtener a través del mercado los
medios para su reproducción, pudiendo funcionar en la vivienda o local aparte. Por otro
lado, los ME asociativos pueden incluir miembros de la misma UD o no,
constituyéndose como tales de manera espontánea y manteniendo en su interior
relaciones sociales de producción de carácter solidario. Su ubicación también puede
darse en el espacio de la vivienda de uno de sus miembros o en un local aparte.
Por otro lado, acerca de la realidad latinoamericana Razeto (1990) también
señala la existencia de experiencias de tipo colectivo basadas en pequeños grupos
autónomos que buscan, asociativa y solidariamente, la manera de encarar sus problemas
económicos, sociales y culturales más inmediatos (generalmente surgidos a partir de
parroquias, comunidades, sindicatos, partidos y otras organizaciones populares)
El estudio de las formas asociativas que se dan también en el campo de la EP
adquiere valor en tanto son experiencias económicas que al estar insertas en la
comunidad generan que lo económico esté subordinado a relaciones sociales afectivas,
de parentesco, de vecindad, étnicas, etc., permitiendo institucionalizar normas y valores
diferentes al de las organizaciones que forman los agentes en los otros sectores
económicos, y en este sentido posible de enmarcarlas en el sector social de la economía.
Los Emprendimientos Productivos Sociales (EPS) pueden ser definido como
aquellos “emprendimientos asociativos que producen bienes y servicios para vender en
el mercado como medio para conseguir un fin social. En términos mayoritarios, dicho
fin es la inclusión a través del trabajo. En algunos casos el objetivo perseguido es la
resolución de problemas de la sociedad” (Abramovich-Vázquez, 2005b: 35)14. Dada
esta definición es posible reconocer el doble fin de la organización, es decir el social y
el económico: el primero referido a enfrentar la exclusión social creciente; el segundo:
vinculado a la producción de bienes y servicios destinados al mercado (Razeto, 1990).
Los EPS abarcan diversas formaciones económicas que no se agotan en las
figuras legales tradicionales de la Economía Social (las cooperativas, mutuales y
asociaciones civiles).
Federico Sabaté (2003) señala que en el país la existencia de este tipo de
organizaciones está dada por su funcionamiento concreto, no dependiendo su origen de
un sostén legal e institucional ni de la implementación de promoción y apoyo desde el
sector público hacia la articulación de experiencias con vistas a la consolidación de un
sector de ESyS. Sin embargo, reconoce que ambos factores serían necesarios al
momento de pensar y llevar adelante tareas que les permita alcanzar una actividad
productiva madura, punto que simultáneamente forma parte de objetivos más amplios
como lo son el apoyo al desarrollo local y la resignificación de las políticas
14
Siguiendo a Abramovich et al. (2003), operativamente un EPS: tiene objetivos sociales que intentan dar
respuesta a las necesidades concretas de sectores vulnerables de la población.; produce bienes o servicios
que se destinan al mercado, con el objetivo de lograr su autoabastecimiento. Y además incluyen alguno de
estos aspectos (simultáneamente o no): asigna los beneficios económicos obtenidos en función de la
consecución de los fines sociales; adopta un modelo democrático y participativo en su gestión y toma de
decisiones; se vincula con la comunidad local, comprometiéndose en su desarrollo
8
socioproductivas de naturaleza asistencialista. Finalmente indica que la figura de EPS
puede ser un medio para el logro de la articulación de variadas iniciativas de la EP,
como ser los emprendimientos mercantiles hasta el momento dispersos, pudiendo ser
considerada en la idea de desarrollo desde lo local pues recuperan las habilidades y
capacidades productivas de grupos de personas que se vieron excluidos de la
posibilidad de poner las mismas en funcionamiento. Pese a esta afirmación, algunos
autores advierten la situación de vulnerabilidad de sus miembros sin un
acompañamiento y una políticas acordes, corriendo el riesgo de volver a la situación
anterior (Abramovich-Vazquez, 2005b:37)
Esto plantea los problemas de la viabilidad de los emprendimientos y el de la
organización social para la consolidación de estas nuevas formas de organización del
trabajo autónomo, ya sea para el apoyo de la política del Estado así como la
construcción de fuerza social15 con otros actores, ambos con vistas a afianzar un sector
de ESyS.
Coraggio contempla estos aspectos en lo que denomina la cuestión de la
sostenibilidad socioeconómica16 , simultáneamente vinculada con el nivel micro – el
logro de la viabilidad de los emprendimientos – y con el nivel meso y macro de la
realidad – es decir el contexto socioeconómico, cultural y político en donde se insertan
las experiencias (Coraggio, 2007).
Fortalecer las experiencias de los EPS también se corresponde con la noción de
producción de subjetividad aspecto que debe ser considerado teniendo en cuenta la
identificación y la opción por estas experiencias asociativas.
Estas producciones intersubjetivas de sentido podrían hallarse por ejemplo en la
disposición de los sujetos para hacer de los MEs y de los EPS una realidad estable
(Razeto, 1990) (Abramovich-Vázquez, 2005b); en la resignificación social de la
institución mercado a partir de la relación directa productor-consumidor; en la
producción y consumo de productos amigables con el medio ambiente y la salud; en la
organización social de los diferentes actores involucrados en el proceso productivo y
comercial en base a prácticas dialógicas orientadas al entendimiento bajo valores
distintos a los de la rentabilidad, entre otros.
Finalmente cabe decir que las condiciones para la incorporación en el sector
social de la economía de este tipo de experiencias de la EP dependerá de su articulación
en base a la producción de sentidos compartidos entre sus miembros, fundados en el
valor de la reproducción ampliada de la vida y que partan de la recuperación de
horizontes de sentidos construidos colectivamente (Cattani, 2004) (Coraggio, Arancibia,
2005).
15
Por Fuerza Social puede entenderse a la alianza estratégica de clases y/o fracciones de clases, unidas
coyunturalmente detrás de ciertos intereses comunes o que se perciben como comunes.
16
Este tipo de sostenibilidad difiere de la noción de sostenibilidad mercantil estricta dirigida
exclusivamente a la factibilidad de los emprendimientos sometidos a las leyes del mercado. Al igual que
el concepto de eficiencia, la noción de sostenibilidad mercantil remite a la actuación de los agentes
dentro del campo de la economía de mercado cuya matriz se basa en los principios de la rentabilidad y
competitividad (Bourdieu, 2000).
9
De esta manera, las potencialidades de los EPS para participar como sujetos activos
en el desarrollo del sector de la economía social, sugiere identificar en las experiencias
comportamientos que Avramovich (2004) califica como de innovadores tanto en el
funcionamiento interno y en las vinculaciones externas entabladas, que los diferencia de
los actores tradicionales del sector.
El comportamiento innovador estaría vinculado con la “recuperación de
capacidades y habilidades productivas de las personas, constituyéndolos en sujetos
productivos y creativos y con creciente grado de autonomía y capacidad de trabajo en
equipo a través de lazos solidarios, la contribución a la democratización, la búsqueda
de ampliación del campo de la ESy S y la participación en redes (Abramovich, 2004 ).
III. METODOLOGÍA
La etapa de recolección de datos se llevó adelante entre los meses de Junio y
Diciembre de 2007. Ésta contempló a la totalidad de los emprendimientos que
semanalmente comercializan en la Feria Verde y que reciben el apoyo técnico del PAA.
Del relevamiento fueron excluidos aquellos emprendimientos de productores e
instituciones vinculados inicialmente con el ProHuerta. La razón de dicha exclusión
remite a la diferencia en la historia de la experiencia organizativa de uno y otro grupo
vinculada al dispositivo de acompañamiento que cada programa implementa.
Dada la complejidad del caso, indagar en las características y organización de la
experiencia según las dimensiones analíticas definidas llevó a considerar técnicas de
recolección de datos complementarias a fin de relevar los aspectos cuantificables y
cualitativos de la experiencia.
Las técnicas utilizadas contemplaron: la entrevista semi estructurada con
informantes calificados (coordinadores y técnicos del PAA); la consulta de fuentes
secundarias (documentos, audios y registros visuales) ; cuestionarios con preguntas
cerradas y abiertas17
Con vistas a integrar el análisis de los datos recabados, se recurrió a la
propuesta de Da Costa-Lasida (1990) en base a Razeto (1988) en cuanto al estudio de
las dinámicas organizativas de estas experiencias de la economía popular, las que
pueden ser caracterizadas por medio de la observación de dos movimientos (Ver Cuadro
1):
1. un movimiento por el cual las organizaciones de apoyo ayudan a que los
distintos tipos de actividades de la economía popular pasen por diferentes
alternativas de resolución de las necesidades de sus miembros. Pueden
17
Tomando como punto de partida el cuestionario propuesto en Avramovich et al (2003) y las propuestas
realizadas en Avramovich-Vázquez (2005b), éstos fueron adaptados para indagar la situación de los MEs:
sus orígenes; las relaciones con otras organizaciones de apoyo; los recursos productivos que disponen; la
experiencia previa y las habilidades desarrolladas por los productores para la producción con criterios
agro ecológicos y para la comercialización de sus productos; la presentación de proyectos para el
fortalecimiento del ME; la valoración que los productores hacen de sus emprendimientos (sus logros y
problemas) y de los ingresos que éstos generan.
10
distinguirse tres tipo de alternativas: de sobrevivencia, de subsistencia y
de crecimiento18
2. otro movimiento por el cual las organizaciones de apoyo ayudan a crear
instancias cada vez más organizativas de estas actividades. Estas
arrancarían de experiencias atomizadas hacia la articulación de acciones
entre diferentes MEs, para luego avanzar tendencialmente hacia de
articulación con otras experiencias similares19.
Adaptando la propuesta de análisis descripta, las reflexiones en relación a los
resultados obtenidos trataron de dilucidar el grado de organización alcanzado por los
productores que participan en la Feria Verde en los dos ejes de movimientos indicados,
cuya intersección finalmente sería indicador de la tendencia actual de la experiencia.
Cuadro 1. Tipos de alternativas para la solución de los problemas económicos
según grado de organización de la actividad en la Economía Popular.
Emprendimientos
Productivos
Sociales
+
-
Micro
emprendimientos
atomizados
(familiares y
grupales)
Trabajos
individuales
por cuenta
propia
Beneficencia
pública y
privada
Actividades
ilegales y
delictuales
Nivel de
crecimiento
Nivel de
subsistencia
Nivel de
sobrevivencia
+
-
Fuente: Da Costa-Lasida (1990) en base a Razeto, 1988
Una estrategia puede ser denominada como de sobrevivencia cuando “la actividad es considerada de
emergencia, transitoria y permite apenas la satisfacción de las necesidades básicas en términos de
simple sobrevivencia fisiológica” (Razeto, 1988: 130). La estrategia de supervivencia aunque es más
estable en el tiempo y remite a actividades que permiten la satisfacción de las necesidades básicas pero
sin posibilidad de acumulación y crecimiento lo cual limita su asunción voluntaria como opción
permanente. Finalmente, la estrategia de vida alude a actividades altamente valoradas por contener
ciertos aspectos especiales (libertad, compañerismo, autogestión) o por ser alternativas mejores a otras
opciones posibles. En estas últimas el sujeto “ se juega por la iniciativa emprendida como opción
permanente, a través de la cual buscan crecer e ir más allá de la simple subsistencia” (Razeto, 1988:
131)
18
19
En la realidad latinoamericana Razeto (1988) identifica cinco tipos de actividades que formarían parte
del campo de la economía popular. Éstas representan distintas alternativas para la solución de los
problemas económicos, difiriendo en la estabilidad y continuidad en el tiempo y en el valor que sus
protagonistas les asignan. Sólo algunas de estas actividades pueden ser consideradas prácticas
superadoras de la estrategia individual y brindan respuestas más organizadas y solidarias. De allí que
Razeto las ubique en el sector social de la economía.
11
IV. RESULTADOS:
a. La Feria
Desde sus inicios el PAA planteó el acompañamiento simultáneo de
experiencias de autoabastecimiento de alimentos como de aquellas que generaban
excedentes con diferentes fines – donación y comercialización – aspecto que por
entonces lo diferenció al Programa Pro Huerta (MDS-INTA), vigente en el territorio
desde el año 1992.
Sin embargo esto no significa que la comercialización como experiencia grupal
haya sido asumida automáticamente por los beneficiarios del Programa, sino que fue
preciso recorrer un proceso que se inicia en el año 2003 con la emergencia de la
preocupación compartida acerca de la posibilidad de venta de excedentes en un
espacio en común para la generación continua de ingresos – es decir, superar la venta
esporádica y de forma atomizada que cada uno implementaba-.
De allí que pueda proponerse una periodización del trabajo de acompañamiento
del PAA con los productores, en donde la Feria Verde puede ser tomada como un hito
más dentro de un proceso de consolidación de una red de huertas en donde se
exploraron distintas modalidades de comercialización: venta in situ, ferias barriales
venta a comercios minoristas (inicios años 2003/4), venta a domicilio a partir de la
organización de una red de consumidores (inicio años 2005), ferias céntricas (inicio
años 2006).
La decisión de organizar la venta de bienes comprendió un proceso de
aprendizaje significativo en cuanto a la planificación y gestión conjunta de actividades
entre el PAA y los productores así como también el contacto con experiencias de AU
más avanzadas – como el caso del PAU Rosario – las cuales sirvieron de modelo.
Recién en el mes de Julio de 2006 se inauguró la Feria Verde de la que
inicialmente participaron dieciocho productores fijos a los que luego se fueron
sumando otros productores – algunos “viejos” participantes del PAA y otros “nuevos”
que se acercaron espontáneamente a partir de la vigencia del espacio - así como
también instituciones con proyectos productivos orientados a la inserción social de sus
beneficiarios (población discapacitada y jóvenes).
Al momento del relevamiento de datos, coincidente con el Primer Aniversario
de la Feria, ya participaban 24 emprendimientos (16 con seguimiento del PAA, 7 con
seguimiento de PH y 1 con acompañamiento combinado de ambos programas,
fundamentalmente por ensayos con cultivos).
Cabe destacar que este número es fluctuante especialmente en la campaña de
otoño invierno en el que disminuye por bache productivos lo que obliga a algunos ME
a retirarse de la Feria y retornar en la campaña primavera-verano. Por el contrario
durante el verano, dadas las condiciones climáticas favorables a la producción, se
agregan días de Feria al día fijo preestablecido (los sábados por la mañana).
12
A raíz de la estabilidad de la Feria en tanto canal de comercialización, se
dificultó el mantenimiento de otros espacios de comercialización iniciados – como ser
la red de comercialización a domicilio y las Ferias Barriales - a causa que casi todos
los productores que en ellos participaban actualmente concentran sus ventas en la
Feria. Sin embargo, cuando hay excedentes la venta in situ y a ciertos comercios
minoristas y restaurantes se retoma.
La pérdida de los espacios barriales de comercialización como
concentradores de ME de la zona es visto como debilidad de parte de los técnicos del
PAA pues comprenden que limita la convocatoria de nuevos ME o la participación
de algunos productores que participaban anteriormente de estos espacios y que no
están dispuestos al traslado semanal a la Feria Céntrica. A fin de abordar esta
situación, el PAA aspira poder replicar la Feria Verde en otros lugares de la ciudad.
En cuanto al funcionamiento interno de la Feria, en la práctica cotidiana se
intenta llevar adelante un modelo de gestión asentado en un dispositivo asambleario
que con el tiempo fue creando condiciones de horizontalidad, de democracia directa
y de búsqueda de consenso entre los diferentes actores que lo componen, habiendo
espacio para la opinión de todos: “nuevos y viejos”, “técnicos y huerteros”.
Este tipo de modelo de gestión no se inició a partir de la vigencia de la Feria
Verde sino que atraviesa toda la historia y la práctica del PAA en su relación con los
productores, lo que otorga legitimidad a la construcción en común y lo diferencia de
otros programas de apoyo.
Del relato de los técnicos se infiere un proceso de aprendizaje de una
racionalidad dialógica para el abordaje de los acuerdos y conflictos al interior de la
experiencia de organización, destacándose el grado de independencia que los
productores han asumido respecto de la organización de los espacios de
comercialización que se exploraron.
Es curioso como del relato de algunos técnicos respecto de los conflictos se
desprende la idea que la experiencia en tanto socialización, debería ser sinómino de
armonía.
La socialización en tanto proceso, es necesaria para el establecimiento e
incorporación de reglas para la práctica según valores compartidos.
Es así que el ejercicio del diálogo desde el dispositivo grupal que propone el
Programa aprendió a asumir el conflicto como parte necesaria en tanto distintas
individualidades acuerdan un marco referencial en común para guiar la acción.
Según los técnicos del PAA, esta situación forja las condiciones para la
emergencia de un sentimiento de pertenencia y exigencias de responsabilidad
compartida pero donde también es posible encontrar tensiones en la construcción en
común, sobre todo en el proceso de aprendizaje de participación activa de los
productores, otrora beneficiarios de políticas asistenciales y clientelares.
13
Acerca de las vinculaciones externas20 promovidas desde el PAA y orientadas
a la construcción de redes locales y regionales para el trabajo articulado con vistas a
incidir en el contexto en que se insertan los ME, se reconoce una amplia gama de
movimientos, OSCs Y ONGs locales21 con las que se ha entablado relación.
Un rasgo que inicialmente distingue estas vinculaciones es que parecieran haber
estado condicionadas al ámbito de la participación estudiantil (espacios de militancia,
de participación cultural, etc.), aunque con la evolución de la experiencia se ha
diversificado a fin de incorporar a otros actores locales “aliados” en el planteamiento
de las diversas cuestiones que abarca el Programa y que hacen a la sostenibilidd de los
MEs 22(se indica que del relato de los técnicos se rescata como línea de trabajo futura
la definición de acciones conjuntas con los consumidores).
Ambos tipos de vinculaciones posibilitan el fortalecimiento de un entramado
que da sustentabilidad al trabajo del PAA, sobre todo si se tiene en cuenta que
considerar la realidad productiva de la economía popular llevó a tematizar distintas
cuestiones que hacen al ejercicio de la ciudadanía - como ser el acceso y el uso a los
servicios básicos en el espacio urbano -, que implica en algunos casos el
enfrentamiento de intereses con otros actores locales.
Por último se agregan las interacciones que empezaron a establecerse con
organizaciones de pequeños y medianos productores pertenecientes a experiencias de
AUP y del ámbito rural23.
En ellas el PAA promueve la participación directa de los productores-feriantes
considerando necesaria su prioridad para la profundización de los aspectos
organizativos y de las líneas de trabajo enmarcadas en la soberanía alimentaria, el
comercio justo y consumo solidario. De alguna manera “el corrimiento” del PAA en
esta instancia podría favorecer superar cierta heteronomía propia de la relación entre
organizaciones de apoyo y beneficiarios, con vistas a la definición de líneas de acción
propias del sector de la agricultura familiar.
20
Dentro de las vinculaciones, las “interacciones” están determinadas según la función de cada
organización de acuerdo a sus propias normas y reglamentaciones institucionales; y las “articulaciones”
responden a relaciones acordadas para fomentar la cooperación mutua. “Son éstas últimas las que tienen
capacidad potencial para impulsar procesos y encadenamientos entre actividades a favor del desarrollo
local” (Manzanal et al., 2006).
21
Movimiento Social Barrios de Pie, Movimiento Social Teresa Rodríguez CUBA, Polo Obrero,
Movimiento Social Atahualpa, Asoc. Civil Grupo De La Azotea, Centro de Fortalecimiento de Espacios
Asociativos de Mar del Palta (CEA), Grupo de Arte Camino Espiral, América Libre, FM 104.5 de Mar
del Plata, FM 101.9 DE Mar del Plata, FM Residencias de Mar del Plata, Asoc. De Médicos Generalistas
de Mar del Plata, Cooperativa Tierra Nueva, Grupo de extensión “Convivencia” de la Fac de Psicología
de la UNMdP, Centro de Estudios de Producciones agro ecológicas de Rosario (CEPAR), Asoc. Civil
BIOS.
22
Centro de Estudios de Producciones agro ecológicas de Rosario (CEPAR), INTI Delegación Mar del
Plata, dependencias varias de la Municipalidad del Partido de Gral. Pueyrredón, Consejo Deliberante del
Partido de Gral. Pueyrredón.
23
Red de Huerteras y Huerteros de Rosario (Santa Fe), Cooperativa Asociación de Productores
Familiares de Cañuelas, Mesa Provincial de Organizaciones de Productores Familiares, Centro
Ecuménico de Educación Popular (CEDEPO),Foro de a Agricultura Familiar de la Provincia de Buenos
Aires.
14
b. Los Emprendimientos
Al momento del relevamiento de datos en la Feria participaban 16 emprendimientos
vinculados directamente al PAA24, de los cuales 4 eran individuales (MEI), 7 familiares
(MEF) y 5 grupales (MEG)25.
Los emprendimientos involucraban directamente a 41 personas (de las cuales 29
eran mujeres y 12 varones).
La mitad de esta cantidad era absorbida por medio de MEG, sin embargo, a raíz de
la división de tareas dentro de cada emprendimiento no todas las personas involucradas
en el proceso productivo de los MEG participaban semanalmente de la Feria.
Acerca de los bienes producidos para la venta podemos decir que:




SIETE ofrecían exclusivamente productos frescos de origen vegetal
vinculados a la huerta (verdura, papines gourmet y/o brotes)
DOS cuya oferta predominante era la de bienes de origen animal (huevos
de gallina y de codornices), básicamente la producción se da a través de
gallineros traspatio.
CUATRO ofrecían plantines hortícolas, plantas ornamentales, florales,
forestales, aromáticas, cactus y crasas, etc, producidos en viveros., y
TRES se dedicaban a los productos elaborados artesanalmente (encurtidos,
frutas en almíbar, mermeladas, jaleas, vinagres aromatizados)
En el espacio de la Feria, los productores también ofrecían servicios de
mantenimiento de jardines y poda y algunos bienes complementarios como ser porta
macetas y lombricompuestos fabricados por los mismos productores a partir de
materiales reciclados o a partir del desecho orgánico de las huertas (este es un
requisito que impone el reglamento de la Feria para la venta de productos no
alimenticios)
Por último, se indica que la Feria no era el único canal de venta utilizado por los
productores aunque como ya se indicó su mantenimiento limita la venta en el resto de
los canales, más que nada por el volumen de producción que generan. (Ver cuadro 2)
24
Teniendo en cuenta que algunos ME son grupales, el número de casos relevados varía según se
consideren datos específicos de los emprendimientos o de los productores- feriantes vinculados al PAA.
Para el relevamiento de datos sociodemográficos y de los ingresos de la UD de los productores, el
cuestionario se aplicó a la totalidad de los productores feriantes presentes en la Feria (20 casos). Por otro
lado, el cuestionario referido específicamente a los ME se aplicó sólo a un representante por
emprendimiento (16 casos).
25
En los MEG, se incluye un emprendimiento que puede ser calificado formalmente como
Emprendimiento Productivo Social (EPS) por el nivel organizativo alcanzado a través de la figura legal
de cooperativa de trabajo que contempla la situación de sus 10 miembros. Como ya fue explicitado en el
marco teórico, el encuadre legal no es requisito ineludible para caracterizar a una experiencia bajo esta
denominación. Sin embargo, como criterio en esta tesis, además de los rasgos enumerados por
Abramovich et. el. (2003) reservaremos esta denominación para caracterizar las experiencias asociativas
que lograron cierto grado de formalidad o institucionalización en el tiempo. En el resto de los MEG, este
grado de formalidad no se ha alcanzado e involucran pocos miembros que varían entre dos y cuatro.
15
Cuadro 2. Tipo de canal de venta utilizado (pregunta de respuesta múltiple) 26
Frecuencia
¿Qué canales de
comercialización
utiliza?
In situ
A domicilio
Feria Verde
Comercio minorista
10
3
16
3
Porcentaje de
casos
62,6
18,8
100
18,8
N=16
Acerca de la ubicación de los MEs, nueve se ubicaban en el espacio de la vivienda
y de ellos, tres mantienían además producción en un terreno aparte.
De los feriantes encuestados (20 casos), catorce casos manifestaron no tener una
actividad laboral estable fuera del emprendimiento de la Feria.
Entre quienes sí mantenían (en su mayoría hombres), solo en la mitad de los casos
era estable (una empleada doméstica, un mecánico y un pequeño productor) mientras
que la otra mitad aceptaba trabajos temporarios en la construcción o en el medio rural.
Ante la predominancia del estado de baja actividad laboral fuera del
emprendimiento, se indagó acerca de si los productores recibían ingresos no laborales
y entre ellos fundamentalmente los derivados de transferencias por parte del Estado ya
sea por medio del cobro de beneficios de la seguridad social (jubilaciones, pensiones) o
de subsidios por desempleo.
De los datos obtenidos podemos decir que: ninguno de quienes mantenían una
actividad estable recibía transferencia del Estado; y entre quienes no tienen una
actividad estable, diez percibían un subsidio social27 y tres recibían una pensión o
jubilación
Por otro lado, de la consulta también surgió que en todos los casos las fuentes de
ingresos de los feriantes eran combinadas con el ingreso laboral y no laboral de otros
miembros de sus UDs así como también, en algunos casos, con el retiro de mercadería
entregada por medio de Desarrollo Social.
Sin embargo, no se ha indagado ni profundizado en la estrategia de reproducción
particular de cada UD ni en la forma de realización de su fondo de trabajo, puntos que
excederían los objetivos propuestos en la Tesis, pero considerándose interesante
abordarlos en algún momento desde el PAA.
En cuanto al nivel de ingresos generado por los ME y su impacto en la UD,
no hay datos precisos desde el Programa aunque se está trabajando al respecto por
26
De aquí en adelante, la fuente de los cuadros es la Encuesta a Productores y MEs de la Feria Verde.
Julio 2007
27
El relevamiento coincidió con la modificación del Plan Jefes y Jefas de Hogar: sus beneficiarios debían
optar por el cobro del Seguro de Capacitación o el Plan Familias. Sin embargo, la consulta relevó si se era
beneficiario o no del Plan Jefes y Jefas.
16
medio de un pasante del área de Economía. Por esta razón se intentó explorar qué
cantidad de dinero estimaban los productores que les dejaba en limpio mensualmente el
emprendimiento.
Las respuestas hicieron alusión a la distinción entre campañas productivas con
lo que se obtuvieron dos datos por emprendimiento (Ver cuadro 3).
Para la campaña otoño invierno, la mayor cantidad de menciones lo recibió el
estrato comprendido entre 150 y 300 pesos mensuales (11 casos), en tanto para la
campaña primavera verano, las menciones se distribuyeron de forma más pareja entre
los distintos estratos de ingresos, sobre todo entre los más altos, lo que revela el
aumento de las ventas y diferencias de desenvolvimiento entre emprendimientos.
Cuadro 3. Ingreso aproximado mensual generado por las ventas -campaña otoño
invierno 2007 en la Feria Verde28
Primavera – Verano 2006/2007
Nivel de Ingresos
en pesos (*)
hasta 149
entre 150 y 300
entre 301 y 500
entre 501 y 700
más de 700
NS/NC
Total
Frecuencia
2
3
4
1
3
3 (**)
16
Otoño – Invierno 2007
Porcentaje
Frecuencia
Porcentaje
10,0
15,0
20,0
5,0
15,0
15,5
100,0
1
11
2
2
16
6,2
68,8
12,5
12,5
100,0
(*)Al momento del relevamiento de datos, la paridad entre el peso y el dólar era de 3 pesos el dólar.
(**)Estos emprendimiento no participaron de la Feria durante la campaña primavera verano 2006/7 o no
podían estimar cuánto habían obtenido de ingresos.
Es importante señalar que estos resultados si bien aportan al diagnóstico de
situación de los MEs, de ninguna manera implican que estos deban ser evaluados
únicamente desde el criterio de su rentabilidad monetaria ya que la producción de
alimentos además de ser tomada como bienes para la venta, “alimentan” a sus
productores, sean o no producidos de forma competitiva. De hecho la preocupación de
los productores por la estabilidad en la producción destinada para el consumo propio y
de los ingresos derivados de las ventas por sobre la rentabilidad de los mismos, dan
cuenta de la lógica reproductiva en la que se inscriben estos ME.
Sobre los beneficios derivados del emprendimiento, se consideraron las
valoraciones que los productores hacen tanto de la parte de su producción destinada al
consumo propio (ingreso no efectivo) como de los ingresos obtenidos en las ventas:
 Casi todos los emprendimientos incluyeron su propio consumo como
destino de sus producciones (14 casos). De este grupo, dos manifestaron que el
28
La pregunta fue ¿cuánto calcula que le deja en limpio por mes esta actividad? Y la respuesta fue un
monto que quedó incluido en alguno de estos estratos (Abramovich y Vázquez, 2005b)
17
nivel de ahorro en compra de alimentos29no era importante: ya sea porque el nivel
de producción de verduras y hortalizas es bajo o porque el consumo que de otro
porque al consumir pocas verduras (“no le gustan”) prefería vender la totalidad de
la producción.
 En referencia a los ingresos derivados los MEs, un número elevado de casos
(13 casos) contestó que les significaba “mucho”, referenciando su respuesta al
hecho de obtener un complemento económico para sus UD. Solo dos casos
mencionaron que el ingreso del ME le significaban “nada” y uno “poco”. De
ellos, dos justificaron su respuesta aludiendo que aún era escasa la producción que
poseían y eso limitaba la cantidad que ofertaban, el restante decidió ahorrar todos
los ingresos derivados de las ventas como forma de capitalización para la compra
de insumos y maquinarias destinadas a la elaboración de conservas. Para este
productor, en ese sentido, los ingresos del ME les significaban “mucho”.
Consultados acerca de qué debía cambiar para que el nivel de ingresos de los
ME aumentara, la mayor cantidad de respuestas se refirieron a aspectos vinculados al
aumento de la producción ofertada (ya sea incorporando tecnología, planificando,
sumando superficie, teniendo recursos para invertir en una producción extensiva) (11
casos).
La estabilidad del volumen ofertado cobra importancia sobre todo en la relación
de los ME que ofrecen verduras y hortalizas frescas con el resto de los ME – oferentes
de plantas, crasas, huevos y productos elaborados - ya que la convocatoria en el espacio
de la Feria depende principalmente de la performance de los primeros, sobre todo en
época invernal.
Solamente en tres casos se aludió exclusivamente al tema normativo: uno a la
necesidad de inscripción del producto y dos al cambio de normativas para adecuarlas a
la realidad del ME (fundamentalmente estas respuestas provienen de ME artesanales).
Estos resultados nos estarían indicando que los productores no relacionan las
dificultades para la reproducción del ME a las reglas del mercado donde se
insertan sino a una cuestión fundamentalmente de oferta y por tanto a la
productividad que cada uno alcanza.
Asimismo, se indagó en los problemas de la Feria en tanto canal de
comercialización (su sostenimiento).
Los aspectos relacionados a la oferta fueron los más indicados por los
productores (8 casos) (Ver cuadro 4). A ellos les siguieron los que hacen a la
organización interna del espacio (4 casos) Estos resultados en su mayoría
nuevamente señalan problemas que son inmediatos a la situación del productor y
a la relación con sus compañeros. Es así que se vuelve a indicar la falta de percepción
de parte de los feriantes de problemáticas que hacen a la sostenibilidad de la Feria y de
sus ME, pero que no les son inmediatas.
29
La pregunta acerca del ahorro en compra de alimentos apuntó simplemente a explorar un aspecto del
sentido asignado al consumo de la auto producción de alimentos, a saber, el no gasto de dinero, por tanto
los datos no revelan la proporción del ahorro real que hacen sus UD, tema que excedía los objetivos del
presente trabajo. La pregunta realizada fue ¿En qué medida producir productos comestibles le permite
ahorrar en gastos?
18
Estos resultados fueron coincidentes con la percepción que los técnicos del PAA
tienen al respecto: en las entrevistas realizadas se indicó que el Programa es quién por
ahora cumple el rol de plantear y proponer el abordaje de las cuestiones que hacen a la
sostenibilidad socioeconómica de los ME y que se refieren al contexto donde estos se
insertan (como ser la elaboración de proyectos para el cambio de normativas o para que
la mayoría de los MEs logre cumplir las normativas vigentes, la regularización de la
propiedad del espacio donde está ubicados los MEs, etc.)
Cuadro 4. ¿Cuáles consideran han sido/ son los principales problemas de la Feria?
(Respuesta abierta)
Frecuencia Porcentaje
Aspectos vinculados con la
oferta
Aspectos vinculados a la
demanda
Problemas propios de la
organización del espacio
Aspectos relacionados con
el estado
Aspectos legales
Porcentaje
acumulado
8
50
50
2
12,5
62,5
4
25
87,5
1
6,2
93,7
1
6,2
100
16
100,0
El mantenimiento de un canal estable de comercialización ofrece oportunidades a
los productores, como ser el aumento de los ingresos, pero también desafíos como la
adopción de prácticas con vistas a garantizar “cantidad, variedad y calidad” (idea
expresada por una huertera durante la entrevista).
Acerca de la evolución de la demanda, se obtuvieron los siguientes resultados:
 En general (15 casos) los feriantes señalaron que la demanda había
crecido por lo que de igual manera debían esforzarse para aumentar sus
producciones
 Sobre los tipos de clientes, la mayoría indicó que eran fijos y variables
(13 casos).
 Respecto de los motivos por los cuales los productores consideraban que
los clientes fijos escogían sus productos, éstos señalaron como razón
principal las particularidades de la calidad del producto –aludiendo a la
forma en que son producidos, ya sea sin agroquímicos o de manera
artesanal - y a la manera en que se los presentaba.
19
Un aspecto que enriquece el último punto, es la consulta que se realizó a los
consumidores30 sobre qué valoraban de la Feria: si bien la mayoría de los casos indicó
aspectos relacionados con la calidad de los productos, también se señalaron la relación
directa entre el productor y consumidor y la inclusión social que genera la experiencia.
Los resultados obtenidos acerca del valor que los productores le otorgan a sus MEs
y a la Feria en la que participan, permiten reconocer elementos vinculados con la
realización del fin social de la experiencia., es decir la inclusión por medio del
trabajo y la generación de una trama social y de sentidos nuevos.
Acerca de la inclusión social, los datos revelaron la valoración de las actividades
mercantiles en tanto trabajo, la realización personal encontrada en la actividad
productiva misma y “el intercambio con otros”.
Los aspectos vinculados a estas cuestiones pueden ser relacionados al sentido que
para los sujetos cobra una práctica considerada socialmente útil y que además respeta
una serie de valores que condicionan la calidad de las relaciones sociales construidas a
partir del proceso productivo (entre los valores sostenidos se identifican el orgullo por el
producto del trabajo propio, la no explotación del hombre, la igualdad, la amistad, el
cuidado de medio ambiente y la salud).
Es así, que la experiencia y la realización del fin social puedan ser ubicados en el
orden de la intersubjetividad pues forman parte de un proceso de construcción de
identidad y sentidos entre sujetos que repercute en las relaciones sociales que se
construyen hacia el interior y hacia fuera de la Feria.
En cuanto a la calidad de las relaciones sociales que sostienen el proceso de
organización se indica la ponderación positiva otorgada a:
 al hecho de ejercer una actividad sin patrón, cuestión que nos
remite a la recuperación del trabajo y del producto de éste como
partes de la propia actividad humana
 la construcción grupal en base a valores de igualdad, cooperación y
solidaridad entre los productores, manifiesto en las distintas
prácticas como ser las jornadas de trabajo que los productores
realizan para “darle una mano” a quién lo necesita.
 las relaciones entabladas entre los productores y el PAA
permitiendo experimentar un nuevo tipo de política pública en el
que los beneficiarios toman parte activa en las implicancias de su
implementación y que tendencialmente se constituye como medio
para la actuación pública de éstos en tanto ciudadanos.
Todas ellas son claramente fortalezas del proceso organizativo logrado a partir
del apoyo de la PAA.(Por motivos de espacio, en este trabajo sólo se ahondará en el
análisis del primer punto enumerado).
30
La encuesta a los consumidores la realizó el equipo de comercialización de PAA en el mes de Julio de
2007. Por ser coincidente con el tiempo en que fueron relevados los datos de la tesis, es que se mencionan
los resultados obtenidos. En el estudio exploratorio fueron consultados 42 casos.
20
En cuanto a la valoración que los productores hacen de sus emprendimientos en
tanto activad laboral, se indagó específicamente si lo consideraban un trabajo y ponían
expectativas en cuanto a su continuidad.
El resultado obtenido es interesante porque muestra cierta homogeneidad en las
respuestas: de los 16 feriantes encuestados, trece considera a su ME “un trabajo”
poniendo expectativas de continuidad (Ver cuadro 5)
En este punto se rescata la observación de Razeto (1988) en cuanto al
compromiso de los sujetos con las experiencias de la economía popular. La continuidad
y valoración de éstas dependería de las respuestas que estos emprendimientos brinden a
las necesidades de las UDs.
Cuadro 5. Tipo de emprendimiento según valoración del mismo en tanto actividad laboral
Tipo
de
ME
unipersonal
familiar
Grupal
Total
Consideración del Emprendimiento
Es un trabajo y pone
expectativas de
Un modo para procurarse
continuidad
ingresos momentáneos
4
6
1
3
2
13
3
Continuando con el análisis de este aspecto, la homogeneidad en las respuestas
sufre ciertos cambios al momento de considerar el tipo de emprendimiento.
Así, observamos que entre quienes sólo lo consideran un medio momentáneo
para procurarse ingresos, predominan la opinión de feriantes pertenecientes a MEG.
Teniendo presente que por cada MEG fue consultado un miembro, su opinión
no debería ser tomada como representativa de la del resto de sus integrantes. Pese a ello,
el dato podría ser relacionado con otros aspectos vertidos en las entrevistas obteniendo
interesantes puntos para la reflexión.
Por ejemplo, en las entrevistas a pasantes y productores se señaló que con el
correr del tiempo los MEG fueron perdiendo miembros. Diferencias de opinión entre
los miembros, la falta de expectativas respecto de la huerta como proyecto productivo y
la obtención de un empleo fueron algunos de los motivos de las desvinculaciones
señaladas por los productores.
Para entender las desvinculaciones relacionadas a la falta de expectativas debe
considerarse que el origen de muchas de las huertas comunitarias fue exógeno a las
voluntades de sus participantes – aunque algunas fueron fundadas por los movimientos
sociales en que algunos huerteros militaban - y se enmarcaron en la contraprestación
de un Plan Social. No es de extrañar entonces que hayan sido asumidas como una
obligación más que una posibilidad de iniciar un proyecto propio.
21
Así, los casos de huertas grupales iniciadas durante la crisis y que perduraron lo
hicieron con un número reducido de miembros (de dos a cuatro miembros, en algunos
casos familiares entre sí) o derivaron en emprendimientos familiares propiamente dicho.
Volviendo a la valoración positiva de una actividad sin patrón, las relaciones
sociales directas entre productores y consumidores favorecen trascender la alienación
de la relación mercantil y posibilitan vivenciar otros aspectos de las relaciones
humanas de intercambio. De allí que a partir de la Feria Verde se originen
externalidades positivas que no sólo acercan tendencialmente la experiencia a las ideas
del comercio justo (Cotera Fretell y Ortiz Roca, 2004) y al consumo solidario (Mance,
2004), sino que también contribuyen al fortalecimiento de una clase distinta de
vínculos basados en el intercambio de saberes y experiencias y en la definición de
proyectos en común.
Por último, como debilidad del proceso de inserción social de los productores
es posible indicar la situación vulnerable en que aún se encuentran un número
importante de los productores atravesados por la falta de empleo por fuera del ME.
Es decir, si bien la mayoría valora al ME como actividad laboral, esta forma de
trabajo aún no permite la inclusión social de los productores en términos de acceso a
beneficios previsionales y al servicio de salud, cuestión que recién empieza a instalarse
entre los productores y el PAA a fin de evaluar distintas alternativas y limitaciones de
la experiencia organizativa.
Acerca de la realización del fin económico de la experiencia organizativa de
los MEs, los datos dan cuenta de la mejora en la relación de éstos con el mercado.
Teniendo en cuenta estas observaciones, para la evaluación de la evolución del
proceso organizativo de la Feria Verde tomaremos las ideas de Bourdieu (2001) que al
analizar el campo económico demuestra que el posicionamiento de los agentes en el
mercado depende de los capitales acumulados31 (nivel micro) pero también de la
influencia que ejercen sobre ellos las condiciones de funcionamiento del campo (nivel
meso y macro) y los factores externos a éste como por ejemplo el marco regulatorio
definido desde el Estado o los patrones de consumo que afectan la demanda.
Aunque el origen de los ME mayormente se relaciona con problemas
económicos y la búsqueda de respuestas que valorizan un saber ya adquirido, del
relevamiento de datos se infiere que la estrategia de acompañamiento y de contención
de productores implementada por el PAA permitió abordar las dificultades vinculadas
al bajo nivel de formación inicial que los productores tenían para llevar realmente
adelante un emprendimiento mercantil, evitando el abandono de la actividad y
favoreciendo la acumulación de experiencia productiva.
31
La fuerza asociada a un agente (ya sea un individuo o una empresa) depende del volumen y la
estructura del capital que posee en sus diferentes tipos, a saber, capital financiero, capital cultural (capital
tecnológico, jurídico y organizativo), capital comercial, capital social y capital simbólico 31. La estructura
de poder al interior del campo tiende a reproducirse y está definida por la distribución desigual del
capital sobre el conjunto de los participantes (agentes) del campo, a quienes restringe tanto más el
espacio de posibilidades abierto ante ellos cuanto peor situados están en esa distribución (Bourdieu,
2001).
22
Es así que en la mejora de las habilidades para la producción agro ecológica y
artesanal y su comercialización, pueda identificarse el incremento del capital
tecnológico32 de los ME. En relación al aumento de este tipo de capital hay además que
destacar que la metodología de trabajo del PAA en base a la identificación conjunta de
problemáticas y el vínculo del programa con distintas unidades académicas de la
UNMDP y el INTA posibilita ajustar permanentemente la oferta de capacitaciones con
la realidad de los emprendimientos así como también con otras dificultades que
atraviesan las UD de los productores (por ejemplo el cuidado de la salud y acceso a
servicios básicos)
El acceso a financiamento a través de subsidios permitió la mejora de la
infraestructura y obtención de herramientas a los ME así como también el acceso a
capacitaciones en temáticas no abordadas desde el PAA pero sí por medio de las
organizaciones que con él articulan.
En este aspecto se reconoce el servicio brindado por el Programa en la
evaluación de alternativas de diversificación de los ME, el apoyo para la formulación y
presentación de proyectos a distintas instancias públicas y privadas, así como el aval
técnico que éste brinda frente a aquéllas. Como dificultad, del relato de los técnicos se
desprende el tiempo de espera que transcurre entre la presentación de un proyecto a una
unidad pública de financiamiento, su aprobación y efectiva asignación a los productores
dilatando la mejora del proceso productivo.
Tanto la certificación de la sanidad y calidad de los bienes derivados de la
participación en el PAA como la valorización de la calidad de los productos de parte
de los consumidores, capitaliza simbólicamente33 a los productores de la experiencia
posicionándolos dentro de un segmento de mercado en crecimiento que pondera
favorablemente el cuidado de la salud y del medio ambiente, pero también la
experiencia de inclusión social promovida.
Como resultado del estudio se infiere que el proceso de aprendizaje derivado del
proceso de organización de la comercialización de excedentes ha condicionado mejores
y más estables producciones, aunque se reconoce como limitante que el nivel ofertado
aún no satisface la demanda de quienes concurren a la Feria. Esta situación es
reconocida por los productores y es incluida como aspecto a mejorar – además de la
adopción de prácticas se indicó el compromiso que necesitan con sus ME –.
V. REFLEXIONES FINALES
Teniendo presente la propuesta de análisis de las dinámicas de organización de Da
Costa-Lasida (1990) en base a Razeto, 1988, acerca de lo brevemente desarrollado en
este trabajo puede afirmarse como tendencia un movimiento ascendente en el eje de
32
El capital tecnológico es la cartera de recursos científicos o técnicos susceptible de ponerse en juego en
la concepción y fabricación de los productos (Bourdieu 2000)
33
Para Bourdieu (2000) el capital simbólico se asienta en el dominio de recursos fundados en el
conocimiento y el reconocimiento siendo un poder que funciona como una forma de crédito que supone
la confianza o la creencia de quienes lo otorgan.
23
tipos de alternativas de solución a los problemas económicos, producto del
acompañamiento del PAA.
De los relatos de los productores se rescata: la significación positiva del ME
como una mejor alternativa a partir de la consolidación de canales estables de
comercialización - sobre todo para aquellos a quienes les permite no esperar
pasivamente el cobro de un plan social -; la apreciación de las habilidades desarrolladas
para la producción sin químicos o artesanal por medio del acompañamiento y
capacitaciones a los que acceden; el rescate del compañerismo; la experiencia de
cogestión junto al PAA.
Todos estos elementos evidentemente están aportando a que los MEs superen el
nivel de sobrevivencia.
Sin embargo, cabe indicar que la producción de bienes frescos también es
destinada para el autoabastecimiento y que éste ha sido valorado como una forma de
ahorro. Por tanto, habría que procurar trabajar con los productores la relación entre las
cantidades y variedades destinadas al consumo propio y a la venta a fin de evitar que la
experiencia adquiera un sesgo mercantilista en detrimento del acceso al alimento con lo
que se estaría fomentando la producción de bienes saludables para otros.
Como limitantes al desarrollo de los ME se indican aspectos relacionados a la
forma en que se dispone de los recursos productivos –fundamentalmente la tierra - y a
lo normativo en cuanto al tipo de bien producido y a las características del
establecimiento (coincidente con la UD). Ambos son factores que condicionan la
reproducción de los ME.
La bibliografía señala a las políticas y regulaciones urbanas prohibitivas como
obstáculos para el desarrollo de la AUP, como un factor restrictivo a la consolidación de
los productores como actores del sistema de provisión de alimentos frescos.
La precariedad de la tenencia no ha sido señalada como problema por los
productores de bienes frescos y de vivero, haciendo más hincapié en factores que
afectan a la performance de sus ME -. Sin embargo se destaca la vulnerabilidad que en
este aspecto se encuentran un grupo importante de productores tanto de ME familiares
como grupales.
A ello se suman elementos vinculados a lo normativo que afecta a los ME de
bienes elaborados. Este aspecto sí fue señalado como factor que limitante por los
productores, fundamentalmente por la imposibilidad real de vender fuera de la Feria.
El abordaje de todas estas limitantes se vincula con lo que Bourdieu (2000)
señala como la posibilidad de utilizar el capital social acumulado por los agentes para
ejercer presiones sobre el Estado orientada a obtener la modificación de las reglas de
juego en su beneficio, más específicamente el poder de reglamentación y derecho a la
propiedad.
Teniendo en cuenta esta aclaración, como fortaleza de la experiencia se destacan
en la actuación del PAA las estrategias de generación de capital social para el abordaje
de las problemáticas de los ME, situación que vuelve a subrayar el aporte de la
24
organizaciones de apoyo para la modificación de la situación de las experiencias
mercantiles de la EP y la consolidación de una tendencia de articulación entre ellos
(desplazamiento hacia la izquierda en el eje del grado de organización de la actividad
en la Economía Popular propuesto por Costa-Lasida (1990) en base a Razeto, 1988).
Sin embargo, entre las articulaciones que se mantienen se desprende como
principal debilidad la relación con el Estado a nivel local que al carecer de una política
definida hacia la EP condiciona los proyectos promovidos por el PAA.
En cuanto al movimiento al interior del eje del grado de organización de la
actividad en la Economía Popular, la reconstrucción realizada muestra claramente el
pasaje de una instancia de desarticulación de diversos ME a una instancia organizativa
y que al momento del relevamiento de datos llevaba tres años de experiencia.
Cabe destacar que dicha articulación abarca tendencialmente la superación del
ámbito local y la confluencia de acciones conjuntas con otros actores – entre quienes se
incluyen agricultores familiares del ámbito rural - dentro de un proyecto alternativo
sustentado en una visión política de construcción de fuerza social con el horizonte en
otra economía que arraigue lo económico a los social.
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