REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA EDUCACIÓN SUPERIOR INSTITUTO UNIVERSITARIO DE POLICÍA CIENTÍFICA EXTENSIÓN NUEVA ESPARTA ANALISIS DE LA LEGITIMA DEFENSA Y SU RELACION CON EL USO DE LAS ARMAS DE FUEGO ASIGNATURA: BALISTICA PROFESOR: COM.LISANDRO ZAPATA INTEGRANTES GRUPO N° 08: BENITO DUMONT SUSANA OBEDIENTE INDICE 1.1.- Introducción………………………………………………………. 3 1.2.- Justificación………………………………………………………...4 1.3.- Planteamiento del Problema……………………………………. 4 1.4.- Objetivo General…………………………………………………. 5 1.5.- Objetivos Específicos……………………………………………. 5 II.- Marco Teórico…………………………………..6,7,8,9,10,11,12,13 III.- Jurisprudencia……………………………………………….. 14,15,16 IV.- Aportes de los Participantes……………………………………… ..17 V.- Conclusiones………………………………………………………. 18 VI.- Glosario de Términos.………………………………………….. 19,20 VII.- Bibliografía y Referencias consultadas………………………… 21 VIII.- Anexo: Mapa Conceptual 2 INTRODUCCION: En los últimos años la sociedad se ha visto conmovida por casos de personas que haciendo uso de armas de fuego, han repelido el ataque de presuntos asaltantes o secuestradores que intentaban afectar sus bienes jurídicos, resultando los agresores muertos en la mayoría de los casos. Muchas personas en el país, piensan que la mejor manera de terminar con los delincuentes es encerrarlos, pero acecha la impunidad en la mayoría de los casos, situación tremendamente peligrosa, pues estamos incentivando a que las personas se armen y enfrenten bajo su cuenta y riesgo a la delincuencia, lo que no es posible en un país democráticamente constituido, donde se respetan los derechos de todos y es la Policía Nacional la que se debe encargar de esta tarea. Vemos que el que se defiende, tiene el derecho de poner en peligro al agresor mediante el uso de armas, no solamente para evitar que este lleve adelante la agresión que intenta, sino también una vez iniciada la agresión tiene el defensor derecho a repelerla empleando también para ello medios como las armas de fuego. 3 JUSTIFICACION Por todo lo descrito anteriormente, es necesario realizar un análisis de la correlación entre el uso de las armas de fuego y la institución de la legítima defensa. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA ¿Existe relación entre la institución de la legítima defensa y el uso de armas de fuego? 4 OBJETIVO GENERAL Analizar los elementos determinantes que tipifican la legítima defensa y su relación con las armas de fuego. OBJETIVOS ESPECIFICOS Describir la institución de la legítima defensa en el marco del ordenamiento jurídico venezolano. Relacionar la utilización de las armas de fuego en situaciones de legítima defensa. Contribuir al conocimiento de las características que reviste la legítima defensa en el Derecho Penal Venezolano. 5 MARCO TEORICO La institución de la legítima defensa ha estado ligada al desarrollo del hombre como ser social; inicialmente debió aparecer mas vinculada a la defensa de la vida e integridad personal y luego, con el desarrollo social, se ha ido extendiendo a las demás relaciones de la vida en comunidad, pero siempre evolucionando y perfeccionándose en su conceptualización, hasta llegar a considerarse como un derecho. Por esta razón, la legítima defensa es una de las instituciones más elaboradas con que cuenta el derecho penal, pero que, con todo está relacionada necesariamente con el nivel de desarrollo social. En India aparecía regulado en las “Leyes de Manú”, y uno de los textos de esta antigua codificación decía: “Un hombre debe matar, sin dudas, a cualquiera que arroje sobre él, para asesinarle, si no hay medio de evitarlo, incluso si el atacante es su jefe, o un niño o un viejo o un anciano versadísimo en la Santa Escritura” (Leyes de Manú, VIII, 350). “En Egipto la defensa del atacado se halla impuesta por las propias leyes que penaban con la muerte a quienes, pudiendo, no prestaran auxilio a un hombre agredido”, según lo relaciona Jimenez de Asua.1 De esta manera se impone una especie de solidaridad y reciprocidad de los ciudadanos contra los malvados. Entre los Hebreos, dice en el Exodo: “Si el ladrón fuere hallado forzando una casa y fuere herido y muriere, el que le hirió no será culpable de su muerte” (Cap.22, núm. 2). En Grecia, la institución de la defensa es de vieja data y aparecen ejemplos en las narraciones mitológicas. Demóstenes y Platón, utilizaron y teorizaron sobre la legitima defensa: “Si en un combate ocasionado por una sedición u otro suceso semejante, un hermano mata a su hermano, viéndose el 1 Jimenez de Asua, Tratado, tomo IV, pág. 27. 6 primero atacado y teniendo que defender su cuerpo, se le declarará inocente, como si hubiere matado a un enemigo. Lo mismo se hará con el ciudadano o extranjero que mate en caso semejante a un ciudadano o a un extranjero”.2 En el derecho romano se cita la Ley de las Doce Tablas, como texto que reconocía la defensa contra el ladrón nocturno; Cicerón, siguiendo la tradición romana, expresó: “Hay pues, una ley no escrita sino natural; la ley que no hemos aprendido, ni oído, ni leído; que la tomamos, debemos y sacamos de la naturaleza misma; que no se nos ha enseñado sino inspirado; que no se nos ha impuesto, sino imbuido; ley que consiste en que si en nuestra vida corriera riesgos en alguna emboscada o nos acometieran violentamente ladrones o enemigos armados, todos los medios de salvación son justos y legítimos” 3 En el derecho canónico se distinguen dos momentos en la historia de la legítima defensa, el primero que planteaba que “ rechazar la violencia con violencia” era un derecho natural, y en el segundo momento, se encuentra restringida esa violencia a la condición de que fuese inevitable. Se debía huir o evitar la agresión de cualquier otra forma. Esta última posición ha sido objeto de crítica, la que argumenta que el derecho canónico ha sido un obstáculo al desarrollo de la legítima defensa, pues supone una caridad cristiana que evita la violencia por todos los medios, sin embargo hay autores que plantean que sin obviar esta realidad, el derecho canónico reconoce la legitimidad de la defensa, siempre que esta sea en forma moderada y que la intención del que se defiende es proteger la propia vida o la de un tercero. El elemento de la huida, como medio para evitar la agresión, exigido por el derecho canónico, no es incluido en la definición del derecho francés. 2 3 Demóstenes, Contra Aristócrates, citado por Platón en Las leyes, México, Porrúa, 1979, cap. IX. Cicerón, Obras Completas, tomo XVI, Madrid, Librería de Hernando y Cía, 1900, pág.242. 7 El legislador francés da un carácter justificativo a la legítima defensa, no se limita a dejarlo impune, sino que borra también el carácter delictivo. No obstante este concepto tiene un restringido ámbito de aplicación al establecer la defensa de la vida (propia) y la de otro, dejando por fuera otros bienes inmateriales. El Código español de 1.821, admite la legítima defensa propia y de un tercero. Además de la libertad y la propiedad. La actual tendencia de los penalistas modernos es extender la legítima defensa a todos los bienes jurídicamente protegidos. Se observa claramente que a lo largo de la historia de la humanidad, la legítima defensa siempre ha tenido cabida la actuación del individuo agredido, cuando corre riesgo su vida o sus bienes materiales. Una vez que la historia ha ilustrado el panorama sobre la institución objeto de estudio y para profundizar en la materia que nos ocupa en este análisis, es necesario refrescar algunos conceptos como el delito. El delito es necesariamente un comportamiento contrario al orden jurídico, es decir, antijurídico o injusto, pues siendo el hecho punible una acción legal y socialmente desvalorizada, esto es indeseable y juzgada negativa para la convivencia social, solo el acto injusto puede ser considerado como delictivo. 4 Otro concepto necesario es la antijuricidad, que no es más que la contrariedad material de una acción frente a los postulados del orden jurídico. 5 Si la acción realizada es acorde con los postulados del orden jurídico, se dice que es un comportamiento jurídico, legítimo o lícito, en tanto si la conducta niega, transgrede o contradice esos postulados jurídicos se califica de antijurídica o ilícita. 4 Hans Welzel, Derecho Penal alemán, traducción Juan Bustos Ramírez y Sergio Yáñez Pérez, Editorial Jurídica de Chile, Santiago, 1970, pág. 76. 5 Welzel, ibídem, pág. 77. 8 En la actualidad, según el Código Penal Venezolano vigente, en su Artículo 65, reza: “No es punible: 1. El que obra en cumplimiento de un deber o en ejercicio legítimo de un derecho, autoridad, oficio o cargo, sin traspasar los límites legales. 2. El que obra en virtud de obediencia legítima y debida. En este caso, Si el hecho ejecutado constituye delito o falta, la pena correspondiente se le impondrá al que resultare haber dado la orden ilegal. 3. El que obra en defensa de su propia persona o derecho, siempre que concurran las circunstancias siguientes: a. Agresión ilegítima por parte del que resulta ofendido por el hecho. b. Necesidad del medio empleado para impedirla o repelerla. c. Falta de provocación, suficiente de parte del que pretenda haber obrado en defensa propia. d. El que obra constreñido por la necesidad de salvar su persona o la de otro, de un peligro grave e inminente, al cual no haya dado voluntariamente causa, y que no pueda evitar de otro modo. Se equipara la legítima defensa el hecho con el cual el agente, en el estado de incertidumbre, temor o terror traspasa los límites de la defensa. (Defensa Putativa)”. En materia de dar definiciones de lo que se entiende por legítima defensa, de la variedad que ofrece la doctrina, tomamos las siguientes: Legítima defensa, nos enseña Fontán Balestra, “puede definirse como la reacción necesaria para evitar la agresión ilegítima y no provocada de un bien jurídico actual o inminentemente amenazado por la acción de un ser humano.” Para Núñez la legitima defensa “es la que se lleva a cabo empleando un medio racionalmente necesario para impedir o repeler una agresión ilegítima y sin que 9 medie provocación suficiente, ocasionando un perjuicio a la persona o derechos del agresor.” En palabras del autor Jiménez de Asúa, "la legítima defensa es repulsa de la agresión ilegítima, actual o inminente, por el atacado o tercera persona, contra el agresor, sin traspasar la necesidad de la defensa y dentro de la racional proporción de los medios empleados para impedirla o repelerla." La legítima defensa o defensa propia es, en Derecho penal, una causa que justifica la realización de una conducta sancionada penalmente, eximiendo de responsabilidad a su autor, y que en caso de no cumplirse todos sus requisitos, permite reducir la pena aplicable a este último. En otras palabras, es una situación que permite eximir, o eventualmente reducir, la sanción ante la realización de una conducta generalmente prohibida. En una de sus varias interpretaciones, la Corte Suprema de Justicia ha definido esta institución diciendo que, “La legítima defensa es el derecho de tutelar personalmente un bien puesto en peligro por la agresión actual e injusta de otro, cuando la urgencia de defender el patrimonio material o moral, obliga a recurrir a los propios medios o fuerzas de reacción”.6 A. FUNDAMENTOS Y NATURALEZA. La naturaleza de la Legítima Defensa como de justificación parece fuera de duda, pero durante mucho tiempo estuvo confundida con las causas de inculpabilidad, plateándose como un problema de miedo o de perturbación del ánimo en el que se defiende porque es objeto de un ataque. Pero en la medida en que la defensa sea respuesta proporcionada a una agresión injusta, no cabe duda de que, cualquiera que sea la actitud anímica del que se defiende, existe autentica causa de justificación que legitima el acto realizado. Junto a este aspecto individual de la legitima defensa, existe también uno supraindividual representado por la necesidad de defensa del orden jurídico y del derecho en general, conculcados por la agresión antijurídica. 6 Corte Suprema de Justicia, casación de junio 11 de 1946, G.J., tomo LX, núms, 10 B.REQUISITOS. B.1.- Agresión Ilegítima: Este requisito es el presupuesto de la legítima defensa y lo que la diferencia de otras causas de justificación (por ejemplo del estado de necesidad). La jurisprudencia y algún sector doctrinal suelen interpretar el término “agresión” en el sentido de “acometimiento”, acto de fuerza. Sin embargo, la expresión puede ser entendida como acción de puesta en peligro de algún bien jurídico, incluyendo, también, en ella la omisión cuando esta suponga esa eventualidad (resistencia a abandonar el domicilio ajeno, omisión de socorro a alguien que se encuentra en grave peligro, entre otros). Ahora bien, tanto la acción como la omisión deben ser agresiones dolosas, es decir, el ataque al bien jurídico debe ser intencional; frente a lesiones o puestas en peligro simplemente imprudentes, no cabe legítima defensa pero si estado de necesidad. La agresión debe ser REAL; es decir, no hasta que quien se defienda crea que lo hace ante una agresión que solo existe en su imaginación. Se equipara la legítima defensa el hecho con el cual el agente, en el estado de incertidumbre, temor o terror traspasa los límites de la defensa. (Defensa Putativa)”. Art. 65. COP. La agresión debe ser ACTUAL. No cabe, pues apreciar legitima defensa, cuando la agresión ha cesado (por ejemplo, el agresor huye). Matar, por tanto, al agresor cuando este huye, disparándole por la espalda, es un exceso extensivo que impide apreciar la legítima defensa, por lo menos en su forma de causa de justificación completa. B.2) Necesidad racional del medio empleado para impedir o repeler la agresión. Este requisito supone la concurrencia de dos extremos distintos: 2029-2030, págs.819 a 822 11 B.2.1) La necesidad de defensa, que solo se da cuando es contemporánea a la agresión y que persiste mientras la agresión dura, siempre que sea, además la única vía posible para impedirla o repelerla. B.2.2) La racionalidad del medio empleado que exige la proporcionalidad, tanto en la especie como en la medida, de los medios empleados para repeler la agresión. B.2.3) Falta de provocación suficiente por parte del defensor. En principio, una interpretación estricta de este requisito llevaría a la injusta conclusión de que cuando la agresión es consecuencia de una previa provocación del que luego se defiende ante ella, en ningún caso cabe apreciar legítima defensa. El Tribunal supremo suele negar la apreciación de legitima defensa en los casos de riña mutuamente aceptada, ya que existe una situación de provocación mutua. Del mismo modo es perfectamente posible apreciar la legitima defensa cuando la riña es consecuencia de un acto agresivo y se suscita para repeler un acto agresivo. Con respecto a las armas, según las leyes venezolanas, específicamente en la Ley de Armas y Explosivos y el Código Penal vigentes, se especifica sobre la tenencia y porte de armas. Título II, Disposiciones Varias: En sus Artículos 21, 22, 23, 24. Código Penal. Título V. De los delitos contra el orden público. Capítulo I. De la importación, fabricación, comercio, detención y porte de armas. Artículos 273, 274, 275, 276, 277, 278, 279, 280, 281, 282, 283. De acuerdo con los Artículos del COP citados anteriormente, el uso de armas de fuego para defensa en la vía pública y el uso de armas de fuego para defensa en el ámbito del hogar, están prohibidos, inclusive, previo porte legal del arma de fuego. Se dice esto porque cuando se sufre una agresión “dentro del hogar” las circunstancias en que éstas se desarrollan son significativamente diferentes y ofrecen un mayor grado de "impunidad" a los delincuentes, y es precisamente el lugar en el que la legítima defensa tiene su mayor expresión como derecho de las personas. 12 Un arma de fuego es el objeto con mayor capacidad para producir un daño a un agresor y el delincuente lo sabe. Puede decirse que el arma de fuego es un objeto disuasivo en su esencia. El rango de usos de un arma de fuego asociado a la defensa va desde la disuasión, la lesión leve o grave, y hasta el abatimiento de un agresor. En la gran mayoría de los casos, en los suburbios los delincuentes suelen acceder a fondos, patios o jardines, por lo que el uso de un arma de fuego se limita a la disuasión, el famoso tiro al aire (que debe hacerse hacia otros lugares en los que el proyectil expelido no pueda ocasionar daños a terceros), o esgrimirla en actitud intimidante mientras se amenaza en voz alta al invasor desde detrás de una ventana, son medidas de uso muy común y que generalmente resultan como disuasivas para posibles agresores. El común de los delincuentes que ingresan a propiedades privadas huyen al saberse detectados por los moradores, mucho más cuando presumen o saben que quien habita la propiedad está armado. Pero aquellos que no responden a la generalidad, ya sea por estar bajo los efectos de narcóticos u otras enajenaciones, no obedecen a una lógica definida lo que los hace totalmente impredecibles incrementando su peligrosidad potencial. Dentro de este contexto y dada una situación límite, si un delincuente armado pretende imponerse por medio de las armas, o forzar el acceso al interior del domicilio, cuando la disuasión resulta imposible y el daño es inminente e inevitable por otros medios, un arma de fuego bien utilizada puede evitarle a una persona de bien o una familia pasar a formar parte de las estadísticas policiales, muchas veces con "marcas" de por vida. Si bien existen una cantidad de objetos que el derecho permite que sean defendidos, el uso de la fuerza extrema sólo puede ser justificado ante el riesgo inevitable y cierto se sufrir un daño físico irreparable por parte del agresor o agresores, por ejemplo la defensa de la vida propia y/o de la familia. 13 JURISPRUDENCIA Caso Nº 1 “Al concurrir los elementos de la legítima defensa, la conducta de quien hace la legítima defensa debe ser vista como un comportamiento aceptado socialmente en consideración en que se desarrolló la agresión y la respuesta frente a ella; desapareciendo así la antijuricidad de la conducta; más aún porque “quien es responsable de la creación de una situación de conflicto debe soportar las consecuencias de su actuación antijurídica””. (Ejecutoria Suprema del 27/04/98; Exp. Nª 4986-97. Lima. En Revista Peruana de Doctrina y Jurisprudencia Penales 2000. Nª 1. pp. 582-583.) Caso Nº 2 “No debe confundirse la relación que debe existir entre la agresión y la defensa, con la proporcionalidad entre el daño que hubiera causado la agresión y el causado por la defensa, por cuanto la racionalidad de la necesidad de la defensa solo se vincula con la primera cuestión; así, para determinarla es preciso tomar en consideración las acciones que el autor tenía a su disposición para impedir o repeler la agresión antes de comenzar la defensa y establecer si la comprendida es realmente la que hubiera impedido la lesión amenazada por la agresión causando menos daño”. (Ejecutoria Suprema del 14/06/99, Exp. Nª 1985-99. Lima. En: Revista de Jurisprudencia. 2000. Editora Normas Legales Año II-3. Trujillo. p. 281). Caso Nº 3 “La conducta del acusado en los hechos materia de instrucción por los delitos de lesiones graves y de tenencia ilegal de armas de fuego, consistentes en haber causado lesiones con su arma al procesado, a la que tuvo que recurrir para repeler el asalto del que era víctima –pues los asaltantes contaban con mayor número de armas de fuego y ya habían herido de bala a su hijo- carece 14 de relevancia penal al hallarse regulada como una causal que excluye la antijuricidad del hecho en el inciso tercero del artículo 20 del Código Penal (legítima defensa), lo que amerita declararlo exento de responsabilidad penal”. (Ejecutoria del 12/09/97, R.N. Nª 3418-97, Lima En Rojas Vargas, F. (1999). Jurisprudencia Penal Comentada. Lima Gaceta Jurídica. P. 85). Caso Nº 4 “En el caso sub-exánime se aprecia que la acción realizada por el procesado, de disparar contra un automóvil, en cuyo interior se daba a la fuga el occiso, quien en su huida efectuó varios disparos contra el patrullero en donde se encontraba el referido encausado junto a otros efectivos policiales, se ampara en las causas de justificación de la legítima defensa (agresión ilegítima, necesidad racional del medio empleado para impedir o repelerla, falta de provocación suficiente de quien hace la defensa) y del obrar en cumplimiento de un deber (al tratarse de un miembro de la Policía Nacional que cumplió deberes especiales al intervenir el vehículo ocupado por el occiso); en consecuencia, la acción realizada por el procesado debe ser visto como un comportamiento aceptado socialmente en consideración al texto especial en que se desarrolló la agresión, la respuesta a ella el cumplimiento de su deber de policía, desapareciendo así la antijuricidad de su conducta, no asistiéndole, entonces ninguna posibilidad de imputación del resultado por no haber creado la situación de conflicto, siendo el caso declarado exento de responsabilidad penal”. (Ejecutoria del 12/06/98; R.N. Nª 4075-97. En Rojas Vargas, F. (1999). Jurisprudencia Penal Comentada. Lima. Gaceta Jurídica. P.85). CASO Nº 5 “Con relación al delito de lesiones graves que se imputa al acusado, hay que considerar que en horas de la noche se percató que cuatro personas escalando las paredes del Colegio donde se desempeña como guardián, pretendían robar e incluso el agraviado-encausado, había ingresado y amenazado al referido 15 guardián, quien frente a esta agresión ilegítima y a la superioridad numérica de los asaltantes, y el peligro inminente en el que se encontraba, hizo uso del arma que se le entregó para el cumplimiento de sus funciones de guardianía y siendo así, le alcanzaba la eximente prevista en el artículo veinte inciso tercero del Código Penal respecto del delito de lesiones por el que ha sido procesado” (Ejecutoria Suprema del 08/11/00, Exp. Nª 3842-2000. Lima. En: Frisancho Aparicio, M. (2000). Jurisprudencia Penal. Lima. Juristas Editores, p. 276). CASO Nº 6 “Según la doctrina penal, la legítima defensa se funda en el principio de que nadie puede ser obligado a soportar lo injusto, por lo que el ordenamiento jurídico no solamente se compone de prohibiciones, sino también de normas permisivas que autorizan realizar hechos, en principio prohibidos por la Ley; pero que por causas justificadas son permitidos y, por lo tanto, no punible; es decir, existen causas que excluyen la antijuricidad y convierten el hecho típico en uno perfectamente lícito y aprobado por el ordenamiento jurídico; y si un hecho o una acción no es antijurídica, esto es, no es contraria al orden jurídico porque la ley lo permite, entonces no es delito, y no siendo delito al que actúa en legítima defensa no se le puede sancionar” (Sentencia de la Primera Sala Penal de la Corte Superior de Justicia de Junín del 17/09/96, Exp. Nª 1655-91. En: Academia de la Magistratura (2000). Serie de Jurisprudencia. Tomo 3. Lima. p. 271). Fuente: José Urquizo Olaechea, Código Penal, Doctrina y Jurisprudencia, Tomo I, editorial Idemsa, año 2010 p 124, 125. 16 APORTES DE LOS PARTICIPANTES De acuerdo a la revisión y análisis que se ha hecho de la bibliografía a la que hemos podido acceder, se puede decir que la respuesta variará según la experiencia de cada persona, la locación geográfica y las características que los hagan o no factibles blancos para la delincuencia, además de cuestiones intrínsecas de cada una. En todos los casos, es de apreciación personal la evaluación de los pros y los contras de tener armas, transportarlas con la persona o en el domicilio, para un fin defensivo, y por lo tanto no habrá una respuesta unívoca al respecto. Si bien no son comunes los casos en los que existiendo medidas preventivas los habitantes de un hogar deban afrontar casos extremos, dichos casos existen, ocurren y nadie está exento, así pues de alguna manera las personas deben "por lo menos tener la opción de elegir" el medio más idóneo para hacer una defensa efectiva de su vida y la de sus seres queridos cuando no exista más remedio, se tratare o no de un arma de fuego. 17 CONCLUSIONES La Legítima Defensa es una garantía al respeto al derecho humano de defenderse en circunstancias en donde las instituciones creadas por la sociedad para ejercer la coerción en contra de quien ha violentado las reglas de convivencia pacífica, no puede hacerse presente y por lo tanto no puede proteger la integridad de la persona agredida, terceros, su propiedad o su honor (en algunas legislaciones). La ilegitimidad de la agresión, que justifica la necesidad de defensa, el carácter actual e inminente que requiere de una respuesta también en el acto, se suman a la proporcionalidad del medio empleado y del daño causado, como elementos constitutivos de la legítima defensa. Este último elemento es el que muchas veces hace la diferencia con otras eximentes o atenuantes de la responsabilidad penal. En nuestra legislación esta figura no se encuentra establecida de manera clara y completa, situación que origina la existencia de un vacío jurídico, que sin duda los Tribunales han tenido que llenar vía doctrina y jurisprudencia. Sin embargo, como es sabido, en nuestro sistema de justicia y especialmente en materia penal la primera y principal fuente del derecho debe ser la ley, a fin de disminuir las posibilidades de injusticias, dejando en libertad a un culpable o castigando a un inocente. Esta situación permite a la vez, que el criterio o íntima convicción del juez adquiera un gran valor, pues le deja el margen de tener que decidir reuniendo los elementos que de acuerdo a la fuente que consulte puede dar mayor peso a uno u otro aspecto. La aplicación de la institución de la legítima defensa, exige un análisis concreto de cada caso en juicio. La posibilidad de que alguien exagere en el uso de armas contra ladrones desarmados, o menos armados, puede llevar a la víctima a ser condenada por homicidio, pasando de víctima a delincuente, o al transformar la pretendida autodefensa en “justicia por mano propia”. Hay numerosa jurisprudencia condenando lo que se denomina “exceso en la legítima defensa” 18 GLOSARIO DE TERMINOS Acometimiento: Embestir con ímpetu y ardimiento. El batallón acometió al enemigo. Emprender, intentar. Agresión: (Del lat. aggressĭo, -ōnis).1. f. Acto de acometer a alguien para matarlo, herirlo o hacerle daño. U. t. en sent. fig. 2. f. Acto contrario al derecho de otra persona. Antijurídico: 1. adj. Que es contra derecho. Arma de fuego: Es un dispositivo destinado a propulsar uno o múltiples proyectiles por medio de presión de gases con el fin de tiro a distancia. Bienes: Un bien es un objeto material o servicio inmaterial cuyo uso produce cierta satisfacción de un deseo o necesidad. Coerción: (Del lat. coercĭo, -ōnis).1. f. Presión ejercida sobre alguien para forzar su voluntad o su conducta. Sobran amenazas y oerciones.2. f. Represión, inhibición, restricción. La libertad no es solo ausencia de coerción. Conculcados: conculcar.(Del lat. conculcāre).1. tr. Hollar con los pies algo. 2. tr. Quebrantar una ley, obligación o principio. 3. tr. p. us. oprimir. Constreñidos: constreñir.(Del lat. constringĕre).1. tr. Obligar, precisar, compeler por fuerza a alguien a que haga y ejecute algo.2. tr. Oprimir, reducir, limitar. Las reglas rígidas constriñen la imaginación. Delito: (De delicto).1. m. Culpa, quebrantamiento de la ley. 2. m. Acción o cosa reprobable. Comer tanto es un delito. Es un delito gastar tanto en un traje. 3. m. Der. Acción u omisión voluntaria o imprudente penada por la ley. Dolosa: (Del lat. dolōsus).1. adj. Engañoso, fraudulento. Hecho punible: Suceso o acto que merece ser castigado. Legitima Defensa: En Derecho penal, una causa que justifica la realización de una conducta sancionada penalmente, eximiendo de responsabilidad a su 19 autor, y que en caso de no cumplirse todos sus requisitos, permite reducir la pena aplicable a este último. En otras palabras, es una situación que permite eximir, o eventualmente reducir, la sanción ante la realización de una conducta generalmente prohibida. Orden jurídico: Es el conjunto de normas jurídicas que rigen en un lugar determinado en una época concreta. En el caso de los estados democráticos, el ordenamiento jurídico está formado por la Constitución del estado, que se rige como la norma suprema, por las leyes y del poder ejecutivo, tales como los reglamentos, y otras regulaciones tales como los tratados, convenciones, contratos y disposiciones particulares. Proporcionalidad: Responde a la idea de evitar una utilización desmedida de las sanciones que conllevan una privación o una restricción de la libertad, para ello se limita su uso a lo imprescindible que no es otra cosa que establecerlas e imponerlas exclusivamente para proteger bienes jurídicos valiosos. Repulsa: (Del lat. repulsa).1. f. Acción y efecto de repulsar.2. f. Condena enérgica de algo. Riña: Der. Riña en que se acometen varias personas confusa y mutuamente de modo que no cabe distinguir los actos de cada una. Sedición: Levantamiento contra la autoridad legal. Supraindividual: De supra, -arriba, sobre o más allá. Que está más allá de lo individual. Una idea que no puede ser aplicada solo por una persona, sino que para ello se requiere la participación de otros. 20 BIBLIOGRAFIA Diccionario de la lengua española. Real Academia Española. 22. ª edición. Madrid: Espasa Calpe, 2003. Edición en 2 volúmenes, formato 13 x 19. Edición en CD-ROM, versión 1.0. W. Vista Gómez López, Jesús Orlando. Legítima Defensa. Ediciones Doctrina y Ley Ltda. Santa FE de Bogotá, D.C.1997. Segunda Edición. Mir Puig, Santiago. Derecho Penal, Parte General. Editorial Reppertor. Barcelona 2006. Séptima Edición. Muñoz Conde. Teoría General del Delito. Editorial Temis S.A., BogotáColombia. 2001. Segunda Edición. REFERENCIAS Alcalá-Zamora y Castillo (1965). Legítima defensa y proceso. HomenajePereda. Código Penal. Editorial LEGIS. Legislación Económica, C.A. Rif J00057320-4. Código Orgánico Procesal Penal. Editorial LEGIS. Legislación Económica, C.A. Rif J-00057320-4. Luzón Peña (1996). Curso de Derecho Penal. Univeristas. George Flechter (1993). En defensa propia: (sobre el caso Goetz y sus implicaciones legales). Tirant lo Blanch. Traducido por Muñoz Conde y Rodríguez Marín. http://es.wikipedia.org/wiki/Portal:Actualidad 21 MAPA CONCEPTUAL COP Artículo 65 Fundamentos Relación entre uso de Armas de Fuego y la Legítima Defensa Antecedentes Históricos Requisitos LEGITIMA DEFENSA Aportes 22