Arquitectura tropical para la región

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Una Arquitectura Tropical para la Región
Por:
Ana Lorena Pettinelli G., Arquitecto
La ideológica lucha entre movimientos
arquitectónicos tales como el modernismo y el
tradicionalismo trae actualmente consigo un
conflicto mas profundo entre regionalismo y
globalización, lo que dió cabida a debates dentro
de los aspectos sociales, económicos, políticos y
culturales durante la última parte el siglo pasado,
y, especialmente en lo que respecta a
planeamiento arquitectónico y urbano de las
ciudades de Latinoamérica. Esto viene
encadenado a una serie de hechos y factores
influyentes desde la época de la colonización por
parte de otras culturas a través del tiempo, así
como la intervención de la industrialización
difundida por los países de Occidente desde el
siglo IX.1
Muchas ciudades latinoamericanas, más aun,
aquellas que se sitúan en latitudes referentes a la
zona de los trópicos (Trópico de Cáncer y
Trópico de Capricornio), poseen características
homogéneas y muy particulares, en donde los
factores climáticos y los materiales que se
producen en dicha zona pueden ser
determinantes en la búsqueda de una identidad
arquitectónica. La mayoría de estas ciudades han
adoptado el uso de conceptos arquitectónicos
basados en el “modernismo”. Dichos conceptos
han resultado en un rompecabezas, desplegado
dentro de un entorno en donde éste “tipo de
arquitectura” no responde satisfactoriamente al
manejo de criterios y conceptos que revaloricen
y contribuyan al rescate de las raíces de la
arquitectura local, sino todo lo contrario. La
arquitectura moderna fue una ideología
concebida para el desarrollo en masa de
arquitectura alrededor del mundo sobre la base
de estándares de producción y la “máquina”.
Si analizamos la temprana concepción de la
vivienda primitiva, por lo general, ésta respondió
a cambios dentro del medio en el que se implantó
y evolucionό, siempre tratando de aprovechar las
bondades de los factores ambientales,
integrándola a su vez al contexto a través del
aprovechamiento de los vientos, el sol, la lluvia,
y el entorno inmediato. El “refugio primitivo”
descrito por el teórico francés Antoine Laügier,
permite una mejor percepción de la relación de la
arquitectura con la naturaleza y el contexto
natural. Laügier defendía una posición en la cual
la arquitectura es un producto de la naturaleza al
igual que sus características estéticas y
estructurales. 2 No podemos dejar de considera,
que las civilizaciones primitivas se valían de
materiales existentes en el medio para la
construcción de sus viviendas. El uso y
disposición de estos materiales genera valores y
propiedades en cuanto al aprovechamiento del
clima, características estructurales, y el manejo
del paisaje por medio de la integración de la
vivienda al entorno natural. La arquitectura
vernácula, la cual se puede apreciar aun en las
periferias de las ciudades latinoamericanas y en
áreas rurales, es el mejor ejemplo de una
arquitectura que responde a una región y clima
específico mediante el uso limitado, pero
apropiado de materiales endémicos. La
arquitectura vernácula se ha forjado a través de
los años sin bases académicas, pero con una
efectiva definición en base a la experiencia de la
prueba y error. Esta arquitectura ha prevalecido
sin una mayor influencia extranjera ni por
efectos de la industrialización, prevaleciendo su
honestidad.
Desde hace un par de décadas, en ciertos países
de Latinoamérica, especialmente en Costa Rica,
se han llevado a cabo una serie de proyectos
enfocados al Tropicalismo y su efecto en la
arquitectura. Bruno Stagno, arquitecto chileno,
nacionalizado en Costa Rica, fue el organizador
del simposium “Encuentro Tropical”, llevado
acabo en Costa Rica en 1998, en donde se
reunieron arquitectos practicantes, teóricos y
críticos de diferentes partes del mundo, tales
como: Gabriel Poole de Australia, Severiano
Porto y Roberto Segre de Brasil, Kenneth Yeang
de Malasia, Alexander Tzonis y Liane Lefaivre
de Holanda, entre otros. El simposium acentó
como conclusión el valor y significado que tiene
el Tropicalismo como forma de vida y expresión
cultural, no solo en Costa Rica, sino también en
otros países que comparten latitudes similares.
Bruno Stagno también hace referencia a esta
temática en su libro “Arquitectura para una
Latitud” en donde destaca el manejo de
conceptos relativos al análisis del medio natural
y la conservación de la identidad arquitectónica
del sitio.3 Parafraseando a Stagno, la arquitectura
para una latitud siempre será una arquitectura de
adaptación. Dentro de todo esto hay que
reconocer la importancia de la naturaleza y el
contexto edificado, la disposición de la
tecnología y la forma de vida local. En el caso de
los trópicos, hay que tomar en consideración la
existencia del pensamiento tropical, las bondades
de la radiante luz solar, el transparente y a veces
cambiante color del cielo, los tonos azulados y
verdosos de las montanas, y muchos otros
elementos que caracterizan la latitud tropical. Es
muy importante analizar aquellas edificaciones
que enriquecen culturalmente la región, y que
por lo tanto, se han adaptado naturalmente a
través del tiempo a la evolución de una
arquitectura tropical tradicional del lugar. Stagno
también señala un punto muy importante
respecto a la utilización de materiales propios de
la zona en combinación con nuevas tecnologías,
en donde el fin es reducir costos dentro de la
ejecución de un proyecto, lo que seria primordial
dentro de nuestra agobiada sociedad. Hay que
tener en cuenta también el aprovechamiento del
clima como herramienta determinante en la
reducción de dichos costos, los cuales son
aplicables a la realidad socioeconómica de
nuestra cultura. Los sistemas de climatización
artificial son considerados de lujo en el contexto
social latinoamericano, no sólo por el costo de
los equipos sino también por el consumo de
energía.
En el caso de Ecuador, se encuentra muy
influenciado por su situación con respecto a la
Línea Ecuatorial, en donde las condiciones del
clima húmedo-templado hacen determinante el
estudio y producción de una arquitectura que
funcione en base a criterios bioclimáticos y a la
integración de valores culturales y sociales.
Específicamente, la Región Costa o Litoral, se
encuentra dentro de este escenario climático, en
donde actualmente, la mayoría de la arquitectura
se está desarrollando en contradicción a la
arquitectura tradicional existente y a conceptos
tropicales, en donde la vegetación, el paisaje y
las condiciones ambientales deben ser factores
determinantes a la respuesta de la arquitectura
del lugar.
Hablamos de “Arquitectura Tropical”, como la
proyección y planteamiento de la misma
respondiendo climática y culturalmente al medio
en el que se desarrolla, tomando a la “región”
como herramienta específica en la búsqueda de
valores, normas y caracteres dentro de una
“cultura regional tropical” regida por costumbres
y características ambientales propias del sitio.
Esto se da en países que se encuentran dentro de
la zona Ecuatorial y entre los Trópicos de Cáncer
y Capricornio como se señaló anteriormente
(Sureste de Asia, el área central de África,
Centroamérica y desde el norte hasta el área
central de Sudamérica), en donde la vivienda se
debería desarrollar, tomando en cuenta aspectos
sociales y técnicas de edificación apropiadas. Es
curioso ver como la arquitectura de éstos lugares,
llevan arraigadas una serie de similitudes
logradas por medio del uso y el manejo de
ciertos criterios bioclimáticos, logrando una
expresión cultural homogénea en regiones
tropicales. Se puede apreciar muchas veces la
utilización de cubiertas con fuertes pendientes,
elementos localizados en ventanas que regulan el
paso de la luz solar y al mismo tiempo la entrada
de aire natural dentro de la vivienda y su manejo
hacia el interior, la elevación de la edificación
del suelo en que se implanta, entre otras
características.
Al enlistar estas características, es innegable el
pensar en una similitud con nuestra arquitectura
tradicional costeña. En nuestro país, la difusión
de alternativas que conlleven a la preservación,
mantenimiento y manejo de una identidad
arquitectónica en base a criterios de
Tropicalismo, es muy limitada. A pesar de que
poseemos edificaciones que responden al medio,
que por cierto, se encuentran situadas hacia áreas
periféricas, rurales, y unas pocas hacia el centro
de las ciudades, el darle sentido a una
Arquitectura Tropical, de la cual formamos
parte, implica el recuperar y preservar los
lineamientos de nuestra identidad en lo cultural,
social, y en nuestra percepción con respecto a la
arquitectura y su relación con el medio natural.
1
Alexander Tzonis, Liane Lefaivre y Bruno Stagno, Arquitectura Tropical: Regionalismo Critico en la Era
de la Globalización, (Gran Bretaña: Wiley-Academy, 2001).
2
Hanno-Walter Kruft, “La Fundación de la Academia Francesa de Arquitectura,” en Una Historia de la
Teoría de la Arquitectura: Desde Vitruvius hasta el Presente, (Nueva York: Princeton Architectural Press,
1994).
3
Bruno Stagno, Arquitectura Para una Latitud, (México: Menhir Libros, 1997).
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