Arquitectura oriental El concepto de arquitectura oriental es confuso y típicamente occidental. Sin embargo, resulta bastante apropiado para englobar la arquitectura de una enorme zona geográfica que comprende la India, Indochina, Indonesia, China y Japón. Durante mucho tiempo, las religiones y culturas de esta parte del mundo se interrelacionan fuertemente, y con ellas van evolucionando las arquitecturas que les son propias. Este periodo concluye con la colonización occidental (incluso en Japón, donde la colonización fue tan sólo cultural), coincidiendo con la Revolución Industrial. 4.1.1 India y el Sureste asiático El material constructivo típico de la arquitectura primitiva de la India es la piedra, labrada profusamente de acuerdo con la imaginería tradicional hindú. Esta característica, unida a la ausencia casi total de espacios estructurados, lleva a considerar estas obras como piezas escultóricas antes que arquitectónicas. 4.1.1.1 India El monumento más emblemático de la arquitectura india es la stupa. Se trata de un gran edificio de tradición budista, en forma de túmulo semiesférico. La más célebre es la de Sanchi, cerca de Bhopal (en la parte central de la India), cuya construcción se llevó a cabo entre los siglos III a.C. y I d.C. Durante el periodo primitivo, la construcción de templos y monasterios se limitaba a la excavación de santuarios en el interior de los acantilados. Las cuevas de Ellora y Ajanta (al noroeste de Bombay) son una serie de cavernas artificiales talladas en la roca durante siglos. Al evolucionar la construcción de templos, la excavación se sustituyó por otros métodos más convencionales de construcción pétrea. Sin embargo, continuó el predominio de las masas escultóricas frente a los espacios arquitectónicos. Los templos hindúes se encuentran por toda la India, especialmente en el sur y el este, donde el poder de los caudillos mogoles fue menor. El jainismo es un culto aún bastante extendido y tiene su propia tradición en la construcción de templos, que sigue en vigor. Véase Arte y arquitectura de India. 4.1.1.2 Sureste asiático En esta zona el templo budista se llama wat. El más conocido es el de Angkor Wat, en el centro de Camboya, construido a principios del siglo XII (época en la que ya reinaba la actual dinastía Jemer). Se trata de un conjunto arquitectónico de piedra tallada con profusión, que alcanza una altura de 60 m y cuyo acceso está precedido por un puente ceremonial de 183 m que cruza el foso circundante. Las tradiciones arquitectónicas budistas, que a menudo tienen origen en China, son muy evidentes en Myanmar (antes Birmania), Tailandia, Malasia, Java y Sri Lanka (antes Ceilán). Los templos y santuarios del palacio real de Bangkok tienen menos de doscientos años, lo que testifica la vitalidad cultural de esta arquitectura hace poco más de un siglo. 4.1.2 China y Japón Entre las culturas japonesa y china se aprecian elementos comunes; sin embargo, sus características generales son bastante diferentes. Concretamente la arquitectura de China es muy diferente de la de Japón, tanto en la forma como en el espíritu que la alimenta. 4.1.2.1 Arquitectura de China Palacio imperial, Pekín, China El Palacio imperial es uno de los múltiples edificios que se encuentran en la Ciudad Prohibida, complejo amurallado situado al norte de Pekín, en el que se alojaban los emperadores de las dinastías Ming y Qing. La Ciudad Prohibida fue llamada así porque sólo los miembros de la casa imperial podían acceder a ella. Ahora abierta al público, los edificios de este complejo son museos.Michael Carragher La inmutable estructura jerárquica de la familia extensa, sacralizada en toda China, y su espíritu de veneración hacia los antepasados, se refleja en la forma estricta de la casa familiar. Ésta se construye sobre una planta rectangular, con una disposición axial siguiendo un eje norte-sur. La entrada se efectúa a través de un patio tapiado situado en el extremo sur, mientras que los elementos de vivienda se disponen simétricamente a ambos lados del eje. Esta estructura se repite en numerosas tipologías residenciales de mayor envergadura, como monasterios, mansiones, palacios e incluso ciudades enteras. La ciudad de Pekín se expandió durante siglos bajo el dominio de diferentes dinastías. Su trazado lo componen dos rectángulos contiguos: la ciudad interior y la nueva ciudad exterior, cada una de ellas con una extensión de varios kilómetros cuadrados. Dentro de la ciudad interior se halla la ciudad imperial, que a su vez contiene a la Ciudad Prohibida, antigua residencia de la corte imperial. Todas las partes de la ciudad están ordenadas simétricamente a lo largo de una avenida que sigue la dirección norte-sur. Es la apoteosis, a gran escala, de la casa familiar china. Los materiales constructivos más utilizados en China y Japón son la piedra, el ladrillo, la madera y los elementos cerámicos. Las formas características de la arquitectura de ambos imperios provienen de las estructuras de madera. En China, los pilares sostienen una techumbre de madera, una especie de pirámide invertida formada por capas de vigas (tirantes) arriostradas por correas y pilares intermedios. Éstos, a su vez, sujetan las correas y cabios sobre los que descansa la pesada cubierta de tejas. Los aleros se extienden en voladizo más allá de las líneas de columnas, sobre unas complicadas ménsulas. El arquetipo resultante es un edificio de planta rectangular, normalmente de una sola altura, rematado por una empinada cubierta. Véase Arte y arquitectura de China. 4.1.2.2 Arquitectura japonesa Templo de Byodoin El Byodoin, un templo budista situado en Uji, cerca de Kioto (Japón), se concluyó en 1053. Entre sus edificios destaca el Ho-o-do, o pabellón del Fénix (en la fotografía), una antigua villa aristocrática que se convirtió en monasterio cuando se completó el conjunto religioso. La evolución de la casa japonesa es muy distinta de la china. Mientras la última se ocupaba de expresar el orden social, la casa del Japón se empeñó en crear un diálogo poético con la naturaleza, estableciendo relaciones diversas con la tierra, el agua, las piedras o los árboles. Esta convivencia es evidente en el palacio de Katsura (primera mitad del siglo XVII), proyectado y construido por un maestro de la ceremonia del té. Los edificios que lo componen parecen desperdigados de forma aleatoria, pero en realidad siguen una cuidadosa secuencia de vistas e integración en el paisaje. Japón perfeccionó sus estructuras de madera desde la antigüedad. El santuario de Ise, situado en la costa, al suroeste de Tokio, se erigió en el siglo V y se reconstruye meticulosamente cada 20 años. El edificio principal está situado en el interior de un recinto rectangular que acoge las estancias auxiliares. Se puede decir que es una joya construida en madera, elevada sobre postes hincados en el suelo, y coronada por una gran techumbre de paja. La estructura de la cubierta carece de tirantes y correas, de modo que el caballete descansa sobre una viga o cumbrera que a su vez sostienen dos enormes pilares situados en el centro de los hastiales. Los cabios se ensamblan por encima de la cumbrera, de tal modo que no producen esfuerzos hacia el exterior. Este monumento, pequeño pero de elegantes proporciones, es un excelente ejemplo de la sutileza del arte japonés. Véase Arte y arquitectura de Japón