JURISPRUDENCIA Impuesto a las ganancias. Deducciones. Gastos de automóvil. Agentes de propaganda médica. Janssen Cilag Farmacéutica S.R.L. c/D.G.I., C.N.C.A., Sala V, 21/8/07. VISTOS y CONSIDERANDO: 1. Que a fs. 269/274 el Tribunal Fiscal de la Nación resolvió confirmar parcialmente las resoluciones dictadas con fecha 22/10/02; por la A.F.I.P. –Dirección General Impositiva–, en virtud de la cual se determinó de oficio la obligación impositiva de la recurrente por los periodos fiscales 1996/1997 y 1998 en el impuesto a las ganancias y se reajustó el impuesto al valor agregado por los periodos fiscales que van desde el 1/97 a 12/9, del 2/98 a 9/98 y desde 11/98 a 12/98 en cuanto a la procedencia del impuesto e intereses resarcitorios, revocando la malta aplicada respecto del mismo, con costas por su order; confirmar la determinación en relación a la impugnación de créditos fiscales derivados de erogaciones o reintegros efectuados a los agentes de propaganda médica por servicios incluidos en los ptos. 1, 2 y 3 del inc. e) del art. 3 y en la limitación del art. 12, con costas; revocar el ajuste en el impuesto a las ganancias a tenor de la imputación fiscal contenida en el art. 73 de la ley del gravamen y 103 de su decreto reglamentario, con costas. II. Que a f. 275 interpuso recurso cle apelación la parte actora y expresó agravios a fs. 313/345, los cuales fueron contestados a fs. 379/382. A f. 601 y vta. dictaminó el Sr. Fiscal General. III. Que la recurrente solicitó se revoque la sanción impuesta, con costas al Fisco Nacional. Considera procedente la deducción de los gastos originados en los autormóviles utilizados por los visitadores medicos en función a una recta interpretación de las normas vigentes. Afirma que los gastos vinculados con los automóviles son gastos necesarios para mantener la fuente generadora de las ganancias, “gastos de movilidad” en que incurren dichos trabajadores para el desarrollo de sus tareas de promoción de los productos de la sociedad. Alude a precedentes jurisprudenciales firmes virtualmente análogos al caso de autos en los que unánimemente se sentenció en favor de la deducibilidad de tales conceptos. Considera que sin importar como se organise el esquema de reconocimiento de estas erogaciones se tratan de gastos de movilidad en tanto respondan a los gastos de desplazamiento de los APM's. Señala que el uso del automóvil hace al cumplimiento mismo del objeto principal de Janssen por ser un elemento imprescindible para su cometido. Hace alusión a las disposiciones que regulan la actividad de los laboratorios en tanto les impide hacer promoción de sus productos por los canales habituales encargando al aludido rol promocional a los APM's, imponiendo el regimen legal que se les reintegren los gastos de uso del automóvil. Sostiene la arbitrariedad de la sentencia en tanto se aparta de la pacifica interpretación jurisprudencial efectuada por las distintas Salas del Tribunal Fiscal de la Nación, e inclusive de precedentes de la propia Sala sentenciante, sin sustento alguno. Hace referencia al convenio colectivo de trabajo que regula la actividad de los agente de propaganda medica en tanto obliga a Janssen a satisfacer el pago de los gastos ocasionados por el automotor y por el uso del mismo en caso de pertenecer a los APM's (art. 38). Considera que el automóvil utilizado es un medio necesario para el desearollo de la actividad principal del laboratorio. Cita diversos antecedentes jurisprudenciales y concluye postulando que la interpretación efectuada por la sentencia en crisis implica la vulneración lisa y llanamente del principio de legalidad. IV. Que, en primer término, debe precisarse que los jueces no están obligados a seguir a las partes en todas sus argumentaciones, sino tan solo pronunciarse acerca de aquellas que estimen conducentes para sustentar sus conclusiones. (conf. C.S.J.N., “in re”: “Sopes Raúl Eduardo c/AdministraciOn Nacional de Aduanas”, sentencia del 12/2/87, “Stamei S.R.L. c/Universidad de Buenos Aires s/ordinario”, sentencia del 17/11/87; esta Sala, “in re”: “Werner Tomás M. c/B.C.R.A. s/proceso de conocimiento”, sentencia del 27/4/98, entre muchos otros). V. Que, para decidir come lo hizo, el Tribunal Fiscal manifestó “... resulta oportuno senalar que la obligatoriedad de dichos reintegros en el plano juridico laboral por la incidencia del convenio colectivo por el cual se rigen las actividades de los agentes de propaganda médica, en nada influye la posibilidad de su deducción en el balance fiscal o en el posible cómputo del credito fiscal en el impuesto al valor agregado, en tanto esto último depende de la verdadera naturaleza de la obligación y de la exégesis que puede realizarse de la normativa fiscal involucrada (...) la vinculación con la obtención de los ingresos o ganancias gravados de los gastos reembolsados a los agentes de propaganda médica es un hecho indubitable en el caso, pero se pierde trascendencia coma concepto genérico de pertenencia (del gasto o credito fiscal), para trasladar el foco del análisis a las precisas normas tributarias que en impuesto al valor agregado y en ganancias, atienden la deducibilidad de los gastos derivados de automóviles y las condiciones a que ellos estan sometidos para producir los creditos fiscales declarados por el apelante en el impuesto al valor agregado (...) los agentes de propaganda médica no tienen, en rigor, la función de fabricar ni de vender los productos, sino, tal como lo reconoce el propio recurrente, difundir, promocionar e informar sore los mismos, a medicos y odontólogos. No se ha probado que en el caso se de el supuesto contemplado en el art. 34 del convenio colectivo citado por el actor a f. 91 párrafo I, este es, ventas y/o cobranzas (...) procede sostener que los gastos de mantenimiento se pueden deducir en la medida en que los vehículos sean de propiedad de la recurrente o de sus dependientes, siempre que se cumplan con las restricciones que la ley establece en lo relativo a los gastos computables, condición que no se respeta en el caso de autos, al no poderse aplicar a la empresa la excepción que estabiece el art. 88, inc. t), último parrafo de la ley, ya que la actora no tiene como objeto principal el transporte de cosas o personas y, por otro lado, tampoco se encontraria imposibilitada de desarrollar su actividad (fabricación o venta de productos farmaceuticos o veterinarios) si no contara con los rodados en cuestión, lo que equivale a afirmar que la movilidad y los gastos de los agentes de propaganda médica pudo haberse generado por otros medios sin comprometer rodados, cuya situación tributaria es especificamente restrictiva (...) Como ya se dijera “objeto principal” de la actividad gravada es mucho mas que “vinculación necesaria” con la actividad gravada. Explotar los automóviles de su titularidad no es el objeto esencial del apelante y esto es irrefutablemente claro. VI. Que, como lo ha resaltado el Tribunal Fiscal, el meollo de la cuestión a resolver es determinar si el uso de los automóviles de propaganda médica constituye el objeto principal de la actividad gravada, a fin de poder incluir dicho concepto en los gastos deducibles por la normativa vigente. En este sentido la excepción dispuesta en el art. 88 inc. i) es clara: “lo dispuesto en este inciso no sera de aplicación respecto de los automóviles cuya explotación constituya el objeto principal de la actividad gravada (aiquiler, taxis, remises, viajantes de comercio y similares)” El alcance de tal disposición está vinculado al objeto de la actividad gravada. En este sentido la actora no ha demostrado en autos que la utilización de los automóviles por parte de los agentes de propaganda médica formaba parte de la actividad principal de la empresa, como tampoco ha acreditado la necesidad de los mismos para cumplir el rol promocional delegado a los APM's. Por otro lado, el convenio colectivo citado tampoco reconoce la necesidad de los vehiculos en tanto el art. 38, citado por la actora a f. 331, expresa, en referencia a los reintegros, “b) las casas que tengan APM's con uso reconocido de vehículo automotor”; dejando a salvo la posibilidad de APM's que no cuenten con vehiculo automotor o que no realizen un uso reconocido del mismo. VII. Que, respecto del planteo de inconstitucionalidad formulado por la parte actora, corresponde remitirse a lo manifestado por el Sr. fiscal general a f. 601 y vta.: “de acuerclo con reiterada doctrina de la Corte Suprema de Jusricia de la Nación, para que exista desmedro de la igualdad es menester que la desigualdad resulte del texto mismo de la ley aplicada y no de la interpretación que le haya dado la autoridad encargada de hacerla cumplir (fs.: 297:480; 300:65 y 302:3154, entre machos otros), como tampoco de la que pudieran acordarle los jueces (conf. fs.: 297:537), ni cage alegar su violación con fundamento en que la sentencia apelada no se ajusta a la doctrina establecida en otras, aunque emanen del mismo tribunal (fs.:301:917), toda vez que el análisis de razonabilidad de las leyes en punto a su validez constitucional no puede llevarse a cabo sino en el ámbito de las previsiones en ellas contenidas y de modo alguno sobre la base de los resultados posibles de su aplicación, lo que importaria valorarlas en merito a factores extraños a sus normas ( fs.: 299:45 y 305:1597), pues la mencionada garantia permite objetar falencias emergentes de las propias leyes, pero no deficiencias fácticas en la aplicación de aquelas (fs.: 306:2166). Lo hasta aquí expuesto hace que deba ser desestimada la aducida violación del derecho de igualdad y que devenga inoficioso el análisis del presunto exceso reglamen tari o aducido. Máxime, cuando el meollo de la argumentación de la recurrence estriba en expresar su disconformidad con lo concluido por el ‘a quo’ sin arbitrariedad, respecto a que no se configuran en el caso los presupuestos fácticos que tornarian aplicables las deducciones previstas por las normas en cuestión.”. VIII. Que en su expresión de agravios la actora reitera conceptos ya expuestos por ante el ente jurisdiccional administrativo, sin que puedan ellos conmover las conclusiones del “A quo”. (conf. esta Sala causa “Ducilo S.A. s/apelación A.N.A.” del 16/8/95 y causa Nº 21.178/98, “Zeneca S.A. (TF 8944-A) c/D.G.A.” del 26/8/98). Sobre el punto, cabe precisar que en los terminos del art. 1.180 del C.A. no cabe en principio rever en esta instancia las cuestiones fácticas, atento la limitación con que ha sido previsto por la ley el recurso que se intenta y siempre que del ejercicio del “a quo” de sus facultades propias de apreciar los hechos no surja que hubiera mediado un error de magnitud suficiente para apartar la aplicación del mentado principio. (conf. fs.: 300:985; Sala 111, causa Schmid Walter Edmundo del 26/10/84; Sala 1, causa “Scioli” del 14/12/93; esta Sala, causas “Aspitarte y Cia. S.A.” del 14/8/95, “Seysu S.R.L.” del 25/3/96, “Zeneca S.A.” del 26/8/98, “D.G.A. –en autos Procter OR. Gamble Soc. Col. TF 19609-A”– del 21/9/06). Por ello, en cuanto no se advierten razones fundadas como para apartarse de lo resuelto por el Tribunal Fiscal, corresponde confirmar el pronunciamiento recurrido. IX. Que, con relación a las costas de esta instancia, deberan imponerse en el orden causado atento el cambio jurisprudencial habido en la materia. Por ello: SE REUELVE: 1. Rechazar el recurso de apelación interpuesto y confirrnar la resolución del Tribunal Fiscal obrante a fs. 269/274, con costas por su order. 2. Registrese, notifiquese y, oportunamente, devuélvase. Se deja constancia que el Dr. Jorge Federico Alemany no suscribe la presente por encontrarse en uso de licencia (art. 109 R.T.N.).