AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2693/2010 AMPARO DIRECTO

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AMPARO DIRECTO
2693/2010
QUEJOSA: **********
EN
REVISIÓN
MINISTRO PONENTE: LUIS MARÍA AGUILAR MORALES
SECRETARIO DE ESTUDIO Y CUENTA: FRANCISCO MIGONI
GOSLINGA
México, Distrito Federal. Acuerdo de la Segunda Sala de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación, correspondiente al día
nueve de marzo de dos mil once.
V I S T O S; y,
R E S U L T A N D O:
PRIMERO. Por escrito presentado el dos de diciembre de
dos mil diez, ante la Oficialía de Partes de las Salas Regionales
Metropolitanas
del
Tribunal
Administrativa,
**********, por
Federal
de Justicia Fiscal
conducto
de
y
su apoderado,
promovió juicio de amparo directo en contra de la sentencia
dictada por la Novena Sala Regional Metropolitana del referido
tribunal el quince de octubre de dos mil nueve, en el expediente
**********.
SEGUNDO. Mediante proveído de veintisiete de mayo de
dos mil diez, el Presidente del Cuarto Tribunal Colegiado en
Materia Administrativa del Primer Circuito, al que por razón de
turno correspondió conocer del asunto, admitió la demanda. Dicho
cuerpo colegiado dictó sentencia el catorce de octubre de dos mil
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diez en el sentido de negarle a la quejosa la protección
constitucional solicitada.
TERCERO. Inconforme con el fallo constitucional la quejosa
interpuso recurso de revisión ante el referido tribunal colegiado el
cual, en su oportunidad, lo remitió a esta Suprema Corte de
Justicia de la Nación.
CUARTO. Mediante proveído de veintitrés de noviembre de
dos mil diez, el Presidente de este Alto Tribunal admitió el recurso
y lo turnó al Ministro Luis María Aguilar Morales.
QUINTO. En auto de seis de diciembre de dos mil diez se
admitió el recurso de revisión adhesiva interpuesto por la
Secretaría de Hacienda y Crédito Público en su carácter de
tercero perjudicada.
SEXTO. Por auto de dos de marzo de dos mil once el asunto
quedó radicado ante esta Segunda Sala.
El agente del Ministerio Público se abstuvo de formular
pedimento.
C O N S I D E R A N D O:
PRIMERO. Esta Segunda Sala de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación es competente para resolver el presente
recurso de revisión, de conformidad con lo dispuesto en los
artículos 107, fracción IX, de la Constitución Política de los
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Estados Unidos Mexicanos; 83, fracción V, y 84, fracción II, de la
Ley de Amparo; 11, fracción V y 21, fracción XI, de la Ley
Orgánica del Poder Judicial de la Federación; así como el Punto
Tercero, apartado III, en relación con el Punto Cuarto del Acuerdo
General 5/2001, toda vez que se promueve en contra de una
sentencia dictada por un Tribunal Colegiado de Circuito en un
juicio de amparo directo deducido de un juicio en materia
administrativa, cuya especialidad corresponde a esta Segunda
Sala.
SEGUNDO. El recurso de revisión se interpuso por parte
legitimada y de manera oportuna.
El escrito de expresión de agravios está suscrito por el
apoderado de la quejosa a quien se le reconoció ese carácter
según proveído de veintisiete de mayo de dos mil diez dictado por
el
Presidente
del
Cuarto
Tribunal
Colegiado en
Materia
Administrativa del Primer Circuito en el juicio de amparo directo
del que emana el presente asunto. Además, lo que combate es la
negativa del amparo de manera que cuenta con la legitimación
correspondiente, pues ese sentido afecta los intereses jurídicos
de su representada.
Por otra parte, el fallo constitucional impugnado se notificó a
la quejosa mediante lista de veintiuno de octubre de dos mil diez.
Esta notificación surtió efectos el día siguiente por lo que el plazo
de diez días que establece el artículo 86 de la Ley de Amparo
para la interposición del recurso de revisión transcurrió del
veinticinco de octubre al nueve de noviembre del citado año,
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debiendo descontar los días treinta y treinta y uno de octubre y
uno, dos, seis y siete de noviembre por ser sábados, domingos y
días en los que no hubo labores en términos de los artículos 23
de la Ley de Amparo y 163 de la Ley Orgánica del Poder Judicial
de la Federación. Luego, si el recurso se presentó en la Oficina de
Correspondencia Común de los Tribunales Colegiados en Materia
Administrativa del Primer Circuito el nueve de noviembre de dos
mil diez, es inconcuso que se hizo de manera oportuna.
Por otra parte, la revisión adhesiva también se presentó
oportunamente pues el proveído por el que se admitió el recurso
principal se notificó a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público
el veinticuatro de noviembre de dos mil diez. Así, el plazo de cinco
días transcurrió del veinticinco del citado mes al primero de
diciembre. Luego, si la revisión adhesiva se presentó ante este
Alto Tribunal este último día debe considerarse que se hizo dentro
del plazo legal correspondiente.
TERCERO. La sentencia impugnada en lo que interesa dice:
“También
la
quejosa
hace
valer
la
inconstitucionalidad respecto de los artículos 22 y
146 del Código Fiscal de la Federación, por
violación a los artículos 14 y 16 constitucionales,
por cuanto no establecen expresamente, en qué
momento prescribe el derecho del contribuyente
para solicitar la devolución de un saldo a favor, con
el consiguiente estado de indefinición, ya que la
autoridad en atención a la garantía de legalidad,
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debe
proporcionar
al
gobernado
todos
los
elementos para defender sus derechos.
Que también esos artículos violan la garantía de
proporcionalidad tributaria, dado que bajo la
interpretación de esas normas se le limita la
posibilidad de recuperar un saldo a favor por
concepto de impuesto al valor agregado, lo que
provoca que tribute en forma desproporcionada a
su capacidad contributiva.
Que el objeto del gravamen, es la riqueza gravada
por el legislador en un determinado supuesto
normativo
que
debe
indicar
una
capacidad
contributiva y en el caso se viola el artículo 31,
fracción IV, constitucional, porque se le grava en
función de una capacidad ficticia.
Son infundadas las manifestaciones anteriores, en
atención a que por lo que respecta a la garantía de
legalidad y seguridad jurídica que dice la quejosa
violan los artículos 22 y 146 del Código Fiscal de la
Federación, la hace derivar del hecho de que esos
dispositivos no refieren expresamente en qué
momento inicia el cómputo del plazo para que
opere la prescripción de la obligación de la
autoridad para devolver los saldos a favor.
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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2693/2010
Para
claridad del
asunto se transcriben los
dispositivos de mérito en la parte que interesa:
(Resulta innecesaria su transcripción).
Ahora bien, la garantía de legalidad jurídica
consistente en la obligación que tiene la autoridad
de que todos sus actos deben apegarse a la ley, a
su espíritu o a su interpretación jurídica, y la de
seguridad jurídica, ordena que se den a los
gobernados los elementos necesarios para la
defensa de sus derechos.
En ese tenor, de una interpretación sistemática del
artículo 22 en cita en relación con el diverso 146 del
Código Fiscal de la Federación y la jurisprudencia
aprobada por nuestro más Alto Tribunal, que antes
quedó transcrita, permiten apreciar la existencia del
término a partir del cual se debe computar el plazo
para que opere la prescripción de que se trata, si se
toma en cuenta que el primero de los artículos
menciona que las autoridades fiscales están
obligadas a devolver las cantidades pagadas
indebidamente y las que procedan conforme a las
leyes fiscales, y que la misma prescribe en los
mismos términos y condiciones que los créditos
fiscales, y el segundo, establece que los créditos
fiscales se extinguen por prescripción en el término
de cinco años, y que éste inicia, en la fecha en que
el pago puede ser legalmente exigible; de donde se
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desprende, que esos dispositivos contienen todos
los elementos necesarios para que los gobernados
puedan
defender
sus
derechos,
porque
expresamente señala que el término corre en la
fecha que el crédito puede ser legalmente exigible,
esto es, a partir en que se hizo el entero.
Lo anterior, según lo estableció la Segunda Sala de
la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en la
contradicción de tesis, en la jurisprudencia 2ª./J.
165/2004, transcrita con anterioridad, con el rubro
‘PRESCRIPCIÓN.
CUANDO
SE
TRATA
DE
LA
OBLIGACIÓN DE LAS AUTORIDADES FISCALES DE
DEVOLVER AL CONTRIBUYENTE LAS CANTIDADES
ENTERADAS EN EXCESO, EL PLAZO INICIA A
PARTIR DE LA FECHA EN QUE SE HIZO EL
ENTERO’, la cual es obligatoria tanto para este
Tribunal Colegiado como para la responsable, en
los términos del artículo 192 de la Ley de Amparo.
De donde resulta imperativo concluir, que los
dispositivos impugnados no infringen las garantías
aludidas contenidas en el artículo 31, fracción IV,
de la Constitución Federal, porque de su análisis
integral se colige a partir de cuando se computa el
plazo para que opere la prescripción que nos
ocupa, ya que los dispositivos reclamados no
generan arbitrariedad por parte de las autoridades
administrativas.
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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2693/2010
En otro aspecto, tampoco los artículos reclamados
violan la garantía de proporcionalidad, en atención
a que si bien esta garantía se refiere a la capacitad
contributiva de los gobernados, en la especie la
violación que argumenta la quejosa, la hace derivar
de la negativa de la autoridad hacendaria a la
solicitud de devolución que le formuló por haber
prescrito su derecho; porque considera que las
normas impugnadas limitan la posibilidad de
recuperar, según menciona, un saldo a favor por
concepto de Impuesto al Valor Agregado, lo que
provoca que tribute en forma desproporcional a su
verdadera capacidad.
Consideración la anterior, que no es legalmente
aceptable, en atención a que esta garantía se
refiere a la congruencia que debe existir entre el
tributo
y
la
capacidad
contributiva
de
los
causantes, entendida ésta como la potencialidad
real de contribuir al gasto público que el legislador
atribuye al sujeto pasivo del impuesto en el tributo
de que se trate, tomando en consideración que
todos los supuestos de las contribuciones tienen
una naturaleza económica en la forma de una
situación o de un movimiento de riqueza y las
consecuencias tributarias son medidas en función
de esa riqueza.
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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2693/2010
Por lo que, si la garantía se refiere a la forma de
contribuir al gasto público, no es legalmente
posible que los dispositivos que establecen el
procedimiento para la devolución como la que negó
la autoridad, violen la garantía de proporcionalidad;
porque no se refieren a la forma de tributar el
impuesto al valor agregado, y los dispositivos
impugnados establecen, como se dijo, las reglas
para
la
devolución
de
créditos
pagados
indebidamente, en atención a un interés particular,
que no puede estar sobre el general de la sociedad
que se encuentra interesada en la existencia de
recursos suficientes para el gasto público, de
donde no se advierte que controviertan la garantía
de proporcionalidad aludida.
(…)”
CUARTO. El presente recurso de revisión es procedente.
De los artículos 107, fracción IX, de la Constitución General
y 83, fracción V, de la Ley de Amparo, así como del punto Primero
del Acuerdo General 5/1999, se desprende que, por regla general,
las sentencias que dicten los Tribunales Colegiados de Circuito en
los juicios de amparo directo son inimpugnables y establecen
como casos de excepción los supuestos en los que en la
sentencia se resuelva sobre la constitucionalidad de una ley o se
establezca la interpretación directa de un precepto de la
Constitución, siendo necesario además que el tema entrañe la
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fijación de un criterio de importancia y trascendencia conforme a
los acuerdos generales de este Máximo Tribunal.
Así, en la fracción II del punto Primero del Acuerdo Plenario
5/1999 se estableció que, por regla general, se entenderá que no
se surten los requisitos de importancia y trascendencia cuando:
a) Exista jurisprudencia sobre el tema de constitucionalidad
planteado;
b) No se hayan expresado agravios o cuando, habiéndose
expresado,
sean
ineficaces,
inoperantes,
inatendibles
o
insuficientes, siempre que no se advierta queja deficiente que
suplir; y,
c) En los demás casos análogos a juicio de la Sala
correspondiente.
Lo anterior encuentra apoyo en la jurisprudencia 2ª./J.
149/2007 sustentada por esta Segunda Sala, con número de
registro 171625, visible en la página 615, del Tomo XXVI,
correspondiente al mes de agosto de dos mil siete, de la Novena
Época del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta de
rubro: “REVISIÓN EN AMPARO DIRECTO. REQUISITOS PARA
SU PROCEDENCIA”.
En la especie, se encuentran colmados los requisitos que
condicionan la procedencia del recurso de revisión toda vez que
el Cuarto Tribunal Colegiado en Materia Administrativa del Primer
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Circuito, al dictar el fallo constitucional impugnado, realizó un
pronunciamiento en materia de constitucionalidad pues sostuvo
que los artículos 22 y 146 del Código Fiscal de la Federación
vigente en dos mil ocho no son contrarios a las garantías de
seguridad jurídica y proporcionalidad tributaria.
Por otra parte, en la presente instancia subsiste el problema
de constitucionalidad toda vez que los agravios están dirigidos a
controvertir el pronunciamiento que hizo el referido cuerpo
colegiado
en
relación
con
la
constitucionalidad
de
los
mencionados preceptos legales. Cabe precisar que sobre el
problema de constitucionalidad planteado este Alto Tribunal no ha
sustentado criterios jurisprudenciales destacados de manera que
el asunto reviste importancia y trascendencia, máxime si se
considera que se trata de la interpretación de dos preceptos del
Código Fiscal de la Federación que están relacionados con el
plazo para que opere la prescripción del derecho a solicitar la
devolución de saldos a favor, cuyo estudio puede tener un
importante impacto en la materia tributaria federal.
QUINTO. Los agravios expuestos por la recurrente deben
desestimarse.
Aduce aquella que, contrariamente a lo que se sostiene en
el fallo constitucional impugnado, los artículos 22 y 146 del
Código Fiscal de la Federación vigente en dos mil ocho infringen
la garantía de seguridad jurídica y, en consecuencia, son
inconstitucionales. Lo anterior, porque si bien disponen el
momento a partir del cual comienza el plazo para que prescriba el
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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2693/2010
derecho a solicitar alguna devolución, sin embargo, ello
únicamente sucede tratándose de pago de lo indebido mas no de
saldo a favor. En efecto, según la inconforme en el fallo
constitucional se sostuvo que dicho plazo comienza a transcurrir a
partir de que se hizo el “entero” correspondiente, sin embargo,
ello es insuficiente para demostrar la constitucionalidad de los
preceptos controvertidos pues tratándose de saldos a favor es
cuestionable que existan “enteros”, además de que no se precisó
lo que debe entenderse por ese concepto. Agrega la inconforme
que la inconstitucionalidad de los referidos preceptos se corrobra
con el hecho de que no disponen si el plazo para que opere la
prescripción inicia con la presentación de la declaración mensual
(provisional), anual o complementaria, cuestión que deja en
indefensión a los gobernados.
El argumento sintetizado es infundado pues, como quedará
demostrado, los preceptos cuya constitucionalidad se cuestiona sí
regulan con los elementos de precisión necesarios la institución
de la prescripción vinculada con el derecho a solicitar la
devolución de saldos a favor.
Para demostrar el aserto anterior es menester dejar
asentado que tratándose de leyes la garantía de seguridad
jurídica establecida en el artículo 16 constitucional determina que
éstas deben contener los elementos mínimos necesarios para que
el gobernado pueda hacer valer el derecho que le asiste y para
que las autoridades no incurran en arbitrariedades. Así, para
evitar la infracción a la garantía de que se trata el legislador
ordinario debe procurar que la ley secundaria regule o establezca
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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2693/2010
los elementos indispensables a fin de que, por un lado, el
gobernado esté en posibilidad de proteger y ejercer plenamente
sus derechos y, por otro, la autoridad no incurra en conductas
arbitrarias o injustificadas.
En relación con lo expuesto en el párrafo precedente debe
decirse que las leyes, al ser normas generales, impersonales y
abstractas, deben prever hipótesis genéricas que pueden ser
actualizadas por una diversidad de hechos. Así, la ley intenta
recoger la mayoría de los hechos que considera relevantes para
la materia que se regula sin que pueda abordar en detalle todas
las situaciones que fácticamente pueden acaecer, pues resultaría
imposible para el legislador prever todas las circunstancias que
pueden darse en la realidad. Esto explica que las leyes tiendan a
una generalidad racional y no a regular de manera casuística
todos los supuestos que fácticamente pueden actualizarse.
Sobre el particular, resulta aplicable la jurisprudencia
sustentada por esta Segunda Sala con número de registro
174094, visible en la página 351, del Tomo XXIV, correspondiente
al mes de octubre de dos mil seis, de la Novena Época del
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta que dice:
“GARANTÍA
DE
SEGURIDAD
JURÍDICA.
SUS
ALCANCES. La garantía de seguridad jurídica
prevista en el artículo 16 de la Constitución Política
de los Estados Unidos Mexicanos, no debe
entenderse en el sentido de que la ley ha de señalar
de manera especial y precisa un procedimiento
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para regular cada una de las relaciones que se
entablen entre las autoridades y los particulares,
sino que debe contener los elementos mínimos
para hacer valer el derecho del gobernado y para
que, sobre este aspecto, la autoridad no incurra en
arbitrariedades, lo que explica que existen trámites
o relaciones que por su simplicidad o sencillez, no
requieren
de
que
la
ley
pormenorice
un
procedimiento detallado para ejercer el derecho
correlativo.
Lo
anterior
corrobora
que
es
innecesario que en todos los supuestos de la ley se
deba detallar minuciosamente el procedimiento,
cuando éste se encuentra definido de manera
sencilla para evidenciar la forma en que debe
hacerse valer el derecho por el particular, así como
las facultades y obligaciones que le corresponden
a la autoridad.”
Sentado lo anterior, procede citar en lo conducente los
preceptos cuya constitucionalidad se cuestiona:
“Artículo 22. Las autoridades fiscales devolverán
las cantidades pagadas indebidamente y las que
procedan conforme a las leyes fiscales. En el caso
de contribuciones que se hubieran retenido, la
devolución se efectuará a los contribuyentes a
quienes se les hubiera retenido la contribución de
que
se
trate.
Tratándose
de
los
impuestos
indirectos, la devolución por pago de lo indebido se
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efectuará a las personas que hubieran pagado el
impuesto trasladado a quien lo causó, siempre que
no lo hayan acreditado; por lo tanto, quien trasladó
el impuesto, ya sea en forma expresa y por
separado o incluido en el precio, no tendrá derecho
a solicitar su devolución. Tratándose de los
impuestos indirectos pagados en la importación,
procederá la devolución al contribuyente siempre y
cuando
la
cantidad
pagada
no
se
hubiere
acreditado.
(. . .)
Cuando la contribución se calcule por ejercicios,
únicamente se podrá solicitar la devolución del
saldo a favor cuando se haya presentado la
declaración del ejercicio, salvo que se trate del
cumplimiento de una resolución o sentencia firmes,
de autoridad competente, en cuyo caso, podrá
solicitarse la devolución independientemente de la
presentación de la declaración.
Si el pago de lo indebido se hubiera efectuado en
cumplimiento de acto de autoridad, el derecho a la
devolución en los términos de este artículo, nace
cuando dicho acto se anule. Lo dispuesto en este
párrafo no es aplicable a la determinación de
diferencias por errores aritméticos, las que darán
lugar a la devolución siempre que no haya prescrito
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la obligación en los términos del penúltimo párrafo
de este artículo.
(. . .)
El fisco federal deberá pagar la devolución que
proceda actualizada conforme a lo previsto en el
artículo 17-A de este Código, desde el mes en que
se realizó el pago de lo indebido o se presentó la
declaración que contenga el saldo a favor y hasta
aquél en el que la devolución esté a disposición del
contribuyente. Para el caso de depósito en cuenta,
se entenderá que la devolución está a disposición
del contribuyente a partir de la fecha en que la
autoridad efectúe el depósito en la institución
financiera señalada en la solicitud de devolución.
(. . .)
La obligación de devolver prescribe en los mismos
términos y condiciones que el crédito fiscal. Para
estos efectos, la solicitud de devolución que
presente el particular, se considera como gestión
de cobro que interrumpe la prescripción, excepto
cuando el particular se desista de la solicitud.
(. . .)”
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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2693/2010
“Artículo 146. El crédito fiscal se extingue por
prescripción en el término de cinco años.
El término de la prescripción se inicia a partir de la
fecha en que el pago pudo ser legalmente exigido y
se podrá oponer como excepción en los recursos
administrativos. El término para que se consume la
prescripción se interrumpe con cada gestión de
cobro que el acreedor notifique o haga saber al
deudor o por el reconocimiento expreso o tácito de
éste respecto de la existencia del crédito. Se
considera gestión de cobro cualquier actuación de
la
autoridad
dentro
del
procedimiento
administrativo de ejecución, siempre que se haga
del conocimiento del deudor.
(. . .)”
Del primero de los artículos transcritos se advierte que el
legislador determinó que las autoridades fiscales deben devolver
a los contribuyentes las cantidades que se hayan pagado
indebidamente “y las que procedan conforme a las leyes fiscales”.
De lo anterior se aprecia que en el precepto de que se trata el
legislador no únicamente reguló los pagos indebidos sino que
también previó otros conceptos (las cantidades cuya devolución
proceda conforme a las leyes fiscales) dentro de los que se
encuentran los “saldos a favor”. Esto es así, porque el propio
precepto, al establecer que las cantidades a devolver deberán
actualizarse, distingue entre aquellas que constituyeron pago de
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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2693/2010
lo indebido de las que deben considerarse saldo a favor. Así, las
primeras se actualizan a partir de que se realizó el pago que se
considera indebido y las segundas desde la fecha en que se haya
presentado la “declaración que contenga el saldo a favor”.
Cabe precisar que el último párrafo del artículo 22 del
Código Fiscal de la Federación vigente en dos mil ocho establece
de manera destacada que “la obligación de devolver prescribe en
los mismos términos y condiciones que el crédito fiscal”. Nótese
que dicho párrafo alude de manera genérica a la “obligación de
devolver” sin que haga distinción entre pago de lo indebido y
saldo a favor. De aquí, que la obligación de devolver uno u otro
prescriba en los mismos términos y condiciones que el crédito
fiscal.
Es importante apuntar aquí que el precepto legal que se
analiza establece que tratándose de contribuciones que se
calculan por ejercicios la devolución del “saldo a favor” podrá
solicitarse a partir de que se haya presentado la declaración del
ejercicio, salvo que se trate del cumplimiento de una resolución o
sentencia firme, en cuyo caso podrá solicitarse la devolución
independientemente de la presentación de la declaración.
Por otra parte, del artículo 146 del Código Fiscal de la
Federación se aprecia que los créditos fiscales se extinguen por
prescripción en el plazo de cinco años el cual comienza a partir de
la fecha en que el pago pudo ser legalmente exigido. En
congruencia con lo anterior, si el artículo 22 del mismo
ordenamiento legal dispone de manera expresa que tratándose
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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2693/2010
de saldos a favor derivados de contribuciones que se calculen por
ejercicios la devolución correspondiente podrá solicitarse cuando
se haya presentado la declaración del ejercicio, es inconcuso que
el derecho a exigir la devolución de un saldo a favor nace en el
momento en que ésta se presenta.
El hecho de que sea a partir de la declaración del ejercicio
que contenga el saldo a favor cuando nazca la posibilidad legal de
exigir su devolución se justifica en la medida en que, por regla
general, la operación de determinación la lleva a cabo el propio
contribuyente ya que la ley fiscal, partiendo de un principio de
buena fe, le permite a éste calcular y declarar voluntariamente el
monto de sus obligaciones tributarias. En efecto, el tercer párrafo
del artículo 6° del Código Fiscal de la Federación dispone:
“Artículo 6o. (. . .)
Corresponde a los contribuyentes la determinación
de las contribuciones a su cargo, salvo disposición
expresa en contrario. Si las autoridades fiscales
deben hacer la determinación, los contribuyentes
les proporcionarán la información necesaria dentro
de los 15 días siguientes a la fecha de su
causación.”
Como se ve, la regla general es que los contribuyentes se
autoliquiden lo cual, además de facilitar la captación de las
contribuciones, tiene justificación en el hecho de que son los
propios contribuyentes los que cuentan con todos los elementos
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fiscales y contables que les permiten conocer plenamente su
situación tributaria y, en consecuencia, el monto al que asciende
el saldo a favor, máxime tratándose de los contribuyentes que
dictaminan sus estados financieros pues los dictámenes gozan de
la presunción de certeza de los hechos asentados en ellos
respecto de la situación fiscal de los contribuyentes en tanto que
los contadores públicos que los elaboran actúan como auxiliares
de la administración pública. No debe pasar inadvertido que es
obligación
de
los
contribuyentes
llevar
y
resguardar
su
contabilidad o, en su defecto, la documentación necesaria para
acreditar el cumplimiento de sus deberes fiscales, de manera que
son ellos los que conocen su situación fiscal. Al respecto, resultan
ilustrativos los artículos 28 y 30 del Código Fiscal de la
Federación que en lo conducente disponen:
“Artículo 28. Las personas que de acuerdo con las
disposiciones fiscales estén obligadas a llevar
contabilidad,
deberán
observar
las
siguientes
reglas:
I. Llevarán los sistemas y registros contables que
señale el reglamento de este Código, los que
deberán reunir los requisitos que establezca dicho
reglamento.
II. Los asientos en la contabilidad serán analíticos y
deberán efectuarse dentro de los dos meses
siguientes a la fecha en que se realicen las
actividades respectivas.
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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2693/2010
III. Llevarán la contabilidad en su domicilio fiscal.
Los contribuyentes podrán procesar a través de
medios electrónicos, datos e información de su
contabilidad en lugar distinto a su domicilio fiscal,
sin que por ello se considere que se lleva la
contabilidad fuera del domicilio mencionado.
IV. Llevarán un control de sus inventarios de
mercancías,
materias
primas,
productos
en
proceso y productos terminados, según se trate, el
cual
consistirá
identificar
por
concepto
y
en
un
registro
unidades,
por
por
fecha,
que
permita
productos,
los
aumentos
por
y
disminuciones en dichos inventarios, así como las
existencias al inicio y al final de cada ejercicio, de
tales inventarios. Dentro del concepto se deberá
indicar si se trata de devoluciones, enajenaciones,
donaciones, destrucciones, entre otros.
(. . .)
Quedan incluidos en la contabilidad los registros y
cuentas
especiales
disposiciones
fiscales,
a
que
los
obliguen
que
lleven
las
los
contribuyentes aun cuando no sean obligatorios y
los libros y registros sociales a que obliguen otras
leyes.
21
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2693/2010
En los casos en los que las demás disposiciones
de este Código hagan referencia a la contabilidad,
se entenderá que la misma se integra por los
sistemas y registros contables a que se refiere la
fracción I de este artículo, por los papeles de
trabajo, registros, cuentas especiales, libros y
registros
sociales
precedente,
por
señalados
los
en
equipos
el
y
párrafo
sistemas
electrónicos de registro fiscal y sus registros, por
las máquinas registradoras de comprobación fiscal
y sus registros, cuando se esté obligado a llevar
dichas máquinas, así como por la documentación
comprobatoria de los asientos respectivos y los
comprobantes
de
haber
cumplido
con
las
disposiciones fiscales.”
“Artículo 30. Las personas obligadas a llevar
contabilidad deberán conservarla en el lugar a que
se refiere la fracción III del artículo 28 de este
Código a disposición de las autoridades fiscales.
Las personas que no estén obligadas a llevar
contabilidad deberán conservar en su domicilio a
disposición
de
las
autoridades,
toda
documentación relacionada con el cumplimiento de
las disposiciones fiscales.
(. . .)”
22
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2693/2010
Lo hasta aquí expuesto permite concluir que cuando los
contribuyentes presentan la declaración del ejercicio están en
aptitud de conocer con precisión su situación fiscal y, en
consecuencia, si tienen o no saldo a favor y, en su caso, el monto
al que éste asciende.
Es importante aclarar que el saldo a favor no surge por el
hecho de que el contribuyente hubiese hecho pagos por la
existencia de un error de hecho o de derecho o incluso ante la
ausencia de obligación legal (pues ello configura el pago de lo
indebido), sino que nace por la mecánica propia de la tributación
de una determinada contribución y su monto se conoce cuando
ésta se liquida en la medida en que su cuantificación depende de
diversos factores como son las deducciones autorizadas, el
acreditamiento de los pagos provisionales, las operaciones de
traslado, entre otras circunstancias. Esto explica que en términos
del artículo 22 del Código Fiscal de la Federación la devolución
del saldo a favor pueda solicitarse cuando se haya presentado la
declaración del ejercicio, pues es hasta que ésta se elabora
cuando el contribuyente está en aptitud de conocer su situación al
cierre del ejercicio tomando en cuenta todos los pagos
provisionales que realizó.
De lo hasta aquí expuesto se aprecia que los artículos 22 y
146 del Código Fiscal de la Federación vigente en dos mil ocho
no infringen la garantía de seguridad jurídica dado que,
contrariamente a lo aducido por la quejosa recurrente, además de
que sí regulan el plazo para que prescriba la obligación a cargo
de la autoridad fiscal de devolver los saldos a favor que tengan
23
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2693/2010
los contribuyentes, también establecen de manera clara que dicho
plazo inicia a partir de la presentación de la declaración final
tratándose de contribuciones que se calculan por ejercicios. No
podría ser de otra manera pues mientras no se haya elaborado la
declaración del ejercicio el contribuyente no podrá conocer con
exactitud el monto al que asciende el saldo a favor toda vez que,
como se apuntó, éste deriva de la mecánica de los propios
impuestos en los que necesariamente debe tomarse en cuenta los
pagos provisionales que se hubiesen efectuado, de manera que
dicho saldo no surge en un momento determinado sino que nace
cuando jurídica y contablemente se está aptitud de conocerlo con
certeza.
No pasa inadvertido para esta Segunda Sala que conforme
al
artículo
32 del
Código
Fiscal de
la
Federación
los
contribuyentes pueden modificar sus declaraciones hasta en tres
ocasiones (siempre que no se hayan iniciado las facultades de
comprobación). Dicho precepto en lo que interesa dispone:
“Artículo 32. Las declaraciones que presenten los
contribuyentes serán definitivas y sólo se podrán
modificar por el propio contribuyente hasta en tres
ocasiones, siempre que no se haya iniciado el
ejercicio de las facultades de comprobación.
(. . .)
La modificación de las declaraciones a que se
refiere este artículo, se efectuará mediante la
24
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2693/2010
presentación de declaración complementaria que
modifique los datos de la original.
(. . .)
Si en la declaración complementaria se determina
que
el
pago
efectuado
fue
menor
al
que
correspondía, los recursos se computarán sobre la
diferencia, en los términos del artículo 21 de este
Código, a partir de la fecha en que se debió hacer el
pago.”
De
la
disposición
transcrita
se
desprende
que
las
declaraciones que presentan los contribuyentes tienen el carácter
de definitivas y se podrán modificar por el contribuyente hasta en
tres ocasiones (mientras la autoridad fiscal no haya iniciado las
facultades de comprobación). Al respecto, debe decirse que la
declaración
complementaria
tiene
por
objeto
hacer
del
conocimiento de la autoridad hacendaria el cambio en algunos
datos o en algunos rubros de la declaración mas no constituye
una “nueva declaración”. Esto es así, porque además de que la
declaración complementaria está indefectiblemente vinculada con
aquella que modifica, la declaración del ejercicio tiene carácter de
definitiva. En este sentido, la presentación de una declaración
complementaria de ninguna manera interrumpe el plazo de
prescripción al que están sujetas las devoluciones, máxime que
no constituye una gestión de pago pues en términos del artículo
22 del Código Fiscal (que ya quedó citado) es la solicitud de
25
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2693/2010
devolución la que tiene tal carácter y que, por ende, es
susceptible de interrumpir dicho plazo.
Sobre el particular resulta aplicable la jurisprudencia
sustentada por esta Segunda Sala con número de registro
179821, visible en la página 440, del Tomo XX, correspondiente al
mes de diciembre de dos mil cuatro, de la Novena Época del
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta que dice:
“PRESCRIPCIÓN. CUANDO SE TRATA DE LA
OBLIGACIÓN DE LAS AUTORIDADES FISCALES
DE
DEVOLVER
AL
CONTRIBUYENTE
LAS
CANTIDADES ENTERADAS EN EXCESO, EL PLAZO
INICIA A PARTIR DE LA FECHA EN QUE SE HIZO
EL ENTERO. El crédito fiscal debe entenderse
como la obligación determinada en cantidad líquida
para que sea satisfecha por el contribuyente; por
ende, si el artículo 22 del Código Fiscal de la
Federación remite a la prescripción del crédito
fiscal tratándose de devoluciones, para procurar la
equidad tributaria entre la autoridad y el sujeto
pasivo, regulando las obligaciones de éstos y la
forma de extinguirse dentro de un mismo plano de
igualdad, es evidente que contiene un derecho
sustantivo para que el gobernado solicite dentro
del plazo de cinco años la devolución de las
cantidades que enteró en exceso, ya que de lo
contrario, operará la prescripción de la obligación
de la autoridad fiscal de devolverlas, plazo que
26
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2693/2010
debe atender a la fecha en que se realizó el entero,
es decir, al momento en que se presentó la
declaración normal o alguna complementaria con
saldo en contra del causante, pues es esa fecha
cuando se efectuó el entero de las cantidades
indebidas. Esto es, si la prescripción es un medio
para que el deudor, sea el contribuyente o la
autoridad fiscal, se libere de las obligaciones
impuestas por las leyes tributarias, y si la solicitud
de devolución se origina de un saldo a favor que
surge en el momento en que se presentó la
declaración de impuestos de un determinado
ejercicio, desde esa fecha, conforme al cálculo del
contribuyente, se generó el saldo, y no en la fecha
de
presentación
complementaria
con
de
una
saldo
declaración
a
favor
del
contribuyente, de manera que con su presentación
no se entiende interrumpido el plazo de la
prescripción, pues no se hace gestión alguna de
cobro, ya que dicha declaración no es más que el
reflejo de una serie de cálculos que se efectuaron y
se plasman, pero no conllevan a gestionar cobro
alguno, dado que el mencionado artículo 22
establece la forma para exigir el derecho a la
devolución, siendo necesaria una solicitud de
devolución formalmente hecha y presentada ante
autoridad competente para que se produzca la
interrupción del plazo prescriptorio.”
27
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2693/2010
Cabe precisar que si el plazo para que prescriba el derecho
a la devolución se interrumpiera cada vez que el contribuyente
presentara una declaración complementaría (que podría ser hasta
en tres ocasiones) se generaría inseguridad jurídica pues con
independencia de que no existiría gestión de cobro alguna, dicho
plazo quedaría sujeto al proceder del gobernado quien podría
hacer que se extendiera hasta a casi veinte años pues bastaría
con que un día antes de que se cumplieran los cinco años a partir
de la presentación de la declaración del ejercicio con saldo a
favor, exhibiera una complementaria y repitiera la misma
operación dos veces más.
En el orden de ideas expuesto, es claro que los artículos 22
y 146 del Código Fiscal de la Federación vigente en dos mil ocho
no infringen la garantía de seguridad jurídica y, en consecuencia,
no son inconstitucionales.
No pasa inadvertido para este cuerpo colegiado que la
recurrente aduce que en el fallo constitucional impugnado se
sostuvo que el plazo para que prescriba el derecho a solicitar la
devolución del saldo a favor inicia cuando se hace “el entero”, sin
que se hubiese explicado lo que debe entenderse por “entero”. Al
respecto, debe decirse que dicho argumento es inoperante pues
aun en el supuesto de que se llegara a considerar que era
imprescindible que se definiera dicho concepto (que en materia
fiscal es ampliamente conocido), lo cierto es que ello de ninguna
manera conduciría a estimar que los preceptos de que se trata
son contrarios a la garantía de seguridad jurídica.
28
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2693/2010
En otro orden de ideas, la inconforme manifiesta que el fallo
constitucional impugnado no está ajustado a derecho toda vez
que el Cuarto Tribunal Colegiado en Materia Administrativa del
Primer Circuito omitió analizar el concepto de violación en el que
planteó que los artículos 22 y 146 del Código Fiscal de la
Federación son inconstitucionales porque infringen la garantía de
proporcionalidad tributaria.
El citado agravio es infundado. En efecto, en la demanda de
amparo la quejosa sostuvo que dichos preceptos violan la
mencionada garantía porque limitan la posibilidad de recuperar un
saldo a favor lo que implica que se tribute conforme a una
capacidad contributiva ficticia.
El argumento de que se trata fue desestimado por el referido
órgano jurisdiccional en los términos siguiente:
“En
otro
aspecto,
tampoco
los
artículos
reclamados violan la garantía de proporcionalidad,
en atención a que si bien esta garantía se refiere a
la capacidad contributiva de los gobernados, en la
especie la violación que argumenta la quejosa, la
hace derivar de la negativa de la autoridad
hacendaria a la solicitud de devolución que le
formuló por haber prescrito su derecho; porque
considera que las normas impugnadas limitan la
posibilidad de recuperar, según menciona, un saldo
a favor por concepto de impuestos al valor
29
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2693/2010
agregado, lo que provoca que tribute en forma
desproporcional a su verdadera capacidad.
Consideración la anterior, que no es legalmente
aceptable, en atención a que esta garantía se
refiere a la congruencia que debe existir entre el
tributo
y
la
capacidad
contributiva
de
los
causantes, entendida ésta como la potencialidad
real de contribuir al gasto público que el legislador
atribuye al sujeto pasivo del impuesto en el tributo
de que se trate, tomando en consideración que
todos los supuestos de las contribuciones tienen
una naturaleza económica en la forma de una
situación o de un movimiento de riqueza y las
consecuencias tributarias son medidas en función
de esa riqueza.
Por lo que, si la garantía se refiere a la forma de
contribuir al gasto público, no es legalmente
posible que los dispositivos que establecen el
procedimiento para la devolución como la que negó
la autoridad, violen la garantía de proporcionalidad;
porque no se refieren, a la forma de tributar el
impuesto al valor agregado, y los dispositivos
impugnados establecen, como se dijo, las reglas
para
la
devolución
de
créditos
pagados
indebidamente, en atención a un interés particular,
que no puede estar sobre el general de la sociedad
que se encuentra interesada en la existencia de
30
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2693/2010
recursos suficientes para el gasto público, de
donde no se advierte que controviertan las garantía
de proporcionalidad aludida.”
De la anterior transcripción se aprecia que el órgano
jurisdiccional que pronunció la sentencia impugnada sí aludió a
los argumentos expuestos por la ahora recurrente tendentes a
demostrar que los preceptos legales cuya constitucionalidad
controvierte son contrarios a la garantía de proporcionalidad
tributaria. Al respecto, sostuvo que dicha garantía determina que
debe existir congruencia entre el tributo y la capacidad
contributiva de los gobernados y en el caso los preceptos
cuestionados no pueden infringir esa prerrogativa en la medida en
que no regulan cuestiones vinculadas con la forma de tributar sino
que prevén temas relacionados con la devolución de saldos a
favor.
Cabe precisar que en sus agravios la recurrente se limita a
expresar
que
el
Cuarto
Tribunal
Colegiado
en
Materia
Administrativa del Primer Circuito no estudió la cuestión planteada
en la demanda (lo cual, como se vio, es inexacto), sin embargo,
no controvierte las razones en las que ese órgano jurisdiccional
se sustentó para concluir que los preceptos cuestionados, por la
materia que regulan, no eran susceptibles de violar la garantía de
proporcionalidad tributaria.
Finalmente, aduce la recurrente que el Cuarto Tribunal
Colegiado en Materia Administrativa del Primer Circuito, para
sostener que los preceptos legales cuestionados no son
31
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2693/2010
inconstitucionales, se apoyó en la citada jurisprudencia de rubro:
“PRESCRIPCIÓN. CUANDO SE TRATA DE LA OBLIGACIÓN DE
LAS
AUTORIDADES
CONTRIBUYENTE
LAS
FISCALES
DE
CANTIDADES
DEVOLVER
AL
ENTERADAS
EN
EXCESO, EL PLAZO INICIA A PARTIR DE LA FECHA EN QUE
SE HIZO EL ENTERO.” Según la inconforme, dicha jurisprudencia
no es aplicable al caso pues se constriñe a estudiar el plazo para
que prescriba el derecho a la devolución tratándose de pago de lo
indebido y no de saldo a favor.
El anterior argumento es inoperante pues la aplicación de
una jurisprudencia a un caso concreto constituye un tema de
legalidad que escapa a la materia del presente recurso de revisión
(que se constriñe al estudio de las cuestiones propiamente
constitucionales) en la medida en que lo único que debe
verificarse es si los problemas jurídicos que se analizaron pueden
subsumirse en aquélla, sin que para ello sea necesario hacer un
estudio de constitucionalidad.
En el orden de ideas expuesto, toda vez que los artículos 22
y 146 del Código Fiscal de la Federación no son contrarios a la
garantía de seguridad jurídica, lo que procede es confirmar la
sentencia recurrida en la que se negó a la quejosa la protección
constitucional solicitada.
El sentido de la presente resolución obliga a declarar sin
materia la revisión adhesiva interpuesta por el Subprocurador
Fiscal Federal de Amparos en representación de la Secretaría de
Hacienda y Crédito Público (tercera perjudicada en el juicio de
32
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2693/2010
amparo del que deriva el presente medio de defensa). Lo anterior,
con apoyo en la jurisprudencia con número de registro 171304,
sustentada por esta Segunda Sala, aplicable por analogía, visible
en la página 552, del Tomo XXVI, correspondiente al mes de
septiembre de dos mil siete, de la Novena Época del Semanario
Judicial de la Federación y su Gaceta que dice:
“REVISIÓN ADHESIVA EN AMPARO INDIRECTO.
DEBE DECLARARSE SIN MATERIA SI LA REVISIÓN
PRINCIPAL RESULTA INFUNDADA. El artículo 83,
fracción IV, de la Ley de Amparo prevé la
procedencia del recurso de revisión contra las
sentencias
pronunciadas
por
los
Jueces
de
Distrito, y en su último párrafo establece que en
todos los casos a que se refiere ese precepto, la
parte que obtuvo resolución favorable a sus
intereses puede adherirse a la revisión principal.
Ahora bien, si se toma en cuenta que el recurso de
revisión adhesiva carece de autonomía, al señalar
el párrafo indicado que la adhesión al recurso sigue
la suerte procesal de éste, es evidente que si la
revisión principal resulta infundada, aquél debe
declararse
sin
materia,
por
su
naturaleza
accesoria.”
Por lo expuesto y fundado, se resuelve:
PRIMERO. En la materia de la revisión se confirma el fallo
constitucional impugnado.
33
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2693/2010
SEGUNDO. La Justicia de la Unión no ampara ni protege a
**********, en contra del acto precisado en el resultando primero de
la presente resolución.
TERCERO. Queda sin materia la revisión adhesiva.
Notifíquese; con testimonio de esta resolución, vuelvan los
autos al Tribunal Colegiado de su origen y, en su oportunidad,
archívese el toca como asunto concluido.
Así lo resolvió la Segunda Sala de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación por mayoría de cuatro votos de los señores
Ministros Luis María Aguilar Morales, Sergio A. Valls Hernández,
José Fernando Franco González Salas y Presidente Sergio
Salvador Aguirre Anguiano. La Ministra Margarita Beatriz Luna
Ramos votó en contra. Fue ponente el Ministro Luis María Aguilar
Morales.
Firman el Ministro Presidente y el Ministro Ponente con el
Secretario de Acuerdos de la Segunda Sala que autoriza y da fe.
MINISTRO PRESIDENTE
SERGIO SALVADOR AGUIRRE ANGUIANO
34
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2693/2010
MINISTRO PONENTE
LUIS MARÍA AGUILAR MORALES
SECRETARIO DE ACUERDOS
LIC. MARIO EDUARDO PLATA ÁLVAREZ
Esta foja corresponde al amparo directo en revisión 2693/2010. Quejosa:
**********.- Fallado el nueve de marzo de dos mil once, en el que se resolvió:
“PRIMERO. En la materia de la revisión se confirma el fallo constitucional
impugnado. SEGUNDO. La Justicia de la Unión no ampara ni protege a **********,
en contra del acto precisado en el resultando primero de la presente resolución.
TERCERO. Queda sin materia la revisión adhesiva.” Conste.
En términos de lo determinado por el Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación
en su sesión del veinticuatro de abril de dos mil siete, y conforme a lo previsto en los
artículos 3, fracción II, 13, 14 y 18 de la Ley Federal de Transparencia y Acceso a la
Información Pública Gubernamental, así como en el segundo párrafo del artículo 9° del
Reglamento de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y del Consejo de la Judicatura
Federal, en esta versión pública se suprime la información considerada legalmente como
reservada o confidencial que encuadra en esos supuestos normativos.
35
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2693/2010
VOTO PARTICULAR
QUE FORMULA LA SEÑORA MINISTRA MARGARITA
BEATRIZ LUNA RAMOS EN RELACIÓN CON LA EJECUTORIA
PRONUNCIADA POR LA SEGUNDA SALA DE LA SUPREMA
CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN, EN EL AMPARO
DIRECTO EN REVISIÓN 2693/2010.
Disiento del criterio que adoptó la mayoría de los Ministros
que integran la Segunda Sala de este Alto Tribunal, que
confirmaron la sentencia recurrida y negaron la protección
constitucional solicitada, al considerar que los artículos 22 y 146
del Código Fiscal de la Federación respetan la garantía de
seguridad jurídica.
En la ejecutoria se determinó que esos preceptos legales sí
establecen el momento a partir del cual inicia el plazo de cinco
años para que prescriba la obligación de la autoridad fiscal, de
devolver los saldos a favor que tengan los contribuyentes; y que
por esa razón, no generan arbitrariedad por parte de las
autoridades administrativas.
Por otro lado, en relación con lo señalado por la recurrente
en torno a que los artículos cuestionados generan incertidumbre,
al no especificar lo que debe entenderse por “entero” para efectos
del inicio del plazo para que opere la prescripción de mérito; los
Ministros que integran este órgano jurisdiccional lo declararon
inoperante, ya que concluyeron que aún en supuesto de que se
llegara a considerar que era imprescindible que se definiera dicho
36
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2693/2010
concepto, lo cierto era que de ninguna manera conduciría a
estimar que los artículos 22 y 146 del Código Fiscal de la
Federación son contrarios a la garantía de seguridad jurídica.
Tales decisiones se apoyaron en el criterio mayoritario de
tres votos de la Segunda Sala, al resolver el tres de septiembre
de dos mil cuatro, la contradicción de tesis 127/2003-SS, que dio
origen a la siguiente jurisprudencia:
PRESCRIPCIÓN. CUANDO
SE
TRATA
DE
LA
OBLIGACIÓN DE LAS AUTORIDADES FISCALES
DE
DEVOLVER
AL
CONTRIBUYENTE
LAS
CANTIDADES ENTERADAS EN EXCESO, EL PLAZO
INICIA A PARTIR DE LA FECHA EN QUE SE HIZO
EL ENTERO.- El crédito fiscal debe entenderse
como la obligación determinada en cantidad líquida
para que sea satisfecha por el contribuyente; por
ende, si el artículo 22 del Código Fiscal de la
Federación remite a la prescripción del crédito
fiscal tratándose de devoluciones, para procurar la
equidad tributaria entre la autoridad y el sujeto
pasivo, regulando las obligaciones de éstos y la
forma de extinguirse dentro de un mismo plano de
igualdad, es evidente que contiene un derecho
sustantivo para que el gobernado solicite dentro
del plazo de cinco años la devolución de las
cantidades que enteró en exceso, ya que de lo
contrario, operará la prescripción de la obligación
de la autoridad fiscal de devolverlas, plazo que
debe atender a la fecha en que se realizó el entero,
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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2693/2010
es decir, al momento en que se presentó la
declaración normal o alguna complementaria con
saldo en contra del causante, pues es esa fecha
cuando se efectuó el entero de las cantidades
indebidas. Esto es, si la prescripción es un medio
para que el deudor, sea el contribuyente o la
autoridad fiscal, se libere de las obligaciones
impuestas por las leyes tributarias, y si la solicitud
de devolución se origina de un saldo a favor que
surge en el momento en que se presentó la
declaración de impuestos de un determinado
ejercicio, desde esa fecha, conforme al cálculo del
contribuyente, se generó el saldo, y no en la fecha
de
presentación
complementaria
con
de
una
saldo
declaración
a
favor
del
contribuyente, de manera que con su presentación
no se entiende interrumpido el plazo de la
prescripción, pues no se hace gestión alguna de
cobro, ya que dicha declaración no es más que el
reflejo de una serie de cálculos que se efectuaron y
se plasman, pero no conllevan a gestionar cobro
alguno, dado que el mencionado artículo 22
establece la forma para exigir el derecho a la
devolución, siendo necesaria una solicitud de
devolución formalmente hecha y presentada ante
autoridad competente para que se produzca la
interrupción del plazo prescriptorio.
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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2693/2010
En el referido asunto se determinó que si el gobernado no
solicitaba dentro del plazo de cinco años la devolución de las
cantidades que enteró en exceso, operaba la prescripción de la
obligación de la autoridad fiscal de devolverlos, y que ese plazo
debía empezar a contar a partir de la fecha en que se realizó el
entero, es decir, al presentar la declaración normal, o bien la
complementaria, reflejando un saldo en contra.
También se concluyó que si bien las declaraciones podían
modificarse hasta en tres ocasiones a través de declaraciones
complementarias, donde se reflejan saldos a favor, eso no podía
ser considerado como una gestión de cobro que interrumpiera el
plazo de prescripción, ya que el contribuyente, en este supuesto,
no estaba cobrando al fisco cantidad alguna, sino que estaba
modificando la declaración normal presentada, por haber
advertido errores en ella; consecuentemente, la fecha de
presentación de la declaración complementaria con saldo a favor,
no podía ser tomada como referencia para el inicio del cómputo
de cinco años referido en el artículo 146 del Código Fiscal de la
Federación.
Sin embargo, en esa ocasión emití voto minoritario, por
virtud de que consideré que el momento de presentación de
cualquier declaración complementaria, sea reflejado un saldo en
contra o uno a favor, debía tomarse en cuenta como la fecha en
que se realizó el entero para efectos del inicio del plazo de la
prescripción.
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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2693/2010
En ese orden de ideas, y en congruencia con dicho voto, no
estoy de acuerdo con la decisión en el sentido de que los artículos
22 y 146 del Código Fiscal de la Federación no contravienen la
garantía
de
seguridad
jurídica,
porque
si
se
toma
en
consideración que la prescripción de la obligación de la
autoridad fiscal de devolver cantidades pagadas en exceso opera
dentro del plazo de cinco años, que inicia a partir de la fecha
en que se realizó el entero; es indudable que esta disposición sí
genera incertidumbre, pues de acuerdo a mi criterio, esa
referencia puede ser entendida de distintos modos.
Me explico, es indudable que la presentación de una
declaración normal queda comprendida como fecha en que se
realizó el entero; sin embargo, teniendo derecho el contribuyente
a corregir esa declaración hasta en tres ocasiones, resulta
incuestionable que cualquier declaración complementaria también
podría tomarse como referencia para el inicio del plazo aludido; lo
cual a mi parecer, provoca confusión, y la consecuente violación a
la garantía de seguridad jurídica.
ATENTAMENTE
MINISTRA MARGARITA BEATRIZ LUNA RAMOS
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