EL FIN DE LA GRACIA

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¿Qué es "el fin de la gracia"?
"El que es injusto, sea injusto todavía: y el que es sucio, ensúciese todavía: y el que
es justo, sea todavía justificado: y el santo sea santificado todavía. Y he aquí, yo vengo
presto, y mi galardón conmigo, para recompensar á cada uno según fuere su obra
( Apoc. 22: 11).
En Apocalipsis, está claro que antes de la segunda venida de Jesús Cristo, se decidirá el
destino de toda persona. El juicio habrá terminado y no habrá apelaciones. En este momento
aquellos quienes han rechazado el evangelio de Jesús nunca se convertirán a Cristo, y quienes
aceptaron a Cristo serán sellados como Hijos de Dios.
Fíjese que esto sucede antes de la segunda venida que se menciona en el verso 12. Muchos
creen que durante el milenio, Jesús gobernará la Tierra y muchos tendrán la oportunidad de
aceptar a Jesús, pero el pasaje claramente muestra que no será posible. Lo que podemos
llamar "el fin de la gracia de Dios" sucederá poco antes de la Segunda Venida. Podríamos llamarlo el
"juicio pre-advenimiento".
El octavo capítulo del libro nos brinda información de esto.
Los versos 3 al 5 dicen: "Y otro ángel vino, y se paró delante del altar, teniendo un
incensario de oro; y le fue dado mucho incienso para que lo añadiese á las oraciones de
todos los santos sobre el altar de oro que estaba delante del trono. Y el humo del incienso
subió de la mano del ángel delante de Dios, con las oraciones de los santos. Y el ángel tomó el
incensario, y lo llenó del fuego del altar, y echólo en la tierra; y fueron hechos truenos y voces y
relámpagos y terremotos."
El altar y el incensario mencionados aquí se hallan en el Lugar Santo del Santuario, frente
al velo de separación del Lugar Santo y el Santísimo. El Sumo Sacerdote ministraría como
intercesor ante el altar quemando incienso, cuya dulzura representaba las oraciones de los fieles.
El Sumo Sacerdote un día del año, el día de Expiación, después de completar todas las actividades
preliminares en el Lugar Santo, procedería al Lugar Santísimo a representar a las personas ante
Dios en Su Juicio. El ángel mencionado aquí es realmente nuestro Sumo Sacerdote, Jesús.
La tirada del incensario ilustra la cesación de la mediación de Jesucristo como Sumo Sacerdote.
Con el fin de Su mediación, o "el fin de la gracia de Dios", se ha decidido el destino de todo
personas, el juicio de la humanidad se acabó.
Noten a hora que los eventos que siguen "truenos y voces y relámpagos y terremotos" ocurren
justo antes de caer las plagas finales (copas de ira de Dios) cuando las siete trompetas
empiezan sonar.
"Y uno de los cuatro animales dio á los siete ángeles siete copas de oro, llenas de la ira de
Dios, que vive para siempre jamás. Y fue el templo lleno de humo por la majestad de Dios,
y por su potencia; y ninguno podía entrar en el templo, hasta que fuesen consumadas las siete
plagas de los siete ángeles. Y oí una gran voz del templo, que decía á los siete ángeles: Id, y
derramad las siete copas de la ira de Dios sobre la tierra." Apoc. 15:7,8 y 16:1
¿Ve el paralelo aquí con Apocalipsis 8? Antes de "el fin de la gracia de Dios" la humanidad
tiene forma de llegar a Dios por medio de un intercesor, nuestro Sumo Sacerdote Jesucristo.
Pero al acabar el juicio, ya no hay necesidad del Sumo Sacerdote. El Templo cierra a la
humanidad para siempre.
Si leen 16:2 al 21 verán un gran paralelo entre las 7 copas de la ira de Dios y las
siete trompetas.
Teniendo claro que las plagas siguen el "fin de la gracia", nos preguntamos: ¿a quiénes
les caerán las plagas? Igual que en Egipto durante la esclavitud de Israel, las últimas plagas
caerán sólo sobre los impíos, y no afectan a los siervos de Dios. Las plagas serán bastante
claros a los impíos, pero como Faraón en los días de Moisés, endurecerán sus corazones y
se irán completamente contra Dios y le blasfemarán en lugar de arrepentirse. Esto demuestra
que ningún impío se arrepentirá y buscará de Dios, todo el mundo ha decidido previamente
una manera o el otro. Verá, el "juicio de Dios" no es verdaderamente Dios juzgando a los
individuos, sino los individuos juzgando a Dios. Aquellos quienes aceptan a Jesucristo como su
mediador serán salvos, lo han juzgado como digno Sumo Sacerdote. Aquellos quienes han
rechazado a Jesucristo, lo habrán juzgado indigno como su mediador. Una vez la última decisión
es hecha por la última persona, entonces la gracia de Dios cerrará, ya nadie requiere a un
mediador. Es en este punto cuando Jesús lanzará al piso su incensario y las siete plagas
postreras comenzarán a caer sobre el mundo impenitente.
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