Planos de Le Corbusier

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Le Corbusier
"La Casa es una máquina de vivir". Esta célebre frase del arquitecto
francés de origen suizo, Le Corbusier, resume los principios de su
creador, que supo unir en sus proyectos el moderno funcionalismo con un
tratamiento escultórico de las formas arquitectónicas.
Charles-Édouard Janneret, que empleó el seudónimo de Le Corbusier, nació
el 6 de Octubre de 1887 en la localidad suiza de LA Chaux-de-Fonds. A los
trece años ingresó en la Escuela de Artes Decorativas de esta ciudad, y
aconsejado por su maestro Charles L'Eplattenier, decidió convertirse en
arquitecto. Entre 1907 y 1911 realizó una serie de decisivos viajes por
los Balcanes y el Mediterráneo, cuyas construcciones lo fascinaron por su
tratamiento de la luz y su concepción del paisaje como marco
arquitectónico.
A la edad de treinta años se instaló en París, donde completó su
formación y se introdujo en los círculos artísticos de vanguardia. En
1918 redactó, junto con el pintor y diseñador francés Amédée Ozenfant, el
manifiesto del purismo, movimiento que propugnaba el abandono de las
abstracciones del cubismo y el retorno a las formas puras y geométricas
de los objetos cotidianos. Dos años después inició su colaboración con la
revista L'Esprit Nouveau, para la que escribió una serie de artículos que
se publicaron con el título de Vers une architectures (1993; Hacia una
arquitectura). Éste fue el primero de los numerosos escritos teóricos de
Le Corbusier sobre arquitectura y urbanismo, que lo convirtieron en el
principal difusor del llamando "estilo internacional".
Una vez consolidadas sus concepciones, Le Corbusier se entregó al trabajo
e inició el que se conoce como su primer período, que se prolongaría
hasta el estallido de la segunda guerra mundial. En el Salón de Otoño de
1922 presentó dos proyectos que contenían los principios estructurales y
estéticos de todas sus obras de esta época: pilar externo soportando
estructura, independencia de estructura y paredes - no sólo exteriores,
sino también internas -, plano abierto para crear espacios fluidos,
fachadas libres de ornamentación y azotea que puede convertirse en
jardín.
Es preciso considerar, de cualquier forma, que el racionalismo de Le
Corbusier y sus empeños en adecuar los edificios y trazados urbanos a la
función para la que estaban destinadas no respondían a meras
abstracciones geométricas. Sus raíces se hundían en un profundo estudio
de la arquitectura popular y de las "obras" de la naturaleza, que lo
llevaron a la convicción de que ésta posee una "rotunda simplicidad" y es
"económicamente bella". Sus magníficas pinturas y esculturas, oscurecidas
a menudo por sus logros como arquitecto, revelan en su frecuente
utilización de formas tanto mecanicistas como orgánicas esa estrecha
vinculación con el mundo físico.
Interesado sobre todo en realizar obras que acogieran a un grán número de
personas, la aplicación más notable de las ideas sociales de Le Corbusier
en este período fue la construcción entre 1925 y 1926 de una ciudad de
trabajadores de cincuenta casas en Pessac, cerca de Burdeos. Sin embargo,
trabajó sobre todo en viviendas unifamiliares de diseño funcional y
apariencia ascética, destinadas a personas de la clase elevada, como la
villa Savoye de Possy.
En 1927, Le Corbusier participó en el concurso de proyectos para el
centro de la Sociedad de las Naciones de Ginebra. Su polémica eliminación
dio al arquitecto una enorme publicidad al identificar su nombre con la
arquitectura de vanguardia. Notables proyectos en los años siguientes
fueron el edificio Centrosoyús en Moscú, el Pabellón Suizo en la ciudad
universitaria parisiense y el Ministerio de Salud y Educación de Río de
Janeiro, en el que colaboraron los brasileños Lúcio Costa y Oscar
Niemeyer.
El estallido de la segunda guerra mundial interrumpió la actividad de Le
Corbusier como constructor. Sus reflexiones lo llevaron por entonces a la
elaboración del concepto modulor, escala de medidas armónicas que dispone
los elementos arquitectónicos de acuerdo con las proporciones del cuerpo
humano, y deseo de dotar a la arquitectura racionalista de una mayor
expresividad.
Apoyado por el gobierno francés, Le Corbusier se entregó tras el fin de
la guerra a la construcción en Marsella de un complejo residencial,
finalizado en 1952, que encarnó su visión del entorno social. El proyecto
-Unité d'habitation- era una ciudad vertical donde se alojaban 1,800
personas en 23 tipos de apartamentos con servicios comunes.
Entre 1950 y 1955 edificó también la célebre capilla de Notre-Dame-duHaut en Ronchamp (1950-1955), cuyo techo, aparentemente suspendido en el
aire, se sostenía sobre un oculto entramado de soportes.
Posteriormente, Le Corbusier recibió numerosos encargos de trabajos en
gran escala fuera de Francia. En 1951 comenzó la construcción de la nueva
capital de Panjab indio, Chandigarh, donde pudo aplicar sus principios de
ordenación urbana. Construcciones de singular nobleza fueron, Tokio
(1960) y el Carpenter Visual Arts Center en la Universidad Harvard.
Le Corbusier falleció en Cap Martin, Alpes Maritimes, Francia, el 27 de
agosto de 1965. Su obra, profundamente humanista, constituye un punto de
referencia ineludible para la comprensión de la arquitectura del siglo
XX.
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