PROYECTOS TRANSVERSALES La implantación de los ejes transversales en las instituciones educativas no es una tarea fácil. Se abren perspectivas interesantes para la participación mancomunada con los estudiantes y padres de familia; pero, para participar e intervenir en la gestión y en las actividades, se ha de mejorar día a día la formación e ir subiendo el nivel tanto en casa como en la institución en la medida en que sea posible. No es adecuado simplificar conceptos ni ofrecer una visión reduccionista. El método a seguir es, cuando aparezcan términos nuevos, complicados o de carácter técnico, proceder a aclararlos para que, al concluir la lectura del documento, tengamos una idea básica pero rigurosa de la importancia de los ejes transversales y de cómo pueden influir positivamente en la educación de los estudiantes. Los niños, adolescentes y jóvenes, en los distintos niveles educativos, estudian una serie de materias como Matemáticas, Lenguaje, Ciencias Sociales, Ciencias Naturales y otras áreas, cuyos conocimientos son necesarios para desarrollar hábitos intelectuales y destrezas y para aprender a expresarse con corrección o aproximarse a las leyes de la Naturaleza y a los problemas sociales. Los pensadores que han dedicado sus reflexiones a la pedagogía acostumbran a hacer una distinción fundamental, educar no es lo mismo que instruir. Instruir no es una tarea desdeñable ya que se necesita adquirir conocimientos y desarrollar destrezas pero, educar es algo de mucho más calado porque consiste, nada más y nada menos que, en formar personas o mejor aún, hacer factible que los estudiantes protagonicen su propio proceso de aprendizaje y desarrollen una autonomía progresiva y autocontrol y un espíritu crítico para valorar la realidad en la que viven. Las instituciones educativas son claves en el proceso de socialización pero también lo es la familia, el grupo de iguales, el entorno físico, social y cultural y los medios de comunicación. Es un error creer que los estudiantes se educan sólo en las instituciones; Pues, también se educan en casa, la calle, en el mundo virtual, a través de las actividades que realicen en su ocio y en las horas dedicadas al estudio; se educan a través de los mensajes que les llegan desde los medios de comunicación; se educan compartiendo experiencias con sus amigos y vecinos y se educan explorando el entorno y aprendiendo a desenvolverse adecuadamente en el medio social y cultural en el que les toca vivir. La responsabilidad de la institución escolar es mucha pero su relación con la educación es la que existe entre el todo y la parte. Perder esto de vista, tal vez suponga colocarnos una venda en los ojos que nos ciegue y nos impida lograr los objetivos que nos hemos marcado. Cada vez que la sociedad se enfrenta a nuevos problemas surgen voces irreflexivas que creen haber encontrado la solución ampliando sistemáticamente el currículum y los programas educativos. Digámoslo claramente; aunque los estudiantes pasaran las veinticuatro horas del día, los siete días de la semana y los doce meses del año en las aulas, no podrían asimilar la complejidad de las ideas, conceptos y nuevas realidades de un mundo progresivamente cambiante. Incluso aquellas personas con un mayor nivel de especialización sólo pueden conocer una pequeña parte de los conocimientos existentes. Pero si es imposible conocerlo todo, es perfectamente posible despertar el amor por el conocimiento, deseos de descubrir y experimentar y lograr que puedan comprender los rasgos más importantes del mundo en que vivimos y también que reflexionen sobre su lugar en el mundo y que sean capaces de trazarse metas y proyectos vitales para desarrollar sus capacidades y encauzar adecuadamente sus actitudes. Los ejes transversales no son áreas del conocimiento institucional y por tanto, las actividades experimentales que se lleven a cabo no están sujetas a evaluaciones tipo exámenes por la nota-. Se denominan, precisamente así, porque recorren el currículum de arriba abajo como si de una columna vertebral se tratara. Los estudiantes necesitan asimilar conocimientos pero desde la perspectiva de una educación integral, necesitan también desarrollar capacidades y destrezas, asumir y defender valores y aprender a tomar decisiones tras someter las distintas opciones a reflexión y crítica. Los proyectos transversales potencian decisivamente esa línea educativa. Ayudan a pensar y a plantearse la importancia de defender la Naturaleza, desarrollar hábitos saludables, combatir el racismo y la xenofobia, desarrollar actitudes nos existas o contribuir al equilibrio mundial mediante el apoyo a nuestros compatriotas. Tampoco son un ámbito cerrado.