una eternidad de gloria en los cielos junto al Señor. Pero alguien se preguntará, ¿cómo hacer para alcanzar esta bendición eterna? La Biblia nos contesta: “Cree en el Señor Jesucristo y serás salvo” (Los Hechos 16:31) Aún hoy es el tiempo propicio. Si alguno que lee estas líneas siente en su corazón que es pecador delante de Dios, no deje pasar este día: reconozca su pecado ante Él. Pídale perdón en lo íntimo de su corazón y acepte a Jesucristo como su Salvador personal pues: "El que en él cree, no es condenado; mas el que no cree, ya es condenado, porque no creyó en el nombre del unigénito Hijo de Dios." (San Juan 3:18) Iglesia Cristiana Evangélica una eternidad de gloria en los cielos junto al Señor. Pero alguien se preguntará, ¿cómo hacer para alcanzar esta bendición eterna? La Biblia nos contesta: “Cree en el Señor Jesucristo y serás salvo” (Los Hechos 16:31) Aún hoy es el tiempo propicio. Si alguno que lee estas líneas siente en su corazón que es pecador delante de Dios, no deje pasar este día: reconozca su pecado ante Él. Pídale perdón en lo íntimo de su corazón y acepte a Jesucristo como su Salvador personal pues: "El que en él cree, no es condenado; mas el que no cree, ya es condenado, porque no creyó en el nombre del unigénito Hijo de Dios." (San Juan 3:18) Iglesia Cristiana Evangélica El significado de la Pascua En este tiempo celebrarnos la Pascua y, por distintos motivos, dicha costumbre hace que estos, sean días diferentes a los demás: algunas personas no trabajan, hay comercios que no atienden, se reúnen las familias, otros aprovechan para descansar y pasear, etc. Sin duda estos días son diferentes al resto del año; a tal punto qué es común que al saludarse la gente diga: "Felices Pascuas". Todos conocemos, estas cosas y participamos de ellas, pero, más allá de las costumbres y tradiciones que los hombres han establecido, es bueno preguntarse ¿es éste el verdadero significado de la Pascua?, ¿son estas las maneras de celebrarla? Y debemos responder: NO. El significado de la Pascua En este tiempo celebrarnos la Pascua y, por distintos motivos, dicha costumbre hace que estos, sean días diferentes a los demás: algunas personas no trabajan, hay comercios que no atienden, se reúnen las familias, otros aprovechan para descansar y pasear, etc. Sin duda estos días son diferentes al resto del año; a tal punto qué es común que al saludarse la gente diga: "Felices Pascuas". Todos conocemos, estas cosas y participamos de ellas, pero, más allá de las costumbres y tradiciones que los hombres han establecido, es bueno preguntarse ¿es éste el verdadero significado de la Pascua?, ¿son estas las maneras de celebrarla? Y debemos responder: NO. En primer lugar, para entender la Pascua debemos comenzar por conocernos a nosotros mismos. Al respecto, la Palabra de Dios expresa claramente que todos somos pecadores pues "todos pecaron" (Ro. 3:23). Esta verdad nos incluye, en forma personal a cada uno de nosotros. Nadie escapa a esta consideración. Asimismo, ella nos indica que "la paga del pecado es la muerte" (Ro. 6:23) y que "los malos serán trasladados al infierno" (Salmo 9:17). Esta es nuestra condición: muertos y condenados. Más allá de lo que cada uno de nosotros pueda pensar, es esto lo que somos a los ojos de Dios, y el destino eterno que nos espera después de la muerte. Ahora bien, Dios, que es Amor y nos ama desde toda la eternidad ¿habría de permanecer indiferente a esta condición de todos los hombres?: ¡No!, no lo fue, sino que envió a Su Hijo, el Señor Jesucristo, para que Él ocupara nuestro lugar. Dios cargó en Él, el pecado de todos nosotros cuando Cristo murió en la cruz en nuestro lugar. Por esta razón la Biblia enseña que “siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.” (Ro. 5:8); y, justamente, es este el significado de la Pascua. En ella recordarnos aquel día en que Cristo el Hijo de Dios, murió en la Cruz sufriendo el castigo que nos correspondía a nosotros y allí derramo Su Sangre preciosa que nos limpia de todo pecado; para luego resucitar de entre los muertos demostrando así su completa victoria sobre el pecado y la muerte. Por estos hechos afirmamos que Cristo es el único Salvador. Por eso también el Apóstol San Pedro decía que “en ningún otro hay salud; porque no hay otro nombre debajo del cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos" (Los Hechos 4:12). Este es el profundo significado de la Pascua: “el Señor Jesucristo muriendo en la Cruz por los pecadores, por nosotros, para que ahora, confiando en Él, podamos ser salvos y, en lugar de sufrir el castigo de Dios que nos enviaría al infierno, podamos tener En primer lugar, para entender la Pascua debemos comenzar por conocernos a nosotros mismos. Al respecto, la Palabra de Dios expresa claramente que todos somos pecadores pues "todos pecaron" (Ro. 3:23). Esta verdad nos incluye, en forma personal a cada uno de nosotros. Nadie escapa a esta consideración. Asimismo, ella nos indica que "la paga del pecado es la muerte" (Ro. 6:23) y que "los malos serán trasladados al infierno" (Salmo 9:17). Esta es nuestra condición: muertos y condenados. Más allá de lo que cada uno de nosotros pueda pensar, es esto lo que somos a los ojos de Dios, y el destino eterno que nos espera después de la muerte. Ahora bien, Dios, que es Amor y nos ama desde toda la eternidad ¿habría de permanecer indiferente a esta condición de todos los hombres?: ¡No!, no lo fue, sino que envió a Su Hijo, el Señor Jesucristo, para que Él ocupara nuestro lugar. Dios cargó en Él, el pecado de todos nosotros cuando Cristo murió en la cruz en nuestro lugar. Por esta razón la Biblia enseña que “siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.” (Ro. 5:8); y, justamente, es este el significado de la Pascua. En ella recordarnos aquel día en que Cristo el Hijo de Dios, murió en la Cruz sufriendo el castigo que nos correspondía a nosotros y allí derramo Su Sangre preciosa que nos limpia de todo pecado; para luego resucitar de entre los muertos demostrando así su completa victoria sobre el pecado y la muerte. Por estos hechos afirmamos que Cristo es el único Salvador. Por eso también el Apóstol San Pedro decía que “en ningún otro hay salud; porque no hay otro nombre debajo del cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos" (Los Hechos 4:12). Este es el profundo significado de la Pascua: “el Señor Jesucristo muriendo en la Cruz por los pecadores, por nosotros, para que ahora, confiando en Él, podamos ser salvos y, en lugar de sufrir el castigo de Dios que nos enviaría al infierno, podamos tener