Formación Cristiana # 1

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Formación Cristiana # 1.
La Biblia: Dios se Revela a su Pueblo.
Biblia viene del griego, y significa “Libros”, o sea se trata de aquel conjunto de libros 1 que
perpetúan y transmiten la manifestación de Dios a los hombres a través de dos grandes
momentos de esta Historia de Dios con su Pueblo, que se denominan “Testamentos” o sea
Alianzas de Dios con su Pueblo:
1- El Antiguo Testamento: trata de la Antigua Alianza de Dios y los hombres,
representados en el pueblo de Israel. Consta de 46 libros
2- El Nuevo Testamento: trata de la Nueva y Eterna Alianza sellada en el Hijo de
Dios que es Jesús, plenificación de la Antigua. Consta de 27 libros.
En ellos Dios se va quitando el velo, se va descubriendo, y a través de esta Palabra de Dios
escrita para nosotros se revela quien es Dios para nosotros, y quién es el hombre para Dios.
El pueblo de Israel se sentía especialmente escogido por Dios, y percibía claramente el
actuar de Dios en su Historia, al principio transmitía el tesoro de esta fe y de este recuerdo
del Dios Vivo en su Historia, a través de la transmisión oral, pero en un momento se da
cuenta de la importancia de preservar este tesoro de una historia de salvación para la
generaciones futuras a través de su escritura, y es allí donde misteriosa, respetuosa y
admirablemente se conjugan la autoría libre humana con la in-spiración2 divina, según esto
se puede contestar la típica pregunta:
¿Quién escribió la Biblia?
Fue escrita por varios autores, en su mayoría hebreos, algunos no conocidos, que fueron
instrumentos libres del Dios que se manifestó en la Historia Santa del AT y del NT. Las
personas que redactaron finalmente la Escritura escribieron todo lo que Dios quería y sólo
lo que Dios quería. Dios es verdadero autor de la Escritura, sin embargo los autores
humanos son respetados íntegramente como autores (DV 11). El Espíritu Santo actúa
misteriosamente en el autor humano sin anularlo. Atenágoras consideró a los autores
sagrados como instrumentos, y Jerónimo, a manera de secretarios que oyen el dictado del
Espíritu Santo.
¿Cuándo fue escrita?
Todo el período de redacción de la Biblia duró más de mil años, desde el año 1000 AC
hasta el año 100 DC aproximadamente.
¿Cómo se supo qué libros eran inspirados y cuáles no?
Dios mismo fue mostrando qué libros eran ins-pirados (o sea, que tienen dentro el Espíritu)
y cuáles no, a través de un cierto “olfato creyente” en aquellos que escuchaban la Palabra
de Dios, y la reconocían como tal. De hecho rechazaban aquellos libros que mostraban un
Dios diferente del que se había revelado en su Historia de Salvación, tanto en el AT como
aquello que no concordaba con lo que habían vivido y recibido de Jesús. El fundamento
último es la presencia y actuación del Espíritu Santo en los corazones de los hijos de Dios,
y su especial e infalible Asistencia a la Iglesia, la llevó a definir en distintos concilios
(Concilio de Hipona, 393 DC, y definitivamente en Florencia el 1441) cuáles eran los libros
1
La Iglesia Católica, la Ortodoxa Oriental, y la Anglicana aceptan 73 libros sagrados en la Biblia, en cambio
las Biblias Protestantes admiten sólo 73.
2
In-spirado significa que tiene dentro el Espíritu.
inspirados. Con esta definición se dice que se cerró el Canon, y tiene la gran implicancia de
que en estos libros reconocidos como inspirados, está la revelación dada por Dios en forma
definitiva y completa, que no hay nada que al ES se le “olvidó” o “que se le quedó en el
Tintero”, ya que Cristo, Dios hecho Hombre, es la Revelación cúlmen y definitiva de Dios
a los Hombres. En Cristo, Dios descubrió su velo lo máximo posible para el hombre, y esto
es un tesoro inagotable en cuanto a descubrir su significación profunda, y ahí está el valor e
importancia de a Tradición que debe transmitir y profundizar este mensaje de Salvación
para cada época.
¿Se puede equivocar la Biblia?
Una de las características de la Biblia es su inerrancia, sin embargo a esta pregunta
podemos igualmente contestar: SI y NO. No se puede equivocar en cuanto a aquellas
verdades en las que se juega nuestra salvación, es decir en el nivel religioso, si no fuese
así Dios sería un dios-humano, imperfecto, ya que sería un dios capaz de engañar a aquellos
a los que se revela. Dios se preocupó, y en esto está la inspiración, de que en este plano no
hubiese error alguno. Sí pueden haber “errores” en los datos pre-científicos que van
acompañando el mensaje de Salvación. Como se señaló anteriormente Dios inspiró la
Biblia a través de instrumentos humanos libres sin despojarlos de su propia cultura para
revelarse a los hombres: Dios no requería revelarle a Moisés que la Tierra era redonda para
darle los 10 mandamientos, eso lo dejó para que el hombre lo fuese descubriendo solito.
Dios no veía que era necesario corregirles verdades científicas para transmitir lo salvífico a
los hombres, y es por ello que en verdades no salvíficas si pueden haber “errores” o
inexactitudes, pero eso es secundario, no esencial en la Biblia. Es muy frecuente escuchar
aquí el caso Galileo, al respecto hay que decir que en este caso la Iglesia no actuó
infaliblemente, sino que cometió un error como lo reconoció noblemente el Papa Juan
Pablo II, y que sin duda se debe a que nosotros los católicos no habíamos estudiado
suficiente la Biblia para darnos cuenta de que la inerrancia de ella no era absoluta, sino que
relativa a la Verdad Salvífica.
Algunos datos importantes de autores del NT:
Mateo:
¿Quién era Mateo, llamado también Leví? Leemos en el Evangelio que era cobrador de
impuestos y que Jesús hizo de él uno de sus apóstoles (Mt 9,9 y Mc 2,13). Pero hay casi
certeza de que el Evangelio que se presenta bajo su nombre fue redactado en su forma
actual hacia los años 80, es decir, después de su muerte. Tal vez su autor inspirado haya
sido uno de sus discípulos, tal vez se haya servido de un primer borrador escrito por Mateo.
Con toda probabilidad este Evangelio fue escrito inspiradamente en una comunidad
cristiana en la que había cristianos de origen judío y griego, tal vez Antioquía (véase He
12, 19 y 13). Está profundamente marcado por una situación conflictiva que enfrentaba
entonces a judíos y cristianos. La comunidad judía, terriblemente impactada por la guerra
con los Romanos en la que fue destruida su nación, se estaba reorganizando bajo la
dirección de los fariseos, quienes terminaron por decidir la exclusión de todos los judíos
que creían en Jesús y que eran miembros de la comunidad cristiana.
Este Evangelio trata de mostrar que los cristianos no deben preocuparse si por ahora los
rechaza su pueblo. Por el hecho de que la comunidad judía no reconoció a su Mesías,
perdió sus derechos a las promesas de Dios y Dios se hizo un nuevo pueblo, que es la
Iglesia. Mateo cita numerosos textos del Antiguo Testamento para probar que los cristianos
son los verdaderos herederos del pueblo de la Alianza.
En esta perspectiva, toda la historia de Jesús es presentada como un conflicto que termina
en una separación. La media vuelta corresponderá al fin del capítulo 13; en adelante Jesús
no predicará más a las muchedumbres sino sólo a sus discípulos.
Mateo ha destacado la figura de Jesús como predicador y Maestro de la Escritura. Se
interesa en forma especial por las palabras de Jesús, que son más numerosas en su
Evangelio que en los demás, y en cambio, cuenta sus gestos y sus milagros del modo más
esquemático posible.
Marcos
Desde finales del siglo primero o comienzos del segundo después de Cristo, los textos
afirman que el segundo Evangelio fue obra de Marcos, quien acompañó a Pedro a Roma,
donde se encontró además con Pablo, y donde puso por escrito fielmente la enseñanza de
Pedro. Al igual que los evangelios de Mateo y Lucas, el de Marcos nació de las tradiciones
orales que se referían a Jesús de Nazaret, que poco a poco se fueron consignando por
escrito. Estos textos parciales circulaban de comunidad en comunidad, y eran completados
por el testimonio oral de los que habían acompañado a Jesús durante su vida terrena.
Marcos redactó su Evangelio para un tipo de comunidad bien determinado: se dirige a los
cristianos de origen pagano y quiere proclamar el misterio de Jesús, Hijo de Dios. Con
este fin relata las palabras y los hechos por los que se reveló a los hombres.
Es el más antiguo evangelio, el primero escrito después de la muerte de Jesús.
Lucas
Lucas, médico sirio, se convirtió a la fe cristiana cuando los primeros misioneros salieron
de las comunidades de Jerusalén y de Cesarea para llevar el Evangelio más allá de las
fronteras del país judío. Luego dejó su patria para acompañar al apóstol Pablo (Hechos
16,10).Llegó a Roma, capital del mundo entonces conocido, donde permaneció durante dos
años, por lo menos, y se encontró con Pedro y Marcos, que predicaban entre los cristianos
de Roma.
Cuando escribió su Evangelio, hacia el año 70, tenía ante su vista varios escritos que
contenían hechos y milagros de Jesús, los mismos que usaron Marcos y Mateo; pero
también había recogido durante sus viajes otros relatos que provenían de los primeros
discípulos de Jesús, y que guardaban las iglesias más antiguas de Jerusalén y de Cesarea.
De ahí provienen los dos primeros capítulos de su Evangelio, en que nos habla de la
infancia de Jesús, a partir de datos que le debió proporcionar su madre, María.
Lucas era de cultura griega y escribía para griegos. No reprodujo, como Marcos y
Mateo, detalles que se referían a leyes y costumbres judías, pues no habrían sido
entendibles para sus lectores. Lucas veía en el Evangelio la fuerza que reconcilia a los
hombres con Dios y a los hombres entre sí. Por eso se preocupó de transmitirnos las
parábolas de la misericordia y las palabras que condenan el dinero, factor de división entre
los hombres. Asimismo notó el trato tan sencillo de Jesús con las mujeres, en un mundo
que las mantenía totalmente marginadas.
Juan
El evangelio de Juan es muy diferente. Este libro lo acompañó a lo largo de toda su vida de
apóstol y no dejó de redactarlo y de corregirlo a medida que iba profundizando su
experiencia de Jesús, ahora resucitado y presente en su Iglesia. Y Juan no nos oculta lo que
ese propuso: "Esto ha sido escrito para que crean que Jesús es el Hijo de Dios..." (Jn 20,31).
Ciertamente la Iglesia profesaba la fe en Jesús, Hijo de Dios, pero ¿cómo entendían estas
palabras? La resurrección de Jesús había manifestado la divinidad de su persona, pero
¿desde cuándo y hasta qué punto participa de la existencia divina?
El evangelio de Juan afirma con toda claridad su existencia en Dios mismo desde la
eternidad, y esta claridad sobre el origen de Jesús ilumina la amplitud de su obra. Siendo
Jesús el Hijo eterno de Dios hecho hombre, no vino sólo para enseñarnos a ser mejores,
sino para transformar la creación.
El evangelio de Juan no es una obra de fantasía. Se hallan en él testimonios muy precisos y
que contienen mas detalles verificables que los otros evangelios. Pero no se atuvo sólo a sus
recuerdos. A medida que progresaba su reflexión o su experiencia, los desarrollaba y los
construía en "discursos" en los que Jesús, con la ayuda de Juan, se dirige en realidad a
nosotros.
En evangelio de Juan es polémico: mientras más pura y dura sea una verdad, menos
numerosos serán los que puedan oírla. Este evangelio no dejó de suscitar polémicas dentro
de la misma Iglesia en los primeros tiempos en que fue divulgado, pero pronto fue
reconocido como Palabra de Dios y de los Apóstoles.
El evangelio de Juan, pues, fue hecho y rehecho, e indubitablemente sólo fue publicado
después de la muerte de su autor, hacia el año 95, como lo da a entender un pequeño
párrafo añadido al final. En su última redacción parece que fue reconstruido en torno a las
tres Pascuas que jalonan la vida pública de Jesús.
Hay allí un elemento importante para comprender el pensamiento de Juan. Termina de
escribir cuando hace ya veinte años que Jerusalén y el Templo han sido destruidos por los
romanos. Pero, al igual que Pablo, sabe que la resurrección de Jesús inaugura una nueva era
en el mundo. La revelación al pueblo judío y las grandes liturgias del Templo pertenecen al
pasado, pero en esta Primera Alianza, que pasó a ser la Antigua Alianza, es donde hay que
encontrar la clave para comprender la obra de Jesús. Juan se referirá pues, muchas veces, a
las fiestas de los judíos, a los símbolos religiosos: el agua, las palmas, el cordero... Y
mostrará cómo todo esto se encuentra transfigurado len la vida y en la nueva liturgia de los
cristianos.
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