ESTUDIO DE CASO Restablecer la utilización de la tierra por medio de la gobernanza local del agua y de tecnología autóctona en las comunidades del altiplano andino Proyecto de Manejo de Recursos Naturales en la Sierra Sur (MARENASS), en el Perú Contexto y antecedentes En el Perú la base de recursos naturales sufre un grave deterioro: a lo largo de los últimos 30 años, la superficie cultivada ha disminuido en un 2,3 por ciento (es decir, 0,12 hectáreas per cápita), el rendimiento promedio no ha registrado aumento alguno —siendo muy inferior al de los demás países de América Latina— y la producción ganadera también está mermando. Como resultado, la producción de alimentos ha disminuido notablemente: un 21 por ciento, según los cálculos, en los últimos 30 años. La degradación de los recursos naturales incide en la capacidad de los agricultores de generar ingresos razonables a causa de la constante pérdida de productividad y del acceso limitado a superficies cultivables debido a la creciente presión demográfica. De ahí que los agricultores recurran cada vez más a zonas que, en otras circunstancias, deberían dedicarse a la silvicultura y la conservación, contribuyendo de ese modo a la erosión del suelo. En virtud de este proceso, entran en el ciclo vicioso de la pobreza endémica. A mediados del decenio de 1990, el Gobierno del Perú elaboró una estrategia nacional destinada a hacer frente a la degradación de la base de recursos naturales del país. Con esa estrategia se pretendía abordar el problema aplicando un triple enfoque: a nivel macro —con la ayuda del Banco Mundial—, los problemas existentes debían afrontarse por medio de un programa de gran envergadura, centrado en la ordenación de las cuencas hidrográficas y en proyectos de riego a gran escala, y en el que debía haber un componente de capacitación en ordenación de recursos naturales; a nivel micro (regional), las cuencas andinas debían gestionarse de forma integrada por medio del Proyecto Nacional de Manejo de Cuencas Hidrográficas y Conservación de Suelos (PRONAMACHS), y a nivel comunitario, debía formularse una estrategia integral para garantizar el éxito de la estrategia general. Las iniciativas realizadas en el marco del Proyecto de Manejo de Recursos Naturales en la Sierra Sur (MARENASS) contribuyeron al tercer nivel de la estrategia nacional en zonas afectadas por pobreza extrema y grave degradación de los recursos naturales. El grupo-objetivo del MARENASS estaba compuesto por 600 comunidades campesinas, integradas por unas 88 000 familias, de los departamentos de Apurimac, Ayacucho y Cusco, este último situado a gran altura. Problemas existentes La comunidad de Asmayacu está compuesta por 67 familias, cada una de las cuales depende de 1,5 hectáreas (ha) de tierra de regadío para su sustento. Un comité de regantes es el responsable de la ordenación del agua (distribución, cuotas y reglamentación), del mantenimiento y la mejora de las infraestructuras de riego y de la coordinación con el Distrito de Riego (la entidad estatal que regula la utilización del agua). La comunidad ocupa 2 339 ha: 835 ha de pastizales, 439 ha de tierras de regadío (de las cuales 100 ha se riegan efectivamente), 193 ha de tierras de secano y 872 ha dedicadas a la conservación de los suelos. La comunidad determinó los problemas siguientes: erosión del suelo (las pendientes son tan pronunciadas que, en las que son inferiores al 30 por ciento, la erosión oscila entre 3 y 6 toneladas por hectárea y año); pérdida de agua; costos de producción elevados ya que la comunidad, a consecuencia del sistema de ordenación de las infraestructuras de riego, dependía de un solo período de crecimiento al año; dichos costos no podían cubrirse porque los precios de mercado de los productos eran bajos, y conflictos sociales, económicos y en el seno de las organizaciones. La metodología para identificar los problemas comenzó con la elaboración durante dos meses de “mapas parlantes”. El resultado fueron tres “mapas parlantes” que representaban gráficamente las ideas de los agricultores. El primer mapa representaba la situación pasada (30 años atrás), el segundo, la situación presente y, el tercero, la situación imaginada por la comunidad una vez transcurridos 15 años. En busca de ideas Durante la elaboración de esos tres “mapas parlantes”, la comunidad determinó una serie de medidas posibles para mejorar la situación imperante, entre las que figuraban: realizar actividades conjuntas para conservar y mejorar la capacidad productiva de las llanuras y las maderas exóticas; gestionar y mejorar la ordenación del agua teniendo en cuenta sus diferentes usos, y mejorar las infraestructuras de riego; realizar obras de mejora y mantenimiento de los caminos rurales, y reforzar su propio sistema de organización comunal. Ese proceso de elaboración de mapas también se llevó a cabo entre las familias, para ayudarlas a determinar sus necesidades y secundar a los participantes para que formularan proyectos destinados a sus propias familias. La innovación se identificó gracias a que una familia solicitó asistencia para aumentar su capacidad en la aplicación de una técnica de riego específica. Elección de una opción de desarrollo con la comunidad Con el objetivo establecido por la comunidad de aumentar la producción agrícola y ganadera, se introdujo un método innovador procedente de Bolivia para fomentar la capacidad y difundir tecnologías. El Pacha Mama Raymi, es decir, la “Fiesta de la Madre Tierra”, es una metodología que se basa en la tradición andina (Bolivia, Ecuador y el Perú) de celebrar concursos. En esas competiciones se presentan y evalúan los resultados obtenidos por una técnica determinada y el ganador obtiene un premio en metálico. Los concursos se organizan tanto a nivel comunitario como en grupos de cinco comunidades. Mediante un concurso comunitario se seleccionó la técnica de riego “con composturas", que consiste en utilizar primero el agua en las parcelas más bajas y, luego, ir subiendo por una serie de terrazas. Esa técnica, originaria de la zona costera del Perú, permite aplicar el agua de manera más homogénea. Gracias a este método de riego, sobre el que el agricultor ganador realizó una demostración, se consigue el 60 por ciento de eficiencia de riego (en lugar del 30 por ciento de la técnica de riego tradicional local). Por lo tanto, sirve para ahorrar agua que se puede emplear para otros usos y es útil en la lucha contra la erosión de los suelos. La opción elegida comportaba: la valorización de conocimientos y activos tradicionales; el empleo de conocimientos tradicionales y modernos; la realización de actividades de capacitación; el fomento institucional, incluidas las responsabilidades civiles (gestión de los fondos, etc.); la realización de actividades de divulgación, y la reproducción y ampliación de su alcance. El FIDA jugó un papel decisivo en: reconocer la necesidad y la oportunidad de innovar; buscar nuevas ideas, y ofrecer los medios para experimentar la innovación. Análisis de los resultados y el impacto El proyecto MARENASS se ejecutó entre 1998 y 2004. De él se beneficiaron directamente 360 comunidades de los departamentos de la Sierra Sur, es decir, 52 800 familias, que equivalían al 60 por ciento del grupo-objetivo del proyecto. Los tres ejes principales del MARENASS eran: El manejo de los recursos naturales productivos, que provocó un aumento de la demanda de los agricultores. Los instrumentos para respaldar ese objetivo fueron la elaboración de “mapas parlantes” (en los que se presentaban gráficamente y en detalle las aspiraciones personales o comunitarias) y el establecimiento de un marco bien definido que regulara la transferencia de fondos a las comunidades. En una iniciativa anterior del FIDA en el Perú, el Proyecto de Fomento de la Transferencia de Tecnología a las Comunidades Campesinas de la Sierra (FEAS), se había elaborado un marco de ese tipo con arreglo al cual el Gobierno delegaba la utilización y gestión de los fondos públicos a las comunidades que se constituían como entidades reconocidas por la ley (contrato + contribución de contrapartida + apertura de cuenta). El desarrollo de servicios privados de asistencia técnica y capacitación, gracias a lo cual aumentó la oferta de capacitación en cascada por parte de profesionales locales. La comunidad de Asmayacu nombró a cuatro líderes técnicos (yachachiqs) que recibieron capacitación en riego con composturas en la zona costera del Perú. A su vez, esos delegados capacitaron a las familias participantes de la comunidad en la parcela que cada una dedicó a esa técnica de riego y más tarde siguieron trabajando como especialistas para resolver problemas técnicos. La aplicación de una metodología denominada Pacha Mama Raymi, basada en la celebración de concursos tanto entre miembros de una misma comunidad como entre diferentes comunidades. En el caso que nos ocupa, por decisión comunitaria se adjudicó el premio al agricultor que propuso esta técnica de riego. A continuación, toda la comunidad se dedicó a aplicar esta innovación en la gobernanza de la tierra y el agua. En el Perú se entiende por “comunidad” un grupo de familias que viven en un territorio demarcado en el que los derechos de propiedad se confieren a la familia extendida. Actualmente esta concepción tradicional está cambiando debido a un proceso de privatización y fragmentación de la tierra, en virtud del cual la comunidad, por medio de una decisión formal, asigna una cierta cantidad de tierra a cada familia. Los miembros de ésta, posteriormente, pueden heredarla. A causa de las condiciones de seguridad imperantes en aquel entonces sobre el terreno, el personal del proyecto se redujo al mínimo. Esta medida demostró ser interesante ya que confería flexibilidad al proyecto en general, lo que respondía a las exigencias de los beneficiarios. En lo que respecta a la comunidad de Asmayacu, se han conseguido los resultados siguientes: Por medio de los concursos celebrados en la comunidad misma de Asmayacu, el 90 por ciento de las familias de la comunidad han adoptado esa técnica tradicional de riego. Es posible manejar volúmenes mayores de agua y controlarla mejor. La mano de obra necesaria ha disminuido en un 50 por ciento. La superficie regada ha aumentado, al igual que el número de agricultores que recurre al riego (hasta un 15 por ciento). La erosión ha disminuido. Los rendimientos han aumentado. Ahora se obtienen tres cosechas al año, en lugar de una: los costos de producción han disminuido. Los conflictos han disminuido. En lo que respecta al impacto: Se ha empoderado a las comunidades para que gestionen sus capacidades productivas. Los ingresos familiares han aumentado en 30 dólares mensuales por familia. Las organizaciones se han fortalecido. Los activos naturales productivos han mejorado. Otros datos disponibles acerca del impacto, que se refieren al proyecto MARENASS en general, son los siguientes: El 60 por ciento de los participantes obtuvieron un impacto tangible en los activos del hogar. El 30 por ciento de los participantes pasaron de la agricultura de subsistencia y de un estado de inseguridad alimentaria a la producción orientada al mercado. Se calcula que cada dólar invertido en las comunidades produjo un rendimiento de entre 3 y 5 dólares (aumento del valor de los activos de los beneficiarios). Modificar y mejorar la opción Fortalezas Se basa en las organizaciones de ordenación del riego existentes. Se basa en los conocimientos técnicos y la experiencia sobre riego preexistentes. Los agricultores están motivados para invertir en la tierra que han pasado a poseer. Debilidades No hay datos cuantitativos acerca de los recursos disponibles. Oportunidades Es posible motivar a las instituciones locales para que promuevan y financien técnicas locales de ordenación del agua. Existe una demanda de mercado para la producción local. Amenazas Con la nueva Ley del Agua del Perú, la ordenación del agua se privatiza, sin que se reconozcan los derechos de las comunidades y sus formas de organización. Las condiciones básicas para la reproducción son: Que el enfoque del Gobierno al considerar a los participantes en el proyecto pase de estar centrado en la oferta a basarse en la demanda. Esto no es fácil ya que entraña considerar a los agricultores ciudadanos plenamente responsables, además de otorgarles la facultad y los medios para que adopten sus propias decisiones en un entorno transparente y concordado. El proyecto MARENASS retomó ese proceso de otro proyecto del FIDA en el Perú, el FEAS, en cuyo marco el Gobierno había empezado a delegar el uso y la gestión de los fondos públicos a las comunidades locales (contrato + contribución de contrapartida + apertura de cuenta). Que los participantes posean un buen conocimiento de su cultura y tradiciones, ya que es útil para proponer transformaciones aceptables (como los concursos tradicionales Pacha Mama Raymi). Lecciones aprendidas Al gestionar su propio programa de experimentación y aprendizaje, los participantes multiplican el potencial existente de conocimientos a nivel local, comunal y regional. Además, los concursos sirven de catalizadores para lograr la cohesión comunitaria y la difusión a gran escala de tecnología y competencias técnicas. Es fundamental instaurar procesos de consulta transparentes para que los agricultores beneficiarios acepten la introducción, legitimación y validación de innovaciones, y para que se identifiquen con ellas, incluso cuando son las mismas comunidades quienes las generan (como en el caso de la técnica de riego en terrazas, que había caído en el olvido durante largo tiempo, consistente en utilizar surcos en zigzag o “composturas”). Hay que cumplir lo prometido: por ejemplo, la eficacia con que se organizaron los concursos comunitarios y el hecho de conceder premios en metálico ayudaron a superar el escepticismo y el recelo iniciales debidos a los muchos años de promesas no mantenidas. La rápida transformación tecnológica a la que está sometida la agricultura tradicional debe integrarse en el proceso de transformación, aún más profundo y veloz, que está teniendo lugar en la sociedad agrícola (y no al contrario). La reforma de la sociedad agrícola es esencial, la tecnología, secundaria. El FIDA impuso algunos requisitos básicos a esos cambios, que tuvieron como resultado el reconocimiento oficial de las comunidades indígenas y de las asociaciones de agricultores. Estos aspectos de la gobernanza tienen que ver con los estatutos y las normas contables básicas (motivadas por la obligación de abrir y administrar una cuenta bancaria para la utilización de los fondos públicos y del proyecto). Compartir las lecciones aprendidas y promover la opción mejorada La innovación en la gobernanza de la tierra y el agua, que consistió en la difusión del riego con composturas y en las medidas conexas tomadas en el marco del MARENASS, se está reproduciendo, al menos a nivel regional: en la comunidad, gracias a la metodología de los Pacha Mama Raymi, en la que se utilizan concursos entre hogares para difundir tecnologías y enfoques económicos; de esta manera el 90 por ciento de las familias de Asmayacu han acabado utilizando dicho método de riego. en las cinco comunidades abarcadas por el proyecto MARENASS, gracias también al Pacha Mama Raymi aunque, en este caso, empleando la metodología de concursos entre comunidades. Habida cuenta de que las administraciones locales del Perú han demostrado interés en el proyecto MARENASS, se está reproduciendo el riego con composturas en otros lugares del país. El asociado que contactar es el Instituto de Investigación y Extensión Agraria (INIEA) del Ministerio de Agricultura. Aprovechando la experiencia del MARENASS, proyecto gracias al que los participantes pusieron en marcha un sistema sólido de ordenación de los recursos naturales, el Proyecto de Desarrollo del Corredor Puno-Cusco (CORREDOR), también en el Perú, amplió la zona de intervención. Además, el CORREDOR se centró en el fortalecimiento de las organizaciones y hogares para que formularan iniciativas de mercado, de modo que los agricultores pudieran comercializar sus productos en los mercados de pequeño y mediano tamaño. En realidad, más que la innovación en la gobernanza de la tierra y el agua basada en el método de riego con composturas, lo que se está reproduciendo es la metodología auxiliar, es decir, la manera en que estaba organizado el proyecto: el Ministerio de Transportes del Perú, el Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF) en Nicaragua y la Unión Europea en Guatemala y Chile están retomando esta experiencia que tanto éxito ha tenido. El Fondo Nacional de Compensación y Desarrollo Social (FONCODES), la institución catalizadora más importante a nivel nacional, retomó la estrategia basada en la demanda que el MARENASS había validado. Actualmente el FONCODES, a través de sus oficinas locales, propone asistencia técnica para la formulación de proyectos. A continuación, los proyectos se clasifican según un cierto número de criterios técnicos, y se seleccionan los mejores de todos esos proyectos locales. Mediante este procedimiento se fomenta la competitividad y se mantiene la calidad de los proyectos, a la vez que se garantiza que los proyectos seleccionados satisfagan las necesidades y las expectativas locales. Rudolph Cleveringa, Teofilo Zamalloa, Audrey Nepveu de Villemarceau FIDA, noviembre 2004 Contactos www.marenass.org Rudolph Cleveringa Asesor Técnico Superior Ordenación del agua para uso agrícola e infraestructura rural División de Asesoramiento Técnico, FIDA Via del Serafico, 107 00142 Roma (Italia) Teléfono: (39) 06 5459-2068 Fax: (39) 06 5459-3068 Correo electrónico: [email protected] Enlaces La versión completa de los estudios de casos, junto con un documento de síntesis acerca de los resultados y las lecciones aprendidas, están disponibles en: www.ifad.org/events/water www.ifad.org/events/euroafrica/ Para mayor información Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola Via del Serafico, 107 00142 Roma (Italia) Teléfono: +39 06 54591 Fax: +39 06 5043463 Correo electrónico: [email protected] www.ifad.org