La inauguración del año académico no es sólo una simple tradición

Anuncio
Inauguración año académico 2009
Distinguidas autoridades e invitados, estimados académicos y funcionarios, queridos
alumnos:
La inauguración del año académico no es sólo una simple tradición, una mera
formalidad institucional. Es también un acto que nos invita a renovar nuestra
responsabilidad común con la tarea que nos anima; un gesto que nos insta a reanudar con
decisión e inteligencia esa tarea, en la certeza de que sin una comunidad universitaria
seriamente comprometida, nuestra misión no sería posible o estaría condenada a la
mediocridad.
En esta ocasión, inauguraremos el año académico convocados por el tema
Liderazgo, equidad y educación superior. Para ello hemos invitado al sacerdote Felipe
Berríos, un hombre valiente que ha sabido conjugar la reflexión con el hacer, a través de
una entrega permanente a los demás, especialmente a los que más lo necesitan.
Las Universidades están llamadas a cumplir un doble rol. El primero se refiere
básicamente a entregar una educación de excelencia, en un ambiente de libertad,
reflexión y diálogo, propio de la enseñanza superior, la investigación y la extensión. Pero
las universidades – particularmente las de carácter público – deben atender a un objetivo
adicional, en el sentido de formar profesionales que estén preparados y dispuestos a
realizar un aporte a la Nación, a colaborar con la solución de los grandes problemas que
enfrenta la sociedad.
En la Universidad del Bío-Bío, en su doble condición de Universidad estatal y de
regiones, éste es un tema central: Buscamos formar profesionales de excelencia, pero
entendiendo que su labor no se remite a su ámbito personal sino que deben asumirlo
también con conciencia de país. Queremos, en definitiva, que nuestros egresados sean un
aporte para la comunidad. Y, al igual que la transmisión del saber es producto de acciones
concretas y mucho esfuerzo, vincular a los alumnos con los grandes temas nacionales es
una tarea compleja, especialmente en un mundo tan individualista como el que vivimos.
Fomentar debates rigurosos acerca de los grandes temas nacionales; incentivar a la
comunidad universitaria a que participe de ellos con soluciones creativas; vincular a
nuestros estudiantes en su período universitario con otras realidades sociales, políticas e
incluso valóricas, aparece como fundamental.
En 1997, el economista Muhammad Yunus escribía: “Una Universidad no debería
ser una torre de marfil donde los intelectuales se dejen embriagar por el conocimiento sin
compartir nada con el mundo que los rodea ... A partir de ese día, (cuando comprendí
esto), me consagré a desaprender la teoría y, en su lugar, a extraer lecciones del mundo
real. Para ello me bastaba con salir del aula de clases: el mundo real estaba en todas
partes”.
Asumir con energía un compromiso concreto con la realidad, reconociendo los
signos de los tiempos y anticipándose, si es posible, a procesos históricos trascendentales;
provocar con rigurosidad la investigación y acción, soñando un país que permita a todos
sus ciudadanos desarrollar sus capacidades naturales, son también desafíos para la
Universidad, especialmente en una región donde la pobreza golpea con fuerza.
Estos son los temas que queremos abordar hoy día, a la luz del pensamiento y la
experiencia de nuestro distinguido invitado. El padre Felipe Hernán Berríos del Solar nació
en Santiago y estudió Construcción Civil en la Pontificia Universidad Católica de Chile
durante dos años y medio, para luego ingresar a la Compañía de Jesús. Tras estudiar
Teología y Filosofía y vivir como misionero en Africa, fue ordenado sacerdote y dirigió el
Instituto de Formación y Capacitación Popular, Infocap.
En 1997, fundó Un Techo para Chile, congregando a estudiantes universitarios de
distintas carreras con la intención de construir 350 casas en el sur del país. El éxito del
proyecto fue tal que se asumieron metas más ambiciosas: primero, construir dos mil
mediaguas para el 2.000 y, en la actualidad, terminar con los campamentos en Chile para
el año 2010.
En 2001, tras los terremotos de Perú y El Salvador, creó Un Techo para mi País, que
reúne a varias naciones de América Latina y que a la fecha está presente en 14 países del
continente.
Esta labor le ha merecido diversas distinciones: En 2004 fue reconocido por la
Universidad del Desarrollo con el Premio Espíritu Emprendedor para el Emprendedor
Social; en 2005 recibió el Premio Emprendedor Social, que otorgan el diario El Mercurio y
la Fundación Schward, y en 2007 fue distinguido con el Premio a la Excelencia, de la
revista América Economía. En diciembre del mismo año, obtuvo la distinción presidencial
Sello Bicentenario.
Actualmente, el padre Berríos es director de la Fundación Hogar de Cristo Vivienda y
capellán de Un Techo para Chile, de Un Techo para mi País y de varios colegios de la
capital. Es también columnista de la revista El Sábado, de El Mercurio, y autor de “Todo
comenzó en Curanilahue”, una crítica humana a las estructuras sociales y sus prejuicios, y
de “Ojos que no ven”. Además, sus artículos han sido reunidos en tres libros: “Para amar y
servir”, “Lo mínimo indispensable” y “Puntadas con hilo”.
En nombre de la Universidad del Bío-Bío, quisiera señalar que la comunidad
universitaria agradece la gentileza del padre Felipe Berríos por haber aceptado nuestra
invitación, al tiempo que se honra con su presencia en nuestra aulas.
Inauguramos, pues, el año académico 2009, atendiendo a las reflexiones y
testimonio de nuestro distinguido expositor sobre Liderazgo, equidad y educación superior.
Muchas gracias.
Descargar