SAGITARIO: El signo es representado con un Centauro con arco y flecha. Arquero que siempre está a punto de disparar su flecha al infinito. Figura mitológica del Centauro, mitad hombre, mitad caballo, sugiere una dualidad: la capacidad intelectual y el potencial de sabiduría del hombre. La fuerza y velocidad del caballo. Los asirios lo identificaron con Nergal, el dios arquero. En Babilonia con un Centauro de dos cabezas. Los hebreos lo identificaron con José cuyo arco ha conservado su fuerza. En Grecia, el mito del centauro Quirón que crió a Jasón, Aquiles y Eneas. Famoso como profeta, doctor y sabio, era hijo de Filira y Cronos, también padre de Zeus. El mito representa el noveno trabajo de Hércules que consistía en eliminar unos pájaros que habitaban en el pantano de Estinfale. SAGITARIO La figura que representa a la constelación de Sagitario es el Centauro. El planeta que gobierna al signo, Júpiter a quien los griegos llamaban Zeus. Su nombre "djeus" significa luz del cielo, del relámpago y la claridad. Encarna lo que pertenece al espíritu eterno. El daimon del signo es la búsqueda incesante de un espíritu que trasceinde al destino y la muerte. La principal aspiración de Sagitario es la promesa de un espíritu inmortal y su benigno cuidado, a la espera del abrazo del dios padre. Sagitario evita el matrimonio porque se siente demasiado atrapado por reglas y expectativas rígidas. Le desagrada sentirse atado y prefiere ser espontáneo, lo que significa que encuentra desagradables las consecuencias de sus acciones y prefiere evitarlas. Puede tratarse tanto de una esposa como de un trabajo, de una causa con la que el individuo esté comprometido, de una casa o de cualquier objeto del mundo externo. A pesar de su aparente mundanidad y su naturaleza liberal en asuntos amorosos, sigue siendo notablemente ingenuo y frecuentemente es un embarazo real lo que le (o la ) atrapa. Es posible que una herida propia sea la que capacite a Sagitario a ofrecer esperanza a los demás en lugar de despreciarles. No es un signo que esté a gusto en el cuerpo ni que se encuentre satisfecho con las limitaciones y requerimientos mundanos de la vida. En Sagitario el anhelo es ascendente y su sentido del significado de la vida y su bondad de espíritu son aspectos que los demás reconocen y aprecian fácilmente en él. El entusiasmo con que precia la vida tiene algo de fanatismo y el fanatismo está en general vinculado con profundas dudas. Con frecuencia tiene una amargura y dolor que son incurables, lo cual es un factor psicológico que genera muchas aspiraciones de Sagitario y que le proporciona el impulso para su vuelo ascendente. Tampoco se puede decir que su depresión o vulnerabilidad sea mala, ya que es el aspecto más creativo del signo. Si sagitario puede soportar su herida se fortalece porque ya no aspira tan alto y puede hacer uso de sus dones de un modo más práctico y pertinente. Es una criatura merecedora de dignidad y honor, en parte daimon y en parte inmortal que vuelve los ojos hacia su parte divina y por ello debe pagar un precio, cuidar del cuerpo enfermo al que ha ignorado por tanto tiempo. Zeus es el padre de los dioses y de los hombres. El entrenamiento como rey victorioso de los dioses, derrocando el dominio de los Titanes terrestres y estableciendo su propio dominio celestial, refleja la emergencia en la conciencia colectiva de un principio espiritual superior a Moira. Zeus ofrece la luz del espíritu. Sin embargo no es enteramente libre ni está completamente al mando de la situación. Su matrimonio con Hera, subrayado siempre como un contrato, lo liga eternamente al mundo de lo femenino. Zeus y Hera siempre estaban enzarzados en perpetuas desavenencias matrimoniales, puesto que Zeus siempre andaba persiguiendo a otras mujeres y la lista de sus amantes y de su progenie ilícita llena volúmenes. Hera, por su parte, desbarataba los planes de su marido, le espiaba, perseguía a sus rivales, echaba a perder sus románticos idilios e intentaba destruir o volver locos a sus hijos bastardos. Sin Hera Zeus no sería nadie, puesto que debe la mayor parte de su poder a ella y a sus relaciones femeninas, y la fricción y tensión causadas por el vínculo inquebrantable del matrimonio le dirige continuamente hacia amoríos ilícitos y le mantiene vital y activo. Sin esta fricción Zeus sería indolente y perezoso, cualidades que manifiesta en muchos relatos y también es indudable que difícilmente desplegaría tanto entusiasmo si no se tratara de amores prohibidos. Zeus tuvo amoríos con Eurínome, hija de Océano y las tres hijas resultantes de esta unión fueron las tres Gracias. Con Temis, una Titán nacieron las Horas; con Mnemosina sus hijas fueron las Musas; con Necesidad Tuvo a Helena; con Danae engendró a Perseo, con Semele a Dionisios, con Europa al rey Minos, entre otros.