TEMA MÉDICO N° 41 VIVIR SIN FUMAR O DEJAR DE VIVIR FUMANDO La disminución de la mortalidad y los beneficios inmediatos de dejar de fumar son, en la mayoría de los casos, significativamente superiores a los que se consiguen corrigiendo otros factores de riesgo. El hábito de fumar se puede correlacionar con 25 enfermedades comprobadas, siendo sobre todo responsable de: El 30% de todas las cardiopatías coronarias El 80-90% de todos los casos de enfisema–enfermedad obstructiva crónica (EPOC) El 30% de todas las muertes por cáncer El 90% de todos los casos de cáncer de pulmón ADICCIÓN A LA NICOTINA Hasta hace algunos años, se consideraba que el fumar era simplemente un hábito. Actualmente, se reconoce científicamente que el acto de fumar, inicialmente de libre elección, se convierte al cabo de poco tiempo de hacerlo regularmente en una adicción. En efecto, el fumador necesita una cierta dosis de nicotina administrada periódicamente. La nicotina crea una rápida y creciente adicción. Su aporte regular produce en quien fuma una rápida e inmediata sensación de satisfacción. La falta de nicotina produce en pocas horas síntomas de abstinencia, tales como: nerviosismo, malhumor, agresividad, irritabilidad o insomnio. ¿CÓMO CLASIFICAMOS A LOS FUMADORES? 1 Fumador leve: es aquel que consume menos de 5 cigarrillos en promedio por día. Tiene hasta 15 veces mayor probabilidad de padecer cáncer de pulmón que la población no fumadora. Fumador moderado: es el que fuma entre 6 y 15 cigarrillos en promedio por día. Aumenta hasta 40 veces las probabilidades de contraer cáncer de pulmón. Fumador severo: fuma más de 16 cigarrillos en promedio por día. Incrementa hasta 60 veces la probabilidad de cáncer de pulmón. ¿CUÁLES SON LAS CONSECUENCIAS DEL TABACO PARA LA SALUD? El consumo de tabaco produce daño desde el primer cigarrillo, debido a las sustancias que contiene (nicotina, alquitranes, monóxido de carbono, sustancias irritantes), todas perjudican la salud. ¿QUÉ SUCEDE A CORTO PLAZO? Dificultad para respirar ante pequeños esfuerzos, cansancio general y disminución de la resistencia frente a prácticas deportivas. Dolor de cabeza y embotamiento, que dificulta el aprendizaje y el rendimiento intelectual. Favorece la caída del cabello y altera la elasticidad de la piel, produciendo sequedad, arrugas, envejecimiento precoz. Falta de apetito, disminución del olfato. Coloración amarillenta de las piezas dentales, mal aliento y pérdida del sentido del gusto. Puede producir conjuntivitis en ambientes cerrados, escozor en los ojos y enrojecimiento de la conjuntiva. 2 ¿QUÉ SUCEDE A LARGO PLAZO? Es responsable de 1 de cada 3 defunciones que se producen por infartos de miocardio, embolias, trombosis e infartos cerebrales. Genera enfermedades invalidantes como la angina de pecho, la hipertensión y la disminución del riego sanguíneo en los miembros inferiores. Genera el 85 % promedio de todas las enfermedades respiratorias como la bronquitis crónica, el enfisema, las bronquiectasias, limitando sustancialmente la actividad física y la calidad de vida. Se le atribuye la responsabilidad en los cánceres de pulmón, laringe, tráquea y vejiga. Además favorece el desarrollo de otras lesiones menos letales pero no por ello menos importantes: 1. Aumenta el riesgo de padecer úlceras gástricas y duodenales y otros trastornos digestivos tales como gastritis y diarreas. 2. Aparición de faringitis y laringitis crónicas con disfonías y afectación de la voz. 3. Disminución de las defensas del organismo, siendo este más propenso al desarrollo de infecciones. 4. Gingivitis y atrofia gingival desarrollando con el tiempo periodontitis. 5. Dolores torácicos difusos. 6. Disminución de la espermatogénesis. HAMBRE DE NICOTINA La exposición prolongada y repetitiva a la nicotina produce neuroadaptación por el aumento de los receptores cerebrales de nicotina (tolerancia). La tolerancia tiene un desarrollo a lo largo del día y disminuye en las horas de sueño. Esta neuroadaptación es la que puede generar síntomas si se produce la suspensión brusca de tóxico. Así se producen los síntomas de abstinencia ya descriptos, generándose un fuerte deseo de fumar. Este síndrome de abstinencia puede presentarse o no, y ser de 3 diferentes grados alcanzando su máxima intensidad a las 24-48 horas para ir decayendo por un período de 1 a 2 semanas. El síndrome referido se debe a la nicotina y no a otro componente. La conducta adictiva originada en la droga genera un condicionamiento, es decir, la necesidad de fumar en condiciones específicas (después de comer, de ingerir café o alcohol, en rueda de amigos etc.) actos que se vuelven poderosos atractivos para fumar. Consolidada la adicción, se adquiere una dependencia psicosocial imaginando que el cigarrillo es necesario ante determinadas situaciones vitales, luego de comer o ante el aburrimiento de una tarea repetitiva bajo estrés o frente a ligeros contratiempos inesperados. Todas las circunstancias, y muchas otras más creadas por la imaginación del fumador o por la propaganda de la empresas, o bien por condicionamientos grupales, son solo la expresión externa del “vacío o necesidad de nicotina” que se agrega a la situación “gatillo”. Esta dependencia psicosocial se produce ante la circunstancia de no poder tolerar dos situaciones de tensión simultáneas, o bien, frente a una situación de placer, que no termina de ser completa mientras se mantenga la necesidad de nicotina, “el hambre de nicotina”. LAS VENTAJAS DE DEJAR DE FUMAR Disminuye el riesgo de padecer cáncer de pulmón, infarto de miocardio, accidentes vasculares, enfermedades respiratorias… Al abandonar el tabaco, aumenta la capacidad pulmonar y como consecuencia reaparece la agilidad, pudiendo caminar mejor y subir escaleras sin cansancio. Se sentirá mejor física y mentalmente, mejorará su salud general y su calidad de vida. Desaparecerá el mal aliento de origen bucal. Recuperará el olfato y el sentido del gusto. Aumentará la posibilidad de concebir hijos sanos. Será un ejemplo positivo para sus hijos, familiares y amigos. 4 Se sentirá más satisfecho consigo mismo y tendrá la sensación de haber ganado la libertad que perdió con la dependencia del tabaco. Ahorrará dinero que podrá emplear en la práctica de algún deporte, o disponerlo para cosas saludables. Podrá respetar el derecho de los no fumadores a respirar un aire libre de humo de tabaco. ALGUNAS SUGERENCIAS PARA ABANDONAR EL HÁBITO DE FUMAR Prepárese para dejar de fumar. No encienda un cigarrillo automáticamente. Cada vez que fume uno, anótelo y escriba el motivo por el que lo hace. Elimine aquellos cigarrillos denominados innecesarios. Tome conciencia de cuanto fuma. Elija el día para dejar de fumar y comuníqueselo a las personas que lo rodean, familiares, amigos… pídales ayuda y comprensión. Piense en dejar de fumar solo por el día presente. No se plantee que nunca más va a fumar. Procure no comer abundantemente y, sobre todo, después de comer no descanse, trate de hacer alguna actividad. Coma varias veces y en poca cantidad. Evite el consumo de bebidas alcohólicas y excitantes (café, té, etc.). Durante los primeros días sentirá un deseo muy fuerte de fumar. Pero no se preocupe, piense que este estado no durará toda la vida. Existen formas de enfrentar y vencer este deseo. Relájese y piense en las ventajas de dejar el tabaco. El deseo imperioso de fumar disminuye considerablemente después de la segunda o tercera semana. Puede que aumente su peso, no obstante, si vigila su dieta y hace deporte, solo ganará escasos kilos que luego podrá eliminar rápidamente. Felicítese cada día que pasa, porque esta vez seguro que habrá de dejar de fumar. No ceda nunca, ni siquiera encienda un solo cigarrillo. 5 Recuerde que a la mayoría de las personas no les basta con la motivación o la voluntad para desengancharse de una sustancia tan adictiva como la nicotina y entonces debe acudir al médico para solicitar ayuda en su plan de abandonar el tabaco. Lo más importante desde el punto de vista psicológico es que la persona quiera abandonar este hábito. Usted puede iniciar el proceso. Consulte a su médico. 6