T.M. Nº 15 - Ansiedad

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TEMA MÉDICO N° 15
“ANSIEDAD”
La Ansiedad ha sido experimentada por la mayoría de las personas. Es un
sentimiento
caracterizado
por
una
sensación
desagradable
de
aprehensión, generalmente acompañada de síntomas físicos tales como
dolor precordial, palpitaciones, molestias gastrointestinales, cefalea, etc.
Estos síntomas pueden variar de una persona a otra. Mientras el miedo
funciona como una alarma que nos alerta de un peligro externo, real y
concreto, la Ansiedad nos advierte de algo que percibimos como peligro,
pero que no siempre coincide con la realidad. Tanto el miedo como la
Ansiedad tienen una función adaptativa y son útiles, en tanto nos avisan
de una amenaza.
La percepción de un suceso como estresante depende del desequilibrio
persistente en el tiempo, entre la naturaleza del evento y las defensas
psíquicas de cada uno. De existir este desequilibrio, la persona
experimenta una Ansiedad crónica.
Además de los componentes emocionales y fisiológicos, la Ansiedad afecta
la totalidad de las funciones psíquicas como los procesos del pensamiento,
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la atención, la memoria, la percepción, etc., que podrían resultar
afectados.
Existen marcos teóricos que explican la Ansiedad como resultado de
cambios biológicos relacionados con los neurotransmisores cerebrales. Por
otro lado, la Ansiedad es explicada como producto de conflictos
psicológicos. Ambas situaciones pueden existir en determinadas personas.
Cuando una persona presenta algún trastorno de Ansiedad debe definirse,
en primer lugar, si ésta es primaria o secundaria. No se debe perder de
vista que la Ansiedad puede ser la manera de expresión de numerosas
patologías somáticas, y también de otros trastornos psiquiátricos. Por lo
tanto frente al síntoma de Ansiedad deben considerarse otros diagnósticos,
debiendo realizarse una evaluación completa que incluya todos estos
aspectos.
Luego de definida la Ansiedad como primaria, debe considerarse si ésta es
normal o patológica. La Ansiedad normal acompaña los procesos vitales de
cambio, tales como el crecimiento o la búsqueda de la propia identidad.
Por el contrario, la intensidad y la perdurabilidad en el tiempo son los
criterios que definen a la Ansiedad como patológica.
Principales Trastornos de la Ansiedad
Ataque de pánico:
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Se caracteriza por la aparición inesperada de Ansiedad intensa o miedo,
acompañada de síntomas como dolor de pecho, aumento de la frecuencia
respiratoria, sensación de falta de aire, mareos, temblores o molestias
abdominales, que duran relativamente poco tiempo. La frecuencia de estos
ataques es variable pudiendo oscilar entre múltiples ataques en un solo
día, hasta unos pocos ataques en el curso del año.
Frecuentemente este trastorno puede complicarse con agorafobia que
consiste en el miedo que sufre la persona a tener una crisis en un lugar
del que le resulte difícil escapar. Esto trae gran incapacidad ya que
interfiere en la autonomía del paciente y en su funcionamiento social y
laboral.
Muy
frecuentemente
los
pacientes
consultan
con
otros
especialistas, y este trastorno no es diagnosticado pudiendo confundirse
con enfermedades graves como un infarto o un cuadro de los llamados
histéricos.
Fobia específica:
Una fobia es un miedo irracional que provoca que la persona evite un
objeto (ejemplo: un animal) o distintas situaciones (ejemplo: aviones,
recintos cerrados, etc.). Tanto la presencia como la anticipación de aquello
temido, produce un malestar intenso que lleva a una alteración de su
funcionamiento normal. Por otra parte, la persona reconoce a este temor
como excesivo e irracional.
Las fobias son el trastorno mental más frecuente, estimándose que un
25% de la población la padece. El malestar que este trastorno produce
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puede llevar a complicaciones psiquiátricas posteriores como depresión o
abuso de sustancias, en especial del alcohol. Es muy desafortunado que
no se reconozca a las fobias en forma adecuada, ya que estos trastornos
suelen responder bien al tratamiento con psicoterapias de orientación
cognitiva-conductal y/o fármacos.
Fobia social:
Es el miedo específico a ser humillado en situaciones sociales, como por
ejemplo hablar en público. Es una patología crónica y altamente
perturbadora, que lleva a la persona a evitar la mayoría de las situaciones
sociales. Muy frecuentemente se asocia con el abuso de bebidas
alcohólicas que la persona ingiere a fin de reducir la Ansiedad que la
situación le genera.
Trastorno obsesivo-compulsivo:
Una obsesión es un pensamiento, idea o sentimiento recurrente, que
incrementa la Ansiedad. Las compulsiones o rituales en cambio, son
pensamientos o conductas conscientes, como contar o verificar, que
intentan reducir la Ansiedad. Sin embargo, cuando la persona se resiste a
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realizar el ritual, la Ansiedad aumenta. A pesar que la persona con un
trastorno obsesivo-compulsivo reconoce la irracionalidad de los síntomas,
este trastorno resulta sumamente perturbador ya que el tiempo insumido
en las obsesiones y rituales, interfiere en el funcionamiento laboral o
actividades sociales. Actualmente se considera que este trastorno
responde bien a la intervención terapéutica.
Estrés postraumático:
La persona que experimentó una situación traumática como por ejemplo
un asalto, un secuestro, un accidente serio, o la exposición a desastres
naturales o guerra, reexperimenta a veces dicha situación a través de
sueños o imágenes y tiende a evitar cualquier situación que le recuerde la
misma provocándole un estado de alerta permanente. Estos síntomas se
asocian con depresión, Ansiedad y déficits en la concentración.
Ansiedad generalizada:
Este trastorno consiste en una preocupación excesiva y persistente,
acompañada de gran variedad de síntomas como tensión muscular, mayor
irritabilidad, dificultades para concentrarse, trastornos en el sueño o
fatiga, que causan notables perturbaciones en el funcionamiento social o
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laboral del sujeto. Muchos pacientes consultan a su médico clínico
buscando tratamientos para estos síntomas, siendo medicados con
energizantes, vitaminas u otras drogas sin acción terapéutica para este
trastorno. El tratamiento más eficaz resulta de la combinación de
psicoterapia y farmacoterapia específicas para trastornos de Ansiedad.
Todos estos trastornos son frecuentemente subdiagnosticados y también
desestimados, a pesar de resultar altamente incapacitantes para las
personas.
Cuando un médico se enfrenta a un paciente que sufre un trastorno de
Ansiedad, primero debe proporcionarle apoyo e información acerca del
trastorno
y
su
tratamiento,
tanto
a
nivel
farmacológico
como
psicoterapéutico, para que pueda enfrentar su malestar de la mejor
manera posible.
La eficacia de los psicofármacos en el tratamiento de estos trastornos,
viene apoyada por un gran número de estudios clínicos. La psicoterapia
psicodinámica también puede ser útil en muchos pacientes, aunque debe
hacerse en forma individual. Las intervenciones psicoterapéuticas de
orientación cognitiva y conductal proporcionan al paciente apoyo y
seguridad. La naturaleza limitada del tiempo de este abordaje, minimiza el
riesgo de dependencia y cronicidad. Además de las técnicas utilizadas en
la terapia individual, las terapias familiares y de grupo suelen ser también
efectivas.
Ante la aparición de alguna manifestación, la Obra Social recomienda
realizar la consulta con un equipo especializado en la aplicación de
técnicas diagnósticas y en el manejo de estos procedimientos terapéuticos
para el tratamiento de estos trastornos
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