POLÍTICA - ESAD de Sevilla

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Resumen de
GEORGES BORDONOVE, MOLIÈRE, BUENOS AIRES, EL ATENEO, 2006.
1.-LA SITUACIÓN EN FRANCIA
POLÍTICA
SOCIEDAD
1600-1610
Regencia de
Médicis
DATOS DE INTERÉS
· Provincias del estado · Población media francesa
de francés
independientes s.
XVII:
16
mill.
entre ellas, con malas vías Habitantes.
de comunicación.
1610.
· Esperanza de vida:
Asciende al trono LUIS ·Elevados
índices
de hombres, 38 años, mujeres
XIII
mortandad y miseria.
35 años.
María
1618-1648
Guerra de los Treinta Años
1643
Regencia
Austria
de
Ana
· Burguesía creciente, * Corneille: 1606-1684
aspirante a parecerse a la * Molière: 1622- 1673
nobleza y a tomar parte en * Racine: 1639-1699
el gobierno del reino
de
·
Grandes
filósofos:
Descartes (razón, libertad
1661 - 1715
del individuo), Pascal
Asciende al trono LUIS (buscar la verdad del
XIV,
rey
Sol. cristianismo)
Consolidación
de
la
monarquía absoluta
· S. XVII, antesala de la
Ilustración y la rev.
Francesa.
·
Enfrentamientos
religiosos por toda Europa:
protestantes,
contrarreforma católica
2.- EL TEATRO EN TIEMPO DE LUIS XIII.
George Bordonove nos cuenta en su libro Moliêre, Buenos Aires, El Ateneo,
2006, que Molière asistía desde pequeño al Hotel de Bourgogne con su abuelo, ya que
su padre pensaba que eso era perder el tiempo. Molière prefería el mundo de las
ilusiones y la magia antes que la realidad cotidiana. Aplaudía las extravagancias del
actor de farsas Gros- Guillaume.
Todavía no hay diferencia entre el Hotel de Bourgogne y el teatro al aire libre;
aún no existía un teatro francés digno de ese nombre y la comedia se mezclaba con la
farsa más grotesca. Los autores eran mediocres y algunos comediantes buenos se
encontraban en las “bandas” que todavía no se llamaban compañías. Los actores eran
considerados la escoria de la sociedad.
Los Cofrades de la Pasión hicieron construir el Hotel de Bourgogne en el siglo
XVI, eran artesanos que representaban los Misterios. Éstos habían evolucionado mucho,
y a pesar de las tantas amonestaciones siguieron hasta el siglo XVII; siglo francés al
cuál le encantaba los litigios, así que las demás compañías teatrales debían pagar una
renta a los Cofrades para realizar una función. Sólo había un teatro y la literatura
dramática estaba en pleno auge.
Al principio los cofrades explotaban el hotel al máximo pero empezaron a
competir con los actores que llegaban de España y de Italia. A partir del siglo XVI
alquilaban la sala a actores profesionales. El hotel respondía cada vez menos a las
necesidades del público y se empezó a montar comedias en los puestos de las ferias. En
las ferias los “empíricos”(= operadores) vendían y para atraer a las personas contrataban
comediantes; así empezaron muchos de los buenos actores como Tabarín por ejemplo.
El teatro era sólo un entretenimiento popular. Los comediantes del hotel por conflictos
abandonaron la capital, así que cuando nació Molière no había ningún teatro en París.
Apareció una nueva compañía de Lenoir, en el hotel, con Mondory; también se instaló
la de Valleran Lecomte. Mondory tuvo un gran éxito con la Melita de Corneille, fue un
éxito progresivo y pronto considerable.
A partir del siglo XVII dirigió el hotel Bellerose, consiguió la protección real,
que le ayudó mucho en su rivalidad y envidia frente a Mondory. Durante la guerra de
los Treinta Años, contra España, se estrenó El Cid y fue un triunfo porque para el
público era un espejo dónde se podían reflejar. Mondory, tras varios ataques, por todos
los conflictos, murió en 1651, y su sucesor contrató a Floridor. Bellerose, una vez más
envidioso, se prestó de la ayuda real. El hotel ahora interpretaba tragedias, con un nuevo
actor Montfleury, del que más tarde se mofaría Moliêre en El impromptu de Versalles.
El teatro se convirtió en una necesidad general por la mejor calidad que había en
todos los sentidos y gracias también a la inteligencia del cardenal “protector de las
musas” enamorado de la comedia. El teatro servía para orientar al público, sugerir
actitudes y un estilo de vida diferente.
3.- L’ILUSTRES THÉÂTRE.
Por este entonces, no existían conservatorios de arte dramático donde se
pudieran desarrollar las capacidades artísticas, con lo cual, el aprendizaje era mas
individualizado por cada uno y de manera más especial. Ejemplificando con Moliere, su
recurso fue aprender de la mímica de Fiorelli (apodado Scaramouche). Este, en su
impaciencia por subir a las tablas, escoge a un farsista para adquirir conocimientos. Sus
comienzos tienen relación con la Commedia dell´arte.
Moliere no gustaba a las compañías, así que decidió en su poco éxito crear su
propio teatro (L´Illustre Théâtre). Enamorado de Madeleine, y convencido por ella, a
conveniencia de ésta por supuesto, hizo tragedia, aun siendo Moliere un tremendo fan
de la comedia y teniendo dotes muy evidentes para ello. No se conoce hasta qué punto
Madeleine sacrificó su carrera por seguir al escritor. L´Illustre Théâtre nació en 1643,
año en el que se empezó a vislumbrar a George Pirel como sucesor de Molière.
La compañía creada por Molière fracasa, y junto a él Madeleine Bejart, quien nunca lo
deja a pesar de los fracasos.
Se ven de manera muy usual los “Jeux de Paume”, que son recintos que solían
frecuentar las compañías menos favorecidas, donde no sólo ensayaban, sino que
también lo preparaban y acomodaban para su mayor rendimiento en el trabajo y el
confort de los espectadores. A raíz de la existencia de estos espacios, los actores
exigieron dinero por ver las actuaciones que ofrecían, ya que para el debido arreglo de
estas instalaciones se precisaba la intervención de profesionales, como por ejemplo
carpinteros. Además, se pavimentó la parte delantera para facilitar el acceso a carruajes.
El éxito del joven grupo aumenta, debido al incendio del Marais en 1644.
Podríamos decir que el seudónimo de Molière proviene de varias hipótesis: de
aldeas del mediodía, de nombres botánicos o flores (S.XVII), sospechas por el empleo
repetido de un existente escritor, Molière d´Essertine.
La compañía de L´Illustre Théâtre no tiene al público en su favor, a pesar del
gran elenco de bailarines y músicos que la caracteriza. Para poder pagar a los acreedores
que en los comienzos de la compañía costearon ciertas deudas, pidieron préstamos, pero
finalmente Molière fue encarcelado en el Châtelet. En consecuencia, envió súplica al
oficial de la cámara civil, donde redactaba lo siguiente: Suplica humildemente JeanBaptiste Poquelin, comediante de L´Illustre Théâtre sostenido por su Alteza Real,
diciendo que, en virtud de sentencias pronunciadas por los jueces contra este
peticionante que no es justiciable que por falta de pago el peticionante haya sido
arrestado. Visto lo que antecede, Señor. Le ruego ser puesto en libertad por tres meses.
Es así como Molière es puesto en libertad, no obstante el 4 de agosto lo volvieron a
encarcelar por pedido de un tal Dubourg, pero la fianza de Lèonard Aubry lo salvó. A
raíz de todo esto, Molière cambió radicalmente.
4 a).- LA IRONÍA DE MOLIERE.
Molière plagia el personaje de Mascarilla, creado por su contemporáneo Pierre
Corneille. El efecto de comicidad que consigue el dramaturgo francés se basa en el
asimilamiento perfecto del lenguaje de su creador original, por el contraste de un criado
que se disfraza de marqués y dos pequeños burgueses que presumen de aristócratas,
alcanzando así esta sátira su punto máximo de eficacia. En sus obras, señalamos que
Molière utiliza el recurso de darle a sus personajes el mismo nombre que los actores que
los representaban. Aparece también un mecanismo psicológico que muestra como
Molière analizaba y mediaba profundamente la naturaleza humana. En Las preciosas
ridículas, que en su origen empieza tratándose como una comedia costumbrista, se
transforma en una farsa al entrar Mascarilla (interpretado por el propio autor) y acaba
como una auténtica payasada. Esta evolución de la obra en tres géneros literarios
caracteriza e individualiza el estilo. Esta breve pieza resume el futuro repertorio del
autor. La justificación del autor se basa en que el teatro se identifica con la vida misma,
que también yuxtapone los géneros, y a veces en un mismo momento.
En el caso concreto del personaje de Mascarilla, podemos saber mediante
críticas y testimonios recatados de la época que se trataba de una tipología grotesca y
rozando el ridículo. La apariencia del personaje, constaba de unos accesorios totalmente
en desacorde con el significado de la verosimilitud. Peluca excesiva, accesorios de un
tamaño desmesurado y referencias a esto en el texto, creaban una comicidad efectista y
asegurada.
MASCARILLA: ¿Qué le parecen mis accesorios? ¿Cree que
combinan con el traje?
CATHOS: Absolutamente
MADELÓN: Terriblemente bien. Es Perdrigeon puro.
MASCARILLA: ¿Qué dices de mis cañones?
MADELÓN: Tienen muy buen aspecto.
MASCARILLA: Puedo jactarme al menos de que son un cuarto
más grandes que todos los que se fabrican.
Por tanto Molière no se burlaba solo de las mentalidades y el lenguaje, sino
también de la moda barroca deformando las siluetas de los personajes y buscando así la
comedia. En la juventud del dramaturgo, este trabajó en Pavillon de Singes dándole así
un conocimiento perfecto de telas y costumbres. En Francia, la moda era el espejo de la
vida social y por tanto, tenía una considerable importancia.
4 b).- EL MISTERIO DE ARMANDA.
La vida privada de los artistas crea desde siempre demasiada curiosidad, eso el
lo que provoca que si Armande no hubiese sido la esposa de Molière, después de que
este hubiese tenido varias amantes, no se la recordaría hoy. Se baraja la posibilidad de
que Molière tras su separación de Madeleine Béjart, comenzó una relación con
Armande (aún no sabemos, si ésta era la hija o la hermana de la anterior). Se presupone
entonces que el dramaturgo francés podría haber cometido un incesto, aunque ¿cuánto
de verdad hay en este pseudomisterio?
Molière, que vivía en casa de los Béjart, se ocupó de la educación de la chica
que por esa fecha tenía veinte años menos que el escritor. El éxito público del
dramaturgo lo hizo ser considerado una pieza clave de la sociedad de la época y por
tanto, cómo todo personaje en alza, las envidias dentro y fuera de escena se trasladaron
a su forma de ser, escribir y decidir. Una lucha con su contemporáneo Montfleury, lo
llevó a hacer y recibir grandes acusaciones que terminaron con una demanda de éste
ante el rey acusando de incesto a Molière. No conocemos a día de hoy lo que la carta
del demandante decía exactamente ya que solo podemos juzgar los hechos a través de
otros, los que originalmente la leyeron, por tanto no podemos concretar si la acusación
era explícitamente a la boda de Molière con su supuesta hija. En el siglo XVII, el
incesto era el peor de los crímenes, penalizado con la muerte.
En 1663, con la publicación del Tartufo, se cerró momentáneamente el tema
durante siete años, aunque al abrirse las acusaciones no fueron menores. La alusión era
muy clara, Molière había “forjado” a su esposa antes de que ella naciese: es decir, era su
padre. A la muerte de Molière circuló el siguiente epitafio:
Se sirvió de la hendija
De la madre y de la hija
Armande, como su viuda, defendió la obra de Molière salvando su compañía por
tanto los odios que existían a su marido se pasaron a ella. Armande testificó que todas
las acusaciones que se habían hecho a este tema eran totalmente desproporcionadas y
falsas, por lo que todos los acusadores fueron castigados por calumnia. Pero el poder de
la escritura volvía a sembrar la duda, con el libro La famosa actriz, un escritor anónimo
acusaba a la viuda de toda clase de desórdenes. Como defensa del dramaturgo francés,
tomamos como referencia algunas frases del poema que aparece en sus obras completas:
No temas, en el terreno del amor
No es tan grande el más como se aduce:
Cuando amamos y suspira el corazón
El mal propio muchas veces nos seduce.
Divina Amarante, ríndete entonces,
Sométete al amor, a su voluntad.
Ama ahora que eres bella y joven,
Pues el tiempo pasa y no vuelve atrás
Quizás como defensa o como acusación. Tanto Molière como Amande Tomaron
la figura del amor como amor mismo.
5.- EL “GOBIERNO” DE LOS COMEDIANTES.
Los comediantes aman la monarquía pero no quieren tener ningún feje en
particular, sin embargo su gobierno no es totalmente democrático y se rigen por una
aristocracia. Entre las distintas compañías no se desean demasiado bien unas a otras.
En 1664 París acoge a cuatro compañías teatrales: el Hotel de Bourgogne, el
Hotel de Morais, los italianos y la compañía de Moliere. Todas recibían un subsidio del
rey Sol.
Los actores solo se inclinaban ante el talento y obedecían al que mejores dotes tenía. En
las compañías los actores tenían ciertos derechos y obligaciones: no era posible despedir
ni abandonar la compañía sin aviso previo, los actores no podían rechazar el papel que
se les asignara y las decisiones se tomaban de manera democrática.
Las compañías funcionaban con ingresos y gastos comune. Cada actor recibía
una parte de las ganancias, las cuales se repartían en partes iguales. Moliere recibía una
parte doble porque era actor y autor. Para asegurar a los actores viejos se creó una caja
de retiro.
Dentro de la compañía había altos y bajos empleados. Los altos empleados eran
el tesorero, el secretario y el inspector, los cuales gozaban de una total confianza del
resto de actores. Sus empleos no estaban remunerados. El orador era otro de estos altos
empleados, se encargaba de publicitar la representación del día siguiente.
Los empleados menores eran el portero, el guardia, el escenógrafo y el
apuntador y sus trabajos si estaban remunerados.
En aquella época los teatros eran similares a los actuales. Las partes laterales
mostraban varias filas de palcos, cuyo lujo disminuía a medida que se elevaban. Se
colocaban asientos a ambos lados del escenario que eran muy bien pagados por los
nobles, cuya intención no era otra sino la de lucirse. A veces había tanta gente sobre el
escenario que los actores no podían moverse. Moliere tuvo la audacia de mofarse de
ellos frente a frente imitándolos.
La opinión de los espectadores de alto rango no siempre coincidía con la de la
platea, cuyos silbidos y aplausos decidían el destino de una obra.
Moliere debía su éxito a esa platea. Se apoyó en dos fuerzas aparentemente opuestas,
por una la do la platea y por otro el rey.
6.- LA ESCUELA DE LAS MUJERES.
La escuela de las mujeres se estrenó el martes 26 de diciembre de 1662, en el
Palais Royal. La Grange anotó que la recaudación fue de 1518 libras: esto representaba
83 libras y diez sueldos para cada actor. Esa suma jamás sería superada por Molière. La
obra se mantuvo en cartel hasta marzo de 1663, con el mismo éxito. Sin embargo, desde
el mismo estreno tuvo muchos detractores entre la gente de la alta sociedad.
¿Qué le reprochaban? La debilidad de su trama, su desenlace inverosímil, su
vulgaridad y su inmoralidad. El argumento: Arnolfo había entregado a Inés, una niña
abandonada, a unos campesinos para que la criaran. Más tarde, la internó en
un
convento, y ordenó que la mantuvieran en una piadosa ignorancia sobre el mundo. Al
comenzar la obra, Arnolfo ha hecho llevar a Inés a su casa para casarse con ella. En
cambio ella se enamora de un joven de su edad. Logra casarse finalmente con el hombre
a quien ama. Aquí la acción sólo constituye un apoyo para los personajes. Cuando el
objetivo es narrar una historia, se puede juzgar con severidad un desenlace torpe. Sin
embargo, La escuela de las mujeres es una comedia de caracteres. Su acción
se
desarrolla en la progresión de los sentimientos de Arnolfo y la brusca maduración
sentimental de su protegida. La acción es interior. Lo cómico reside en la situación. En
la obra de Molière se manifiesta el trágico frustrado, también, conoce mejor que nadie el
valor de la risa, y lo que suele ocultar.
Los Grandes querían que La escuela de las mujeres se representara en sus casas,
lo que sucedió en numerosas ocasiones. Luis XIV otorgó una pensión a Molière. Esas
pensiones las entregaban los empleados del tesorero de la administración, en bolsas de
seda bordadas en oro, en las casas de los beneficiarios. El segundo año, las bolsas eran
de simple fibra vegetal y en los años siguientes había que ir a buscarlos personalmente a
la oficina del tesorero y se cobraba en moneda ordinaria, y los años empezaron a tener
quince o dieciséis meses. Las guerras y el tren de vida de la corte empobrecían el tesoro.
Donneau, publicó Celinda o La verdadera crítica a La escuela de las mujeres.
Conjunto de banalidades malintencionadas, de una absoluta pobreza de inspiración.
Boursault, tenía más habilidad y talento, y simuló rendir homenaje a Molière. Su
perfidia tuvo mayor impacto. La obra fue interpretada por los comediantes del Hotel de
Bourgogne. Se sintió herido, debía vengarse. Escribió y puso en escena El impromptu
de Versalles. Esta vez respondió a la maldad con maldad, remedó a los principales
actores del Hotel de la Bourgogne.
7.- TARTUFO Y SU QUERELLA.
Tras el estreno de la primera versión en tres actos de Tartufo los devotos de la
iglesia, el arzobispo de París, el presidente del parlamento junto con la madre de Luis
XIV, Ana de Austria, hicieron todo lo posible para destruir a Moliére como
anteriormente ya intentaron con la querella de La escuela de las mujeres. Luis XIV se
gana la confianza de la Iglesia condenando las “Cinco Proposiciones” de los jansenistas
y prohibiendo las representaciones de El hipócrita.
Muchos fueron los que criticaron directamente a Móliere por El Tartufo, Luis II
de Borbón o el párroco Pierre Roullé que difundió un panfleto donde ataca a Moliére
por burlarse, ridiculizar a la iglesia y criticar la figura del director de las almas de las
familias. Éste además de esto incluye en su ataque contra Moliére al rey, afirmando que
éste ordenó bajo pena de muerte suprimir y romper todo lo que había hecho y no hacer
nada tan indigno en el futuro.
En realidad, Luis XIV solo aconsejó a Moliére no irritar a los devotos, y
advertirle de que son implacables.
La compañía de Moliére fue invitada a las fiestas celebradas en honor del
cardenal Chigi en Fontainebleau y Moliére aprovechó para leerle el Tartufo al legado
papal veneciano que ya estaba acostumbrado a estas cosas y que no encontró nada
censurable en él, sólo los franceses podían entender qué enfurecía tanto a los Devotos.
La Compañía del Santísimo Sacramento veía una crítica a su persona y a pesar de la
insistencia de Moliére para representar, el rey no quería aumentar la confusión general
por lo que espero a que se calmaran los ánimos. Este asunto duró cinco años más hasta
que fue representada en el Palais Royal, aún así la obra se reactualizaba cuando se
ejercía presión desde la iglesia.
Tartufo se desarrolla en París donde Orgón perteneciente a la burguesía confía
su casa, su familia y bienes a un devoto impostor. Éste está tan fascinado con su amigo
que dona sus bienes a su amigo Tartufo y le entregará también a su hija Mariana. Su
mujer Elmira deberá utilizar su ingenio para abrirle los ojos. Orgón no es un personaje
complicado, religioso, con gran sentido del deber y muy cerceno a nosotros.
Moliére nos presenta a Tartufo en los dos primeros actos a través de los ojos de Dorina,
la sirvienta, al principio es un beato grosero y a medida que avanza la acción se muestra
educado y como un hombre de mundo. La crítica más fuerte que hace Moliére es quizás
a través del personaje de Cleanto, cuñado de Orgón, acusa directamente a los devotos
por hacer de su devoción un oficio, utilizando lo más sagrado de la iglesia, la buena fe
de los hombres.
Elmira y su criada se alían para impedir la boda de su hija, éstas desconfían de
Tartufo y lo llaman para que ésta tenga una conversación con él. Ella lo interroga pero
él pierde el control y con poca prudencia se declara a Elmira y propone guardar en
secreto su amor. Damis, el hijo, lo ha oído todo e irrumpe en el cuarto, cuando parece
que lo han descubierto Tartufo se arroja a los pies de Orgón reconociendo sus pecados y
éste lo perdona y le cede todos sus bienes.
Más adelante Elmira convence a Orgón para que se esconda bajo la mesa y
observe la reacción de Tartufo cuando ella finge estar enamorada también de él.
Finalmente Orgón descubre la duplicidad de su amigo. Tartufo debe quitarse la máscara.
Éste posee todos sus bienes y documentos comprometedores en su contra; lo denunciará
ante el rey. El principe actúa como eldeus ex machina de la comedia. El rey castiga la
duplicidad de Tartufo, Mariana se casa con su amado y todo vuelve a su estado habitual.
La versión que conocemos ahora está suavizada, desconocemos el final del primer
Tartufo, el representado en Versalles en 1664. Sólo sabemos que en su origen era un
sacerdote y que por necesidad se convirtió en un gentilhombre, con un barniz de
seminarista.
Los jesuitas intentaron mostrar que Tartufo era una sátira contra el jansenismo;
los de Port Royal, una caricatura de los jesuitas; y los enciclopedistas una obra atea.
Otros personajes a lo largo de la historia han atacado de forma muy directa a la iglesia
como es el caso del matemático Blaise Pascal, pero es evidente que éste era un filósofo
prestigioso y un gran matemático mientras que Moliére era un simple comediante.
Cinco años después de la presentación de la primera versión del Tartufo y de la
prohibición por parte de la Compañía del Santo Sacramento, ésta fue dispersada por el
rey y Tartufo tuvo su gran estreno en el Palais Royal el 5 de febrero de 1669 con su
doble título: El impostor o Tartufo. El éxito fue rotundo, tuvieron una gran recaudación
y Moliére ganó la batalla contra los devotos.
8.- DON JUAN, CONTINUACIÓN DE LA QUERELLA.
Tartufo era representada siempre de forma privada, ya que el rey seguía
prohibiendo que se la exhibiera en público. Las retribuciones en dinero no eran buenas,
y por ello Moliere escribió, muy deprisa, su Don Juan.
El tema aseguraba el éxito. El drama de Tirso de Molina había sido copiado por
los italianos y algunas versiones francesas que utilizaban incluso maquinaria. En un
principio Moliere tuvo un interés comercial respecto a la obra pero, sobre todo, un afán
de revancha contra los devotos que le prohibieron representar Tartufo. Expresó las
mismas ideas en el Don Juan pero aun así, no suavizó las formas ni el contenido. De ahí
la extraordinaria virulencia del personaje, la violencia y el cinismo de sus actitudes y
sus declaraciones. En esta obra Moliere grita lo que piensa porque ya no soporta más la
injusticia, Don Juan es la obra de un hombre que se rebela contra su sociedad, le lanza
sus verdades a la cara, Moliere ya no es el hombre amable y componedor, sino el
hombre auténtico.
En relación con la obra El burlador de Sevilla, su don Juan es un elegante y
rústico feudal que cree que todo le está permitido y no le teme a nada. Confía en su
buena estrella: tienta a Dios, pero no es un no creyente, sino que piensa que en el último
momento llegará un sacerdote y evitará su condenación eterna. idea consiste en la
búsqueda sistemática del placer y a la mujer como objeto de esa búsqueda.
El Don Juan de Moliere tiene algo más, es ateo, un diletante que juega con los demás y
consigo mismo. Ejerce la seducción de un animal de presa. Todo lo que dice y hace es
una negación fundamental, aunque aspira a descubrir en su interior una parcela de
realidad, una razón de ser. Es el concepto de pecado lo que confiere al donjuanismo su
diabólico atractivo. Solo ambiciona al placer inmediato. Imaginemos a un ser
maravillosamente dotado, que no sabe cómo emplear sus dones extraordinarios, ése es
el Don Juan de Moliere
Los grandes señores malvados no escaseaban en la alta sociedad del s.XVII.
Algunos llevaban el “libertinaje” hasta el extremo de organizar orgías en viernes santo.
Moliere
con su Don Juan, se exponía a ganarse la antipatía de una parte de la corte. Don Juan no
tiene temores ni ideales. Actúa den forma compulsiva, y sin objetivo. Sganarelle, criado
títere, a veces insolente y otras veces temeroso, es el exacto opuesto de su amo: actúa de
contrapunto frente a Don Juan. La acción parece desarrollarse en una zona intermedia
entre la vida y la muerte. Moliere ignoró deliberadamente la unidad de lugar, y también
las otras dos reglas.
La obra tiene un cierto carácter de irrealidad, Don Luis, el padre de Don Juan,
proviene del mundo de ultratumba. Sganarelle, los campesinos, los hermanos de Elvira,
no son mucho más reales .Aparecen de forma efímera. Sólo existen en la obra para
seguir brevemente a Don Juan. Lo acompañan durante un trecho del camino: algunos de
ellos tratan de retenerlo y otros sirven para acelerar su caída.
Don Juan es el único personaje verdadero. Utiliza la maldad como el instrumento más
adecuado para satisfacer sus caprichos incoherentes y sus deseos. Lo extraordinario es
que Moliere haya podido imaginar en 1665 esta clase de personaje: un vacio tan
absolutamente desolado, un universo tan desesperadamente replegado sobre si mismo y
clausurado para siempre.
Don Juan comenzará a descender la escalera, peldaño a peldaño, hasta que lo
conducirá a los abismos.
Primero Doña Elvira, después de casarse con ella y abandonarla, lo amenaza con la
cólera divina, adelantándonos de lo que va a suceder. Luego intenta engañar a otra
muchacha, pero solo se salva de morir ahogado gracias a un campesino llamado Pierrot.
Consigue nuevas presas, que son dos muchachas, una de ellas novia de Pierrot. Luego
es perseguido por dos hombres a caballo y le ofrece a Sganerelle el honor de morir por
su amo, haciéndolo vestir con sus ropas. El seductor con ropa de campo y Sganarelle
vestido de médico.
Un pobre se presenta ante él, y Don Juan le dice que le dará una moneda de oro
si acepta blasfemar. El pobre se niega hacerlo; la escena es dolorosa y detestable. Luego
ocurre un comportamiento extraño por parte de Don Juan, salva a un desconocido que
ha sido atacado por ladrones. Ese es el hermano de Elvira, pero no reconoce a Don Juan.
Luego aparece Don Alonso, el otro hermano y si reconoce a Don Juan. Le pide luchar
contra él por honor a su hermana, pero Don Carlos que le debe la vida, se interpone.
Logra que le otorgue a Don Juan un plazo para reflexionar. Luego, en casa de Don Juan,
Don Luis le reprocha las faltas a su indigno hijo y grita su desesperación por haberlo
traído al mundo. Aquí se expresa con fuerza el creciente odio de la burguesía hacia una
nobleza decadente y parásita. Según la técnica de la obra, la insolencia del hijo se
completa cuando expresa el deseo de que su padre muera cuanto antes. Viene Elvira y lo
enfrenta. Ha decidido retirarse del mundo y sólo le pide a su marido que haga un
esfuerzo por encontrarse a sí mismo y salvarse. El tosco y desconcertado Sganarelle no
pude contener las lágrimas. De repente Don Juan obtiene fácilmente el perdón de su
padre, que cae en esa grosera trampa. Y aquí aparece el famoso parlamento sobre la
hipocresía que tanto le han criticado a Moliere. Se entiende que Moliere haya querido
arrojar su veneno a todo trance sobre el partido de los Devotos, que seguía empeñado en
impedir las representaciones públicas de Tartufo. Este texto es el medio que elige para
mostrarles su odio y su desprecio. Luego aparece el espectro, que anuncia el desenlace,
y por último, la estatua del Comendador, que llega puntual para la cita. Y el cielo,
irritado, fulmina al pecador no arrepentido, mientras el tonto de Sganarelle reclama a
gritos su salario..
Poco después del estreno de Don Juan, se distribuyó un panfleto entre el público.
Se titulaba Observaciones sobre una comedia de Moliere titulada El festín de piedra.
Su autor era un tal señor de Rochemont. En el panfleto decía que el propio Moliere es
un Tartufo redomado y un verdadero hipócrita…Que no corregía a los hombres
divirtiéndolos, el de Moliere es causar su perdición haciéndolos reír. Una farsa
verdaderamente diabólica. Se puede decir que la impiedad y el libertinaje se presentan
en todo momento en la imaginación: una religiosa depravada, cuya prostitución se hace
pública, un libertino que seduce a todas las muchachas, un hijo que se burla de su
padre,…un Moliere que es peor que todo eso, que confunde la virtud con el vicio, que
cree y no cree, que es hombre y demonio al mismo tiempo: un diablo encarnado.
Las autoridades religiosas hicieron presión sobre el rey usando los mismos argumentos
de Rochemont. Es cierto que Moliere intentó un contraataque, en especial a través del
parlamento sobre la hipocresía, y Don Juan fue, en ese sentido, una fase de la batalla de
Tartufo, puede decirse que perdió la segunda partida, y no parecía estar de vencer al
todopoderoso partido de los Devotos.
9.- EL ENFERMO IMAGINARIO.
Para festejar la victoria del Rey Sol contra los alemanes y los holandeses a
finales del 1672, Molière escribió el enfermo imaginario. Con la obra se burló de todo,
de su enfermedad, de su miedo, de los amorosos cuidados de Armande (su esposa) y de
los médicos. La obra se la dedicó a la corte y sabiendo los gustos de Luis XIV introdujo
intermedios de Ballets. Escribió un prólogo que fue muy criticado por la exagerada
adulación hacia el rey:
Después de las glorias fatigas y las victoriosas hazañas de nuestro augusto monarca, es
muy justo que todos los que se ocupan de escribir trabajen para su alabanza o para su
diversión. Es lo que aquí hemos querido hacer. Y este prólogo es un intento de alabanza
a este gran príncipe, que introduce la comedia del enfermo imaginario, cuyo proyecto ha
sido hecho para que el rey pueda distenderse tras sus nobles trabajos.
Tanta lisonja tuvo un resultado negativo, el rey animado por Lully (músico de la corte
resentido con Molière por no encargarle la música del enfermo imaginario) hizo que la
obra se estrenara en el Palais Royal ya que este no demostró deseo de verla. Este acto
subrayó la bajeza del músico porque Molière estaba apunto de morir y todos estaban
preocupado por él.
En este capítulo se nos narra mencionada obra. Al principio de la obra se nos
muestra al protagonista, Argán, (reflejo de Molière) en sus aposentos con camisola y
babuchas revisando los medicamentos que tiene en la mesa y después del recuento
descubre porqué se encuentra peor que el mes anterior. Es porque su médico le ha
recetado menos medicamentos. Al ver que está solo en su habitación hace tocar una
campanilla a la que acude Toñeta, la criada de la casa, la cual no tiene ningún reparo en
soltarle las verdades al enfermo imaginario y la que sabe los enredos amorosos de la
hija de este. La hija del primer matrimonio de Argán (Angélica), esta enamorado de un
muchacho llamado Cleonte, pero es pobre y además Argán no lo soporta, se irrita en su
presencia y le da un ataque de cólera haciendo que se desplome sobre la silla. Argán
mirando por sus intereses quiere que se case con Tomás Diaforius que es médico hijo de
médico.
Argán está casado por segunda vez con Belina y tiene otra hija de este
matrimonio llamada Luisa. Belina es una mujer cerebral que solo se casó con el
protagonista por su dinero. Él está encantado con su mujer y piensa desheredar a sus
hijas e ingresar a Angélica en un convento. Belina le manda a un notario con el que esta
confabulado. Argán le revela al notario que tiene dinero escondido en su habitación que
lo destina a su esposa. Cleonte entra en la casa sustituyendo al maestro de música de su
prometida y Argán presencia la clase que es interrumpida por Diaforius y su hijo. Se
creó una escena muy cómica y al mismo tiempo con una crítica muy mordaz hacia la
nobleza:
Diaforius: Para hablarle con franqueza, ejercer nuestra profesión con los nobles nunca
me pareció agradable. Siempre pensé que era preferible para nosotros permanecer entre
la gente común. Esto es muy cómodo: no debemos responder por nuestros actos ante
nadie, y siempre que sigamos las reglas del arte, no nos importa lo que pueda llegar a
suceder. Lo malo con los nobles es que, cuando enferman se empeñan absolutamente en
que sus médicos los curen.
Angélica y Cleonte tienen un encuentro amoroso y Belina los denuncia a Argán.
Este amenaza con el látigo a Luisa. Los personajes de Belina y de Luisa se dice que son
reflejos reales de la hija de Molière y la mujer, pero se desmiente el comportamiento de
Armande por los sucesos ocurridos después de su muerte. Bernardo, el hermano de de
Argan intenta restablecer el orden Intentando convencer a su hermano de que deje las
medicinas.
Y el colofón final de la obra es cuando Toñeta disfrazada de médico convence a
su amo de que está realmente enfermo y de que va a morir y le sugiere que se haga el
muerto, para poner a prueba el amor de Belina. Esto hace que descubra las verdaderas
intenciones de su esposa. Y Se da cuenta de los sentimientos de su hija Angélica. Así
Argán se desengaña. Cese al casamiento de su hija mayor con Cleonte prometiendo este
que va estudiar medicina. Como última mofa Bernardo sugiere al enfermo imaginario
que se haga él mismo médico, terminando la obra con la parodia de la graduación de un
médico de la Facultad.
Como vemos, es el Molière de siempre. Este tema nos resulta muy conocido.
Una familia amenazada por la errada conducta de un peligroso maniático, un amor
contrariado que finalmente supera los obstáculos con la ayuda de un pariente o una
criada. La última obra de Molière sigue su línea, y cierra el ciclo respondiendo a su
primera farsa.
10.- VIERNES 17 DE FEBRERO DE 1673.
El enfermo imaginario se estrenó con gran éxito en el Palais Royal el viernes 10
de febrero de 1673. Molière interpretó a Argán, Armande a Belina y La Grange a
Cleante. Beauveal hizo el papel de Tomás Diafoirus y la hija de los Beauval era Luisita
y su madre la criada Toñeta.
Molière murió interpretándola, víctima de su enfermedad, realizando un último
esfuerzo que resumiría su vida y su forma de vivirla. Molière aceptó y probablemente
buscó esa muerte con plena conciencia. No porque quisiera hacer una salida de escena
triunfal; al contrario, hizo todo lo posible por disimular su palidez y el mortal malestar
que lo invadía. Lo que él quería era llevar hasta las últimas consecuencias su arte y su
pasión. Había rechazado con anterioridad la sugerencia de Boileau de abandonar las
tablas porque para él era cuestión de honor morir sobre el escenario. Su muerte hizo más
por la rehabilitación social y religiosa de esa profesión que sus éxitos y las amistades
ilustres que había tenido durante su vida.
¿Qué estaría pensando Molière horas antes de subirse al escenario por última vez?
Desde luego sabía que sería la última, así que pasaría por su mente una película de toda
su vida. Desde su infancia y los lugares que frecuentaba hasta los recuerdos de su
tiránico padre. Su primer amor, las dudas surgidas ante el amor a Armande; las críticas
(buenas y malas) como aquel sacerdote que reclamaba su pira en la plaza de Grène por
haber escrito el Tartufo…También en esos pensamientos aparecería alguien que le hizo
bastante sombra, Lully, quien consiguió mantener el favor real durante toda su vida,
cosa que en parte había intentado Molière creando obras que se alejaban de su estilo,
como es el caso de El enfermo imaginario. Al Rey Luis XIV ya no le interesaba su
teatro. Molière se alejaría del teatro de corte pues ante tal situación pensó que para un
actor eran preferibles las cosas alegres y la risa franca de los comerciantes de los
mercados, antes que las pelucas y lunares postizos de la alta sociedad.
A las cuatro en punto llegó al Palais Royal. Se esforzaba por bromear y
tranquilizar a sus compañeros. Era la cuarta función de El enfermo imaginario. Entró en
su camerino y exageró su maquillaje para disimular su palidez. Nadie daba un duro por
él, hasta que se levantó el telón y se produjo el milagro. Argán-Molière se sentó ante su
mesa y comenzó a enumerar las lavativas y los jarabes de su boticario, apilando sus
fichas, el demonio del teatro se apoderó de él y cumplió su tarea. Ya no era un
moribundo el que estaba en escena, sino un gran actor poseído, alimentado, trascendido
por su pasión.
Cuando cayó el telón sus compañeros lo sostuvieron hasta llegar al camarín de
Baron. Armande no aparecía, nadie sabían dónde se encontraba. Molière pidió un
sacerdote, pero Lenfant y Lechaut se negaron a desplazarse por un hereje. Los Devotos
cumplieron su horrible venganza ya que, sin duda alguna, el arzobispo había dado
órdenes. Dos religiosas de las Clarisas asistieron al moribundo. También un vecino
llamado Couton. Finalmente el sacerdote Paysant aceptó ir a la casa. Molière vomitaba
torrentes de sangre. Cuando llegó el abate, casi al mismo tiempo que Armande y Baron,
ya era demasiado tarde. Molière había muerto.
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