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El caso Madrid-Arena: Previsible y evitable.
Por José Luis Gómez Calvo
Director de seguridad
José Luis Gómez en uno de los programas de televisión, a los que ha sido invitado, para analizar
el caso Madrid-Arena (Programa “La Mañana” de Mariló Montero de la “1” de TVE, el 5 de
noviembre de 2012)
Una macrofiesta como la de Halloween, celebrada en el pabellón Madrid-Arena
de Madrid entre el pasado día 31 de octubre y 1 de noviembre, puede tener
riesgos de avalanchas o alteraciones del orden, debidos a varios factores:




Concentración de un número elevado de asistentes en un espacio
cerrado.
Alta densidad de ocupación, aunque no se rebase el aforo.
Ambiente agitado de los asistentes.
Desplazamientos internos de público, que pueden crear excesos de
ocupación en zonas críticas, como la pista principal y sus accesos.
Y si esos riesgos se materializan, dar lugar a daños para las personas.
Ahora bien, el que un tipo de evento tenga ciertos riesgos, no supone que no
pueda hacerse, o tenga que prohibirse.
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Lo que requiere, son medidas y medios de protección adecuados a los citados
riesgos, para lo cual hay que tener en cuenta:
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

Características arquitectónicas y constructivas del lugar.
Aforo total y parcial de cada zona y lugar de acceso (entrada y salida) y
de paso.
Tipo de actividad.
Tipo de asistentes.
Estas medidas y medios, deben ser objeto de una planificación, y estar
recogidos en un documento, que de acuerdo con la legislación actual en
España, es el Plan de Autoprotección, en aplicación de la Norma Básica de
Autoprotección, aprobada por el Real Decreto 393/2007 de 23 de febrero.
Esta Norma Básica de Autoprotección, que tiene carácter de norma mínima,
obliga a diferentes tipos de actividades, a que el titular de la misma, encargue
elaborar, implante, y mantenga y revise (si la actividad es continuada en el
tiempo) un Plan de Autoprotección, cuya redacción deberá ser realizada por un
técnico competente, capacitado para dictaminar aquellos aspectos relacionados
con la autoprotección, frente a los riesgos a los que esté sujeta la actividad.
En el caso de actividades de espectáculos públicos como las macrofiestas y
macroconciertos, y actividades recreativas como todas las deportivas, es
obligatorio el mencionado Plan, siempre que los lugares, recintos e instalaciones
en las que se celebren, tengan las siguientes características:


En espacios cerrados:
o Edificios cerrados: Con capacidad o aforo igual o superior a 2.000
personas, o con una altura de evacuación igual o superior a 28
metros.
o Instalaciones cerradas desmontables o de temporada: con
capacidad o aforo igual o superior a 2.500 personas.
Al aire libre: En general, aquellas con una capacidad o aforo igual o
superior a 20.000 personas.
Por lo tanto, en el caso del pabellón Madrid-Arena, el titular de la actividad, es
decir de la macrofiesta de Halloween, debió encargar elaborar, e implantar, un
Plan de Autoprotección, ya que se trataba de un espectáculo público y el aforo
del edificio era superior a 2.000 personas.
Además, ese Plan de Autoprotección debe de haber sido inscrito en un registro
administrativo, establecido por la Comunidad Autónoma, en aplicación del
artículo 5.2 del Real Decreto 393/2007.
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Ahora bien, una cosa es elaborar un Plan de Autoprotección y otra implantarlo y
llevarlo a cabo, para lo está prevista la inspección correspondiente.
Esa función inspectora le corresponde al Ayuntamiento, en este caso de Madrid,
aunque también, puede realizarlas la Comunidad de Madrid, en el ámbito de sus
competencias, todo ello, en aplicación del artículo 30 de la Ley 17/1997, de
Espectáculos Públicos de la Comunidad de Madrid, que dice lo siguiente:
1. Corresponde a los Ayuntamientos el ejercicio de las funciones inspectoras que
garanticen el cumplimiento de las normas reguladoras de los establecimientos y locales
y de la celebración de los espectáculos públicos y actividades recreativas objeto de la
presente Ley.
Asimismo, la Comunidad de Madrid podrá realizar funciones inspectoras en el
ámbito de sus competencias.
2. Las inspecciones podrán ser realizadas por funcionarios de las Fuerzas y Cuerpos de
Seguridad del Estado, de las Policías Locales, o por funcionarios de la Comunidad de
Madrid y de los Ayuntamientos debidamente acreditados y dotados de los medios
técnicos adecuados para desempeñar eficazmente su labor que, en todo caso, tendrán,
en el ejercicio de sus funciones, el carácter de agentes de la autoridad.
3. Los organizadores de los espectáculos, los titulares de locales y establecimientos, así
como los encargados de unos y otros, están obligados a permitir el acceso de los
funcionarios debidamente acreditados al efecto para efectuar las inspecciones, estando
igualmente obligados a prestarles la colaboración necesaria para el desarrollo de las
mismas.
4. Cuando se considere necesario podrá, motivadamente, requerirse la comparecencia
de los interesados en la sede de la inspección, al objeto de practicar las diligencias que
se determinen en la correspondiente citación.
5. El resultado de la inspección deberá consignarse en un acta, de la que se entregará
copia al titular u organizador o a su representante.
6. Todo ello sin perjuicio de la facultad inspectora de los funcionarios de las Fuerzas y
Cuerpos de Seguridad del Estado dentro de sus competencias legales.
Es decir, en el caso de la macrofiesta de Halloween celebrada en el pabellón
Madrid-Arena de Madrid, debió elaborar un Plan de Autoprotección, registrado y
aprobado, si fue objeto de aprobación y se debieron realizar funciones
inspectoras por parte del Ayuntamiento, e incluso por parte de la Comunidad de
Madrid, en el ámbito de sus competencias, sin perjuicio del ejercicio de la
facultad inspectora de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.
En el Plan de Autoprotección, deben figurar entre otros, aspectos tan esenciales
como los siguientes:
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Riesgos
Medidas y medios
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
Plan de emergencia
Implantación y dirección
Aunque el suceso del Madrid-Arena, está sujeto a investigación policial, y han
sido abiertas las oportunas diligencias previas en el Juzgado de Instrucción 51
de Madrid por el juez Eduardo López Palop, e incluso ya han sido llamados a
declarar en calidad de imputados, el gerente de la empresa organizadora, y los
representantes legales de las dos empresas de seguridad y control de accesos
del recinto, lo cierto es que los hechos y las imágenes de video existentes, ya
ponen de manifiesto que:

Se admitieron a menores, ya que una de las fallecidas tenía 17 años, lo
cual contraviene el artículo 25 de la Ley 17/1997 de Espectáculos
Públicos de la Comunidad de Madrid.

Se introdujeron y utilizaron petardos y bengalas, lo cual contraviene el
artículo 59.d del Reglamento General de Policía de Espectáculos Públicos
y Actividades Recreativas, aprobado por el Real Decreto 2816/1982 de 27
de agosto.
Estas dos infracciones expuestas, son por si mismas, una clara muestra de la
falta del necesario control de accesos, a que da lugar la aplicación del artículo
59 (puntos d y e) del Reglamento General de Policía de Espectáculos Públicos y
Actividades Recreativas.
Por otra parte, el factor desencadenante de la tragedia, que fue el
amontonamiento, caída y aplastamiento de asistentes en el interior de un
pasillo, causado por dos flujos de personas que discurrían en sentidos
contrarios, pone de manifiesto una carencia de la debida gestión de espacios y
del control de movimientos de personas en el interior del recinto, lo cual en
eventos como el del Madrid-Arena, es esencial.
Todo ello, sin desestimar la irrupción, según declaraciones de testigos, de un
grupo numeroso de personas desde el exterior, de forma tumultuosa y sin
control de acceso, instantes antes de producirse el colapso en el pasillo de la
tragedia.
De todo ello podemos deducir que se cometieron infracciones y que hubo
carencias y deficiencias, que tendrá que valorar el magistrado del que depende
el procedimiento judicial en marcha.
Lo lamentable es que los análisis, procedimientos judiciales y consideraciones
que se puedan hacer, ya no devolverán la vida a las cuatro jóvenes fallecidas, y
que esos fallecimientos debieron y pudieron evitarse, si se hubiera cumplido con
la legislación vigente.
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Hace poco mas de dos años, todos nos estremecimos con los sucesos del
festival “Love Parade” de Duisburgo en Alemania, donde fallecieron veintiuna
personas, en un hecho con bastante similitudes al caso Madrid-Arena, Entre
esas personas fallecidas hubo dos jóvenes españolas: Clara Zapater y Marta
Acosta.
Entonces se habló de que nunca mas debería volver a pasar una tragedia así,
incluso se habló de “las lecciones aprendidas del Love-Parade 2010”.
Dos años más tarde, el caso Madrid-Arena pone de manifiesto, que no se
aprendió la lección de Duisburgo y por ello, hoy tenemos que lamentar el
fallecimiento de. Katia Esteban, Cristina Arce, Rocío Oña y Belén Langdon, más
el estado muy grave de una quinta joven: María Teresa Alonso Vinateo
Tras este caso de Madrid, al menos en España, ningún titular de recintos y
edificios, ni ningún organizador de macrofiestas e incluso de actividades
deportivas, incluidas en la Norma Básica de Autoprotección, puede desatender y
descuidar la elaboración, implantación y actualización de un Plan de
Autoprotección, por que nuevas víctimas, después de lo ocurrido, no solo tendría
las correspondientes responsabilidades legales, sino que sería humanamente
imperdonable.
Una macrofiesta tiene riesgos, pero riesgos previsibles y evitables, que
debidamente estudiados, deben dar lugar a medidas y medios de seguridad, que
hagan que cualquier evento de este tipo, sea motivo de alegría y nunca de
tragedia.
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