FUTBOL Y VIOLENCIA Por: DRA BERLEDYS GUTIERREZ CERVANTES LICENCIADA EN CIENCIAS SOCIALES U. A Y PSICOLOGA SOCIAL COMUNITARIA UNAD [email protected] El fútbol por ser un deporte que rompe todas las barreras sociales, culturales, religiosas y étnicas; atrapa va más allá de ser un deporte. Eso mismo debe mirarse como fenómeno que guarda relación con todos los estamentos que existen en una sociedad; entre ellas la familia, la escuela, la iglesia y con sus características propias; la cultura, la historia, la economía, la política y la organización social. Por tener una cobertura total en el planeta, en condición de apasionante ha tomado rumbos inesperados que a través del tiempo se han convertido en una bomba de tiempo que necesita pasar por unos procesos formativos y correctivos. La transculturizacion ha sido puente para que llegue a nuestro país el flagelo de las denominadas “barras bravas”, con un alarmante crecimiento de violencia y afluencia de menores de edad en este entorno Los conflictos generados a través de las barras bravas han trascendido del estadio y del deporte, hacia las calles de la ciudad, hacia la policía y a la población ciudadana en general. Causa tristeza ver como el fútbol, el deporte de las masas se ha convertido en escenarios de los más atroces actos de violencia. Anteriormente asistir a un espectáculo futbolístico era toda una fiesta que se podía presenciar con la familia sin ningún temor. Hoy vemos que las cosas han cambiado; la violencia se apoderado de un bello espectáculo; ¿quienes son los causantes de estos hechos violentos? No podríamos señalar a nadie en particular por que varios son los factores que influyen en esta situación; y desde la perspectiva de la psicología social hago un analisis personal teniendo en cuenta el contexto en que se desarrolla estos eventos; existen unas predisposiciones culturales, biológicas, cognitivas, sociales y de personalidad, en los barristas; factores que cobran un papel fundamental ,especialmente en la explicación de la aparición de conductas violentas, como también lo son los factores ambientales: la disociación de las familia , la carencia de valores, la pobreza , la delincuencia, los flagelos de la drogadicción y el alcoholismo y por supuesto los conflictos sociales que enfrenta nuestro país. La influencia de los jugadores, árbitros, directivos .líderes de las barras, que olvidan el verdadero propósito y filosofía del deporte como es el de mantener la salud y el equilibrio armonioso de la mente y el cuerpo, generar actitudes entre los jugadores y los espectadores de competencia sana y juego limpio; el propósito de estos espectáculos deportivos es la de acompañar a su equipo, alentarlo y exaltar sus logros, como también saber manejar la derrota Realmente estas situaciones se han convertido en una patología social, en la que se considera al equipo contrario su enemigo y no el equipo competente a quien se arremete violentamente de todas las formas, y lo más lamentable es que gane o pierda el equipo favorito; de igual forma los hinchas reflejan alegría, repudio, odio, venganza contra otros hinchas, causando hasta la muerte, ellos llegan agredir a las personas que no tienen nada que ver con el espectáculo. Las barras bravas son grupos de jóvenes seguidores de un equipo, que causan disturbios durante los partidos, de fútbol.; Lo más aterrador de estas barras es la influencia entre grupos; con el propósito de reafirmar un “sentido de pertenencia o en una búsqueda de la identidad” La violencia en el fútbol va paralela a los conflictos sociales. Es de todo un poco falta de educación, cultura, afecto, autocontrol… Tradicionalmente, se ha asociado a las barras con la marginalidad urbana, y el consumo de alcohol y droga., armas, delincuencia Este fenómeno se ha extendido, en diversos grados generalmente tienen un origen en una subcultura juvenil de carácter urbano, donde se busca la pertenencia a un grupo estas tienden a presentar ciertos rasgos comunes de exaltación de la fuerza, el nacionalismo, la xenofobia, un narcisismo social negativo , el sentido del honor asociado con la capacidad de pelear y la necesidad de reafirmación… la influencia de una simbología sagrada :”los trapos” y la entonación de coros y cánticos vulgares, soeces y agresivos , la cultura del “aguante” cebos de violencia. que reemplazan el tradicional modo pasivo de asistir al fútbol, por uno activo y protagonista del espectáculo, dicho fenómeno trasciende los márgenes de los recintos deportivos, empezando a configurarse como tribus urbanas que marcan su territorio por medio de grafittis, y generan actos de violencia entre los distintos grupos y la justificación de su perdida contra el equipo contrario, con sed de venganza y La agresividad que puede expresarse de muy diversas maneras y no son rasgos estables y constantes de comportamiento, por lo que debemos tener en cuenta la situación estimulo que la provoca. El hincha incentivado muchas veces por el comportamiento del equipo; desahoga su inconformidad reprimida en violencia. Que a veces es generada por el resultado de un marcador. Como los hechos que acontecieron en la noche del 31 de octubre en el Estadio Metropolitano; en donde no se justifican las acciones de árbitros y directivos; modelos de personas pacificas y conocedores de unas normas sociales y deportivas; generadores de violencia; que en un instante estimularon presiones internas en los barristas con una predisposición de comportamiento violento, liberando toda una agresividad reprimida, trasportándolos a una regresión primitiva transformando las masas en salvajes e irracionales. Tenemos otro factor no menos influyente que los anteriores, como son los medios de comunicación; que con el fanatismo de algunos narradores y comentaristas o titulares de prensa que inconscientemente o no alimentan una frustración, labrando el camino de la violencia con mensajes detonadores, creando dolor y resentimiento, propiciando de esta manera un caldo de cultivo para la violencia; en este caso los medios de comunicación deben ser mas cuidadosos en el lenguaje y la forma que lo expresan, debe ser menos traumática e influenciable negativamente. A pesar de que las autoridades realizan rigurosos dispositivos de seguridad en los partidos donde se espera gran afluencia de público, estas medidas no han arrojado los resultados esperados, ya que continúan presentándose situaciones de violencia donde se ven involucrados miembros de las barras, con resultados trágicos, muertos heridos; daños en la infraestructura del estadio y el impacto negativo en los alrededores del METROPOLITANO. En nuestra ciudad la pasión del fútbol se expresa con el apoyo incondicional de los fanáticos al equipo Atlético júnior; de igual manera se vive como en otras ciudades o países la violencia en los estadios; En el estadio Metropolitano las barras que integran el espectáculo son necesarias para el ámbito futbolero, por que son los que alientan al equipo y lo acompañan todas partes en las buena y en las malas , pero también influyen en la gente de manera negativa mediante la violencia, debido a su intolerancia que a veces se maneja desde una decisión de un juez quien puede protagonizar una gresca y se ve afectado el equipo de su preferencia. Teniendo en cuenta que el equipo Atlético júnior es una a representación social en la comunidad Barranquillera, el cual es considerado como un emblema de la ciudad, se hace necesario el manejo de las barras de manera urgente; que tanto jugadores como directivos, lideres, espectadores, hinchas barristas y medios de comunicación se comprometan hacer del deporte del fútbol un espectáculo de paz y de convivenciaCrear un barrismo social en el que se desarrollen procesos formativos; un trabajo social mancomunado con ciudadanía, barristas y entes de prevención de violencia en los estadios, y que no sea solo la prevención y represión por parte de la fuerza publica y el Departamento de prevención de desastres, claro que también es necesario que existan sanciones ejemplares para la personas que incurran en estos episodios violentos, como también responsabilizar a los padres de familia de los jóvenes menores de edad que participan como actores violentos y sobre todo protocolizar un procedimiento igual en todos a las ciudades colombianas que coadyuven a mejorar este otro conflicto social que padece nuestra sociedad. . . .