Principio de funcionamiento Según la Ley, cuando un conductor por el que pasa una corriente eléctrica se sumerge en un campo magnético, el conductor sufre una fuerza perpendicular al plano formado por el campo magnético y la corriente, siguiendo la regla de la mano derecha, con módulo F: Fuerza en Newtons I: Intensidad que recorre el conductor en amperios l: Longitud del conductor en metros lineales B: Inducción en teslas Si el conductor está colocado fuera del eje de giro del rotor, la fuerza producirá un momento que hará que el rotor gire. El rotor no solo tiene un conductor, sino varios repartidos por la periferia. A medida que gira, la corriente se activa en el conductor apropiado. ¿Qué dispositivos se emplean para convertir la energía mecánica en eléctrica? Los dispositivos más ampliamente utilizados para convertir la energía mecánica en eléctrica son los generadores y las dinamos. Los primeros generan corriente eléctrica alterna y los segundos, corriente eléctrica directa o continua. Además, los generadores de corriente alterna pueden ser de dos tipos: unos para generar corriente alterna monofásica y otros para generar corriente alterna trifásica. Para que un generador o una dinamo puedan producir corriente eléctrica es necesario acoplarlo a algún tipo de máquina mecánica que permita hacer girar su rotor. En la actualidad las máquinas más empleadas para mover los generadores son las turbinas hidráulicas como las empleadas en las centrales hidroeléctricas y las turbinas de vapor utilizadas en las centrales termoeléctricas. En centrales de generación eléctrica de menor tamaño, se pueden emplear, indistintamente, turbinas hidráulicas o también de vapor, así como motores diesel, mientras que en equipos más pequeños o portátiles por lo general se utilizan pequeños motores de gasolina para mover el generador. Independientemente de los generadores, existen minerales o cristales con características piezoeléctricas, que al colocar dos de sus superficies contrapuestas, o sea, cara con cara y aplicárseles una presión mecánica, como la que se produce al doblarlo, estirarlo o comprimirlo generan una pequeña tensión eléctrica, cuya magnitud es proporcional al área de la superficie de las caras en contacto y a la presión aplicada entre ambas caras. Existen dispositivos eléctricos que hacen uso práctico de esta propiedad, entre los que se encuentran los micrófonos denominados de cerámica, así como las cápsulas o unidad sellada que se emplean en conjunto con los platos de los giradiscos (o tacadiscos). Estas cápsulas piezoeléctricas llevan acoplada una aguja que al pasar por el surco de los discos de vinilo, reproducen la música, voz y sonidos que se encuentran grabados en los mismos al convertir sus movimientos mecánicos en impulsos eléctricos.