Factores a tener en cuenta para mejorar la salud mental

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FACTORES A TENER EN CUENTA
PARA MEJORAR LA SALUD MENTAL.
Aunque la personalidad ya está más o menos establecida después
de la adolescencia, existen algunas variables o rasgos personales
que afectan a la salud mental. Saber cuáles son los que nos están
causando problemas puede servir para poder modificarlos y
ayudarnos a reducir las preocupaciones y ampliar el bienestar
personal.
Algunas de estas características nos afectan negativamente y otras
positivamente; vamos a ver algunas de ellas para saber cuales hay
que cultivar y cuáles no.
1. Características a fomentar:
- Optimismo:
Nos referimos a la forma de ver la vida; ésta puede ser
percibiendo más las cosas positivas que las negativas, o al revés.
Creemos que ningún extremo es bueno, pero siempre que
mantengamos los pies en la tierra y seamos conscientes de la
realidad, una buena dosis de optimismo es necesaria para vivir
mejor. Tiene mucho que ver lo que nos decimos a nosotros mismos,
es decir, nuestro diálogo interno.
Pensar en positivo nos ayuda a preocuparnos menos por los
acontecimientos futuros y genera soluciones más efectivas cuando
hay problemas.
Constatando este hecho, se han hecho varias investigaciones
relacionando el optimismo y la salud en las que se ha demostrado
en la mayoría de ellas que las personas optimistas rehacen su vida
más rápido después de un tratamiento importante, tienen menos
enfermedades y menores tasas de mortalidad.
¿Cómo lo podemos fomentar?
Las personas pueden dividirse en dos grupos: las que llevan un si
en la frente y las que llevan un no. Por fortuna, parece ser posible
enseñar a las personas a reescribir su interior. (Martin Seligman)
Si por nosotros mismos no somos aún capaces de crear
pensamientos positivos, estamos de suerte porque el optimismo se
puede aprender. Lo primero es saber cuando estamos teniendo un
pensamiento negativo; después de detectarlo, hay que hacer un
debate con nosotros mismos sobre si el pensamiento se basa en la
realidad o no, y finalmente cambiarlo por otro más positivo y
adaptativo. Si queréis saber más sobre cómo cambiar la forma de
pensar podéis buscar información sobre la técnica del ABC de Ellis
y las creencias irracionales de Beck dentro del área de la
reestructuración cognitiva.
- Alegría:
La alegría es necesaria; es una expresión de la felicidad, y
depende mucho de la satisfacción personal con la propia vida, con
el logro de metas y aspiraciones y con darle un sentido a la vida.
Parte de la alegría viene con los genes, y parte la podemos
modificar con nuestros pensamientos, sentimientos y acciones.
No es del todo cierto el pensamiento general de que las
circunstancias de la vida son las que determinan la alegría, ya que
se ha demostrado que situaciones de suerte como que nos toque la
lotería, solo conlleva alegría momentánea; pero cuando nos
acostumbramos a la nueva situación, volvemos a nuestra alegría de
base.
¿Cómo lo podemos fomentar?
Si eres de esas personas que la
llevan de serie, perfecto; pero si no,
se puede provocar haciendo cosas
que generen alegría como cantar en
casa, rodearse de personas alegres,
dar cariño y recibirlo, tener algo de
ocio cada día, escuchar música,
hacer deporte, tener momentos
sociales y para uno mismo, viajar,
tener proyectos, llevarlos a cabo, y tener sexo de vez en cuando.
Creemos que lo mejor para estar alegre es salirse un poco de
la rutina todos los días y hacer cosas diferentes y nuevas.
- Relativismo:
Nos referimos a la importancia que le otorgamos a las cosas;
nosotros mismos somos los que valoramos cada problema, nadie
nos dice que el que se pinche una rueda tiene más o menos
importancia que tener el DNI caducado. Es algo que se va
aprendiendo a lo largo de los años, pero es muy habitual darle más
importancia a las cosas de la que realmente tienen. El saber
relativizar un problema puede ayudarnos a encontrar antes la
solución.
No se trata de pasar de todo, sino de valorar las cosas en su
justa medida y no preocuparse por lo que no tiene importancia.
¿Cómo lo podemos fomentar?
Si siempre le hemos dado mucha importancia a todo, nos
costará más calcular si algo debe tener importancia o no. Para verlo
más claramente podemos hacer un “termómetro de los desastres”.
Se trata de darle un valor del 10 al 100 a tu preocupación (10 nada
importante 100 muy importante) después comparar la preocupación
que tienes con otras de mayor o menor importancia y darle otra vez
un valor. Seguramente la puntuación que le has dado antes de la
comparación sea mayor que después de compararlo. Cada uno
tiene que dar el valor de 100 a lo que crea que es lo peor que le
pueda pasar en la vida, y así ir bajando hasta llegar a 10. Aquí
tenemos un ejemplo para ver cómo se hace.
100
Incendio y muerte de varios
seres queridos / muerte de un hijo - hija.
90
Suicidio de un ser querido.
80
Pobreza extrema.
70
Desahucio.
60
Maltrato.
50
Cárcel / Drogas
40
Enfermedad grave.
30
Violación.
20
Despido laboral.
10
Separación complicada.
- Altruismo:
Se ha demostrado en varias ocasiones que el hacer cosas por
los demás sin esperar nada a cambio produce un sentimiento
positivo que es difícil de explicar con palabras. Tal y como podemos
leer en este artículo, http://enpositivo.com/2013/08/practicar-elaltruismo/ practicar el altruismo aumenta la esperanza de vida tanto
como abandonar la dependencia del tabaquismo o del alcohol.
Si bien es verdad que el ego hay que tenerlo establemente
alto para tener una buena autoestima, el disfrutar de hacer sonreír a
los demás es un arte que tiene infinitas recompensas emocionales.
¿Cómo lo podemos fomentar?
Hay variedad de opiniones sobre si existe el altruismo puro y
duro, porque cualquier sentimiento de satisfacción con uno mismo
se puede considerar como una recompensa, para tener una buena
opinión al respecto, podemos hacer nuestras propias
investigaciones realizando actos de altruismo.
Podemos buscar situaciones en las que se requiera de nuestra
ayuda, hacernos voluntarios en alguna asociación, apadrinar a una
persona que lo necesite, o adoptar un animal que esté en la calle.
Es muy fácil fomentar esta característica porque hay muchas
personas y situaciones que están en desventaja social y requieren
nuestro granito de arena.
- Responsabilidad:
Realmente no sabíamos si ubicar aquí la responsabilidad o en el
segundo apartado, ahora os explicaremos porqué.
Por un lado, hacernos responsables de las dificultades que se
nos ponen en el camino, es positivo ya que nos convierte en
agentes de cambio; si creemos que se pueden cambiar las cosas y
que sólo nosotros podemos mejorar la situación es más fácil que
hagamos algo para cambiarla. Si por el contrario, no nos sentimos
responsables, tomaremos más fácilmente el rol de víctima,
esperaremos a que las cosas se resuelvan solas y este es el mejor
camino para que nada cambie.
Pero por otro lado, podemos entender la responsabilidad como
un sentimiento de culpa, y estancarnos en esa emoción negativa
que nos señala con un dedo, para tomar de nuevo el rol de víctima
y no hacer nada para cambiar la situación. En este aspecto la
responsabilidad ante una dificultad es negativa porque nos bloquea.
¿Cómo lo podemos fomentar?
Hay que tener muy claro qué tipo de responsabilidad es la que
nos va a hacer avanzar y eliminar el sentimiento de culpa si es que
lo hay. Podemos pensar de una manera útil que nadie va a cambiar
una situación que nos afecta, si no actuamos nosotros mismos.
Hacerse responsable de una dificultad desde dentro genera
ansiedad y estrés, por eso es mejor poder ver lo que nos preocupa
desde fuera, es decir, exteriorizarlo, entender que mi hijo no es
hiperactivo, sino que tiene hiperactividad por ejemplo y lo que se va
a cambiar es esa hiperactividad, no la forma de ser del niño. Esto
también ayuda a que la persona luche contra la dificultad y no
contra sí mismo y otorga más protagonismo de actuación y
responsabilidad de cambio.
2 Características a evitar:
- Perfeccionismo:
Se trata de no permitirnos ni a nosotros mismos ni a los demás
cometer errores, incluso sabiendo que se aprende más de los fallos
que de los aciertos.
Esta
actitud
facilita
el
sentimiento de frustración porque
nos hace repetir una y otra vez las
cosas para mejorarlas y esto
supone un estancamiento que no
nos permite avanzar. Sentir que lo
que hacemos no está nunca del
todo bien, limita nuestra creencia
de estar satisfechos con nosotros
mismos y reduce la capacidad de ser feliz.
¿Cómo lo podemos evitar?
Primero hay que pensar que la perfección no hay que
alcanzarla, porque no existe. Cada uno de nosotros juzgamos cómo
de bien o mal hacemos las cosas y quizás el origen del
perfeccionismo esté en que somos muy exigentes con ese juicio.
Podemos bajar un poco las exigencias que nos pedimos tanto
a nosotros mismos como a los demás. Para ir empezando, se
puede ir reduciendo informándose sobre las consecuencias de
querer ser perfectos y después probar a hacer cosas mal adrede y
ver que no pasa nada, por ejemplo ponerse calcetines diferentes,
abrocharse mal los botones de la chaqueta, perder adrede un tren,
llegar tarde a una reunión o una cita… No, no nos hemos vuelto
locas, para entender que las cosas son imperfectas y no pasa nada
por ello, hay que comprobarlo por uno mismo, porque se aprende
mucho más de la propia experiencia.
- Dependencia:
Esta es quizás la característica que más reduce nuestra
personalidad, limitando a su vez la capacidad de tener una
autoestima alta, ya que dependerá de otras personas o situaciones
y no de nosotros mismos.
Nos referimos a la dependencia a la hora de tomar decisiones, a
esa incapacidad que tenemos a veces de decidir por nosotros
mismos y dejamos que otras personas, a modo de consejo, decidan
por nosotros.
Dependencia también referida a actuar de una u otra manera
dependiendo de lo que opinen los demás de nuestra forma de
vestir, de pensar, de actuar o simplemente de vivir.
¿Cómo lo podemos evitar?
Dejarse llevar e influir por otras personas es más fácil que
decidir por nosotros mismos, porque de esta manera evitamos
pensar y tomar decisiones con el sentimiento posterior de si
habremos decidido bien o no. De lo que a lo mejor no nos damos
cuenta, es que poco a poco si no se ejercita, se va perdiendo la
capacidad de decisión y de control de nuestra vida. Y al final
vivimos a expensas de lo que otras personas creen o hacen.
Empezar por decidir cosas pequeñas sin pedir consejo o ir a
sitios y hacer cosas sin compañía puede ayudarnos a ser más
independientes y a cortar el hilo invisible que nos ata a los demás y
nos quita libertad.
Esta es una fábula llamada el hombre, el niño y el burro que
nos habla de la dependencia y sus consecuencias.
http://www.youtube.com/watch?v=nmcLBYkzO7M
“Si intentas agradar a todos, no agradarás a ninguno”
- Materialismo:
Sin querer nos vamos fusionando con la sociedad en la que
vivimos, con la cultura y desgraciadamente Europa tiene una
mentalidad consumista. Unas personas más y otras menos, pero de
alguna manera todos intentamos trabajar para conseguir dinero y
poder vivir con cierta soltura económica, esto es necesario; pero a
veces el conseguir cada día más dinero se vuelve una necesidad y
el deseo de tener un coche nuevo, más
ropa, un pintalabios especial, o el móvil
de moda tiene que ser satisfecho cuanto
antes.
Aprender a vivir con lo necesario nos hace disfrutar más de lo
que tenemos y a darle menos importancia a las cosas materiales y
más a los detalles diarios que no cuestan dinero como un abrazo,
un beso, una carta, un amanecer, un paisaje, hacer cosas por los
demás, pintar, leer…
¿Cómo lo podemos evitar?
No es fácil acostumbrarse a tener poco cuando se ha tenido
mucho, pero si es posible. Se puede abrir el armario y donar toda la
ropa que no hayamos usado en el último año a personas que lo
necesiten más, comprar sólo la comida que se vaya a comer para
no tirarla a la basura, evitar mirar los escaparates para no sentirnos
tentados a entrar a las tiendas, evitar ir de compras en general e ir
solo a por cosas concretas que necesitemos, cambiar de canal
cuando den anuncios…
Está bastante claro qué es lo que potencia la buena salud
mental y qué es lo que la perjudica, pero quizás lo pasamos por alto
algunas veces y no viene mal de vez en cuando pararnos a pensar
en qué aspectos podemos mejorar para estar mejor con nosotros
mismos.
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