anarquismo para la revolucion

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“Anarquismo para la revolución”
A continuación quiero compartir algunas formulaciones y conclusiones a las que como
forista, revolucionario, anarquista y comunista e elaborado a partir de mi poca, pero no
desmerecedora experiencia, en la lucha social por la emancipación integral del proletariado.
A modo de introducción y aclaración
El anarquismo es una corriente de ideas y prácticas revolucionarias en pos de la
definitiva emancipación del proletariado de las cadenas que lo atan al trabajo y a la sociedad
mercantil. Hoy por desgracia pareciera en muchos casos una abstracción individualista, que un
conjunto de individualidades conscientes de que el único camino hacia la verdadera liberación
de la humanidad es a través de del enfrentamiento directo con los factores que determinan que
en el mundo halla explotados y explotadores.
Los “anarquistas” de hoy parecen estar predeterminados a no pelear, parecen estar
cómodos entre tanta injusticia, entre tanta miseria, parecen intransigentes ya que la mayoría se
ha conformado con la “lucha individual”, el “vivir la anarquía” y se han olvidado (tal parece) de la
solidaridad de clase (sí, aunque a muchos no les guste, hermanos, el mundo se divide en
clases, por un lado los que ostentan el poder económico, social, cultural, moral y los que no
tienen mas nada, solo el vender su fuerza de trabajo para no reventar en la miseria y el
hambre), de asociarse, de hacer una propaganda integral de idea-fuerza, de crear resistencia,
de creer en un futuro, de poseer objetivos inmediatos y a largo plazo, de soñar como seres
sociales y únicos. Los “anarquistas” de hoy, posmodernos y auto reivindicativos, totalmente
acomodados como compradores y vendedores, ya no sueñan con la liberación colectiva, ya no
reivindican aquella vieja frase de Bakunin; “Yo comprendo esta libertad de cada uno que, en
vez de limitarse como una barrera frente a la libertad del otro, halla en éste su confirmación y su
extensión al infinito: la libertad ilimitada de cada uno a través de la libertad de todos, la libertad
en la solidaridad”. Los “anarquistas” de salón universitario, estos niños aburridos y cómodos
prefieren frases mas cortas, practicas y realistas, y por ende mas burguesas ya que en ellas
hallan la tranquilidad. Frases como; “mi libertad termina cuando empieza la de los demás”, así
holgadamente y sin pelos en la lengua (pero si en las manos) se declaran individualistas,
creyentes religiosos de la educación y la auto superación (sí como gurús de la autoayuda) y así
se justifican, desde el “arte” del des-compromiso social, de la amoralidad, desde la libertad entre
los prisioneros, sí, se dicen hombre libres. Y lo peor es que los llamamos compañeros, pero lo
que mas lástima (o incredulidad) produce es que estos “cumpas” ni siquiera son revolucionarios,
y por ende creen que la anarquía es solo un bello ideal, y por eso o por suerte ni siquiera se
hacen llamar comunistas, porque en realidad les resulta molesta la sola idea de compartir en
solidaridad la libertad, porque esto significaría para ellos el perder la propia, la libertad de
vender y comprar, de elegir, de sentirse rebeldes. Libertades burguesas que no están
dispuestas a abandonar.
Con esto no pretendo despellejar a falsos compañeros, ni a la pequeña burguesía
rebelde y contrarrevolucionaria, sino hacer un llamado a aquellos y aquellas que todavía
conviven con la llama de la revolución y están a pasos de darse cuenta de que la verdadera
lucha es integral y se hace en solidaridad con los oprimidos y los explotados, juntos con los
trabajadores compartiendo un objetivo, un horizonte; la revolución, la anarquía, el comunismo.
Las cuatro patas de la mesa
El siguiente texto no pretende ser una guía, ni siquiera un programa. En el pretendo
exponer mi ideario revolucionario y anarquista. Mi intención es compartir con ustedes mi
manera de entender y llevar a cabo el camino hacia la revolución social. Esta es mi visión
material sobre los objetivos del sujeto de la acción.
El desarrollo de la sociedad capitalista, sustentado a través de la globalización
democrática del libre mercado, ha afirmado su triunfo en la “eliminación” de los antagonismos
de clase, en el fin de la historia, el fin de la lucha del proletariado contra el burgués, es decir en
la creación del “hombre libre”, del ciudadano, el soberano. Ahora desde la visión del mercado el
trabajador es libre, es libre de trabajar o reventar, es libre de comprar o vender, libre de vender
su fuerza de trabajo y acumular capital para así el poder comprar fuerza de trabajo y ser libre de
no trabajar viviendo del trabajo ajeno. Y este triunfo de la sociedad del idealismo burgués tiene
como hijo al individuo libre, egoísta, la asociación de egoístas; donde el mas fuerte, el audaz, el
mejor vendedor y comprador estará a salvo del derecho al trabajo para vivir lo mas parecido al
burgués, y el resto (la gran mayoría) se contentara con vivir solamente para consumir lo que su
fuerza de trabajo (es decir su capacidad de venta y negociación de fuerza intelectual y física) a
través del salario (haciendo uso de lo que el derecho al trabajo) le permita.
Si el capitalismo marca el fin de la historia, si el triunfo de la utopía democrática y
burguesa del capital ha cerrado la puerta a la emancipación del proletariado, si el mito de la
libertad capitalista se ha integrado al inconsciente colectivo del proletariado como la libertad de
la libre compra y venta y como la “única” libertad, ¿es posible entonces la creación de las
condiciones objetivas y subjetivas para un levantamiento revolucionario del proletariado
mundial? ¿Es posible una revolución social que destruya la política, el trabajo, el derecho y
todas las libertades burguesas? Pero antes de todo esto, ¿es posible la creación de las o la
organización proletaria revolucionaria antiestatista y anticapitalista?
Para contestar la ultima pregunta, que en si es a la que hago referencia con el titulo de
este texto, hay que imaginarnos que el espectro de la estructura social del proletariado en lucha
(es decir del sujeto revolucionario) esta dividido en cuatro partes, cuatro partes de una sola
estructura, el atlas que puede sostener la pesada carga de la revolución social, cuatro sectores
que al encontrarse en estos momentos atomizados o en muchos casos y lugares inexistentes
retrasan las prácticas de lucha anticapitalista, es decir la acumulación de experiencias históricas
solidarias y revolucionarias antagónicas al estado y el capital.
Es por ello que como primer paso para la creación de las condiciones materiales y las
voluntades para el resurgimiento de la conciencia emancipadora y comunista, es necesaria la
generación de un imaginario social que vaya mas allá de los límites de la libertad burguesa y se
extienda a la creación de una sociedad de vida en comunidad, en común, donde la producción,
el conocimiento, el desarrollo tecnológico sean de propiedad común de todos en la libre
asociación de individuos libres, libres del derecho al trabajo, libres del salario, libres del patrón,
libres del mercantilismo, de la democracia, del estado. Este imaginario debe ir de la acción a la
idea y de la idea a la acción, y para ello deben de generarse prácticas consecuentes con el
objetivo fijado.
Nosotros los anarquistas, los revolucionarios no podemos sentarnos a esperar la crisis
definitiva del capital o que un día nuestros hermanos de clase se levanten por la mañana
“conscientes” de que humanidad y capital son antagonismos, o que digan mientras leen el diario
del domingo; - que estado y sociedad son incompatibles.
No, compañeros, no podemos esperar sentados en el sillón de la comodidad. Debemos
despojarnos del idealismo liberal, de la “libertad” burguesa, del misticismo religioso y dejar de
rezar al Dios anarquía, y poner nuestros manos y cabeza a andar, ser protagonistas de la lucha
social, ponernos de pie y ser laboriosos, estar dispuestos al sacrificio, ser sujetos de la acción,
crear nuevas redes de experiencias solidarias, crear y apoyar nuevas formas de organización
contra hegemónicas, gritar a viva voz ¡abajo el estado! ¡Abajo la política! ¡Abajo el trabajo!
¡Abajo el capitalismo!
A continuación describiré a mí entender cuales son los factores en donde el
revolucionario debe hacer mayor hincapié para generar una respuesta y propuesta contra el
capital y el estado, es decir contra el principio mercantil y autoritario.
A) Propaganda revolucionaria antiestatista y anticapitalista.
Cuando hablamos de propaganda, hay que hacer la siguiente aclaración. Aquí me
refiero a la propaganda que se erige en torno al plano de las ideas, y en la propaganda por el
hecho (la que se propicia a través de la acción directa consiente en resistencia contra el avance
del burgués y la política).
-Redes de distribución de información de los distintos conflictos sociales en donde se denuncie
el terrorismo estatal y patronal, la raíz del conflicto, las reivindicaciones de los que han
levantado la lucha, etc.
-Creación y distribución de material crítico al sistema imperante.
-Presentación de nuestro ideario, nuestros objetivos en el hoy y nuestra finalidad al resto del
proletariado.
-Participación dentro de nuestras posibilidades objetivas en manifestaciones populares o
sectoriales que se alcen contra algún avance del capital tanto privado como estatal.
-Campañas de propaganda anti policial, centrando el ataque hacia la conciencia del “vigilar y
castigar” que hoy se ve muy desarrollada en proletariado, como también atacar a la “rata” y al
carnero por sus acciones en preguicio de los trabajadores
-Creación de un órgano de difusión de material práctico y teórico, donde expongan las ideas y
prácticas de los compañeros partícipes en la lucha social.
B) Apoyo a asambleas de base creadas en torno a una lucha especifica.
Desde finales de los 90 hemos visto surgir como herramienta de lucha a la asamblea. La
asamblea como organización creada de manera espontanea, para hacer frente a las injusticias
cometidas por el avance de los intereses financieros sobre los intereses de una determinada
región o grupo social. Desde estas experiencias han aparecido las mas variadas de la
organizaciones asamblearias, como por ejemplo; las asambleas barriales durante y después de
la crisis del 2001 en Argentina, la de vecinos en Gualeguaichu contra la pastera Botnia en el rio
Uruguay, la asambleas de ambientalistas y habitantes de Siberia contra la instalación de una
planta nuclear o la asamblea del Gran Mendoza por el Agua Pura contra la mega minería a
cielo abierto. Estas diferentes asambleas se han caracterizado por tener un denominador
común a la hora de entrar en lucha y es la acción directa, acción que ha sabido como excluir a
políticos oportunistas y a sectores empresariales, acciones que por su radicalidad han tenido
gran repercusión en la opinión publica.
Es por esto que nuestro apoyo y participación en este tipo de organización debe de ser
casi fundamental, es decir, el carácter horizontal y radical de la asamblea hacen de que
nuestras acciones y opiniones dentro de ella no pasen desapercibidas y en muchos casos
aceptadas, generándose así un espacio propicio para la propaganda revolucionaria.
C) Creación e incentivación de organizaciones barriales.
El barrio es el lugar en donde vivimos, es lo mas cercano a nuestros hogares, con el
vecino compartimos una cercanía y una identidad mayor tal vez a la que podamos compartir
con nuestros compañeros de trabajo o estudio, Con la mayoría compartimos incluso nuestra
condición de proletarios, y sus problemas suelen ser nuestros problemas. Es por ello que no es
menor el tiempo y dedicación que debemos prestar en la creación de lazos de solidaridad con y
entre los vecinos. Hay que utilizar la mayor variedad de herramientas para la creación de una
organización de este tipo.
Muchas veces nos encontramos con que el diálogo que se puede generar con el vecino
es escaso y fortuito (en el almacén o en la parada del micro, por nombrar algunos lugares
comunes). Es por ello que no está de más generar el espacio, y el disparador puede ser un
lugar físico, un espacio que además tenga un fin social como puede ser una biblioteca, un
merendero, un café o centro de actividades; pero también podemos juntar estas opciones y
amalgamarlas en un centro social que brinde un servicio o varios. Que sea también un lugar de
recreación, ocio, esparcimiento, diálogo, debate, etc.; un lugar en donde compañeros y vecinos
compartan inquietudes, motivaciones, ideas y voluntades; un lugar donde nosotros no le
temamos a llamarnos anarquistas y los vecinos a reconocernos, y compartir junto a nosotros,
viendo en nuestro ideal, en nuestras acciones, una consecuencia de lo que hacemos junto a
ellos todos los días.
D) Creación de organizaciones de apoyo mutuo entre los trabajadores.
Este a mí parecer es el punto mas importante, pero también el mas difícil de desarrollar.
Es el más importante porque tiene que ver con la organización del proletariado, de aquellos que
hacen la producción posible, los que en sus manos poseen la capacidad real (claro mientras
exista la voluntad) de destruir el capitalismo global. Pero me es difícil de desarrollar la idea de
creación de una organización de estas características, por ser ésta en estos momentos
inexistente. Pero es aquí en donde me detengo y miro en retrospectiva, y analizo los tres
anteriores puntos, tratando de que den como resultado la acumulación de experiencias de
lucha, la creación de voluntades solidarias, individuos conscientes de su actual situación de
opresión y explotación y de cuáles son sus enemigos de clase. Conscientes de poseer la
voluntad de la libre asociación.
Esta asociación que en su principio estará orientada y organizada de forma mas
regional, la cual al conformarse como una alternativa a las viejas y obsoletas formas
sindicalistas, será la organización de apoyo mutuo de los trabajadores revolucionarios,
dedicada en una primera fase a hacer frente a las necesidades de sus integrantes a través de
bolsas de trabajo, caja de socorro, etc. y reivindicaciones laborales mínimas, haciendo practica
de compañerismo y solidaridad, experimentando nuevas prácticas de lucha colectiva, haciendo
experiencia de autogestión en la lucha y la organización, en la acción directa.
Conclusión
Hasta aquí hemos visto cómo, de qué formas podemos desarrollar e incentivar la
organización y la acción revolucionaria. Pero estas cuatro propuestas estarían incompletas sin
la creación de una organización resultante de todas estas anteriores experiencias. Es decir, la
creación de la organización que ponga en práctica y desarrolle nuestro más alto objetivo de
emancipación; la organización federalista de los trabajadores y trabajadoras, la organización
social federativa conformada por distintas organizaciones revolucionarias todas ellas
autónomas y solidarias en pos del más alto objetivo del proletariado consciente internacional, la
revolución social, el comunismo anárquico.
Ramón Eduardo Olalla.
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