VOTO CONCURRENTE QUE FORMULA EL MINISTROS JOSÉ RAMÓN COSSÍO DÍAZ EN EL AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1573/2011 La Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación resolvió, en la sesión celebrada el siete de marzo de dos mil doce, por unanimidad de votos, no amparar al recurrente en el amparo en revisión en cita debido a que todos sus agravios fueron declarados infundados. I.- Razones de la mayoría Para alcanzar la anterior conclusión, la Sala consideró que el inciso a), fracción II, del artículo 4228 del Código Civil del Estado de México, que otorga preferencia a la madre en la guarda y custodia de los menores de edad en caso de disputa no es inconstitucional, siempre y cuando se interprete a la luz del interés superior del menor y del principio de igualdad, en los siguientes términos: Es innegable que en los primeros meses y años de vida, las previsiones de la naturaleza conllevan una identificación total del hijo con la madre. Como referencias científicas, el “miedo al extraño” y la teoría del apego ayudan a comprender la importancia que tienen los cuidados maternales en la primera etapa de vida de un niño. VOTO CONCURRENTE EN EL AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1573/2011 La presencia materna previsible permite que el bebé desarrolle un sentimiento de continuidad de existir durante la etapa de dependencia absoluta (hasta los 6 meses). Cuando la madre no cumple su función de sostén del yo, surge la angustia portadora de amenazas de fragmentación (psicosis). De ahí que el legislador puede optar por otorgar preferencia a la madre en el momento de atribuir la guarda y custodia de un menor. Sin embargo, este tipo de normas no deben ser interpretadas en clave de un estereotipo en el que la mujer resulta, per se, la persona más preparada para la tarea. No existe en nuestro ordenamiento jurídico una suerte de presunción de idoneidad absoluta que juegue a favor de alguno de los progenitores, pues en principio tanto el padre como la madre están igualmente capacitados para atender de modo conveniente a los hijos. Ahora bien, la decisión judicial al respecto, no sólo deberá atender a aquel escenario que resulte menos perjudicial para el menor, sino, por el contrario, deberá buscar una solución estable, justa y equitativa que resulte lo más benéfica para el menor. En este sentido, el juez ha de valorar las especiales circunstancias que concurran en cada progenitor y determinar cuál es el ambiente más propicio para el desarrollo integral de la personalidad del menor, lo cual se puede dar con ambos progenitores o con uno solo de ellos, ya sea la madre o el padre. 2 VOTO CONCURRENTE EN EL AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1573/2011 II.- Razones del disenso El artículo impugnado señala: Artículo 4228.- Cuando sólo uno de los que ejercen la patria potestad deba hacerse cargo provisional o definitivamente de la guarda y custodia de un menor, se aplicarán las siguientes disposiciones: I.- Los que ejerzan la patria potestad convendrán quién de ellos se hará cargo de la guarda y custodia del menor. II.- Si no llegan a ningún acuerdo: A. Los menores de diez años quedarán al cuidado de la madre, salvo que sea perjudicial para el menor Considero que en la sentencia que se comenta se debió hacer la declaratoria de constitucionalidad a partir de los artículos 1ro. y 133 constitucionales, en tanto que esta previsión legislativa responde al compromiso internacional del Estado mexicano contenido en el artículo 16 del Protocolo Adicional a la Convención Americana de Derechos Humanos en materia de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, Protocolo de San Salvador que establece que “salvo circunstancias excepcionales, reconocidas judicialmente, el niño de corta edad no debe ser separado de su madre”. Igualmente, el Comité de Derechos Económicos Sociales y Culturales, Órgano de vigilancia del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales también ha reconocido que el menor, en la primera infancia, no debe ser separado de su madre.1 1 Cfr. Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, Recomendaciones al Informe Anual, Israel, E/C.12/ISR/CO/3 (CESCR, 2011), Párrafo 22. 3 VOTO CONCURRENTE EN EL AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1573/2011 Siendo esto así, no coincido con la interpretación conforme que realiza la sentencia en comento, toda vez que a mi parecer, la interpretación que propone del denominado “interés superior del niño” tiene como consecuencia práctica que se desconozca la presunción a favor de la madre que establece la norma, ya que el juez estaría obligado a valorar “de cero” cuál sería el ambiente más beneficioso para el menor. Según se precisó por esta misma Sala en la sentencia que recayó al Amparo Directo en Revisión 69/2012, el denominado “interés superior del niño” implica, entre otras cosas, tomar en cuenta aspectos relativos a garantizar y proteger su desarrollo y el ejercicio pleno de sus derechos, como criterios rectores para la elaboración de normas y aplicación en todos los órdenes relativos a la vida del niño, de conformidad con lo establecido en el texto constitucional y la Convención sobre Derechos del Niño. Así, el interés superior del niño está previsto normativamente en forma expresa y se funda en la dignidad misma del ser humano, en las características propias de los niños, y en la necesidad de propiciar el desarrollo de éstos, con pleno aprovechamiento de sus potencialidades2; sin embargo a efecto de evitar que bajo su amparo se genere un amplio margen de discrecionalidad que termine por debilitar la tutela efectiva de los derechos del niño, conviene precisar su función y contenido. 2 CORTE I.D.H.: Caso Bulacio vs. Argentina. Sentencia de 18 de septiembre de 2003. Serie C N° 100, par. 134. 4 VOTO CONCURRENTE EN EL AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1573/2011 Al respecto, especialistas3 en el tema consideran que el denominado “interés superior del niño” cumple dos funciones normativas: la primera, como principio jurídico garantista; y, la segunda, como pauta interpretativa para solucionar los conflictos entre los derechos del niños. Como principio jurídico protector, se entiende que su función es constituirse en una obligación destinada para las autoridades estatales que resulta netamente vinculante a efecto de asegurar la efectividad de los derechos subjetivos de los niños, es decir, implica una prescripción de carácter imperativo.4 Por cuanto se refiere a su contenido, cabe destacar que éste es directamente la satisfacción de todos los derechos del niño a efecto de potencializar el paradigma de la “protección integral”5. Entonces, desde esta dimensión, el interés superior del niño enfocado al deber estatal se actualiza cuando en la normativa jurídica se reconocen de manera expresa el cúmulo de derechos y se dispone el mandato de efectivizarlos. Ahora bien, una vez actualizado el supuesto jurídico, surgen una serie de deberes específicos a que deben atender las autoridades estatales a efecto de alcanzar la función del principio en estudio. En este rubro se encuentra el deber de analizar caso por caso si se debe privilegiar 3 Cillero Bruñol, Miguel, El interés superior del niño en el marco de la Convención Internacional sobre los derechos del niño en García Méndez, Emilio, Beloff, Mary (comps.), Infancia, ley y democracia en América Latina. Análisis crítico del panorama legislativo en el marco de la Convención Internacional sobre los Derechos del Niño (1990-1998), Ed. Temis/Depalma, Colombia, 1998, p. 71. 4 . Cfr. Ferrajoli, Luigi, Derechos fundamentales en Fundamentos de los derechos fundamentales¸ Ed. Trotta, España, 2001, p. 45. 5 Cillero Bruñol, Miguel, El interés superior del niño en el marco de la Convención Internacional sobre los derechos del niño en García Méndez, Emilio, Beloff, Mary (comps.), Infancia, ley y democracia en América Latina. Análisis crítico del panorama legislativo en el marco de la Convención Internacional sobre los Derechos del Niño (1990-1998), Ed. Temis/Depalma, Colombia, 1998, p. 78. 5 VOTO CONCURRENTE EN EL AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1573/2011 determinados derechos de los niños ante situaciones conflictivas por sobre otros intereses de terceros que no tienen el rango de derechos; además, cuando el caso se trate de contraponer derechos de los niños versus derechos de otras personas, el alcance del interés superior del niño deberá fijarse según las circunstancias particulares del caso en análisis y no podrá implicar la exclusión de los derechos de terceros. En igual sentido, la dimensión de principio protector, también implica el reconocimiento de un “núcleo duro de derechos”, entendiendo por tal aquellos que no admiten restricción alguna y, por tanto, constituyen un límite infranqueable que alcanza, particularmente, al legislador. Dentro de estos se ubican: el derecho a vida, a la nacionalidad y a la identidad, a la libertad de pensamiento y de conciencia, a la salud, a la educación, a un nivel de vida adecuado, a realizar las actividades propias de su edad (recreativas, culturales, etc.) y las garantías propias del derecho penal y del procesal penal.6 Asimismo, existe una tercera consecuencia que surge de la aplicación del interés superior del niño como principio garantista, la cual consiste en la obligación de otorgar prioridad a las políticas públicas destinadas a garantizar el "núcleo duro" de los derechos. Por otra parte, tal como se señaló en párrafos anteriores, el “interés superior del niño”, también tiene la dimensión de ser una pauta interpretativa para solucionar conflictos entre los propios derechos de los niños; es decir, este aspecto es aplicable para resolver aquellos casos en que se produzcan situaciones que hagan incompatible el ejercicio conjunto de dos o más derechos para un mismo niño. FREEDMAN, Diego: “Funciones normativas del interés superior del niño”, en Jura Gentium, Revista de Filosofía del Derecho Internacional y de la Política Global, en http://www.juragentium.unifi.it/es/surveys/latina/freedman.htm 6 6 VOTO CONCURRENTE EN EL AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1573/2011 En estos casos, es el interés superior del niño, utilizado como pauta interpretativa, el que permite relativizar ciertos derechos frente a aquellos que constituyen el denominado “núcleo duro”; esto a efecto de garantizar el pleno respeto y ejercicio de los derechos que se consideran forman parte de ese núcleo dentro del sistema normativo, con la finalidad de otorgar una protección integral al menor. En este orden de ideas, y habiendo objetivado la función y contenido de lo que debe entenderse por “interés superior del niño”, así como las dos dimensiones en que el mismo debe ser utilizado, resulta evidente que, en el caso concreto y para dar respuesta a la parte del agravio en estudio, se hace necesario acudir al interés superior del niño como principio protector o garantista para resolver entre los derechos de la abuela por un lado y los del menor por otro. De lo hasta aquí expuesto se advierte claramente que el denominado “interés superior del niño” no puede ser utilizado como criterio suficiente para desconocer la preferencia que se le da a la madre en relación a la guarda y custodia de los menores de 10 años que la propia ley establece y que, fue declarada constitucional con base al compromiso internacional del Estado mexicano. Lo anterior, no implica que esté proponiendo que se desconozca el interés superior del menor como criterio que obligatoriamente debe ser considerado por los juzgadores para resolver los casos concretos; lejos de ello, afirmo que este tipo de decisiones, al igual que todas las que involucran a los menores deben ser regidas por dicho principio, pero en el sentido que la propia normativa prevé; es decir, sólo en los casos en que el respeto de dicha presunción le genere un perjuicio al menor. 7 VOTO CONCURRENTE EN EL AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1573/2011 Por las razones apuntadas, disiento de los razonamientos expresados en la presente sentencia. Ministro José Ramón Cossío Díaz. Lic. Heriberto Pérez Reyes. Secretario Acuerdos de la Primera Sala 8