Larga duracion 4to ano bis.doc

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EFECTOS DE DIFERENTES ESTRATEGIAS DE FERTILIZACIÓN SOBRE LOS
RENDIMIENTOS, EL BALANCE DE NUTRIENTES Y SU DISPONIBILIDAD EN LOS
SUELOS
Convenio INTA-Profertil
ENSAYO DE LARGA DURACIÓN EN LA SECUENCIA MAÍZ – SOJA - TRIGO/SOJA CEBADA/SOJA.
Cuarto año de experimentación.
ARRIBEÑOS, PARTIDO DE GENERAL ARENALES
Ings. Agrs Gustavo N. Ferraris y Lucrecia Couretot
Desarrollo Rural INTA Pergamino
Ing. Agr. Mirta Toribio
Profertil S.A. Investigación y Desarrollo
Ing. Agr. Ricardo Falconi
El Ceibo Cereales S.A.
INTRODUCCIÓN
A nivel productivo, las deficiencias de nitrógeno (N), fósforo (P) y azufre (S) no ocurren de
manera aislada sino que se combinan de diversas maneras, por lo que es necesario evaluar
integralmente la respuesta a la fertilización y conocer su efecto sobre la fertilidad edáfica de los suelos.
Con el propósito de estudiar la evolución en el tiempo de los rendimientos, el balance de
nutrientes y las propiedades químicas del suelo se diseñó un ensayo de estrategias de fertilización en la
secuencia maíz-soja-trigo/soja-cebada/soja. En la campaña 2006/07 se inició el proyecto, siendo maíz
el primero de los cultivos implantados, prosiguiendo con soja en el ciclo 2007/08 y trigo/soja en
2008/09. La secuencia culminó en cebada/soja en 2009/10. Los objetivos planteados durante el cuarto
año fueron 1. Determinar la evolución de los niveles de N, P, S, MO y pH de suelo de acuerdo con las
estrategias de fertilización y los rendimientos obtenidos en los cultivos previos. 2. Evaluar el efecto de
diferentes estrategias de fertilización sobre el rendimiento y la calidad de cebada, y sus efectos
residuales en soja de segunda 3. Cuantificar y valorizar el balance de nutrientes luego de cuatro
campañas y seis cultivos. 4. Realizar una evaluación económica integrando toda la secuencia.
MATERIALES Y MÉTODOS
El ensayo es conducido en la localidad de Arribeños, partido de General Arenales. Se plantea
un diseño en bloques al azar, con cuatro repeticiones. Abarcando una rotación maíz- soja – trigo/soja
de 2da. – cebada/soja de 2da. El inicio de la secuencia se realizó con el cultivo de maíz, durante la
campaña 2006-07.
En el ciclo 2009-10 las variedades sembradas fueron en cebada Scarlet y en soja de segunda
Nidera 4613 RG. Los fertilizantes fueron agregados a la siembra del primer cultivo (cebada), pero
contemplando las necesidades de la rotación (trigo-soja). Las dosis de fertilizante aplicado se
presentan en la Tabla 1.
Tabla 1: Tratamientos y dosis (kg ha-1) de nitrógeno, fósforo y azufre aplicados en trigo para la
secuencia cebada-soja. Estrategias de fertilización en una secuencia de cultivos, Arribeños, General
Arenales. Campaña 2008/09, cuarto año de ensayos.
T1
T2
T3
T4
T5
Criterio de
Rendimiento
fertilización
objetivo
Testigo sin
fertilización
Tecnología Uso
Actual
Reposición PS
Rendimiento
objetivo medio
Reposición PS
Rendimiento
objetivo alto
Reposición S
Reconstrucción
P Rendimiento
objetivo alto
Nitrógeno Fósforo
(N)
(P)
kg/ha
kg/ha
cebada+ Soja
Azufre
(S)
kg/ha
Urea
(46-0-0)
kg/ha
SPT
(0-20-0)
kg/ha
SC
(0-0-0-18S)
kg/ha
0+0
0+0
0+0
0+0
0+0
0+0
46 + 0
16+ 0
0+0
100 + 0
80 + 0
0+0
4000
78 + 0
16 + 15
7+8
169 + 0
80 + 77
38 + 45
5000
103 + 0
20 + 22
9 + 11
223 + 0
100 + 108
47 + 63
5000
103 + 0
36 + 22
9 + 11
223 + 0
180 + 108
47 + 63
Los fertilizantes nitrogenados, fosforados y azufrados se aplicaron al voleo al momento de la
siembra del cultivo de trigo. Como fuentes se utilizaron Urea granulada (46-0-0), Superfosfato triple
de calcio (0-20-0) y Sulfato de calcio (0-0-0-18S).
Determinaciones realizadas
En el suelo
Previo a la siembra se obtuvieron muestras de suelo de 0 a 20 cm. De cada parcela, en cada uno
de los bloques, se extrajo una muestra compuesta, y sobre ella se determinó el pH y los contenidos de
materia orgánica (MO), P disponible (Bray I), N total, N-nitratos y S-sulfatos.
En el cultivo
A cosecha se evaluó el rendimiento y sus componentes, número y peso de los granos. En una
muestra de grano de cada parcela se cuantificó el contenido de N, P y S. Con los datos de rendimiento,
concentración de nutrientes en grano y dosis aplicada de los mismos se realizó un balance de
nutrientes.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
Breve descripción de los resultados de años anteriores
A. PRIMER AÑO DE ENSAYOS. Rendimientos de maíz y su efecto sobre el balance de nutrientes y
las propiedades químicas del suelo.
En el cultivo de maíz implantado durante la campaña 2006-07 se determinaron diferencias
significativas entre tratamientos en los rendimientos de grano (P=0,000; Figura 1). Los tratamientos de
máxima dosis de N alcanzaron los mayores niveles de productividad, no difiriendo significativamente
entre sí, aún cuando el tratamiento de reconstrucción de P alcanzara una producción de 350 kg ha-1 por
sobre el de mantenimiento (Figura 1).
16000
13904 A
13554 A
Rendimiento (kg/ha)
14000
12362 B
10927 C
12000
10000
9301 D
8000
6000
4000
2000
0
Testigo
TUA
PS rep - N
diag 10 t
PS rep - N
diag 12 t
PS reconstr N diag 12 t
Tratamientos
Figura 1: Rendimiento de grano de diferentes estrategias de fertilización aplicadas en maíz. Letras
distintas indican diferencias significativas entre tratamientos. Las barras verticales representan la
desviación Standard de la media. Ensayo de estrategias de fertilización en una secuencia de cultivos.
Primer año. Arribeños, General Arenales. Campaña 2006/07.
A partir de las dosis de NPS agregadas, y la extracción de nutrientes cuantificada en base a los
rendimientos y la concentración de los distintos elementos en grano, se puede establecer el balance de
nutrientes (Tabla 2).
Tabla 2: Balance de nitrógeno, fósforo y azufre (kg ha-1) para los diferentes tratamientos. Los datos
de rendimiento y concentración de nutrientes en grano fueron ajustados a 13 % de humedad.
Tratamiento
T1
T2
T3
T4
T5
Testigo
TUA
PS rep - N diag 10 t
PS rep - N diag 12 t
PS reconstr - N diag 12 t
Agregado (kg ha-1)
Extracción (kg ha-1)
Balance (kg ha-1)
N
P
S
N
P
S
N
P
S
0
46
69
89
89
0
16
30
36
52
0
46
69
89
89
82
102
115
138
154
23
27
26
28
34
6,5
6,4
8,3
9,1
9,7
-81,9
-56,2
-46,3
-49,0
-65,2
-22,7
-10,9
3,6
8,3
18,4
-6,5
-6,4
9,7
12,9
12,3
Luego de la cosecha de maíz y previo a la siembra de soja se realizó un análisis completo de
suelo por parcela, cuyos datos en promedio se consignan en la Tabla 3.
Tabla 3: Análisis de suelo (0-20 cm) luego de la cosecha de maíz y previo a la siembra de Soja (Julio
2007). Los datos son promedio de cuatro repeticiones.
Tratamiento
MO (%)
pH
Ntotal (%)
N-NO3 (mg kg-1)
P (mg kg-1)
S-SO4 (mg kg-1)
T1
T2
T3
T4
T5
2,66
2,64
2,83
2,72
2,53
5,8
5,6
5,7
5,6
5,6
0,133
0,133
0,142
0,136
0,127
5,6
6,7
7,0
6,2
9,2
7,6
7,8
11,2
10,4
10,5
9,6
9,1
8,2
9,4
10,0
El P es el nutriente en el que, a causa de su baja movilidad y menor aporte de las fracciones
orgánicas, es más fácil cuantificar cambios en su concentración asociados a procesos de ganancia o
empobrecimiento en el suelo. Luego de un año de experimentos, los tratamientos de reposición (T3,
T4, T5) presentaron un mayor nivel de P en suelo con relación a los tratamientos de suficiencia. Los
rendimientos no se asociaron al nivel de N, S, pH y MO a la cosecha del ensayo (datos no
presentados).
Se logró ajustar una relación entre el nivel de P disponible (Bray 1, 0-20 cm) y el balance de P
generado en los diversos tratamientos (Figura 2). La inversa de la pendiente de este modelo, representa
la dosis de P necesaria para elevar la disponibilidad del nutriente en una unidad. Conforme a la
función ajustada, sería necesario agregar 10,7 kg P ha-1 para incrementar su nivel en el suelo en 1 mg
kg-1.
18
P final en suelo (mg kg-1)
16
14
12
10
8
6
4
P final = 0,0934 balance + 9,54
2
R2 = 0,29
0
-30
-20
-10
0
10
20
30
-1
Balance de P (aplicado - extraído) (kg ha )
Figura 2: Relación entre el nivel de P en suelo a cosecha (mg kg-1) y el balance de P (aplicadoextraído en kg ha-1) determinado en cada tratamiento. Campaña 2006-07, primer ciclo de cultivo.
B. SEGUNDO AÑO DE EXPERIMENTACIÓN. Soja de Primera. Campaña 2007/08
En el cultivo de soja, las estrategias de fertilización determinaron diferencias significativas en
los rendimientos (P=0,00; CV= 6,1 %). El tratamiento de máxima (T5, reconstrucción de P) superó
significativamente al resto de los tratamientos fertilizados y, a la vez, estos superaron al testigo (Figura
3).
Las diferencias de rendimiento entre el tratamiento de máxima fertilización y el testigo
alcanzaron un 29 %, siendo menores con relación a las observadas en maíz, de un 49 %.
Evidentemente, este cultivo es más sensible que aquel a deficiencias nutricionales intensas. Esto se
debería, al menos es parte, a que la soja es capaz de proveerse de N por el mecanismo de fijación
biológica.
No obstante, la respuesta medida en soja supera la magnitud de los incrementos medios
directos (es decir, en ensayos de un año que no consideran efectos residuales) observados en la región.
Las diferencias en soja serían atribuibles así, al efecto residual y directo del P y S aportados al
antecesor maíz y a la soja del presente año, respectivamente. A la vez, es esperable una mejora en las
propiedades físicas y biológicas en los mejores tratamientos, así como en la adquisición de otros
nutrientes no monitoreados en esta experiencia, como consecuencia de los mayores niveles de
crecimiento aéreo y radicular, y el superior aporte de residuos derivados de un tratamiento con mejores
rendimientos.
6000
5294 A
4719 B
4735 B
TUA
RepPS
4742 B
5000
Rendimientos (kg/ha)
4109 C
4000
3000
2000
1000
0
Testigo
RepPS AR Reconstrucción
Tratamientos
Figura 3: Rendimiento de soja como resultado de diferentes estrategias de fertilización. Letras
distintas indican diferencias significativas entre tratamientos. Las barras verticales representan la
desviación Standard de la media. Ensayo de estrategias de fertilización en una secuencia de cultivos.
Segundo año de experimentación. Arribeños, General Arenales. Campaña 2007/08.
Con los datos de concentración de nutriente en grano, los rendimientos y la dosis aplicada de
cada nutriente es posible conocer el balance para cada tratamiento (Tabla 4). El balance de N fue
negativo para todas las estrategias, si no se considera el aporte por fijación biológica (FBN). Aún
ponderando los ingresos vía este mecanismo, difícilmente podría ser compensado la extracción de N.
En S, los tratamientos testigo y de mínima reflejaron un balance negativo (T1, T2), mientras que
aquellos que preveían la reposición sobreestimaron la extracción del nutriente dando como resultado
un balance positivo (T3, T4, T5). En el caso de P, tal la tendencia esperada, el balance fue muy
negativo para T1 (testigo), ligeramente negativo en T2, próximo a la neutralidad en T3 y T4 y
marcadamente positivo en el tratamiento de reconstrucción, T5 (Tabla 4). Si el balance de P se
relaciona con la disponibilidad de este elemento determinada en el suelo al final de la cosecha (Tabla
5), se puede medir la tasa de cambio en función de la extracción o reposición del nutriente, luego de
dos años. La inversa de la pendiente que relaciona estos parámetros indica la dosis de P que es
necesario agregar para variar en 1 mg kg-1 la disponibilidad del nutriente en el suelo. De acuerdo con
este análisis, por cada 9,9 kgP ha-1 de diferencia entre el agregado y extraído, el nivel de P en suelo
cambiaría en una unidad (Figura 4). Esta tasa de cambio, observada luego de dos años, no difiere
demasiado del valor registrado para el primer año (Figura 2).
Tabla 4: Balance de nitrógeno, fósforo y azufre (kg ha-1) para los diferentes tratamientos. Los datos
de rendimiento y concentración de nutrientes en grano fueron ajustados a 13 % de humedad. Se
considera que el 50 % del N extraído en soja proviene de la Fijación biológica de N (FBN).
Tratamiento
T1
T2
T3
T4
T5
N
Testigo
TUA
PS rep - N diag 10 t
PS rep - N diag 12 t
PS reconstr - N diag 12 t
Agregado (kg ha-1)
N
(FBN)
P
0
0
0
0
0
119,0
135,5
139,5
136,0
153,0
Extracción (kg ha-1)
0
16
22
26
42
Balance (kg ha-1)
S
N
P
S
N
P
S
0
0
12
15
15
238
271
279
272
306
15,4
22,8
23,3
24,2
27,8
5,8
6,0
7,5
7,8
8,3
-119,0
-135,5
-139,5
-136,0
-153,0
-15,4
-6,8
-1,3
1,8
14,2
-5,8
-6,0
4,5
7,2
6,7
Tabla 5: Análisis de suelo (0-20 cm) luego de la cosecha de maíz y previo a la siembra de soja de
primera (Julio 2008). Los datos son promedio de cuatro repeticiones.
Tratamiento
MO (%)
pH
Ntotal (%)
N-NO3 0-40 cm
( kg ha-1)
P (mg kg-1)
S-SO4 (mg kg-1)
T1
T2
T3
T4
T5
2,39
2,27
2,39
2,25
2,17
5,7
5,6
5,5
5,6
5,6
0,120
0,114
0,120
0,113
0,109
42,9
39,5
40,4
43,8
36,5
7,1
9,6
9,6
9,8
15,5
9,8
9,1
10,1
10,7
10,6
y = 0,1007 balance + 10,521
2
R = 0,51
25
-1
P final en suelo (mg kg )
20
15
10
5
0
-50
-30
-10
10
30
50
-1
Balance de P (aplicado - extraído) (kg ha )
Figura 4: Relación entre el nivel de P en suelo a cosecha (mg kg-1) luego de dos años –secuencia
maíz-soja- y el balance de P (aplicado-extraído en kg ha-1) determinado en cada tratamiento.
Campaña 2007-08, segundo ciclo de cultivo.
C. TERCER AÑO DE ENSAYOS. Trigo/soja. Campaña 2008/09
No se puede describir al ciclo 2007-08 sin hacer referencia a su particular condición climática.
Esta campaña se caracterizó por presentar escasas precipitaciones, temperaturas y evapotranspiración
potencial (ETP) elevadas así como baja humedad relativa. Sumado a una reducida reserva hídrica
inicial, este panorama climático determinó condiciones de sequía permanente en ambos cultivos. Las
altas temperaturas provocaron además, arrebato y corto llenado en trigo, lo que deprimió los
rendimientos y provocó altas concentraciones de proteína en grano. En soja, la madurez fue
desuniforme, el peso de los granos bajo, y la calidad comercial fue muy afectada.
A pesar de las desfavorables condiciones ambientales comentadas en el párrafo anterior, se
cuantificaron diferencias significativas en los rendimientos de trigo (P=0,000; CV= 7%) (Figura 5).
Dado que la eficiencia de uso de N (EUN) para rendimiento fue baja, de lo cual da cuenta el alto
contenido de proteína, los efectos residuales de los nutrientes agregados en los dos años previos
habrían sido un factor relevante en la diferencia de rendimiento entre tratamientos. Otra causa del
contraste en los rendimientos sería el mayor aporte de residuos en los mejores tratamientos durante los
años anteriores, lo que ayudó a conservar la humedad y disminuir la temperatura en el suelo durante
las etapas más críticas del cultivo. Es decir, más que una respuesta directa a la fertilización, es
probable que factores químicos, físicos y biológicos hayan interactuado para crear un ambiente de
mejor crecimiento en los tratamientos con mejor historia de fertilización y rendimiento, contribuyendo
a mitigar el estrés hídrico al que se vio sometido el cultivo. Similar reflexión cabría para el
comportamiento de la soja de segunda (Figura 6), cultivo en el cual a pesar de los bajos rendimientos,
se observaron igualmente diferencias significativas entre tratamientos (P=0,005; CV=19,6%).
4000
18
14,5
16
3195 a
2921 ab
3000
2660 b
12
2151 c
2500
14
2716 b
10
2000
Trigo
8
Proteína (%)
1500
Proteína (%)
Rendimiento (kg/ha)
15,5
15,1
15,1
3500
15,9
6
1000
4
500
2
0
0
Testigo
TUA
RepPS
RepPS AR Reconstrucción
Estrategias de fertilización
-1
Figura 5: Rendimiento (kg ha ) y concentración de proteína (%) en grano de trigo como resultado de
diferentes estrategias de fertilización. Letras distintas indican diferencias significativas entre
tratamientos. Las barras verticales representan la desviación Standard de la media. Ensayo de
estrategias de fertilización en una secuencia de cultivos. Tercer año de experimentación. Arribeños,
General Arenales. Campaña 2008/09.
5000
Trigo
4500
3952
4000
Rendimiento (kg/ha)
4407
Soja 2da
3632
3341
3500
1212 a
1032 ab
916 bc
2843
681 c
3000
692 c
2500
2716 b
2660 b
2000
3195 a
2921 ab
2151 c
1500
1000
500
0
Testigo
TUA
RepPS
RepPS AR Reconstrucción
Estrategias de fertilización
Figura 6: Rendimiento (kg ha-1) de grano de trigo y soja de segunda por la implementación de
diferentes estrategias de fertilización en una secuencia de cultivos. Dentro de cada cultivo, letras
distintas indican diferencias significativas entre tratamientos. Las barras verticales representan la
desviación Standard de la media. Ensayo de estrategias de fertilización en una secuencia de cultivos.
Tercer año de experimentación. Arribeños, General Arenales. Campaña 2008/09.
Los diferentes tratamientos generaron balances de nutrientes más favorables con relación a los
años anteriores, producto de un rendimiento observado menor al estimado al diseñar las estrategias
(Tabla 6). El balance fue como en todos los años negativo para N, si no se contemplan los aportes por
FBN. En el caso de S las estrategias confirmaron la tendencia observada en años previos de balance
negativo en T1 y T2, y positivo en T3, T4 y T5. Para el caso de P, solo es testigo reflejó un balance
negativo, dada la escasa extracción realizada por los cultivos durante esta campaña. A pesar de esto,
las concentraciones de N,S y particularmente P arrojaron valores muy bajos (Tabla 7), probablemente
a causa de la escasa mineralización ocurrida en el frío y seco período previo a Julio de 2009, cuando se
realizaron estos análisis.
Tabla 6: Balance de nitrógeno, fósforo y azufre (kg ha-1) para los diferentes tratamientos. Los
nutrientes fueron aplicados a la siembra de trigo, pero contemplan las necesidades del doble cultivo.
La extracción surge de contabilizar las cantidades removidas por el doble cultivo trigo-soja. Se
consideró que el 50 % del N removido en soja proviene de la Fijación biológica de nitrógeno (FBN).
Los datos de rendimiento y concentración de nutrientes en grano fueron ajustados a 13 % de
humedad.
Tratamiento
T1
T2
T3
T4
T5
Testigo
TUA
PS rep - N diag 10 t
PS rep - N diag 12 t
PS reconstr - N diag 12 t
N
0,0
46,0
77,6
102,6
102,6
Agregado (kg ha-1)
N
(FBN)
P
19,8
19,5
26,2
29,6
35,3
0,0
16,0
31,4
41,6
57,6
Extracción (kg ha-1)
Balance (kg ha-1)
S
N
P
S
N
P
S
0,0
0,0
14,9
19,8
19,8
84,9
93,1
109,5
122,6
141,5
8,3
10,6
11,1
11,9
14,6
4,1
4,6
5,6
6,0
7,2
-65,1
-27,6
-5,7
9,6
-3,5
-8,3
5,4
20,3
29,6
43,0
-4,1
-4,6
9,3
13,9
12,7
Tabla 7: Análisis de suelo (0-20 cm) luego de la cosecha de soja y previo a la siembra de trigo (julio
2008). Los datos son promedio de cuatro repeticiones.
Tratamiento
MO (%)
pH
Ntotal (%)
N-NO3 ( kg ha-1)
P (mg kg-1)
S-SO4 (mg kg-1)
T1
T2
T3
T4
T5
2,61
2,66
2,75
2,70
2,76
6,1
5,9
5,9
5,9
5,9
0,132
0,134
0,138
0,135
0,138
34,8
37,3
42,3
42,3
44,3
4,0
6,6
7,1
6,7
13,4
7,7
8,8
11,3
8,9
10,3
D. CUARTO AÑO DE ENSAYOS. Cebada/soja. Campaña 2009/10
Caracterización agroclimática de la campaña
La condición hídrica del ciclo 2009/10 marcó un contraste con el año anterior, especialmente
para el cultivo de verano. Las precipitaciones fueron escasas hasta el mes de setiembre y se contaba
con una escasa reserva inicial, lo cual configuró un cuadro de estrés hídrico durante buena parte del
ciclo, que abarcaron la encañazón y posteriormente el llenado de los granos de la cebada (Figura 1.a),
limitando en forma leve los rendimientos. En cambio, el ambiente fue más favorable para soja de
segunda, favorecida por precipitaciones muy abundantes desde su emergencia (Figura 1.b).
140
Et. Trigo= (mm/10 días)
120
Precipitaciones
100
Almacenaje - Deficit
mm / 10 días
80
60
40
20
0
-20
inicial 20- 01- 10- 20- 01- 10- 20- 01- 10- 20- 01- 10- 20Jul Ago Ago Ago Sep Sep Sep Oct Oct Oct Nov Nov Nov
-40
-60
Figura 7.a
500
450
400
Agua útil (mm)
350
Evapotranspiración (m m )
300
Precipitaciones (m m )
Balance hídrico (m m )
250
200
150
100
50
3M
ar
1En
e
2En
e
3En
e
1Fe
b
2Fe
b
3Fe
b
1M
ar
2M
ar
3Di
c
2Di
c
1Di
c
in
ici
al
0
Figura 7.b
Figura 7: Evapotranspiración, precipitaciones y balance hídrico, expresados como lámina de agua
útil (valores positivos) o déficit de evapotranspiración (valores negativos) para cebada (7.a) y soja de
Segunda (7.b) en Arribeños (General Arenales) durante el ciclo 2009/10. Valores acumulados en mm.
Rendimientos, balance de nutrientes y cambios en la disponibilidad de P en suelo.
La cebada presentó una respuesta nutricional moderada. Es un cultivo de notable rusticidad,
cuyos rendimientos no difirieron estadísticamente (P>0,10; cv=17,2 %), y alcanzaron el máximo ya en
el T3. La alta variabilidad de los rendimientos se explicaría en la sequía inicial, y en que la cebada
suele ser un cultivo desuniforme aún cuando se lo analiza intra-tratamiento. Por su parte, la
concentración de proteína en grano reflejó un incremento hasta dosis más altas en comparación con el
“Plateau” de rendimiento (Figura 8). La absorción de N es un proceso más lineal que su
transformación en rendimiento. En el cultivo de soja, los rendimientos presentaron diferencias
significativas entre sí (P=0,05; cv= 8,3%), siendo la estrategia T4 la de máximo rendimiento, sin
diferir de T3 (Figura 9). La productividad de la secuencia reflejó igualmente diferencias entre
tratamientos (P=0,058, cv=12,5 %), alcanzando los tratamientos T3, T4 y T5 un nivel superior, y el T1
el menor rendimiento (Figura 9). La productividad acumulada de la secuencia –seis cultivos, cuatro
campañas- mantuvo su tendencia consistente en ampliar la diferencia entre tratamientos conforme el
paso del tiempo. Así, mientras el testigo acumuló 21624 kg grano ha-1, el tratamiento de
reconstrucción llegó a 30550 kg ha-1, siendo la brecha de rendimiento de 41,2% (Figura 10).
6000
16
5000
Rendimiento (kg/ha)
11,3
4000
12,8
11,5
14
4290
4256
12
4071
3730
10
3142
3000
8
6
2000
Cebada
Proteína (%)
13,6
12,5
4
Proteína (%)
1000
2
0
0
Testigo
TUA
RepPS
RepPS ARReconstrucción
Estrategias de fertilización
Figura 8: Rendimiento (kg ha-1) y concentración de proteína (%) en granos de cebada como resultado
de diferentes estrategias de fertilización. Letras distintas indican diferencias significativas entre
tratamientos. Las barras verticales representan la desviación Standard de la media. Ensayo de
estrategias de fertilización en una secuencia de cultivos. Cuarto año de experimentación. Arribeños,
General Arenales. Campaña 2009/10.
8000
Cebada
7000
Rendimiento (kg/ha)
6000
5371
b
6956
a
7083
a
6945
a
2700
ab
3012
a
2655
b
4256
4071
4290
6335
ab
2605
b
5000
4000
Soja 2da
2229
c
3000
2000
3142
3730
1000
0
Testigo
TUA
RepPS
RepPS AR Reconstrucción
Estrategias de fertilización
Figura 9: Rendimiento (kg ha-1) de grano de cebada y soja de segunda por la implementación de
diferentes estrategias de fertilización en una secuencia de cultivos. Dentro de cada cultivo, letras
distintas indican diferencias significativas entre tratamientos. Las barras verticales representan la
desviación Standard de la media. Ensayo de estrategias de fertilización en una secuencia de cultivos.
Cuarto año de experimentación. Arribeños, General Arenales. Campaña 2009/10.
Soja 2007/08
Soja 2da 2008/09
Soja 2da 2009/10
Maíz 2006/07
Trigo 2008
Cebada 2009
35000
30000
Rendimiento (kg/ha)
25321
25000
30550
29331
27685
3142
692 C
15000
1212 A
4256
3730
681 C
2229 C
20000
4290
4071
2605 B
21624
2655 B
3012 A
2700 AB
2716 B
2660 B
2151 C
1032 AB
2921 AB
916 BC
3195 A
5294 A
4742 B
4735 B
4719 B
4109 C
10000
13904 A
12362 B
10927 C
9301 D
5000
13554 A
0
Reconstrucción
RepPS AR
RepPS
TUA
Testigo
Estrategias de Fertilización
Figura 10: Producción por cultivo (kg ha-1) de diferentes estrategias de fertilización acumulada en
una secuencia maíz – soja – trigo/soja-cebada/soja. Dentro de cada cultivo, letras distintas indican
diferencias significativas entre tratamientos. Las barras verticales representan la desviación Standard
de la media. Arribeños, General Arenales. Campañas 2006/07 a 2009/10.
Los diferentes tratamientos generaron balances de nutrientes negativo para la mayoría de los
tratamientos, en un orden de magnitud similar al observado en las dos primeras campañas. A modo de
ejemplo, para P sólo el tratamiento de reconstrucción logró con su aporte superar la exportación del
cultivo (Tabla 8). El balance fue como en todos los años negativo para N, aún considerando que el
50% de la extracción de N es cubierta por FBN. En el caso de S, las estrategias mostraron un balance
negativo en T1 y T2, y muy cercano a la neutralidad en T3, T4 y T5.
Tabla 8: Balance de nitrógeno, fósforo y azufre (kg ha-1) para los diferentes tratamientos. Los
nutrientes fueron aplicados a la siembra de trigo, pero contemplan las necesidades del doble cultivo.
La extracción surge de contabilizar las cantidades removidas por el doble cultivo cebada-soja. Se
consideró que el 50 % del N removido en soja proviene de la Fijación biológica de nitrógeno (FBN).
Los datos de rendimiento y concentración de nutrientes en grano fueron ajustados a 13 % de
humedad.
Tratamiento
T1
T2
T3
T4
T5
Testigo
TUA
PS rep - N diag 10 t
PS rep - N diag 12 t
PS reconstr - N diag 12 t
N
0,0
46,0
77,6
102,6
102,6
Agregado (kg ha-1)
N
(FBN)
P
58,3
67,0
71,3
80,1
70,7
0,0
16,0
16,0
20,0
36,0
Extracción (kg ha-1)
Balance (kg ha-1)
S
N
P
S
N
P
S
0,0
0,0
6,8
8,5
8,5
107,0
126,2
144,8
156,9
146,8
14,7
19,7
21,7
23,4
22,8
5,7
6,4
7,8
8,0
7,7
-107,0
-80,2
-67,2
-54,3
-44,2
-14,7
-3,7
-5,7
-3,4
13,2
-5,7
-6,4
-1,0
0,5
0,8
Luego de la cosecha de soja y previo a la siembra del maíz del nuevo ciclo de rotación, se
realizó un análisis completo de suelo por parcela, cuyos datos promediados se consignan en la Tabla 9.
Los valores cuantificados estuvieron por encima de los observados el año anterior y, en cambio, más
acorde con la tendencia esbozada en los dos primeros años (Figura 11).
Tabla 9: Análisis de suelo (0-20 cm) luego de la cosecha de soja y previo a la siembra de trigo (julio
2008). Los datos son promedio de cuatro repeticiones.
Tratamiento
MO (%)
pH
Ntotal (%)
N-NO3 ( kg ha-1)
P (mg kg-1)
S-SO4 (mg kg-1)
T1
T2
T3
T4
T5
2,61
2,66
2,75
2,70
2,76
6,1
5,9
5,9
5,9
5,9
0,132
0,134
0,138
0,135
0,138
34,8
37,3
42,3
42,3
44,3
4,0
6,6
7,1
6,7
13,4
7,7
8,8
11,3
8,9
10,3
20
18
-1
P bray a cosecha (mg kg )
16
14
Testigo
TUA
Rep PS
Rep PS AR
Reconstrucción
16,7
12,6
12
11,6
10
8,9
8
6,9
6
4
2
0
S ituacion
inicial
Jul-07
Jul-08
Jul-09
S ep-10
Fecha de muestreo
Figura 11: Evolución del P disponible en suelo (Bray-1, 0-20 cm) luego de cuatro campañas y seis
cultivos. Los valores presentados son promedio de cuatro repeticiones.
Después de cuatro secuencias y seis cultivos, la relación entre la disponibilidad final de P y el
balance acumulado en cada parcela permite presentar una medida de la tasa de cambio del nutriente en
el mediano a largo plazo, sugerir que dosis es necesario agregar para recomponer la disponibilidad del
nutriente en un nivel que se fije como objetivo, y servir de base como criterio de recomendación. La
inversa de la pendiente de esta relación sugiere la tasa de cambio. La dosis que surge como necesaria
para incrementar la disponibilidad de P en 1 mg kg-1 después del ciclo 2009/10 alcanza a 11,1 P y es
mayor a la propuesta en 2007 (10,7 kgP), 2008 (9,9 kgP) e inferior a la de 2009 (12 kgP) luego de uno,
dos, y tres años de ensayo, respectivamente (Figura 12). Para ser datos de 4 campañas, provenientes de
diferentes cultivos y luego de ciclos con condiciones ambientales contrastantes, podría decirse que
estos valores son bastante estables (rango de 2,1 kg Pha-1) y permiten orientar un criterio de
recomendación bajo el criterio de mantenimiento y/o reconstrucción.
Año 1 - Jul07
25
y = 0,0904x + 9,6901
R2 = 0,32
Año 2 - Jul08
P final en suelo (mg kg-1)
Año 3 - Jul09
20
Año 4 - Jul10
15
10
5
0
-50
-30
-10
10
30
50
Balance de P (aplicado - extraído) (kg ha -1)
Figura 12: Relación entre el nivel de P en suelo a cosecha (mg kg-1, 0-20 cm) y el balance de P
(aplicado-extraído en kg ha-1) utilizando los valores provenientes de cada parcela, luego de cuatro
campañas –seis cultivos-. Arribeños, General Arenales. Julio de 2010.
CONSIDERACIONES FINALES
* Las estrategias de fertilización impactaron en los rendimientos, modificaron el balance de nutrientes
y se correlacionaron con los niveles finales de P en suelo.
* Estrategias de suficiencia, reposición o reconstrucción de P generan cambios previsibles de su
disponibilidad en el suelo. Luego de cuatro años de experimentación, la tasa de cambió fue de 1 mg
kg-1 de P Bray (0-20 cm) por cada 11,1 kg Pha-1 de diferencia entre agregado y extracción. Esta dosis
sugerida permaneció relativamente estable entre campañas y fue poco afectada por el paso del tiempo
sugiriendo escasos niveles de fijación.
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