AUXILIO FUNERARIO, RÉGIMEN PRIMA MEDIA, REQUISITOS DE PAGO A UN TERCERO Concepto 2009091604-001 del 28 de diciembre de 2009. Síntesis: Frente a este tema resulta necesario distinguir dos situaciones. La primera, cuando el causante contrató directamente los gastos funerarios asumiendo directamente el pago a través de primas o de cuotas a una aseguradora o a una empresa de servicios exequiales, evento en el cual se ha sostenido que no hay lugar al reconocimiento de dicho auxilio a un tercero, y la segunda, cuando el causante sólo fue beneficiario de un contrato o póliza exequial cancelado por un tercero, en cuyo caso se podrá solicitar el pago del auxilio en la proporción que la ley señala, es decir, el equivalente a la última mesada pensional, si el causante es un pensionado, sin ser inferior a cinco salarios mínimos legales mensuales vigentes ni superior a 10 veces dicho salario. «(…) consulta algunos aspectos relacionados con el auxilio funerario tales como requisitos que deben acreditarse en el Régimen de Prima Media para obtener su pago y su cuantía, entre otros aspectos. I. Consideraciones Generales Sobre el tema consultado, vale la pena señalar que este Despacho se ha pronunciado en anteriores oportunidades, razón por la cual retomaremos la posición expuesta en el oficio 1999031686 del 28 de julio de 1999, oportunidad en la que manifestamos que: “Dentro del régimen de prima media con prestación definida, el auxilio funerario está consagrado en el artículo 51 de la Ley 100 de 1993, así: ‘‘La persona que compruebe haber sufragado los gastos de entierro de un afiliado o pensionado, tendrá derecho a percibir un auxilio funerario equivalente al último salario base de cotización, o al valor correspondiente a la última mesada pensional recibida, según sea el caso, sin que este auxilio pueda ser inferior a cinco (5) salarios mínimos legales mensuales vigentes, ni superior a diez (10) veces dicho salario. “Cuando los gastos funerarios por disposición legal o reglamentaria deban estar cubiertos por una póliza de seguros, el Instituto de Seguros Sociales, cajas, fondos o entidades del sector público podrán repetir contra la entidad aseguradora que lo haya amparado, por las sumas que se paguen por este concepto’’. “Por su parte, el artículo 18 del decreto 1889 de 1994 establece: ‘‘Para efectos de los artículos 51 y 86 de la Ley 100 de 1993 y en el Sistema General de Riesgos Profesionales, se entiende por afiliado y pensionado la persona en favor de quien se hicieron las cotizaciones que originaron el derecho a la pensión’’. “De las disposiciones transcritas y circunscritos al régimen de prima media con prestación definida, se concluye que hay lugar al reconocimiento del auxilio funerario cuando se cumplen las condiciones contenidas en el artículo 51 de la Ley 100 de 1993, a saber: 1) Que un afiliado o pensionado fallezca, y 2) Que el solicitante del auxilio compruebe haber sufragado los gastos de entierro del afiliado o pensionado. “El artículo 18 del decreto 1889 de 1994 circunscribe el beneficio del auxilio funerario únicamente al caso de fallecimiento del pensionado o de la persona por quien, en su condición de afiliado, se venían realizando cotizaciones, dejando de lado a los que acceden a la pensión como beneficiarios del pensionado o afiliado, reafirmándose así el contenido del artículo 51 de la ley 100 de 1993. “En efecto, el citado artículo 18, guardando consonancia con las disposiciones de la ley, establece un mecanismo para evitar el pago del auxilio funerario por muerte de quienes sólo son beneficiarios de una pensión de sobrevivientes, y que, por no ostentar la calidad de afiliados o pensionados, no generan tal prestación adicional. Es decir que, fallecido el afiliado o pensionado se genera el auxilio funerario, pero, en el evento de fallecer un beneficiario de una pensión de sobrevivientes, no se genera nuevamente el auxilio, por cuanto el beneficiario no era la persona en cuyo favor se venían haciendo las cotizaciones ni tampoco tenía la calidad de pensionado”. Por su parte, en el oficio 2008086043 del 9 de febrero de 2009 este Organismo de Control se pronuncia sobre las condiciones para que se genere el auxilio funerario y las pruebas para establecer el derecho, entre otros aspectos, indicando: “I. Marco Normativo “(…) “B. Artículo 4º del Decreto 876 de 1994. “Auxilio Funerario. En desarrollo de lo previsto en el artículo 86 de la ley 100 de 1993, la persona que compruebe haber sufragado los gastos de entierro de un afiliado tendrá derecho a que la respectiva sociedad administradora le cancele, con cargo a sus propios recursos, el auxilio funerario de que trata dicho artículo. La administradora podrá, a su turno, repetir tal pago contra la entidad aseguradora de vida que hubiere expedido el correspondiente seguro de sobrevivientes. “Así mismo, la persona que compruebe haber sufragado los gastos de entierro de un pensionado bajo la modalidad de retiro programado que prevé el artículo 81 de la Ley 100 de 1993 tendrá derecho a que la respectiva sociedad administradora le cancele, con cargo a la correspondiente cuenta individual de ahorro pensional, el auxilio funerario. Tratándose de pensionados que estuvieren recibiendo una renta vitalicia, el auxilio lo pagará la respectiva entidad aseguradora (...)”. “II. Consideraciones “(…) “Tal como se señala en el artículo 51 de la Ley 100 de 1993, el auxilio funerario se reconoce dentro del Sistema General de Pensiones a quienes comprueben haber sufragado los gastos de entierro de un afiliado o pensionado, por lo que se puede afirmar que se trata de una prestación a favor de quienes tengan tales calidades, independientemente del régimen al que pertenezcan (Prima Media con Prestación Definida o Ahorro Individual con Solidaridad) y sin que se establezca condición adicional para su reconocimiento. “(…) “El derecho al auxilio funerario en el Sistema General de Pensiones, se genera cuando se cumplen las siguientes condiciones: “a. Que un afiliado o pensionado fallezca, y “b. Que el solicitante del auxilio compruebe haber sufragado los gastos de entierro del afiliado o pensionado. “En cuanto a la prueba para establecer el derecho, el parágrafo del artículo 4° del Decreto 876 de 1994 precisa que “Se considerarán pruebas suficientes para acreditar el derecho al auxilio funerario, entre otras, la certificación del correspondiente pago y la prueba de la muerte conforme a lo previsto en la Ley”. “En lo relacionado con el término para el reconocimiento de esta prestación, el inciso tercero del artículo 4º del Decreto 876 de 1994 señala que “Las sociedades administradoras o entidades aseguradoras, según corresponda, deberán cancelar el auxilio funerario dentro de los cinco (5) días hábiles siguientes en la fecha en la cual se les suministren los documentos mediante los cuales se acredite el pago de los gastos de entierro de un afiliado o pensionado”. II. La consulta Hechas las precisiones anteriores, este Despacho procederá atender los interrogantes en el mismo orden propuesto en su comunicación, así: “1) ¿Quiénes tienen derecho a reclamar el auxilio funerario de un pensionado del Seguro Social?” Cualquier persona que compruebe haber sufragado los gastos de entierro del pensionado (o del afiliado, en un supuesto no contemplado en la consulta). “2) ¿Cuáles son los requisitos que deben cumplirse para reclamar el auxilio funerario?” Acreditar el pago de los servicios funerarios y el deceso del pensionado, de conformidad con lo establecido en el artículo 4° del citado Decreto 876 de 1994. “3) ¿Hasta qué monto asciende el pago del auxilio”. Tratándose de un pensionado, el valor a reconocer por la administradora corresponde a la última mesada pensional recibida, sin que dicho monto pueda ser inferior a cinco (5) salarios mínimos legales mensuales vigentes, ni superior a diez (10) veces dicho salario. “4) Si había un seguro que cubría parcialmente los gastos de entierro, pero se incurrieron en gastos adicionales, ¿existe derecho a reclamar los pagos realizados?” Frente a este tema resulta necesario distinguir dos situaciones a saber: la primera, cuando el causante contrató directamente los gastos funerarios asumiendo directamente el pago a través de primas o de cuotas a una aseguradora o a una empresa de servicios exequiales, evento en el cual este Despacho ha sostenido que no hay lugar al reconocimiento de dicho auxilio a un tercero, y la segunda, cuando el causante sólo fue beneficiario de un contrato o póliza exequial cancelado por un tercero, en cuyo caso se podrá solicitar el pago del auxilio en la proporción que la ley señala, es decir, el equivalente a la última mesada pensional, si el causante es un pensionado, sin ser inferior a 5 salarios mínimos legales mensuales vigentes ni superior a 10 veces dicho salario. En este orden de ideas, en el evento consultado, deberá establecerse como primera medida la procedencia o no del pago, atendiendo las reglas expuestas anteriormente y, en caso de ser procedente el reconocimiento del auxilio a un tercero, este corresponderá al monto determinado en la Ley. (…).»