Diálogos de Platón: Fedón

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Diálogos de Platón: Fedón
1. Sócrates−Platón no tiene miedo de morir ¿Por qué?
No tiene miedo de morir porque cree en la inmortalidad del alma y cree
encontrar en la otra vida dioses tan buenos y tan sabios y hombres mejores
que los que hay aquí abajo. También cree que después de esta vida existe
todavía algo para los hombres, y que según la antigua máxima, los buenos
serán allí mejor tratados que los malvados.
2. Sócrates−Platón, sin embargo, no acepta la práctica del suicidio. ¿Qué
razones aduce? ¿Te parecen buenas razones? ¿Qué opinas tú del
suicidio?
Sócrates−Platón afirma que la vida no es nuestra, sino de los dioses y por eso
no tenemos derecho a suicidarnos y que es preciso esperar que la divinidad
nos envíe una orden formal de abandonar la vida. No me parecen buenas
razones porque creo que la vida sí que es nuestra y porque el suicidio no es un
acto de cobardía, sino de valentía, porque hay que tener mucho valor para
suicidarse.
3. Sócrates dice que los filósofos, durante la vida, se preparan para estar
muertos. Explica qué quiere decir con esto.
Durante la vida, los filósofos intentan separar, lo más posible, el alma del
cuerpo, prescindiendo de los placeres del cuerpo como comer, beber y todos
los demás goces que interesan al cuerpo. Por eso, cuando la muerte se les
presenta, podrán separar definitivamente el alma del cuerpo, que es lo que han
estado persiguiendo sin descanso durante la vida, ya que lo propio de los
filósofos es trabajar en la separación de su alma del comercio del cuerpo.
4. ¿Cómo explica Sócrates−Platón que los sentidos no nos proporcionan
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verdadero conocimiento?
El alma, al estar en contacto con el cuerpo, no puede encontrar la verdad
absoluta porque va sujeta a los placeres del cuerpo y éste la engaña y la
induce al error.
5. Copia algunas frases que muestren el desprecio de Sócrates−Platón
hacia el cuerpo.
Mientras tengamos nuestro cuerpo, y nuestra alma esté contaminada de esta
corrupción, jamás poseeremos el objeto de nuestros deseos, es decir, la
verdad. Porque el cuerpo nos opone mil obstáculos por la necesidad que nos
obliga a cuidar de él, y las enfermedades que pueden presentarse turbarán
también nuestras investigaciones.
El cuerpo jamás conduce a la sabiduría.
Si queremos saber verdaderamente alguna cosa es preciso prescindir del
cuerpo y que sea el alma sola la que examine los obletos que quiera conocer.
6. ¿Qué es pues, la muerte?
La muerte es la separación del alma y del cuerpo.
7. ¿En qué consiste la virtud de la temperancia y por qué es propia de los
filósofos? ¿Crees que tiene que ver con la máxima de nada demasiado?
La virtud de la temperancia consiste en no ser esclavo de los deseos, sino de
sobreponerse a ellos y vivir con moderación. Esta virtud es propia de los
filósofos porque son los que desprecian a sus cuerpos y viven en la filosofía.
8. ¿En que momento se pone de manifiesto la relación entre sabiduría y
virtud?
La virtud no es verdadera más que unida a la sabiduría. La verdadera virtud es
una purificación de toda clase de pasiones. La templanza, la justicia y la misma
sabiduría no son más que purificaciones.
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9. Cebes le pide a Sócrates que pruebe que el alma es inmortal. Intenta
explicar el primer argumento. Si las cosas no se transformasen en sus
contrarios, ¿qué acabaría ocurriendo?
Todas las cosas nacen de la misma manera, es decir, de sus contrarios,
cuando los tienen. Lo contrario de mayor es menor, lo contrario de bueno es
malo, lo contrario de bello es feo, y así con todas loas cosas. Pero como dice
Sócrates, para que algo sea mayor antes tuvo que ser menor y cuando una
cosa es menor antes tuvo que ser mayor. Es siempre de absoluta necesidad
que las cosas nazcan las unas de las otras y que a través de un medio pasen
de la una a la otra, como por ejemplo, el proceso de una cosa menor a una
cosa mayor es el crecimiento, a lo que llamamos crecer. Todo esto, nos sirve
para entender que la vida también tiene su contrario, que es la muerte y si
todas las cosas nacen de sus contrarios, es necesariamente que la vida nazca
de la muerte y la muerte de la vida. Si los vivos nacen de los muertos y los
muertos de los vivos es una prueba de que las almas de los muertos existen en
alguna parte de donde vuelven a la vida. Pero si todo lo que ha tenido vida
muriera y estando muerto no reviviera, llegaría un momento en que todas las
cosas tendrían un fin y no habría nada que viviera, ya que todas las cosas
serían absorbidas por la muerte. Esto es lo que pasaría si las cosas no se
transformasen en sus contrarios, que todo tendría su fin y moriría.
10.¿En qué se basa la segunda demostración de la inmortalidad del alma?
La segunda demostración de la inmortalidad del alma se basa en la teoría de la
reminiscencia. El conocimiento es recuerdo y esto significa que el alma lo ha
tenido que conocer antes de nacer. Si conocer en vida es recordar, entonces el
alma lo ha tenido que aprender antes de unirse al cuerpo y esto es una prueba
de la inmortalidad del alma. Antes de que naciéramos, nuestras almas lo
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sabían todo, ya que la especialidad del alma es la sabiduría, pero al caer en un
cuerpo estas lo olvidan todo y lo que hacen al largo de la vida es recordar lo
que ya sabían, lo que nosotros llamamos aprender.
Saber no es más que conservar la ciencia que se ha adquirido y no perderla ni
olvidarla.
11. Cebes exige que Sócrates demuestre que las almas no sólo existen
antes de nuestro nacimiento, sino que subsisten después de nuestra
muerte. ¿Cuál es el argumento de Sócrates?
El argumento que da Sócrates es que si los vivos nacen de los muertos; porque
si es verdad que nuestra alma existe antes de nuestro nacimiento y si es
preciso de toda necesidad que para venir a la vida salga del seno de la muerte.
Ha de existir la misma necesidad de su existencia después de la muerte,
puesto que tiene que retornar a la vida.
12. ¿Dónde va el alma cuando muere?
El alma es un ser invisible que va a otro medio semejante a ella, excelente,
puro, invisible, es decir, a los infiernos, cerca de un dios emporio de bondad y
sabiduría. Si el alma se retira pura, sin conservar nada del cuerpo, como la que
durante la vida no ha tenido con él comercio alguno voluntario y al contrario
huyó siempre de él recogiéndose en sí misma, meditando siempre, es decir,
filosofando bien y aprendiendo a morir, si el alma se retira en este estado, va
hacia un ser semejante a ella, divino, inmortal, lleno de sabiduría, cerca del
cual, libre de sus errores, de su ignorancia, de sus temores, de sus amores
tiránicos y de todos los demás males anexos a la naturaleza humana goza de
la felicidad; y pasa verdaderamente con los dioses toda la eternidad.
Pero el alma cargada de peso es arrastrada todavía por el mundo visible, o
sea, el infierno, y va errante a los lugares de sepulturas, vagando alrededor de
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las yumbas, donde se han visto fantasmas tenebrosos que no han salido del
cuerpo purificadas del todo, sino conservando algo de esta materia visible que
todavía las hace visible.
13. ¿Por qué las almas se encarnan en los cuerpos? ¿De qué depende su
reencarnación?
Los que han hecho de su vientre su dios y que sólo han amado la
intemperancia sin pudor y sin comedimiento, entrarán verosímilmente en el
cuerpo de asnos o de otros animales semejantes. Y las almas de los que sólo
han amado la injusticia, la tiranía y la rapiña animarán cuerpos de lobos, de
gavilanes y de halcones. Y también habrá otra que se asociarán a cuerpos
análogos a sus gustos.
14. ¿Qué virtudes hay que practicar para que nuestra almas vayan al lugar
más agradable?
Los más felices, aquellos cuyas almas van al lugar más agradable, son los que
siempre han practicado las virtudes sociales y civiles que se llaman templanza
y justicia.
15. Después del tercer argumento, Simias confiesa a Sócrates no estar
aún convencido de que el alma persista tras la muerte. ¿Con qué
argumento?
Simias dice que nuestro cuerpo está compuesto y mantenido en equilibrio por
el calor, el frío, lo seco y lo húmedo, y nuestra alma no es más que la armonía
que resulta de la justa mezcla de estas cualidades cuando están combinadas y
muy de acuerdo. Entonces, si nuestra alma es una armonía es evidente que
cuando nuestro cuerpo está agobiado o en tensión por las enfermedades o por
otros males, es necesario que nuestra alma perezca como las otras armonías.
Por esto, si el alma no es más que una mezcla de las cualidades del cuerpo,
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perece la primera en lo que llamamos la muerte.
16. Cebes también tiene algo que objetar. ¿Qué duda expone a Sócrates?
Cebes no duda de la existencia del alma antes de nuestro nacimiento pero sí
de que siga subsistiendo después de nuestra muerte. Cebes dice que cualquier
hombre que no teme a la muerte es un insensato, a menos que no esté en
condiciones de demostrar que el alma es eternamente inmortal e
imperecedera. De otra manera, es absolutamente necesario que quien va a
morir tema por su alma y tiemble ante la idea de que perezca en esta próxima
separación del cuerpo.
17. En la página 198 y siguientes está la respuesta de Sócrates a las dos
objeciones. Intenta explicarla.
Si lo que es inmortal nunca puede perecer, por mucho que la muerte se
acerque al alma será absolutamente imposible que el alma muera, porque el
alma nunca admitirá a la muerte y no morirá jamás. Y si convenimos en que
todo lo que es inmortal es imperecedero, es necesario, no solamente que el
alma sea inmortal, sino absolutamente imperecedera. Por esto cuando la
muerte llega al hombre, lo que hay mortal en él muere y lo inmortal se retira
sano e incorruptible cediendo el paso a la muerte.
Si existe alguna cosa inmortal e imperecedera debe ser el alma y por
consiguiente nuestras almas existirán en el otro mundo.
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