ME 87 de 141 SEPTIMO MANDAMIENTO, 1 Ex 20, 15: “No robarás” (cfr. Dt 5, 19). El hombre puede poseer cosas y tenerlas como suyas, por lo cual este derecho debe ser respetado por todos. Robar significa violar este derecho: tomar lo ajeno contra la voluntad de su dueño. En la predicación de Jesús, la relación hombrecosas recibe una nueva y más profunda interpretación (Sermón de las Bienaventuranzas: uso moderado de las cosas y riesgo de poseerlas). Mt 6, 10-24: “No alleguéis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín los corroen y donde los ladrones horadan y roban (...). Nadie puede servir a dos señores (...). No podéis servir a Dios y a las riquezas”. ME 88 de 141 SEPTIMO MANDAMIENTO, 2 Todos los bienes creados están al servicio de todos los hombres. Pero en la historia de todo tiempo y civilización aparecen grandes desigualdades sociales e injusticias entre ricos y pobres. En el AT muchas leyes evitaron que en Israel se acumulasen grandes fortunas (la del “año sabático”, del “año jubilar”, la protección a los huérfanos y a las viudas, etc.) e incluso, después que perdieron vigencia, el espíritu que las había animado ayudó a cortar distancias entre pobres y ricos. Jesús enseña sobre el riesgo de las riquezas y el mandamiento del amor: hizo que entre los primeros cristianos se diese una generosa comunicación de bienes. Los escritos de los apóstoles abundan en condenas de la avaricia, la codicia, las injusticias, etc.. ME 89 de 141 SEPTIMO MANDAMIENTO, 3 La justicia es la virtud que exige que se dé a cada uno lo que le corresponde. El objeto de la justicia es el derecho (“ius”): porque existen derechos, es obligado que se respeten. La justicia hace relación a otro. Es una virtud de “alteridad”. Entraña una obligatoriedad: origina un “debitum” que debe ser respetado. De lo contrario se deberá una reparación. Para que se cometa una injusticia se requiere que quien la padece no la quiera sufrir: “al que sabe y consiente no se le hace injuria”. ME 90 de 141 SEPTIMO MANDAMIENTO, 4 Justicia conmutativa: rige las relaciones de los individuos entre sí. Justicia distributiva: regula las relaciones de los gobernantes con los súbditos. Justicia legal: mide las relaciones de los súbditos con el Gobierno y el Estado. Justicia social: considera los derechos y deberes de los ciudadanos en el ámbito de la convivencia social, política y económica (su fundamento es la dignidad de la persona humana). ME 91 de 141 SEPTIMO MANDAMIENTO, 5 La justicia social cuida de que el conjunto de la vida social se dirija al bien de todos, o sea al “bien común”. El bien común es el conjunto de aquellas condiciones sociales que permiten al individuo, a la familia y a las sociedades intermedias la consecución de sus respectivos fines. En él se integran valores tanto materiales como espirituales. Se puede distinguir el bien común trascendente (Dios) del temporal (respeto a la persona, bienestar social y desarrollo del grupo, paz). El bien común mira a toda la persona, pero no contempla exclusivamente al individuo y a la familia ni se agota en la sociedad en que se vive, sino que abarca el bien común entre todas las naciones.