Zurich La dureza de los comentarios sobre Finnegans Wake y el comienzo de la Segunda Guerra Mundial, con la entrada de los nazis en París, supusieron un duro mazazo para Joyce. Se trasladó de nuevo a Zurich, donde al poco tiempo le diagnosticaron una úlcera de duodeno. Murió el 13 de enero de 1941, durante una operación de peritonitis.