El gran fraude LETRAS La obra está formada por artículos periodísticos aparecidos en El País, El Correo y el Diario Vasco a lo largo de los dos últimos años, por eso en algún capítulo se repite algún concepto, repetición que Sabater salva con su gran maestría. Los capítulos son muy cortos y muy concisos, con una gran energía descriptiva en la que su autor dice que pretenden argumentar. Y lo consiguen. LUISA SANTAMARÍA Fernando Sabater El gran fraude Aguilar, 2004 El Plan Ibarretxe i este libro se hubiera publicado días después del 11-M, probablemente habría sido más amplio y con puntos de vista sobre el terrorismo mundial, pero como se publicó antes, versa exclusivamente sobre ETA a pesar que en este corto espacio de tiempo ha perdido actualidad para dársela al terrorismo islámico. S Tiene dos temas a desarrollar: el primero la vinculación objetiva entre el proyecto soberanista del nacionalismo vasco y la insistencia de la intimidación terrorista contra la sociedad vasca. Como todos conocemos a Fernando Sabater, es innecesario decir —pero se dice— que es el intelectual con más claridad de pluma que existe en nuestro país o por lo menos uno de los más claros. Su prosa es tan impecable y tan amena que parece un lenguaje coloquial y extraña esta precisión en un tema tan profundamente político. En el libro se analiza la trama de complicidades y apoyos al entorno social etarra con que el PNV, EA e IU han procurado nacionalista que quita al gobierno estatal. revitalizar políticamente durante los dos últimos años el clima de coacción que la banda supo imponer, presentándose como sus herederos ante su próximo finiquito. El segundo tema tiene mayor calado y más alcance, es la denuncia de la irresistible colaboración que cierto “progresismo” ha prestado al desastre vasco mostrando una simpatía por el ejecutivo Sabater comienza contestando a la pregunta que tanto le suelen hacer sobre su coincidencia en estos temas con la derecha estatal, alega que es ciudadano de derecho democrático y por eso no se queja jamás de coincidir en lo razonable con las autoridades. “En cualquier caso —dice— prefiero compartir la razón con Aznar que perderla a sabiendas para que no me confundan con él.” Así como las supuestas dos comunidades enfrentadas hoy en Euskadi son el intento fatal de la violencia terrorista, no una realidad social preexistente. No es facil el diálogo ya que la mitad de participantes en él se juega la vida cuando presenta objeciones a la otra mitad. En cuanto a la pluralidad de España, afirma el autor que habría que estar dormido para no verla, pues no conoce a ningún político que la niegue, en cambio conoce a algunos con mando institucional en sus autonomías que han rechazado el presupuesto de la unidad de España o lo han considerado una atroz imposición semi-fascista. Más adelante señala que la izquierda no muy documentada proclama la doble buena nueva de que a) representada por el Plan Ibarretxe y el ascenso en las elecciones autonómicas catalanas de Izquierda Republicana debe recaer en el “españolismo” exagerado del gobierno del PP, y b) que cualquier denuncia activa de los planteamientos nacionalistas en el caso vasco a la acción legal del Estado debe ser aplazada porque “en estos momentos” hace juego al gobierno del PP y a sus expectativas electorales. No cabe duda que hay buenas razones para criticar a Aznar, pero hay que alabar su firme disposición para acabar de una vez por todas con el terrorismo etarra. Particular interés tienen las aseveraciones que hace en algún artículo como “La poción mágica”: “Desde luego el terrorismo no ayuda a la democracia en el País Vasco , pero colabora a que los nacionalistas que se acogen a ella la consideren insuficiente y propongan como remedio a la violencia ir más allá de sus normas actuales, lo que coincide casualmente con su propio proyecto”. O en otro, “Como si nada”: “No queremos más pésames de las autoridades, sino un cambio de rumbo de modo que en Euskadi deje de dar miedo estar contra ETA y empiece a dar miedo estar a favor de ETA. Para eso el gobierno vasco debe de asumir su parte de responsabilidad con gestos significativos. Cuando habla Sabater de precedentes europeos pide que se indique en qué países de nuestro entorno se da el caso de partidos que justificando acciones terroristas sean tratados como opciones políticas legales y se presenten a elecciones en las que sus adversarios se jueguen la vida por recurrir. Cita a Patxi López, quien confía en que sea la sociedad vasca la que desautorice el Plan Ibarretxe, pero la mitad de ella está amordazada por el terror, extorsionada por los asesinos y descuartizada por quienes provocan el silencio. Esa parte de la sociedad sólo quiere paz al precio que sea. Al finalizar el libro preconiza la importancia de la “unidad” como base constitucional del pluralismo autonómico que aligera y relativiza cualquier tentación nacionalista. Termina con un pequeño apéndice titulado “El día de la paz”, que es un cántico al día sin odio, sin crimen y a las milagrosas horas en las que veamos acercarse al prójimo sin aprensión ni resentimiento. José Ramón Recuero La libertad en Rousseau y Kant. De la teoría a la práctica LETRAS Biblioteca Nueva, Madrid, 2004 Libertad obligatoria En breve espacio de tiempo ve de nuevo la luz una obra de José Ramón Recuero, titulada La libertad en Rousseau y Kant, que es una continuación de la anterior, La dialéctica de la libertad. Esta nueva obra es también como la anterior un tratado de filosofia política. Se divide en tres partes. La primera, Rousseau y la Revolución Francesa: el triunfo de la voluntad general. La segunda, Ley y Libertad en Kant: del solipismo de la razón pura al solipismo de la humanidad. La tercera, el paralogismo de Descartes: crítica del prejuicio cartesiano que convierte la razón en mito. Las tres están dentro del más riguroso pensamiento especulativo. La primera parte, que comienza prácticamente con la frase de Rousseau, “el hombre ha nacido libre y sin embargo por todas partes se encuentra encadenado”, se corresponde con la claridad de exposición de Rousseau y tiene en sus principios palabras que constantemente vemos estos días en los periódicos. La voluntad general es siempre la más justa “pues la voz del pueblo es, en efecto, la voz de Dios”. Hay una parte dedicada a la Revolución Francesa de la cual sin quererlo es instigador Juan Jacobo Rousseau, partiendo de su yo común para llegar a ese grado de libertad que es a la que nadie tiene derecho a oponer resistencia, la libertad común. Esta parte de la obra se hace particularmente atractiva, pues habla de un paralelismo entre la Revolución Francesa y el pensamiento de Rousseau, pasando por la decapitación de Luis XVI. Se lee como una historia que por su interés puede sonar en algunos momentos a nueva. Al rey se le considera un conspirador y para este tipo de personas no hay defensa posible, ya que la Convención había aprobado por decreto todos los dogmas de la religión civil del pensador y adoptó las medidas previstas en El Contrato Social. Prohibida la intolerancia, legalizó la existencia del ser supremo, declaró la inmortalidad del alma y consagró la santidad de las leyes, instituyendo fiestas para celebrar las virtudes cívicas. Volviendo al estado de naturaleza, cambió el calendario y los nombres de ciudades y de personas, y el filósofo estuvo presente en las estampas patrióticas, fiestas del ser supremo y la razón y sus obras se leían junto a la Biblia y a los decretos. Al principio se trató de un terror no organizado. Así fue en la toma de la Bastilla para obtener armas en el asalto al Palacio Real, en la toma de las Tullerías y en la matanza de presos de septiembre de 1792, pero después de nacer el Moi Común el terror se hizo organizado y legal. Se hizo cierto el pensamiento constitucional “vivir libre o morir”, quien no aceptaba ser libre según la doctrina de la libertad de la Convención acababa en la Santa Guillotina. El resultado del pensamiento de Rousseau es un Leviathán democrático cuyo poder exige que la autonomía de todo ciudadano ceda ante los mandatos de su soberana voluntad. Estas tesis se corresponden con las de la obra anterior de Recuero que dice que cuando no se admiten principios morales a priori, comunes todos los hombres, un supuesto aumento de la autonomía individual, ha llevado consigo otro colectivo aumento de la autonomía de la voluntad general o del Estado, lo que a su vez ha provocado que todos pueden ser sometidos al todo social. Y vamos con Kant. Comienza con una asunción de liberalidad, pues delante de él podía expresarse cualquier opinión, incluso la suya. La ley ética está determinada por la voluntad que es libre. Se hace mediante una compulsión hacia una acción o deber que depende de la razón práctica, de manera que el bien o el mal significa una acción de la voluntad en cuanto está determinada por la ley de la razón a hacer de algo su objeto. Contrariamente a Rousseau, la prosa de Kant no es tan clara y es el mismo filósofo quien reta a que escriban sus propios pensamientos con otras palabras distintas de las que lo hace él. Esto se nota también en la segunda parte del libro de Recuero y, aunque lo escribe con claridad, no deja por eso de ser un tanto oscurantista con respecto la primera parte. En líneas generales, vuelve varias veces al imperativo categórico para asegurar que la ética de Kant es pura “a priori”, es una filosofía moral limpia de todo lo empírico, fundamentada en conceptos de la razón pura transcendentales, por eso busca leyes morales con carácter universal, válidas para todo ser racional, e incluso llega a decir que para el ser infinito con superior inteligencia. Se consigue siendo mi razón la única legislada y que se encuentra convirtiendo mis máximas para la acción en leyes generales. Kant funda el Estado jurídico y le otorga una poderosa voluntad común que establece públicamente cuál es el deber, voluntad a los que todos deben obedecer. El conjunto del derecho del Estado, del desarrollo de gentes y del derecho Cosmopolita es para Kant un derecho público de la humanidad, un código de derecho público para la tierra, una condición para una continua aproximación a la paz perpetua. En cuanto a Descartes, parte de la duda metódica y se recrea en ese pensamiento. Lo real es el cuerpo que no es creado por el pensamiento ya que es físico cósmico y no metafísico. En realidad estos dos libros de José Ramón Recuero son dos buenos libros de consulta para estudiosos y para universitarios. María Jesús Casals Carro (coordinadora) Mensajes Periodísticos y Sociedad del Conocimiento LETRAS teoría de los géneros periodísticos. 2) El principio básico de la teoría de los géneros periodísticos está en la distinción clara y evidente entre textos informativos y textos para la opinión. 3) El periodismo debe entenderse como una actividad socio-cultural al servicio de la expectativa política de los ciudadanos (el derecho a una información técnicamente correcta), mientras que la literatura es una actividad artística destinada a satisfacer necesidades estéticas del hombre y también para proporcionar un entretenimiento individual o colectivo. Libro homenaje al profesor José Luis Martínez Albertos Fragua, Madrid, 2004 560 páginas Reader-Book En líneas generales el ReaderBook, más comúnmente Reader, sólo es un libro de lecturas varias que recoge materiales de diversos autores y diversos contenidos pero con un solo hilo conductor. Es un género literario de gran tradición académica. En la publicación —muy usada en Norteamérica— se recopilan artículos de nombres famosos y comunicadores de masas con más prestigio en las universidades. Estos libros comenzaron a hacerse famosos sobre 1940. El que se presenta aquí es un libro-homenaje al profesor emérito José Luis Martínez Albertos, de la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense, creador de la Redacción Periodística, asignatura imprescindible en las facultades de estas ciencias. Es una obra rigurosamente universitaria al modo de una enciclopedia por sus distintos saberes y que recoge el pensamiento de profesores tan conocidos como Antonio Fontán, Ángel Benito, José María Desantes, Pedro Farias y tantos otros cuyos nombres son de sobra conocidos en las universidades sociedad. y en la El trabajo a lo largo de casi cincuenta años del profesor Martínez Albertos puede entenderse bajo el punto de vista de tres ideas claves: 1) El derecho humano a la información viene condicionado por una práctica profesional que sea escrupulosamente respetuosa con una El libro está distribuido en cinco capítulos: el primero, dedicado a la vida y obra del profesor Martínez Albertos; el segundo, a mensajes y medios de comunicación de masas; el tercero, a la sociedad de la información y de la globalización cultural; el cuarto, a la enseñanza del periodismo, y el capítulo quinto, a la sociedad del conocimiento y humanidades. En el cuarto capítulo, la coordinadora del libro y directora del departamento de Periodismo I , María Jesús Casals, hace una recopilación muy completa de lo que es Redacción Periodística comenzando por los años 1971-72 que comienza su andadura la primera Facultad de Ciencias de la Información, con una amplia defensa de la enseñanza del Periodismo: “Los alumnos —dice— comprenden que deben estudiar un ciclo universitario para poder ejercer como periodistas. Algunos —tal vez muchos— tienen el prejuicio dominante, la Facultad no enseña, sólo la empresa informativa.(...) La Facultad de Ciencias de la Información tiene un ethos muy particular, es una de las facultades que más se parece a lo que Ortega, de un modo entre platónico y aristotélico, concibió como la gran panacea del saber, con su Facultad de Cultura.(...) La Redacción Periodística es una asignatura cuyo corpus teórico quiere sintetizar y desarrollar el conocimiento de la profesión periodística en sus partes fundamentales: el propio concepto de qué es periodismo, inseparable de una ética y una deontología profesional, y el lenguaje con sus interacciones en la vida social.” Bajo el título de “Para una teoría de la actualidad”, escribe Lorenzo Gomis, catedrático emérito de la Universidad Autónoma de Barcelona y una gran firma en el diario La Vanguardia, un ensayo del que por su enorme interés no podemos dejar de reproducir alguna idea: “La actualidad es una construcción, casi una ficción elaborada por el hombre para poder hablar del presente y hacer algo que lo modifique. La actualidad se construye con elementos del presente abstraídos del flujo general, realzados, exagerados, simplificados y expresados además en un lenguaje comprensible. (...) Debe entenderse, debe interesar, debe provocar reacciones y hacer hablar a la gente. Esa vendrá a ser una definición de noticia y en ese sentido la noticia será la concreción final del proceso que convierte el presente en actualidad”. Estas dos muestras de ensayos que expongo literalmente forman parte de los cuarenta y cuatro escritos que lleva el libro homenaje al profesor Martínez Albertos. De este último, autentico inspirador de la obra, dice el catedrático emérito y ex presidente del Senado, profesor Antonio Fontán, unas palabras en la contraportada que define el hacer de este ilustre profesor: “José Luis Martínez Albertos ha enseñado la teoría y la práctica del periodismo en dos de las más importantes Facultades de Comunicación de la Universidad española y en alguno de los más acreditados máster del periodismo. Lo ha hecho también desde varios de los libros más estimados por los estudiosos de los medios y por lo profesionales que trabajan en ellos. Ha escrito manuales y ha realizado y dirigido investigaciones, siempre aplicando un ágil estilo periodístico y rigor académico en estas disciplinas que tanto han tardado en incorporarse a la Universidad en nuestro país. Pero el profesor Martinez-Albertos ha sido antes y después de su cátedra un periodista todo terreno, que ha ejercido el oficio de redactor, redactor–jefe, jefe de redacción y director en diarios y revistas de actualidad y otras de alto nivel cultural. Su magisterio se ha nutrido de sus estudios y de su experiencia profesional”.