Fauna neolítica en Andalucía

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OBJETIVO.
El fin que tiene este trabajo es la de mostrar cual era la principal economía de subsitencia en el Neolítico
andaluz, y naturalmente, a determinados aspectos que de ella puedan derivar.
Es muy difícil tener un conocimiento mínimamente aproximado de otras actividades que evidentemente
forman parte también de la economía de los grupos prehistóricos. Por ello sólo nos vamos a dedicar a mostrar
solamente el aspecto referente a la fauna y a los cereales.
Va a ser en el caso de la economía de subsistencia donde podemos hallar datos que nos permitan extraer al
menos una series de conclusiones a la espera de poder constatar otro tipo de actividades. En este periodo la
economía de subsistencia se plantea más bien en términos de estrategia que en saber cuales son los animales
consumidos. Los cambios en la economía de subsistencia son precisamente los que definen el paso de las
sociedades de cazadores−recolectores a las de economía productora.
Para llevar a cabo este trabajo no nos vamos a referir cual era la economía de subsistencia de cada una de las
provincias andaluzas, sino que haremos referencia a los principales hallazgos faunísticos que se encuentra en
Andalucía.
Los hallazgos faunísticos que menciona este trabajo se sitúa en las provincias de Granada, Córdoba, Jaén,
Huelva y Cádiz.
INTRODUCCIÓN.
Antes de empezar a hablar de Andalucía, creo conveniente comenzar este trabajo diciendo a nivel de la
Península Ibérica, cúales fueron las especies animales y vegetales más antiguamente domesticadas. En cuanto
a los animales, estos fueron los primeros:
• Ovicápridos: se refiere a la oveja y a la cabra.
• Bos taurus: hace alusión a la vaca. El agriotipo de la vaca sería el uro.
• Sus domesticus: nos referimos con este término al cerdo. Su agriotipo sería el jabalí (sus scrofa ferus).
• Canis familiaris: Se aplica este concepto para referirnos al perro. Cuando se hable de Canis lupus,
estaremos hablando del lobo.
• Triticum: Es el trigo. Los trigos hallados en la Península Ibérica son el Triticum L., Triticum monococcum
L., Triticum dicoccum Schübl, Triticum dicoccum Schrank,.... . Las dos especies básicas fueron el Triticum
monococcum (esprilla) y el Triticum dicoccum (escanda).
• Hordeum: cebada. Las formas de las cebadas encontradas en los yacimientos neolíticos peninsulares son el
Hordeum vulgare, Hordeum vulgare L. Polystichum y el Hordeum vulgare var. Nudum.
Andalucía es junto con el País Vasco, la única que cuenta con un estudio de fauna en conjunto. Sus cuevas son
las mejor estudiadas, pero en realidad se reduce a Nerja, Zuheros y Carigüela, además del poblado de Los
Castillejos de Montefrío. En la actualidad se pueden añadir algunas más: Nacimiento, Valdecuevas, Parralejo
y La Dehesilla.
Se indica en el citado estudio que los animales domésticos son superiores en número a los que fueron objeto
de caza. Éstos son más importantes en la primera parte del Neolítico de cerámica cardial, decayendo más
tarde, para tener un nuevo florecimiento entre el 4000 y 2. 500 a. C.
La cabra y la oveja son las especies principales en todos los yacimientos. La ganadería era lo dominante en la
fase media del neolítico medio, siendo a comienzos del antiguo y reciente cuando la agricultura jugó un papel
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esencial. Los animales domésticos predominan en todos los yacimientos y niveles y, de entre ello, Ovis/Capra
seguidas de Sus y Bos. Las figuras 1 y 2 ilustran lo dicho.
Fig. 1. Comparación entre los porcentajes de las especies salvajes de los yacimientos andaluces (A: animales
pequeños− liebre, conejo,...−, B: animales grandes− ciervos, équidos, jabalí, uro, ..−C: restos indiferentes− de
animales domésticos o salvajes−, y D: total)
Fig. 2. Comparación entre los porcentajes de las especies domésticas de los yacimientos andaluces.
LA ECONOMÍA DE SUSBSISTENCIA EN EL NEOLÍTICO ANDALUZ. LA FAUNA.
En la provincia de Granada pocos son los yacimientos con estratigrafía, incluso alguno de ellos plantea
problemas de clasificación y cronológicos (Los Murciélagos de Albuñol). En este yacimiento, aunque no
podemos tener en cuenta la fauna hallada en excavaciones antiguas ni tampoco la estudiada y clasificada
recientemente por las razones ya expuestas, sí conviene recordar la existencia de Triticum aestivum L., Pinus
pinea y madera de Quercus, encontrados en la escombrera.
Posteriormente, la fauna fue analizada por el doctor Uerpmann (1979). A las especies determinadas por él en
su clasificación cabe añadir los restos de Equus ( Equus ) caballus y de Equus ( Asinus ) hydruntinus que cita
en otra publicación. La distribución por niveles está hecha por referencia a la estratigrafía establecida por M.
Pellicer.
La abrumadora mayoría la constituyen los restos de las especies domésticas, siendo clara minoría los de las
salvajes. Las especies más importantes serían los ovicápridos, seguidos de la oveja, la cabra y el conejo y, a
más distancia, el cerdo, el ciervo (Figura 3).
Fig. 3. Representación gráfica de los porcentajes de las especies domésticas y salvajes de la Cueva de la
Carigüela (A) y del poblado de los Castillejos de Montefrío (B).
Los animales salvajes descienden progresivamente en los niveles neolíticos (9−16), donde como en el caso
general dominan los ovicápridos, seguidos por la vaca, la oveja ya veces el ciervo. Entre los salvajes, la
importancia se reparte entre el jabalí, el ciervo y el caba
Se tiene noticias de trigo en la Carigüela, hallado en las excavaciones del doctor Irwin de las que
desconocemos detalles.
El material óseo ha sido objeto de una reciente revisión, junto con el de la cueva de la Ventana, también en
Píñar, y se ha concluido que se prefiere los metápodos de ovicápridos para la fabricación de la industria ósea,
aun cuando se utilice alguno de ciervo ocasionalmente.
El poblado de Los Castillejos de Montefrío posee una amplia secuencia estratigráfica, de la que nos interesan
los momentos pertenecientes al Neolítico tardío (32.00−2.800 a. C.) y final (2. 800−2.600−a. C.). El estudio
de los restos faunísticos fue llevado a cabo por el doctor Uerpmann y en él se han determinado incluso los
pesos. En general, figuran en primer lugar los bóvidos, después los ovicápridos, el ciervo y el cerdo que
representa aproximadamente la mitad de los primeros.
En los niveles considerados como neolíticos las especies domésticas son mayoría frente a las salvajes (Fig.
3B).
La industria ósea se ha fabricado a partir de las siguientes especies según el orden de importancia:
artiodáctilos, ovicápridos, animales indeterminados, bóvidos y lagomorfos y ciervo a partes iguales.
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El yacimiento más importante de la provincia de Málaga es la cueva de Nerja. Fue excavada por el doctor
Pellicer (1962.), quien obtuvo una amplia secuencia estratigráfica, y posteriormente por los doctores Jordá y
Arribas. Parece que la estratigrafía parte de un Paleolítico superior hasta llegar. a momentos calcolíticos.
Uerpmann señala que lo dominante es Ovis/Capra, seguido de Sus y Bos, y que al hallarse Nerja en una zona
accidentada no es extraño que los restos de Capra sean abundantes (Figura 4 A). En el Epipaleolítico, según
los pesos, lo más importante es la cabra montés, el cerdo, el conejo y los ovicápridos, estando el resto en
menor proporción.
Aparte de los casos señalados con anterioridad, en el Neolítico inicial se generalizan las especies domésticas:
vaca, oveja, cabra, cerdo y conejo.
En el Neolítico final la fauna es la misma con alguna ligera variante. El orden de importancia seria el
siguiente: ovicápridos, vaca, cerdo, cabra montés y el resto en menor proporción.
Fig. 4. Histogramas de las especies domésticas y salvajes (+ del NR) de Nerja (A), Parralejo (B) y la Dehesilla
(C).
En los niveles del Neolítico final en anteriores excavaciones se había hallado un silo con restos de cereales. La
muestra se componía de Hordeum vulgare L. polystichum var. nudum. Triticum L., Olea L. y Quercus L. Se
hallaban como en otros casos calcinados. Las especies y los porcentajes de las mismas indican una selección,
en una fase agrícola ya avanzada, puesto que aparece trigo desnudo, mezcla de tatraploide y hexaploide, lo
mismo que la cebada desnuda, propia de una buena cosecha .
A modo de comparación puede señalarse que en el Calcolítico las proporciones son: ovicápridos, cerdo, jabalí
y vaca casi igualados y el resto en menor proporción.
Es curioso constatar el ligero remonte de las especies cazadas hacia el final del Neolítico, hecho que se repite
más marcadamente en otros yacimientos andaluces.
Un reciente estudio de la fauna malacológica (Jorda, 1981) aporta como conclusiones que en el conjunto
ornamental se emplean Columbella rustica, Cyclope nerita, Glycymeris violacescens y Spondylus. En cuanto a
la alimentación se puede precisar que en el Epipaleolítico son las lapas las más consumidas, diversificándose
la dieta en el Neolítico, abundando éstas, caracolillos de mar, caracoles y mejillones. Según las especies
encontradas parece que en la primera de las etapas señaladas y en el Neolítico antiguo la temperatura debió ser
templada y algo más cálida en él Neolítico medio y Calcolítico.
En otros yacimientos de esta misma provincia se aprecia el predominio o el aumento, ya señalado, de las
especies salvajes en etapas donde sería más lógico suponer lo contrario. Un ejemplo de ello es la cueva del
Sahara (Benalmádena). En cualquier caso, los restos de especie doméstica se reducen a la oveja. Éstos y los de
ciervo tienen signos de descamación y descuartizamiento. Naturalmente, al igual que en la provincia de
Granada, muchos otros yacimientos pueden servir como complemento, aunque la mayoría fueron excavados
hace bastantes años y no se puede contar con una estratigrafía.
Recientemente se ha publicado la existencia de Triticum aestivum en la cueva del Bajoncillo, asimismo en
Málaga.
En Córdoba la cueva de los Murciélagos de Zuheros es la más interesante en cuanto a estratigrafía, con una
secuencia de fechas radiocarbónicas. Este yacimiento tiene dos estudios de fauna, uno realizado por
Fernández Villalta y Castellví sobre el que es realmente difícil efectuar un recuento y otro efectuado por
Uerpmann. Según éste, la fauna doméstica era prácticamente la totalidad, siendo mayoría abrumadora los
ovicápridos, seguidos por la vaca y el cerdo, mientras que entre la salvaje sólo el conejo llega a un 3 % y el
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resto al 1 %. Ello indicaría el grado de madurez de las técnicas ganaderas y coincidiría, a grandes rasgos, con
lo dicho por este autor en el estudio general sobre Andalucía.
Asimismo se recogieron restos de cereales en los estratos III, IV y V, de los que se obtuvieron las fechas de
C14. Las especies eran: Triticum dicoccum, Triticum aestivum y Hordeum v. var. nudum, además de algún
resto de carbón vegetal. Predomina el primero de los citados, seguido por la cebada y el trigo común.
Naturalmente en conjunto el trigo es el dominante, demuestra que la expansión y el cultivo de la cebada
desnuda en el sureste de la Península durante los tiempos más remotos tuvo suma importancia.
P. López recogió material de las excavaciones de 1969 que, una vez estudiado por ella, resultó ser cebada
vestida, Triticum aestivo−compactum y bellotas ya germinadas carbonizadas (López, 1980, pág. 2).
La cueva de los Mármoles, próxima a la anterior, ha proporcionado abundante cereal y resto de cérvidos,
suidos y ovicápridos (aún por determinar su domesticidad) en las últimas excavaciones.
En la provincia de Cádiz se tenía noticia de yacimientos neolíticos, cuyos datos no eran demasiado
abundantes, pero recientemente contamos con otros dos a los que ya se ha hecho alusión.
La cueva de Parralejo o de Dos Hermanas (Arcos de la Frontera) tiene en el Neolítico inicial las siguientes
especies: vaca, oveja, cabra, cerdo, perro y conejo, además de probable caballo doméstico y, en cuanto a la
salvaje, el ciervo rojo, zorro, lince, gato montés y erizo. En estos niveles los animales domésticos son clara
minoría con respecto a los salvajes. Este panorama se iguala, e incluso los primeros llegan a superar a los
segundos en el Neolítico final y en cuanto a los pesos, poniéndose de relieve la importancia de la caza. Según
los pesos, en el Neolítico antiguo predomina el ciervo, seguido de uro, vaca, ovicápridos, conejo y el resto en
menor proporción. En el Neolítico final la fauna es prácticamente la misma a excepción del caballo, y el orden
de importancia es: vaca, ciervo, cerdo y ovicápridos, ya mucha distancia el resto de las especies (Figura 4 B).
La cueva de la Dehesilla en el mismo lugar presenta un panorama similar. En el Neolítico inicial los animales
domésticos son franca minoría, mientras que en el final se invierte totalmente esta proporción. Lo más
importante es el ciervo, después el conejo, el uro y todos los demás. En el Neolítico final hay que unir a las
especies existentes el perro y el caballo con dudas en cuanto a su status, el zorro y el conejo, desapareciendo
el uro y el lince. Las más importantes son el cerdo, los ovicápridos y la vaca, y en menor proporción el resto,
pudiendo destacar, en todo caso, el ciervo (Figura 4 C).
En la provincia de Jaén se conocían algunas referencias a la cueva del Nacimiento (Pontones) , e incluso un
avance al estudio de fauna, así como un análisis polínico y otro de microfauna. Una publicación posterior
recogía el estudio de fauna procedente de una campaña de excavación más reciente que la efectuada por G.
Rodríguez . Tanto esta cueva como Valdecuevas (Cazorla) representan el inicio de la neolitización en la zona,
con cerámicas impresas, incisas, digitadas, peinadas, a la almagra, etc.
Un estudio espacial elaborado teniendo en cuenta estos dos yacimientos muy próximos entre sí permite
confrontar todos los datos citados (Asquerino, 1984).
Valdecuevas está situada al final del Arroyo de su mismo nombre, en la sierra del Pozo que se integra en la de
Cazorla, y la del Nacimiento en las proximidades del río Segura, en plena sierra del Segura. La primera de
ellas se halla en un espolón sobre un arroyo, no lejos del río Guadalentín, y la segunda cuenta con nueve
manantiales en un radio de unos 4 Km. alrededor del yacimiento. Con todo, las condiciones son mucho más
favorables para la caza y el pastoreo. De hecho, aunque el dato no sea excluyente, hay ausencia de restos de
cereales en el análisis polínico de la segunda, así como de macrorrestos, a pesar de haberse efectuado un
cribado por flotación. Desde el inicio, los animales cazados: rebeco y cabra montés, encajan perfectamente en
el medio y, aun cuando se introducen las especies domésticas, esta práctica no se abandona. De modo
constante, en Valdecuevas el animal más cazado es la Capra pyrenaica y en el Nacimiento del ciervo de
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pequeña talla. La causa puede ser el ecosistema de cada lugar. Los suidos podían ser salvajes, ya que
experimentan las mismas fluctuaciones que el Cervus.
Según Cuenca y Walker, entre el 9000 y el 72.50 B. P., habría una sequía en los valles bajos que hace que las
gentes se desplacen a las zonas altas, donde se mantendría la vegetación y practicaría la caza especializada. La
domesticación se haría necesaria para mantener el equilibrio. Según M.a D. Asquerino, ello explicaría el
panorama ofrecido por ambas cuevas.
Un estudio de tipo ecológico de la cueva del Nacimiento proporcionó los siguientes datos.
Las fases que se establecieron en la excavación eran las siguientes:
• Un nivel preneolítico con material lítico y fauna salvaje del que no pudieron obtenerse datos polínicos.
• Un nivel del Neolítico medio (3540 +/− 1200 a. C.) con las especies de ovicápridos, el cerdo y un bóvido
dudoso en cuanto a su status. En los distintos subniveles de esta subfase se ve una evolución desde un
entorno boscoso de encina y pino con escasa pradera y abundancia de helechos, pasando por un momento
donde el bosque se hace escaso y la pradera toma su lugar, constatándose un aumento de la temperatura y
un descenso de la humedad, e incluso se asiste al agudizamiento de esta tendencia, para asistir
posteriormente a una cierta recuperación del bosque y un retroceso de la pradera.
• Un nivel del Neolítico final (2040+/− 110 a. C.) con mayoría de ovicápridos y cerdo y algún resto de lobo y
ciervo. Hay una recuperación del bosque de encina y pino, junto con algo de abedul, haya y nogal,
desapareciendo el avellano y disminuyendo la pradera y los helechos, a la vez que aumentan los brezos y la
hiedra.
En cuanto a la fauna, las dos fases son muy similares porcentualmente. Si el Sus es efectivamente doméstico,
el consumo de fauna doméstica es ligeramente superior a la salvaje, pero los porcentajes son muy
aproximados. Lo más importante es el ciervo, seguido de cerdo, ovicápridos y después el resto. Los restos más
representados son las extremidades, la que implicaría un consumo especializado, al menos en el despiece de
los animales, que se efectuaría en otro lugar incluidos los domésticos.
Se había señalado con anterioridad cómo la cueva del Nacimiento había proporcionado los restos más
meridionales de Rupricapra rupicapra, junto con la de Valdecuevas. Además se ponían de manifiesto los
posibles procesos de domesticación que ya se han señalado. El predominio de las especies salvajes sobre las
domésticas puede verse en la Figura 5 A.
Asimismo, en la figura 5 B, se pone de manifiesto esta misma circunstancia para Valdecuevas. Se documenta
aquí la importancia de la cabra montés seguida por los ovicápridos, el jabalí, el sarrio, ciervo y el resto en
menor proporción.
Fig. 5. Representación gráfica de las especies animales domésticas y salvajes de la cueva del Nacimiento (A)
y de Valdecuevas (B), ambos en la provincia de Jaén.
La oveja es un animal muy robusto si se compara con los de Verdelpino y Cabezo Redondo. La cabra
hispánica entra dentro de las especies autóctonas que han perdurado en la serranía de Cazorla, hallándose sus
medidas en las variaciones esta especie (Sarrión, 1980).
De entre los materiales hallados en superficie en El Judío (Almonte) y en La Dehesa (Lucena del Puerto) en la
provincia de Huelva, hay hojas con lustre de cereales, molederas y algún molino barquiforme. Estos
yacimientos son relacionables con los poblados portugueses y se hallan en terrenos arenosos y poco fértiles,
de escasa elevación y próximos al mar y a la marisma.
CONCLUSIÓN.
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Resumiendo puede decirse que los yacimientos atribuibles al Neolítico antiguo en Andalucía son escasos y
problemáticos en cuanto a su cronología. En esos momentos son importantes los animales salvajes, decayendo
hacia el final de esta etapa y volviendo a destacarse a comienzos del Neolítico final hecho que Uerpmann
relaciona con el auge de la agricultura. En cualquier caso, se constata el predominio de los ovicápridos y la
importancia del ciervo entre las especies salvajes, así como la presencia del caballo y del Equus hydruntinus.
El grueso de los yacimientos de esta zona se ha atribuido a un Neolítico medio−final. Sin embargo, los dos de
Jaén que pertenecen a una fase que podríamos paralelizar con un epicardial muestran abrumadora mayoría de
animales salvajes, lo cual indica que el ambiente es importante y que cada grupo humano desarrolla su
economía de manera distinta. Ello se constata asimismo en el caso del hallazgo de cereales de Zuheros, cuya
estructura puede deberse a las razones apuntadas o a una selección.
En opinión de Pellicer y Acosta (1982), la fauna doméstica normal aparece con simultaneidad en todo el
círculo de Andalucía occidental, mientras que una agricultura generalizada sólo se encuentra en sus fases
medias y muy particularmente en las finales.
Uerpmann ha sugerido que los conocimientos agrícolas de los grupos del Neolítico medio andaluz estaban tan
desarrollados como para evitar las zonas donde las abundantes lluvias favorecían una densa vegetación que
dificultaría los trabajos agrícolas. Basa esas afirmaciones en la dispersión de los yacimientos de la etapa
citada.
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La fauna en el Neolítico andaluz.
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