Ortoepia y ortofonía

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Ortoepia y ortofonía
Es muy importante prestar atención a dos cosas más que también tienen su significado teórico:
oposición de ortoepia y ortofonía y una pregunta si puede la escritura influir en la pronunciación. Y la
siguiente pregunta, también muy importante y que no podemos evitar hablando del papel muy
importante de la norma codificada, es cómo tiene que ser estudiada la norma, qué métodos deben
usarse, quiénes son los portadores de la norma, sobre qué material deben ser realizados estos estudios.
Sin duda, es muy importante a la hora de estudiar la norma de pronunciación distinguir dos aspectos
suyos – ortoepia y ortofonía. Y explicando que es esto prestemos atención a la acentuación correcta,
desde nuestro punto de vista, орфоэпия. La ortoepia se encarga de las cuestiones de composición
normativa de fonemas de una palabra. Por ejemplo, ¿al final de la palabra учусь de acuerdo con la
norma actual debe ser pronunciada una consonante blanda /s’/ o una dura /s/? Es cuestión de ortoepia
porque la /s/ dura y la /s’/ blanda son fonemas independientes en la lengua rusa actual. O ¿qué es
correcto hoy día: consonante blanda o dura en los adjetivos de género masculino singular? ¿/zvónkij/
голос o /zvónk’ij/ голос?, ¿consonante dura /k/ o blanda /k’/?, ¿/t’íhij/ человек o /t’íh’ij/ человек?,
́́
¿/v’il’íkij/ город o /v’il’ik’ij/
город? Hace tiempo las dos variantes eran correctas, y en Moscú decían
/v’il’íkij/, /zvónkij/, pronunciando una linguovelar dura, y en Petersburgo decían /v’il’ík’ij/, /zvónk’ij/,
pronunciando una linguovelar blanda. También es caso de ortoepia porque las consonantes /h/, /h’/,
/k/, /k’/ son fonemas independientes en la lengua rusa actual, por lo menos desde el punto de vista de
la escuela fonológica de Shcherba. Y la ortofonía, igual se llama en las obras de lingüistas franceses, se
encarga de las realizaciones normativas de fonemas. Si nos interesa la calidad de las vocales en las
palabras потакать o потолок, pues esta calidad es cosa de ortofonía porque la ortofonía se dedica a
las cuestiones de realizaciones normativas de fonemas. Observemos que pertenencia de uno u otro
fenómeno a la ortoepia o ortofonía puede ser distinta dependiendo de la escuela fonológica cuyas
posiciones decidamos elegir. Es natural que estudiemos todos estos fenómenos desde las posiciones de
la escuela fonológica de Shcherba.
Volvamos a la acentuación. Hasta el momento, hasta los finales de los años 70 del siglo pasado, cuando
eran estudiados sólo fenómenos ortoepicos que, sin duda, son los más importantes, es imposible no
notarlos, es fácil prestarlos atención, hasta aquel momento en los diccionarios de pronunciación sólo
había comentarios ortoepicos, esta palabra fue pronunciada con otra sílaba acentuada — орфоэ́пия.
Pero cuando apareció ortofonía, dedicada a la realización normativa de fonemas, quizás debido a la ley
de analogías, el lugar de acentuación se desplazó también en la palabra орфоэпи́я, y hoy día podemos
hablar de орфоэпия y de орфофония.
En algunos casos determinados por supuesto es muy importante el estudio de detalles ortofónico.
Entendemos bien que son más importantes los rasgos ortoépicos pero muchas veces es imposible no
prestar atención a la calidad de realización de uno u otro sonido. Y hay aquí un dato curioso que aunque
ya se ha formado una norma única de pronunciación de la lengua literaria rusa, siguen existiendo unas
pequeñas diferencias de pronunciación de algunas palabras entre los moscovitas y peterburguenses, y
no solamente a nivel ortoépico. Por ejemplo, /búlachnaja/ se ha convertido en la variante predominante
de la norma, pero todavía a veces puede ser oído en Moscú /búlashnaja/. O молочная столовая, pero
cuando se trata de Tatiana Molóchnaya (Татьяна Молочная), los moscovitas pronuncian su apellido a
la antigua con una combinación [shn]. Pero se han conservado también algunas diferencias de tipo
ortofónico. Muchos lingüistas han escrito sobre el conocido “alargamiento” moscovita, teniendo en
cuenta la duración de la vocal tónica /а/. Recordemos la palabra потакать. Es una palabra cómoda
porque en distintas posiciones tenemos alófonos del mismo fonema, pero la pronunciación
peterburguense se caracterizaba por una reducción paulatina de duración de la vocal /а/. La vocal /а/ en
posición de la primera sílaba delante de la tónica es más corta que la tónica, en la segunda – aún más
corta. Pero una reducción paulatina, a veces hasta la pérdida de la vocal en la segunda sílaba delante de
la tónica, es propia de la pronunciación moscovita: /ptakát’/, /ptalók/, /ptamú/ — son variantes
moscovitas, y /patakát’/, /patalók/, /patamú/ — son peterburguenses. A veces en el habla de
intelectuales moscovitas escuchamos reducciones más considerables de duración de /а/ átona en la
segunda sílaba delante de la tónica y una duración más prolongada de la vocal tónica – son diferencias a
nivel ortofónico, pero tenemos que considerarlas.
En el libro “Pronunciación literaria rusa” de Rubén Avanésov, ilustre lingüista que analizaba
minuciosamente la materia de la lengua y, en particular, la pronunciación, hay muchas observaciones de
carácter ortofónico en cuanto a la realización de algunos fonemas. Pero los diccionarios, como regla,
suelen ofrecer comentarios de tipo ortoépico, siendo muy importante en determinados casos
considerar la ortofonía.
Hay una cuestión más que deberíamos considerar y que es importante para entender problemas de
norma y solucionar la cuestión de los principales rasgos de la ortoepia y ortofonía rusas actuales. Es la
cuestión de interacción de norma con las formas oral y escrita de la lengua. Sabemos perfectamente que
desde el punto de vista lingüístico la forma oral de la lengua es primaria, la escrita es secundaria. Pero al
mismo tiempo el proceso de formación de normas de la forma oral de una lengua nacional es más largo
que el proceso de formación de normas de la forma escrita. El establecimiento de las normas de la
forma oral, desde nuestro punto de vista, es un escalón más alto en el desarrollo de una lengua
normalizada. Muchos lingüistas negaban la posibilidad de influir la escritura en el desarrollo de la norma
oral. E.D.Polivánov, por ejemplo, afirmaba que el factor de influencia ortográfica en la fonética y
morfología de la lengua oral era un factor excepcional que necesitaba una situación cultural especial. El
científico consideraba que lo normal era que la lengua oral influyera en la ortografía, y como resultado
la ortografía se cambiaba siguiendo los cambios de pronunciación, y una influencia al revés era una
excepción de la norma.
Otros lingüistas, Lev Shcherba entre ellos, al contrario, creen que una de las tendencias del desarrollo de
la norma actual es un acercamiento de la pronunciación a la escritura. Lev Shcherba escribía que el
objetivo de la política lingüística consistía en acercar el estilo corriente, estilo hablado, al estilo
completo, estilo culto, y a la escritura existente. Y una de las causas de surgir variantes muchas veces es
considerada la influencia de la forma escrita a la forma oral.
En la literatura lingüística los rasgos particulares de la pronunciación leningradense, a diferencia de la
moscovita, eran explicados por muchos lingüistas en primer término con una influencia de la forma
escrita de la lengua. Y según Rubén Avanésov aquellos elementos de la pronunciación y escritura
literarias entre los cuales faltan relaciones regulares que permitan realizar escritura única de cada
morfema, deben ser modificados. Modificar la escritura, desde su punto de vista, es poco probable ya
que conllevaría una necesidad de reenseñarla a masas que escriben, y por lo tanto la recuperación de
relaciones lógicas entre la escritura y la pronunciación va por el camino de fortalecimiento de nuevas
variantes de pronunciación que corresponden a la escritura. Quizás no debamos estar de acuerdo con
este planteamiento, porque indudablemente es más fácil reenseñar a las masas escribientes que a las
masas hablantes, puesto que la forma escrita se somete a una codificación con más facilidad, mientras
que el problema de codificación de la forma oral de la lengua es mucho más complicado. Hay casos
conocidos cuando se llevaban a cabo determinadas reformas ortográficas, reenseñando a las masas
escribientes. No deberíamos exagerar la influencia de la forma escrita de la lengua en la forma oral,
aunque estudiando la historia de variantes de pronunciación podemos comprobar que a veces las reglas
ortográficas juegan un determinado papel en la aparición de tales formas. Pero es muy importante
entender la posibilidad de tales casos sin exagerar su valor.
Veamos un ejemplo relacionado con previsiones de Lev Shcherba. Cuando quedó claro que existían dos
posibilidades de pronunciación de tales palabras como весна, пятерка, витязь, pronunciándolas con
/e/ en posición átona o con /i/: /v’isná/ y /v’esná/, /p’it’órka/ y /p’et’órka/, /v’ít’is’/ y /v’ít’es’/, Lev
Shcherba apoyándose en tales casos como весна, певец, веду y otros donde se escribía la grafía Е, decía
que triunfaría sin duda “эканье” (pronunciación de /e/) porque tenía un fuerte apoyo por parte de la
escritura. Pero hemos comprobado que estas previsiones del científico no se hicieron realidad, ha
triunfado “иканье” (pronunciación de /i/). Esto ha demostrado que el papel de escritura, o mejor decir
la influencia de escritura en la pronunciación, fue una exageración. Pero probablemente podemos
observar cierto efecto, es una acción de escritura sobre la pronunciación. Analicemos la pronunciación
de consonantes delante de la linguopalatal /j/. Bien sabemos que la consonante /j/ es linguopalatal,
blanda (palatal) y todas las bilabiales delante de ella como regla se pronuncian como dura (no
palatalizadas): /pjut/, /abjóm/, /s’imjá/, /tr’ipjó/, y las linguodentales se pronuncian como blandas
(palatalizadas) en el límite de la raíz y el sufijo: /sud’já/, /zhil’jó/, /sir’jó/, pero en el límite del prefijo y la
raíz las linguodentales se pronuncian duras: /abjést/, /padjést/, /sjest/. Podemos suponer que la
pronunciación de consosnantes duras se explica de cierto modo con la escritura. Hay signo duro que
crea una prohibición de pronunciar una consonante blanda, y habiendo signo blando la consonante
puede pronunciarse tanto blanda, como dura. Estos hechos fueron subrayados en sus obras por la
Profesora de la Cátedra de la Lengua Rusa de la Facultad de Letras de la Universidad de San Petersburgo
Vera Ivanova.
En la mayoría de los casos en el fortalecimiento de una u otra variente influyen, por supuesto, factores
mucho más complicados y, probablemente, en primer término relaciones del sistema. En este caso
cierta influencia no la ejerce la fonética sino la morfología. Por ejemplo, al divulgarse la forma
/grómk’ij/, y no /grómkij/ el factor decisivo pudo ser una analogía con otros casos de declinación
(véanse las formas: /grómk’ih/ /grómk’im’i/ /grómk`im/), la ley de analogía y la ley de economía son
leyes principales que rigen la pronunciación y son universales. En el caso de pronunciación de
consonantes dobles no se puede hablar de ninguna influencia de la escritura, puesto que con la misma
escritura en unas palabras se pronuncia una consonante corta, en otras – larga, a veces incluso una sola
grafía es leída como una consonante larga, /júnnij/. Por eso indudablemente es necesario estudiar la
influencia de la escritura utilizando material de distintos idiomas, pero no hace falta exagerar el papel de
la escritura, de la forma escrita, no hay ninguna necesidad de ello..
Y una cuestión teórica más. ¿Podemos hablar de las variantes de la norma? ¿Podemos pensar que en
períodos determinados de desarrollo de la lengua es imposible definir cuál de las variantes es realmente
la única correcta? ¿Puede vivir la norma en sus variantes? Es una cuestión muy seria que también exigía
ser minuciosamente examinada y causaba discusiones de lingüistas. La lengua como un sistema en
desarrollo, mejor decir un sistema en autodesarrollo, no puede ser comprendida, no puede ser descrita
sin considerar variantes de cierto número de elementos de distintos niveles, elementos que componen
este sistema.
Las variantes de elementos de la lengua los que encontramos en el corte sincrónico del sistema de la
lengua de cualquier división, no se relacionan solamente sincrónicamente sino tambien
diacrónicamente, como arquetipos con neotipos. Cabe decir que aquí hemos utilizado los términos del
lingüista muy conocido Isaac Zuckerman quien dedicándose a los idiomas orientales y al ruso también
introdujo los términos de “arquetipo” y “neotipo”. El sistema de la lengua no puede cambiarse sin pasar
por variantes ya que a cualquier paso de este arquetipo, anticuado para hoy día, al neotipo, variante
nueva, le precede obligatoriamente un período de coexistencia del arquetipo con el neotipo. Tal
mecanismo de cambios de la lengua y, por consiguiente, un conjunto de elementos que se varían
compone, según la definición de Isaac Zuckerman, un “límite diacrónico” del sistema de la lengua,
permitiendo analizar procesos que actúan en la lengua y posibles líneas de sus cambios estructurales.
¿Qué significa un límite diacrónico? El límite está definido por el sistema. Si en la lengua, en el sistema
de la lengua, existe una posibilidad de combinación de una consonante dura con una blanda y de una
blanda con otra blanda, éste es el límite, y es diacrónico porque en determinados períodos de desarrollo
de la lengua el primer lugar o el segundo lugar de arquetipo y neotipo lo ocupa una de estas variantes.
Es considerable el papel de un factor territorial, lo prestigioso de la pronunciación de la capital. Moscú
es la capital, por lo tanto la variante /uchús/, /b’irús/, /str’iml’ús/ o /kan’f`eti/, /ár’m’ija/, /stáf`k’i/ es
preferible, está en el primer lugar, y la otra resulta anticuada: /uchús’/, /b’irús’/, /str’iml’ús’/ con
consonante blanda y /kanf`’eti/, /árm’ija/, /dv’er’/. Pero la situación ha cambiado, la capital está en
Petersburgo, y la variante peterburguense sube al primer lugar, se hace predominante. Éste es el límite
diacrónico desde el punto de vista del tiempo, pero relacionado, probablemente, con actuación de
factores extralingüísticos.
Pues, la evolución inevitable de la norma pasa por una fase de coexistencia de dos realizaciones del
mismo sistema que son valoradas y reconocidas iguales de correctas. Nos gustaría considerar estas
variantes, cuando ambas son reconocidas y no están marcadas de ninguna manera, como variantes de
primer tipo. Así, en la pronunciación rusa actual de momento son consideradas iguales de correctas dos
variantes de pronunciación, por ejemplo, de la palabra степь: /s’t’ep’/ es pronunciación
absolutamente correcta, pero también /st’ep’/, es decir con la primera consonante /s/ no
completamente blanda, ya es considerada correcta. O /rázv’e/ y /raz’v’e/. Éstas son variantes de primer
tipo, ambas variantes hoy día son correctas. Pero estas variantes a la medida de que vaya
desarrollándose la lengua pueden convertirse en desiguales. Motivos de esta desigualdad pueden ser
cambios diacrónicos en el propio sistema, cambios en el tiempo, o algunas causas extralingüísticas, por
ejemplo, cambio de criterios de lo prestigioso. Una de las variantes se hace predominante.
Probablemente, muchos recuerdan aquel tiempo cuando después de las grafías Ш y Ж que siempre
corresponden a consonantes duras en el sistema fonológico de la lengua rusa, en el habla de
intelectuales moscovitas en lugar de la grafía А se pronunciaba [ы]: /zhíra/, /shigát’/, /shimpánskaga/.
Pero esta variante que se conservaba durante algún tiempo en el habla de intelectuales moscovitas con
el los años dejó de ser importante. Por supuesto, en este caso podrá actuar la ley de analogía, pues
nadie pronunciaba /trivá/ después de otras consonantes que no fueran las representadas con las grafías
Ш, Ж, se pronunciaba sólo después de Ш, Ж, y por analogía con otros casos en esta posición empezaron
a pronunciar la vocal /а/ con un grado de reducción correspondiente. De esta manera estas variantes se
colocaron en un orden determinado. Y éstas serán las variantes de segundo tipo, cuando una de las
variantes ya es marcada como preferible y más correcta.
Pero en general la descripción de variantes ortoépicas existentes y su definición, su clasificación como
variantes de primero o segundo tipo, resulta muy complicada puesto que el cambio continuo de la
lengua, de las normas de esta lengua, cambios relativamente rápidos de rasgos particulares ortoépicos
llevan a una máxima reducción del período de coexistencia de variantes de pronunciación, es decir
cuando son usadas como absolutamente igual. Predominan casos de variantes de segundo tipo, cuando
una de ellas ya empieza a ocupar una posición predominante. Por eso es muy importante que los que
llevan la codificación tengan en cuenta en su trabajo estos factores e intenten, estudiando leyes de
desarrollo de la lengua y entendiendo tendencias de este desarrollo al igual que utilizando a la medida
de lo posible los métodos objetivos de estudios, prever este futuro desarrollo y determinadas
tendencias de desarrollo del sistema de la lengua. Al elegir una de las variantes, al recomendar esta
variante como preferible hay que tener en cuenta estas tendencias. Pero es una cuestión muy
complicada. Es complicada porque la lengua permanece, como decía Lev Shcherba en un estado “de
equilibrio solamente más o menos estable, y más a menudo del todo inestable”. Es complicada porque
un estudio de la norma de pronunciación exige una serie de métodos adicionales específicos. Es más
sencillo, probablemente, hablar de la norma gramatical, si se puede definirla así, de la norma léxica,
pero la norma de pronunciación es un caso totalmente especial.
En relación con ello es muy importante considerar una serie de cuestiones. ¿Qué hacer con los estudios
de la norma de pronunciación? ¿Dónde sacar un material que dé conclusiones objetivas que puedan ser
aplicadas a otro material? ¿Dónde buscar hablantes cuya habla pueda considerarse ejemplar,
corresponda a tendencias de desarrollo de la lengua? Y lo más importante: ¿con qué métodos se puede
conseguir un cuadro objetivo? El objetivo es penetrar en el sistema de la lengua, comprender las leyes
del sistema de la lengua, estudiarlas y describirlas. Y cuando se trata de la norma de pronunciación, tal
vez no se pueda limitarse a alguna evaluación auditiva, sino haga falta disponer de métodos objetivos de
estudios fonéticos experimentales del habla.
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