http://www.scba.gov.ar/falloscompl/s...-17/c56966.doc

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A C U E R D O
En la ciudad de La Plata, a diecisiete de diciembre de
mil novecientos noventa y seis, habiéndose establecido, de
conformidad con lo dispuesto en el Acuerdo 2078, que deberá
observarse
el
siguiente
orden
de
votación:
doctores
Hitters, San Martín, Pisano, Laborde, Negri, se reúnen los
señores jueces de la Suprema Corte de Justicia en acuerdo
ordinario para pronunciar sentencia definitiva en la causa
Ac. 56.966, "AADI CAPIF Asociación Civil Recaudadora contra
Duque, Pedro Antonio. Cobro de australes".
A N T E C E D E N T E S
La Sala I de la Cámara Primera de Apelación en lo
Civil y Comercial del Departamento Judicial de San Isidro
confirmó el fallo de origen que había rechazado la demanda.
Se interpuso, por la actora, recurso extraordinario de
inaplicabilidad de ley.
Dictada la providencia de autos y encontrándose la
causa
en
estado
de
dictar
sentencia,
la
Suprema
Corte
resolvió plantear y votar la siguiente
C U E S T I O N
¿Es
fundado
el
recurso
extraordinario
de
inaplicabilidad de ley?
V O T A C I O N
A la cuestión planteada, el señor Juez doctor Hitters
dijo:
I. Para confirmar el fallo de primera instancia que
había desestimado la demanda, en lo que interesa destacar,
la Cámara a quo, teniendo en cuenta la directiva legal del
art. 1, rubro 52, Resol. 894/0200/75 de la Secretaría de
Prensa y Difusión de la Presidencia de la Nación, entendió
que debía interpretarse el contrato de adhesión efectuado
entre la demandada y la empresa "Hilo Musical S.A." en su
contexto global.
Así,
contrato
luego
de
firmado
expresar
entre
que
"Hilo
por
Musical
cláusula
S.A."
y
1.10
Duque,
del
el
abono mensual que éste pagaba incluía los aportes legales a
SADAIC y AADI CAPIF, sostuvo el tribunal -con base en el
art. 163 incs. 5 y 6 del Código Procesal Civil y Comercialque no se encontraba vinculado por la afirmación en dicho
contrato en el sentido de que el abonado estaba registrado
en la categoría especial por lo que se le debía aplicar la
cláusula 1.11 que lo obligaba al pago de los aranceles
especiales fijados por AADI CAPIF, sino que debía subsumir
los hechos y pretensiones alegadas en las normas jurídicas
respectivas.
Afirmó también, que Duque no realizaba la comunicación
al
público
provenía,
fuente
de
vía
grabaciones
línea
heterónoma
fonográficas
telefónica
-"Hilo
de
Musical
su
pues
el
propiedad,
S.A."-
sonido
de
respecto
una
del
usuario, siendo éste al que aludía el reglamento, y no
aquélla, que era la prestadora del servicio y por ende, la
obligada al abono de las tarifas establecidas por el art.
1º,
rubro
52
de
la
Resolución
894/0200/75
mencionada,
debiendo también asumir el pago de acuerdo a los rubros del
arancel
y
según
los
casos,
cuando
se
tratare
de
los
negocios que la misma norma enumeraba.
Agregó que el demandado era el "usuario" al que se
refería
la
reglamentación
y
no
la
empresa
de
música
ambiental, que era la obligada al pago de la tarifa (v. fs.
77).
En
suma,
concluyó
que
el
demandado
carecía
de
legitimación pasiva.
No obstante ser suficientes las razones dadas para
rechazar la apelación, la alzada entendió que, sentado que
"Hilo Musical S.A." era la obligada a tributar y no el
usuario, la pretensión de percibir aranceles del accionado,
cuando la norma sólo autorizaba hacerlo de dicha empresa,
daba como resultado la percepción doble por un solo hecho
imponible: el empleo del mismo fonograma.
II. Contra el pronunciamiento citado interpone la
actora recurso extraordinario de inaplicabilidad de ley,
por el que denuncia la errónea aplicación al caso del art.
1º, rubro 52, de la Resolución de la Secretaría de Prensa y
Difusión de la Presidencia de la Nación, 894/0200/75.
En suma aduce que se equivoca el tribunal cuando
sostiene
que
el
usuario-demandado
no
efectúa
la
comunicación al público dado que el sonido proviene de la
empresa prestataria del servicio de música funcional, pues
ambos son usuarios secundarios que obtienen un lucro real o
potencial con la comunicación al público. El primero, pues
le brinda un servicio adicional a su clientela a la cual le
traslada el costo a través de los precios que cobra; el
segundo, pues percibe una suma de dinero por el servicio
que
presta
a
sus
abonados.
No
empece
a
ello
que
las
instalaciones por las que se propala el sonido fonográfico
sean alquiladas, o que el mismo provenga de un tocadiscos
en el mismo local o por cable o por éter desde otro sitio.
Alega que si bien es correcto, como lo sostiene
la alzada, que la empresa de música funcional, conforme al
rubro "52", deba pagar un arancel ello no autoriza a eximir
de su pago al usuario de ese servicio. Es más, afirma, en
ningún momento se reclamó por el rubro mencionado sino por
el "05" que era el aplicable al local demandado. Trae, a
este respecto, los que considera casos análogos, de los
arts.
40
y
46
de
la
resolución
arancelaria,
de
cuya
compulsa extrae que se daría el contrasentido de que en
estos
casos,
el
propietario
del
negocio
portador
del
receptor de televisión y/o radio debería pagar por propalar
los fonogramas y en el caso que nos ocupa, no.
Atribuye el equívoco del fallo a la suposición de
que la segunda parte del rubro "52" excluye el arancel del
usuario. Si bien es cierto -añade- que hay usuarios del
servicio de música funcional que no tienen obligación de
pagar el arancel, como por ejemplo oficinas en las que la
reproducción no trasciende el ámbito privado o primario,
existen otros como los comercios, en que el uso público o
secundario está destinado a atraer clientela, por lo que sí
tienen obligación de oblar el canon.
Agrega
que
la
primera
parte
del
precepto
establece el pago para el primero de los casos, y que la
segunda indica el canon a saldar por la empresa cuando se
trata
de
la
segunda
hipótesis.
O
sea
que
en
ambas
situaciones se indica el pago por la empresa sin que ello
suponga que los restantes usuarios queden eximidos de la
obligación,
eximición
que,
por
otra
parte,
la
ley
no
determina pues sólo fija los aranceles.
Sostiene, además, que cuando la resolución habla
de "empresas" en el rubro "52" se refiere a las empresas de
música funcional en su calidad también de usuarios, siendo
erróneo
el
fundamento
de
la
alzada
que
le
niega
esa
calidad.
No existe -asegura- hecho imponible alguno pues
no se trata de un caso de derecho tributario, sino de
propiedad intelectual, o sea, de corte civilístico. En todo
caso
se
trataría
del
mismo
hecho
generador
de
la
obligación. Pero tampoco lo es -sostiene- puesto que en un
caso
el
elemento
propiedad
generador
intelectual
ajena,
es
el
que
lucro
por
obtiene
la
el
uso
de
empresa
de
música funcional; y en el otro el que recibe el usuario.
Finalmente,
analiza
el
que
considera
verdadero
sentido de las cláusulas 1.10 y 1.11, entendiendo que la
primera pone en cabeza de "Hilo Musical S.A." los derechos
de emisión (los del rubro "52"), y la segunda se refiere a
los usuarios especiales, aquellos cuyo uso cae entre los
usos secundarios que deben abonar aranceles a AADI-CAPIF,
aquellos que no son oficinas o personas privadas. Hay dos
aranceles para sendos usuarios distintos.
III. El recurso no puede prosperar.
Sostuvo la alzada que el demandado en autos no
realizaba la comunicación al público de las grabaciones
fonográficas,
heterónoma
pues
respecto
el
del
sonido
provenía
usuario,
cual
de
una
fuente
era
la
empresa
prestadora del servicio y por ende la obligada al pago en
virtud de lo dispuesto por el rubro 52 de la Resolución
894/0200/75, la que consideró de aplicación al sub lite.
La recurrente se disconforma con esta solución,
pues sostiene que tanto la `empresa' cuanto el `demandado'
son usuarios secundarios de la reproducción del fonograma
por la que obtienen un lucro, por lo que no puede eximirse
del pago al segundo. En razón de ello reclama la aplicación
del rubro 05 el que por otra parte -afirma- fue el sustento
de su pedimento inicial y rechaza la aplicación del rubro
52 (ambos del art. 1) efectuado por la alzada.
El
argumento
expuesto
debe
rechazarse
pues
resulta correcta la aplicación que del rubro 52 efectúa el
tribunal desde que el caso que se plantea en autos se
ajusta al mismo, no sólo porque, como reza, se refiere a
"Música funcional o ambiental", sino porque contempla el
caso específico de que el utilizador del servicio sea -como
en
el
sub
lite-
un
comercio.
La
aludida
norma
ha
contemplado a la empresa como la responsable del abono del
arancel por ser ésta la propaladora de música a través de
la prestación de su servicio al usuario.
Según
la
propia
reglamentación,
la
empresa
prestataria debe pagar el 5% de la facturación bruta que
practica a todos y cada uno de sus usuarios. Agregando que
para los casos que la misma cita debe abonar el arancel que
por dichos rubros corresponda. El del rubro 05, propuesto
por la actora, es un supuesto distinto al de autos, pues en
él no se contempla la propalación a través de una empresa
de música funcional.
Debe agregarse a lo expresado, que no resulta
hábil -a mi entender- el ejemplo traído con la pretensión
de
asimilar
la
situación
bajo
análisis
al
caso
de
la
propalación a través de un equipo de radio F.M. o de un
aparato de televisión, pues tanto las emisiones de uno como
de
otro
llegan
a
una
vasta
mayoría
de
personas
indeterminadas, que no pagan suma alguna a las emisoras, y
cuyos costos se sostienen con la publicidad comercial, etc.
No
advierto
tampoco
como
cuestionable
la
terminología empleada por el fallo, al referirse al "hecho
imponible",
tributario,
pues
si
claramente
bien
resulta
surge
del
típica
contexto
del
que
derecho
se
lo
ha
utilizado en el sentido de "hecho generador", al cual se le
impone ("pone carga, obligación y otra cosa", Diccionario
de
la
Lengua
Española,
Decimoctava
Edición,
1956)
el
arancel, consistiendo, tal hecho generador, en la difusión
pública
de
sonido
grabado,
efectuada
por
la
empresa
de
música funcional a través de medios técnicos suministrados
por comodato (v. contrato de fs. 98) y no por el usuario.
Por último se disconforma el recurrente con la
interpretación que la alzada efectuara del contrato de fs.
97, proponiendo la que él entiende como correcta.
Ha dicho esta Corte al respecto que interpretar
el
sentido
constituye
y
alcance
el
de
ejercicio
las
de
cláusulas
facultades
de
un
propias
contrato,
de
las
instancias de mérito y que sus conclusiones no pueden ser
objeto
de
censura
en
casación,
salvo
demostración
de
absurdo (conf. Ac. 35.370, "Acuerdos y Sentencias", 1988IV-406
y
doct.
causa
Ac.
55.632,
sent.
del
9-IV-96),
entendiéndose por tal el error grave y ostensible que se
comete
en
la
conceptualización,
juicio
o
raciocinio
al
analizar, interpretar o valorar las pruebas o los hechos
susceptibles de llegar a serlo, con tergiversación de las
reglas
de
la
procesales
sana
crítica
aplicables,
de
y
violación
todo
lo
de
cual
las
normas
resulta
una
conclusión contradictoria o incoherente en el orden lógico
formal
e
insostenible
en
la
discriminación
axiológica
(conf. Ac. 57.691, sent. del 20-II-96).
En autos no ha quedado demostrado dicho extremo,
pues conforme con la exigencia del art. 279 del Código
Procesal Civil y Comercial y su doctrina, deben impugnarse
con
juicios
limitarse
objetivos
a
los
fundamentos
desarrollar
del
argumentos
a
quo
fundados
y
no
en
apreciaciones subjetivas e insuficientes para desvirtuar la
objetividad de los juicios vertidos en la sentencia (Ac.
42.768, sent. del 17-X-90).
Voto por la negativa.
Los
señores
jueces
doctores
San
Martín,
Pisano,
Laborde y Negri, por los mismos fundamentos del señor Juez
doctor Hitters, votaron también por la negativa.
Con lo que terminó el acuerdo, dictándose la siguiente
S E N T E N C I A
Por lo expuesto en el acuerdo que antecede, se rechaza
el
recurso
extraordinario
interpuesto;
con
costas
(art.
289, C.P.C.C.).
El depósito previo efectuado queda perdido para el
recurrente (art. 294, C.P.C.C.), debiendo el tribunal dar
cumplimiento a lo dispuesto por el art. 2º de la Resolución
760/68,
modificado
por
la
Resolución
conformidad con la Resolución 1993/94.
Notifíquese y devuélvase.
868/77
y
de
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