298_20150129112155 - Conferència Episcopal Tarraconense

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COMUNICADO
N. 212
Los días 2 y 3 de octubre de 2014 ha tenido lugar la reunión n. 212 de la
Conferencia Episcopal Tarraconense (CET), en el edificio del Seminario
Conciliar de Barcelona. La reunión ha sido presidida por Mons. Jaume Pujol
Balcells, arzobispo metropolitano de Tarragona y primado, y a ella han asistido
todos sus miembros.
La mañana del día 2, los obispos han asistido a la inauguración oficial del curso
2014-2015 de la Facultad de Teología de Cataluña, de la Facultad de Filosofía
de Cataluña, del Instituto Superior de Liturgia de Barcelona y del Instituto de
Teología Fundamental, que este año ha sido presidida por el cardenal Zenon
Grocholewski, prefecto de la Congregación para la Educación Católica que, en
un solemne acto académico, ha firmado el decreto de erección canónica de la
nueva Facultad «Antoni Gaudí» de Historia de la Iglesia, Arqueología y Artes
Cristianas.
1. Los obispos han felicitado al señor cardenal Lluís Martínez Sistach por
haber promovido esta nueva institución eclesiástica de carácter
universitario, que ofrecerá un gran servicio a quien quiera cursar las
disciplinas humanísticas de historia de la Iglesia, la arqueología cristiana
y la gestión del rico patrimonio cultural y artístico de la Iglesia. Piensan
que será también una aportación de calidad universitaria en el ámbito
cultural de nuestro país, y al servicio concreto del diálogo fe y cultura.
2. Los obispos han recibido la visita de la Sra. Montserrat Oriol, que ha sido
durante 19 años responsable del Secretariado Interdiocesano de
Catequesis (SIC), a quien han agradecido el trabajo llevado a cabo
durante este largo periodo en favor de la catequesis y del trabajo
interdiocesano en este ámbito. Han recibido también la visita del nuevo
director del SIC, Mn. Joan Maria Amich, que ha presentado diversos
proyectos sobre el catecismo «Testigos del Señor», así como sobre la
situación de la catequesis en Cataluña.
3. Los obispos han reflexionado sobre la actual coyuntura social de
Cataluña y España y han redactado una Nota, que se adjunta al final de
este comunicado.
4. Los obispos han felicitado al cardenal Martínez Sistach por haber sido
designado por el Santo Padre miembro de la Asamblea extraordinaria
del Sínodo de los Obispos, que empezará en Roma el día 5 de octubre y
acabará el 19 del mismo mes. El tema de esta Asamblea sinodal es “Los
desafíos pastorales de la familia en el contexto de la evangelización”. El
señor cardenal ha informado a los obispos de los preparativos del
Sínodo.
5. Durante la reunión, los obispos han tenido conocimiento de la
aprobación en el Parlamento de Cataluña de la Ley de derechos de
personas gays y lesbianas y contra la homofobia. A la espera de
conocer el alcance concreto de los artículos de la Ley, y valorando
positivamente que el Parlamento de Cataluña legisle en favor de la no
discriminación de ningún colectivo, los obispos manifiestan su
preocupación por si la Ley no tuviera suficientemente en cuenta la
presunción de inocencia, y por si dificultara el ejercicio del derecho
fundamental a la libertad de comunicación de las enseñanzas de la fe y
moral católica, y más ampliamente de la libertad religiosa.
6. Los obispos han recibido información detallada sobre las Jornadas de
Encuentro y Formación de Voluntarios de Cáritas que se lleva a cabo en
Girona, los días 3 y 4 de octubre, en la cual participan más de un millar
de voluntarios y tiene como ponente principal al obispo de Tánger,
Mons. Agrelo. Han tratado también diversas cuestiones relativas a la
liturgia, la pastoral de la salud y la vida consagrada.
7. A propuesta de Mons. Agustí Cortés, han nombrado al P. Joan M.
Mayol, osb, Director del Secretariado Interdiocesano de Pastoral del
Turismo y Santuarios.
Barcelona, 3 de octubre de 2014
NOTA de los Obispos de Cataluña sobre el momento actual
En el momento que está viviendo nuestro país, los Obispos de las Diócesis con
sede en Cataluña exhortamos a los católicos y a todos aquellos que quieran
escucharnos, a examinar cuidadosamente, a la luz de la enseñanza social de la
Iglesia, y a decidir con responsabilidad cómo cumplir, si se nos requiere, con
nuestros deberes cívicos y democráticos. Y al mismo tiempo hacemos un
llamamiento al diálogo, a la prudencia, y a tener presentes los principios
fundamentales que son los del bien común y el respeto a las personas.
Tenemos el deber de hablar porque los católicos formamos parte de este
pueblo que tanto amamos, y como nos ha recordado recientemente el Papa
Francisco, «nadie puede exigirnos que releguemos la religión a la intimidad
secreta de las personas, sin ninguna influencia en la vida social y nacional, sin
preocuparnos por la salud de las instituciones de la sociedad civil, sin opinar
sobre los acontecimientos que afectan a los ciudadanos» (“Evangelii Gaudium"
n. 183).
El mandamiento nuevo del amor que Jesús nos dejó, conlleva amar a todas las
personas y también las realidades sociales. Los cristianos de nuestro país nos
reconocemos y nos reafirmamos en la tradición ininterrumpida de fidelidad a la
lengua, a la cultura, y a las instituciones propias de Cataluña. Por eso estamos
llamados a ser ciudadanos que contribuyan positivamente al bien común y que
se esfuercen siempre a considerar a los demás hombres y mujeres de todo el
mundo como verdaderos hermanos. Estamos llamados a promover la paz, el
respeto a las personas, al desarrollo humano integral y a los derechos
humanos, así como tener un cuidado especial por los más pobres y los más
débiles de la sociedad.
También en este momento histórico queremos recordar la importancia de los
derechos de todas las personas y de los pueblos, la libertad de conciencia y el
derecho a creer y practicar la propia fe. Estas libertades son tan importantes
como frágiles, tal como se ha demostrado con demasiada frecuencia a lo largo
de la historia. Estas libertades son absolutamente esenciales para una
sociedad democrática moderna y hay que velar para que no sean limitadas ni
en Cataluña, ni en España ni en el contexto europeo.
Los Obispos de Cataluña en 1985, en los inicios de la recuperación
democrática, en el documento Raíces cristianas de Cataluña, que luego se hizo
suyo el Concilio Provincial Tarraconense de 1995, constataban la realidad
nacional de Cataluña con más de mil años de historia, y pedían que se le
aplicara la doctrina del Magisterio eclesial sobre nacionalidades y minorías
nacionales.
Y el año 2011 escribíamos este texto que en las circunstancias actuales
mantiene plena vigencia: «Hoy se han manifestado nuevos retos y
aspiraciones, que afectan a la forma política concreta cómo el pueblo de
Cataluña debe articularse y cómo se quiere relacionar con los otros pueblos
hermanos de España en el contexto europeo actual. Como pastores de la
Iglesia, no nos corresponde a nosotros optar por una determinada propuesta a
estos nuevos retos, pero defendemos la legitimidad moral de todas las
opciones políticas que se basen en el respeto de la dignidad inalienable de las
personas y de los pueblos, y que promuevan con paciencia la paz y la justicia.
Y animamos el camino del diálogo y el entendimiento entre todas las partes
interesadas a fin de lograr soluciones justas y estables, que fomenten la
solidaridad y la fraternidad. El futuro de la sociedad catalana está íntimamente
vinculado a su capacidad para integrar la diversidad que la configura» ("Al
servicio de nuestro pueblo" n. 5).
Los laicos cristianos deben estar muy presentes en la sociedad,
comprometiéndose en el campo de la política, la cultura, la economía, etc.,
porque nada es ajeno a una Iglesia que quiere ser "experta en humanidad",
como afirmó proféticamente el Papa Pablo VI. Todos los cristianos tenemos el
deber de aportar los contenidos y los valores del Evangelio en las realidades
temporales de la sociedad, para que crezcan la justicia, la fraternidad, la
solidaridad, la gratuidad. Si bien esto es siempre necesario, lo es mucho más
en este tiempo en que todavía vivimos las graves consecuencias de una crisis
económica que afecta duramente a gran parte de nuestra sociedad.
Deseamos que todos los católicos sigan participando positiva y activamente en
la vida pública, que fomenten el diálogo y el entendimiento, y garanticen que el
mensaje cristiano y sus valores impregnen la sociedad, en beneficio de todos.
Nuestro país en este momento de su historia debe poder contar con nuestra
oración perseverante y fiel. Por ello exhortamos a rezar por la patria, para que
Dios nos conceda que «la sabiduría de sus autoridades y la honestidad de sus
ciudadanos, robustezcan la concordia y la justicia, y podamos vivir en la paz y
el progreso constante» (Misal Romano, pág. 955). Así lo suplicamos en la
Visita Espiritual a la Virgen de Montserrat, pidiendo a Santa María que «aparte
de Cataluña el espíritu de discordia, y una a todos sus hijos con un corazón de
hermanos».
Barcelona, 3 de octubre de 2014
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