Catorce periodistas asesinados durante el sexenio foxista

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Catorce
periodistas
asesinados
durante
el
sexenio
foxista
Por la justicia y no al olvido
Balbina Flores
Corresponsal en México de Reporteros Sin Fronteras (RSF)
Revista
Mexicana
de
Comunicación
http://www.mexicanadecomunicacion.com.mx/Tables/FMB/libertadexpre
sion/2004/justicia.html
En el sexenio de Vicente Fox, se han registrado 14 asesinatos de
periodistas y en varios de ellos parece aflorar con cierta evidencia la
mano
del
narcotráfico.
En los distintos casos, los gobiernos federal y local se han comprometido
públicamente a investigar y sancionar a los responsables, "con toda la
fuerza del Estado". Sin embargo en ninguno de ellos se ha sentenciado a
los
responsables
materiales
e
intelectuales.
Las cuentas en materia de libertad de expresión, al final del sexenio, no
resultan
muy
satisfactorias.
La lista es preocupante, como la impunidad que priva en este terreno.
Enseguida se hace un repaso de los asesinatos registrados entre fines
de 2000 y 2005 en diversos estados del país, entre los que destacan:
Tamaulipas con seis: Pablo Pineda Gaucín, Saúl Antonio Martínez, Félix
Alfonso Fernández, Roberto Mora García, Francisco Arratia y Guadalupe
Escamilla; Chihuahua con tres: José Ramírez Puente, José Luis Ortega
Mata y José Barbosa Bejarano; Guerrero con dos: Gregorio Urieta y
Leodegario Aguilera Lucas; Baja California con uno: Francisco Ortiz
Franco; Sinaloa con uno: Gregorio Rodríguez, y Veracruz con uno: Raúl
Gibb
Guerrero.
Hasta la fecha continúan desaparecidos los periodistas Alfredo Jiménez
Mota (Hermosillo Sonora) y Jesús Mejía Lechuga (Martínez de la Torre
Veracruz), sin que las investigaciones realizadas por las autoridades
locales
y
federales
hayan
logrado
resultados
positivos.
La mayor parte de los casos de comunicadores asesinados no han tenido
avances significativos en las pesquisas, salvo aquéllos en que se han
detenido a presuntos autores materiales cuya culpabilidad estaría en
proceso
de
comprobarse.
A continuación se presenta una breve reseña de la situación que
guardan algunos de esos casos, gran parte de ellos ocurridos en un
periodo de tiempo muy corto -tan sólo 14 meses- y que han cimbrado a
la opinión pública nacional e internacional, pues perfilan algunos
patrones que valdría la pena analizar. Por lo menos en cuatro de tales
casos, las víctimas tenían un papel directivo importante en el medio
donde trabajaban; en ninguno hay autores materiales ni intelectuales; y
el móvil de su asesinato se vincula claramente con su labor periodística.
Raúl Gibb Guerrero
El 8 de abril de 2005, hacia las 21:30 horas y cerca de su domicilio fue
asesinado el director del diario La Opinión, que se edita en Poza Rica,
Veracruz.
Las primeras investigaciones indican que el móvil del asesinato de Raúl
Gibb Guerrero podría ser la línea crítica y de denuncia del diario que
dirigía,
La
Opinión.
El 20 de abril, la Procuraduría General de la República anunció que con
base en el artículo 10 del Código Federal de Procedimientos Penales y en
el Reglamento de la Ley Orgánica de la Procuraduría, ejercería la
atracción de la averiguación previa PZR-2/2/185/2005, del asesinato del
periodista. Informó que un equipo de servidores públicos de la
delegación estatal en Veracruz analizaba el expediente para conocer los
avances
y
elaborar
un
plan
de
investigación.
El 26 de abril, según La Crónica, las investigaciones realizadas indicaban
que un año antes del asesinato, Raúl Gibb había sido víctima de un
intento de corrupción por unos miembros de la banda local Los
chupaductos, quienes visitaron al periodista en su redacción con el fin
de conseguir, previo pago, que el periódico no publicara una serie de
artículos sobre un caso de contrabando de gasolina en el que estaban
implicados. El dinero ofrecido procedía de ese tráfico. Tal precedente,
establecido en el marco de la investigación llevada a cabo por el
Ministerio Público, lleva a considerar a Martín Rojas como principal
sospechoso
del
asesinato
del
informador.
Guadalupe García
El 20 de abril, la Procuraduría General de Justicia del Estado de
Tamaulipas, se declaró incompetente para continuar con las
investigaciones sobre el homicidio de la comunicadora Guadalupe García
Escamilla, por lo que remitió dicha indagatoria a la Procuraduría General
de la República, informó Roberto Maldonado Siller, delegado de la
dependencia federal. Corresponderá a la Subprocuraduría de
Investigación Especializada en Delincuencia Organizada (SIEDO), seguir
las
investigaciones.
El 16 de abril, después de un atentado ocurrido el 5 de ese mes y once
días de agonía, falleció la periodista García Escamilla, reportera y
locutora de la estación de radio XHNOE Estéreo 91, que se transmite en
Nuevo
Laredo,
Tamaulipas.
Gregorio Rodríguez
Abraham Ernesto y Ulises Sedano Ornelas fueron detenidos y
consignados como presuntos asesinos materiales de Gregorio Rodríguez
Hernández. La Procuraduría General de Justicia del Estado informó que
existen pruebas directas que señalan a Ulises Sedano como la persona
que habría efectuado los disparos contra el reportero gráfico el pasado
28
de
noviembre.
Las pesquisas sobre el asesinato de Gregorio Rodríguez no se han
agotado, aseguró el Procurador de Justicia del Estado de Sinaloa, Luis
Cárdenas Fonseca, en marzo de 2005, y se ha solicitado la orden de
aprehensión
en
contra
del
autor
intelectual.
Según las investigaciones de la Ministerial, se afianzó la hipótesis de que
el móvil del homicidio se derivó de venganzas por el ejercicio de su
profesión, y se identificó como autor intelectual a Frausto Ocampo,
señalado como uno de los operadores del capo Ismael Zambada García,
El
Mayo
Zambada.
Gregorio Rodríguez, corresponsal gráfico del diario El Debate de
Mazatlán, Sinaloa, fue asesinado a balazos el domingo 28 de noviembre
de 2004, en la comunidad de Escuinapa, por desconocidos cuando se
encontraba acompañado de su familia en una conocida cenaduría.
Francisco Arratia
El 1 de octubre de 2004, la Procuraduría General de la República
informó que atrajo las investigaciones del asesinato del periodista, luego
de que la Procuraduría Estatal declarara su incompetencia.
Ese mismo día se informó que se había ejercido acción penal contra Raúl
Castelán Cruz, presunto autor material del homicidio. Según la
Procuraduría, Castelán está ligado al Cártel del Golfo, concretamente
con la célula que lidereaba Ramiro Hernández García Hernández, El Mati.
En relación con los avances de las investigaciones, en una reunión con
diferentes organizaciones nacionales, un representante de la SIEDO
informó que la Procuraduría de Tamaulipas declinó su autoridad a favor
de la justicia federal por los delitos de delincuencia organizada y
portación de armas prohibidas, pero no cedió la jurisdicción en las
investigaciones del crimen, razón por la que dichas investigaciones
siguen en manos de la Procuraduría local, sin que hasta la fecha se
conozcan
los
avances
de
las
mismas.
Francisco Arratia Saldierna, colaborador del diario El Imparcial y del
diario digital Línea Directa, fue asesinado el 31 de agosto de 2004, en
Matamoros, Tamaulipas. El informador fue secuestrado por unas horas y
posteriormente abandonado su cuerpo con golpes y signos visibles de
haber sido torturado, lo que horas después provocó su muerte.
Francisco Ortiz Franco
En septiembre de 2004, la Procuraduría General de la República reveló a
los medios de comunicación los nombres de los presuntos autores
materiales e intelectuales implicados en el asesinato de Francisco Ortiz
Franco. Asimismo se identificó a los integrantes de la célula del cártel de
Tijuana como los responsables, entre los que señalaba a Jorge Alberto
Briceño López, El Cholo (autor intelectual), y principal operador del
cártel de Tijuana en Mexicali; Eduardo Ronquillo, El Niño, y Artemio
Villarreal Albarrán, El Nalgón, supuestos autores materiales; y a
Hernando Villegas Delgado, ex agente ministerial de Baja California;
Jesús Manuel Molina Hernández, ex policía ministerial y José Luis Molina
Hernández, ex agente ministerial, como presuntos colaboradores en la
ejecución.
El móvil del crimen, de acuerdo con las investigaciones realizadas por la
SIEDO, se relacionaba con el trabajo del periodista, quien antes de su
muerte publicó las fotografías de varios integrantes de la organización
criminal de los Arellano y su forma de operar. A casi un año del
asesinato de Francisco Ortiz Franco (22 de junio), y habiéndose
identificado de manera oficial hace nueve meses a los presuntos autores
materiales e intelectuales del crimen, no hay ningún detenido ni
procesado.
Desaparición
Las autoridades federales y estatales trabajan en tres líneas de
investigación para el esclarecimiento del caso del periodista Alfredo
Jiménez Mota de El Imparcial, en Sonora. Las pesquisas están enfocadas
al narcotráfico, a la participación de un funcionario de la PGR y al círculo
de relaciones personales de Alfredo Jiménez, señalaron representantes
de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), después de una reunión
que sostuvieron con el gobernador del Estado Eduardo Bours y el
Procurador
General
de
Justicia
del
Estado
Abel
Murrieta.
En días anteriores, el 20 de abril, la Procuraduría General de la
República atrajo las investigaciones sobre la desaparición del reportero
del
periódico
El
Imparcial.
Gilberto Higuera Bernal, Subprocurador de Procesos Penales de la PGR,
señaló que el encargado de las indagatorias para dar con el paradero de
Jiménez Mota, será el titular de la SIEDO, José Luis Santiago
Vasconcelos.
La Asociación 7 de junio denunció la desaparición de Alfredo Jiménez,
reportero del diario El Imparcial de Hermosillo, Sonora, ocurrida el 2 de
abril.
Desde
entonces
se
desconoce
su
paradero.
No está por demás recordar que, desde julio de 2003, también se
encuentra desaparecido el periodista Jesús Mejía Lechuga, del Noticiario
a Primera Hora MVS-Noticias de Martínez de la Torre, Veracruz. Otro
caso
pendiente.
Roberto Mora
El 16 de enero de 2005, la Comisión de Derechos Humanos del Estado
de Tamaulipas emitió la Recomendación 013/2005, dirigida a la
Procuraduría General de Justicia del Estado, en la que le recomienda
gire instrucciones para agotar las investigaciones relativas al homicidio
de
Roberto
Mora
García.
La recomendación fue emitida el 26 de enero de 2005, una vez que la
Comisión En Memoria presentó una queja en la Comisión Nacional de
Derechos Humanos por las anomalías en las investigaciones y ésta
solicitó
información
a
su
homóloga
Estatal.
Al cumplirse un año del asesinato de Roberto Mora, el 24 de marzo
pasado, la Comisión En Memoria denunció las graves irregularidades en
la investigación oficial, entre las cuales destaca el hecho de que el arma
homicida presentada por la Procuraduría no coincide con las heridas que
provocaron la muerte del periodista, según expertos consultados por la
Comisión. Además, los presuntos autores materiales fueron sometidos a
tortura. Y como si lo anterior fuera poco, uno de ellos murió asesinado
en el penal el 13 de mayo de este mismo año. Por ello, la Comisión
consideró que en tanto persistan dudas graves sobre el crimen de
Roberto Mora García, la libertad de expresión en Tamaulipas está
seriamente cuestionada, y exhortó al gobierno estatal a ordenar una
investigación que no descarte posibles pistas, sobre todo aquéllas
relacionadas con las actividades periodísticas de Mora García.
Los casos reseñados aquí de manera sucinta, son tan sólo una muestra
de lo que ha sucedido con otros asesinatos ocurridos en el presente
sexenio. Si bien es cierto que el gobierno federal no es el responsable
directo de estos crímenes, constituye su obligación investigarlos y
sancionar a los responsables, como bien lo recomienda la Declaración de
Principios
sobre
Libertad
de
Expresión.
Corresponde a la sociedad, los periodistas
comunicación, exigir justicia y decir No al olvido.
y
los
medios
de
Descargar