INTELIGENCIA EMOCIONAL, GUÍA PARA AYUDAR A LOS PADRES EN ESTA...

Anuncio
INTELIGENCIA EMOCIONAL, GUÍA PARA AYUDAR A LOS PADRES EN ESTA DIFÍCIL TAREA
El tema sobre la relación entre padres e hijos y el delicado manejo de las emociones y el
comportamiento durante el desarrollo es muy complejo. Este camino de crecimiento
emocional no es sólo una responsabilidad, sino también una necesidad educativa que debe ser
aceptado con conciencia para garantizar a nuestros hijos una existencia plena. ¿Cuántas veces
ha justificado la conducta de sus hijos? O ¿cuántas veces ha justificado sus propias acciones?
Aceptar el carácter de una persona como una excusa para justificar sus respuestas a menudo
produce una actitud de despreocupación muy peligrosa. La educación depende de la
adquisición de habilidades de autogestión. Debe ser capaz de educar y de educarse a si para
adquirir nuevas habilidades sociales, asegurándose de que las fuerzas negativas del
temperamento no conviertan las respuestas emocionales en algo destructivo. ¿Cómo se puede
dar este paso? La respuesta es muy sencilla a través de la gestión de las emociones.
A principios de los años 90, los psicólogos Peter Salovey y John D. Mayer han mencionado por
primera vez el concepto de “inteligencia emocional”, entendida como la capacidad de
relacionarse con los demás, de sentir y de empatízar y, sobre todo, para el control de las
emociones negativa. Uno de los expertos más conocidos de la inteligencia emocional es hoy
día el psicólogo norteamericano Daniel Goleman, quien argumenta que reconocer sus
emociones, saber cómo manejarlas y empatízar son las habilidades que más influyen en la
vida humana. No hay evidencia científica de cómo la inteligencia emocional logra influir en las
probabilidad de éxito de una persona y, en particular, en su felicidad, lo que sí es realmente
emocionante es saber que la inteligencia emocional se le puede enseñar a los niños.
El principio, es importante enseñarles reconocer sus emociones, primer movimiento
estratégico, porque el niño aprende a manejarlas, a reconocerlas dándoles una etiqueta y
catalogándolas. El psicólogo del desarrollo John Gottman, con su libro “Inteligencia Emocional
para un niño”, nos da información práctica y valiosa al respecto. Gottman presenta una
clasificación de los padres basada en el tipo relación que establecen con las emociones de los
niños.
Clasificación según Gottman:
- Los padres descuidados: que menosprecian, ridiculizan o ignoran las emociones
negativas de los niños.
- Padres que reprenden y castigan a sus hijos por la manifestación excesiva de sus
sentimientos negativos.
- Los padres que aceptar las emociones negativas de los niños, pero no establecen
límites en su comportamiento.
- Padres entrenador emocional: al tener identificado el comportamiento del niño,
pueden hablar de los sentimientos, enseñarle a etiqueta y encontrar una solución.
Gottman, basado en los resultados de la investigación científica llevada a cabo en cientos
de familias, identifica cinco capacidades ganadora que poseen los padres entrenadores:
1. Ser capaz de identificar las diferentes emociones del niño
2. Reconocer las emociones y aprovecha la oportunidad para activar el proceso de la
enseñanza
3. Escuchar con empatía y validar los sentimientos del niño.
4. Enseñar al niño las palabras necesarias para definir las emociones que siente.
5. Establece límites para los comportamientos negativos y ofrecerle soluciones para que
el niño pueda entender y aceptar lo que se pasa.
Estos son los cinco movimientos estratégicos en la base de la formación emocional. Los
puntos más interesantes y delicados son, sin duda, el primero y el quinto. Ya que ser capaz
de reconocer las emociones del niño es ser conscientes, en primer lugar, de sus propios
sentimientos. Los padres son educadores por excelencia, y los estudios realizados
muestran que los niños cuyos padres entrenadores nos han enseñado a ser
emocionalmente inteligentes son capaces de concentrarse mejor y saber cómo calmarse
con mayor rapidez cuando se agita. Incluso en el caso de situaciones muy difíciles, como la
separación de los padres o la muerte de un ser querido, los niños emocionalmente
inteligentes pueden superar más fácilmente la crisis.
Esta investigación también demuestra sus efectos, sobre los adolescentes, los chicos
entrenados emocionalmente son más capaces de evitar un comportamiento
autodestructivo, tales como el uso de drogas.
Sólo con la formación pedagógica emocional, podemos responder a las conductas de
nuestros niños y tomar medidas para orientar de manera adecuada, y por fin podemos
decir, por ejemplo: “él es como eso, pero podemos hacer mucho!”
Descargar