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UNIVERSIDAD
AMERICANA
TRABAJO PRÁCTICO
DESARROLLO
ECÓNOMICO
Tema: “La pobreza y la Distribución del
ingreso en el Paraguay”
Integrantes:
Rocío Solalinde
Silvia García
9º Semestre
2011
LA POBREZA EN PARAGUAY PODRÍA ELEVARSE AL 43,4 POR CIENTO EN 2020
La pobreza en Paraguay podría elevarse del 40,2 por ciento al 43,4 por ciento en 2020
si el Estado no realiza reformas económicas de acuerdo al Foro de Política Fiscal y
Presupuestaria, informó hoy el diario Última Hora de Asunción.
“Si en Paraguay no se crean 80.000 empleos por año, el producto interno bruto (PIB)
no crece a un ritmo del 6 por ciento anual y no se logra una inversión de 3.500
millones de dólares al año” la pobreza, que afecta a 2,5 millones de personas de una
población total de 6 millones, podría elevarse en diez años a 3,3 millones de
habitantes, detalla el matutino.
Ese rotativo se hizo eco de las proyecciones del Foro de Política Fiscal y Presupuestaria,
en base a estadísticas de entidades económicas privadas del país.
Los participantes de ese foro, que se llevó a cabo en el Banco Central del Paraguay,
consideraron que existe la necesidad de que los recursos generados por la mayor
recaudación fiscal sean invertidos en favor de la sociedad.
Los especialistas indicaron que la población demanda mayores y mejores servicios de
saneamiento y salud, educación, seguridad e infraestructura.
También consideraron que “la iniciativa privada en mercados competitivos es el motor
del desarrollo; el Estado tiene un rol promotor, regulador y complementario y debe
proveer bienes públicos y buscar corregir fallas de mercado”.
En Paraguay, según datos de 2008 de la Dirección General de Estadísticas Encuestas y
Censos (DGEEC), la pobreza extrema afecta al 19 por ciento de la población.
La Tabla 5 muestra claramente como la pobreza rural se concentra en el área rural. A
pesar de que sólo el 46% de la población es rural, la contribución de los residentes en
esta área geográfica al total de pobreza en el país es de aproximadamente el 60%. Otra
dimensión importante de la pobreza rural es que no sólo la población rural tiene una
mayor probabilidad de ser pobre (como lo indica la incidencia de pobreza), sino que la
profundidad y severidad de la pobreza son más agudas para los pobres rurales. Como
se señala en la Tabla 5 - a través de la distancia de los ingresos de los pobres respecto a
las líneas de pobreza – los pobres rurales contribuyen en dos tercios a la severidad
total de la pobreza del país, cuando solamente el 46% de la población vive en el área
rural. De igual manera, los 54% de población urbana del Paraguay contribuye
solamente
en
34%
a
la
severidad
de
la
pobreza
al
nivel
nacional.
El índice de brecha de pobreza nos señala que con una focalización perfecta, si cada
habitante de la zona urbana aporta el 8,9% del valor monetario de la línea de pobreza
urbana, se crearía un fondo suficiente grande como para erradicar la pobreza en el
sector urbano. Para el sector rural, sin embargo, es necesario que cada habitante rural
aporte el 20,2% del valor monetario de la línea de pobreza rural. La brecha de ingresos
nos señala que para eliminar la pobreza en el sector rural es necesario casi duplicar los
ingresos de los pobres.
Distribución
regional
de
la
pobreza.
Existen diferencias regionales importantes, en los niveles de pobreza. Como se señala
en la Tabla 6, los niveles de pobreza son substancialmente mayores en áreas en la
región central (44,5%), a lo largo del eje Asunción-Ciudad del Este, en la región norte
(61,5%), y en la región Noreste (38,9%). Por otro lado, los niveles de pobreza en la
región metropolitana, donde reside el 40% de la población, es de sólo el 22,8%. El
contraste más pronunciado para los niveles de pobreza extrema encontramos en las
áreas rurales en las regiones más afectadas. Por ejemplo, en las áreas rurales de las
regiones central y norte residen el 54% de los pobres extremos, sin embargo sólo el
22% de la población nacional reside en esas áreas
Observamos en la Tabla 7, que los pobres en el área rural se encuentran ocupados
principalmente en la agricultura y la ganadería. Estos son los únicos sectores donde la
proporción de los pobres en el sector económico es superior a la proporción de
personas ocupadas en el sector en el área rural. En las áreas urbanas se encuentran
ocupados en actividades agrícolas y ganaderas, en la industria y minería, y en el sector
construcción.
La Tabla 8 muestra que pobreza tiende a concentrarse en los trabajadores familiares
no remunerados, en los trabajadores independientes y en los empleados/as
domésticos/as.
La Tabla 9 presenta la dramática situación de la pobreza infantil en Paraguay. Cerca del
45% de los niños y adolescentes menores de 15 años se encuentran en pobreza, y más
de uno de cada cinco niños y adolescentes menores de 15 se encuentran en situación
de extrema pobreza. En las áreas rurales, en particular, más de la mitad de los niños y
adolescentes en esta categoría de edad se encuentran en pobreza. Ese dato nos
adelanta algo sobre el dilema que representa la decisión asistencia a una escuela
versus trabajo, para muchos pobres. Aún en las áreas urbanas, uno de cada tres niños
y adolescentes menores de 15 años está viviendo en situación de pobreza.
Del análisis de la evidencia empírica aportada por las encuestas de hogares y unidades
productivas, sintetizadas en Lee (2001), se constatan algunos fenómenos que
contradicen ciertas creencias generalizadas sobre los determinantes de la pobreza en
Paraguay. Habitualmente se piensa que existe un alto nivel de migración rural-urbana
que alimenta los bolsones de pobreza en las áreas urbanas y que el sector informal,
como principal receptor de los nuevos trabajadores, genera condiciones de trabajo
insuficientes para garantizar una vida fuera de los niveles de pobreza. Se considera
igualmente que los hogares con jefatura femenina tienen una mayor probabilidad de
ser
pobre.
La evidencia de las encuestas de hogares señala que al menos hasta 1998 no hubo una
gran corriente migratoria del campo a las ciudades. Además, los migrantes que existen
tienen un éxito relativo al igual que los nativos. Al mirar la evidencia en el sector
informal, no se percibe un alto nivel de insatisfacción y pobreza.
De acuerdo a los datos de la encuesta integrada de hogares 1997/98, el 54% de los
trabajadores del sector informal ganaban menos que el salario mínimo, comparado
con aproximadamente el 30% para todos los trabajadores urbanos (DGEEC, 2000:29).
Pero esto se debería a que muchos de estos trabajadores eran de tiempo parcial o
familiares que utilizaban el sector para complementar sus ingresos. En el mismo
informe se reporta que sólo el 24% de los trabajadores informales provienen de
familias pobres, exactamente la misma proporción que para toda la población urbana.
En el segmento comercial del sector informal, que incluye a los vendedores de la calle,
sólo el 20% es pobre. El ingreso laboral del sector fue en promedio 30% mayor que el
promedio de ingreso laboral para todo el sector urbano. Este no es un sector lleno de
familias empobrecidas tratando de sobrevivir vendiendo cosas en las calles, que sería
la impresión obtenida por un rápido paseo por las calles de Asunción
La encuesta de 1997/98 preguntó a los entrevistados si desearían cambiar su
ocupación, y porqué. El 72% de los trabajadores en el sector informal señaló que no
desearían cambiar de ocupación (DGEEC, 2000:39). En general el sector informal
parece generar buenos ingresos y niveles de satisfacción para los participantes en el
sector. Es una fuente estable de empleo, dado que no existe una gran transición entre
el mismo y otros sectores. Tampoco parece estar inundado con migrantes rural-urbano
que empujan hacia abajo los salarios promedios, lo cual es consistente con la
observación de una pequeña fracción de migrantes rural-urbanos en los mercados
laborales urbanos.
DEMOGRAFIA
La Tabla 10 señala que los hogares con jefatura femenina no presentan una incidencia
de pobreza significativamente mayor. Tampoco observamos en el cuadro diferencias
significativas en los niveles de pobreza de acuerdo a la edad del jefe de hogar. Si
observamos una mayor incidencia de pobreza en los hogares cuyas parejas conviven
pero no están casadas.
Si bien la jefatura femenina de hogar no se asocia significativamente a mayores niveles
de pobreza, como veremos más abajo, la inserción desigual de la mujer en el mercado
de trabajo es un factor generador de pobreza en Paraguay. El número de mujeres en el
hogar empleadas distingue fuertemente a los hogares pobres de los no pobres. La
mayor participación de la mujer en el mercado laboral es un factor importante para
reducir pobreza.
EDUCACION
En Paraguay existen enormes déficit en términos de stock de capital humano
educados. Los niveles educativos promedios son muy bajos. La Tabla 11 señala que en
promedio los jefes/as de hogares y la población adulta no llegan a completar 6 años de
escolaridad primaria. Es sumamente llamativo, los bajos niveles de escolaridad entre
los
pobres
extremos
tanto
rurales
como
urbanos.
Cerca del 70% de los jefes/as de hogares rurales no tienen ninguna educación formal o
no han completado la primaria. Entre los pobres extremos, esta situación alcanza el
80%. Aún en los hogares urbanos entre los jefes/as de hogar sólo el 14% ha
completado por lo menos la educación secundaria. Además, las madres en las familias
pobres casi no han recibido educación en los niveles secundarios ni terciarios.
SALUD
Si bien la salud es una dimensión del bienestar en sí mismo, una deficiente cobertura
sanitaria aumentaría igualmente los riesgos de caer en situación de pobreza medida
como insuficiencia de ingresos. Esto es así debido a que la capacidad de generación de
ingresos se vería afectada por la mayor probabilidad de enfermarse y por las secuelas
que
una
mala
atención
sanitaria
en
caso
de
enfermedad.
En Paraguay parece no existir diferencias significativas en las tasas de incidencia de
morbilidad a través de los distintos grupos de ingreso. La morbilidad se mide en este
caso como la proporción de personas enfermas durante los últimos tres meses. Existen
sí diferencias importantes entre la incidencia de morbilidad en las áreas rurales y las
encontradas en el área urbana.
IDIOMA
Paraguay es un país bilingüe pero la pobreza es en gran parte monolingüe. La pobreza
se concentra en aquellos grupos que hablan sólo guaraní (Lee, Mejía y Vos, 1997).
Como indica la Tabla 13, la población que habla solo guaraní en sus hogares tiene
substancialmente una mayor probabilidad de ser pobre que sus contrapartes bilingües
o
de
habla
español
con
exclusividad.
Los pobres extremos hablan en un 94% sólo guaraní en la casa. La proporción es menor
en las ciudades pero aún así dos tercios de los pobres extremos hablan sólo guaraní en
comparación
con
el
15%
que
hablan
sólo
español.
No comunicarse adecuadamente en español es una severa limitación. Molinas (1999)
señala que el mayor dominio del castellano tendría un efecto similar a la mejor
educación en Paraguay. El idioma formal de hecho es el castellano, por lo que el mayor
dominio del mismo ensancha las oportunidades de gestión del individuo, mejorando su
posición en el mercado laboral. Utilizando los resultados econométricos de una
función del ingreso laboral que controla por la edad, el sexo, la educación, el estado
civil y número de dependientes, este autor señala igualmente que el mayor dominio
del castellano sería generosamente gratificado en el mercado laboral urbano pero el
mismo no tiene un impacto importante en los mercados laborales rurales (ibid). Los
individuos que hablan sólo castellano en la casa tienen ingresos superiores en 16%
sobre quienes hablan castellano y guaraní en la casa, en la áreas urbanas. En
contraposición, el manejo inadecuado del castellano es penalizado en ambos
mercados laborales (urbano y rural). Los individuos que sólo hablan guaraní en la casa
perciben ingresos laborales inferiores en 26% y 11% en las áreas rurales y urbanas
respectivamente sobre quienes hablan castellano y guaraní en la casa (ibid).
Las principales características de los pobres fueron descriptas a través de las
clasificaciones (i) empleo y ocupación, (ii) edades, (iii) indicadores demográficos, (iv)
educación, (v) salud y (vi) idioma. Todas estas características podrían ser interpretadas
de una u otra manera como un activo. Educación es sin duda capital humano y con ello
está relacionado el idioma que se habla en casa y el empleo encontrado. La edad
puede ser un activo en el sentido de tener “reservas” para un futuro (aquí convendría
ser más joven) o como un proxy para la experiencia laboral potencial que tiene un
trabajador (el total de años que podría haber trabajado de acuerdo a su edad – de ser
así mayor edad sería igual a mayor experiencia laboral relacionado con mayores
ingresos y menor pobreza). Entre los indicadores demográficos encontramos por
ejemplo el género del jefe de hogar y también la salud puede ser considerado un
activo. Todas estas características constituyen activos intangibles y provienen en
amplio grado (sobre todo entre los pobres) del sector público (educación y salud
pública).
Los activos
Tradicionalmente, los gobiernos se han enfrentado con el problema de la pobreza,
implementando programas de alivio a través de redes de seguridad social que tienen
como objetivo ofrecer alivio temporal para las personas sin recursos. Pese a la
existencia de estos tipos de programas también en Paraguay, la pobreza está
creciendo. Además, dichos programas ofrecen un alivio temporal pero no solucionan el
problema de la pobreza en sus causas. Si la medición de la pobreza de acuerdo al
ingreso disponible reproduce implícitamente una imagen de la coyuntura económica,
un empeoramiento de la coyuntura económica tendría que venir acompañado por una
caída de los niveles de ingreso a través de toda la población y no afecta solamente a
los pobres o aquellos que están cerca de la línea de pobres y que corren riesgo de caer
por debajo de ella. Si no se diseñan nuevos proyectos de ayuda y asistencia que
intentan de combatir a la pobreza en sus causas, el empeoramiento económico
generará sin falta un aumento de la pobreza (eso es lo que observamos en Paraguay).
A partir 1998 el BID comenzó a argumentar que la pobreza en América Latina, o por lo
menos la ‘pobreza excesiva’ dado el nivel de ingresos de la región, es un problema
causada principalmente por una elevada desigualdad. Pero la desigualdad de ingresos
de la región, en gran medida, podría ser un reflejo de una distribución altamente
distorsionada de los activos generadores de ingresos, siendo el más importante de
ellos el capital humano.
Para encontrar un camino como diseñar un método de investigación para poder
comprobar esta afirmación, Escobal, Saavedra y Torero proponen agrupar a los activos
de los hogares en (Escobal, Saavedra, Torero: 1999, 640):
- activos asociados al capital humano
- activos relacionados al capital físico
- activos relacionados al capital financiero
- activos relacionados al capital público u organizacional
En este sentido la educación, y en el caso paraguayo el idioma hablado en el hogar,
entran en la primera categoría; la segunda se constituye por características de la
vivienda y posesión de bienes duraderos, la tercera categoría abarca a variables como
la capacidad de ahorro y la última a la provisión de servicios públicos (sea o no a través
del estado) y el capital social constituido por la sociedad civil.
Para comprender qué es lo que causa la desigualdad de los ingresos que observamos,
primero debemos determinar cuán desigual es la distribución de los activos
generadores de ingresos y debemos intentar a entender las causas de esta
desigualdad.
Los hogares adquieren a los activos a través de un proceso de acumulación, de modo
que la pregunta central es por qué algunas personas logran acumular dichos activos,
mientras que otras se ven impedidas de hacerlo. Los motivos podrían consistir en
imperfecciones del mercado, pero también en decisiones racionales que toman los
agentes económicos al decidir de buscar adquirir un determinado activo que en para
un hogar en particular pueda constituir una alternativa más atractiva que otro activo.
Si la evidencia señalara la existencia de imperfecciones del mercado en la adquisición y
la acumulación de activos, entonces las políticas de reducción de la pobreza podrían
ser reorientadas para intentar eliminar dichas restricciones.
Numerosos estudios sobre las condiciones y las características de la pobreza en
Paraguay han dejado al lado dos variables que quiere introducir el presente análisis: la
relación entre comunicación / información y pobreza, por un lado, y, por otro, la
relación entre pobreza y movilidad. En numerosos países de la región se ha mostrado
que existe una correlación fuerte entre pobreza por un lado e información y movilidad
por el otro.
Para el análisis de la realidad paraguaya en este contexto se establece las siguientes
hipótesis:
H1: La posesión de o el acceso a la participación comunitaria de activos generadores
de ingresos aumenta los niveles de bienestar o reduce la pobreza.
H2: Los activos relacionados a la comunicación (capital humano como capacidad
comunicativa y capital físico como infraestructura en telecomunicaciones) son
importantes determinantes del bienestar.
H3: Una mayor movilidad favorece al aumento de los ingresos.
Antes de entrar en los detalles del análisis econométrico, unos comentarios adicionales
a las hipótesis, para aclarar las interpretaciones subyacentes de las mismas.
A continuación algunas observaciones que deben ilustrar la importancia del enfoque
de los activos para determinar la pobreza y el rol especial que dentro de los activos
corresponde al sector de la información (poseer de infraestructura física y de
educación para comunicarse – esto es infraestructura en comunicación y la capacidad
personal y la instrucción técnica de poder utilizar a los medios de comunicación),
porque la capacidad de informarse puede abarcar de hasta cuatro diferentes tipos de
capital – capital físico, capital humano, capital organizacional y capital social.
Población bajo el nivel de pobreza: 19,4% (2009 est.)
Año
Población bajo el nivel de
pobreza
Posición
Cambio
Porcentual
Fecha de la
Información
2009
32
63
2005 est.
2010
19,4
103
-39,38 %
2008 est.
2011
19,4
104
0,00 %
2009 est.
Definición: Las estimaciones nacionales del porcentaje de la población que viven por
debajo del nivel de pobreza se basan en encuestas de sub-grupos, con los resultados
ponderados por el número de personas en cada grupo. Las definiciones de pobreza
varían considerablemente entre las naciones. Por ejemplo, las naciones ricas
generalmente emplean normas más generosas de pobreza que las naciones pobres.
Pobreza y activos en Paraguay. Su distribución, rentabilidad y elasticidad
La distribución de los activos
Como se ha mencionado anteriormente, la dispersión del ingreso, así como las
probabilidades de los individuos y las familias de ser pobres o no, dependen del acervo
de activos de que disponen, así como del retorno o precio de mercado de los mismos.
Por el momento asumimos que la utilidad de la posesión de una unidad de un activo
de capital físico, humano, financiero, público u organizacional no depende del nivel de
tenencia del mismo. También dejamos al lado, por el momento, a las posible
interacciones entre distintos activos y asumimos que la distribución de los activos en la
sociedad tiene un rol importante en la determinación de la distribución de los ingresos.
Las Tablas 14 y 15 muestran el nivel medio de la posesión o acceso a distintos activos
para el sector urbano, según quintiles del ingreso per capita disponible para 1997/98 y
para 1999. Los respectivos resultados para la zona rural se encuentran en las Tablas 16
y 17.
- AREA URBANA
La Tabla 14 muestra la distribución de ingresos y de los principales activos de capital
humano, capital físico y capital público u organizacional según la EIH 1997/98 para el
área urbana. La distribución se muestra desagregada por quintiles de hogares, según
ingreso per cápita disponible, definido como la suma de todo tipo de ingreso menos el
pago de impuestos, transferencias y el salario de empleado domésticos. Los valores
monetarios son deflactados y se presentan en Guaraníes corrientes de febrero de
1998. Los quintiles son ordenados de menor ingreso (quintil I) hacia mayor ingreso
(quintil V).
La Tabla 15 muestra el mismo resultado para el área urbano según la EPH 1999. El
ingreso disponible se representa en guaraníes corrientes de setiembre de 1999. Las
Tablas 16 y 17 muestran los respectivos resultados para el área rural.
Como primer resultado, la Tabla 14 muestra que la cantidad de personas que viven en
los hogares del quintil más pobres supera a la cantidad de personas del quintil de
hogares más ricos en 55%. En un solo mes, cada miembro de un hogar del quintil más
ricos dispone en promedio de más ingreso que un poblador del quintil más pobre en
todo un año (14,3 veces más), mientras que el ingreso laboral promedio del quintil más
rico es 10 veces superior al del quintil más pobre.
La variable “ingreso medio per capita pro activos” suma a los ingresos provenientes de
renta, jubilaciones, alquileres y transferencias (públicas y privadas). Para los más
pobres, los ingresos por activos constituyen el 9% de su ingreso per capita total
disponible. Para los más ricos los ingresos por activos son lógicamente mayores pero a
la vez también más importante como fuente de ingreso, al representar el 14% del total
del ingreso per capita disponible.
El porcentaje de hijos menores de 15 años es casi dos veces mayor en el quintil más
pobre (50%), comparado con el quintil más rico (27%). La cantidad de jefatura
femenina del hogar se muestra estable a través de los quintiles. En cada quintil,
aproximadamente la cuarta parte de los hogares está encabezada por una mujer. Los
años medios de escolaridad del jefe de hogar son más del doble, en el quintil más rico,
comparado con el quintil más pobre, en el área urbana.
Aún cuando es sabido que en Paraguay faltan casi 400.000 viviendas, la gran mayoría
de las viviendas existentes se encuentran en manos de sus habitantes. La tenencia de
una vivienda propia es incluso mayor en los quintiles más pobres. El resultado no debe
ser mal interpretado por una buena y acertada política habitacional del estado (que
fuera capaz de proveerle vivienda propia a los pobres, ya que no están en condiciones
de pagar alquiler). La realidad paraguaya muestra el lado opuesto de la medalla. Ante
la falta casi total de una política habitacional por parte del estado, los pobres se hacen
de la manera que sea de una vivienda precaria, pero de todas formas termina siendo
una vivienda propia.
Sorpresivamente hasta en las zonas urbanas encontramos tenencia de ganado vacuno,
sobre todo entre los hogares más pobres. Tradicionalmente, la “vaquita” propia fue y
sigue siendo una “caja de ahorro” para los pobres. Aquellos 16% de los hogares
urbanos del quintil más pobre, poseen de 2.4 ganados vacunos en promedio. Las
informaciones sobre el valor del este ganado (medido en el precio pagado en la última
compra) no son muy consistentes. La debilidad de esta información radica
presumiblemente en la cantidad de casos por quintil, que habían realizado una compra
de ganado en los meses previos a la realización de la EIH 1997/98. Por otro lado, la
tenencia de lotes (adicional al lote donde se encuentra la vivienda), es baja en todos
los quintiles del área urbana, como era de esperar. La información sobre la extensión
de estos lotes en hectáreas y sobre su valor estimativo (precio pagado en la última
compra) sufre las mismas debilidades que la información sobre tenencia de ganado. Ya
que la cantidad de casos es baja. Los datos presentados indican en el mejor de los
casos tendencias, pero no dan ideas claras sobre la realidad.
En lo que refiere a los principales servicios públicos, la tenencia de corriente eléctrica
en el área urbana supera el 90% en todos los quintiles. En los hogares pobres se trata
muchas veces de conexiones clandestinas. Es resultado tampoco debe ser mal
interpretada por una eficiente política pública, tal vez con tarifas especiales para los
hogares necesitados. Pero de todas formas, la energía eléctrica, de una u otra forma sí
está disponible en los hogares urbanos en Paraguay. En lo que refiere a la cobertura
del servicio de agua potable (sumando los hogares cubiertos por el servicio de
CORPOSANA y de SENASA), se muestra un mayor desequilibrio. Solamente el 50% de
los hogares del quintil urbano más pobre posee de una fuente de agua potable
(tratado).
En las filas siguientes se muestra en detalle los diferentes tipos de bienes que
constituyen el grupo de los bienes duraderos. Para los cálculos econométricos, más
adelante estas variables serán agrupadas y traducidas en variables compuestas, pero
para este primer paso de análisis puede ser interesante ver en detalle la distribución
de los bienes duraderos, que de alguna forma pueden ser utilizados para la generación
de ingresos. Televisión y vídeo son medios de comunicación, de igual que el teléfono.
Heladera, cocina y máquina de coser podrían ser utilizados para la prestación de
servicios y los diferentes tipos de vehículos determinen en cierto grado una movilidad
propia de los integrantes del hogar.
La tenencia de televisores alcanza en todos los quintiles urbanos por lo menos un 70%
y supera la tenencia de heladeras (ambos bienes duraderos tienen precios de
mercado, para su adquisición, no tan diferentes, como se verá más adelante). Si
supongamos que los agentes económicos de los quintiles más pobres toman
decisiones racionales, podríamos decidir que el acceso a la información, o la calidad
del ocio que ofrece la televisión, es para ellos más importante que el hecho de poder
asegurar la calidad de los alimentos (frescos).
Llama la atención que los más pobres casi no cuentan con movilidad propia. En alguno
medida disponen o de bicicletas o de motos, pero no tienen acceso a tenencia de
automóviles y camionetas. Y aún en el caso de las motos, la tenencia no sobrepasa el
30% de los hogares. Dado que los hogares pobres tienen altos números de miembro,
una moto no alcanzaría para que se movilice todo el hogar. El resultado muestra
claramente que en el sector movilidad el pueblo depende altamente de las políticas de
transporte público.
La comunicación de los pobres y con ello de alguna forma su capital social, es por un
lado limitado y por otro lado uni-direccional (o pasivo). El acceso a teléfono
(comunicación bi-direccional o activa) propio es casi inexistente para los pobres y hasta
los quintiles ricos alcanzan solamente 65% en tenencia de teléfono con línea fija. Pero
en la comunicación uni-direccional, a través de la televisión, la distribución de
información no interactiva alcanza a los 70% de los hogares pobres.
Finalmente, la capacidad de ahorro (activo financiero – medido como ingreso total
menos gasto total del hogar) de los pobres urbanos es negativa y la disponibilidad de
seguro de salud es insuficiente o inalcanzable (en términos de costo, pensando en un
seguro privado) hasta para los ricos. Solamente el 52% de los hogares del quintil más
rico cuenta con seguro médico.
La Tabla 15 muestra los mismos resultados para el área urbana en 1999. Como es
sabido, la comparación directa entre dos encuestas sucesivas, no siempre es posible,
porque las diferencias observadas pueden radicar en diferencias de medición o de la
selección de la muestra, algunas comparaciones entre la EIH 1997/98 y la EPH 1999, en
lo que refiere a los ingresos y a los activos desagregados por quintiles, muestra
resultados interesantes y consistentes.
AREA RURAL
La Tabla 16 muestra los valores promedios de los activos por quintiles del ingreso per
capita disponible, según la EIH 1997/89 para el área rural y la Tabla 17 muestra los
mismos resultados para la EPH 1999. Las variables reportados y su definición son las
mismas que aquellas que ya fueron presentadas con los resultados del área urbana.
En lo que refiera al ingreso medio per capita disponible en 1997/98, la desigualdad
entre el quintil más pobre y el quintil más rico fue mayor aún que en las áreas urbanas.
Los ingresos medios disponibles del quintil más rico superan a aquellos del quintil más
pobre en 21 veces, mientras que los ingresos laborales medios del quintil rural más
rico son 30 veces mayores a aquellos del quintil más pobre. Efectivamente, el ingreso
disponible del quintil rural más rico alcanzaría para ubicarse en el segundo quintil
urbano más rico. Además considerando que los precios y demás costo de vida en el
área rural suele ser más alto, los datos señalan que los ricos rurales son casi igual de
rico que los ricos urbanos (en términos relativos), pero que los pobres rurales son
muchos más pobres que los pobres urbanos.
En lo que refiere a los ingresos por activos, ellos significan el 8% de los ingresos
disponibles para los más pobres, en el área rural, y el 9,6% para los más ricos. No
observamos la misma desigualdad que en el área urbana.
De igual manera que en la zona urbana el porcentaje de hogares con hijos menores de
15 años es casi el doble en el quintil rural más pobre, comparado con el más rico.
Mientras que el porcentaje de hogares con jefatura femenina es menor en las zonas
urbanas. La distribución entre los quintiles rurales no es igualitaria, sino muestra una
suerte de distribución “normal”, con su valor máximo en el quintil medio (tercer quintil
con 20.8% de jefatura femenina) y los valores mínimos en los extremos (quintil I con
13.1% y quintil V con 15.9%)
De igual manera que en el área urbana, la tenencia de tener vivienda propia es muy
alta, 80 o más por ciento en todos los quintiles rurales, y además decreciente desde el
quintil más pobre, en el cual el 90% de los hogares se constituyen por viviendas
propias. Lo mismo que para el área urbana, no debemos mal interpretar este número
como una acertada política habitacional.
Como era de esperar la tenencia de ganado vacuno en el área rural es mucha más alta
que en las zonas urbanas, con su valor máximo en el quintil más pobre y su valor
mínimo en el quintil más rico. La cantidad media de ganado vacuno por hogar muestra,
como era de esperar, una distribución opuesta - valor mínimo en el quintil más pobre y
valor máximo en el quintil más rico. Además, la información sobre los precios del
ganado es consistente para la zona rural y ellos oscilan de entre 25.604 y 63.244
guaraníes. Exactamente la misma distribución observamos para lotes. Mayor pobreza,
mayor tenencia relativa de lotes, pero estos lotes tienen en promedio una superficie
menor al de los ricos.
También en las áreas rurales el acceso a corriente eléctrica es relativamente alto,
aunque en el quintil más pobre apenas supera el 50%. Pero de todas formas es mayor
al de la cobertura con agua potable, que con 2.9% en el quintil más pobre
prácticamente no existe, y que hasta en el quintil más rico apenas supera el 33%.
La tenencia de los bienes duraderos que podrían ser utilizados para la generación de
ingresos es escasa, en la zona rural y recién a partir del tercer quintil comienza al
alcanzar, por lo general, una cierta importancia. Es interesante ver como la tenencia y
distribución de las maquinas de coser y de bicicletas en las zonas rurales es casi
idéntica a aquella del área urbana. Presumiblemente en el área rural la bicicleta
realmente significa un medio de transporte y no un instrumento de diversión, deporte
u ocio y que la maquina de coser se utiliza para la fabricación doméstica de ropa.
Además llama la atención que los quintiles rurales más ricos poseen en mayor medida
de motos que sus pares urbanos. Aquí se ofrece la misma interpretación. En el área
rural la moto es un medio de transporte o de trabajo y en el área urbana, los quintiles
más ricos lo utilizarán más bien para diversión, ocio o deporte. Como medio de
transporte sin duda tiene menor importancia en los quintiles ricos de la zona urbana,
comparado con el área rural. Telefonía fija en el área rural es prácticamente
inexistente y un seguro médico es accesible solamente para los dos quintiles más ricos.
Son estos dos quintiles rurales más ricos, para las cuales la capacidad de ahorro
(ingreso menos gasto) es positiva.
Si comparamos los resultados que acabamos de describir con los valores que reporta la
Tabla 17 (EPH 1999) observamos que el quintil más pobre y el quintil más rico en las
zonas rurales han mantenido en gran medida el ingreso disponible per capita,
registrado en 1997/98, en términos nominales (hubo inflación). Mientras que los tres
quintiles medios han perdido ingreso disponible. De igual manera que en el área
urbana, entre 1997/98 y 1999 cayeron los ingresos laborales medios a lo largo de
todos los quintiles. Y nuevamente para el quintil más pobre se registró un aumento de
los ingresos por activos, suficientemente grande para compensar la pérdida de ingreso
laboral, en términos nominales. También en el segundo y tercer quintil más pobre, se
registra un aumento de los ingresos por activos, pero ello fue menor que la perdida del
ingreso laboral. Resumiendo, también en el área urbana observamos una perdida del
ingreso laboral a lo largo de todos los quintiles (consistente con la coyuntura
económica) y aumentos de los ingresos de los más pobres, provenientes de activos.
También en esta caso queda pendiente responder la pregunta acerca de dónde
provinieron estos mayores ingresos por activos.
En lo que refiere a los servicios públicos y la tenencia de bienes duraderos, en 1999 se
registra un cierto aumento en la cobertura de corriente eléctrica y de agua potable. Y
en lo que refiere a la telefonía celular, si bien se registra en todos los quintiles rurales
su tenencia, solamente en los dos quintiles más ricos llega a una cierta importancia
(superior al 3%). En números absolutos, en 1999 hubo 14.700 hogares en el área rural,
que contaron con telefonía celular. Sumando a ellos los hogares urbanos alcanzamos
en total 63.623 hogares.
1 DISTRIBUCIÓN DEL INGRESO.
Colombia es el onceavo país más desigual del mundo, de acuerdo con el
Informe Mundial de Desarrollo Humano del año 2005. La gráfica anexa nos
ilustra al respecto al mostrar la distribución del ingreso nacional de acuerdo
con los quintiles poblacionales. Los más rico ganan en promedio 20 veces
más que los más pobres. La clase media, está bastante disminuida en su
capacidad adquisitiva, y coexisten un quintil muy rico con cuatro quintiles
de la población que sumados no alcanzan entre todos ellos al ingreso del
quintil de mayor ingreso del país.
2. CRECIMIENTO ECONÓMICO
Colombia tuvo en el 2005, un incremento del PIB de 5.13%, debido al
crecimiento de la construcción (12.6% principalmente obras civiles),
comercio (9.2%) y transporte (5%), mientras los sectores menos dinámicos
fueron minería (3%) y agropecuario (2.1%) Este es un buen nivel de
crecimiento a nivel latinoamericano, sin embargo no es nada extraordinario.
Hay interrogantes sobre la sostenibilidad de este crecimiento dado que las
obras civiles dependen básicamente del motor del gasto fiscal y el comercio
floreció por la reevaluación que impulsó las importaciones. De otra parte el
sector agropecuario que es fundamental en la generación de empleo entre
los pobres, tuvo un desempeño mediocre.
Desde el punto de vista del desarrollo humano, siendo absolutamente
necesario el crecimiento económico la pregunta siempre será si el
crecimiento favoreció o no a los pobres. Un estudio preliminar de la Misión
contra la pobreza y desigualdad en Colombia concluye “Por lo tanto, en
términos generales, el crecimiento en Colombia no ha sido pro-pobres, y ni
siquiera ha sido neutral; en seis de los ocho años estudiados (1997-2004),
benefició más a la población no pobre que a la pobre”
En Paraguay viven en la pobreza más de 2 millones de personas
El 32,2% de la población total del país (2.232.000 personas) vive hoy en condiciones
de pobreza porque sus ingresos son inferiores al costo de una canasta básica. En los
años 1998 a 2002 la pobreza aumentó del 33,7% al 39,2%; en tanto que entre 2003 y
2004, bajó en aproximadamente 7 por ciento, quedando en 32,2, de acuerdo con la
Dirección General de Estadísticas, Encuestas y Censos (DGEEC), dependiente de la
Secretaría Técnica de Planificación (STP).
La reducción del 7%, según los responsables del estudio, es el resultado de la
recuperación económica en el 2004, teniendo en cuenta que el PIB aumentó de US$
5.531,1 millones (2003) a US$ 7.151 millones, el año pasado. Sin embargo, no
menciona que la tasa de natalidad también crece y supera el 2%.
En términos absolutos, la mayor cantidad de pobres se concentra en el área urbana del
país, con alrededor de 1.246.000 personas, según datos de la Encuesta Permanente de
Hogares, realizada entre agosto y diciembre del 2004, y cuya presentación estuvo ayer
a cargo de funcionarios de la STP y de la DGEEC.
ASUNCION CON LA PROPORCION MAS REDUCIDA
Asunción muestra la proporción más reducida de habitantes que vive en condiciones
de pobreza (26,7%), según el trabajo entregado ayer a la prensa en el local de la STP
(ver cuadros).
En términos absolutos, la mayor cantidad de pobres se encuentra en el área urbana del
país con alrededor de 1.246.000. De esos, alrededor del 6% reside en Asunción;
mientras el 29,4% se concentra en la zona central urbana, en tanto que el resto urbano
reúne al 20,3%. Del total de la población pobre, el 44,2% vive en áreas rurales.
La pobreza en el área rural se agudiza atendiendo que el ingreso promedio de los
pobres de esa franja cubre solo el 58,3% del costo de la canasta básica de consumo. En
las otras zonas, el peso de la canasta se absorbe más. Así, en Asunción y central urbano
cubren el 61,7%, mientras en el resto urbano cubre el 61,2%.
De acuerdo con la STP, la encuesta implicó entrevistar a 34.636 personas,
correspondientes a un universo de 7.823 hogares de las áreas urbanas y rurales del
país.
NUMEROS DE LA POBREZA
Entre 1998 y 2002, la pobreza total en nuestro país aumentó de 33,7 % a 39,2%, en
tanto que entre 2003 y 2004, se redujo en 7 por ciento, a 32,2%. La extrema pobreza -
quienes tienen ingresos inferiores al costo de una canasta básica de alimentos- se
incrementó del 15,5% al 17,1%.
La disminución de los ingresos en términos reales, es decir, de la capacidad de compra
real de los hogares paraguayos, constituye el principal factor que explica el aumento
de la pobreza en el período 1998-2002. La caída del ingreso real per cápita se produjo
en casi todos los niveles de ingresos, especialmente, en los últimos tres años.
De acuerdo a la metodología del estudio, se define a la población pobre como aquel
conjunto de personas cuyo nivel de bienestar -expresado a través del ingreso o
consumo-, es inferior al costo de una canasta básica de consumo (conjunto de bienes y
servicios que satisface los requerimientos mínimos para la sobrevivencia humana).
Noticias sobre la pobreza Año 2011
06 May 2011 11:53Política
Lugo admite que reducción de la pobreza sigue siendo déficit
El presidente reconoció que en el Paraguay, a 200 años de su independencia, tiene un
alto índice de personas que viven en la extrema pobreza, aunque pronostica que las
cosas irán mejor en los próximos años.
02 Feb 2011 20:00Videos
Cuando la basura se convierte en vía para escapar del hambre
Esta es la historia de Damasia Saldívar. Es una de las tantas recolectoras de residuos
que recorren el Mercado de Abasto de Asunción. A diferencia de otra clase de
recicladores, ella busca restos de comida. Todo lo que supermercados, mayoristas y
vendedores descartan, para ella es esencial: se convierte en comida para sus nietos.
Vea una estampa de esta denodada mujer cuyo día a día está signado por lo que halle
en los contenedores de basura.
17 Oct 2010 12:45Nacionales
La pobreza podría elevarse al 43,4 por ciento en 2020
La pobreza en Paraguay podría elevarse del 40,2 por ciento al 43,4 por ciento en 2020
si el Estado no realiza reformas económicas de acuerdo al Foro de Política Fiscal y
Presupuestaria, informó en su edición dominical el diario Última Hora de Asunción
Pobreza y corrupción en Paraguay
Paraguay está ubicado actualmente en el puesto número seis en el ranking de
los países más corruptos del mundo, sólo detrás de Haití en el continente
americano y encabezando la lista en el subcontinente sudamericano.
El CIPAE realizó un relevamiento de las violaciones a los derechos humanos
(polí-ticos, sociales, económicos) cometidas desde la caída de la dictadura.
Indica así que 90 dirigentes campesinos han sido asesinados, que se ha
acentuado enormemente la concentración de la propiedad de la tierra (hoy el
20 por ciento de la población más rica tiene el 60 por ciento de las riquezas),
que alrededor de 400 mil familias carecen de tierras para cultivar, que
2.324.000 personas viven bajo la línea de pobreza, que el 37,4 por ciento de la
población económicamente activa presenta problemas de empleo (el
desempleo abierto llega al 15,9 por ciento y el subempleo total al 22,1), que la
proporción de población analfabeta de más de 15 años llega al 7 por ciento a
nivel nacional (10 por ciento en el medio rural y 4,5 entre los jóvenes) y que el
58 por ciento de los habitantes del campo carece de cédula de identidad.
Estos son los peores índices de desigualdad, pobreza y exclusión que afronta el
país desde la caída de Stroessner.
Paraguay es la nación que menor presupuesto destina (apenas tres millones de
dólares) a gastos sociales para combatir la extrema pobreza en toda América
Latina.
Según
Julio
Fernández,
coordinador
técnico
del
proyecto "Gasto Social en el
Presupuesto del Paraguay",
emprendido por el Programa de
las Naciones Unidas para el
Desarrollo (PNUD) y el Fondo de
Naciones Unidas para la Infancia
(UNICEF), para 2005 se han
previsto apenas 300 mil dólares
para el combate a la
desnutrición. En el país hay
actualmente 35 mil niños menores de cinco años en esa situación (5 por ciento
de la población total de esa franja de edad) y 140 mil en riesgo de
desnutrición.
Confirmando esos datos, un informe elaborado por la asociación internacional
Social Watch revela que Paraguay destina apenas 140 dólares por habitante al
rubro gasto social, cuando el promedio latinoamericano es de 696 dólares.
Si bien en los años noventa se produjo un crecimiento sostenido del dinero
destinado al área social en el presupuesto general de la nación, esa tendencia
se revirtió a partir de 2000. En 2004 ese rubro experimentó una caída de 11
por ciento respecto al año anterior, llegando a representar el 38 por ciento del
presupuesto general del Estado, cuando debía haber trepado al menos al 50
por ciento para alcanzar niveles de gasto aceptables en la materia incluso a
nivel regional.
El informe del CIPAE recuerda por otra parte que en mayo de 2004 el
vicepresidente de Paraguay,
La pobreza rural y la pobreza en general
En América Latina cerca del 45 por ciento de los pobres se encuentra en la zonas
rurales. En el Paraguay la proporción es de alrededor de un 70 por ciento; cerca de la
mitad de la población es rural; la mitad de la población rural es pobre y de estos
pobres más de la mitad (aproximadamente 700.000 personas ) viven en extrema
pobreza. En comparación la incidencia de la pobreza en las zonas urbanas es cerca del
20 por ciento (Morley y Vos, 1997,17,20). Se puede conjeturar que el alivio de la
pobreza rural podría resultar directamente de lo que ocurra en la economía rural o sea
de cómo los tres factores mencionados previamente interactúan en las zonas rurales.
Esta sería la conclusión del análisis si las economías urbanas y rurales de un país no
estuvieran relacionadas de muchas maneras. Empero, en casi todos los países estos
dos sectores están estrechamente ligados especialmente a mediano y largo plazo. Esto
quiere decir que no se puede pensar en aliviar la pobreza rural y la pobreza urbana
como objetivos separados o que requieren políticas separadas. La pobreza rural
probablemente podría remediarse por medio de una buena política general de alivio
de la pobreza que incluya las medidas que se apliquen en las zonas urbanas.
A pesar de ésto, es cierto que el efecto más rápido sobre la pobreza rural
probablemente será el de políticas que tienen impacto inicial o directo sobre la
economía rural y por lo tanto sobre las familias rurales; esto sucederá particularmente
en economías esencialmente rurales y agrícolas donde las principales acciones contra
la pobreza usualmente involucrarán las políticas agrícolas y rurales. En el caso opuesto,
la pobreza rural declinará en un país a través del tiempo, aún si las políticas directas
son totalmente inadecuadas, siempre y cuando las políticas que afectan directamente
la pobreza urbana sean suficientemente efectivas y si una proporción elevada de la
población reside en las zonas urbanas. En estecaso, los ingresos urbanos crecientes
podrían acelerar la migración rural-urbana (que eliminaríadirectamente parte de la
pobreza rural si las familias que migran a las zonas urbanas lograran situarse encima de
la línea de pobreza) y elevar los salarios rurales (ya que los salarios urbanos y rurales
de trabajadores que tienen calificaciones comparables están por lo general
estrechamente relacionados. Sin embargo, cuando se trata de erradicar la pobreza
rural es difícil evaluar la importancia relativa de las políticas aplicadas en las zonas
rurales con las aplicadas en las zonas urbanas. La importancia relativa puede variar
mucho dependiendo de la estructura económica del país y probablemente será mayor
en los países que son predominantemente rurales y donde puede hacerse mucho por
medio de políticas aplicadas al sector rural.
La mayoría de las políticas apropiadas para encarar la pobreza serán útiles ya sea que
se apliquen en las zonas rurales o en las urbanas. Muchas deberían aplicarse en forma
general (en ambas zonas) aunque naturalmente con algunas diferencias en su forma
de aplicación. En general, la pobreza tiende a disminuir (o aumentar) en forma
conjunta en los dos ámbitos. Esto puede explicarse a veces por el hecho de que el
crecimiento en ambos sectores de la economía tiende a moverse en la misma
dirección, de modo que los efectos mitigantes de la pobreza del crecimiento estarán
positivamente correlacionados. Existe también una tendencia de que las buenas
políticas urbanas de reducción de la pobreza vayan de la mano con las buenas políticas
rurales, por ejemplo, cuando un país toma en serio la reducción de la pobreza mientras
otros no, o un país determinado la toma seriamente en cierta oportunidad pero no en
otra. Por último, es probable que aún si los dos mecanismos antes mencionados no
operaran, la pobreza tendería a moverse en la misma dirección en los dos sectores
debido a la migración y a que otros mecanismos de conexión están operando. Es más
probable que esto ocurra a mediano o largo plazo, debido a que algunos de los
mecanismos pertinentes responden con un rezago ampliando o reduciendo las brechas
de ingreso/bienestar entre los dos sectores. Cuando los ingresos urbanos aumentan y
los rurales no, es inevitable que tarde o temprano la tasa de migración del campo a la
ciudad se acelerará.
Características y actividades de los pobres en las zonas rurales
La mayoría de los pobres en las zonas rurales son pequeños productores agrícolas (a
menudo ocupados en microempresas no agrícolas) o asalariados dedicados a la
agricultura (a los cuales frecuentemente se denomina: trabajadores sin tierra) o a
actividades no agrícolas. A medida que una economía se desarrolla no solamente una
mayor proporción de la producción y el empleo se encuentra en el sector no agrícola
(la mayor parte de ambos ocurre en las zonas urbanas) sino que una proporción más
grande de la actividad económica rural tiende a ocurrir en actividades no agrícolas. El
sector rural no agrícola y su crecimiento pueden ser muy importantes porque hay
mucha pobreza entre las familias que dependen de él y porque su dinamismo puede
ayudarlas a salir de la pobreza rural. En América Latina la mayoría de los sistemas
agropecuarios son muy heterogéneos en términos del tamaño de operación, con una
gran parte de la tierra y del capital en manos de agricultores relativamente grandes,
que emplean sólo una proporción pequeña de la fuerza laboral rural y una proporción
pequeña de tierras que absorbe un porcentaje grande de la fuerza de trabajo en fincas
pequeñas. El sector rural no agrícola por lo general está integrado por empresas
pequeñas y medianas que se ocupan del procesamiento de alimentos, el transporte,
comercio, y otros. También puede haber algunas empresas grandes que se dedican al
procesamiento de productos agrícolas y a la minería; éstas últimas por lo general son
enclaves. En países más desarrollados y en regiones cercanas a las ciudades más
grandes, una cantidad creciente de la actividad económica es similar a la que se
desarrolla normalmente en las zonas urbanas, pero que se ha vuelto más cara allí a
medida que los salarios y otros costos aumentan; esta actividad incluye varias clases
de manufacturas –industrias sin vinculación permanente que no dependen de grandes
volúmenes de trabajadores altamente capacitados.
Típicamente entre el 80 y 90 por ciento de la fuerza de trabajo rural está empleada en
empresas pequeñas ya sea en actividades agropecuarias o de otra naturaleza. De
modo que la oportunidad de aumentos rápidos en el ingreso para una proporción
amplia de esta fuerza laboral depende de ¿cuán bien le va a éstas unidades pequeñas?
¿cuánto invierten y cuán rápido aumenta su productividad? y si los ahorros de un
sector pueden transferirse efectivamente a otros sectores. Si las políticas del gobierno
y sus sistemas de apoyo no pueden contribuir a la potenciación de éstas unidades
pequeñas no hay mucha esperanza de poder remediar la pobreza rápidamente.
Los componentes para una estrategia vigorosa de reducción de la pobreza
La reducción de la pobreza rural ha ocurrido muy rápidamente o el nivel de pobreza
rural ha sido el más bajo en países o regiones con las características siguientes

Un rápido crecimiento del sector agropecuario y del sector rural noagropecuario;
una distribución relativamente equitativa de la tierra;


una buena base de infraestructura rural que incluye carreteras, sistemas de
irrigación (donde éste es pertinente), comunicaciones y otros;
sistemas de educación y de salud buenos y de amplio alcance (aunque no es
claro en qué grado éstos contribuyen a un crecimiento suficiente y equitativo o
son el resultado de tal crecimiento)





elevadas tasas de ahorro e inversión en la economía rural, frecuentemente
apoyadas por el crédito bancario y que a menudo involucran la inversión de los
ahorros provenientes del sector agrícola en actividades no agrícolas;
un sistema efectivo de investigación y extensión que alcanza no sólo a la
agricultura en general sino especialmente a los agricultores más pequeños y
más pobres y a las regiones en donde estos están concentrados;
un sistema de precios sin sesgos en contra de los productos que venden los
pobres rurales, que no está desvinculado de los precios mundiales y que provee
a los productores y consumidores una estabilidad de precios mayor que la del
mercado internacional;
estabilidad sociopolítica, bajos niveles de violencia y leyes y reglas claras con
respecto a los derechos sobre la tierra, el agua, y otros; y
tasas decrecientes de natalidad y de crecimiento de la población.
Entre estas condiciones existen interacciones importantes que son generalmente
complementarias.
El Paraguay, un modelo fallido en el esfuerzo para disminuir la pobreza
El fracaso del sector rural en reducir la pobreza por lo general está acompañado de un
bajo
crecimiento agrícola, de un rápido crecimiento de la población, del estancamiento del
sector rural no agrícola y de la ausencia de cualquier tendencia igualitaria en la
distribución o en la corrección de la pobreza. El crecimiento agrícola en el Paraguay
durante la mayor parte del período que empezó durante la década de 1950 ha sido
rápido y significó una fuente importante de crecimiento para la economía y la fuente
principal de ingresos de exportaciones. Pero el patrón de ese crecimiento ha sido
excluyente de gran parte de la población (Carter, Barham y Marsbah, 1996; Weisskoff,
1992a y 1992b), especialmente desde la década de 1980 cuando ya no hubo más tierra
para colonizar. Este patrón de crecimiento ha resultado un aparente aumento
significativo en la desigualdad rural, en circunstancias en que ésta era elevada- - tal vez
la más extrema en la región, o al menos cercana a la del Brasil (Indart, 1998, 36). En el
Paraguay cerca de la mitad de la población vive en las zonas rurales pero como la
incidencia de la pobreza es mayor que en las urbanas ( la proporción es de dos a uno)
puede aseverarse que cerca del 75 por ciento de la pobreza en el país se encuentra en
las zonas rurales.
Existe una relación estrecha entre la pobreza rural y la falta de tenencia de tierra. Una
encuesta hecha por CPES-FAO en 1995 encontró que las familias en el estrato de
tamaño medio (entre 5 y 12 hectáreas) y en el estrato alto (entre 12 y 25 hectáreas)
tenían ingresos promedios que eran más de dos o tres veces los de las familias en
unidades menores (menos de 5 hectáreas). Sauma (1993,37) estimó que había unas
195.000 familias rurales pobres en 1992, un estimado no muy diferente del calculado
independientemente por FIDA (sin fecha) de 189.000 familias en 1990. La mayoría de
estas familias pobres tienen menos de 10 hectáreas de tierra.
En 1995 una gran mayoría de la gente pobre (cerca del 85 por ciento) se encontraba en
hogares cuyo jefe era autoempleado, y el 86 por ciento en hogares cuyo jefe hablaba
solo Guaraní un poco menos del 75 por ciento de la gente pobre tenía jefes de hogar
sin educación (10,5 por ciento) o con primaria incompleta (63,8 por ciento).
Aunque esta tasa autoreportada de analfabetismo rural no es demasiado alta (12,6 por
ciento no había asistido a la escuela de acuerdo con el censo de 1992 - - no mostrado
por grupo de edad) la mejoría, en comparación con la década anterior, fue muy
pequeña, (Morley y Vos, 1997, 18) y de todas maneras los cálculos del Ministerio de
Educación y Cultura del Paraguay (en un estudio hecho en conjunto con la Universidad
de Harvard, 1996) indican que la tasa de analfabetismo funcional fue mucho más alta,
de no menos del 50 por ciento para el país y cerca de las dos terceras partes para las
zonas rurales (reportadas en FAO-PNUD,1996,20).
El sistema educativo es de baja calidad, extrema desigualdad e ineficiencia, y en las
zonas rurales la situación es aún peor. Mientras que en Asunción casi todos los
maestros son graduados, en las zonas rurales sólo el 48,6 por ciento lo son y en las
áreas de reciente colonización sólo el 16,2 por ciento. Como es de esperarse la
retención escolar es más alta a todos los niveles en las escuelas urbanas que en las
rurales. Los problemas son mayores en las zonas rurales antiguas y en las zonas
recientemente colonizadas; tener el Guaraní como lenguaje materno es un serio
obstáculo para el aprendizaje en éste sistema educacional (FAO-PNUD, 1996, 19).
Las condiciones de salud dejan mucho que desear; muchos problemas han sido
agravados por el modelo de crecimiento agrícola del pasado, caracterizado por una
rápida expansión de la población en las zonas semitropicales que eran densamente
arborizadas, en la que se ha otorgado muy poca atención al problema de acceso al
agua potable, el mantenimiento de buenas condiciones de salud y el acceso a servicios
de salud (Weisskoff,1993, 520). Las familias son grandes y las tasas de dependencia
son elevadas.
La encuesta de 1995 mostró que el 50 por ciento de los pobres eran parte de familias
de 6 o más personas; como esta cifra incluía familias que todavía estaban en proceso
de crecimiento se puede intuir que el número promedio de niños es bastante elevado.
La mayoría de las fincas pequeñas producen cultivos de alimentos de autoconsumo y
cultivos que se venden por medio de intermediarios que operan en base a una relación
patrón- cliente. El estudio reciente de CPES-FAO encontró que entre el 60 y 80 por
ciento de los ingresos de los campesinos sonmonetarios (FAO-PNUD, 1996,12 ). Los
costos monetarios han aumentado en forma paralela. Actualmente los campesinos con
mayores recursos están empezando a criar ganado si la tierra (propia o comunal) es
apropiada para ello y si pueden conseguir un financiamiento mínimo, usualmente a
través de canales informales; esta actividad frecuentemente provee hasta el 30 por
ciento de sus ingresos.
Los agricultores pequeños derivan una proporción alta de sus ingresos familiares a
través de actividades fuera de la finca; ésta varía entre el 15 por ciento en el Oriente
del Paraguay y más del 50 por ciento en Itapuá, y proviene de la construcción, el
trabajo en otras fincas y empleos temporales. Las fincas de menos de 5 hectáreas
típicamente han dependido mucho de los ingresos adquiridos fuera de la finca (FAOPNUD, 1996, 7). El ingreso salarial por ejemplo es más importante para las familias mas
pobres. En las regiones donde tradicionalmente coexisten los minifundios y latifundios,
hasta el 40 por ciento del ingreso monetario y en especie es ingreso salarial (FAOPNUD, 1996, 13). De acuerdo con el estudio de FIDAFDC (1996) la finca genera el 90
por ciento del ingreso familiar; ésta alta cifra refleja el hecho de que en los
departamentos estudiados domina la colonización; 79 por ciento del ingreso provino
de la agricultura, 13 por ciento de animales y 3,4 por ciento de la extracción.
La situación de los agricultores pequeños mejora cuando pueden emprender
actividadescomplementarias a sus actividades agrícolas, en industrias pequeñas como
la de producción de miel de caña, almidón y otros (encuesta de CPES-FAO, 1995 ). En
Cordillera y Guaira el 35 por ciento de los ingresos de las mejores fincas se obtuvo a
través de actividades complementarias. La actividad artesanal, que en un tiempo fue
importante, ha registrado una reducción en la demanda de artículos tradicionales
como las mantas, de manera que las comunidades (típicamente aquellas en que la
“descampesinización” ha ido mas lejos) que hace veinte años obtenían hasta el 50 por
ciento de sus ingresos en ésta forma, actualmente éste solo representa el 25 por
ciento (CPES-FAO,1996,1).
Aunque no existen encuestas sobre ingresos que lo demuestren, es probable que la
pobreza rural del Paraguay haya registrado una tendencia decreciente hasta el año
1980. La evidencia empírica muestra sin embargo que a partir de 1980 se revirtió esta
tendencia (Sauma, 1993; Morley y Vos, 1997), aunque en las zonas urbanas la pobreza
ha disminuido en la mayor parte de este período.
Algunos de los factores subyacentes en este probable cambio de la mejoría al
empeoramiento de la pobreza rural son o se espera que sean transitorios,
particularmente la situación creada por la sequía de principios de los años noventa. La
prevalencia creciente del gorgojo del algodón, un cultivo de gran importancia para
muchos agricultores pequeños, podría ser controlada pero sólo si la política del
gobierno es más efectiva de lo que ha sido hasta ahora.
Desde 1980 probablemente se ha registrado una disminución de las oportunidades de
empleo fuera de la finca y la represa del río Itaipú ha dejado de crear empleos de
construcción y otras ocupaciones relacionadas.
Sin embargo la causa básica del cambio es probablemente el cierre de la frontera para
la colonización de nuevas tierras; éste es un cambio que conlleva la necesidad de un
nuevo modelo de crecimiento agropecuario para el futuro, especialmente para los
agricultores pequeños cuyas necesidades fueron satisfechas antes por el proceso de
colonización. Antes de 1980 el país resolvió el problema de la tierra por medio de la
distribución de tierras públicas en la frontera agrícola pero esto ya no es posible.
A mediados de la década de 1980 las mejores tierras estaban en las manos de los
nuevos terratenientes algunos de los cuales estaban vinculados al capital especulativo
internacional. El resultado ha sido un aumento agudo en la desigualdad de la
propiedad y la proliferación de parcelas pequeñas de menos de diez hectáreas.
Como la tierra se usa como garantía para préstamos, las fincas pequeñas sin título no
tienen posibilidad de crédito. El Instituto de Bienestar Rural (IBR), la institución a cargo
de resolver disputas sobre tierras, tiene un atraso de 120.000 casos pendientes (en el
censo agropecuario de 1991 aparecen solamente 300.000 fincas). En una encuesta
reciente sobre los pobres rurales, el 80 por ciento mencionó la falta de tierra como un
problema principal, junto con la falta de infraestructura, falta de acceso a puestos de
salud y los elevados precios de los bienes de consumo (Borda, Cairo y Fogel, 1995, 30).
La situación se ha vuelto volátil ya que no queda tierra sin colonizar para distribuir; los
campesinos sin tierra han empezado a ocupar fincas privadas subutilizadas con la
esperanza de forzar al IBR a comprar la tierra y venderles los títulos. Han ocurrido
encuentros violentos y se puede prever que van a continuar (Carter y Galeani, Capítulo
1, 1995). De acuerdo con la ley, la tierra puede expropiarse si los dueños no la han
utilizado durante un lapso determinado; esto induce a los dueños a cortar los árboles
lo mismo que a sacar a los campesinos de las propiedades. El "modelo de colonización
" anterior ha dejado un legado de fertilidad decreciente de la tierra debido a falta de
cuidado; el modelo fue uno de crecimiento extensivo y tala de bosques. Para sobrevivir
económicamente los agricultores pequeños van a tener que aprender a mantener la
fertilidad del suelo.
En el pasado el crecimiento económico del Paraguay ha sido altamente dualista,
registrándose altas tasas de crecimiento del sector urbano y la agricultura moderna, lo
cual no ha sucedido en el resto de sectores, especialmente en el caso de la gente que
vive en las zonas rurales. " Bajo el modelo actual de crecimiento ni siquiera tasas
sostenidas de crecimiento a dos dígitos resultarían en una reducción de la pobreza en
el Paraguay dentro de una generación. Sin embargo el modelo dualista de crecimiento
ya ha alcanzado sus límites y las posibilidades de más crecimiento son escasas "
(Morley y Vos, 1997,29).
Las tendencias recientes y actuales en las zonas rurales del Paraguay rural varían
considerablemente entre regiones y sugieren diferentes desafíos para la disminución
de la pobreza. Un estudio realizado por FIDA y CPES para medir la pobreza entre
agricultores independientes con terrenos entre 1 y 12 hectáreas en tres
departamentos colonizados encontró que ésta había aumentado en forma significativa
para todas las categorías de tamaño; la indigencia aumentó sustancialmente (en un 24
por ciento del total) para los propietarios de menos de 3 hectáreas y se alivió
levemente para los otros grupos. El marcado aumento de la indigencia de los colonos
con menos de 3 hectáreas, quienes en general son semiproletarios, es un reflejo de la
pérdida de empleo asalariado a causa de la crisis del algodón y la falta de tierra y
capital que les permitiera buscar otras opciones. La comparación con los propietarios
más grandes pone de relieve el gran valor de un buen terreno por cuanto ofrece la
opción de auto-sustento ( FAO-PNUD, 1996, 23-4 ). Más gente no cayó por debajo de
la línea de indigencia debido a su decisión de cambiar productos y buscar nuevas
fuentes de ingresos. En estas circunstancias, aún agricultores con fincas entre 5 y 25
hectáreas perdieron mucho debido a la crisis del algodón y algunos tuvieron que
renunciar a sus fincas.
Aunque el sistema tradicional de campesinado independiente ha estado perdiendo
terreno, existe una amplia gama de opciones de supervivencia, relacionada en parte a
la proximidad al principal centro urbano del país en el departamento minifundista de
Paraguarí.
Entre 1991 y 1994 los ingresos aumentaron para las fincas de todos los tamaños,
probablemente en forma más significativa entre aquellas de ingresos mas bajos ya
éstas pudieron generar ingresos fuera de la finca, incluyendo trabajar en la Argentina.
La migración temporal es una práctica común para la juventud de ambos sexos. Los
campesinos que tienen terrenos de 25 y más hectáreas están trabajando más en el
área rural de procesamiento, añadiendo leche a la tradicional miel de caña – la
proximidad a los mercados es clave para éste tipo de oportunidades (CPES-FAO, 1996,
14).
En la región colonizada de Itapuá la estructura agraria está modernizándose
rápidamente y a los campesinos les resulta difícil competir con el modelo de
agricultura más productivo. Aunque el ingreso promedio de la región ha aumentado,
para los grupos campesinos de bajos ingresos ha disminuido en forma significativa. Es
en este grupo donde ha ocurrido el proceso de exclusión más agudo, que abarca no
solamente los mercados de tierra y capital (Carter y Galeano,1995) sino también los
aspectos sociales y políticos (Fogel, 1996). En general, el campesino autosuficiente
paraguayo que utilizaba una tecnología tradicional y una operación intensiva en mano
de obra fue capaz de coexistir con el latifundio pero no le va tan bien frente a las
grandes fincas de hoy que son más bien de carácter comercial. Esto se observa en
forma muy marcada en ésta región.
¿Qué políticas son más importantes y bajo qué circunstancias?
A través del estudio cuidadoso de la experiencia de países individuales se puede
identificar qué políticas podrían usarse para disminuir la pobreza lo más rápidamente
posible, como también cuáles de éstas serían las más viables desde el punto de vista
político, administrativo e institucional. La respuesta sin duda varía considerablemente
de país a país.
En la actualidad las probabilidades de resolver el problema de la pobreza rural en el
Paraguay a través del crecimiento urbano son muy bajas.
El desempeño del sector manufacturero fue deficiente en la década de 1980 y el sector
comparado con el de sus socios de MERCOSUR es poco desarrollado debido a la débil
infraestructura del país, al bajo nivel de escolaridad, etc. Es poco probable que la
inversión extranjera directa se localice en el país. Con la creación del MERCOSUR han
desaparecido muchos de los ingresos potenciales, debido a una disminución del
contrabando, al establecimiento de controles más estrictos en la frontera con el Brasil
y a la disminución de malas prácticas bancarias (que facilitaban el contrabando) a
medida que ha mejorado la supervisión bancaria (Morley y Vos, 1997,30).
El conjunto de éstos problemas y limitaciones se ha reflejado en el estancamiento de la
economía. El Paraguay es uno de los pocos países de la región con más de un millón de
habitantes (junto con Haití y Jamaica ), cuyas tasas de crecimiento fueron inferiores en
la década de 1990 que las registradas en los años 80 (el promedio de aumento entre
1990 y 1998 fue del 2,4 por ciento); en el decenio anterior fue 3,0 por ciento (CEPAL,
1998, 83); asimismo entre 1996 y 1998 el crecimiento fue particularmente bajo con un
promedio del 1,2 por ciento superando únicamente al de Venezuela. El desempleo
urbano ha aumentado y la capacidad de absorción del mercado laboral urbano es
menor que en 1994.La solución debería (o más bien, tendría que) empezar en el sector
rural. Pero, así como el crecimiento económico del sector urbano no es la respuesta,
tampoco lo es el patrón de crecimiento excluyente que ha caracterizado al Paraguay
desde la década de 1980 del sector rural en el que se produce el crecimiento agrícola
exportador con una mayor concentración de la propiedad de la tierra y un aumento de
la pobreza aunque se registró un crecimiento macroeconómico.
Lo que se necesita más bien son aumentos en la productividad de los cultivos
alimenticios y algodón que producen los agricultores pequeños; al aumentar la
productividad de los cultivos alimenticios, el consumo de los agricultores pequeños
aumenta y los precios de éstos productos disminuyen para otros pobres.
El resurgimiento del cultivo del algodón beneficiaría mucho a los pequeños
agricultores ya que muchos de ellos están empleados en este cultivo de exportación.
Se necesitaría una redistribución de la tierra junto con un mejoramiento en la
disponibilidad de insumos y crédito para los pequeños agricultores, asistencia técnica,
mejor educación y eventualmente, familias más pequeñas. Es imprescindible mejorar
la provisión de servicios sociales básicos. Actualmente éstos están muy centralizados y
la mayoría de los beneficios ocurren en Asunción; es necesario descentralizar y dirigir
mejor los gastos sociales
Debido a su severidad en este momento, el desafío de la pobreza rural del Paraguay
deberá encararse con una variedad de instrumentos de política algunos de los cuales
rendirán resultados rápidamente y otros a más largo plazo. Una vez identificados esos
instrumentos, será igualmente importante considerar las instituciones que facilitarán
su efectiva implementación. A continuación se mencionan los instrumentos de política:
Una reforma agraria que permita a los pobres acceso a la propiedad de la tierra. Sin
lugar a dudas es la política con el mayor potencial para la mitigación de la pobreza
rural. Para alcanzar una alta probabilidad de éxito esta política tendría que mejorar
rápidamente el acceso de muchas familias a la tierra ya sea a través de un proceso
redistributivo tradicional (del tipo efectuado en las reformas exitosas del Asia oriental)
o a través de un proceso más orientado hacia el mercado en el cual el gobierno
subsidia fuertemente la compra de tierras pertenecientes a los grandes
terratenientes. Las restricciones de tipo político afectan negativamente el primer
planteamiento y las limitaciones fiscales (y también políticas) van en contra del
segundo. Debido a éstas limitaciones y de acuerdo con el enfoque prevaleciente de
reformas orientadas hacia el mercado, varios países de la región están emprendiendo
programas de titulación de tierras con la esperanza de que un sistema agrario con
títulos seguros de propiedad sería más propicio para el éxito de los pequeños
agricultores en la adquisición de suficiente tierra, de manera que les permitiese
convertirse en agricultores modernos y estables. Un estudio de éste tema en el
Paraguay sin embargo pone en evidencia que la probabilidad de éxito por esta vía es
muy pequeña. Carter y Olinto (1998, 21) concluyen que aunque hay "evidencia de que
los mercados de arrendamiento de tierras son un medio de acceso a la tierra para los
hogares con escasa tierra... hay limitada esperanza de que el mercado de compra de
tierras funcione a favor de los productores pequeños aún después de que se lleven a
cabo las reformas que resulten en títulos de propiedad legalmente transparentes y
negociables para todos los dueños de la tierra." "La causa de esta situación puede
originarse en las restricciones en los mercados financieros y de capital. En particular,
la insuficiencia de los títulos de propiedad de la tierra para apoyar el acceso de los
pequeños propietarios al mercado formal de capital parece producir una ruptura de la
conexión entre el derecho de propiedad a la tierra y un mayor acceso a tierras de
mejor calidad por parte de los menos favorecidos." Los autores aseveran que
"solamente cuando los agentes no tienen limitaciones de capital, su eficiencia técnica
relativa parece poder expresarse en la forma de demanda efectiva por más tierra."
Esta evidencia desalentadora, referente al hecho de que el título de propiedad de la
tierra es insuficiente para transferir la tierra hacia el agricultor pequeño eficiente en el
Paraguay es similar a la presentada por estudios en otros países (Carter y Mesbah,
1993). Solamente si se eliminan las restricciones al acceso al capital el título de
propiedad de la tierra podría constituir una contribución positiva y aún así las
predicciones tendrían que ser cautelosas.
· Apoyo para los pequeños agricultores. El complemento natural de la reforma agraria
es un conjunto sólido de políticas de apoyo hacia los pequeños agricultores que incluya
el acceso al crédito, el desarrollo de variedades mejoradas de cultivos alimenticios y de
otros productos para los agricultores pequeños, asistencia técnica para diseminar
rápidamente éstas mejoras, desarrollo de la infraestructura y otros. Puede aprenderse
mucho acerca de las combinaciones de políticas efectivas en los países que las han
aplicado bien. Actualmente hay dos temas importantes en el Paraguay. En primer lugar
la crisis del algodón requiere atención inmediata y urgente. Como se mencionó
anteriormente su control requiere llevar a la práctica un programa de alta calidad
diseñado por el gobierno cuya viabilidad dependerá de una participación a nivel global.
Este programa será tal vez la primera prueba de la seriedad y capacidad del gobierno
paraguayo para responder a la crisis de pobreza rural que ahora encara. Segundo, si el
único tipo de "reforma agraria" factible en los próximos años va a ser la titulación,
ésta tendría, como se señaló anteriormente poco o ningún impacto positivo sobre los
pobres debido a que no se dispone de un sistema sólido de crédito que permita al
aspirante a pequeño agricultor a comprar suficiente tierra en el mercado para alcanzar
la escala necesaria la cual obtener un retorno para servir el crédito. En el caso de las
familias que carecen de activos corrientes o son limitados, éstas a menudo requerirían
algún tipo de subsidio.
· Apoyo a las empresas y actividades no agrícolas. Una parte importante del éxito
logrado por
experiencias de desarrollo rural de gran alcance reside en el crecimiento de las
actividades rurales no agrícolas. Gran parte del trabajo preliminar para tal desarrollo
se encuentra en el contexto de una estructura agraria relativamente equitativa que
genera ingresos suficientes para proveer parte del ingreso que se necesita para crear
empresas no agrícolas, y también la demanda local para los bienes y servicios que ellos
producen. Sin embargo, las políticas pueden ayudar en varias formas. Una de ellas es a
través de un sistema de crédito accesible. En este caso la necesidad es muy semejante
a la de los pequeños agricultores y a menudo están involucradas las mismas personas
en ambas actividades. En el caso de "conglomerados" de productores existentes o
incipientes que se especializan en la producción de bienes que se venden en otras
partes del país o en otros países, debe otorgarse atención especial a las necesidades de
entrenamiento, mercadeo y otras formas de ayuda que puedan contribuir al éxito de
éstos (Berry, 1997).
· Inversión en educación y salud, dirigida principalmente a satisfacer las necesidades
de las familias rurales más pobres. La educación rural universal es muy importante.
En primer lugar, su cobertura y calidad probablemente afecten el desempeño de los
agricultores pequeños, el cual es crucial para una rápida disminución de la pobreza. Es
probable que los agricultores grandes tengan los recursos para asegurar que sus hijos
reciban una buena educación mientras que los pequeños dependen del sistema
público. Si el 30 por ciento de una cohorte rural no recibe educación, entre los
agricultores pequeños el porcentaje será aún mayor, especialmente entre los que se
encuentran en las zonas de colonización más reciente. La capacidad de leer y contar es
necesaria para mejorar la productividad de los pequeños agricultores y para que éstos
aprendan a pensar con claridad, planear, adaptarse al cambio etc. Parte de una
cohorte de los hijos de familias rurales pobres terminarán ocupados en actividades
urbanas o no agrícolas, por consiguiente es importante que su educación o
capacitación los prepare para esos propósitos. Muchas de esas actividades requieren
niveles medios de educación. Entre los países de América Latina, el Brasil es notorio
por su bajo nivel de educación rural, especialmente, aunque no solamente el Nordeste.
Esto ha sido tanto un reflejo como un factor que ha contribuido al grado extremo de
desigualdad del ingreso en ese país y es un complemento natural de la desigualdad
extrema en la distribución de la tierra.
En el Paraguay los gastos en la provisión de servicios de salud son muy bajos. La
experiencia en otras partes muestra que una inversión muy modesta en los servicios
preventivos de salud puede tener rendimientos muy elevados. Además, como reduce
la mortalidad infantil, puede resultar en una disminución en el número de nacimientos
y la correspondiente mejora en la salud de las madres. Por último, como lo señala
Johnston y Clark (1982) es más fácil administrar programas de población exitosos
cuando se llevan a cabo conjuntamente con los de los servicios de salud. El Paraguay
puede y debería invertir más en sus programas sociales. Aunque la proporción total del
PIB asignada a estos programas ha aumentado desde que terminó la dictadura, el 8
por ciento es todavía demasiado bajo en términos de estándares internacionales.
· Apoyo al ahorro de las familias rurales. La misma mejora en el acceso a las
instituciones
Financieras que será crucial para facilitar la adquisición de tierra y apoyar las
actividades agrícolas y no agrícolas debería también facilitar el ahorro de las familias
rurales. Estos ahorros son necesarios para complementar el crédito y la creación de
una base para inversiones en la agricultura y otras actividades rurales no agrícolas;
cuando los ingresos de los pobres rurales aumenten, el potencial para ahorrar
aumenta con ellos y éste podrá aprovecharse para que el círculo de crecimiento
equitativo continúe. Las sucursales rurales de los bancos, los sistemas postales de
ahorro, los círculos comunitarios de ahorros y otros esquemas han sido efectivos en
algunas circunstancias específicas dependiendo de las necesidades, el contexto social
etc.
· Programas de población. Como se mencionó anteriormente éstos funcionan mejor
si se llevan a cabo conjuntamente con los centros de salud. El crecimiento de la
población afecta adversamente a los pobres porque tiene el efecto de inundar el
mercado de trabajo y mantener los salarios bajos. Además, como las familias más
pobres tienden a tener más hijos, éstos típicamente obtienen considerablemente
menos capital humano que los niños de familias más acomodadas y esto tiende a
aumentar la brecha de ingresos de la población.
· En un contexto dado es difícil predecir qué conjunto de medidas serán las más
efectivas. Una disminución rápida de la pobreza no se va a lograr con intervenciones
de política aisladas sino más bien 39será el resultado de un conjunto de acciones
efectivas. No existe una solución rápida y fácil para la pobreza en una sociedad donde
prevalece la desigualdad y existe un sector agrícola dual o heterogéneo en el cual lo
que ayuda a un grupo puede perjudicar al otro. Por consiguiente, tanto la coordinación
de políticas como su seguimiento, supervisión, evaluación, refinamiento y modificación
son todas actividades importantes. Algunas de las acciones que inicialmente aparecen
prometedores no darán fruto si el diagnóstico no ha sido correcto. Uno de los secretos
de la formulación de políticas en tales circunstancias es tener un punto de vista
práctico, así como la voluntad de cambiar las cosas cuando la evidencia muestra que
no se están produciendo los resultados esperados. Una estrategia de este tipo
requiere, para su puesta en marcha, de un buen sistema de información y análisis así
como una buena relación entre quienes la llevan a cabo para evitar la adopción de
políticas defensivas. Los cambios institucionales necesarios son más difíciles de
identificar, pero algunos elementos son evidentes:
· Será necesaria una mayor descentralización de la gobernabilidad, junto con la
necesidad de
mejorar la capacidad gerencial y la autonomía financiera de los gobiernos locales, será
necesaria para que la política pueda adaptarse apropiadamente a las necesidades de
las diferentes regiones. La identificación de cuáles son las funciones que más requieren
descentralización demandará un estudio cuidadoso; la educación es un candidato
obvio.
· La promoción de las organizaciones de base y de las organizaciones no
gubernamentales
(ONG) es importante para facilitar la acción colectiva efectiva desde afuera y dentro
del proceso político. Por ejemplo, las actividades del Movimiento de Trabajadores
Rurales sin Tierra facilitó la reforma agraria en Brasil (de Janvry, Sadoulet y Wolford,
1998, 15).
· La promoción de nuevos arreglos institucionales para administrar el desarrollo
rural. Debido a la disminución del control estatal central sobre el proceso de desarrollo
agrícola se necesitará una reorganización institucional. Una posibilidad serían las
instituciones locales de desarrollo económico que incluirían representantes del
gobierno local, las organizaciones públicas descentralizadas, las ONG y las
40organizaciones comunitarias (Romero, 1996)
RESUMEN
La Dirección General de Estadística, Encuestas y Censos (DGEEC) de la Secretaría
Técnica de Planificación de la Presidencia de la República, ejecuta anualmente la
Encuesta Permanente de Hogares (EPH), cuyo periodo de recolección de datos abarca
los meses de octubre a diciembre de cada año.
Los resultados de dicha encuesta permiten generar información sobre los principales
Indicadores de las condiciones de vida en Paraguay. En este sentido, anualmente se
estiman los niveles de pobreza utilizando la metodología denominada “Línea de
Pobreza” que define como población pobre al conjunto de personas residentes en
hogares cuyo nivel de bienestar (medido a través del ingreso) es inferior al costo de
una canasta básica de consumo (alimentos y no alimentos) y como población en
pobreza extrema al conjunto de personas que reside en hogares cuyos ingresos son
inferiores al costo de una canasta de alimentos.
Los resultados de la Encuesta Permanente de Hogares 2009 muestran que:
La población paraguaya en situación de pobreza representa 35,1% (cerca de 2
Millones 191 mil personas) del total de habitantes del país. 9 A escala nacional, La
incidencia de pobreza total descendió en aproximadamente 3 puntos porcentuales (de
38% en el 2008 a 35% en el 2009). La pobreza extrema permanece en 19%.
En el periodo 2005-2009, la pobreza total ha experimentado un comportamiento
Diferenciado por etapas. El indicador presentó, entre los años 2005 y 2006, un
Incremento de más de 10 puntos porcentuales, pasando de 38,6% a 43,7%.
Posteriormente el indicador tiende a descender de manera sostenida hasta el 2009.
En el área rural, la pobreza total afecta a la mitad de su población (49,8%) y Asunción
es el área geográfica con una menor proporción de habitantes viviendo en condiciones
de pobreza (21,1%).
El 71% de los pobres extremos o indigentes reside en el área rural del país (835 mil de
un total de pobres extremos a nivel nacional que asciende a 1 millón 175 mil personas
aproximadamente).
El descenso de la pobreza total a nivel nacional es explicada fundamentalmente por la
disminución registrada en el área urbana (5 puntos porcentuales en el período 20082009). En el área rural, se percibe un leve crecimiento al pasar de 48,8% en 2008 a
49,8% en el 2009.
La pobreza extrema rural tuvo un leve incremento al pasar de 31% en el 2008 a 32,4%
en el 2009, en tanto la pobreza extrema urbana disminuye de 10,6% a 9,4%. El
incremento de la pobreza extrema rural fue compensada en cierta medida con la
disminución de la misma en el área urbana.
En el ámbito rural la pobreza no solo es más extendida sino también más profunda y
severa respecto al ámbito urbano, al ser los ingresos insuficientes para cubrir una
tercera parte del valor de la canasta básica de consumo y al existir una mayor
dispersión de los ingresos entre los considerados pobres rurales.
9 Una de las razones de la persistencia de los altos niveles de pobreza radica en la
inequitativa distribución de los ingresos entre la población. En el año 2008-2009, el
Coeficiente de Gini en el área rural varió de 0,557 a 0,554 mientras que en el área
urbana pasó de 0,453 a 0,423 para el mismo periodo. A nivel nacional, para el 2009, el
coeficiente de Gini se sitúa en 0,487.
INTRODUCCIÓN
La disminución de los ingresos en términos reales, es decir, de la capacidad de compra
real de los hogares paraguayos, constituye el principal factor que explica el aumento
de la pobreza. La caída del ingreso real per cápita se produjo en casi todos los niveles
de ingresos, especialmente, en los últimos tres años.
De acuerdo a la metodología del estudio, se define a la población pobre como aquel
conjunto de personas cuyo nivel de bienestar -expresado a través del ingreso o
consumo-, es inferior al costo de una canasta básica de consumo (conjunto de bienes y
servicios que satisface los requerimientos mínimos para la sobrevivencia humana).
Si se habla de pobreza se tiene que saber que pobreza es la situación o circunstancia
económica de una persona o familia la cual carece de los ingresos suficientes para
contar con los niveles mínimos de atención medica, alimentación, vivienda, vestido y
educación.
El número de pobres de un país y la calidad de vida también dependen de la
igualdad, o la desigualdad en la distribución del ingreso
CONCLUSIÓN
La conclusión que he podido extraer del tema es que la pobreza es un fenómeno, que
puede ser causado por miles de factores (naturales, políticos, sociales, etc.).
Por lo tanto, ninguna de las personas deben vivir solo el hoy sino siempre pensando en
su futuro
Las zonas rurales son los lugares que más incidencia existe de pobreza y pobreza
extrema comparada con la zona urbana
Existe un 35% de la población en situación de pobreza y un 20% del total de la
ciudadanía, en pobreza extrema.
Una característica típica de la mala distribución del ingreso en América Latina es la
enorme brecha que hay entre las familias que pertenecen al 10% más alto y los demás.
BIBLIOGRAFIA


Libro “CAUSAS DE LA POBREZA EN AMERICA LATINA Y POLITICAS
PARA REDUCIRLA, CON REFERENCIA ESPECIAL AL PARAGUAY” – Autor Albert
Berry.

www.bcp.gov.py



www.dgeec.gov.py
www.abc.com.py
www.portalguarani.com
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