El campo periodístico y los profesionales de la información Abstract

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El campo periodístico y los profesionales de la información
Mònica Parreño Rabadán
Universitat de València
[email protected]
Abstract
La investigación1 indaga las aseveraciones de hechos y las opiniones de los periodistas
sobre la influencia de los cambios en el campo en las últimas décadas, es decir, qué
opinan los periodistas sobre lo que permanece, lo que ha desaparecido y aquello que es
nuevo.
La investigación se fundamenta teóricamente en la teoría de la práctica de Pierre
Bourdieu y en el análisis de la estructura comunicativa desde las perspectivas
económica, sociológica, histórico-política y tecnológica.
El contexto de análisis es el País Valenciano donde se hallan indicios de una grave falta
de libertad de expresión en los medios públicos. A su vez, los cambios de la última
década son también similares a los estudiados en España y Europa. Por otra parte, el
modelo periodístico tiene las características del llamado modelo mediterráneo donde
además se dan dificultades o lentitud en la puesta en marcha de empresas periodísticas
alternativas a los medios tradicionales. Por último, los estudios relativos al campo
periodístico valenciano son muy escasos, tampoco existe ninguna entidad que realice
informes de la estructura comunicativa y menos aún de la profesión.
Se presentan los resultados de la investigación sobre el campo periodístico en relación a
su estructura comunicativa respecto de la prensa, la radio, la televisión e Internet de la
1
El campo periodístico y los profesionales de la información en el País Valenciano. Análisis de los
argumentos de los periodistas sobre el periodismo es el título de la tesis internacional defendida el pasado
9 de noviembre de 2012 en la Universitat de València, dirigida por el Dr. Rafael Xambó Olmos del
Departamento Sociología y Antropología Social y el Dr. Jesús Alcolea Banegas del Departamento de
Lógica y Filosofía de la Ciencia, ambos de la Universitat de València. La tesis fue calificada con Cum
Laude, por unanimidad, y el tribunal estaba compuesto por el Dr. Hugh O’Donnell de la Glasgow
Caledonian University, la Dra. Dra Francisca Snoeck Henkemans de la University of Amsterdam y el Dr.
Enric Casaban de la Universitat de València. La tesis se puede consultar en el siguiente enlace:
Teseo: https://www.educacion.gob.es/teseo/mostrarSeleccion.do#
última década en comparación con los datos de la estructura española y europea del
mismo periodo.
El contenido de las 18 entrevistas en profundidad, realizadas a periodistas de diferentes
medios según cuotas de edad y género, es analizado cualitativamente de acuerdo a un
guión temático de 32 tópicos, uno de estos tópicos es la calidad periodística que es
analizada siguiendo la técnica de la teoría de la argumentación denominada PragmaDialéctica y desarrollada en el Department of Speech Communication, Argumentation
Theory and Rhetoric de la University of Amsterdam, donde la investigadora pasó tres
meses aprendiendo la técnica. La complementación de métodos en este caso es
apropiada porque el análisis de argumentos permite tener en cuenta aseveraciones que
no parecen argumentos a primera vista y resolver confrontaciones. El análisis se efectúa
partiendo de la hipótesis que afirma que la calidad periodística se ha reducido en las
últimas décadas. Las conclusiones permiten discernir claramente las causas y
consecuencias de tal afirmación y complementa la perspectiva sociológica del análisis
cualitativo de contenido.
Palabras clave: campo periodístico, periodistas, habitus, calidad periodística, PragmaDialectical Approach
Los retos de los medios de comunicación
La participación activa de los ciudadanos, a través de las redes sociales online y de las
comunidades virtuales ha mejorado la facilidad de acceso a un conocimiento colectivo
que, mediante la colaboración y la deliberación compartida, puede llegar a tener un gran
impacto local y global. Los medios de comunicación se han visto impelidos a incorporar
el uso de las redes sociales tanto en la práctica periodística como en la gestión y control
de las audiencias. Una diferencia clave entre los receptores del periodismo analógico y
el periodismo en la era digital es la participación activa de los receptores en los
contenidos (Pavlik, 2005: 69). Esta disposición activa de los receptores de la
información tiene consecuencias directas en la configuración y redacción de los
contenidos. En primer lugar, la adaptación de la información según la plataforma
empleada (Internet, iPad, papel, móvil) que significa, por un lado, legitimar las
diferentes plataformas como canales de información y, por otra, la experimentación de
formas diferentes de narrativa informativa y periodismo contextualizado. En segundo
lugar, esta actitud del ciudadano activo permite la reflexión sobre las comunidades
virtuales y la cultura participativa en la que la inteligencia colectiva juega un papel
crucial en la demanda de contenidos de calidad y la facilidad de acceso a la información
(Pavlik, 2005: 85-86). En este sentido es necesaria la reflexión sobre los conceptos de
«ciudadano informado» y «ciudadano vigilante» que proporciona Henry Jenkins (2008).
El primer concepto surgió a principios del siglo XX por el «crecimiento de los índices
de alfabetización, la bajada de los precios de los periódicos y otras publicaciones, y la
ampliación del derecho de voto» (Jenkins, 2008: 226). El «ciudadano vigilante»,
aparecido en la era digital, es un ciudadano alerta a la cantidad y calidad de la
información que tiene al alcance y que debe aprender a gestionar para participar de la
cultura del conocimiento compartido. Este incremento de la cultura participativa a
medida que el ciudadano incrementa su capacidad de manejar la información y la
tecnología, que produce la convergencia mediática y cultural, es el que presiona a los
medios y grupos de comunicación para que abran sus posibilidades a otros modelos.
Pero también posibilita la aparición de medios alternativos con más capacidad de
producción y difusión. El término de «convergencia mediática» ha sido adaptado por
algunos autores para explicar los modelos de periodismo integrado (Salaverría y
Negredo, 2008). La convergencia está relacionada con los procesos pero también con
los contenidos. El modelo integrado supone la introducción de cambios en el ámbito
empresarial, la cultura y práctica periodística y la adaptación tecnológica. Requiere, por
tanto, inversiones en valores intangibles como la preparación del periodista y la
adaptación cultural y también formas diferentes de gestionar las empresas periodísticas.
Una redacción integrada requiere una formación específica del periodista en el uso de
las herramientas multimedia, y recursos económicos para cumplir el objetivo de
producir periodismo de calidad. Las estrategias empleadas en los casos de empresas con
éxito en la implantación del modelo de redacción integrada han enfocado su objetivo en
la audiencia, es decir, proveer contenido en cualquier soporte y accesible en todo
momento aunque sin mantener al margen los niveles altos de calidad y competitividad.
Por tanto, la cuestión sobre la importancia de la rentabilidad de las empresas
periodísticas está directamente relacionada con el derecho de la audiencia a recibir
información de calidad. La falta de recursos económicos hace inviable la práctica del
periodismo de investigación riguroso y confirma que la clave para el desarrollo no se
fundamenta exclusivamente en el modelo de negocio sino que éste debería sustentarse
en el aumento de los contenidos de calidad como estrategia competitiva en el mercado.
Las experiencias de reestructuración de las empresas periodísticas tradicionales a
modelos apropiados a la convergencia mediática han sido lentas y altamente costosas.
En estos modelos de producción integrada, el periodista se transforma en un profesional
polivalente, la distribución de la información se produce en diferentes plataformas, en
principio cada una con su propia narrativa, y las audiencias son activas. Si en los
objetivos de la empresa está incorporada como misión principal la producción de
información de calidad, las probabilidades de éxito se incrementan porque estos
objetivos pasan a formar parte de la cultura de la empresa y la formación de los
trabajadores. La etapa de incorporación del uso de Internet en las redacciones ha sido
superada por una nueva forma de comunicación donde las fronteras y límites entre los
medios está difuminándose, de forma que el proceso de convergencia se convierte en un
fenómeno polisémico (Masip, 2008: 78-79).
Los medios de comunicación están viviendo un momento de adaptación y retos como
consecuencia de las transformaciones producidas por las tecnologías de la información
y las características propias de la sociedad de la información. El modelo tradicional de
periodismo está atravesando un proceso crítico que ha modificado la estructura
comunicativa, la gestión de las empresas, el trabajo del periodista y las formas
narrativas de la información. Estos cambios, sin embargo, no deberían alterar el derecho
democrático de los ciudadanos a ser informados de forma rigurosa, neutral y plural, es
decir, el derecho a recibir información elaborada con criterios de calidad excelentes.
Una última consideración introductoria se refiere a la publicidad y su influencia sobre
los medios. A pesar de la reestructuración del modelo de negocio, prevalece la
dependencia de los ingresos publicitarios en las empresas que, además, tienen que
asumir también los cambios en el sector publicitario que han producido una
fragmentación del mercado de anunciantes por el incremento de canales y medios. En
una sociedad donde se «sobrecomunica» (Castells, 2003: 108) la publicidad juega un
papel innovador a través de la oferta comercial que penetra en los canales de
comunicación y forma parte de la vida cotidiana. De manera que la publicidad en la
sociedad informacional desempeña un rol instrumental. La influencia de las estrategias
de marketing, incluso sobre las narrativas de la información, ha desarrollado un poder
sobre el campo periodístico, en términos de dependencia de los ingresos económicos de
los anunciantes, que en palabras de Deleuze, «ahora el instrumento de control social es
el marketing, y en él se forma la raza descarada de nuestros dueños» (Deleuze, 1999).
Consecuencias de los cambios
La respuesta puede enfocarse desde diferentes perspectivas. Desde un enfoque social, el
crecimiento de las opciones de acceso a la información influye directamente en los
procesos democráticos que, a su vez, dependen de la población con un mínimo de
educación y capacidad tecnológica, y no de la tecnología en sí misma, para ser eficaces
en su servicio a la ciudadanía. Ésta ha incrementado las posibilidades de acceder a
información directamente de las fuentes políticas y gubernamentales y también el
contacto de los seguidores de los políticos a través de las redes. Estas opciones son, a su
vez, simultáneas a la capacidad de convocatoria para las acciones de protesta contra los
gobiernos a través de Internet y las redes sociales y al margen del periodismo tradicional
Como apunta Howard Rheingold (2002), escéptico ante la aparente emergencia de la
democracia participativa dependiente de la tecnología, la destrucción y el terrorismo se
valen de las misma tecnología. La evaluación de la calidad periodística en un contexto
social determinado, entonces, puede funcionar como indicador de la salud de la
democracia de ese contexto y también como indicador de la autonomía del campo
periodístico. La función del periodismo se ha entendido como un servicio a la
ciudadanía, un sector fundamental para el desarrollo de la democracia. La calidad
periodística se puede evaluar de acuerdo al cumplimiento de los objetivos ideológicos y
al de los procesos de elaboración de la información, en el que se incluirían como
factores influyentes las condiciones laborales y los condicionamientos políticos y
económicos del medio. Así, desde un enfoque propio del campo periodístico, en el
análisis de la calidad periodística se debería contemplar la práctica de los profesionales
de la información porque son los que integran en su visión de la profesión los
principales valores que tradicionalmente han sido incluidos en las definiciones sobre la
ideología profesional del periodismo y los confrontan con la práctica. En el roce entre la
apariencia y la realidad, la praxis y la teoría, afloran los problemas que pueden ayudar a
definir cómo evaluar la calidad periodística.
La ideología, en forma de código deontológico, postula unos valores «universales» que
aportan legitimidad a la profesión. La atribución de estos valores a los periodistas
(Deuze, 2002: 6) tradicionalmente ha sido defendida como garantía de la veracidad de la
información y la necesidad de ejercer un servicio público que vigila la actuación de los
poderes (watchdogs). El conocimiento de un método propio para recolectar la
información y difundirla (newshounds) se ha fundamentado en la credibilidad del
periodista amparada por la imparcialidad, la neutralidad, la objetividad y la honradez.
Los periodistas y el periodismo deben, consecuentemente, defender su autonomía
respecto de otros campos y poderes, la libertad de actuación y su independencia, incluso
respecto de la empresa para la que trabaje.
No obstante, la ideología y los valores universales, enfrentados a la práctica y a los retos
de los cambios tecnológicos, de la crisis de los mercados y de la mercantilización de las
noticias, son sustituidas por los valores empresariales que son asumidos generalmente
por los periodistas y pasan a ser coherentes con la profesión (Allan, 2005: 9). La
capacidad de autocrítica y de reflexión de los profesionales y empresarios es tan
necesaria como el sentido de inmediatez y rapidez de los periodistas, porque ningún
valor ni cualidad son sostenibles si la responsabilidad por el cumplimiento de los
criterios de calidad y por la credibilidad de la profesión es sustituida por la
mercantilización e instrumentalización de la información. Brian McNair (2005)
relaciona el periodismo de calidad con el marketing porque en la competitividad del
mercado mediático es inevitable la aparición de noticias de baja calidad que deben ser
contrastadas con los contenidos de las empresas serias que pueden competir en términos
de calidad sin dejar de lado el sentido de propiedad. La calidad, por tanto, se hace
visible a través de la demostración de la veracidad, objetividad, autoridad,
independencia y diversidad (McNair, 2005: 136). Estos valores son los que confieren
legitimidad a la profesión que es recibida por la audiencia en términos de credibilidad.
El ciudadano informado sabe discernir entre una noticia fiable y otra sin criterios
profesionales (Bargueño, 2010), por tanto, la medida de la calidad indica el
posicionamiento en el mercado y el grado de independencia del medio y la capacidad de
producción autónoma del periodista que es determinada por sus condiciones internas en
la empresa.
En resumen, la principal consecuencia de los cambios que ha vivido el periodismo en
las últimas décadas es el descenso de la calidad periodística. La calidad se ve
influenciada por el entorno ya que la falta de de libertad de expresión (Xambó, 2012)
por el dominio del poder económico y financiero influye no sólo en el estado de la
democracia sino también en los mecanismos que ésta utiliza para que los ciudadanos
tengan información rigurosa y plural para decidir. La estructura objetiva del campo
periodístico, y la calidad como indicador del cumplimiento de la práctica periodística y
el buen hacer de los procesos de producción de la información, de acuerdo a unos
principios y métodos, o la estructura subjetiva del campo que relaciona la práctica con
la ideología, y proporciona los fundamentos de la práctica. La siguiente cuestión está
relacionada con los métodos de análisis para la investigación sobre la confrontación
entre la teoría y la práctica, mencionada más arriba, que permita conocer la
problemática que gira entorno a la calidad periodística.
Análisis de la calidad periodística
La metodología cualitativa es la que permite «buscar las razones que explican la acción
de los actores» (Alonso, 1998: 53) y «hacer explícito aquello que aparece como mundo
dado» (Bourdieu, 1994: 48). El método cualitativo de entrevistas en profundidad es uno
de los apropiados para el objetivo de conocer las razones de los profesionales de la
información que explican la práctica, es decir, la exploración de las rutinas que son
parte de la «conciencia práctica», aquella escondida en las rutinas de la vida cotidiana y
su integración social, a través del estudio de la «conciencia discursiva» de los
periodistas, a saber, el propio entendimiento sobre sus condiciones (Giddens, 1995: 7780). De forma que se pueda comprender la incidencia que tienen en el campo los
periodistas y la construcción de las retóricas sobre la profesión y los mecanismos
intradiscursivos a través de los cuales los profesionales racionalizan la práctica. Esta
práctica forma parte de una estructura cuyo análisis, desde la teoría del campo de
Bourdieu (Bourdieu y Wacquant, 1994; Bourdieu, 1997a), que permite delimitar las
condiciones y peculiaridades de cada campo y su posicionamiento con respecto a otros,
como el político o el económico, puede ser estudiada a través de los datos tanto
cuantitativos (cuotas del mercado, publicidad, análisis de las audiencias) como
cualitativos (capital simbólico de los periodistas, habitus).
Los periodistas son los agentes que están socialmente constituidos como individuos
activos en el campo por el hecho de que poseen las propiedades y el capital intelectual
necesarios para producir efectos a partir del conocimiento que poseen del campo. Según
la teoría de Bourdieu, «todos los campos tienen sus dominadores y sus dominados, sus
luchas para la conservación y la subversión, los mecanismos de reproducción»
(Bourdieu y Wacquant, 1994: 83), que son singulares de cada campo. Cuanta más
capacidad de dominación tenga un campo, es decir, habilidad para imponer su propia
lógica, más autónomo es. El campo periodístico no es autónomo, porque para
comprender un medio en concreto se tiene que comprender su posición, sus relaciones
objetivas respecto de los otros medios con los cuales compite. Tampoco es autónomo
porque depende de la audiencia (mercado) y sus expectativas (Marchetti, 2008: 23;
Benson y Neveu, 2005); Bourdieu, 1997b). Estas relaciones objetivas, llamadas por
Bourdieu, «relaciones de fuerza invisibles» constituyen la estructura del campo.
La distancia que hay entre los factores comerciales en relación a los principios y valores
de la profesión cada vez es más parecida a la de los otros campos, como el político y el
cultural. Bourdieu reconoce dos lógicas opuestas y dos principios que legitiman el
campo periodístico: el reconocimiento interno, por los propios profesionales, «otorgado
por aquellos que acatan más completamente los “valores” o los “principios internos» y
el reconocimiento de los ciudadanos que se traduce en cifras de lectores, audiencia y las
ganancias económicas o «veredicto de mercado» (Bourdieu, 1997a: 105). La lógica
específica del campo se impone al periodista en forma de controles y coerciones que
producen determinadas disposiciones reforzadas por la advocación a la velocidad, a la
temporalidad misma de la práctica periodística. Estas disposiciones que obligan al
profesional «a vivir y pensar al día y a valorar una información en función de su
actualidad […], propicia una especie de amnesia permanente que es el anverso negativo
de la exaltación de la novedad, así como una propensión a juzgar a los productores y a
los productos en función de la oposición de lo “nuevo” y lo “superado” (Bourdieu,
1997a: 108).
Otro aspecto relacionado con la autonomía del campo, cada vez más heterónomo por su
dependencia del campo económico y político (Bourdieu, 2005: 44) es la competitividad
interna que incide tanto al conjunto del campo como al periodista. La competencia
también está relacionada con la uniformidad de las noticias, porque en lugar de
propiciar la originalidad, produce homogeneidad. También es el origen de los
problemas por la celeridad y la prioridad de las noticias que impiden la reflexión sobre
los hechos por parte de los profesionales, pero también por la audiencia.
Opinión sobre el periodismo y la calidad de los periodistas
El estudio empírico de la argumentación trata de la reconstrucción, el análisis y la
evaluación de los argumentos. La aproximación a la teoría de la argumentación de la
pragma-dialéctica o Pragma-Dialectical Approach, desarrollada por los académicos
Frans H. van Eemeren y Rob Grootendorst de la Universidad de Ámsterdam (1994,
2004), trata de establecer la relación entre la dialéctica y la retórica con el objetivo de
establecer un modelo ideal de discusión crítica. No obstante, el interés por el análisis de
casos reales ha ido incorporando estrategias para la investigación de la argumentación
en el lenguaje ordinario y el discurso que permiten la reconstrucción y la interpretación
de los argumentos en consideración al contexto físico, situacional e institucional para
decidir cuál es la interpretación más plausible (charitable interpretation) (Snoeck
Henkemans, 1997: 104). El análisis de contenido cualitativo de las entrevistas en
profundidad puede enriquecerse con la investigación de la argumentación de los
periodistas sobre la autorreflexión de la práctica periodística y los valores defendidos
para ser contrastados con los datos referenciales obtenidos del análisis cuantitativo de la
estructura comunicativa, a su vez, la profundización en la argumentación visibiliza el
contraste entre la interiorización de la autorreferrencia, es decir, los valores y principios
que deberían ser, y la práctica que se lleva a cabo. La argumentación tiene siempre
como objetivo convencer a los críticos potenciales, presentes o no, de un punto de vista
que se defiende según unas reglas y pasos (van Eemeren, 2001: 29). El concepto de
calidad periodística, indicador del estado actual de la práctica, que según los datos de la
estructura comunicativa ha decrecido considerablemente durante las últimas décadas,
funciona en la estrategia interpretativa de los argumentos de los periodistas sobre su
percepción de la práctica como punto de vista de partida para conocer las causas y
consecuencias del decrecimiento. Según esta estrategia de reconstrucción de los
argumentos (maximally argumentative interpretation) (van Eemeren, et al. 2002), y de
acuerdo con la actitud comprensiva del analista (charitable analysis), es posible
interpretar como argumentación una explicación o una observación, es decir, cuando la
función argumental no es del todo evidente, pero puede estar implícita. Esta estrategia
minimiza el riesgo de obviar posibles argumentos necesarios para la discusión. También
permite analizar casos donde no sea posible ver claramente otra interpretación de
significado o cuando el punto de vista interpretado no pueda ser un sin sentido. El
ejemplo que facilitan los autores muestra que, en contextos de desacuerdo, la opción de
de interpretar máximamente es una herramienta útil para desvelar lo que está escondido
i es imposible de ver según la lógica formal.
Tendrías que coger un paraguas. ¿O quieres mojarte?
La cuestión del orador en principio absurda, porque se entiende que las personas
generalmente no quieren mojarse. Parece que el orador quiere decir alguna cosa más,
como “ si no coges el paraguas, te mojarás” o “la única manera de evitar mojarte es
coger el paraguas”. Para la estrategia de interpretación máximamente de los
argumentos, la cuestión del orador es tomada como un argumento desde su punto de
vista: “Sería mejor que cogieras un paraguas”.
Las estructuras de la argumentación se dividen en sencillas y complejas. El argumento
sencillo (single argument) es la forma más simple y consiste en sólo dos premisas,
normalmente una de ellas es implícita. La defensa de una proposición que manifiesta un
punto de vista (standpoint) está compuesta por diferentes argumentos sencillos que
forman una argumentación compleja. La estructura compleja está formada por más de
dos premisas. La estructura de la argumentación se entiende cuando la complejidad de
la argumentación se puede romper en diferentes argumentos sencillos, de acuerdo con la
pragma-dialéctica, que son equivalentes a una razón para cada argumento sencillo
(Snoeck Henkemans, 2001: 126-17).
La argumentación múltiple (multiple argumentation) consiste en el uso de más de un
argumento para defender un punto de vista. Se distingue de la coordinativa porque cada
argumento es suficiente fuerte como para soportar el punto de vista individualmente.
Contrariamente, en la argumentación coordinativa cada argumento necesita apoyo en las
otras premisas que le acompañan porque no son suficientes para defender el punto de
vista. La argumentación subordinada se da cuando cada argumento da apoyo al
argumento anterior y responde a la causa de por qué da ese apoyo o a la cuestión de
cómo se sabe que da ese apoyo.
En las entrevistas en profundidad en las que preferiblemente se trata de facilitar la
confianza al entrevistado necesaria para que su discurso fluya, es decir, casi podría ser
un monólogo en el que surgen las dudas, la reflexión olvidada y donde el investigador
tiene que actuar como un orientador sutil, la reconstrucción de los argumentos puede
complementar el análisis de contenido cualitativo y ayuda a profundizar en los temas o
conceptos generales. Los problemas relacionados con la calidad periodística aparecen
en los pensamientos y creencias de los periodistas cuando hablan de su profesión. Cada
fragmento seleccionado es analizado a partir del punto de vista siguiente: “la calidad en
el periodismo ha descendido a lo largo de las últimas décadas”.
Un ejemplo de análisis de la estructura de los argumentos de una de las dieciocho
entrevistas es el que se muestra a continuación, el cual corresponde a una
argumentación coordinativa.
PERIODISTA. 6_ EL PAÍS CV
“Todo el mundo sale en los foros, la comunicación es muy show bussiness, pero
lo de abajo, esto que hacemos cada día gente como yo y los 18 que entrevistarás,
eso es una realidad que ésa tardará mucho en desaparecer del mapa. Yo no sé si
se hará en papel, en versión electrónica, en radio, o acabaremos todo siendo el
hombre orquesta, haciendo, la camarita aquí, el audio, el tal, pues sí hacía eso
vamos, la calidad bajará, claro que bajará. Al final qué es lo que le da un poco de
coherencia y qué le da sentido a este trabajo; los años invertidos, nadie tenemos
un manual de instrucciones, eso sólo se aprende con ensayo y error, ensayo y
error. [...]
Acabo de ver un error, yo, yo, en el papel, en la web, algo que escribí anoche.
En toda la prisa, en "Su objetivo es eliminar el cuartel 900," me he comido la
"d", que es un error. Yo digo que el editor, "ayer ni los ojos ni los míos lo
vieron, se había dejado caer el d". Así en la red todavía tiene la capacidad de
corregir tan pronto como se detecta, en el papel impreso, no. Lo que tenemos
que hacer es cambiar, creo que lo que tenemos que hacer es cambiar el estilo de
la producción, fortalecer las áreas que ahora son más necesarios y acelerar otros
canales para facilitar la información puede llegar a donde siempre tiene que
llegar, a la información digital, a su sección en particular, ¿sabes?”
1. La calidad en el periodismo ha descendido a lo largo de las últimas décadas”
1.1
El modo de producción que se practica facilita que los periodistas
cometan errores.
1.1.1a
Los periodistas tienen que adaptarse a trabajar en diferentes plataformas.
1.1.1b
Para elaborar buen periodismo se necesita mucha experiencia.
Teniendo en cuenta las causas, es posible sistematizarlas como los principales
problemas relacionados con la calidad y por extensión con el periodismo. Las
principales causas, según la reconstrucción de los argumentos en defensa del punto de
vista, se organizan por tópicos generales: precariedad profesional, crisis económica,
adaptación a las tecnologías de la información (en adelante TIC), brecha generacional,
homogeneidad de contenidos, imprecisión, inmediatez, pérdida de valores. A
continuación se lista el resumen de las causas y las principales razones, extraídas de la
reconstrucción de los argumentos que esgrimen los periodistas en relación al punto de
vista sobre el descenso de la calidad periodística.
Causas y razones
Precariedad profesional

Las empresas no contratan a profesionales, sino a becarios.

Los becarios no cobran en todo el año.

Los periodistas tienen que hacer de todo, a causa de los tiempos de crisis.

Los medios no han creado nuevos puestos de trabajo y los profesionales han
sido despedidos.

Es necesaria mucha experiencia para producir información de calidad.

No se reconoce la resposabilidad de los periodistas.

El hombre orquesta no es posible (multitasking).
Crisis económica

Porque hay menos publicistas.

A menudo la información no es publicada por miedo a perder encargos
publicitarios.

Las empresas de medios están en crisis.

Los empresarios no quieren gastar dinero para producir buena información.

Los empresarios sólo quieren pagar el mínimo sueldo.

Ciertos intereses económicos están perjudicando la profesión entera.

Muchos medios están intentando sobrevivir.
Adaptación a las TIC

Demasiada información llega al mismo tiempo.

Hay más medios pero menos capacidad para cubrir los contenidos.

Los periodistas no tienen demasiado tiempo para reflexionar sobre la
información.

Los errores están producidos por los actuales modos de producción.

Los gestores de los medios necesitan tiempo para adaptar los modos de
producción que exigen las TIC.

Los tiempos de cambios están haciendo más difícil la adaptación y aprendizaje
sobre cómo hacer periodismo con los nuevos dispositivos.

El periodismo está compitiendo con las redes sociales.
Brecha generacional

La pérdida del contacto real perjudica la transmisión del conocimiento de los
más veteranos.
Homogeneidad de los contenidos

La buena información es cara y las empresas no quieren pagar dinero.
Imprecisión

Las empresas no cuidan el contenido.

Las empresas no son suficientemente selectivas en lo que presentan como
noticias.

A causa de la falta de tiempo no es posible profundizar.

La información producida es el resultado de muchos malos hábitos.

Los periodistas descuidan del contenido.
Inmediatez

La revolución de las TIC fuerza a los periodistas a producir noticias
instantáneas.
Pérdida de valores

El periodismo ha perdido su campo de investigación.

El periodismo ha perdido su prestigio.
Dos causas principales que agrupan al resto, una externa al campo y otra estructural o
interna, a saber, la crisis económica y la adaptación a las TIC. Ambas están conectadas
porque la adaptación a las TIC necesita recursos económicos que no están disponibles
por la recesión. Sin embargo, ambas circunstancias están ocurriendo al mismo tiempo y
es posible que los rápidos cambios producidos por la tecnología no sólo necesiten un
esfuerzo de adaptación de los modos de producción sino que ésta se ha visto forzada por
la crisis.
La crisis económica afecta directamente a las condiciones laborales de los profesionales
y, a su vez, ha producido la brecha generacional porque las empresas están contratando
personal todavía no cualificado o becarios y despidiendo a los profesionales
experimentados, por tanto, parte del conocimiento y experiencia que habitualmente era
transmitido por los veteranos se pierde y los controles de calidad disminuyen. La
práctica periodística relacionada con los modos de producción ha cambiado con la
introducción de las TIC que han acelerado el sentido de inmediatez, propio del
periodismo. También el problema de la homogeneidad de los contenidos y de la
imprecisión del producto final es consecuencia de la falta de tiempo y de la
competitividad.
Estas causas generales producen otra que implica a la totalidad de la profesión, a saber,
la pérdida de valores y de prestigio, fundamentos de la credibilidad de la profesión. La
crisis económica revela la dependencia del campo periodístico respecto del económico
que, a su vez, produce mayor servilismo del campo político por la necesidad de recursos
provenientes de las instituciones públicas (publicidad, subvenciones). No obstante, esta
situación es similar a la de otros campos sociales, como el académico o el cultural, pero
no explica suficientemente el cambio de tendencia del periodismo, es decir, la falta de
precisión del contenido, la banalidad, la dependencia de las redes sociales y la ausencia
de periodismo de investigación.
Por otra parte, los argumentos de los periodistas sobre el bajo coste de producción de las
noticias que quieren los empresarios con salarios mínimos produce contenidos de baja
calidad, pues la mayoría coincide en la opinión de que es imposible producir contenido
de calidad por profesionales con poca experiencia. Los veteranos no están tampoco
preparados para el requisito exigido al profesional tipo polivalente del nuevo paradigma
de producción.
Ambas causas del descenso calidad del periodismo están relacionadas o directamente
producen la pérdida de valores. El periodista vigilante del poder se está sustituyendo por
el periodista multimedia y la baja producción del periodismo de investigación. El punto
de partida es la consideración de que toda introducción de nuevas formas de producción
y venta requiere un tiempo de adaptación que, forzado por la crisis económica, ha
desencadenado problemas para trabajar con rigor y precisión. Los valores son para los
periodistas principalmente el cumplimiento de las reglas profesionales: contraste de
noticias, neutralidad, rigor y honestidad. Los argumentos de los periodistas coinciden en
este punto, de forma que revelan la asimilación de la lógica interna del campo, o lo que
Bourdieu denomina habitus. Sin embargo, la pérdida de valores también revela otro
factor condicionante, a saber, la determinación de las condiciones estructurales internas
del campo para el profesional.
Conclusión: Heteronimia y declive del campo
La reflexión sobre los factores condicionantes conduce a la cuestión sobre el declive del
campo y del profesional también relacionado con el descenso de la calidad que es un
indicador del funcionamiento de las reglas del juego internas del campo. Es necesario,
por tanto, reflexionar sobre la autonomía del campo y del profesional. No hay medida
científica sobre el declive del campo, excepto los datos cuantitativos de la estructura del
sistema comunicativo que muestran el descenso de la audiencia y de las ventas sobre
todo de los medios tradicionales.
Sin embargo, el declive del campo está relacionado con la heteronimia del mismo. Es
obvio que el periodismo tiene fuertes intereses en el campo económico porque está en el
mercado y depende de la audiencia que también es mercado. También está
estrechamente relacionado con el campo político porque el periodismo sirve a los
políticos y viceversa, en el sentido de que es el canal de información principal de las
acciones de los políticos para los ciudadanos. Pero la cuestión es preguntarse por el
límite para la acción que mantenga el nivel de autonomía suficiente para prevenir el
declive del campo periodístico. La pregunta es difícil de resolver y de analizar.
Schudson (2005) apunta que el límite está marcado por lo que los ciudadanos entienden
por valores democráticos. La frontera que se debe tener en cuenta es el derecho a recibir
información plural y neutral. Este es el reto de los medios de información y es la
responsabilidad de los profesionales. Además, los medios de comunicación son un
espejo de las prácticas democráticas que en algunos casos actúan más simbióticamente
que como espejo, pues son serviles a los poderes. Tal y como Schudson argumenta, la
heteronimia está en los profesionales mismos, pues ellos «no retan los supuestos que los
rigen» (Schudson, 2005: 219).
A pesar de las dificultades para establecer una medida objetiva de la autonomía de un
campo, es posible determinar el alcance de la influencia externa y la asimilación del
grupo con respecto a los intereses mercantiles de las empresas, así como la uniformidad
en el seno del grupo a partir del análisis y reconstrucción de los argumentos. Aunque
este tipo de analítica no está incluida en la metodología sociológica, es una herramienta
muy útil para aplicarse en la investigación de grupos sociales y temas controvertidos o
debates de interés sociológico. En primer lugar, permite al investigador comprender con
mayor profundidad los pensamientos mediante la reconstrucción de los argumentos que
de otro modo podrían obviarse involuntariamente. Las técnicas que provee la teoría
pragma-dialéctica han sido desarrolladas como instrumentos analíticos para diferentes
tipos de actividad argumentativa (entrevistas políticas, debates parlamentarios, debates
jurídicos, etc.) (van Eemeren, 2009). La introducción de esta herramienta en el debate
sobre la calidad periodística puede aportar claridad y servir para el enriquecimiento del
análisis cualitativo de contenido desde una perspectiva multidisciplinar de adaptación
del micro al macro contexto.
Los retos a los que se enfrenta el periodismo para ofrecer información de alta calidad a
una audiencia activa en el proceso de difusión de las noticias demandan la exploración
de las dinámicas del campo, es decir, las relaciones de poder entre los actores y las
instituciones implicadas, actualmente extremadamente ligadas al campo político y
económico. Los argumentos de los periodistas acerca de la calidad periodística
concluyen con la convicción de la necesidad de una regeneración de la autonomía del
campo que efectivamente apueste por el servicio a la democracia del periodismo,
aunque ésta no es posible si el profesional cualificado es desplazado del lugar que le
corresponde y si los empresarios sustituyen la excelencia, o calidad del producto, por la
mercantilización de las noticias.
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