TITULO: GÉNERO Y EDUCACIÓN ANTES DEL BABY BOOM EN GALICIA E ILLES BALEARS. AUTORES: Bartomeu Mulet Trobat UIB, [email protected] / [email protected]) Rosa Caramés Balo (UDC, [email protected]) Atendiendo, sobre todo, a la variable género y en dos ubicaciones espaciales bien diversas del territorio de España: Galicia y Baleares, se ha llevado a cabo un estudio de campo mediante entrevistas guiadas (de una duración entre 15 y 30 minutos) por un breve cuestionario a través del cual se han recabado aquellos aspectos autobiográficos que nos han parecido relevantes para indagar sobre la relación de la Escuela en la vida de personas que hoy ya han cumplido más de 65 años. Es decir, lo que supuso su paso por la Escuela como subsistema social para su adaptación a la vida socio laboral y, también, para mejorar o no en sus condiciones vitales como podría ser el acceso/incorporación en condiciones más igualitarias a aquellos aspectos vitales que cada una de las personas entrevistadas considerasen centrales en sus vidas. Esto supone recoger un trozo de la vida cotidiana de la población en su contacto y, más o menos, inmersión en el sistema educativo de la primera mitad del siglo XX. PALABRAS CLAVE: SOCIOLOGÍA, GÉNERO, BIOGRAFÍAS, DOCENCIA, INVESTIGACIÓN INTRODUCCIÓN Este estudio supone una prolongación y un contagio del iniciado ya el curso pasado en nuestras aulas. En las que se imparte sociología de la educación y se aprovechan estos “pequeños” grandes pretextos de la “Escuela de la Vida” para completar la formación del estudiantado universitario en diversas labores de la actividad intelectual de comprensión de la realidad. A través de unas entrevistas semiestructuradas, se ponen en contacto distintas generaciones. En este caso, se les da un motivo más para interactuar, para aprender de sus “antepasadas” a vivir de otra manera. Tal vez les haga falta echar mano en algún momento de algunos de los conocimientos que a través de este pretexto formativo se pudiese haber obtenido y este pueda provocar un efecto perverso en el sentido boudoniano de inesperado, imprevisto, no planificado, etc. (Boudon, 1980). El alumnado, en general acostumbra a valorar como positivas estas prácticas tuteladas que conllevan un esfuerzo de construcción de aprendizajes continuos, de retroalimentación constante. Para el profesorado supone una forma de hacer entender que en la universidad docencia e investigación caminan inevitablemente por el sendero esencialmente vertebrador de la formación universitaria, ni superior ni inferior, sino genuinamente universitaria. A continuación se recoge la información dada por dos alumnas que han realizado estas prácticas que pensamos que ilustran lo que se consigue una metodología de este tipo, que podríamos denominar de proyecto para el descubrimiento, por tanto, englobando, pero superando la mera reproducción del conocimiento sociológico existente. Una alumna dice así: “…També m’ha ajudat a comprender-la més des d’un punt de vista sociològic ja que he trobat moltes relacions…que he pogut conèixer,… A vegades, quan estudiam el que va pasar fa molts anys, intentam imaginar-mos com era la situció en què es trobaven les persones d’aquella época. Si tenim a les nostres mans el poder d’accedir sense cap dificultat a alguna cosa que estem estudinat ho hem de valorar i fer-ho. Així podem trovar l’afirmació del que nosaltres imaginavem o també podem trovar un altre punt de vista i altres vivències les quals només faran que erriquir…”. Otra estudiante nos relata lo siguiente: “Miña avoa Felisa é unha muller de noventa e catro anos cheos de experiencias e recordos… As mestras eran mulleres maiores…Miña avoa Felisa lémbrase como á mestra doutra clase fusilárona por ser republicana…daban materias como escritura e matemáticas …todas elas sempre en castelán. Tiñan pizarras de pedra para escribir e lógo as borraban con esponxas, tamén tiñan algún que outro libro que empregaban para as leccións ou os ditados… Cando miña avoa cumpliu os 13 anos adicouse a axudar na casa cocinando, limpando… gustáballe facer postres…recorda con cariño da súa época na escola, os recreos onde xogaba coas súas compañeiras á “rueda, rueda de pan y canela”, os largos camiños que tiña que andar para chegar á escola nos que alguna vez se entretiñan xogando pola vía do tren ou tirándose polos campos con coidado de non manchala roupa para que non lle regañaran os seus país… Tendo en conta que todos estes recordos son de casi hai noventa anos é un privilexio…compartilos conmigo, e así poder saber cómo era a educación naqueles tempos a través das súas vivencias”. Estas investigaciones se proponen dentro del estudio transversal en la formación de la variable género y desde la perspectiva del ecofeminismo doméstico (Mellor, 1997) en su más amplio sentido teórico y práctico. Se trabaja el género como variable que estructura nuestras sociedades y, por supuesto, el sistema educativo también, por muy globalizadas que se encuentren, sin perder el contexto endo cultural de vista. Esto supone también, tener en cuenta los recursos de los que se dispone (más bien carencias) para poner en marcha las actuaciones del proyecto previamente reflexionadas, sopesadas, valoradas, etc. Otro de los orígenes de este trabajo, podría estar en aquellos que investigan, sincrónicamente, la vida cotidiana y la conciencia social, entendiendo esta última como las experiencias más habituales y constantes de los individuos con su entorno, las mediaciones simbólicas e imaginarias en forma de tradiciones que influyen en las actitudes vivenciadas, las formas de vida y sus transformaciones en un período temporal específico. Dando paso, de este modo, al estudio de las sutilezas con que se enmascara (Althusser, 1975) la historiografía cultural (Anderson, 1985). Un ejemplo de lo que queremos explicar lo podemos encontrar en las palabras de María que con setenta y ocho años nos recuerda lo siguiente “…la metodología empleada en clase era sexista, ya que constantemente hacían referencia en clase sobre las diferencias que había entre los dos sexos. Las mujeres eran tratadas como personas menos inteligentes que los hombres y con menos capacidad para adquirir grandes conocimientos. Además, en esa época pocas mujeres se dedicaban al estudio, ya que se consideraba que las mujeres no tenían la necesidad de aprender ni saber”. Pese a este contexto negativo María (del rural mallorquín) se da cuenta que “…En aquella época era muy importante aprender a leer y escribir ya que de esta forma no podían engañar a las personas ni aprovecharse de su analfabetismo”, y coincide, por tanto, con una “abuela” albaceteña diez años más joven que ella, quien nos explica que :“…leer y escribir me han servido para mi vida cotidiana a pesar de tener muchas faltas de ortografía. Las cuentas básicas me han ayudado para tareas como la compra o llevar la economía familiar… Cuando era niña había muchas diferencias comparado con ahora. Creo que mi vida es un ejemplo. He hecho trabajo de mujeres y criado a mis cinco hijos y a mi nieto mientras mi marido sólo ponía el dinero. No le echo la culpa ni a mi marido ni a mi padre por ser machistas. Creo que es culpa de la sociedad. En el colegio todo eran profesoras y no era una profesión muy reconocida y aunque hemos mejorado mucho aún sigue habiendo discriminación a la mujer…He tenido varios trabajos. Empecé limpiando suelos con nueve años, a los once llevando ropa a la modista, a los catorce planchando en una tintorería y después trabajé como fabricante de zapatos, en una peluquería y de dependienta en una tienda de electrodomésticos. Al quedarme embarazada me quedé de ama de casa… He tenido que dejar la escuela porque mi madre tuvo quince hijos y teníamos que trabajar para poder vivir”. Al igual que nuestro estudiantado (futuros y futuras profesionales del magisterio y del trabajo social) de las Facultades las Illes Balears y de Galicia lo harán, los docentes que presentan esta investigación intentan dar a conocer a “sus” generaciones de reemplazo herramientas de reflexión sobre las profundas e insensibles transfusiones de vida que se han venido metabolizando en nuestra sociedad y, por tanto, en nuestra relación con el sistema educativo formal (Caramés, 2012). Supone pues una transmisión de reformulación de materialismo cultural para explicar y conectar la producción social a través de una aplicación microhistórica. Entonces la conciencia y la memoria de sus protagonistas servirán para explicar lo vivido y sus valores de estatus. A través de la investigación de los pequeños procesos de la cotidianidad, esto es la experiencia comunitaria con la Escuela, se revela una perspectiva que puede entroncarse con algunos estudios de Goffman (1971) y de la fenomenología de Schütz y Luckmann (1977). Con ellas, nos hemos acercado a la escuela vivenciada por mujeres nacidas antes de 1948, muchas de las cuales han sido causa del baby boom en España. Se ha procurado entender cómo y/o por qué estas mujeres hacen sus valoraciones del sistema educativo y de su paso por él e, incluso, de su total ausencia por él. Lo que éste ha supuesto (o esperan que pueda suponer) para el desarrollo de su vida personal, familiar, laboral, etc. en mayor o menor grado de igualdad ante las distintas opciones vitales por, para y entre mujeres nacidas en la primera mitad del siglo XX en Baleares y Galicia. METODOLOGÍA Se ha llevado a cabo un estudio de campo mediante entrevistas guiadas (de una duración entre 15 y 30 minutos) por un breve cuestionario a través del cual se han recabado aquellos aspectos autobiográficos que nos han parecido relevantes para indagar sobre la influencia de la Escuela en la vida de distintas generaciones. Es decir, lo que supuso la etapa de transición a la vida adulta, su paso por la Escuela como subsistema social para su adaptación a la vida socio laboral o familiar y, también, para mejorar o no en sus condiciones vitales como podría ser el acceso/incorporación en condiciones más igualitarias a aquellos aspectos vitales que cada una de las personas entrevistadas considerasen centrales en sus vidas. Entre la información sociodemográfica se toma nota del sexo, la edad, la profesión y la situación laboral actual de los sujetos en el momento de realizar la recogida de la información, el presente curso 2012/13. La información recoge personalísimas vivencias académicas, personales y familiares de estas mujeres “abuelas” y gira en torno a la necesidad de trabajar y estudiar a la vez; el tipo de centro al que han asistido (público, privado, concertado -¿si había?-); edad última (obligatoria o no) de permanencia en la Escuela, la duración aproximada de su asistencia y los motivos principales por los que han tenido que dejarla. Una breve descripción del centro escolar al que acudían así como del profesorado que les daba clase y la metodología que utilizaba, el horario, las materias que tenían y los libros o cualquier otro material escolar utilizado para sus aprendizajes. MUESTRA, DATOS Y RESULTADOS Para exponer los resultados que siguen intentaremos formular un retrato, una imagen que nos han transmitido las 48 mujeres entrevistada, de entre 65 y 94 años. Nos hemos encontrado con cuatro mujeres que no han pisado la Escuela. De las cuales, tan sólo un 30% han ido a la escuela de ámbito urbano. De éstas hay una que ha asistido a un internado de monjas por haber sido huérfana desde los 5 años. El 70% restante han vivido y acudido a escuelas rurales, a veces, bastante distantes de su casa. Viéndose obligadas a realizar largas y duras caminatas para llegar a las Escuelas. En éstas las maestras tenían encendidos los braseros cuando llegaban para que pusiesen las ropas y el calzado a secar. Las que se encuentran en Baleares han venido a asentarse desde Andalucía y Levante, en mayor medida para continuar con las tareas agrícolas, a ser niñeras o al servicio de limpieza o cocina de la hostelería, también en algunos domicilios de las ciudades. En Galicia, sin embargo han regresado de su período de emigrantes en países de Iberoamérica a donde han ido para trabajar como costureras o personal de asistencia doméstica. Otras han podido optar a quedar en su lugar de origen dedicándose a la venta ambulante de ropas, comestibles, calzado e, incluso, habiendo montado alguna pequeña tienda de estas mismas o parecidos ramas comerciales. Sabemos que la mayor parte de todas estas Escuelas rurales estaban “regentadas por maestras” a modo de rudas mujeres de “armas tomar”, coincidiendo con la autora San Román, 1998. Salvo alguna que otra excepción imponían las normas con castigos físicos y la privación de refuerzos (por ejemplo recreos) mitad por mitad en la mayoría de los casos. Los aciertos casi nunca se premiaban. En las ciudades, y en pequeños pueblos también, estas mujeres solían ser monjas además de maestras. Salvo excepciones, que también relatan, la violencia física era predominantemente infligida por aquellos escasos maestros varones que les dieron clase, sobre todo, cuando las escuelas (casi nunca las aulas) no eran mixtas. De todas formas y pese al rigor con el que fueron tratadas le encuentran el lado positivo a los aprendizajes realizados y resultan comprensivas con tales tratamientos extremos. En otros casos recuerdan a su “entrañable” maestra como una persona cercana todavía en su memoria y con un valor sin precio en sus vidas. Estas mujeres que, hoy por hoy, tienen a sus bis-nietos/as formándose en la Universidad, procedían en un 50%, al menos, de orígenes socioeconómicos muy bajos en los que había que trabajar desde edades muy tempranas, más aun siendo la mayor de un grupo de hermanos bastante numeroso de 5 o 6 para arriba y, por tanto, abandonar la escuela a la que se había estado asistiendo de manera intermitente y bastante escasa para colaborar esencialmente en las tareas domésticas. Este último pretexto finalista también rige para casi todos los casos, aunque no hubiese tantas necesidades ni estrecheces económicas en la familia. Si no que era costumbre que la niña ayudase a la madre en el cuidado de la casa, de sus hermanos y hermanas más pequeñas, de la pequeña tienda familiar en caso de ausencia de alguno de los padres, que atendiese a su padre o bien, que ayudase con su pequeño salario de dependienta en una mercería en la economía familiar. No era importante que fuese a la escuela, porque la niña tenía un hándicap y es que cuando se casase tendría que renunciar a aquellos puestos de trabajo del Estado (que era para los que realmente le requerirían alta cualificación académica), como por ejemplo, Telefónica que tan sólo podría recuperar después de haber muerto Franco. Se observa en sus biografías, sobre todo aquellas que han tenido un suficiente tiempo de escolarización (más de cinco años de escolarización, aunque fuese interrumpida con ausencias a ella por tener que ayudar a trabajar para la familia) como para darse cuenta de lo que aprendieron y se perdieron aunque sólo fuese a nivel “inmaterial” de conocimiento para gusto y deleite personal, o posibilidades para acceder a él. Son preferentemente estas mujeres las que más valoran su paso por la escuela y las que más se lamentan de haberla tenido que abandonar. También aquellas otras que han sido enseñadas por sus maridos (o por su madre) a leer, escribir, hacer cuentas, etc., que no son muchas pero también las hay. Ver las Tablas 1 y 2, en ellas se aprecia que quince, de las 48 mujeres (menos de la tercera parte) consideran inútil o poco útil su paso por la Escuela para su posterior desarrollo vital. De este tercio, más de la mitad no supera los cinco años de escolarización intermitente, en la mayoría de los casos (Ver Tabla 3). Han tenido que abandonarla antes de los 12 años para ponerse a trabajar y ayudar a la familia. Tabla 1. Frecuencia de casos, según su edad, respecto de la utilidad dada a su paso por la Escuela para su posterior desarrollo vital. La valoración no parece tener mucho que ver con la edad de estas mujeres, pero conforme a la Tabla 2, parece que se aprecia que el grado de desarrollo profesional alcanzado sí podría estar interviniendo, porque salvo una profesional de alta cualificación y especialidad del sector terciario (razonablemente la Escuela no aportó la especialización que estos aprendizajes requieren) y por tanto, los califica como poco útiles, el resto de las infravaloraciones de la Escuela se desarrollan en torno a aquellas biografías que se han dedicado a profesiones menos cualificadas, vinculados estos casos también a una escasa o nula permanencia en el sistema educativo. Tabla 2. Frecuencia de casos, según la edad y el desarrollo profesional realizado, respecto de la valoración de su paso por la Escuela. Tabla 3. Tiempo de escolarización y valoración de su paso por la Escuela. Las que han tenido un recorrido amplio en la escuela, aunque no lo utilizasen para ningún ejercicio profesional fuera del hogar, también valoran mucho su paso por la Escuela. En ella, además de aprender se lo pasaban muy bien aprendiendo idiomas extranjeros, a bordar, a calcetar, a cocinar, a hacer decorados, a tocar algún instrumento musical, a cantar y a hacer trajes, vestidos, para las representaciones teatrales. Estas mujeres, dedicarán más horas de sus vidas a ayudar a reproducir estos conocimientos fuera de sus hogares, conformando alguna asociación vecinal, cultural, etc. en las que pasarán muchas horas dejando legado. De entre ellas, algunas de las más jóvenes sí que han podido ejercer estos conocimientos junto con los demás académicos en actividades profesionales del segundo sector, sobre todo las gallegas del textil, dentro y fuera de Galicia. Las que son más ancianas y han estado más ampliamente escolarizadas se han casado con hombres de carrera diplomática, ejecutiva y han servido de acompañantes e intérpretes de idiomas en sus numerosos viajes y también son capaces de reconocer que su éxito en esta labor también corresponde parcialmente a la educación que han recibido. Salvo excepciones, aun pudiendo económicamente sostener su escolarización, sus familias no insistían demasiado en su permanencia en la escuela si ellas no querían continuar. Recuerdan aulas decoradas con un crucifijo, una foto del caudillo, una bandera y un mapa de España, a veces un mapamundi. Seguramente porque tal y como nos asegura Guerrero Serón (2007) “…ese concepto de la educación como fenómeno individual se halla en total contradicción con la Historia. Tanto porque “la educación varía según las clases sociales”, como porque “no hay pueblo en el que no exista un cierto número de ideas, de sentimientos y de prácticas que la educación deba inculcar a todos los niños, e igualmente porque cuando la educación empezó a convertirse en un verdadero servicio público tendió a colocarse cada vez más directamente bajo el control del Estado”, recordando al primer catedrático de Educación y Sociología y principal valedor para la inclusión de la Sociología en las Facultades de Educación, Èmile Durkheim. Aquellas que non han cursado tanta escolarización se han dedicado profesionalmente a cuidar sus tierras y ganados, al sector de la pesca y marisqueo, también en el sector secundario a trabajar en conserveras y en el sector servicios como cocineras, cuidadoras y limpiadoras. Afirman haber trabajado mucho en sus vidas para sacar adelante a su familia, no poco numerosa con frecuencia y en ausencia de los padres, maridos y hermanos muertos o desaparecidos en tiempos de guerra. Incluso nos cuentan que los tenían que ocultar, negar y hacer desaparecer, aparentando viudedad y engendrando y pariéndoles hijos al mismo tiempo. No cabe duda, que nos han regalado biografías muy humanas y muy representativas de la Historia reciente de nuestras “antepasadas”. CONCUSIONES La obligación de las poblaciones infantiles y juveniles de trabajar para ayudar a las economías familiares ha venido descendiendo paulatinamente. Al mismo tiempo ha venido incrementándose el número de horas diarias en las aulas y el número de años de escolarización. El apoyo de las familias para la permanencia de sus herederas en las aulas también ha ido en aumento. Pero aún en la situación más adversa para los aprendizajes escolares vemos que las mujeres de nuestras tierras también han salido adelante, incluso, con recursos muy escasos o tal vez, casi inexistentes. Suponen un buen ejemplo para ayudar a generar personal del magisterio y de trabajo social elementos de reflexión en gente joven que podrá, quizás algún día echar mano de alguno de estos recursos heredados de una de sus antepasadas. En definitiva, tal y como nos explica Guerrero Serón (2007) la sociología “…En definitiva, puede formar sociológicamente a los futuros profesores y profesoras para que adquieran aquellos instrumentos teóricos y analíticos que necesitan para comprender y actuar sobre el contexto social donde se han formado y van a desarrollar su trabajo en el futuro, con objeto de evitar las fuertes dosis de esencialismo, idealismo y psicologismo que impregnan su formación inicial”. Con estas biografías hemos podido saber de primera mano que también es posible ir al colegio sin mochilas cargadas ni de libros, realizar aprendizajes sin ordenadores, sólo con pizarras, tizas, libretas, lápices y bolígrafos. Estos aprendizajes también nos pueden ser útiles para resolvernos en nuestras vidas profesionales y domésticas, públicas, privadas e, incluso, íntimas. BIBLIOGRAFIA Bourdieu, P. (2006). Autoanálisis de un sociólogo. Barcelona, Anagrama. Fernández Enguita, M. (1997), La escuela a examen, Madrid, Pirámide. Gramsci, A. (1970), Introducción a la Filosofía de la Praxis, Barcelona,Península. Gramsci, A. (1971),Cultura y literatura, Barcelona, Península. Goffman, E. (1971). La presentación de la persona en la vida cotidiana, Buenos Aires, Amorrortu. Hall, S. (1994). Codage-décodage, Réseaux. 68, pp. 27-39. Mellor, M. (1997), Women, Nature and the Social Construction of “Economic Man”, Ecological Economics, 20, 129-140. 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